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Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis” 1

Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein


Clase N° 13 – 06-10-06

CLASE 13

Estamos planteándonos con David hacer un trabajo que es articular el nudo borromeo a la
formalización de La Carta Robada, con la siguiente idea: primero ustedes recordarán que
habíamos planteado que se podía escribir perfectamente –y que Lacan indicaba- los tres
registros sobre la cadena significante, que en el sentido en que lo está proponiendo David,
habría que establecerlo. O sea, lo real, en esto que es lo que siempre se puede decir, ya que un
término –en la lógica de α,β,γ,δ- siempre puede seguir a cualquier otro, o sea, dentro del terreno
de lo imaginario del decir, que puede ser definido como que todo puede ser dicho, inclusive a
pesar de los lacanianos, se puede decir “todo”, es más se los digo: “todo”. En ese sentido, si
uno empieza a trabajar la legalidad que se puede desprender de la cadena, podría establecer lo
real y lo simbólico. Quiere decir que lo real, lo simbólico y lo imaginario pasan a ser registros
que se deducen a partir de un trabajo de lectura sobre la cadena significante, si el trabajo de
lectura busca establecer una lógica. Si busca establecer concordancias poéticas, no. Si busca
establecer concordancias poéticas, va a conseguir juegos poéticos; pero si busca establecer una
lógica, sobre ese trabajo se puede establecer en el sentido de Lacan, simbólico, imaginario y
real.
Con lo cual, ya tenemos una aproximación de que simbólico, imaginario y real son dimensiones
que se pueden establecer sobre el decir, primera cuestión.
Lo segundo que les había planteado era que en la lógica de las beta y de las delta, uno podría
decir que todos los paréntesis redoblados, que este paréntesis cierra con este y que este cierra
con este, pero que en la lógica de beta y delta, recuerden que les había propuesto que se podía
escribir también –totalmente justificado por beta y delta- el ocho interior. Donde se podría
escribir así: ¿ven el recorrido en ocho interior?

( ( ) )

β β δ δ

La idea que podría aportar, se acuerdan que la propuesta de David fue partir del nudo borromeo
por donde Lacan parte, que ya es un mundo, porque habitualmente los lacanianos leen el nudo
borromeo por donde Lacan llega, por ese supuesto privilegio del punto de llegada que me
parece que debe tener que ver con el acabamiento hegeliano, que lo que está pendiente del ser
en el origen, se manifiesta en cierta dimensión de presencia constante en el acabamiento. Con
lo cual, lo que estaba y siempre estuvo, se presenta en su acabamiento, y en ese sentido, por
ejemplo Heidegger puede decir que toda la metafísica occidental se acaba con Nietzsche, pero
no en el sentido de que se acaba porque se acabó –se terminó- sino porque logra su acabamiento
al terminar de realizar lo que estaba en el origen, pendiente de ser realizado pero indicado. Esa
es por ejemplo la posición de lectura de Heidegger respecto de la metafísica occidental y
Nietzsche, desde la idea de acabamiento.
Pero recuerden que David había trabajado una frase que él escribió así:

,
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pero podría haberla escrito de otra manera, con coma y seguido, o con punto y seguido, pero él
lo escribió así.
El nudo borromeo en el sentido en que les decía recién, podría proponernos una lógica –que yo
sepa nadie la planteó- que a mí no se me había ocurrido hasta que David me lo planteó a
posteriori de la clase pasada, y es que siendo que efectivamente hay una lógica que se puede
desprender de cierre de la cadena significante en forma de ocho interior, también podríamos
pensar si estas tres dimensiones como imaginario, real y simbólico, no podrían estar, no podrían
ser establecidas a partir de una lectura lógica de la cadena significante como redondeles de
cuerda. Y como redondeles de cuerda, indicar su implicación recíproca no como pisos –como
está indicado aquí- sino como encadenamiento. Un encadenamiento del estilo por ejemplo, del
nudo borromeo. ¿Se entiende lo que estoy planteando?

Sería: a) se puede establecer según Lacan, simbólico, imaginario y real como dimensiones del
decir; b) hay una forma de leer la cadena significante que la cierra en forma de bucle, en este
caso sería un ocho interior; c) pero podría ser un círculo, podría ser cerrada en forma de círculo.

El paso que nos estamos proponiendo investigar con David es, siguiendo la aparición del nudo
borromeo en la enseñanza de Lacan, como forma de leer una frase, como si fuese la articulación
de estas tres cuestiones. Los tres registros en la cadena significante pero no así como pisos, sino
como redondeles de cuerda encadenados. Lo primero que habría que hacer es probar si
efectivamente hay articulaciones que podrían ser sostenidas en el sentido del espíritu de lo que
Lacan propone, o sea, si dentro del autor eso puede ser dicho, Lacan no lo dijo y según lo que
vimos con David no lo había planteado nadie. La segunda cuestión es qué conveniencia tendría
en la clínica. La primer conveniencia que tendría en la clínica es que esto, los pisos, nos guste
o no nos guste, reproduce la profundidad.

I
R
S

El problema con la profundidad sería que caemos en el problema de la psicología de las


profundidades de siempre. Con lo cual, siempre una presentación así tiene enormes
desventajas. Porque es como si uno dijese que esto es lo superficial y esto es lo más profundo, y
si estamos en ese argumento ya sonamos, pero es muy difícil no estarlo por cómo esto impacta
nuestra subjetividad y nuestra forma de leer occidental y moderna.
Con lo cual se ganaría muchísimo si uno pudiera plantear los tres registros como propios de la
cadena significante, que tiene la virtud de salir de la suposición común –casi universal- entre los
lacanianos y es que los tres registros necesariamente son lo que Lacan dijo que son cuando los
presenta en el ’53: los registros esenciales de la experiencia, de la vida humana. Los registros
esenciales de la humanidad, con el problema que eso trae y es que arma cosmovisión. Entonces
podés hacer como Eric Laurent: explicar el ataque a las Torres Gemelas con los tres registros.
Que se puede hacer, pero habría que ver si eso es una ventaja o una desventaja, si le conviene o
no al psicoanálisis, si alienta el trabajo en la clínica o no. No es que esté bien o mal, hay que
estudiarlo en función de la posición que uno asuma, y que arma cosmovisión.

Pero esto otro no es cosmovisión: es establecer algo de la índole de una cadena significante, y
cómo los registros de Lacan permitirían establecer cortes estables en la cadena significante. De
hecho, no pierdan de vista que increíblemente, Saussure genera la expresión, crea el sintagma
“cadena significante” y lo escribe así:
_ _ _ _ _ _ _ _
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¿dónde está la cadena ahí? Con lo cual, lo que estamos trabajando con David es ¿por qué no lo
hacemos cadena y listo? Hagámoslo cadena, cadena borromea, porque el nudo borromeo no es
ningún nudo, es cadena.

La otra cuestión es que las dimensiones del espacio tienen todas la misma estructura lógica, la
cuarta dimensión tiene la misma estructura lógica que la primera. O sea, si les preguntase a
cualquiera que no tuviera conocimientos matemáticos, qué es o qué se entiende con “cuarta
dimensión”, ¿qué dirían? Que no tienen la menor idea, que son cosas matemáticas. Pero no
pierdan de vista que la primera dimensión, es la misma idea matemática. O sea, que tampoco
sabemos lo que es, matemáticamente hablando, la primera dimensión. Físicamente hablando, la
estructura lógica de todas las dimensiones es igual. La séptima es igual a la segunda. Que es,
por ejemplo, uno de los primeros trabajos para responder a este problema desde la perspectiva
de la matemática moderna, a principios del Siglo XX, es el trabajo de Poincaré que Lacan
recomienda y es por qué el espacio tiene tres dimensiones. Es un trabajo matemático, y ahí
Poincaré establece que la única forma de establecer lógicamente cuándo uno tiene una
dimensión, y es porque una dimensión aloja un corte. Entonces, el punto carece de
dimensiones porque no se puede cortar, la línea tendría una única dimensión porque se le puede
aplicar sólo un tipo de corte, el plano tendría dos dimensiones porque se pueden establecer dos
tipos de corte. Con lo cual, para colmo, vean que recuperamos algo que sabemos que tiene algo
que ver –pero no sabemos por qué tiene que ver- y es que la cadena significante en su operación
clínica, Lacan propone salir de cómo estaba hasta su época la lógica de la interpretación, para
pasar a entender interpretación como corte. Eso me parece que no fue entendido, me parece que
se entendió que Lacan dijo “basta de interpretación porque la interpretación no sirve para nada,
hay que cortar”. Entonces los analistas empezaron a decir “bueno, dejamos aquí”. “Y le corté la
sesión”, de hecho me parece que es muy evidente que cortar la sesión en el 99% de los casos no
es cortar nada. Y si por cortar la sesión algo se produce, habitualmente es que el paciente no
vuelva. Se corta el tratamiento. El corte como interrupción, no sirve para nada. Con lo cual, lo
que Lacan proponía es que empezáramos a entender que la interpretación, para que vuelva a
tener su alcance eficaz en la clínica, debería ser pensada como corte. ¿Y eso qué significaría?
Podría, ahora, empezar a servirnos para pensar que un corte, correctamente establecido,
consistente con el material, establecería una dimensión. Que los cortes podrían ser aquello que
introduzca en el material, simbólico, imaginario y real. Pero no que pre-existen porque son las
categorías del mundo, que propuso el filósofo Jacques Lacan. Existe el filósofo Jacques Lacan,
y propone las tres categorías para el mundo, pero no sé por qué tendríamos que tomar eso
cuando hay también otras cosas de Lacan, tenemos que elegir.

Comentario: el corte en todo caso sería en esa posibilidad de armar las tres dimensiones como
enlace de la cadena y no como dimensiones de profundidad, justamente donde el corte tendría
que ver con interrumpir un discurso que viene por el lado de lo imaginario para introducir...

A.E.: es que ya no se trataría de un discurso “que viene por el lado de lo imaginario”, y cortar
no sería “introducir algo de lo real”. Ya se nos cambia la lógica. Cambia la lógica. Porque en
la perspectiva de la cadena borromea, sólo con el cierre de lo real, en cierto tipo de
anudamiento, es posible que sea dicho lo que hay de imaginario en esa cadena. No hay nada
“que venga”. O sea, ¿cómo hacemos nosotros? –dejemos un poco la teoría y vayamos a lo que
hacemos nosotros: una paciente habla de la cuñada, y que la odia a la cuñada y habla todo el
tiempo de la cuñada. Para nosotros, si la paciente habla mucho de la cuñada, es imaginario,
porque es la rivalidad a-a’, entonces hay que cortarlo, y el lacaniano habitualmente le corta la
sesión o le dice “¿de vuelta con su cuñada?” o si está más sofisticado le dice “acá se trata de
hablar de usted”, lo cual es una idiotez de las peores pero se hacen. Con lo cual, podríamos
decir que hablar de la cuñada no necesariamente es imaginario. Sólo podría ser que fuera de la
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índole de lo imaginario, si ya se pudo estabilizar en la misma cadena, qué es simbólico y qué es


real, o sea, dejaría de ser en sí.
Podría ser una apuesta, yo no digo que no, porque el analista por lo general está como perro en
cancha de bochas, yo también lo hago, probar para ver si un primer cierre hipotético puede ser
que la pelea con la cuñada no sea el problema, por ejemplo, que tal vez el problema no haya
sido entre Caín y Abel. Yo pruebo ese tipo de ideas. Habitualmente propongo: ¿no será que
Dios vio con buenos ojos el sacrificio de Abel y con malos ojos el de Caín? Que para colmo era
el primogénito... que no es joda en la religión judía ser el primogénito... con lo cual quizás el
problema lo introdujo Dios. Entonces si uno puede hacer así entonces sí, si uno puede apostar,
sí, y se le puede decir “pero quizás el problema no sea con hermano, sino en cómo usted y su
hermano fueron capturado en una lógica que implique otras dimensiones, por ejemplo sus
padres”. O “si usted se pelea tanto con su hermana, ¿por qué no hablamos de cómo se llevaba
su mamá con su hermana, o sea, con la tía de la cual usted tanto habló?”, con lo cual, ahí se
agrega otra dimensión, y es en la medida en que uno pueda agregar dimensiones lógicas para
entender aquello de lo que se trata, como puede ser leído en la cadena, pero entonces no es que
“viene imaginario”, es que ya tienen que estar los registros en la cadena, sólo que se tienen que
articular y advienen a la mirada a partir de una lectura que nosotros podemos llamar
interpretación.

Ese trabajo de Poincaré que les mencionaba está en un libro que se llama Ultimos pensamientos,
inhallable, si quieren se los paso. No sólo Poincaré, sino otros autores que he leído que tratan
sobre dimensiones espaciales, por ejemplo Ian Steward –que se los recomiendo muchísimo-
escriben libros para que los papás puedan ayudar a los chicos cuando les enseñan geometría no
euclidiana en el colegio. Él dice que topológicamente hablando, las dos primeras dimensiones,
son evidentes, pero la tercera no. Nunca lo entendí.
Si hay algo que es seguro, es que donde más seriamente se estudian las dimensiones del espacio,
que es en física y en matemática, seguro que la intuición kantiana no opera. Eso es seguro: que
no sabemos lo que es una dimensión espacial, seguro que no lo sabemos por intuición, porque
no tienen que ver con la intuición.
Ahora vamos a trabajar este sector de la cadena significante, que para que nos ordenemos con el
texto es a partir del versículo 16 de “Paréntesis de los paréntesis”. El tema fundamental, voy a
trabajar los cuatro o cinco aspectos que encontré referidos por Lacan en la cadena, en el fuera de
paréntesis, fuera del entrecomillado, y me parece que para el estado de discusión actual en
psicoanálisis, tal como soy capaz de establecerlo, el concepto sobre el cual quiero hacer
hincapié porque me parece el más importante es sobre “rasgo unario”. Porque Lacan va a
designar a estos 1, “rasgo unario”.

“Lo que queda afuera de las comillas representará el campo del Otro (A del esquema L). Allí
domina la repetición, bajo la especie del 1, rasgo unario, que representa (complemento de la
convención precedente) los tiempos marcados de lo simbólico como tal.” 1

De la convención precedente, se acuerdan que habíamos hecho ciertas oposiciones, como ser:

Ello icc
0 1

a pesar de que hay 0 y 1 de ambos lados, que Lacan establece una convención para escribir 0 de
este lado y 1 del otro, la convención precedente es la de los 0, recuerden los 0 mudos del
silencio de las pulsiones. Pero a esto lo llama rasgo unario [a los 1, fuera del paréntesis
redoblado]. Me parece que para decirlo por ejemplo en términos de Milner y El periplo
1
Lacan, J. (1988) Escritos 1, “El seminario sobre La Carta Robada”, Paréntesis de los
paréntesis. Pág. 49. Buenos Aires: Siglo XXI
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estructural, una discusión de las que hay en Occidente, sostenidas en el transcurso de la historia
de Occidente, que podrían ser planteadas como entre tres, entre cuatro o entre cinco, es la
oposición entre physei y thesei, o sea lo que es según naturaleza o lo que es según convención,
physis y thesis, lo que es según naturaleza o según convención. A partir de Nietzsche, Marx y
Freud, se termina de imponer una versión de lo humano como biológico. A partir de estos tres
autores, fundamentalmente como hacedores de opinión en Occidente, se termina de establecer
que lo más propio y específicamente humano es lo biológico. ¿Por qué? Si lo quieren en Marx,
el mejor lugar donde lo pueden leer es en La condición humana, de Hannah Arendt, un libro
viejo, que está muy en boga ahora. Que plantea cuál es según ella la condición humana, y el
argumento es distinguir entre labor, trabajo y acto. Y dice que lo humano solamente adviene
cuando hay acto, y aclara que acto para ella es discurso y palabra, o sea que para nosotros es
fuertemente importante. Y ahí hace una crítica extensísima y clarísima, inobjetable, de Marx.
Porque Marx, con su concepción de la economía consolida la versión del hombre
fundamentalmente entendido como ente biológico, porque para Marx la clave de toda la
economía es que el obrero –para colmo miren cómo lo llama Marx: animal laborans, animal
laborante- produce una mercancía en una ecuación que no hay que perder de vista y que es la
cantidad de horas que producir esa mercancía le lleva, en función del tiempo que le lleva
producir además la cantidad de trabajo que le permita alimentarse, a sí y a los suyos, y
descansar. Esa es la clave de la economía científica marxista donde verán que directamente el
hombre es un animal, ahí no hay diferencia. Y los marxistas, de ahí en más, consideran que la
plusvalía es el exceso que se queda el capitalista de la fuerza de trabajo –observen de vuelta que
es “fuerza” de trabajo, que fuerza es lo que también encontramos en los animales. Si ustedes
quieren, para pensar problemas del estilo de la transferencia, habría que distinguir fuerza –la del
animal-, poder –poder de policía- y autoridad, por ejemplo como la que puede llegar a tener un
analista en transferencia. Pero fuerza nos queda del lado del animal, ¿no se dice “fuerza bruta”,
acaso? Entonces, observen que en Marx, toda la economía y la revolución es concebida a partir
del animal laborante. Y a partir de Hannah Arendt hay que preservar la distinción entre
laborante y trabajador.
En Freud, obviamente es indudable, lo mejor que encontré para leer es Destinos personales de
Remo Bodei, donde hace una crítica concreta, es increíble el trabajo que hace, también hay un
libro de divulgación que es un libro de entrevistas y se llama El Dr. Freud y los nervios del
alma, ya me parece que está todo dicho, ya que a Freud es al primero que se le ocurrió que el
alma podía consistir en vínculos de nervios, la tripa, la pulsión. Destinos personales es el
tercero de otros dos que no están en español todavía, están en italiano. Sigue viniendo mucho
material de calidad de filósofos políticos italianos, se nota que se armó una escuela ahí
poderosísima. En Freud, indudablemente, lo que Freud levanta como problema es el problema
de la conciencia, o sea, ¿qué da unidad al ser humano? Freud en su correspondencia dice que lo
impactó y lo ayudó muchísimo el libro sobre inteligencia de Taine. Empieza a advenir un
problema que es que lo que se establece es que la conciencia no es continua, es discontinua. Lo
que nosotros hoy llamamos conciencia, automáticamente despierta la idea de subconciente.
Porque yo no tengo ahora en mi conciencia todo lo que yo sé y conozco simultáneamente
presente. Si no hacemos un pequeño esfuerzo, no tenemos la tabla del 9 en la cabeza, hay que
empezar a hacerla, y viene. Entonces se empieza a establecer el problema para pensar lo
humano debido a que el yo-conciencia no puede dar unidad porque no es constante.
Empecemos por el “pienso, luego existo”. Bueno, ¿y mientras no pienso? Se empieza a
producir el problema de la discontinuidad de la función pensamiento, de la función yo, de la
función conciencia. Y empiezan a aparecer autores que hablan del yo dividido, antes de Freud y
antes de Lacan. Más aún, empieza a haber autores que escriben “Es denkt”, ello piensa. “Ello
piensa” es anterior a Freud y a Groddeck. Ya estaba instalado en la cultura que no puede ser que
se siga sosteniendo que soy yo el que piensa todo lo que vinculado a mí se piensa, porque mi yo
es con interrupciones temporales. Entonces empieza a aparecer el problema de la voluntad. Lo
que da continuidad es la voluntad. Y voluntad, es voluntad ¿de qué índole? La voluntad de
Schopenhauer, pero que no empieza con él, Schopenhauer le da el cierre, ¿de qué índole es la
voluntad, es voluntad de qué? De vivir. Y por eso, voluntad de vivir también hay en plantas y
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animales. Es el impulso de lo vital, y esto sí es continuo, salvo en casos patológicos como el


suicidio. Pero no hace falta que yo-conciencia-pensamiento cuide todo el tiempo en mí la
voluntad de vivir, porque siempre mis células funcionarán vitalmente. ¿Y por qué mis células
funcionan vitalmente? Porque ellas quieren vivir. Y yo, como soy un conglomerado de células,
también quiero vivir. ¿Se entiende? La noción de voluntad es voluntad de vida. La vuelta la da
Nietzsche cuando propone la voluntad de poder, pero si ustedes leen Nietzsche, van a ver que
les va a quedar absolutamente biologizado el argumento, es la gran polémica con Nietzsche, si
sí o no, la base de todos sus argumentos –que son bastante confusos y la voluntad de poder fue
utilizada póstumamente sacada de pedazos de cualquier lado, Heidegger propone reorganizar su
obra, etc.- pero más allá de la polémica, si leen la voluntad de poder y sobre el nihilismo
europeo y demás, van a ver que para Nietzsche es muy evidente que esto es propio de la
sustancia viva. Con lo cual, vean que empieza a producirse en Occidente a partir del siglo XIX
y fundamentalmente del XX, una concepción de lo humano, de la condición humana, como
caracterizada por lo biológico. Pero que lleva obviamente a que si es lo biológico lo que
caracteriza a lo humano, ¿cómo podremos conseguir diferencias entre los seres humanos?
Biológicas, y ahí viene la raza y los racismos modernos, la eugenesia, los genes. Y empezarán a
surgir movimientos –que ya los hubo pero nunca con la suma total del poder- que empiezan a
postular que hay hombres verdaderos hombres, por su condición biológica, la raza. Y hay otros
hombres, que no fundamentalmente por lo que hicieron, sino que por su raza, no serán hombres,
serán ratas o cucarachas. Y empieza a surgir toda una literatura que da cuenta de que un tipo un
día se levante y sea cucaracha, La metamorfosis de Kafka, un tipo que había peleado en la
Primer Guerra por Alemania, que su padre fue un general prusiano, un buen día se da cuenta de
que deja de ser alemán, y hasta deja de ser hombre, porque las diferencias entre los hombres
pasan a ser por el cuerpo.

Pero es todo mi tema con el goce. Me parece que el tema del goce sigue en esta línea, el goce
sigue pensando a lo humano vía lo biológico. Que la cultura va hacia ahí y que no se puede
evitar, es obvio. Tuve una entrevista con padres por un pacientito, los entrevisté unas cuantas
veces, ellos se mataban entre sí, hasta que el papá se enojó mucho con la mamá en la entrevista
conmigo, y le dijo “pero acaso eso (que le iba bien en el colegio) ¿no es bagaje genético mío?”
Y la madre no se escandalizó, porque ella también creía que era genético. Y es el problema con
las adopciones en la actualidad, por qué la gente se desespera por tener hijos biológicos. Se
hacen 162 implantes, in vitro, congelan óvulos, etc. ¿Por qué no adoptan? Está bien que en
Argentina es difícil. Digo, me parece que hay una desesperación porque sea carne de mi carne.
¿Por qué? Porque se quiere que sea hijo de uno. Y para hoy, “hijo de uno”, por esta lógica hacia
la cual corre Occidente, es “carne de mi carne”.
La dificultad de la adopción se puede ver desde otra perspectiva: piensen en la desesperación
del niño adoptado por ir a la búsqueda de la que fue su madre biológica. Primero averigua si no
es hijo de desaparecidos, si no es, empieza la terrorífica pregunta de ¿y por qué ella me entregó?
Y es una pregunta que solamente se justifica con “carne de mi carne”. No solamente la
estructura lógica de la pregunta sino también lo que la motoriza. Uno podría decirle, pero tu
mamá, la adoptiva, ¿fue buena o mala madre para vos? No, fue buenísima. ¿Y vos te sentís
plenamente hijo de ella? Sí, bárbaro, pero mi pregunta es... y ahí insiste. ¿Por qué le interesa
tanto esa pregunta? Porque para nosotros todo corre mucho hacia el lado de la carne. Ese es un
movimiento occidental consolidado fundamentalmente por Marx, Freud, Nietzsche, son los
autores que todos citan para dar cuenta de cómo se consolida a nivel de la reflexión en occidente
el problema de lo biológico. Mi impresión es que hay que dar discusión a qué lleva eso en la
comunidad, en la sociedad, a qué lleva eso en el vínculo entre las personas, por ejemplo, la
desesperación por la cuestión estética. ¿Recuerdan la película Brasil? En que la vieja esa no
paraba de hacerse cirugías. Es una película de hace 30 años que pescó muy bien la cuestión.
Porque la desesperación es que si lo humano está en el cuerpo, el estado de lo humano es el
estado del cuerpo, o sea mi belleza es la belleza de mi cuerpo. Hacia eso corre nuestra cultura.
La pregunta es: ¿el psicoanálisis también debe correr hacia ese lado? Aunque nació con el
movimiento de Freud de los nervios del alma, de las pulsiones de las tripas, del manantial del
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cuerpo, de la exigencia de trabajo que lo corporal el da a lo anímico, aunque el psicoanálisis


haya surgido según Freud de ese movimiento, nosotros ¿debemos seguir en ese movimiento?
Ese es el problema que yo planteo cuando critico el estatuto que actualmente tiene el goce en
psicoanálisis lacaniano. Porque me parece que es el nombre moderno en psicoanálisis de ese
estado de situación. Que no es fundamentalmente si physis o thesis, sino que indudablemente
para todo es physis. No se distingue más, lo fundamental es el goce del cuerpo. Creo que hay
que discutirlo, en el sentido fundamentalmente de qué conviene para la posición del analista.

Ahora, teóricamente hablando, esto se anuda –aunque parezca mentira- al rasgo unario. A mí
me parece que uno de los problemas teóricos más grandes del psicoanálisis radica acá, en el
einsiger Zug de Freud, leído como rasgo unario de Lacan. Así que lo que voy a proponer es leer
de acá para allá, pero acentuando fuertemente el estatuto, qué quiere decir “rasgo unario”. Por
ejemplo, que Lacan llame a esto [1] rasgo unario, tendría que ser la muerte –aunque sea parcial-
de los millerianos presentes, tendrían que quedar en fading. Observen por qué: primero, porque
es segundo. Y segundo, porque es múltiple, no es uno el rasgo unario. No hice nada más que
decirles que observen que no pone rasgo unario al comienzo de la tabla. Un milleriano de
buena cepa hubiera dicho que Jacques-Alain tiene razón, y se hubiera fijado en el primer 1 que
aparece al comienzo de la tabla, porque empieza a partir de un 1. Pero quería poner en
discusión justamente que para Lacan sin embargo, del lado izquierdo, la convención que vale es
la del 0. Y del lado derecho, no se olviden que en alemán, francés y español se escribe de
izquierda a derecha, así que inexorablemente en nuestra convención de escritura iría primero lo
que está a la izquierda, especialmente si estamos revisando la cadena significante planteada
como escrita. Unas citas para introducir el problema. Del libro de Jacques-Alain Miller,
Recorrido de Lacan, el primer artículo que se llama “Recorrido de Lacan”, que es la conferencia
de Caracas, página 17.

“Lacan señala que el automatismo de repetición, en el sentido de Freud, vehiculiza una huella
imborrable, que el inconsciente está constituido por esta huella de la cual el sujeto no logra
desembarazarse.”

Para mí, esto es todo Miller, completo y junto. Lo sorprendente es la coherencia discursiva de
Miller y lo temprano que apareció. Yo dicté un curso sobre Miller y estudié muchos libros de él
y es exactamente la misma lógica que plantea desde el ’78 hasta el 2004 que es hasta donde
llegó mi lectura. Escuchen:

“Lacan señala que el automatismo de repetición, en el sentido de Freud, vehiculiza una huella
imborrable...”

Vehiculiza una (1) huella imborrable.

“... que el inconsciente está constituido por esta huella...”

Entienden cómo es, no? Una huella, y el inconsciente constituido en torno a esta huella, o sea,
se arranca de Uno.

“... de la cual el sujeto no logra desembarazarse.”


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Una pregunta –no lo sigue diciendo Miller, pero: no logra desembarazarse ¿antes del análisis o
aún con el análisis? Si leen a Miller es aún con el análisis, no logra desembarazarse. Ya que
esto [ | ] es el sujeto, esta huella, nosotros somos esto, somos una (1) huella. Porque Miller,
leyendo a Lacan -van a ver que esto es de Lacan- dice que cada uno de nosotros somos Uno.
Para esto hay que leer Plotino. Hay citas de Miller donde dice que hay que leer Plotino.
Si cada uno de nosotros somos Uno, la pregunta es cómo y a partir de qué somos Uno. Y Miller
contestaría: a partir de lo que dicen Freud y Lacan. Y es que cada uno de nosotros comienza y
es una huella. Que se caracteriza por ser una huella imborrable.

En la página 14 de Los signos del goce, de J.-A. Miller, en el apartado “Una ética del
forzamiento”, Miller dice que su posición ética para leer a Lacan es forzarlo. Forzarlo a decir lo
que no concluyó de decir, es un tipo de lectura. De hecho, es lo mismo que hizo Lacan con
Freud: Lacan no dijo que Freud dijo A y él dijo B. Forzó la letra de Freud para que Freud
terminara diciendo lo que decía Lacan. Es una ética del forzamiento, es una forma de leer que
es forzando al autor. Si leen Heidegger como Heidegger lee Nietzsche, van a ver la misma ética
del forzamiento.
Dice Miller:

“Podría haberlo llamado, para seguir en la línea de la extimidad, Unariedad. Algunos de ustedes
conocen lo unario, neologismo que sirvió a Lacan para dar un valor distinto a einziger Zug,
expresión que halló en Freud y que es un hápax.”

Bueno, cita de Lacan del Seminario 9, clase IV, justo en la mitad de la clase dice:

“esto es para introducirlos a lo que hace a la esencia del significante del que no por nada
ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que designamos desde hace algún tiempo
como el einziger Zug. El einziger Zug, que es lo que da a esta función su valor, su acto y su
pertinencia, es lo que para disipar lo que podría quedar aquí de confusión, necesita que
introduzca para traducirlo mejor y de más cerca, este término que no es un neologismo 2 y se
emplea en la denominada teoría de conjuntos, es el término unario.”

Es increíble. ¿Acaso Miller no leyó? No, lo que pasa es que lo fuerza. Lacan dice que no es un
neologismo, y que él traduce –para darle todo el estatuto al einziger Zug en la clínica
psicoanalítica- einziger Zug por rasgo unario. Les advierto que no es un neologismo –está
publicado- ya que está en el diccionario. Lo más increíble es que Miller no se haya fijado en el
diccionario francés. Unaire. No es un neologismo, es de teoría de conjuntos. Pero entiendan
cuál es el problema de Miller: que Miller tiene que atacar que sea de teoría de conjuntos porque
la teoría de conjuntos no nace del Uno. Nunca, nunca la lógica de teoría de conjuntos nace del
1. Con lo cual, Miller tiene que atacar que sea de teoría de conjuntos y tiene que establecerlo,
consecuentemente con su posición, como neologismo. Y en el diccionario, si lo buscan,
advierte además que hay escrituras hechas en base a rasgos unarios que no son de la teoría de
conjuntos y que son este tipo de escritura, palotes:

Este me parece que es el problema de Lacan, es lo que contó David, el escudo de la familia
Borromei Lacan lo conoció casualmente, se lo encontró porque alguien le contó que existía. Y
a la vuelta de un viaje cuenta que fue a un museo y vio un hueso en una vitrina con unas rayitas.
Y dijo que eran las rayitas que hace el cazador cada vez que caza una presa. Y evidentemente
he ahí el rasgo unario, dice en el Seminario 9. Me parece que estudió poco el problema. Porque
si lo hubiera estudiado más, se hubiese encontrado con esto, que es lo que hace el preso en la
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el subrayado es de A.E.
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cárcel, luego de 6 rayas, traza la raya 7 oblicua, que significa una semana. El palote que cruza,
¿es o no de la misma índole de los que están verticales? Es un problema .

Un poco más de rasgo unario. Sigo con la cita de Miller.

“...neologismo que sirvió a Lacan para dar un valor distinto a einziger Zug, expresión que halló
en Freud y que es un hápax.”

Hápax. Dice el diccionario:

“Hápax legomenon: con este término (en griego) se designa todo rasgo lingüístico que se
documenta una sola vez.”

El problema es que en Freud, está cinco veces. Me podrán decir que lo sé porque yo tengo el
CD de Freud y Miller no lo tiene. ¡Pero no todo lo que uno lee por primera vez garantiza que
sea un hápax! ¿Entienden por qué lo marco? Porque si dice que es un hápax, es esto mismo (la
marca de la huella). ¿Ven por qué para él es importante? Porque así puede decir que no sólo
Lacan inventa un neologismo para dar cuenta de lo único más único, de la índole de lo Uno más
radical, sino que para colmo en Freud está una única vez. Y les advierto que no, porque no sólo
que en Freud está cinco veces, sino que tres de esas cinco son en el mismo sentido que en
“Psicología de las masas...” con la identificación al padre.

Un poquito más, para que no crean que es sólo delirio mío, somos varios los que deliramos
parecido. En Los signos del goce, de Miller, página 38, encontrarán el siguiente párrafo:

“No sé si esto les hace pensar en algo... El cariño que siento por los neoplatónicos se debe al
hecho de que gracias a su Uno tuvieron cierto número de problemas que se relacionan con
aquellos que Freud y Lacan –nuestro Platón y nuestro Plotino- nos dejaron.”

¿Ustedes sabían que Freud y Lacan eran nuestro Platón y nuestro Plotino? Es sorprendente. No
sé si saben quién es Plotino. Hoy vamos a tener un poco de Heráclito, un poco de Parménides.
Un poquito de Plotino, porque me parece que hay cuestiones que vamos a tener que discutir.
Una cita más de Miller, pág. 40 del mismo libro, en un apartado que se llama “Hacer Uno”:

“No obstante, y para ser más claros, debemos decir que, en realidad, sin lo Uno no se puede
pensar ni plantear ni operar con el sujeto en el psicoanálisis.”

Se dan cuenta cómo entonces la teoría del Uno, pero entendido como un solo y único Uno, el
hápax, esa huella imborrable en la cual consiste el inconsciente. Busqué la cita pero no la
encontré, pero hay en Freud un problema que asemeja a esto. Y es que para Freud, cuando el
niño recién nacido abre los ojos, tiene una sensación y de esa sensación se produce una marca,
una huella en las neuronas. Luego viene otra sensación y produce otra, y luego otra y otra. Y a
partir de allí, se empiezan a producir asociaciones. Y Freud dice que esas asociaciones se
establecen por azar, la única lógica que hay es el azar. ¿Cuál azar? El de haber experimentado
primero una cosa y luego la otra. O sea, el bebé está tomando la teta, siente que satisface su
hambre y se inscribe la vivencia de satisfacción. Tenemos la huella mnémica del hambre y la
huella mnémica de la leche, y todo junto es lo que Freud llama vivencia de satisfacción. Pero si
en ese momento se produce un portazo por el viento y un sobresalto, entonces se produce la
huella del sobresalto. El vínculo entre hambre, alimento y sobresalto, es absolutamente casual
para Freud. Estaba buscando la cita porque efectivamente es el punto donde ciertos argumentos
de Freud se articulan, porque efectivamente se parte de un Uno y luego se va produciendo la
serie de asociaciones.
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Conferencia “Teoría de los Goces”, septiembre del ’81, pág. 149, 150 y 151 del libro Recorrido
de Lacan de J.-A. Miller.

“El punto de partida, tratándose del goce, es el cuerpo.”

“El goce en sí mismo, en función de lo que de él alcanzamos a conocer, es una perturbación de


cuerpo, constituye en sí mismo una relación perturbada del anaimal que habla con su propio
cuerpo, no hay, al respecto, armonía del goce.”

Vayan acentuando bien el “sí mismo”. Si hay algo que sea Uno, la virtud de que sea Uno es que
sea idéntico a sí mismo, o sea, que para que no lo sea, tiene que haber Otro.

“Se nos obliga a tener relación con e Otro, lo cual indica de entrada que el goce no es el goce
del Otro, que puede, en primer término, ser el goce del Uno mismo.

“...Lacan admite el goce como el único real de la práctica psicoanalítica,...”

“el goce es lo más real que tenemos en la experiencia analítica...”

y es del cuerpo. Y lo último, página 80 del libro Lo real y el sentido, apartado “La última
enseñanza de Lacan”:

“En todos los esquemas de los nudos que Lacan multiplica en su última enseñanza, sin embargo,
el goce del Otro permanece vacío. En oposición al deseo, el goce es una categoría que se basa
en lo Uno.”

Entonces observen que para mí es muy importante que trabajemos rasgo unario, porque me
parece que si uno quiere darle una discusión al lugar que tiene hoy el goce en el psicoanálisis
lacaniano, como dimensión del cuerpo propio, el goce como una dimensión propia y específica
del cuerpo propio -el animal humano- lo que tenemos que trabajar teóricamente no es solamente
eso y asumir una posición ética en torno a eso, sino discutir muy bien la idea de Uno en
psicoanálisis. Porque el goce, tal como se nos propone es un goce cuya esencia fundamental es
ser Uno, y parecería que todo eso proviene del rasgo unario.

Con otros psicoanalistas estamos estudiando mucho el problema del autismo, y es muy
frecuente que entre psicoanalistas lacanianos un argumento que se utilice para pensar el autismo
sea justamente una modalidad operatoria del rasgo unario, o sea, cómo falla el significante y
queda sólo el estatuto de lo Uno, o sea, un autista sería alguien encerrado en sí mismo como
Uno. Como teoría del autismo me parece una porquería. Es como decir que el autista es un
caprichoso a la enésima potencia, que está absolutamente encaprichado consigo mismo. ¿Será
eso un autista? ¿O será necesario considerar al Otro para tener lo mínimo explicativo de la
teoría del autismo? Supongan que les derivan un autista. ¿Sería una falla del sí mismo? ¿Es
alguien encerrado en sí mismo?

Pero el problema, como siempre, está en Lacan. Quiero presentarles entonces el problema en
Lacan. En la clase 1 del Seminario de La Angustia, que ya está publicado en versión oficial en
francés y español, en español, pág. 30 y 31, clase 2 que se llama “La angustia, signo del deseo”,
Lacan dice, y me parece que todo depende de cómo se lean estos párrafos:

“...procediendo por la vía de ir a los textos sobre del afecto, acabamos de ver que, respecto de lo
que pensamos nosotros los analistas, no hay quién sea claro. Hay ahí algo profundamente
insatisfactorio y que constituye una objeción suficiente. En efecto, es exigible al título que sea,
que satisfagamos cierto ideal de reducción simple. ¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué? ¿Por qué
desde el tiempo en que se hace ciencia, ya que estas reflexiones se apoyan sobre algo muy
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distinto, y el campo es mucho más vasto que el de nuestra experiencia, por qué se exige la
mayor simplicidad posible?”

Está claro que esto es la mayor simplicidad posible, no?:

¿hay algo más simple que esto?

“¿Por qué lo real sería simple? ¿Qué puede permitirnos suponerlo siquiera un instante?”

ahí pareciera que va hacia “no”... parece que nos está llevando a que lo real no es simple, a por
qué tendría que ser simple. En la versión vieja del seminario hay alguna diferencia de palabras,
unas cuantas, pero no de sentido, así que este es un problema en Lacan. Observen cómo sigue:

“¿Qué puede permitirnos suponerlo siquiera un instante? Pues bien, nada, salvo ese initium
subjetivo que enfaticé aquí durante toda la primera parte de mi enseñanza el año pasado, o sea,
que no hay aparición concebible de un sujeto en tanto tal sino a partir de la introducción primera
de un significante, y del significante más simple, el que se llama rasgo unario.”

¡Entonces lo dice! Pero ¿se acuerdan de la cita que les leí de Lacan sobre rasgo unario? ¡No
dice eso!

Seminario 9, clase 4, 6-12-61, por la mitad de la clase:

“esto es para introducirlos a lo que hace a la esencia del significante del que no por nada
ilustraré lo mejor de su forma más simple, que es lo que designamos desde hace algún tiempo
como el einziger Zug. El einziger Zug, que es lo que da a esta función su valor, su acto y su
pertinencia, es lo que para disipar lo que podría quedar aquí de confusión, necesita que
introduzca para traducirlo mejor y de más cerca, este término que no es un neologismo y se
emplea en la denominada teoría de conjuntos, es el término unario.”

O sea, no es un único significante. Es la esencia de la función de todo significante. Así lo


presenta en el Seminario 9. En el 10, no dice eso. En el 10 Lacan dice otra cosa. Se pregunta
por qué lo real tendría que ser simple para el psicoanálisis, y dice “nada”, salvo ese “initium” –
supongo que querrá decir inicio, pero no sé por qué lo pone en latín, no logro pescar a qué está
haciendo referencia-.

“¿Qué puede permitirnos suponerlo siquiera un instante? Pues bien, nada, salvo ese initium
subjetivo que enfaticé aquí durante toda la primera parte de mi enseñanza el año pasado, o sea,
que no hay aparición concebible de un sujeto en tanto tal sino a partir de la introducción primera
de un significante, y del significante más simple, el que se llama rasgo unario.”

No era eso lo que estaba diciendo. Supongamos que tenemos varios tipos de significantes.
¿Cuál va a decir Lacan que es el rasgo unario? Aquel de esos significantes que sea el más
simple. Está hablando de un tipo de significante, no de una característica esencial de todos los
significantes. Es una enorme diferencia, y va a decir que el más simple de todos los
significantes, es el inicio del sujeto. Quiere decir que todo el sujeto comienza a partir de la
posibilidad de establecer un significante, que es el más simple. Pero ¿entienden por qué puede
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ser el más simple, aquí? Porque como es el inicio, todavía no se complejizó con la diferencia
que va a tener con los otros. Es simple porque es del inicio

Comentario: y podría ser cualquiera...

A.E.: es cualquiera. Con una característica esencial: que es el más simple de todos. Y es el
más simple de todos porque es el que se establece al inicio. Pero antes no definió rasgo unario
así. En el Seminario 9, dice que es la propiedad elemental de todo significante, que es que
permite contar 1, que todo significante permite contar 1. Pero acá no está diciendo eso.
Sigamos un poco más porque se complejiza, Lacan después dice lo otro, van a ver. Sigo:

“El rasgo unario está antes que el sujeto...”

Y ahora viene una... que es para morirse...

“En el principio era el Verbo...”

lo que él mismo sostuvo, lo sostuvo para colmo en los primeros seminarios de una manera muy
paradójica, porque leyó verbo como palabra, pero verbo, si es palabra en el Evangelio, no lo es
en el sentido de la lingüística.

El rasgo unario está antes que el sujeto. En el principio era el Verbo, significa que en el
principio era el rasgo unario.

Es fuerte, eh? No sé si conocen la polémica que hay en torno a “en el principio era el Verbo”,
está también que en el principio está la acción. Goethe y Marx sostienen que en el principio era
la acción, razón por la cual todos los marxistas siguieron sosteniendo que siempre la práctica va
encima de la teoría. Y es por eso que ustedes me discuten a mí que es más importante
analizarse que estudiar para ser analista. En todo caso, si para ser analista hay que analizarse,
eso es marxista... o de Fausto.
Aquí dice:

“en el principio era el rasgo unario...”

y aquí vienen una inflexión. ¿Se acuerdan los que participaron del curso “Lacan y Freud” o
“Lacan o Freud”? Ahí yo les había propuesto que estaba de acuerdo con Miller cuando Miller
decía que no había una teoría de Lacan sino que había una enseñanza. Ya no estoy más de
acuerdo con Miller. Es muy difícil moverse en psicoanálisis, es tener manteca bajo los pies.
Miren lo que sigue diciendo Lacan:

“...en el principio era el rasgo unario. Todo lo que es enseñable debe conservar el estigma de
este initium ultra simple. Es lo único capaz de justificar para nosotros el ideal de simplicidad.”

¡Ah! Les leo el párrafo de vuelta. Parecía que estaba hablando de lo real, ¿por qué lo real sería
simple? Por nada, salvo porque para establecer el inicio de un sujeto, hace falta establecer un
inicio ultra simple, que es el rasgo unario, entonces dice que en el comienzo no es la acción, en
el comienzo no es el verbo –la palabra- sino que en el comienzo es el rasgo unario. En el
mismo párrafo sigue diciendo:

“Todo lo que es enseñable debe conservar el estigma de este initium ultra simple. Es lo único
capaz de justificar para nosotros el ideal de simplicidad.”

Entonces, no está diciendo que las cosas sean así, sino que es para enseñarlo. Por una
enseñanza. ¿Entienden lo que quizás esté queriendo decir? Que como nosotros somos tarados,
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él no puede decirlo de otra manera, porque tiene que enseñarlo, y siempre que hay una
enseñanza tiene que postularse un inicio. Pero eso es un déficit de la enseñanza, no de las cosas.
¿Aceptan esta salvedad? Vean cómo sigue:

“Simplex, singularidad del rasgo, eso es lo que nosotros hacemos entrar en lo real, lo quiera lo
real o no. Una cosa es segura que entra, y que ya ha entrado ahí antes que nosotros. Por esa
vía, todos los sujetos que dialogan ciertamente por algunos siglos, tienen que arreglárselas como
puedan con esta condición, que precisamente entre ellos y lo real está el campo del
significante.”

Ahí ya no sostiene más el rasgo. Ahí sostiene el campo del significante. Sigue peor:

“...porque que fue con este aparato del rasgo unario...”

Entonces es un aparato, y si es algo que es un aparato es que no es Uno. Nada que sea de la
índole de lo ultra simple puede ser un aparato. Un aparato tiene partes.

““...porque que fue con este aparato del rasgo unario como se constituyeron como sujetos.”

Entonces, no es un comienzo ultra simple: hace falta un aparato del rasgo unario. Pero fíjense
cómo sigue en el párrafo siguiente:

“¿Cómo iba a sorprendernos reencontrar su marca en lo que es nuestro campo, si nuestro campo
es el del sujeto? A veces en un análisis hay algo que es anterior a todo lo que podemos elaborar
y comprender. Lo llamaré la presencia del Otro, con mayúscula, no hay autoanálisis, ni siquiera
cuando se imagina que lo hay.”

Entonces Lacan dice que para que haya una enseñanza, para que haya un maestro –y si hay
maestro, hay alumno- tiene que postularse un comienzo ultra simple, eso es para que haya
enseñanza. Pero no es que Lacan diga que las cosas son así. Lo que Lacan dice es que antes de
que haya sujeto ya tenemos la presencia del Otro, la presencia completa del campo del
significante. ¿Se entiende el problema? Hay una vacilación en el texto de Lacan donde parece
que por un lado dice que efectivamente por un lado dice que se parte del rasgo unario como
sostiene Miller, que todo sujeto se inicia en una marca, que Lacan no dice que sea imborrable,
eso lo agrega Miller, pero me parece razonable que digamos que es borrable o que no es
borrable, Lacan no dijo nada pero Miller aporta –por su clínica o por su análisis, no sé- y fuerza
a que esa marca sea imborrable.
Ahora, Lacan dice que eso es necesario de ser postulado así tan sólo porque hay enseñanza.
Porque hay algo que no se puede transmitir en ninguna enseñanza y es que antes de todo sujeto
está el aparato del rasgo unario, el campo del significante, la presencia completa del Otro.
Si me permiten, sigo un poco más:

“... A veces en un análisis hay algo que es anterior a todo lo que podemos elaborar y
comprender...”

me parece que también se podría decir “enseñar”

“.... Lo llamaré la presencia del Otro, con mayúscula, no hay autoanálisis, ni siquiera cuando se
imagina que lo hay. El Otro ya está allí. En esa vía, en esta misma perspectiva se sitúa la
indicación que ya les he dado en relación con algo que va mucho más lejos, o sea, la angustia...”

No se olviden de que es el seminario de la angustia. Recuerden que para Freud la angustia


advenía como respuesta a la maniobra que el propio individuo tenía respecto de sus pulsiones.
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“... voy a empezar indicándoles a este respecto, cierta relación a la que hasta ahora no he hecho
más que darles una imagen. La última vez les recordé esta imagen con el dibujo evocado una
vez más por mi presencia, muy modesta y llena de embarazo, frente a la mantis religiosa
gigante. Pero ya les dije algo más al precisar que eso está relacionado con el deseo del Otro. A
ese Otro con mayúscula, antes de saber qué significa, mi relación con su deseo cuando estoy en
la angustia, lo sitúa de entrada en A mayúscula, para acercarme a su deseo retomaré la vía que
ya he abierto, y es que he dicho ya que el deseo del hombre es el deseo del Otro.”

¿Entienden la polarización que se arma? Por un lado tenemos que en todo comienzo tenemos
Otro con A mayúscula, y el Otro que se escribe así “Otro”, va a este lugar, con lo cual
podríamos definir madre, madre es cualquier Otro que se ubique en el lugar de A.

Otro A xyz

Y que antes que cualquier sujeto, antes de todo sujeto, hay lugar del Otro (A) y Otro que se
ubica en ese lugar, con lo cual, el inicio de todo sujeto es imposible de ser planteado, porque
nosotros no podemos establecer, dado el lugar del A y la existencia del Otro que encarna este
lugar, dónde comienza el sujeto.
Hace 15 ó 20 lo trabajábamos con mucha más sencillez, cuando decíamos que nomás con haber
elegido el nombre, y aún el niño no había nacido –o sea, no había ni cuerpo propio ni goce- ya
había comenzado la condición subjetiva, en aquello que estaba cifrando ese nombre o -más
sutilmente- en lo que significó en la economía de esa pareja el establecimiento de ese nombre, o
sea, qué guerra hubo o qué conflicto, o qué solución pacífica para la elección de ese nombre.
Lo que estoy queriendo decir es que si ese nombre fue puesto es porque otro fue rechazado. Si
un niño lleva el nombre del abuelo paterno –aun antes de que hubiera embarazo alguno- ¿no
está ya el problema de por qué no el nombre del abuelo materno? ¿Por qué el nombre de un
abuelo y no del otro? ¿Hay posibilidad de establecer un comienzo ultra simple, si no es por el
cuerpo? Ahora, si es por el cuerpo, ¿estamos seguros que lo que estamos diciendo es
absolutamente humano? Si proviene del cuerpo propio, si el goce es Uno –porque proviene del
cuerpo propio- y ahí, aunque no se dice, se deduce que porque es Uno, el cuerpo propio es Uno.
De hecho, piensen mucho en “cuerpo” porque es la metáfora fundamental para decir cuando un
conglomerado se convierte en Uno. Después de la caída de las soberanías y empezaron las
democracias en Occidente, apenas empezaron las democracias la metáfora más consistente para
hablar de lo social era hablar del cuerpo de lo social, porque cuerpo indica precisamente eso: lo
que hace Uno.
Pero cuando nosotros trabajamos supuestamente con el texto de Lacan, si fundamos que lo
humano proviene del goce del cuerpo, ¿estamos seguros que es lo humano? ¿O estaríamos
diciendo como creo yo que dicen Freud, Marx, Nietzsche y es que somos sustancia viva, y
depende de con qué se encuentre la sustancia viva se irá orientando entre humano o animal?
Pero planteado así, vean que se puede volver siempre a animal. Cuando se dice que alguien es
un animal, ¿qué se quiere decir? Que ha retrocedido en la escala hasta aquello que está en la
base de todos nosotros. Me parece que en este tipo de argumento está gran parte del problema
del psicoanálisis en general y es cómo nos posicionamos nosotros respecto de lo humano.
Ahora, el problema no es sólo si lo consideramos un derivado de la sustancia viva, de la
voluntad de vivir, que por nuestra capacidad cerebral, como somos capaces de hablar nos
convertimos en animales hablantes –como dice Miller en el texto que cité- ¿nosotros somos
animales hablantes? O lo humano, como por ejemplo la negatividad hegeliana, surge por la
tachadura de esto [naturaleza]? Es una posición que hay que asumir. Pero en paralelo con esto,
lo que nos permite pensar es el problema del origen. No del origen animal o no animal de lo
humano. Si el origen de lo humano no es animal, entiendan que si adviene un sujeto y antes
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hace falta Otro y A, eso significa que para la persona que ocupó el lugar de A, se reproduce la
cuestión para atrás:

Otro/A Otro/A S

Entonces, no hay origen. Si se ataca el origen animal, nos quedamos sin origen, y en general
eso no gusta. Es una forma de explicar las cuestiones que implica la posibilidad del origen, y es
por eso que en Hegel la lucha a muerte por puro prestigio de la cual saldrán amo y esclavo, es
mítica, porque no pudo haber existido, eso lo trabaja muy bien Lacan en los seminarios 1 y 2.

Otro problema que tenemos es si el origen es Uno. Y ahí hace falta pensar en Plotino, porque es
el autor que propone que el ser es Uno y que luego por procesión, a partir del Uno, se producen
las diferencias. Nosotros deberíamos pensar en un esquema problemático mínimo, las
diferencias entre Heráclito, Pitágoras y Parménides. Recordarán que Heráclito es el del
cuentito del río, pero no es como en el cuentito. No es que nadie se puede bañar dos veces en el
mismo río. No es eso. Lo que él propuso es que la mejor imagen del ser en tanto que hace Uno
es el río. Porque es una articulación de muchas partes que se articulan de tal manera que
producen la constitución de un Uno, siempre y permanentemente distinto de sí mismo. Estamos
en el 500 antes de Cristo, aproximadamente, y la unidad es el complejo singular y coherente de
todas las cosas, pero siempre en movimiento, o sea, hay Uno pero no es idéntico a sí mismo. El
otro autor de la misma época pero de las corrientes presocráticas itálicas –no jónicas- es
Pitágoras, que es el de la dualidad, finito-infinito, par-impar, etc. La característica fundamental
es que para Pitágoras lo que funda la dualidad es el vacío.

Vacío

Hay dos porque hay vacío. Para nosotros, el intervalo en la cadena significante. O sea, sólo
porque hay intervalo es que hay dos significantes, porque se introduce ese corte en la cadena.
Con lo cual, Pitágoras no sólo plantea que el mundo es esencialmente dual, sino que para que
exista, para que pueda existir como dualidad, requiere de un vacío que funcione como
intervalar. 50 años más, pasamos al 450 antes de Cristo, ya con Parménides tenemos el
verdadero comienzo de la filosofía occidental, porque es el primero que propone que la filosofía
es deducción lógica, sin el concurso de los sentidos, o sea, algo pre-cartesiano pero
sorprendentemente pre-cartesiano, sin el concurso de los sentidos él propone una deducción
lógica y es que el ser es y no puede no ser, y el no-ser no es y no se puede decir nada de él. Ya
tenemos una cuestión y es que si decimos que el ser “es”, en Parménides hay una dificultad para
distinguir la utilización del verbo ser en forma de designación, “Carlos es pelado”, o en forma
ontológica, es una diferencia que no contaban en griego, no contaban con esa diferencia que es
de donde surge la filosofía como la conocemos nosotros que es como reflexión sobre el ser.
Pero no solamente que el ser es y el no-ser no es, sino que la primera consecuencia de que el no-
ser no es, y no se puede decir nada de él es que se descarta totalmente toda función del vacío.
Con lo cual, observen que consecuentemente se hace Uno. Es cierto que el psicoanálisis no es
una filosofía, ni en el sentido antiguo, porque no indican una cosmovisión ni una forma de vida.
O sea, no hay nada que indique, de forma de vida, que habilite o no habilite per se a ser analista,
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por ejemplo. Nosotros no tenemos una filosofía en el sentido de cosmovisión que determine
forma de vivir. ¿Qué forma de vivir tendría que tener un analista? ¿Tendría que casarse? Y
miren que si seguimos se presentan problemas, eh? ¿Si es homosexual? Nadie lo va a decir
porque somos muy modernos, pero por adentro ¿no empiezan a pensar en el Edipo, etc.? Pero
no es así. Y como filosofía moderna, me parece que el psicoanálisis no es una filosofía por
varios motivos, primero porque es una práctica, y si hay algo que caracteriza a la filosofía
moderna es que no es una práctica. El filósofo solamente estudia el problema, no propone
ninguna vía, porque si propone, entonces es filósofo y político, como Zizek, que es filósofo y
funcionario de su gobierno. Cuando vino Agamben el año pasado, le preguntaban entonces qué
había que hacer y el respondió que él no iba a proponer jamás qué hacer, él sólo proponía cómo
estudiaba el problema. Eso es un filósofo. Es interesante, que es una reflexión que está
limitada de toda práctica.
Entonces, no tenemos una cosmovisión que nos determine qué es un analista, para colmo
nosotros practicamos –la filosofía no practica- y lo que seguro hace del psicoanálisis que no sea
una filosofía, es que nosotros practicamos caso por caso. Si quisiésemos decir una filosofía
caso por caso, ¿qué tendría es de filosofía? El psicoanálisis no es una filosofía, pero la pregunta
que hago es ¿tenemos o no que fundarnos en cierta filosofía? Por ejemplo, ¿adscribimos o no
adscribimos a filosofías que dicen que lo humano proviene de la continuidad y transformaciones
de lo animal; o de filosofías que proponen que lo humano surge a contramano de lo animal, que
lo humano surge con un acto negador, donde lucha a muerte, ahí muerte indica justamente eso,
la negación de todo lo vivo? Otra cuestión: nosotros partimos de filosofías, debemos o no
elegir filosofías que partan de lo Uno, en el sentido de un comienzo bajo la forma de una huella,
o de que el rasgo aparece ya como segundo y bajo formas múltiples? Supongan el caso de
alguien que viene a consulta y plantea que fue abusada por el abuelo desde los 2 meses hasta los
12 años y que eso le dejó una marca, y dice “eso no se modifica, no?” ¿Qué piensan ustedes?
¿Se modifica o no se modifica? ¿Qué le ofrecemos?

David Szyniak: pero esa pregunta de si se modifica o no, puede instalar la posibilidad de que
se arme una cadena...

A.E.: pero según cómo la contestes. Porque si decís que no...

D.S.: sí, pero instala la posibilidad de que se arme una cadena y no el Uno original...

A.E.: por eso digo, me parece que arma posiciones clínicas. “Yo soy huérfano de madre y
padre y me crié en un orfanato, ¿estoy sonado, no?”. ¿Qué contestan? Me parece que hay que
contestar que no, al menos la posición ética que yo asumo frente a esos argumentos, aunque no
me pueda explicar bien, yo tiendo a decir que no, ¿por qué? Puede salir de un orfanato alguien
que salió a robar, a drogarse y a los 15 años ya estaba muerto, tanto como alguien que trabajó,
se casó, formó una familia y es un buen padre. ¿Por qué no? Si yo me los imagino, ya los hay.
¿Por qué no? Pero si estamos diciendo que no, ¿qué sería una huella imborrable en el origen?
¿Algo del cuerpo? Pero ¿qué del cuerpo?
Les propongo reconvertir nuestro diálogo: yo no estoy hablando de lo que se puede o no se
puede hacer. Si me preguntasen a mí si alguien –con la problemática que sea- se puede curar en
análisis, si me lo preguntan en serio, la verdad es que no sé. Tengo muchas dudas en serio, de si
algo puede ser sustituido por otra forma. Pero digo ¿cuál es la posición que hay que asumir
como analista frente a eso? ¿Qué es lo que hay que ofertar como chance o posibilidad? No sé a
dónde vamos a llegar, si vamos a llegar a puerto, o en el camino cuál será el puerto, no sé
efectivamente dónde vamos a llegar, pero ¿cuál es la posición del analista? En el sentido de si
algo puede tipificar posición del analista en el sentido de nuestra clínica.

Comentarios inaudibles
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A.E.: depende de la actitud que uno tenga. Si es del goce es Uno y es del cuerpo, y hay una
huella imborrable de la cual el sujeto nunca se va a desembarazar, la dirección de la cura es
amigarse con eso. Y miren que no estoy diciendo esto porque lo saque de la galera sino que
están sacados de textos de colegas... y después te agregan el “sinthome” y ya no sabés qué
cuernos están queriendo decir... ¿qué será el sinthome? Pero digo, “amigarse”... porque si es
Uno, es del cuerpo, y en eso consiste él... ya está.
La dirección de la cura sería muy clara: de eso, de lo que le molesta, terminaremos que sea lo
menos posible. Es una dirección de la cura muy precisa. Ahora, eso no habilita decir ¿por qué
tendría que ser esto? ¿por qué usted tiene que ser eso? ¿por qué usted tiene que ser una única
cosa? “No, porque desde mi infancia...” ¿Y qué tiene que ver? “Desde que me acuerdo esto es
así”. ¿Y? ¿Quién le dice que esto comenzó en el momento en que designa “desde que me
acuerdo”? ¿Y si esto tiene tres generaciones, y no es más que el resultado de una máquina muy
compleja, de un montón de engranajes, que podríamos empezar a moverlos y a tocarlos, porque
son tres generaciones? Pero después tenemos muchos problemas. La virtud de Miller es que
tiene una enseñanza. Y Lacan dice que toda enseñanza se funda en decirles a los alumnos que
hay un comienzo ultra simple. Pero me parece que eso da una posición en la clínica. ¿Y si no?
Porque eso es si hay origen, pero si no hay origen, entonces uno puede ir elevándose, pero ya no
es el cuerpo propio. Ahora, si no es el cuerpo propio, la pregunta es ¿qué hacemos con el goce
y la pulsión? ¿Hay que dejar caer a Freud? Uno podría decir que sí, hasta incluso decir ¡abajo
Freud! Pero ¿hay psicoanálisis si cae Freud? ¿Entienden el problema, no? ¿Hay psicoanálisis
sin Freud? ¿Es concebible un psicoanálisis sin el esfuerzo de trabajo que el cuerpo le impone a
los psíquico, o ya es otra cosa? Como Anna Freud, que hizo la psicología psicoanalítica del yo.

Comentario: Freud es una huella única e imborrable...

A.E.: para el psicoanálisis. Es el padre, es el padre de la criatura. Por eso hoy se sigue
discutiendo de Freud. ¿Por qué los libros de los norteamericanos, de los ingleses, de los
franceses, siguen diciendo que Freud era un estafador, que salía con la cuñada, que era un
mentiroso, que los casos clínicos fueron falseados –y es cierto? Los casos de Lacan también
están falseados, Aimeé... lo que conocemos tiene muy poco que ver con la señora esa, y es la
tesis de Lacan. Entonces el problema es que, lo que tenemos que discutir son todos los lugares
donde se funda la lógica de las grandes diferencias. A mí me parece que en La Carta Robada,
que también es de Lacan, habrá que revisar qué quiere decir a partir de los Seminarios 16 y 17,
al final de su enseñanza, esa presencia recurrente y omnipresente del goce –habrá que ver,
todavía no está bien discutido ese problema- no sé si él está diciendo que seamos animales
hablantes...

êtreparlê = ser hablante o hablado, primero el ser y luego el habla

pero Lacan dice parlêtre ¿por qué dice parlêtre? ¿Qué quiere decir?

Comentario: el hablanteser.

A.E.: hablanteser, con lo cual tenemos que empezar a pensar otra modalidad del ser, que ya no
tenga que ver con el ser vinculado a como lo pensaron por ejemplo Freud, Nietzsche, Marx, que
está esencialmente vinculado a la función corporal. Ustedes me dirán ¿por qué? Porque quizás
Occidente, el Occidente de los últimos 300 años, sea donde lo humano, por correr hacia el
individuo, necesariamente corre hacia el cuerpo, eso es nuestra cultura. ¿Qué se puede hacer
contra eso? Nada, porque estas cosas nadie las hace, nadie las impide, nadie las crea, nadie las
evita. Ahora, lo que pregunto es ¿cuál es la posición que nosotros queremos darle al
psicoanálisis en relación a esto? Podría ser en el mismo sentido, si lo dicen en el mismo
sentido, tendrá muchos adeptos.

Occidente Individuo – Uno


Curso de Doctorado “Formalizaciones Matematizadas en Psicoanálisis” 18
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Cuerpo

Porque todo lo que se diga de izquierda a derecha va a resultar obvio y evidente. O en sentido
contrario. La posición ética del psicoanálisis, en relación a lo subjetivo, ¿es ir en sentido del
individuo, el Uno, el cuerpo; o es hacia lo contrario? ¿Cuál es la posición típica que lo
caracteriza? En Lacan, a mí me parece que, con el párrafo que les señalé, hay una vacilación que
no queda muy claro de qué índole es: si es que él vacila entre dos formas de concebir, o que
dice de ambas series de cosas por funciones distintas. Quizás él decía “todo sujeto se inicia por
el rasgo unario” porque quería tener alumnos. Y quizás calculó que hacía falta que tuviese
muchos alumnos, para luego poder decir “siempre primero está el Otro” –lo que es impensable-
y que hubiese una gilada sentada ahí que haga número... ¿entienden? Para que lo que él decía
existiese como discurso. A mí me parece que el psicoanálisis implica una posición ética
contraria ¿por qué? Porque me da la impresión de que nuestros pacientes, se caracteriza por un
sufrimiento. ¿Y cuál es nuestra clientela y cuál el sufrimiento que la caracteriza? Me parece que
nuestra clientela se caracteriza por quejarse del movimiento hacia el individuo. Por ejemplo, las
primeras histéricas, cuando llegaron a Freud, ¿a quién venían de ver? A un médico. ¿Por qué
habían ido a ver a un médico? Porque les dolía el cuerpo. ¿Y el médico qué les dijo? Ya eran
médicos modernos, “usted en el cuerpo no tiene nada, vaya a ver a un doctor que se encarga de
eso, el Dr. Freud”. O sea, es gente que se queja de un dolor corporal –muy modernos- pero que
en el cuerpo no tienen nada. Lo van a ver a Freud. Dora, el más grande malentendido de la
historia del psicoanálisis. Lo va a ver a Freud, ¿y qué hace Dora cuando lo va a ver a Freud?
Se queja del Otro. Ahí comienza la muerte del psicoanálisis, porque Freud dice “sí, sí, pero
¿qué culpa tiene usted en aquello de lo que se queja?” O sea, Dora era una típica persona de
estas, que viene a hablar del Otro y cómo le duele a ella lo que el Otro hace, lo que el Otro dice,
lo que el Otro piensa. Con lo cual, me parece que nosotros tenemos justo una posición que no
es el malestar en la cultura. Nosotros tenemos una clientela que justamente viene a quejarse de
dolor –la palabra dolor es maravillosa, en francés, en alemán y en español, y es que se utiliza la
misma para dolor corporal y dolor psíquico. Ahora, la expresión dolor psíquico en el mundo
lacaniano desapareció, porque todo es goce corporal. Pero yo no veo justificada esa
desaparición: a la tristeza ¿llamarla goce? Porque se la llama goce... si un paciente viene triste y
sigue triste después de dos años de análisis lacaniano, ¿qué dice el analista lacaniano? “Es un
goce”. Y no importa la tercer palabra, goce, las que matan son “es” y “un”. Con esas dos ya
nos abrochan mal, no hay cómo salir del “es”. Pero justamente, me parece que la posición
analítica es “¿y eso por qué es?” Porque quizás no sea eso. ¿No podría ser una alegría
reprimida que retorna como tristeza, no puede ser? Ya sé que no se imaginan la alegría, porque
los analistas son todos pesimistas, creen que la vida verdadera es una mierda. Pero ¿no podría
ser una alegría? ¿No puede ser que una persona tenga alegría pero aparece como triste porque
por la depresión que tiene la madre no se anima a vivir su propia felicidad? ¿No podría ser un
caso? Cuando ya se dice “es” y “un”, llamarlo Roberto o llamarlo goce, da igual, no importa el
nombre que le pongas, puede ser la pulsión de muerte. El asunto es si nosotros nos basamos en
una concepción del sujeto donde haya un “es” y donde haya un “uno”. Me parece que en La
Carta Robada, el rasgo unario entra de tal manera que es maravilloso: observen que está del
lado del Otro, y vean que si se dice que el rasgo unario es un uno a partir del cual se origina un
inconsciente, ¿de quién? de Roberto –no va a ser de la mamá de Roberto... Pero acá, el rasgo
unario está en el campo del Otro, que para colmo es el lugar desde donde viene la
interpretación. Observen la disparidad. Está múltiple, no es originante, es secundario, y que
para colmo está intercalado con algo que es muy interesante y que es la perversión pura y
simple. Es muy interesante de pensar esta categoría. Lacan dice que este paréntesis (10101) es
la perversión pura y simple, y que la perversión pura y simple la propone en el sentido del Abate
de Choisy, y lo llama el falso cogito. Porque lo lee en las Memorias del Abate de Choisy, como
el cogito cartesiano y lo llama falso cogito, porque lo lee así: “pienso cuando soy el que está
vestido de mujer”, ese es el gusto del Abate de Choisy, que mantenía relaciones sexuales con
mujeres pero él se maquillaba y se peinaba y se vestía de mujer, como había hecho siempre su
madre con él, que lo disfrazaba de nena. Pero observen que para Lacan, justamente, hay “yo”
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de este lado (a-a’), que es imaginario pero es el verdadero yo, ¿cuál es el verdadero yo? El de la
relación yo-otro yo. ¿Y cuál es el falso cogito? Todas las posiciones que se caracterizan por el
“soy”. Para Lacan la perversión es cuando el sujeto se localiza en a y se invierte la dirección
del fantasma. Y es perversión pura y simple –ni sádica ni masoquista- sin ninguna
modalización, todas las posiciones en que en la escena fantasmática la división cae en el Otro y
uno cae en la posición del objeto, que Lacan lo lee en a: “pienso cuando soy”. Para concluir: es
otra referencia al problema del ser. ¿Ven cómo considera Lacan la función del ser en la cadena
significante que representa al sujeto? Cualquiera que se postule como ser, es perversión pura y
simple, no es verdadera posición de sujeto. Y puede ser: “pienso cuando soy el huérfano”,
“pienso cuando soy el violado”. No estamos poniendo en tela de juicio el huérfano, el violado,
el maltratado. No es que desvalorizamos todo el trabajo en análisis sobre esas terribles
historias, sino lo que pueda fundar del “soy”. Ahora, paradójicamente, Lacan lo plantea como
lo que está en el campo del Otro, del mismo lado de donde está el rasgo unario. Y observen que
muchos autores –Miller especialmente y todos sus seguidores, la gran mayoría- sostienen que
justamente el rasgo unario es lo que fundamenta el ser del sujeto, ser de goce. Con lo cual, me
da la impresión de que este debería ser uno de los textos fundamentales para tomar en cuenta en
un diálogo que se quisiese hacer, por ejemplo, Lacan vs. Miller, o Lacan vs. Lacan, o Lacan vs.
Freud, justamente por cómo se tramita acá la función de la pulsión, ¿se acuerdan lo que era el
silencio de las pulsiones, no? Nada más que términos de la cadena. ¿Cómo plantea Lacan
analizar, en los términos de la cadena significante, lo que es el ser? Que no es nada más que
una posición perversa.
Bueno, dejamos aquí.-

Versión no corregida por el autor.


Desgrabación: Mariana Gomila.

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