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CORTE SUPERIOR NACIONAL DE JUST - Sistema

de Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE CARLOS ZAVALA - JR MANUEL CUADROS 182 - CERCADO
LIMA,
Vocal:SALINAS SICCHA EMERITO RAMIRO /Servicio Digital - Poder
Judicial del Perú
Fecha: 14/05/2020 19:37:08,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
CORTE SUPERIOR NACIONAL DE JUST / Lima SEDCOF,FIRMA
DIGITAL

CORTE SUPERIOR NACIONAL


DE JUST - Sistema de
Notificaciones Electronicas SINOE
PRIMERA SALA PENAL DE APELACIONES NACIONAL PERMANENTE ESPECIALIZADA
SEDE CARLOS ZAVALA - JR
MANUEL CUADROS 182 -
CERCADO LIMA,
EN DELITOS DE CORRUPCIÓN DE FUNCIONARIOS
Secretario:GALVEZ PEREZ
Ximena FAU 20159981216 soft
Fecha: 14/05/2020 21:30:00,Razón:
RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE
SUPERIOR NACIONAL DE JUST /
Expediente : 00033-2018-43-5002-JR-PE-03
Jueces superiores : Salinas Siccha / Guillermo Piscoya / Enriquez Sumerinde
Ministerio Público : Fiscalía Superior Penal con competencia nacional
Imputado : Jacinto César Salinas Bedón
Delitos : Organización criminal y otros
Agraviado : El Estado
Especialista judicial : Gálvez Pérez
Materia : Apelación de auto sobre cese de prisión preventiva

Resolución N.° 2
Lima, catorce de mayo
de dos mil veinte

AUTOS y VISTOS: En audiencia pública, el recurso de


apelación interpuesto por el Ministerio Público contra la Resolución N.° 34, de fecha
veintitrés de abril de dos mil veinte, emitida por la jueza encargada del Tercer
Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional Permanente Especializado en
Delitos de Corrupción de Funcionarios, en el extremo que declaró sustituir de oficio
la medida de prisión preventiva por la de detención domiciliaria en favor del
imputado Jacinto César Salinas Bedón en la investigación preparatoria que se sigue
en su contra por la presunta comisión de los delitos de organización criminal y otros
en agravio del Estado. Interviene como ponente el juez superior SALINAS SICCHA, y
ATENDIENDO:

I. ANTECEDENTES
1.1 Con fecha veinte de abril de dos mil veinte, la defensa del imputado Jacinto
César Salinas Bedón solicitó el cese de la prisión preventiva dictada en su contra
para efectos de que, en su lugar, se dicte la medida cautelar de comparecencia con
restricciones. Este pedido fue materia de pronunciamiento por la jueza encargada

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del Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria, quien, por Resolución N.° 34, del
veintitrés de abril de dos mil veinte, resolvió lo siguiente: 1) declarar infundada la
solicitud de cese de la prisión preventiva peticionada por la defensa del imputado
Jacinto César Salinas Bedón; y 2) sustituir, de oficio, la medida de prisión preventiva
por la de detención domiciliaria al referido imputado, cuyo vencimiento será el
veintiocho de julio de dos mil veintiuno, con las siguientes reglas de conducta: a)
prohibición de comunicación, por cualquier medio físico o tecnológico, con otros
coinvestigados, testigos, peritos o similar de la presente investigación; b)
impedimento de salida del país por el mismo plazo. Todo lo anterior bajo
apercibimiento de revocar la medida impuesta en caso de incumplimiento. Del
mismo modo se impuso una caución económica por la suma de S/ 30 000.00.

1.2 Posteriormente, con fecha veintisiete de abril de dos mil veinte, el


representante del Ministerio Público impugnó el segundo extremo de la decisión de
primera instancia. Concedido el mismo, se formó el incidente N.° 33-2018-43 y, de
forma virtual, se elevaron los actuados a esta Sala Superior, la que por Resolución
N.° 1 programó la audiencia de apelación para el doce de mayo del presente año.
Luego de realizada la citada audiencia y su correspondiente deliberación, se
procede a emitir la presente resolución.

II. FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA


Conforme se aprecia en la recurrida, el juez sustentó su decisión con base en los
argumentos que a continuación se detallan:

2.1 Sobre el pedido de cese de prisión preventiva planteada por la defensa, la jueza
advirtió que, desde la primigenia resolución de prisión preventiva, la defensa viene
argumentando que el investigado adolece de enfermedades preexistentes y que la
documentación médica que ha presentado para tal fin no se tratan de nuevos
elementos de convicción (dos informes médicos fueron presentados anteriormente
y el otro no tiene fecha de emisión). Respecto al cierre de vías de acceso o de

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comunicación, el órgano jurisdiccional coincide con la Fiscalía en que no
constituyen elementos de convicción que mengüen, de modo alguno, el peligro de
fuga que en su oportunidad fue determinado en contra del investigado. Así,
sostiene que no se ha dado cumplimiento a lo estipulado en el artículo 283 del
Código Procesal Penal (CPP), por lo que desestima el pedido de la defensa, más aún
cuando esta solo ha cuestionado el peligro de fuga y no el de obstaculización.

2.2 Sin perjuicio de lo resuelto, la jueza de primera instancia destaca que el órgano
jurisdiccional se encuentra facultado de reformar −incluso de oficio− las medidas
coercitivas, de conformidad con el artículo 255.2 del CPP, y que en el presente caso
la defensa ha peticionado que se realice un nuevo test de proporcionalidad,
atendiendo a la emergencia nacional producto del Covid-19 y a la situación actual
de los establecimientos penitenciarios, que contrastados con la edad y
enfermedades preexistentes que adolece el investigado, corresponde que se realice
un análisis al respecto. Precisa, además, que, durante el desarrollo de la audiencia,
advirtió a los sujetos procesales de dicha posibilidad, salvaguardando el ejercicio al
derecho de defensa.

2.3 En mérito a ello, afirma que cualquier análisis sobre la sustitución de la medida
de prisión preventiva por razones del Covid-19 debe obedecer a una evaluación de
caso por caso y de las condiciones particulares del investigado. Asimismo, enfatiza
que la situación de emergencia por el Covid-19 no significa que, de modo
automático, toda persona recluida en establecimiento penitenciario, con algún
factor de vulnerabilidad, deba ser inmediatamente excarcelada. Por tanto, indica
que lo que se debe analizar es si las condiciones del investigado Salinas Bedón
cumplen con los parámetros que exige el artículo 290 del CPP.

2.4 Respecto al padecimiento de una enfermedad grave, destaca que la Fiscalía


facilitó el Informe Médico S/N-2020-INPE, del diecisiete de abril del presente año,
mediante el cual se prescribe como diagnóstico “Hemodinámicamente estable,

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hipertensión arterial en tratamiento, diabetes mellitus tipo II en tratamiento,
faringitis aguda, sintomático respiratorio: Tuberculosis pulmonar a descartar,
hipertrofia benigna de próstata a descartar”; lo que evidencia que si bien dichos
padecimientos están controlados, estos en su mayor número se encuentran
comprendidos como factores de riesgo. También precisa que el presentar tres
cuadros clínicos coincidentes con los factores de riesgo (diabetes, hipertensión
arterial y sintomatología respiratoria) en el actual contexto agravarían el estado de
salud del investigado, además de que este tiene 63 años, ha cumplido con más de la
mitad del plazo de prisión preventiva impuesta y no se han obtenido datos
concretos sobre el incremento del peligro de fuga o de obstaculización que impidan
optar por la medida de detención domiciliaria.

2.5 Por estos fundamentos, considera que la medida de detención domiciliara


cumple con los ámbitos de razonabilidad y proporcionalidad al caso en concreto,
por cuanto las circunstancias particulares del investigado y las nuevas condiciones
sobrevenidas por el brote del Covid-19 prevalecen frente a la ponderación entre la
libertad ambulatoria y el deber y derecho del Estado de investigar y sancionar los
delitos. En consecuencia, declaró infundado el pedido de cese de prisión preventiva
y, en su lugar, sustituyó de oficio dicha medida por la de detención domiciliara a
favor del imputado Salinas Bedón.

III. FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE APELACIÓN


3.1 El Ministerio Público ha planteado como pretensión, tanto en su recurso
impugnatorio como en la audiencia de apelación, que se revoque la resolución
impugnada en el extremo que resuelve de oficio sustituir la medida de prisión
preventiva por la de detención domiciliaria a favor del imputado Salinas Bedón, por
los siguientes agravios:

3.2 Violación al principio de motivación, pues los documentos presentados por la


defensa técnica no dan cuenta de la existencia de que el imputado Salinas Bedón

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sufra de enfermedades graves que amparen el cese de la medida de prisión
preventiva y, menos aún, la medida de detención domiciliaria; no obstante, en la
recurrida han sido considerados como válidos para sustituir la medida de prisión
preventiva.

3.3 Violación al principio de contradicción, congruencia y al debido proceso, por


cuanto la judicatura emitió su pronunciamiento de forma sorpresiva y sin ningún
debate previo respecto de la sustitución de la medida de prisión preventiva. La
defensa solicitó la evaluación de los supuestos del cese, pero no argumentó ni se
debatió en ningún momento la detención domiciliaria.

3.4 Finalmente, alega que la jueza incurre en una motivación aparente en el


extremo del análisis de la proporcionalidad de la medida frente al derecho de salud
del imputado.

IV. ARGUMENTOS DE LA DEFENSA DE SALINAS BEDÓN


4.1 A su turno, en audiencia, el abogado defensor del imputado Salinas Bedón
solicitó que se declare infundado el recurso de apelación formulado por el
Ministerio Público por aplicación del artículo 255.2 del Código Procesal Penal, pues
los autos que disponen medidas de coerción son reformables aún de oficio.

4.2 Considera que el a quo ha resuelto conforme al principio de legalidad.


Asimismo, refiere que no se ha vulnerado el principio de contradicción, toda vez
que, en audiencia, la jueza de primera instancia corrió traslado al representante del
Ministerio Público respecto de la posibilidad de una detención domiciliaria de su
defendido.

4.3 Agrega que la jueza de primera instancia realizó el test de idoneidad, necesidad
y proporcionalidad de la medida impuesta a su patrocinado. Finalmente, resalta
que su cliente padece de diabetes e hipertensión arterial, lo cual lo hace vulnerable

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ante la pandemia del Covid-19. Por tales motivos, solicita se declare infundado el
recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía.

V. PROBLEMA JURÍDICO POR RESOLVER


Conforme al contenido del recurso impugnatorio y lo debatido en audiencia pública
por los sujetos procesales participantes, corresponde determinar si, en la resolución
venida en grado, se han vulnerado los derechos a la debida motivación de las
resoluciones judiciales y de contradicción, como alega el representante del
Ministerio Público, o si, por el contrario, esta ha sido emitida conforme a derecho,
tal como lo sostiene la defensa técnica.

VI. FUNDAMENTOS DE LA SALA SUPERIOR


PRIMERO: De entrada, debemos precisar que esta Sala Superior solo puede emitir
pronunciamiento respecto a los agravios expresados en el escrito del recurso
impugnatorio, interpuesto en la forma debida y en el plazo de ley. Al mismo
tiempo, le está vedado responder agravios planteados con posterioridad, porque
ello implicaría vulnerar los principios de preclusión y de igualdad que deben
coexistir entre las partes durante el procedimiento1.

SEGUNDO: En ese sentido, bien se sabe que en el artículo 139 de la Constitución se


recogen los derechos y garantías de la función jurisdiccional. Allí se prevé la
observancia del debido proceso en el inciso 3, y la motivación escrita de las
resoluciones judiciales en el inciso 5, entendida esta última como una exigencia
constitucional que integra el contenido constitucionalmente protegido de la
garantía procesal de tutela jurisdiccional efectiva, que impone al juez la obligación
de que las decisiones que emita han de estar debidamente fundamentadas en
razones de hecho y de derecho. No debe obviarse que el derecho a la motivación

1
La actividad recursiva en nuestro sistema procesal tiene entre sus principales principios el de limitación,
también conocido como “tantum apellatum tantos devolutum”, el que recoge el principio de congruencia,
consistente en que el órgano revisor, al momento de revisar la impugnación, debe hacerlo conforme a las
pretensiones o los agravios invocados por el impugnante en el referido recurso.

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de las resoluciones “[…] constituye una garantía fundamental en los supuestos en
que con la decisión emitida se afecta de manera negativa la esfera o situación
jurídica de las personas. Así, toda decisión que carezca de una motivación
adecuada, suficiente y congruente, constituirá una decisión arbitraria y, en
consecuencia, será inconstitucional”2.

TERCERO: En efecto, el derecho a la debida motivación de las resoluciones implica


que los jueces, al emitir sus decisiones, expresen las razones o justificaciones
objetivas que los llevaron a tomar tal decisión. Esas razones pueden y deben
provenir no solo del ordenamiento jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los
propios hechos debidamente acreditados en el trámite del proceso. No obstante, la
tutela del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, de ninguna
manera, debe y puede servir de pretexto para someter a un nuevo examen las
cuestiones de fondo ya decididas por los jueces ordinarios3.

CUARTO: En otro extremo, según nuestra normativa procesal, las medidas de


coerción se caracterizan por su variabilidad o provisionalidad, esto es, su
sometimiento a la cláusula rebus sic stantibus. En tal sentido, su permanencia o
modificación, en tanto perdure el proceso penal declarativo, estará siempre en
función de la estabilidad o el cambio de los presupuestos y fundamentos que
hicieron posible su adopción.

QUINTO: Ahora bien, de conformidad con el artículo 283.3 del Código Procesal
Penal (CPP), el cese de la prisión preventiva procede solo en los casos donde la
evidencia de nuevos elementos de convicción demuestre que ya no concurren los
presupuestos o fundamentos que determinaron su imposición y resulte necesario
variar esta medida por la de comparecencia, ya sea simple o con restricciones.

2
Cfr. Exp. N.° 05601-2006-PA/TC, fundamento 3, y reiterado en el Exp. N° 02462-2011- PH/TC.
3
Exp. N.° 1480-2006-AA/TC (caso Caja de Beneficios y Seguridad Social del Pescador), del veintisiete de marzo
de 2006, fundamento 2.

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Adicionalmente, tendrán que tomarse en consideración las características
personales del imputado, el tiempo transcurrido desde la privación de su libertad y
el estado de la causa.

SEXTO: Así también, la Corte Suprema, en la Casación N.° 391-2011, ha establecido


–entre otros aspectos– que la cesación importa la variación de la situación jurídica
existente cuando se dictó la prisión preventiva conforme a lo exigido por el CPP. En
vista de ello, este instituto procesal a favor del imputado no implica una
reevaluación de los elementos propuestos por las partes al momento de solicitar
primigeniamente la medida de prisión preventiva, sino que se requiere una nueva
evaluación, pero con base en la presencia de nuevos elementos que deberán ser
aportados por el solicitante, puesto que tendrán que incidir en la modificación de la
situación preexistente. De esa forma, quien postule el pedido de cesación
preventiva deberá fundamentar que alguno o varios de los presupuestos
empleados para dictar prisión preventiva ya no concurren.

SÉPTIMO: Por otro lado, en orden al principio de variabilidad de las medidas, el


artículo 290 del CPP señala expresamente los presupuestos que sustentan la
aplicación de la detención domiciliaria como medida sustitutiva de la prisión
preventiva; no es alternativa a ella. Esto es así, pues, conforme a nuestra norma
procesal que se decide por el modelo restringido de la detención domiciliaria, se ha
de declarar cuando, pese a corresponder la medida de prisión preventiva, el
imputado, en atención a sus condiciones personales, se encuentra en un especial
estado de vulnerabilidad. Por ende, las razones que fundamentan este instituto
procesal son, en puridad, de tipo humanitario.

OCTAVO: Su admisibilidad se encuentra condicionada a la verificación objetiva de,


por lo menos, alguno de los siguientes presupuestos materiales: i) que el imputado

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sea mayor de 65 años de edad4; ii) que adolezca de una enfermad grave o
incurable; iii) que sufra grave incapacidad física permanente que afecte de manera
sensible su capacidad de desplazamiento; o iv) que sea madre gestante. Estas
condiciones especiales no son concurrentes, sino independientes unas de otras, por
cuanto deben ser concordadas con el inciso 2, artículo 290 del CPP, el cual, a la
letra, refiere que esta medida coercitiva se impondrá siempre y cuando el peligro
de fuga o de obstaculización pueda evitarse razonablemente con su imposición.

NOVENO: Esta Sala Superior considera de modo razonable que la vigencia de la


detención domiciliaria constituye una manifestación del principio de
proporcionalidad de las medidas de coerción. En efecto, resultaría desproporcional
mantener a una persona en un establecimiento penitenciario, cuando por sus
condiciones de especial vulnerabilidad, se pongan en alto riesgo derechos
fundamentales como la vida o la salud.

DÉCIMO: En atención a estos parámetros dogmáticos y jurídicos, esta Sala Superior


comparte el criterio expresado en la recurrida en el sentido de que los documentos
presentados por la defensa técnica no constituyen, en pureza, nuevos elementos de
convicción que puedan sustentar la cesación de la prisión preventiva, conforme
exige el artículo 283 del CPP. Ciertamente, con estos documentos, la defensa
técnica pretende desvirtuar únicamente el peligro de fuga, mas no el de
obstaculización, cuando la medida primigenia de prisión preventiva fue dictada por
ambos peligros, alegando para ello la existencia de graves enfermedades que
padece su patrocinado como diabetes e hipertensión arterial. Lo cual, aun tomando

4
La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (A-70)
establece que se entiende por persona mayor “aquella de 60 años o más, salvo que la ley interna determine
una base menor o mayor, siempre que esta no sea superior a los 65 años. Este concepto incluye, entre otros, el
de la persona adulta mayor” (artículo 2). Sobre el derecho a la libertad personal de las personas mayores, el
artículo 13 del citado instrumento internacional señala que los Estados Partes garantizarán el acceso de la
persona mayor privada de libertad a programas especiales y atención integral, incluidos los mecanismos de
rehabilitación para su reinserción en la sociedad y, según corresponda, promoverán alternativas respecto a la
privación de libertad, de acuerdo con sus ordenamientos jurídicos internos (el resaltado es nuestro).

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como válido dicha alegación, resulta ser insuficiente para cesar la medida de prisión
preventiva.

DÉCIMO PRIMERO: En consecuencia, de los actuados y debatido en audiencia,


queda claro que la solicitud de la defensa del investigado Salinas Bedón no es de
cese de prisión preventiva, pues en ningún momento ha alegado que nos
encontremos frente a nuevos elementos de convicción y así lo ha admitido durante
el debate de segunda instancia; más bien de los actuados, específicamente de la
solicitud que dio origen al presente incidente, dan cuenta que la defensa ha
pretendido solicitar la variación de la prisión preventiva por detención domiciliaria
en atención a las graves enfermedades que padece, fundamentando su pedido en
el artículo 255.3 del CPP, y en la realización de un nuevo test de proporcionalidad
tomando como contexto la pandemia declarada y generada por el COVID-19.

DÉCIMO SEGUNDO: Ahora bien, antes de absolver los agravios planteados por el
recurrente, consideramos necesario precisar que es de conocimiento público que la
pandemia generada por el COVID-19 viene afectando la salud de miles personas en
nuestro país, especialmente, de aquellas que se encuentren en un estado de
vulnerabilidad en atención a sus condiciones personales o de salud. Como
consecuencia de ello, con fecha 15 de marzo del año en curso, el Gobierno
peruano, mediante Decreto Supremo N.° 044-2020-PCM, declaró el estado de
emergencia nacional por las graves circunstancias que afectan la vida de la Nación
como consecuencia de la pandemia de COVID-19.

DÉCIMO TERCERO: En ese contexto, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, como
política institucional, ha emitido distintas resoluciones administrativas para efectos
de revaluar las medidas de prisión preventiva y el cumplimiento de las penas
privativas de la libertad, tales como (i) Resolución Administrativa N.° 120-2020-CE-
PJ, mediante la cual ha establecido que los jueces penales resuelvan, de oficio y/o a
pedido de la parte legitimada, la situación jurídica de procesados y sentenciados

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privados de su libertad, así como solicitudes de variación del mandato de detención
o de cese de prisión preventiva; y (ii) Resolución Administrativa N.° 138-2020-CE-PJ,
a través de la cual aprueba la directiva de medidas urgentes con motivo de la
pandemia del COVID-19, para evaluar y dictar, si correspondiere, la reforma o
cesación de la prisión preventiva.

Respecto de este último documento oficial, es de resaltar que el Consejo Ejecutivo


ha precisado algunos criterios que deben tomarse en consideración para valorar el
peligro procesal en relación con el derecho a la salud de los internos, tales como (i)
ser mayor de 65 años, (ii) adolecer de enfermedad grave o crónica, calificadas como
riesgosas frente al coronavirus, (iii) madres gestantes, y (iv) madres con hijos
menores de 3 años. Asimismo, debe prestarse especial atención el nivel de
salubridad del establecimiento penitenciario y las medidas que ha tomado para
evitarlo y atender a los afectados, así como su grado de hacinamiento del mismo, y,
de ser posible, la situación concreta de cada interno.

Asimismo, se precisa que en caso corresponda la detención domiciliaria, se cuidará


de fijar criterios mínimos de control y de ubicación de lugar en una zona viable,
siempre que en ese domicilio no vivan las víctimas del delito. Finalmente, se
impondrá, en la medida de lo adecuado y necesario, la obligación del procesado de
reportarse de manera virtual ante el órgano jurisdiccional competente una vez al
mes ratificando el domicilio o declarado la variación del mismo. Todo ello a fin de
salvaguardar los derechos a la salud, la vida y la integridad física de la población
penitenciaria que se encuentre en grave situación de vulnerabilidad, así como de la
eficacia del procedimiento penal.

DÉCIMO CUARTO: A su vez, no puede obviarse que la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos, el 10 de abril de 2020, ha emitido la Resolución N.° 1/2020, por
la cual formula las siguientes recomendaciones a los Estados parte: “Personas
privadas de libertad... 46. Adoptar medidas para enfrentar el hacinamiento de las

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unidades de privación de la libertad, incluida la reevaluación de los casos de prisión
preventiva para identificar aquellos que pueden ser convertidos en medidas
alternativas a la privación de la libertad, dando prioridad a las poblaciones con
mayor riesgo de salud frente a un eventual contagio del COVID-19, principalmente
las personas mayores y mujeres embarazadas o con hijos lactantes. 47. Asegurar
que, en los casos de personas en situación de riesgo en contexto de pandemia, se
evalúen las solicitudes de beneficios carcelarios y medidas alternativas a la pena de
prisión...”.

Incluso, la Organización Mundial de la Salud, mediante la “Guía provisional de


preparación, prevención y control de COVID-19 en prisiones y otros lugares de
detención”, de fecha 15 de marzo de 2020, ha señalado que “es probable que las
personas en las cárceles y otros lugares de detención sean más vulnerables a la
infección con COVID-19”, por lo que recomienda que “se debe dar mayor
consideración a recurrir a medidas no privativas de la libertad en todas las etapas
de la administración de justicia penal, incluso antes del juicio, sentencia y después
de la sentencia”.

DECIMO QUINTO: De las normas emitidas por el gobierno central, las disposiciones
administrativas emitidas por el CEPJ, y las recomendaciones emitidas por la
Organización Mundial de la Salud y la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos debemos concluir que la existencia de la pandemia generada por el
COVID-19 es una realidad en nuestro país que no merece ser objeto de prueba en el
presente incidente como así lo ha aceptado el titular de la acción penal en
audiencia. En igual sentido, se tiene que aparte de venir afectando la salud de miles
de personas en libertad, e incluso lesionando a su derecho a la vida de otros tantos,
el COVID-19 ha llegado a los centros penitenciarios del país y se tiene que hasta la
fecha se habrían contagiados muchas personas privadas de su libertad, incluidos
personal penitenciario. Además, es de conocimiento público también que existen
personas privadas de su libertad y personal del INPE que lamentablemente han

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fallecido como consecuencia del contagio del COVID-19. Para este Colegiado
Superior, en aplicación del inciso 2, artículo 156 del CPP, tales datos objetivos son
hechos notorios que no necesitan ser probados, para resolver este incidente.

DÉCIMO SEXTO: De modo que, en este contexto normativo y social que nos ha
tocado vivir, en esta incidencia, solo cabe determinar si resulta procedente la
sustitución de la prisión preventiva por la detención domiciliaria como al final
resolvió el A quo y lo ha sostenido el abogado defensor en audiencia o, por el
contrario, no procede la sustitución como enfáticamente lo ha sostenido el titular
de la acción penal en su recurso y en audiencia. En efecto, la defensa para
demostrar que su patrocinado sufre de enfermedades graves y que estas se habrían
agravado en el contexto de la pandemia, ha presentado entre otros documentos los
siguientes (i) informe médico de la Clínica San Gabriel, suscrito por Jaime Minchola
Haro, mediante el cual se prescribe que el imputado padece de hipertensión
arterial; (ii) informe médico de la endocrinóloga Sandra Arce Jiménez, quien
prescribe que el imputado padece de Diabetes Melitus tipo II; (iii) constancia de
atención médica expedido por el médico cirujano del Establecimiento Penitenciario,
Carlos de la Cruz Tasayco, quien prescribe Retinopatía diabética; (iv) receta única
estandarizada expedida por la Sub Dirección de Salud del Establecimiento
Penitenciario “Miguel Castro Castro”, con lo cual se advierten las medicinas que
estaría tomando el referido imputado por las enfermedades ya acotadas; (v)
recetas únicas estandarizadas expedidas por el Establecimiento Penitenciario
“Miguel Castro Castro”, mediante las cuales se advierte la carencia de
medicamentos en el referido penal; y (vi) solicitud presentada al Establecimiento
Penitenciario “Miguel Castro Castro”, mediante el cual se reitera el pedido de sus
medicinas debido a que el imputado no cuenta con medicación por un periodo de
30 días.

DÉCIMO SÉPTIMO: Por su parte, el titular de la acción penal, tanto en su recurso


impugnatorio como en audiencia, ha alegado como agravio que los documentos

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médicos presentados por la defensa si bien dan cuenta de la existencia de
enfermedades, estas no podrían ser consideradas como graves, dado que se
encuentran controladas en el Establecimiento Penitenciario “Miguel Castro Castro”.
No obstante, esta Sala Superior no comparte dicha argumentación pues
efectivamente en tiempos normales, sin duda, es posible que alguna enfermedad
grave o crónica, puede ser controlada en los centros penales; sin embargo, en estos
tiempos excepcionales generados por el Covid-19, la realidad nos está demostrando
que ello no es posible. Es decir, los efectos del contagio del COVID-19 ha
desbordado cualquier tipo de control de enfermedades en los centros
penitenciarios, mucho más si son graves. De ahí que no queda otra alternativa que
verificar si en el caso del imputado Salinas Bedón, este sufre de enfermedades
graves o crónicas como lo ha sostenido el abogado defensor y se sostiene en la
recurrida. En efecto, de la revisión de los documentos presentados y ya glosados, el
citado imputado sufre de hipertensión arterial y diabetes mellitus. Tal diagnóstico,
en el presente incidente, se encontraría respaldado con las distintas recetas únicas
estandarizadas ya mencionadas y emitidas por el establecimiento penitenciario
anotado. En suma, para el Colegiado superior, se ha llegado a determinar en forma
razonable que el investigado Salinas Bedón sufre de enfermedades graves e
incurables conforme lo exige el artículo 290.1 del CPP, las mismas que no pueden
ser controladas ni medicadas en el centro penitenciario donde estaba recluido.

DÉCIMO OCTAVO: De modo que esta Sala Superior concluye que la decisión final
del juez de investigación preparatoria de sustituir la prisión preventiva por la
medida de detención domiciliaria es correcta y razonable, y lo más importante, la
decisión se encuentra debidamente fundamentada dentro de los parámetros que
establece el debido proceso en nuestro sistema jurídico, de modo que el agravio
invocado por el recurrente en el sentido que la recurrida ha lesionado la garantía de
la debida motivación de las resoluciones judiciales queda descartada. Bien se sabe
que, no puede admitirse que por el solo hecho de estar en desacuerdo con los

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fundamentos y lo resuelto, exista ya una vulneración al derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales.

DÉCIMO NOVENO: Otro agravio invocado por el representante del Ministerio


Público, es que la jueza de primera instancia ha infringido el principio de
contradicción y de legalidad, pues emitió su pronunciamiento de forma sorpresiva y
sin ningún debate previo respecto de la sustitución de la medida de prisión
preventiva. Agrega que la defensa solicitó la evaluación de los supuestos del cese,
pero no argumentó ni se debatió en ningún momento la detención domiciliaria. A
criterio de esta Sala Superior, tampoco es de recibo lo alegado por el fiscal superior,
pues la sustitución de una medida de coerción de mayor intensidad por una de
menor intensidad, puede realizarse incluso de oficio tal como así se precisa en el
inciso 2 del artículo 255 del CPP. Se precisa que este supuesto se ha presentado en
el presente caso, debido a que en tiempos normales, como se ha indicado, es
factible que se controle enfermedades en los centros penitenciarios, situación que
ha cambiado radicalmente en estas circunstancias de pandemia generado por el
Covid-19, en el cual, cualquier tipo de tratamiento y medicación de enfermedades
se ha desbordado en los centros penitenciarios. De modo que podemos concluir
razonablemente que, la decisión recurrida ha sido tomada de acuerdo al debido
proceso; máxime si, de conformidad con la Resolución Administrativa N.° 132-2020-
CE-PJ ya anotada, el órgano jurisdiccional, al evaluar estos pedidos, debe prestar
especial atención al nivel de salubridad del establecimiento penitenciario y las
medidas que ha tomado para evitarlo y atender a los afectados, así como su grado
de hacinamiento del mismo, y, de ser posible, la situación concreta de cada interno.
Factores que, concurrentes a las graves enfermedades que padece el imputado
Salinas Bedón, son atendibles en el presente caso para amparar la sustitución de la
medida de prisión preventiva por la detención domiciliaria como se ha efectuado en
la recurrida.

VIGÉSIMO: El Colegiado superior considera necesario precisar como lo ha reiterado

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el Tribunal Constitucional, que si bien las medidas de detención domiciliaria y
prisión preventiva presentan los mismos presupuestos materiales para su
imposición, ambas responden a medidas de diferente naturaleza jurídica, en razón
del distinto grado de incidencia o afectación que generan dichas medidas sobre la
libertad personal del individuo5. No cabe duda de que la detención domiciliaria
supone una intromisión menos gravosa a la libertad, pues resulta una menor carga
psicológica y física que soporta el afectado, debido a que no es lo mismo
permanecer por disposición judicial en el domicilio que en prisión. No obstante,
tampoco puede desconocerse que las medidas de detención domiciliaria y de
prisión preventiva se asemejan por el objeto cautelar, es decir, impiden a una
persona autodeterminarse por su propia voluntad con la finalidad de asegurar la
eficacia de la administración de justicia, no sin antes hacer observancia del principio
de proporcionalidad –o prohibición del exceso– que impide una injerencia
injustificada sobre los derechos6.

VIGÉSIMO PRIMERO: Por lo demás, en la resolución venida en grado se ha


cumplido con expresar las razones y los considerandos que sustentan lo resuelto,
de modo que podemos concluir que ha sido motivada en forma razonable dentro
de los parámetros que exige el debido proceso, como lo establece el inciso 5 del
artículo 139 de nuestra Constitución. No debe obviarse que el Tribunal
Constitucional ha señalado que la motivación se cumple cuando “la decisión
expresada en el fallo o resolución sea consecuencia de una deducción razonada de
los hechos del caso, las pruebas aportadas y su valoración jurídica”7, y que esta
“debe ser tanto suficiente (debe expresar por sí misma las condiciones que sirven
para dictarla y mantenerla) como razonada (debe observar la ponderación judicial
en torno a la concurrencia de todos los factores que justifiquen la adopción de esta

5
Exp. N.° 0731-2004-HC/TC, (caso Alfonso Villanueva Chirinos), del 16 de abril de 2004.
6
Sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 19 de julio de 2006, recaída en el Expediente N.° 5259-2005-
PHC/TC (fundamento 5).
7
Expediente N.° 1230-2002-HC/TC.

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medida cautelar)”8. Así también, ha precisado que la Constitución no garantiza una
determinada extensión de la motivación, por lo que su contenido esencial se
respeta siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido y
lo resuelto, y cuando por sí misma exprese una suficiente justificación de la decisión
adoptada, aun si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación
por remisión9. Aspectos que se tienen por cumplidos en la resolución objeto de
impugnación.
DECISIÓN

Por los fundamentos fácticos y jurídicos expuestos, los magistrados integrantes de


la Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional Especializada en Delitos de
Corrupción de Funcionarios de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal
Especializada, en aplicación de los artículos 278.2, 290 y 409 del Código Procesal
Penal, RESUELVEN:

CONFIRMAR la Resolución N.° 34, de fecha veintitrés de abril de dos mil veinte,
emitida por la jueza encargada del Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria
Nacional Permanente Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios, en el
extremo que declaró sustituir de oficio la medida de prisión preventiva por la de
detención domiciliaria en favor del imputado Jacinto César Salinas Bedón en la
investigación preparatoria que se sigue en su contra por la presunta comisión de los
delitos de organización criminal y otros en agravio del Estado. Notifíquese y
devuélvase.
Sres.:

SALINAS SICCHA GUILLERMO PISCOYA ENRIQUEZ SUMERINDE

8
Expedientes 0791-2002-HC/TC y 1091-2002-HC/TC.
9
Exp. N.° 1230-2002-HC/TC /caso César Humberto Tineo Cabrera), del 20 de junio de 2002.

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