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Teoría de la mente

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La teoría de la mente es una expresión usada
en filosofía, psicología y ciencias cognoscitivas y otras ciencias humanas para
designar la capacidad de atribuir pensamientos e intenciones a otras personas
(y a veces entidades). Aquí la palabra teoría tiene principalmente la acepción
de 'conjetura', o mejor aún, facultad de advertir.
Así cuando un sujeto inteligente está dotado de teoría de la mente se entiende
que tiene la capacidad de comprender y reflexionar respecto al estado
mental de sí mismo y del prójimo que puede tener un sujeto; también incluye
la teoría de la mente la capacidad de percibir y así poder llegar a reflexionar y
comprender en relación a las sensaciones propias y del prójimo (en este caso
principalmente por signos corporales que el otro da) logrando así el
sujeto prever el propio y ajeno comportamiento. Tal capacidad de percepción
comprende un conjunto de sensaciones, creencias, emociones, etc.
Uno de los principales estudiosos pioneros de la llamada teoría de la mente fue
el antropólogo y psicólogo Gregory Bateson. Bateson observó primeramente un
precedente de teoría de la mente en animales no humanos; por ejemplo,
observó a perros jóvenes que "jugaban" a pelear y le llamó la atención cómo y
mediante qué indicios o señales, estos animales detectaban si se trataba de
la simulación lúdica de una lucha o de una lucha real. Bateson estableció una
serie de criterios que los sistemas han de cumplir para que pueda existir la
mente, y generar las propiedades emergentes de procesos que se relacionan
con la mente: aprendizaje, memoria y toma de decisiones.
En el ser humano, la capacidad de cognición se adquiere normalmente entre
los 3-4 años; aunque más que una adquisición se trata de la activación de una
capacidad congénita, capacidad que se activa a partir de una estimulación
eficaz procedente del otro, es decir, en los humanos la cognición deriva de la
naturaleza y del ambiente, de los factores culturales que inciden en la
naturaleza humana. Después de la infancia, el sujeto hace uso constantemente
de "su" teoría de la mente (muchas veces cargada de prejuicios impuestos por
el entorno), tal uso constante de la teoría de la mente es casi siempre
efectuado sin tener plena consciencia de la misma, esto es: "intuitivamente".
Si la cognición no logra desarrollarse pueden producirse patologías, por
ejemplo algunos hipotetizan que el autismo tiene un origen por falla de
la cognición en el afectado.
Para verificar cómo está implementada la teoría de la mente en un sujeto, se
han pergeñado algunos tests como el llamado de la "falsa creencia".

Índice

 1Desarrollo de la teoría de la mente


o 1.1Test: Falsa creencia
o 1.2ToM Cognitiva y ToM Afectiva
 2Patrones y relaciones
 3Metacognición
o 3.1Metacognición en la era digital
 4Trastornos en los que se vea afectada la ToM
o 4.1Autismo y esquizofrenia
o 4.2Anorexia Nerviosa y Autismo
o 4.3Depresión Crónica
o 4.4Ansiedad social
o 4.5Niños con ADHD
o 4.6Trastorno bipolar
 5Bases Neurales
 6Véase también
 7Referencias
 8Bibliografía

Desarrollo de la teoría de la mente[editar]


Para algunos autores la teoría de la mente es innata e intuitiva, la capacidad de
cognición se adquiere normalmente entre los 3-4 años aunque más que una
adquisición se trata de la activación de una capacidad congénita, capacidad
que se activa a partir de una estimulación eficaz procedente del otro, es decir,
en los humanos la cognición deriva de la naturaleza y del ambiente, de los
factores culturales que inciden en la naturaleza humana. Después de la
infancia, el sujeto hace uso constantemente de "su" teoría de la mente (muchas
veces cargada de prejuicios impuestos por el entorno), tal uso constante de la
teoría de la mente es casi siempre efectuado sin tener plena consciencia de la
misma, esto es, intuitivamente.
Para otros autores la teoría de la mente es el resultado de la experiencia y el
aprendizaje, afirman que se necesita del desarrollo de estructuras cerebrales y
de la formación de redes neuronales. A los 6 meses de edad son capaces de
distinguir el movimiento entre objetos animados e inanimados. Entre los 14-18
meses son capaces de dirigir la mirada hacia alguien que lo mire fijamente y
empiezan a entender sus estados mentales de deseo e intención y la relación
entre las emociones y los logros. Entre los 18-24 meses, cuando comienzan a
caminar, descubren la diferencia entre realidad y pretensión, pueden diferenciar
entre representaciones de un evento real y uno hipotético, como un
pensamiento. También pueden reconocerse al mirarse en el espejo y son
capaces de decir "yo pienso".
A partir de los 24 meses comienza el desarrollo ontogénico donde se
reconocen tres fases. La fase 1 se da entre los 4-5 años, está relacionada con
la habilidad para entender que otras personas pueden tener creencias falsas
sobre el estado del mundo y que son diferentes a las propias. La fase 2 se da
entre los 6-7 años, se la conoce como la fase de "creer en lo creído" y esta
relacionada con la habilidad para reconocer que uno puede tener una creencia
falsa sobre lo que los demás creen. La fase 3 se da entre los 9-11 años, está
relacionada con la capacidad de entender, donde son capaces de reconocer
los errores y de reconocer situaciones en las que alguien dice algo inapropiado
sin entender lo que dijo.
El desarrollo de la teoría de la mente es facilitado por los padres al hablar con
sus hijos y al utilizar expresiones que refieren a los estados mentales de otros
sujetos, también por la interacción con hermanos mayores que les permiten
percibir los estados mentales del otro. Este desarrollo es paralelo a la
adquisición del lenguaje.1
Si la cognición no logra desarrollarse pueden producirse patologías, por
ejemplo algunos hipotetizan que el autismo tiene un origen por falla de la
cognición en el afectado.
Para verificar cómo está implementada la teoría de la mente en un sujeto, se
han desarrollado algunos tests como el llamado de la "falsa creencia".
Test: Falsa creencia[editar]
Hasta los cuatro años un niño no tiene la teoría de la mente (Lewis y Mitchell) 2
lo definieron como “la capacidad de hacer inferencias sobre los estados
representacionales de los otros y predecir la conducta conforme a ellos” es
decir, la capacidad de atribuirle pensamientos e intenciones a otras personas.
Cuando adquirimos la teoría de la mente poseemos la capacidad de
comprender y reflexionar en relación con nuestro estado mental, así como
también con el estado mental del otro. Esta es la comprensión de la actividad
mental, de que la mente es un ente activo que analiza e interpreta las
situaciones; una vez que el niño entiende esto, pueden comprender que las
personas y ellos mismos representan al mundo, y dichas representaciones
reflejan el mundo como es de verdad.
De este modo, para tener teoría de la mente una persona debe reconocer las
consecuencias que causa que una persona tenga una falsa creencia.
Entendido esto podemos comprender porque, por ejemplo, los niños menores
de cuatro años no saben mentir. No son capaces porque aún no entienden la
creencia falsa, la cual conlleva entender una actividad mental y el proceso
representacional; no entienden que una creencia puede cambiar, y que lo que
para ellos era cierto antes, puede ser falso ahora.
El test de la falsa creencia es el método que busca averiguar si el niño ha
desarrollado la Teoría de la mente, esta se puede dar de manera correcta si
posee la capacidad de diferenciar los propios conocimientos sobre el entorno
de lo que otra persona cree de éste.
Por ejemplo, Maxi pone un chocolate en un armario X, sale y mientras está
fuera, su mamá saca el chocolate y lo pone en un armario Y, es entonces que a
los niños se les pregunta dónde buscará Maxi su chocolate, es decir dónde
cree Maxi que está su chocolate.  Se establecen dos niveles en la capacidad
mentalista o representacional: El primero, con respecto a que los niños que
pueden saber sobre la existencia de algo (Maxi dejó su chocolate en el
armario) y el segundo, cuando se les pregunta a los niños donde ellos creen
que Maxi buscará su chocolate, generando así una representación de uso
simbólico (el hecho de que entiendan que Maxi tiene una creencia falsa sobre
dónde está su chocolate).
Sin embargo, con cuatro años la mayoría ya dan una respuesta correcta, lo
cual es una prueba de que han hecho la transición a la Teoría de la Mente y de
que han abandonado una percepción de la realidad más bien egocentrista.
ToM Cognitiva y ToM Afectiva[editar]
La Teoría de la mente se puede dividir en dos: ToM Afectiva y ToM cognitiva.
La primera es la capacidad de inferir las creencias e intenciones de los otros,
mientras que la segunda es la capacidad de inferir los estados emocionales de
los demás.
En la investigación realizada  por Simone G. Shamay-Tsoory y Judith Aharon-
Peretz  se demostró que el procesamiento de la ToM cognitiva es diferente al
de la ToM afectiva. Allí se comparó el rendimiento de los pacientes con
lesiones localizadas en los lóbulos frontales ventromediales con las respuestas
de pacientes con lesiones dorsolaterales, lesiones mixtas prefrontales y
lesiones posteriores, y con sujetos de control sanos. Se comprobó que la ToM
afectiva se vio afectada, principalmente, por el daño de la corteza ventromedial
de los lóbulos frontales, por otro lado, la ToM cognitiva se vio afectada
mayormente por un daño prefrontal extenso.
De esta manera, se puede decir que las capacidades de la mentalización
cognitiva y afectiva tienen bases neurales en áreas diferentes.La ToM afectiva
está asociada a la corteza prefrontal ventromedial y la ToM cognitiva está
asociada a la corteza prefrontal dorsolateral. Datos recolectados a través de
neuroimágenes, determinaron que, también es posible decir que los dos tipos
de ToM están controladas por una red neuronal que comprende los surcos
temporales superiores, los polos temporales y la corteza prefrontal.3 

Patrones y relaciones[editar]
Humberto Maturana y Francisco Varela desarrollaron una teoría sistémica de
cognición a partir del concepto de autopoiesis, como el patrón de organización
común a todas las criaturas vivientes. El lenguaje de la naturaleza es un
lenguaje de relaciones.4

Metacognición[editar]
Artículo principal: Metacognición

La metacognición se define como el pensamiento estratégico para utilizar y


regular la propia actividad de aprendizaje y habituarse a reflexionar sobre el
propio conocimiento.5 Es uno de los planteamientos de las
teorías constructivistas del aprendizaje significativo, que responde a la
necesidad de una transición desde un aprendiz pasivo dispuesto a aprender de
forma adaptativa y reproductiva lo que se le pida hacia un aprendiz generador y
constructivo, orientado a la búsqueda del significado de lo que hace. 6 El
término metacognición se asocia más con John Flavell. De acuerdo a este
autor, la metacognición consiste tanto en el conocimiento metacognitivo y
experiencias metacognitivas o regulamiento. El conocimiento metacognitivo se
refiere al conocimiento adquirido sobre los procesos cognitivos, el conocimiento
que se puede utilizar para controlar los procesos cognitivos. Flavell divide aún
más el conocimiento metacognitivo en tres categorías: el conocimiento de las
variables de persona, las variables de la tarea y las variables de la estrategia.
En otras palabras, se refiere a la capacidad de las personas para reflexionar
sobre sus procesos de pensamiento y la forma en que aprenden. La forma en
la que nuestro cerebro interpreta las cosas para que las podamos aprender.
El proceso de aprender a aprender, entendido como el uso flexible y
autorregulado del conocimiento en la solución de problemas, potencia en los
estudiantes la toma de decisiones en situaciones cambiantes y de
incertidumbre, y re dimensiona el perfil de la enseñanza encaminada al logro
de esta competencia.7 La mediación didáctica implica en este sentido: a)
plantear situaciones que generan en el estudiante contradicciones o afinidades
entre sus conocimientos previos y la nueva información, es decir, un conflicto
cognoscitivo; b) transformar este desequilibrio mental interno en una tensión
fecunda de sinergias opuestas que motivan al estudiante a plantearse
explicaciones más plausibles con libertad y autonomía; c) abrir espacios
movilizadores en espiral de preguntas y redes de conceptos aplicables a la
interpretación y evaluación de situaciones nuevas que consolidan en los
estudiantes múltiples bifurcaciones cognoscitivas, afectivas, procedimentales y
actitudinales.8
Metacognición en la era digital[editar]
Los sistema escolares enfrentan las exigencias del mundo laboral que van más
allá de las habilidades técnicas; las habilidades del siglo XXI son cognitivas de
orden superior y exigen gestión del conocimiento, análisis, interacción e
intercambio (OCDE, 2010) del pensamiento creativo, crítico, reflexivo y de
colaboración (Levi & Murnane, 20333; Sunkel, Trucco & Espejo, 2014), retos
que demandan una mirada más amplia y compleja del uso de las nuevas
tecnologías en la educación.
Las habilidades cognitivas y metacognitivas merecen una atención especial en
este proceso vertiginoso de integración de las tecnologías de la información y
la comunicación (TIC). Esta premisa no es nueva, ya que desde hace algunos
años se ha advertido sobre la existencia de todo un campo de investigación
acerca del impacto del uso de las TIC en los procesos cognitivos (Díaz-Barriga,
2006; Edel & Navarro, 2015).
Con el deslumbre del determinismo tecnológico que le otorga un poder en sí
mismo al uso de la tecnología en el aula, se obvia el trabajo colaborativo de
todo un equipo de profesionales que promueve y fundamenta el uso mediado
de las TIC en los procesos de enseñanza, y que alcanza a potenciar un cambio
en las prácticas de aprendizaje como espacios sincrónicos y asincrónicos de
deconstrucción, construcción y difusión de conocimientos. esta premisa implica
alentar una conciencia sobre lo que se aprende y cómo se aprende, no por
estar al frente de un video o cualquier recurso multimedia, sino por asumir el
papel de aprendiz como una persona pensante, interesado en regular lo
aprendido como una forma de comprender, construir, aplicar y transformar.
Según Perez (2012) estimular la metacognición en la era digital supone un
medio para promover la autonomía y la autorregulación de aprendizaje,
además de una clara orientación hacia el aprendizaje personalizado, "pues el
aprendizaje progresa cuando el aprendiz comprende el proceso de aprender y
conoce lo que conoce, como lo conoce y lo que necesita conocer (...) en
definitiva la metacognición supone un eje crítico de una enseñanza
personalizada, que promueve el desarrollo singular de cada individuo (p.
2011).9
En su libro “Metacognición y lectura”, Juana Pinzás G. dice: “El tema de
“aprender a aprender” es un ejemplo pertinente(…) Se puede decir que el
interés por este tópico, surgido desde hace veinte años, responde a la creencia
de que al preparar al alumno es necesario dotarlo de estrategias cognitivas
para que, llegado el caso (como ciudadano independiente inserto en el mundo
laboral y social), pueda enseñarse a sí mismo lo que no sabe o no aprendió o
requiere saber y logre así mismo desarrollar los recursos (información,
habilidades, estrategias, técnicas, etc.) que le permitan desempeñarse o
reaccionar adecuadamente ante situaciones y problemas laborales u
ocupacionales inesperados que quizás ahora nos parezcan posibilidades
inverosímiles.”10

Trastornos en los que se vea afectada la ToM[editar]


El cuerpo de conocimiento sobre cómo funciona la teoría de la mente ha
ayudado a explicar las diferentes alteraciones en las relaciones sociales en
variedad de trastornos mentales, predominantemente en el espectro autista y la
esquizofrenia. Las tareas que detectan alteraciones en la "mentalización"
contribuyen en la determinación de déficits diferenciales entre la multitud de
trastornos, lo cual es importante en el momento de realizar diagnóstico
temprano y aplicar el tratamiento correcto. En los apartados siguientes se
intenta describir los últimos hallazgos sobre el mal funcionamiento de la teoría
de la mente en variedad de trastornos.
Autismo y esquizofrenia[editar]
Según Veddum, Pedersen, Landert y Bliksted "tanto los pacientes con
esquizofrenia como los pacientes con trastornos del espectro autista (TEA)
tienen problemas cognitivos sociales y déficits de la teoría de la mente (ToM).
Sin embargo, no está claro si tanto la ToM verbal (explícita) como la no verbal
(implícita), así como la percepción social, se ven afectadas de manera similar
en ambos trastornos"
En un estudio de 2019 llevado a cabo por los mismos autores se arribó a la
conclusión de que ambos grupos de pacientes tenían déficits cognitivos
sociales similares, con algunos aspectos divergentes. Los pacientes con
esquizofrenia tenían déficits en ToM implícita y percepción social compleja en
comparación con sus controles, pero no tenían problemas con ToM explícita.
Mientras que los pacientes con TEA solo tenían déficits con respecto a la
percepción social compleja en comparación con sus controles. 11
Anorexia Nerviosa y Autismo[editar]
En una revisión meta-analítica se examinaron los perfiles de la teoría de la
mente tanto en pacientes con anorexia nerviosa (AN) como en individuos
autistas. Los resultados de dicha investigación sugieren que las personas con
AN y autismo tienen un perfil de teoría de la mente similar, pero los segundos
mostraron mayores dificultades, particularmente en la teoría de la mente
emocional. Es decir, tanto las personas con AN como las autistas tienen
dificultades significativas en todos los aspectos de la teoría de la mente en
relación con los grupos controles sanos, pero existen algunas diferencias en el
perfil subyacente. Sin embargo, los autores recalcan que hace falta llevar a
cabo más investigaciones en el campo de la teoría de la mente entre pacientes
con AN antes de llegar a una conclusión contundente. 12
Depresión Crónica[editar]
En un meta-análisis realizado en el 2016 se encontró que "las habilidades
relacionadas con la ToM están afectadas durante una depresión y pueden
potencialmente contribuir a las dificultades psicosociales durante la misma".
Los autores remarcan la necesidad de investigar sobre las habilidades de ToM
en los diferentes tipos y etapas de una depresión, especialmente en pacientes
donde la enfermedad ha remitido.13
El Sistema de Análisis Cognitivo del Comportamiento de la Psicoterapia
(CBASP) es el único tratamiento desarrollado específicamente para la
depresión crónica. Se apoya en la hipótesis de que los pacientes con depresión
crónica (CD) muestran déficits considerables de las capacidades de la teoría de
la mente afectiva (ToM). Sin embargo, no está claro si los déficits de ToM son
específicos o si surgen de déficits cognitivos globales asociados con la
depresión.
Un estudio realizado en 2015 encontró que las personas con CD presentan una
desaceleración en la ToM afectiva en comparación con la ToM cognitiva en
comparación con grupos sanos. Simultáneamente, se observó un deterioro
general de todas las funciones de ToM en las personas con depresión crónica.
Se llegó a la conclusión de que los pacientes con CD tienen un déficit de
mentalización, específicamente para funciones ToM afectivas. Este se combina
con un deterioro general de las funciones de ToM, muy probablemente
atribuible a los déficits cognitivos descritos con frecuencia en la depresión. 14
Ansiedad social[editar]
En 2014, se realizó un estudio que exploró si las personas con ansiedad social
(SAD) también tienen deficiencias en la teoría de la mente (ToM) o la
capacidad de comprender los estados mentales de los demás, incluidas las
emociones, creencias e intenciones.15
Los participantes con SAD obtuvieron peores resultados en las tareas de ToM
que los participantes sin ansiedad social. Aquellos con SAD tenían más
probabilidades de atribuir emociones más intensas y mayor significado a lo que
otros pensaban o sentían.
Estas diferencias grupales no se debieron al sesgo de interpretación. Las
deficiencias de ToM en personas con ansiedad están en la dirección opuesta a
las de personas con afecciones del espectro autista cuyas inferencias sobre los
estados mentales de otras personas están ausentes o son muy limitadas.
Esta asociación entre SAD y ToM puede tener implicaciones importantes para
nuestra comprensión del tratamiento del trastorno de ansiedad social.
Niños con ADHD[editar]
Un estudio publicado en 2019 comparó la empatía y la teoría de la mente
(ToM) entre niños con ADHD y controles sanos. Sus hallazgos revelaron que
los niños con ADHD poseen niveles significativamente más bajos de empatía
autoinformada y puntuaciones significativamente más bajas en la prueba de
falsa creencia (mejoraron después de la administración de medicamentos a un
nivel igual al encontrado en los controles sanos) 16
Trastorno bipolar[editar]
La relación entre la ToM y los estados emocionales no esta definida
claramente. Un meta-análisis de 2016 encontró que “hay una significativa pero
modesta disfunción de la ToM en pacientes con trastorno bipolar remitido o
subsindrómico”. Establecen que podemos correlacionar episodios más agudos
con déficits más graves de la ToM. Y, la exaltación de los déficits de la ToM
puede generar problemas en las relaciones interpersonales significativas de
paciente con trastornos mánicos severos o subsindrómicos. Lo que se sabe es
poco y hay una necesidad de que se realicen estudios longitudinales
comparando el desarrollo de los déficits de la ToM a través del curso de la
enfermedad.17

Bases Neurales[editar]
Los crecientes avances en el campo de las neurociencias, y en las técnicas de
neuroimágenes, han impulsado un notable interés por conocer las funciones y
las bases biológicas de diferentes conceptos en lo que respecta al ser humano
y a la vida en sociedad.
La Teoría de la Mente es considerada un componente central de la cognición
social y refiere a destrezas metacognitivas que posibilitan la inferencia de
estados mentales propios y ajenos. Rebecca Saxe, profesora de neurociencia
cognitiva y jefa del Departamento de Ciencias Cerebrales y Cognitivas del MIT,
establece en su artículo Theory of Mind: Neural Basis un grupo de regiones que
estarían consistentemente implicadas en la Teoría de la Mente y a las que
denomina "red ToM". La ToM incluye la conjunción Temporo-Parietal derecha e
izquierda, la corteza Prefrontal medial (CPFM) y la corteza Parietal medial
(CPM). 1819
Este grupo de regiones han sido identificadas como relevantes en estudios
ocasionados por lesiones y con estimulación magnética transcraneal.

Véase también[editar]
 Cognición
 Teoría computacional de la mente

Referencias[editar]
1. ↑ Téllez-Vargas, J. (2006). Teoría de la mente: evolución, ontogenia, neurobiología
y psicopatología. Avances en psiquiatría biológica, 7(1), 6-27.
2. ↑ [Mitchell, P. y Lacohée, H. (1991). Chíldren’s early understanding of false belief.
Cognition, 39, 107-127. Mitchell, P. y Lacohée, H. (1991). Chíldren’s early understanding of
false belief. Cognition, 39, 107-127.]  |url=  incorrecta (ayuda). Falta el  |
título=  (ayuda)
3. ↑ Shamay-Tsoory, Simone G.; Aharon-Peretz, Judith (2007-01-01). «Dissociable
prefrontal networks for cognitive and affective theory of mind: A lesion
study». Neuropsychologia 45(13): 3054-3067. ISSN 0028-
3932. doi:10.1016/j.neuropsychologia.2007.05.021 . Consultado el 2019-10-17.
4. ↑ Fritjof Capra. La trama de la vida. Barcelona: Editorial Anagrama, 1998.
5. ↑ Juan Ignacio Pozo Municio. Aprendices y maestros. Madrid: Alianza Editorial.
1999.
6. ↑ Peter Senge. La quinta disciplina. Madrid: Editorial Granica.1985
7. ↑ Egidio Lopera Echeverry. «El aprendizaje-enseñanza de la solución de
problemas, la metacognición y la didáctica de la pregunta, una triangulación dinámica para
la transferencia del aprendizaje.». Consultado el 16 de noviembre de 2016.
8. ↑ Dubrosky, Silvia (2000). Vygotsky. Su proyección en el pensamiento actual.
Novedades Educativas. p. 61-70.
9. ↑ Morales Gonzales, Edel Navarro y Aguirre Aguilar, Berenice, Rubén y Genaro (14
de enero de 2016). «Metacognición y tecnologías de la información y la comunicación:
Coincidencias e inconsistencias en la investigación». Sinéctica. Revista electrónica de
educación. Consultado el 29 de noviembre de 2016.
10. ↑ Metacognición Y Lectura. Fondo Editorial PUCP. 1 de enero de
2003. ISBN 9789972425936. Consultado el 21 de noviembre de 2016.
11. ↑ Veddum L, Pedersen HL, Landert AL, Bliksted V. Do patients with high-
functioning autism have similar social cognitive deficits as patients with a chronic cause of
schizophrenia?. Nord J Psychiatry. 2019;73(1):44–50.
doi:10.1080/08039488.2018.1554697
12. ↑ Leppanen J, Sedgewick F, Treasure J, Tchanturia K. Differences in the Theory of
Mind profiles of patients with anorexia nervosa and individuals on the autism spectrum: A
meta-analytic review. Neurosci Biobehav Rev. 2018;90:146–163.
doi:10.1016/j.neubiorev.2018.04.009
13. ↑ Bora, E., & Berk, M. (2016). Theory of mind in major depressive disorder: A meta-
analysis. Journal of affective disorders, 191, 49–55. doi:10.1016/j.jad.2015.11.023
14. ↑ Mattern, M., Walter, H., Hentze, C., Schramm, E., Drost, S., Schoepf, D., …
Schnell, K. (2015). Behavioral evidence for an impairment of affective theory of mind
capabilities in chronic depression. Psychopathology, 48(4), 240–250.
doi:10.1159/000430450
15. ↑ Hezel, D. M., & McNally, R. J. (2014). Theory of mind impairments in social
anxiety disorder. Behavior therapy, 45(4), 530–540. doi:10.1016/j.beth.2014.02.010
16. ↑ Maoz, H., Gvirts, H. Z., Sheffer, M., & Bloch, Y. (2019). Theory of Mind and
Empathy in Children With ADHD. Journal of attention disorders, 23(11), 1331–1338.
doi:10.1177/1087054717710766
17. ↑ Bora, E., Bartholomeusz, C., & Pantelis, C. (2016). Meta-analysis of Theory of
Mind (ToM) impairment in bipolar disorder. Psychological medicine, 46(2), 253–264.
doi:10.1017/S0033291715001993
18. ↑ «Mentalización y teoría de la mente».
19. ↑ Saxe, R. (2009). Encyclopedia of Consciousness (en inglés). Elsevier. pp. 401-
409. ISBN9780123738738. doi:10.1016/b978-012373873-8.00078-5. Consultado el 2019-10-17.

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