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Diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud

Objetivos

Los objetivos de estas dos disciplinas son bien diferentes; mientras que la psicología clínica trata de identificar y aplicar
los principios psicológicos para prevenir y tratar los problemas psicológicos de la persona, la Psicología de la Salud tiene
como objetivos mantener la salud, prevenir y tratar la enfermedad, así como identificar las diferentes causas que están
originando la enfermedad. Es decir, para entender bien las diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud,
debemos quedarnos con la idea fundamental de que la psicología clínica se encarga más de tratar la enfermedad una
vez ha aparecido (o, mejor dicho, el trastorno mental) (esto incluye también su diagnóstico), mientras que la psicología
de la salud está más enfocada a la prevención de la enfermedad y a la promoción de la salud. Además, la psicología de la
salud también pretende mejorar el sistema sanitario y promover la formación de una política sanitaria. Así, en este
sentido, abarcaría un sistema más amplio que el paciente en sí, más propio de la psicología clínica (siempre hablando en
términos generales).

¿De qué se ocupa cada una?

Algunos autores también han opinado sobre las diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud; por ejemplo,
en 1991 Marino Pérez estableció que la psicología de la salud se ocupa de asuntos psicológicos que puedan tener
consecuencias fisiológicas, mientras que la psicología clínica se encarga de los problemas psicológicos en sí mismos. En
cuanto a la psicología de la salud, un matiz: el caso a la inversa también se produce; es decir, la psicología de la salud
también se centra en las consecuencias psicológicas que puedan desencadenar ciertos problemas de salud o fisiológicos.
Aquí también entrarían en juego los comportamientos de enfermedad de la persona (acciones que realizan las personas
cuando experimentan síntomas de enfermedad), así como la interacción del paciente con el sistema de salud a nivel
institucional.

Ámbitos de intervención

Esto último que explicábamos va en línea a lo que opina otro autor, Santacreu (1991), que considera que la psicología de
la salud se centra en la salud (en la promoción de ésta), así como en la prevención de la enfermedad, y además entiende
el organismo (a nivel somático y psicológico) en relación a su entorno social, familiar y sanitario (dentro de ese
contexto). La psicología clínica, en cambio, se centra más en la enfermedad y la “curación”, y entiende o trata el
organismo a nivel individual (psicológico y somático también). Esto no quiere decir que no tenga en cuenta el contexto y
las relaciones familiares, sino más bien que es tratado más individualmente, y en cambio la psicología de la salud trata
más el “sistema” sanitario donde se adentra la persona.

¿En qué se centra cada una?

Por otro lado, la psicología de la salud se centra en todos aquellos componentes o aspectos asociados a la salud y a la
enfermedad física, a nivel cognitivo, emocional y conductual. Es decir, se centra en la salud y en la enfermedad física de
la persona, así como en el cuidado de su salud física (que en realidad está relacionada con la salud mental). Sin embargo,
la psicología clínica tiene como preocupación primordinal evaluar, predecir y aliviar los trastornos mentales (es decir, los
trastornos asociados a la salud mental, como por ejemplo un trastorno depresivo, un trastorno ansioso o un trastorno
esquizofrénico). Psicología clínica

Cognitivo conductual

Se centra en los pensamientos, creencias y actitudes,


Su base de estudio son los procesos mentales
Psicoanalítico
Se basa en el análisis de conflictos inconscientes que se originan en la niñez
Enfoque de impulsos instintivos que son reprimidos en el inconsciente
Sistémico
Se centra en las relaciones y los grupos como algo dinámico con los que constantemente nos relacionamos

Humanista 7

Se centra en los pensamientos, sentimientos y emociones


Su base de estudio es el cuerpo-mente-emoción como un todo
Psicología de la salud
Cognitivo comportamental
Modelo biomédico
Modelo biopsicosocial
La Psicología de la Salud

Aunque el interés de los psicólogos en cuestiones de salud física data de los comienzos del siglo XX (Rodin y
Stone, 1987; Stone, 1979), el desarrollo real de la Psicología de la Salud se vincula con la publicación de un
artículo de William Schofield por el American Psychologist, en 1969, en el que este autor exponía los
resultados de un análisis de contenido sobre el Psychological Abstracts de 1966-1967, mostrando que en ese
periodo se habían publicado muy pocos artículos sobre temas de aplicación de la Psicología al campo de la
salud (excluida la salud mental en el sentido más restringido del término). En ese trabajo Schofield (1969),
subraya la presencia "anémica" de la Psicología en el campo de Ios servicios de salud, "en número y en
tecnología" frente al de otros profesionales sanitarios. Pero también indicaba las posibilidades de que esa
presencia llegara a ser "robusta", y señalaba que eso dependía en muy buena parte de las decisiones y de
los
intereses de los propios psicólogos. Tomando nota de ello, la Asociación Norteamericana de Psicología
(APA), en 1973, nombró a Schofield presidente de un Grupo de Trabajo sobre Investigación en Salud. El
grupo realizó un análisis de contenido semejante al primero, referido al periodo 1966/1973, llegando a la
conclusión de que, en efecto, hasta ese momento el interés de los psicólogos en el estudio de la
enfermedad/salud física había sido muy bajo. Una encuesta de 1974 puso de relieve que sólo 52 psicólogos
se podían considerar como psicólogos de la salud "avant la lettre" (Winett, King y Altman,1989). La acción
del
grupo de Schoffield, y sus informes, tuvieron un resultado altamente positivo y, a partir de ese momento, que
se puede considerar como el del nacimiento de la Psicología de la Salud, ésta crece muy rápidamente hasta
constituirse en un área genérica de la psicología. En 1980, el número de psicólogos que aparecen dedicados
a la aplicación de la psicología al campo de la salud/enfermedad físicas es de 1500, y en 1988 será y de 3500.
El reconocimiento formal de la Psicología de la Salud se produce en 1978 con la creación de una división
específica (la División 38) dentro de la Sociedad Norteamericana de Psicología (American Psychological
Association), y la aparición del primer libro definitorio del tema en 1979 (Stone, Cohen y Adler, 1979). Casi
inmediatamente, en invierno de 1982, aparece también la revista Health Psychology (que en 1993, pasaría a
ser la revista oficial de la División de Psicología de la Salud, publicada por la propia APA). En 1983 tiene lugar
la primera conferencia norteamericana (que fue también la primera que se realizaba en todo el mundo) sobre
la formación y entrenamiento de psicólogos de la salud, como consecuencia de la cual aparecen también, por
primera vez, un conjunto de directrices para la formación de especialistas en psicología de la salud (Stone,
1983; Stone, Matarazo, Miller, Rodin, Belar, Follick y Singer, 1987), y se desarrollan programas de formación
de postgrado en este campo (Belar, 1987). Sería dificíl, escribía por aquel entonces George Stone concebir

una demostración más dramática del impacto de auto-atribución sobre una empresa profesional y científica. El
ejemplo de Norteamérica cundió rápidamente y las secciones de Psicología de la Salud se han ido
constituyendo en casi todas las Sociedades de Psicología, cientifícas y/o profesionales, como en la Sociedad
Británica de Psicología, en la Sociedad Holandesa de Psicología, en la Sociedad Alemana, en la Austriaca, en
la Danesa, en la Escandinava, etc. De esa forma, el campo de la Psicología de la Salud ha ido creciendo
rápidamente. La revista ya citada, Health Psychology, órgano oficial de la División de Psicología de la Salud
de la APA, a los dieciseis años de su aparición es una de las que tiene mayor circulación de todas las revistas
de psicología en el mundo. En el período 1979-1989 han aparecido 15 manuales de psicología de la salud
(Maess y Veldhoven, 1989). Cada día más los psicólogos de la salud son requeridos por los servicios
sanitarios. En EEUU el área en la que se ha empleado un mayor número de psicólogos ha sido en los centros
médicos, en los que los psicólogos han llegado a convertirse en miembros de equipos sanitarios de
intervención e investigación en rehabilitación, cardiología, pediatría, oncología, medicina familiar, odontología
y un largo etcétera de campos (American Psychological Association, 1996). Igualmente, en los años 90 se ha
producido una cantidad considerable de trabajo de investigación e intervención psicológica en el campo
sanitario. No cabe, por tanto, decir que la psicología de la salud esté dominada por la psicología
norteamericana. La Sociedad Europea de Psicología de la Salud ha organizado congresos científicos desde
1986, que han influido de manera fundamental en la proliferación de la psicología de la salud europea. La
Sociedad adoptó como órgano oficial la revista Psychology and Health, que ha conseguido una merecida
buena reputación en la psicología europea. A esa revista se unieron posteriormente la Revista de la
Psicología de la Salud, el British Journal of Health Psychology, Gedrag & Gezondheid: Tijdschrift voor
Psychologie en Gezondheid, Zeitschrift far Gesundheitpsychologie, y más recientemente el Journal of Health
Psychology, y Psychology, Health & Medicine. El desarrollo de la Psicología de la Salud en Europa parece,
por tanto tan sólido como lo está siendo en EEUU. En ese desarrollo, como subraya David Marks(1996) desde
su naturaleza interdisciplinar dentro de la Psicología misma, debe asumir su necesidad de dar mayor énfasis a
una perspectiva social, lo que le ayudaría a contribuir de una manera significativa a un mundo amenazado por
las secuelas de sus propios logros industriales, científicos y médicos, y por los cambios económicos y
sociales, que tienen una influencia determinante en el bienestar de los seres humanos. Precisamente, es
interesante señalar que muy pocos años antes de la aparición formal de la Psicología de la Salud, la
relevancia de las variables comportamentales y psicosociales en importantes problemas de salud cada día
más evidente, la aparición de un nuevo paradigma en el que se integran tales variables para dar cuenta de
sus mutuas interacciones, y el desarrollo del paradigma en la investigación psicofisiológica, habían
establecido un escenario adecuado para que los psicólogos estudiaran estas cuestiones y asumieran un papel
importante en el desarrollo de las técnicas para la prevención de la enfermedad. La idea de salud integral,
expresada en la definición de la OMS, representaba un modelo bio-psico-social de la salud y de la
enfermedad, y se vio reflejada en un número cada vez mayor de conexiones entre la medicina y las ciencias
del comportamiento. En ese marco, a comienzos de los setenta apareció la Medicina Comportamental,
definida por su Conferencia fundacional de Yale (1977) como "el campo interdisciplinar referido al desarrollo e
integración de los conocimientos y técnicas de las ciencias biomédicas y de la conducta relevantes para la
salud y la enfermedad, y a la aplicación de esos conocimientos y técnicas a la prevención, diagnóstico,
tratamiento y rehabilitación." (Usdhew 1977, p.4; Schwartz & Weiss, 1978, p.250). El término de
"medicina
comportamental" se utiliza, por tanto, para referirse a un campo interdisciplinar de investigación, educación y
práctica, referido a la salud/enfermedad físicas, que reúne elementos provenientes de las ciencias del
comportamiento, tales como la psicología y la sociología, o la antropología, y de la educación sanitaria, pero
también de la epidemiología, fisiología, farmacología, nutrición, neuroanatomía, endocrinología, inmunología,
odontología, medicina interna, enfermería, trabajo social y salud pública, entre otras, para colaborar en el
cuidado de la salud y en el tratamiento y prevención de la enfermedad (Rodríguez-Marín, 1991). La Psicología
de la Salud aparece, por tanto, como un área más específica que subraya el papel primario de la psicología
como ciencia y como profesión en el campo de la medicina comportamental y que se definió como "el
conjunto de contribuciones científicas, educativas y profesionales que las diferentes disciplinas psicológicas
hacen a la promoción y mantenimiento de la salud, a la prevención y tratamiento de la enfermedad, a la
identificación de los correlatos etiológicos y diagnósticos de la salud, la enfermedad y las disfunciones
relacionadas, a la mejora del sistema sanitario y a la formación de una política sanitaria" (Matarazzo, 1980,
p.815).Psicología de la Salud y Medicina Comportamental, como se ve, contienen un conjunto de términos
comunes: prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, pero, como indica Weiss (1982), quizás la
característica más diferencial del psicólogo de la salud sea la prevención de la enfermedad y la promoción de
la salud a través del cambio de conducta. Por otro lado, mientras que la "medicina comportamental" es
considerada como un campo interdisciplinar que reúne los conocimientos comportamentales y biomédicos
relevantes para la salud y la enfermedad la "psicología de la salud" se refiere al papel de la psicología en este

dominio. Así, los psicólogos de la salud contribuyen con su trabajo al campo de la medicina comportamental,
como lo pueden hacer médicos, personal de enfermería, los trabajadores sociales, y los miembros de todas
aquellas otras disciplinas que han elegido practicar, enseñar, investigar o desarrollar políticas relativas a la
integración de las ciencias biomédicas y comportamentales relevantes para la salud y la enfermedad
(Belar,1987); aunque, ciertamente, parece claro que la medicina comportamental no podría existir sin las
contribuciones de la psicología más de lo que podría hacerlo sin las contribuciones de la biomedicina (Weiss,
1982). Por otro lado, y respecto a otros campos aplicados de la Psicología que tienen que ver con la salud, es
su especial referencia al campo de la salud física lo que le da su carácter diferencial a la Psicología de la
Salud. Esta "aplicación de la psicología" al campo de la salud/enfermedad física ha reunido investigadores y
practicantes de una amplia variedad de disciplinas psicológicas, cuya característica distintiva es su
consideración del sistema sanitario como "entorno de trabajo". Así, la Psicología de la Salud no sólo dirige su
atención al individuo cuya salud está en cuestión, sino al "conjunto complejo de instituciones y fuerzas dentro
de las cuales se persigue la salud" (Stone,1983, p.2). Al considerar a la persona dentro de ese conjunto, el
psicólogo de la salud la estudia sobre una línea casi-temporal de las relaciones de aquélla con los problemas
de salud. Esa línea va desde un extremo en el que la persona es consciente de ciertos acontecimientos que
todavía no la ponen en peligro, a través de una gama de conductas de regulación del riesgo, hasta un estadio
en el que sucumbe a los riesgos y desarrolla los síntomas alcanzando el estadio de conducta de enfermedad,
en el que el individuo se determina a buscar ayuda profesional. Al decidir que necesita cuidados, la persona
adopta el "papel de enfermo" e invoca la gama completa del proceso de tratamiento. Al final de una serie de
estadios (del diagnóstico al seguimiento), hay una fase de rehabilitación en la cual la persona se adapta a los
déficits residuales del episodio de enfermedad, con varios tipos de apoyo y asistencia, y, finalmente, se
considera recuperada (Stone,1983). Por otro lado, la psicología de la salud presta su atención a los problemas
de la salud de la persona en diferentes niveles de organización: niveles intraindividuales, como el nivel bio-
químico (por ejemplo, posibles efectos secundarios psicológicos de unos fármacos determinados), el nivel
fisiológico y de aprendizaje instrumental o condicionado (biofeedback y técnicas de modificación de conducta),
y el nivel psicológico (emotivo, motivacional y cognitivo) y comportamental (Stone,1982); niveles
interindividuales (técnicas de intervención en grupo para educación sanitaria, o intervención comunitaria); y
niveles sociales (colaboración con el diseño de políticas sanitarias, márketing social de la salud, etc.). La
Psicología de la salud constituye ya una disciplina aplicada sustantiva que se nutre de una amplia gama de
teorías y métodos de muchas disciplinas psicológicas básicas, y delimita un área de páctica profesional,
comprometida con los problemas del campo de la salud, y su conocimiento de las personas, contextos, y
problemas del sistema sanitario (Adler et al., 1979). Cualquier actividad de la psicología relativa a cualquier
aspecto de la salud y/o la enfermedad físicas, el sistema sanitario, o la formación de políticas sanitarias se
considera dentro del campo de la psicología de la salud. Por ello, cuando se trabaja dentro del campo de la
salud desde esta perspectiva, hay que tomar en cuenta las aportaciones de prácticamente todas las áreas de
la psicología (evolutiva, fisiológica, personalidad, cognitiva, social, educativa, etc.) Feuerstein, Labbé y
Kuczmierczyk (1986) afirman, por ejemplo, que la psicología de la salud trata cuestiones básicas tales como
¿Cuáles son las bases fisiológicas de la emoción y cómo se relacionan con la salud y la enfermedad?,
¿Pueden identificarse los factores de riesgo bio-comportamentales y cuáles son sus mecanismos de acción?
¿Qué es el estrés?, ¿Qué factores contribuyen al desarrollo de las conductas de salud y enfermedad?,
¿Cómo contribuye el conocimiento psicológico a la comprensión básica de la etiología y manejo de muchos
problemas médicos importantes?, ¿Qué roles puede jugar el psicólogo dentro del sistema sanitario?. La
psicología de la salud debe ser capaz de integrar datos de las diferentes disciplinas psicológicas cuando se
plantea todas estas cuestiones. En suma, y según las conclusiones del Grupo de Trabajo sobre Psicología de
la Salud, de la Federación Europea de Asociaciones Profesionales de Psicología (EFPPA), la Psicología de la
Salud es la aplicación de la teoría y métodos psicológicos a la salud, la enfermedad física y al cuidado de la
salud; se preocupa de los aspectos psicológicos de la promoción, mejora y mantenimiento de la salud. El
contexto ecológico de estos aspectos psicológicos de la salud incluye los sistemas sociales en los que existe
el ser humano (Marks, 1996; Marks, Donker, Jepsen, Rodríguez-Marín, Sidot y Wallin, 1995). Cualquier
actividad o proceso psicológico que mejore el bienestar (la calidad de vida) le interesa a la Psicología de la
Salud; y del mismo modo le interesa cualquier actividad, proceso o circunstancia que tenga componentes
psicológicos y que amenace el bienestar. En consecuencia, para el citado Grupo de Trabajo, la misión de la
psicología de la salud profesional es promover y mantener el bienestar mediante la aplicación de la teoría,
métodos e investigación psicológicos, tomando en cuenta el contexto económico, político, social y cultural. El
principal propósito de la psicología de la salud profesional es el empleo del conocimiento, métodos y
destrezas psicológicas en la promoción y mantenimiento del bienestar.
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA PSICOLOGIA CLINICA

INICIOS DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA

El campo clínico ha sido, tal vez, el primero en constituirse como ámbito profesional; también el más amplio, y el que
atrae la atención de un mayor número de profesionales, movidos por un sentimiento humanitario de solidaridad con los
que sufren algún tipo de problema o alteración que afecte a sus vidas. Su inicio está asociado con los mismos orígenes
de la Psicología como ciencia, cuando Wilhelm Wundt funda el primer laboratorio de Psicología en Leipzig, Alemania en
el año de 1879. En aquel momento, la mayor parte de la investigación se centraba en los procesos de sensación y
percepción para así encontrar evidencia consciente sobre los problemas de la conducta humana.

Lighter Witmer, discípulo de Wundt y cabeza del departamento de psicología de la Universidad de Pensilvania, utilizó el
término “PSICOLOGÍA CLÍNICA” por primera vez en 1907 para descubrir la práctica que había realizado durante 10 años
en una clínica fundada por él mismo, para niños establecida en 1896 en la Universidad de Pensilvania, fue la primera
clínica en existir. Por tal razón la figura del profesional clínico debe mucho a Lightner Witmer, quien abrió la marcha de
la vía profesional del psicólogo en este campo. Incentivó el estudio de individuos por observación y experimentación,
con la intención de promover cambios. También fundó la primera revista de psicología clínica, “PSYCHOLOGICAL CLINIC”.

El llamado de Wimer para el involucramiento de los psicólogos en el área clínica fue de lenta aceptación, sin embargo,
para 1914 tan sólo en Estados Unidos había 26 clínicas más. Mientras Witmer se enfocó en niños con atraso intelectual y
déficits, otras clínicas surgieron con un enfoque en malestares emocionales, la psicología se estaba desarrollando en
hospitales mentales, por cuanto psicólogos clínicos asumían puestos reconocidos hasta ese momento como psiquiatras.
Los psicólogos generalmente no se abocaban a la psicoterapia, pues ella estaba en manos de médicos psiquiatras, en
cambio, se empleaban mayormente en tareas de evaluación. Esta tendencia evaluativa llegó a su máxima expresión
durante la primera guerra mundial, para efectos de selección de reclutas. Así fue como, la Primera Guerra Mundial
movilizó la construcción y aplicación de test psicológicos y, también, el papel del psicólogo clínico.

Los psicólogos clínicos empezaron a organizarse bajo ese nombre en 1917, con la fundación de la American Association
of Clinical Psychology. Ello duró poco, pues en 1919 la Asociación Americana de Psicología desarrollo una división formal
para la psicología clínica.

En Europa, los primeros psicólogos clínicos se establecieron en Gran Bretaña como reflejo de los sucesos en Estados
Unidos. En Francia, una tradición europea fue fundada por el psicoanalista Daniel Lagache, que consideró a la Psicología
Clínica como un área distinta a la psiquiatría, que si bien integraría elementos propios de la psicopatología debería
entender al individuo en su totalidad más allá de la patología, pudiendo así obtener un conocimiento amplio y certero
del funcionamiento psíquico y su relación con los fenómenos de agonía y sufrimiento.

En cualquier caso, la Psicología Clínica como disciplina y profesión se fundamentó en sus inicios sobre la evaluación
psicológica y en muchas otros como una práctica dependiente de la del psiquiatra, con el desarrollo de la teoría y de la
técnica la Clínica evolucionó hacia el desarrollo de tratamientos y técnicas de intervención desde un paradigma
propiamente psicológico, dando paso a lo que hoy en día conocemos como psicoterapia, la cual desde una mirada actual
y moderna genera sus diagnósticos y procesos con una postura menos psicopatológica (psiquiátrica) y mucho más desde
la psicología positiva y humana, en tanto área de ejercicio propio de los psicólogos contemporáneos empezó a ser
reglamentada mediantes leyes, códigos de ética, bioética y colegiada para resguardar su ejercicio profesional.

Según aumentaba el número y funciones de los psicólogos clínicos, empezaron a sentir descontento con el apoyo
recibido por sus colegas de la APA mayormente académicos y científicos, de modo que en 1937 constituyeron una
organización separada, la American Association of Applied Psychology, para 8 años después integrarse nuevamente a la
APA. Al final de la década de 1930, el campo de lo que sería la Psicología Clínica moderna ya se había organizado con 6
actividades principales: EVALUACIÓN, TRATAMIENTO, INVESTIGACIÓN, ENSEÑANZA, ASESORAMIENTO y
ADMINISTRACIÓN. Para entonces los clínicos se habían extendido más allá de sus clínicas, podían trabajar tanto en
hospitales como en prisiones, tanto con adultos como con niños etc.

LA RELACIÓN DE LA GUERRA CON LA HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA

La psicología se vio favorecida por la intervención que los psicólogos realizaron en el primer conflicto bélico mundial.
Esta intervención produjo un progresivo asentamiento y reconocimiento de la psicología, de su profesionalización. El
periodo entre las 2 guerras mundiales propició, dado el prestigio adquirido, la demanda creciente de psicólogos en los
ámbitos de diagnóstico y tratamiento. Por otro lado, la psicología había ido asentando su posición aplicada
exclusivamente en estas 2 actividades dejando a la psicoterapia en manos de los psiquiatras. Nuevamente sería la guerra
la que le diera un giro a la trayectoria de la psicología. El gran número de soldados con trastornos psicológicos y neurosis
de guerra fue el fruto del conflicto bélico que planteó la necesidad de un número creciente de especialistas para su
atención y tratamiento, para ello se pensó además que los psiquiatras no eran los únicos que pudieran dar psicoterapia.

El compromiso de los psicólogos clínicos en la Segunda Guerra Mundial, fue mucho más importante que en la Primera.
1.500 psicólogos sirvieron en la Segunda Guerra Mundial. En 1944, veinte millones de militares y civiles fueron
sometidos a unos sesenta millones de pruebas psicológicas. Ya en 1940, habían aparecido tal cantidad de pruebas, más
de quinientas, que se necesitó un Mental Measurement Yearkbook para catalogarlas, y el desarrollo, la aplicación y la
evaluación de estos instrumentos siguieron estimulando el diagnóstico y la investigación de los psicólogos clínicos.

La aplicación de pruebas, comenzó, además, a ser un negocio. Se comercializaron las pruebas y por ende se ofreció
asesoría a negocios e industrias. Además de aplicar pruebas, los psicólogos tuvieron que hacer entrevistas, escribir
informes psicológicos, y debido al enorme número de trastornos psicológicos durante y después de la guerra, tuvieron
que realizar terapia, paradójicamente psicoanalítica. Esto pone en evidencia que los psicólogos clínicos no estaban
capacitados para hacer intervenciones psicoterapéuticas. De lo anteriormente enunciado se deriva que, debido a la
premura de los intereses de los Estados Unidos durante su participación en las guerras, para ser psicólogo clínico
(aplicando pruebas mentales), sólo era necesario recibir cursos para aplicación de pruebas, de psicología anormal, tal
vez algo de desarrollo infantil y estar interesado por la gente. Esto muestra lo poco claro que era ser psicólogo clínico
para la época. Los psicólogos clínicos además de estar catalogados como profesionales de segunda clase, eran
confundidos con técnicos de pruebas psicológicas, recibían poca ayuda de los colegas de otras Universidades y de la APA
(American Psychological Association), que no se preocupaba por mejorar su imagen.

Por otro lado, los psicólogos académicos objetaban la validez de la Psicología aplicada y se daban cuenta de los costos
que significarían los programas de Psicología clínica, por esto los departamentos de psicología de las universidades
tardaron en organizar programas de postgrado en Psicología clínica. A partir de las necesidades de intervención de los
psicólogos clínicos bien formados, en aquellos casos en que se ameritaba un tratamiento que promoviera la salud
psíquica pública de los excombatientes, el departamento de salubridad y la administración para veteranos se
convirtieron en las instituciones que más contribuyeron a la cualificación de los psicólogos clínicos, estableciendo una
alianza con las mejores universidades de la nación, ofreciendo grandes donativos.

En la Segunda Guerra Mundial se derivaron 40 000 personas a los hospitales neuropsiquiátricos de la Veteran
Administration en Estados Unidos, lo que supuso de nuevo un impulso a la consolidación de la psicología clínica. Puesto
que los psicólogos clínicos existentes fueron insuficientes, la Veteran Administration se adelantó a la APA y apoyó en la
capacitación requerida para el ejercicio de la rama. Un documento de la Veteran Administration en 1946 definió a la
psicología clínica como una profesión que implicaba el diagnóstico, tratamiento e investigación relativos a los trastornos
de los adultos. Para ello el psicólogo clínico debería poseer el grado de Docto (PhD). Esta instigación de la VA junto con
el respaldo del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos fue un reforzador para que la APA y las universidades
definieran los programas de formación en psicología clínica, dando lugar en 1947 un comité encargado de rediseñar
tales directrices.

Este comité (David Shakow´s Commite on Training in Clinical Psychology) tenía encomendado recomendar el contenido
de los programas. Presentó un informe en el que determinaba las características que debía tener la formación de
psicólogos que aspiraban a ser clínicos en las universidades e internados. El informe de Shakow sentólas bases para la
eterna discusión entre los psicólogos dedicados a la ciencia pura y los psicólogos que consideraban a la Psicología como

profesión. Los primeros considerando a los segundos como intrusos patrocinados y pagados por el gobierno.

Dos años después de la publicación del informe de Shakow, hubo una convención nacional de formación de Psicología
clínica en Boulder, Colorado, en la que oficialmente se aceptaron sus recomendaciones, y a partir de entonces la APA
autorizó a los psicólogos el ejercicio de la psicoterapia, que antes era ejercida, principalmente, por los psiquiatras en su
mayoría de formación filosófica-fenomenológica y psicoanalítica

Las 3 principales recomendaciones del informe Shakow para el entrenamiento clínico fueron las siguientes:

1. El psicólogo clínico sería formado antes que nada como psicólogo (y por tanto como científico) contando con ello
como profesional práctico. 2. El entrenamiento clínico será tan riguroso como lo pueda ser la formación en áreas no
clínicas de la psicología, lo que supone el establecimiento de criterios estándar de pos graduación. 3. El contenido de la
preparación clínica se centraría en la evaluación, tratamiento e investigación.

Aunque la primera toma de contacto de la psicología aplicada norteamericana con el ejército podríamos datarla en
1915, cuando el profesor de la Universidad de Harvard William Marston (1893-1947) desarrolla varias investigaciones
sobre la detección psicofisiológica del engaño en una base militar de Georgia, podemos considerar que la colaboración
institucional entre la Armada y los psicólogos sociales estadounidenses tiene su punto de partida en los trabajos
realizados por Robert Yerkes (1876-1956) y sus colaboradores sobre las actitudes de los soldados alistados en las fuerzas
armadas durante la Primera Guerra Mundial (mediciones en test Army Beta y Army Alpha).

La campaña de propaganda y persuasión producto de los resultados de los trabajos psicológicos, se completó con las
siguientes actuaciones de guerra psicológica (psychological walfare) contra las fuerzas del Eje: a) Crear un clima
actitudinal de sospecha y desconfianza entre los nazis extremistas y los conservadores alemanes. Orígenes y desarrollo
de la investigación psicosocial norteamericana aplicada durante la II Guerra Mundial 81 Revista de Historia de la
Psicología, 2011, vol. 32, núm. 2-3 (junio-septiembre) b) Fomentar el desánimo y el pesimismo entre los alemanes
haciéndoles dudar de la victoria final, victoria que no se ha podido conseguir por culpa de los conservadores alemanes
que han querido negociar la paz. c) Culpar a los extremistas nazis de dificultar las negociaciones de paz, argumentando
que la política desplegada por el Tercer Reich estaba orientada únicamente a satisfacer la ambición de los líderes nazis.

De hecho, en un informe interno realizado por el profesor R. Hartshorne (1943) para la dirección del Research and
Analysis Branch, se apunta la existencia de «cierta falta de cohesión y de moral» en los investigadores. La cadena de
mando ha de hacer un solidario esfuerzo por entender y mejorar el estado anímico de estos profesionales de la
investigación, cuya motivación, entrega e intenciones difieren en gran medida de los intereses estratégicos y de
seguridad de los militares. Si

estos profesores e investigadores son los engranajes de una gran maquinaria, queremos que la maquinaria funcione, es
preciso que tengan alguna satisfacción como seres humanos que son, lo cual pasa inevitablemente por comprender los
objetivos de aquellos que han diseñado y que controlan los entresijos de la maquinaria.

INICIOS DE LA PSICOTERAPIA
La psicoterapia surge a fines del siglo XIX, y en un principio estuvo al margen de la medicina oficial. En contra de ciertas
posturas como la de Wundt, crece a principios del siglo XX la idea de que debe desarrollarse una psicoterapia como una
especialidad de la Psicología clínica, aun cuando la Psicología no había alcanzado suficiente fundamentación
epistemológica y metodológica.

En Estados Unidos se desarrollan psicoterapias para resolver problemas prácticos, polarizándose más las diferencias
entre académicos y clínicos. Luego de la primera guerra mundial, el psicoanálisis hace sentir más su influencia en la
Psicología clínica. Aparecen las primeras obras sobre la personalidad, y con la Segunda Guerra Mundial la conciencia de
acciones psicoterapéuticas aumenta, sobre todo por demandas sociales. Los psicólogos reclaman su derecho a
diagnosticar y curar, pese a las resistencias de los psiquiatras.

Con el auge del psicoanálisis en Norteamérica, las críticas de la extrapolación del modelo médicobiológico al ejercicio de
la psicoterapia se hicieron más fuertes. Fueron los psiquiatras y los psicólogos clínicos psicoterapeutas quienes
acogieron y apoyaron la difusión del psicoanálisis en Norteamérica.

Habría que señalar que los EEUU de 1933 son todavía un país azotado por la crisis económica de 1929. La crisis de 1929,
tuvo distintas expresiones en realidades sociales concretas, tales como marginalidad, la cesantía y la falta de recursos
para los programas de asistencia social. Esto resulta importante para notar cómo los problemas que les toca enfrentar a
los psicólogos clínicos y psiquiatras dedicados a la psicoterapia se producen a partir de esta coyuntura histórica
concreta. En 1933, la llegada de muchos intelectuales judíos influenciados por las ideas psicológicas de Brentano,
Husserl, Droysen, Dilthey y Stumpf, que pertenecían a la otra propuesta filosófica y psicológica presente en la
Universidad de Berlín: las ciencias del espíritu, coincide con la elección del presidente Roosevelt, quien gobernó durante
cuatro períodos constitucionales hasta su muerte en 1945.

Los psicoterapeutas desilusionados de las ingenuidades del modelo biológico de las enfermedades mentales exploran las
nuevas propuestas alternas, algunas de ellas olvidadas, otras desconocidas y/o atacadas por ser subjetivas. Estos
mismos psiquiatras y psicólogos psicoterapeutas critican el trato inhumano que se les da a los pacientes y empiezan a
implementar otro tipo de prácticas y a preguntarse por el sentido de los síntomas y la enfermedad mental,
introduciendo una concepción alternativa de la clínica como una reflexión sistemática sobre el sufrimiento y el pathos
humano y las bases del alma humana, definiendo lo esencial de lo psíquico como las relaciones

interhumanas. Desde entonces la relación con el paciente se convirtió en el punto de partida para el desarrollo del
razonamiento clínico.

Mientras que en el contexto de la Psicología oficial se discutían los asuntos relativos a la formación de los psicólogos
clínicos y emergían las bases del modelo científico-profesional llevado hasta el tratamiento terapéutico, en otros
ámbitos, más marginales, se proponía romper con el objetivismo y el atomismo de la Psicología clínica orientada por el
modelo médico, para pensar una práctica y una reflexión clínica centrada en las dimensiones subjetivas e
intersubjetivas. Su renuncia al método experimental y a los ideales de las ciencias positivas los alejaron en gran medida
de los grandes escenarios de la Psicología oficial, y por tanto de los principios establecidos para la formación científico-
profesional. Muchos de estos psicólogos y psicoterapeutas permanecieron enseñando en las universidades, poco
interesados en adquirir un estatus de científicos, pero dedicados a la crítica académica de los fundamentos mismos de la
Psicología clínica, de la Psicología como ciencia y de una propuesta terapéutica derivada del modelo de las ciencias
naturales que poco o nada tiene que ver con el cuidado del alma.

La palabra psicoterapeuta, es un término compuesto, derivado de dos vocablos griegos, a saber: Psique y therapon, que
a su vez significan: Alma (psique) y servidor (therapon). En consecuencia podríamos sostener que ser psicoterapeuta
significa fundamentalmente, ser servidor del alma. Therapéuo: se refiere a Yo cuido y al acto del servicio, por lo tanto se
puede decir que al tratamiento del alma se le conoce como psicoterapia. En la medida en que la psicoterapia apunta a
un tratamiento del alma, a una modificación radical de sí del propio sujeto, ha de atender fundamentalmente a lo
peculiar del sujeto, esto es, a aquello que lo caracteriza en cuanto tal y no a lo que le es común con otros sujetos. Para
intervenir ha de fundamentarse en el discurso del sujeto, y no en teorías psicológicas (Lopera, 2000). Gran variedad de
razones teóricas ligadas a la historia de la ciencia, de la Psicología y de las ideologías en el ejercicio de la psicoterapia,
han llevado a adjudicarle a este concepto una serie de significados restringidos y mezquinos, empobreciendo y
desvirtuando su significado original. Los psicólogos terapeutas pragmáticos y fieles al modelo de las ciencias naturales,
decidieron eliminar toda referencia al alma, y decidieron traducir psique como mente Mind, y más aun siendo fieles al
juramento fisicalista, conjugan lo psíquico con lo físico, de tal manera que mente resulta ser lo mismo que cerebro, y por
lo tanto es posible terapiar la mente-cerebro y no hacer psicoterapia.

REFERENCIAS:

Grafield, L. (2005). Psicología Clínica. México: Manual Moderno.

Sánchez, M. (2011) Orígenes y desarrollo de la investigación psicosocial norteamericana durante la II Guerra Mundial.
España: Universitat de Valencia.

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