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Además, facilitan las condiciones para las dos partes. Adecuan en tiempo y cantidad el dinero que
reciben y prestan, en función de las necesidades del agente económico con exceso de dinero y del
demandante de dinero. Sería imposible el préstamo directo por parte del oferente de ahorro y del
demandante, porque probablemente sus necesidades de dinero no serían las mismas en cuanto a
cantidad y tiempo.
Por ello, el sistema financiero tiene una importancia muy grande dentro de la economía pues genera
más rentas para los que prestan y además incentiva la creación de empresas, algo imprescindible
para la economía.
Existen diferentes instrumentos para llevar a cabo esta relación: los productos bancarios como
cuentas, depósitos, etc.; los productos de inversión como acciones, fondos de inversión, bonos, etc.;
planes de pensiones, y los productos de seguros como los seguros de vida.
Hay personas más interesadas en las finanzas y recurren a los mercados para resolver sus
necesidades financieras. Sin embargo, muchas otras personas ven en los bancos la solución
económica a sus necesidades.
DEL CAPITULO 14
Crea y reglamenta el Sistema de Vigilancia en Salud Pública, Sivigila, para la provisión en forma
sistemática y oportuna, de información sobre la dinámica de los eventos que afecten o puedan
afectar la salud de la población. Señala las funciones de las Direcciones departamentales y
Distritales de Salud, en relación son el Sistema enunciado y determina que, para garantizar el
desarrollo y operación sostenida y coordinada del Sistema, la Nación y las direcciones territoriales
de salud en sus áreas de jurisdicción, deberán organizar la Red de Vigilancia en Salud Pública,
integrando a las entidades que, de acuerdo con los modelos de vigilancia, tienen competencia u
obligaciones en el sistema. Establece la forma de financiación de las funciones de vigilancia en
salud pública.
Está sustentado en los diferentes diseños o estudios epidemiológicos que dan lugar a la evidencia
científica de información para su uso en Salud Pública.
Dicho método epidemiológico puede ser representado como una pirámide conformada por tres
estratos (figura 4-1). La base, en el nivel inferior y con la mayor cantidad de estudios, está
conformada por la Epidemiología descriptiva. El estrato medio, donde se encuentra la mayor parte
de los estudios observacionales, se define como Epidemiología analítica. Finalmente, la cúspide de
la pirámide está formada por la Epidemiología experimental —que, si bien podría ser considerada
dentro de la Epidemiología analítica, tiene sus propias peculiaridades—, misma que está integrada
por un número reducido de estudios epidemiológicos.
Desde los orígenes de la medicina hasta su concepción actual, es posible afirmar que los principales
avances en este campo han ocurrido gracias al minucioso arte de la observación del paciente junto a
su lecho, es decir, el nacimiento y evolución de la clínica.
El médico y el paciente tienden a preguntarse cuáles son las posibles causas que provocaron el
desarrollo de una enfermedad, qué datos clínicos expresados en forma de signos y síntomas
pudieron llevar a establecer el diagnóstico, cuáles son los factores que determinaron que se tuviese
más o menos gravedad respecto a otras personas enfermas, qué tratamiento se le pudo administrar y
qué pronóstico mostró.
Las causas de una enfermedad, su diagnóstico, evolución, sus posibles tratamientos y la efectividad
de éstos, así como las secuelas potenciales, han sido observadas y descritas desde la antigüedad. En
ausencia de un método epidemiológico para estudiar a los pacientes, los reportes con la descripción
del cuadro clínico representaron una manera fundamental para informar a la comunidad médica de
los hallazgos y experiencias de un médico clínico en particular. En la actualidad aún son maneras
útiles de informar acerca de casos raros o de alguna presentación inusual de alguna enfermedad, de
eventos adversos de algún tratamiento o medicamento y acerca de posibles relaciones causales o
incluso los inicios de epidemias.
En general, las investigaciones que se realizan con este tipo de diseño son rápidas y poco costosas
debido a que utilizan datos que han sido recopilados de manera previa y rutinaria en censos,
encuestas, programas de vigilancia epidemiológica, registros de enfermedades específicas y
programas de control de la contaminación, entre otros. 2,5
Gracias a esto, en vez de realizar un prolongado y costoso estudio donde se evalúe de manera
individual el consumo de grasa y la presencia de cáncer de mama, se puede consultar la información
nacional sobre ingesta de grasas en la población y los datos de incidencia de cáncer registrados por
la Secretaría de Salud y mostrar con poco dinero y tiempo una correlación entre ambos
factores.6 Un estudio de este tipo fue llevado a cabo por Prentice y colaboradores; en él se mostró
que países como Japón, Rumania y Hong Kong con menor ingesta de grasa per cápita tenían una
menor incidencia de cáncer de mama, en comparación con las más altas tasas de incidencia de
Estados Unidos, Suiza y Canadá, los cuales tenían también los mayores índices de consumo. 7
CAPITULO 7: ESTUDOS TRANSVERSALES
El diseño transversal recibe este nombre por ser un procedimiento de investigación sin continuidad
en el eje del tiempo. Suele ser llamado estudio de prevalencia, ya que con este diseño es posible
estimar la prevalencia de la enfermedad. Se puede estudiar la totalidad de una población, pero en
esencia se estudia una muestra representativa de ésta en un momento y lugar determinados, por
ejemplo, la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) o la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
(ENSANUT, 2006).
De acuerdo con la clasificación del método epidemiológico y su relación con la solidez científica
(véase capítulo 4, Introducción a los diseños epidemiológicos), este diseño puede ser de tipo
descriptivo o analítico. El estudio transversal descriptivo tiene como fin estimar la magnitud y
distribución de una enfermedad o condición de salud (variable dependiente) en un momento dado,
además de medir otras características en los individuos de la población, como pueden ser las
variables epidemiológicas relativas a las dimensiones de tiempo, lugar y persona (variables
independientes).
En cambio, cuando el objetivo es responder una pregunta que plantea la búsqueda de la asociación
entre las características o los factores de exposición con la enfermedad, se estiman los factores de
riesgo a los que se les llama factores asociados, en este caso se trata de un estudio transversal
analítico. En función de la pregunta de investigación y del modelo teórico propuesto en el que se
establecen las relaciones hipotéticas entre variables, se estudian una o varias variables consideradas
como factores de exposición (variables independientes), con las que se pretende explicar la
enfermedad (variable dependiente).
Se trata de un diseño que comienza con sujetos que tienen la enfermedad o evento de interés, para
después investigar y conocer los diferentes factores que pueden estar relacionados con el desarrollo
de dicha enfermedad, lo que hace que la direccionalidad del estudio vaya del efecto a la causa
(figura 8-1), situación que permite al investigador romper con la ambigüedad temporal al corroborar
durante el estudio que la “causa” de interés precedió al efecto.
Una vez identificados los casos, los controles y la exposición, es posible distinguir cuatro grupos
(cuadro 8-1):
La palabra cohorte deriva del latín cohortari, que designa a una unidad táctica de infantería dentro
de las legiones romanas.1 En Epidemiología, el término cohorte se incorporó en 1935 y sirve en la
actualidad para referirse a un conjunto de personas que comparten una exposición y se siguen a
través del tiempo.2
A este tipo de estudio se le conoce con varios sinónimos, por ejemplo, estudio prospectivo, estudio
de seguimiento, cohorte histórica, estudio concurrente, estudio de incidencia, estudio longitudinal,
entre otros. Sin embargo, es recomendable denominarlo estudio de cohorte y evitar los otros
nombres (véase capítulo 4).3
La estrategia principal en los estudios de cohorte es que las personas se identifican en función de la
presencia o ausencia de exposición a un factor de riesgo de interés; en ese momento todas ellas se
deben encontrar libres de la enfermedad a estudiar y serán seguidas durante un periodo
determinado, suficiente para poder observar la frecuencia de la aparición del evento esperado
(enfermedad).
Si al término de dicho periodo los casos —es decir, los individuos que presentaron la enfermedad
en cuestión— son mayores en el grupo de individuos expuestos, cabe concluir que existe una
asociación entre la exposición y la incidencia de la enfermedad, 3 previa prueba estadística para
definir si es una asociación estadísticamente significativa.
Un factor clave en este tipo de estudios es el seguimiento de la población de estudio a través del
tiempo; por tanto, los estudios de cohorte valoran el estado de salud y de exposición antes de que se
produzca la enfermedad, lo cual permite registrar los cambios de salud ocurridos en el individuo a
lo largo del tiempo después de la exposición.
Al llevar a cabo un estudio de cohorte, es importante tener claras las siguientes consideraciones: 1
2. Identificar las pérdidas del estudio y el momento en que éstas se producen. Dado que no
todos los sujetos de estudio terminarán el seguimiento (algunos fallecerán, otros ...
LINEA DE TIEMPO SOBRE LA CONSTRUCCION Y CONSOLIDACION DEL ASIS