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Renuncia de la herencia en el nuevo código

Nuevo Código Civil y Comercial 2015

Renuncia de la herencia en el derecho argentino

En nuestro sistema jurídico la condición de heredero no es impuesta. Por ello, el llamado a recibir una
herencia puede negarse a la misma. La persona debe manifestar su voluntad de renunciar a la herencia,
careciendo entonces de los derechos a los cuales accedería y exonerándose de las obligaciones que
aparejare la herencia a recibir. Mientras no haya aceptado la herencia, el heredero puede renunciar.
Claramente, el ejercicio del derecho de opción nace a partir de la apertura de la sucesión.  El llamado a la
herencia puede ejercer su derecho tanto en la sucesión ab intestato como en la sucesión intestada.

También es imprescindible que el llamado a suceder conozca su llamamiento de manera indubitada.  Por
ejemplo, si alguien es instituido como heredero mediante un testamento, no puede oponerse la renuncia si
éste desconocía tal hecho.
Cuando una persona es llamada a recibir una herencia y ésta renuncia a la misma,  se toma al renunciante
como si nunca hubiese sido heredero y se sigue la sucesión  como si el mismo no hubiese existido. La
renuncia de la herencia debe ser manifestada mediante escritura pública. El heredero renunciante puede
retractar su renuncia en tanto no haya caducado su derecho de opción (esto es, si no han transcurrido diez
años desde la apertura de la sucesión), si la herencia no ha sido aceptada por otros herederos ni se ha
puesto al Estado en posesión de los bienes. La retractación no afecta los derechos adquiridos por terceros
sobre los bienes de la herencia.  Como ha establecido Rébora, la renuncia en principio no puede revocarse,
mas hallamos en esta norma un atenuante a tal principio a �n de evitar herencias vacantes y ayudar o
allanar el camino tendiente a una aceptación.

Como establecimos ut supra,  cuando un heredero renuncia a la herencia a la cual es llamado es


considerado como si nunca hubiese sido llamado a la herencia y la sucesión se de�ere como si el
renunciante no hubiese existido, retrotrayéndose dicho efecto al momento de apertura de la sucesión, o
sea, al día del fallecimiento del causante. Ello no obstante la operatividad del derecho de representación. 
Los demás descendientes heredan por derecho de representación, sin limitación de grados.  En caso de
concurrir descendientes por representación, la sucesión se divide por estirpes, como si el representado
concurriera. Si la representación desciende más de un grado, la subdivisión vuelve a hacerse por estirpe en
cada rama. Dentro de cada rama o subdivisión de rama, la división se hace por cabeza.  La representación
tiene lugar en caso de premoriencia, renuncia o indignidad del ascendiente. No le impide la renuncia a la
herencia del ascendiente, pero sí la indignidad en la sucesión de éste.  Entonces, el renunciante no tiene
derechos sobre los bienes que corresponden a la herencia y  bene�cia a los coherederos  del mismo grado
o de grado siguiente.

Si tenes alguna consulta podés escribirnos a consultasinfoderecho@gmail.com

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