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UNA HISTORIA CON QUINCE MIL PROTAGONISTAS

Las cooperativas de vivienda por ayuda mutua uruguayas


autoridades IMM Dirección Editorial
autoridades Junta Intendencia Municipal de Montevideo, División Espacios Públicos y
Edificaciones: Patricia Roland
Agencia Española de Cooperación
Compilador
Benjamín Nahoum
Edición, diseño y maquetación
Ideograma: Gustavo Carrier, Nella Peniza
Créditos fotográficos
Las fotografías que ilustran esta edición provienen fundalmentalmen-
te del archivo fotográfico de la Federación Uruguaya de Cooperativas
de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM) realizadas por Gustavo Cas-
tagnello; y de la Intendencia Municipal de Montevideo tomadas espe-
cialmente para esta edición por Miguel Rojo.
Este libro incluye asimismo fotografías proporcionadas por los auto-
res de los respectivos artículos.
Fotomecánica e impresión
xxxxxxx
ISBN:
Depósito Legal: xxx.xxx/08
Edición amparada en el decreto 218/996 (Comisión del papel)
© de la presente edición
Intendencia Municipal de Montevideo
Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transporte.
Todos los derechos reservados.
Montevideo - Uruguay

Una historia con quince mil protagonistas. Las Cooperativas de vi-


vienda por ayuda mutua uruguayas / Espacios Públicos y Edifica-
ciones, Intendencia Municipal de Montevideo; Junta de Andalucía,
Consejería de Obras Públicas y Transporte, Dirección General de Ar-
quitectura y Vivienda; Agencia Española de Cooperación; Montev-
ideo-Uruguay, 2008.

300p.; 22x23 cm.


ISBN:
Benjamín Nahoum, compilador

I. Intendencia Municipal de Montevideo. II Andalucía. Junta. III


Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transporte. IV. Junta. Di-
rección General de Arquitectura y Vivienda. V. Agencia Española de
Cooperación Internacional.

I. Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua. Uruguay - Montev-


ideo. II. Una historia con quince mil protagonistas. Título
Presentación de la primera edición

La necesidad de divulgar la experiencia, conocida La incorporación de sistemas de prefabricación li-


unas veces y no reconocida otras, acerca de las co- gera, tanto manuales como industrializados y las
operativas uruguayas de ayuda mutua como una distintas investigaciones docentes y profesionales
alternativa a considerar en el problema de la vi- realizadas a lo largo de estos años, forman parte del
vienda, ha generado la publicación de este libro continuo proceso de perfeccionamiento construc-
con la creación y puesta en marcha de las ideas que tivo que ha convertido al cooperativismo uruguayo
desde Iberoamérica fueron capaces de influenciar en una fuente de experiencias técnicas, capaz de
de cierto modo, la política de vivienda social que servir a los distintos programas de vivienda social
actualmente se aplica en Andalucía. Sin duda su que actualmente tratan de encontrar sus adecuadas
fuerza y permanencia, derivadas del proceso de vías de desarrollo. No menos divulgables resultan
participación y gestión social de los integrantes, los logros arquitectónicos o urbanísticos que han
han permeado de la misma manera, políticas simi- generado una calidad sostenida, tanto en la pro-
lares en países vecinos del área americana.
ducción de vivienda individual como en el empla-
El tiempo se ha encargado de rubricar estos con- zamiento de los conjuntos con sus servicios com-
ceptos convertidos hoy en motivos de interés para plementarios que redundan en beneficio del equi-
el Programa de Cooperación Internacional que la pamiento de las zonas donde se insertan.
Consejería de Obras Públicas y Transportes de la
Estas razones a grandes rasgos esbozadas, contie-
Junta de Andalucía ha suscrito con la Intendencia
Municipal de Montevideo respecto a la divulga- nen el aporte del ingenio uruguayo a la voluntad
ción del patrimonio arquitectónico en este país. de resolver el problema de la vivienda mediante es-
En la actualidad Uruguay ostenta un volumen ta fórmula colectiva que los expertos internaciona-
considerable de arquitectura producida a raíz de les consideran valiosa e interesante, justificando
esta articulación entre capital financiero, profesio- con suficiencia la decisión tomada pro ambas par-
nales, constructores, administración pública y tes para realizar esta edición. Libro colector y di-
usuarios, que desde los inicios del movimiento co- fusor de la experiencia registrada de forma disper-
operativista han contribuido a ampliar ciudad y te- sa en muchos documentos; soporte a la vez de la
rritorio urbanizable con una fórmula mucho más memoria de sus participantes, de las opiniones ac-
orgánica, fresca e imaginativa que la aplicada en- tuales y de los hechos que el tiempo ha impedido
tonces por la rígida arquitectura promovida por el borrar, porque están indisolublemente ligados a la
desarrollismo oficial. creación del hábitat americano.

Mariano Arana Francisco Vallejo Serrano


Intendente de Montevideo Consejero de Obras Públicas y Transportes
Intendencia Municipal de Montevideo Junta de Andalucía
Introducción del Compilador

Introducción
BENJAMIN NAHOUM, Compilador

Este libro del análisis de antecedentes y la realización de en-


trevistas, escribiera un trabajo que reflejaría en de-
Cuando, con el apoyo y el estímulo de la Junta de finitiva la opinión de otros. La tercera posibilidad,
Andalucía, surgió en la Intendencia Municipal de por la que finalmente optamos, consistía en acudir
Montevideo la para nosotros espléndida idea de al método de la compilación: que alguien -el com-
hacer este libro, nos enfrentamos con una tarea pilador- elaborara un programa general de la obra
singularmente atractiva, pero también plena de di- e imaginara una manera de organizar el aporte de
ficultades. diferentes especialistas y que se recurriera a éstos
No es poco lo que se ha escrito sobre las Coopera- para aproximarse al tema desde los numerosos y
tivas de Vivienda por Ayuda Mutua uruguayas. La muy variados ángulos que el mismo presenta.
bibliografía básica que se adjunta al final, da cuenta Es así que este libro está escrito por varios arqui-
de numerosos trabajos, enfocados desde diferentes tectos, varios asistentes sociales, un abogado, dos
visiones disciplinarias, que expresan con riqueza las ingenieros y dos dirigentes sociales que son, ante
singularidades de esta formidable experiencia. todo, cooperativistas. No es, por consiguiente, un
Sin embargo, sentíamos que faltaba un trabajo que libro sobre arquitectura; tampoco es un libro so-
procurara abordar el tema juntando todas esas vi- ciológico ni pretende ser una historia del coopera-
siones, y que lo abordara además para presentarlo a tivismo de vivienda: es, simplemente, nada más ni
un lector que no lo conociera o que lo conociera nada menos que un libro sobre las cooperativas
poco. La posibilidad, además, que ese lector pudie- por ayuda mutua.
ra ser “no uruguayo”, hacía aún más complejo el Cuando el compilador leyó lo que los diferentes
enfoque, ya que se trataba de efectuar una presen- colaboradores habían escrito, encontró que cada
tación que, sin aburrir a quien conoce el tema, fue- capítulo en sí era sumamente interesante, pero que
ra accesible al mismo tiempo para el que careciera al conjunto le faltaba la unidad que le hubiera da-
de las coordenadas básicas para su comprensión. do un sólo redactor. Esto era una virtud, ya que
Teníamos tres opciones: la primera consistía en esa misma heterogeneidad refleja mejor que nin-
que alguien, con suficiente conocimiento del guna otra cosa la variedad de visiones que un tema
asunto y con la capacidad para darle mediante una tan complejo admite. Pero era también un defec-
sola visión la riqueza de matices disciplinarios que to, dado que esa heterogeneidad hacía que algu-
el mismo reúne, pudiera producir por sí sólo ese nas cosas se dijeran varias veces y otras, que eran
enfoque caleidoscópico. Esta posibilidad era per- importantes para la comprensión del conjunto, no
fecta, salvo por el pequeño detalle de encontrar a se hubieran dicho ni una sola.
ese alguien.
La solución que encontramos a este problema fue
Otra alternativa era que un “escritor profesional”, una profusa inserción de notas al pie, responsabili-
muniéndose de la información necesaria por medio dad del compilador. Esas notas pretenden sustituir
preliminares

el entramado que el trabajo tendría si hubiera sido organismos compartan las de aquel).
concebido por una sola persona, pero sin hacerle
En particular el compilador hizo -creánlo- un
perder la especificidad de enfoques y hasta de len-
gran esfuerzo para resistir la tentación que en sus
guajes que da al conjunto una particular riqueza.
notas a pie de página se reflejaran los matices que
Hay que decir también que este libro no pretende puede tener con los autores sobre alguno o mu-
ser un manual de consulta para especialistas, sino, chos de los puntos que abordan en sus trabajos.
antes que nada, un camino para que puedan acce- Creemos haber resistido esa tentación, pero la úl-
der a un tema tan apasionante, justamente quienes tima palabra sobre el éxito de esta empresa la tie-
lo conocen poco o directamente no lo conocen. nen los lectores.
Por esa razón hay una cantidad de “llamadas” que
aportan informaciones obvias para el entendido Otra dificultad importante que debió salvarse fue
pero que creemos que serán útiles a quien se acer- la de elegir quién había de abordar algunos aspec-
ca a esta temática por primera vez. tos que en sí mismos son pluridisciplinarios. Por-
que si bien no cabía duda que respecto de los ve-
Para quien quiera abundar sobre ella, a su vez, se ricuetos jurídicos el más idóneo para escribir era
ha agregado al final del trabajo, en los Anexos, el un abogado, o que sobre los aspectos tecnológicos
texto del capítulo de la Ley Nacional del Viviendas debía recurrirse a los arquitectos e ingenieros que
que trata sobre el cooperativismo (con las actuali- los crearon y desarrollaron, en temas como el pro-
zaciones correspondientes, dado que ese texto ha pio asesoramiento técnico o la descripción de es-
sufrido numerosas y no siempre felices modifica- tudios de caso, las opciones eran mucho más varia-
ciones). Se adjunta asimismo el Decreto del Poder das y discutibles.
Ejecutivo que reglamentó la versión original de di-
cho Capítulo. Con una óptica muy personal, resultante de su
propia experiencia como integrante de equipos
Como se verá a través de la presentación de los au- técnicos, el compilador eligió a una asistente social
tores que se hace al comenzar cada artículo, he- para tratar el tema del asesoramiento y a varios ar-
mos tenido la suerte de reunir a un conjunto de quitectos -con una excepción forzosa- para descri-
colaboradores de primerísimo nivel, que incluye a bir las experiencias que se presentan como estu-
algunas de las personas que más saben sobre el co- dios de caso, que reflejan cada una a su vez una
operativismo de vivienda por ayuda mutua en el particularidad diferente.
país. Y que lo saben, además, porque ellos mismos
son parte de esa insólita aventura. Y esa elección se basó en que -repito, en su expe-
riencia personal y en su propia visión- ha sentido al
A esos colaboradores los elegimos por quiénes son trabajador social como aquel integrante del equipo
y cuánto conocen del tema y no, por cierto, por que tiene una visión más global del trabajo de éste
proximidades ideológicas o políticas: por eso mis- -del que en algunas instancias actúa incluso como
mo constituyen un conjunto matizado, y esos ma- articulador- y en cambio considera al arquitecto
tices se reflejan en lo que escribieron, que fue es- como el técnico que tiene una concepción más in-
crito con absoluta libertad. Las opiniones que los
tegral del programa en su conjunto.
artículos reflejan son, por consiguiente, las de
quienes los redactaron, y su inclusión en este tra- Sobre la elección de los estudios de caso -también
bajo no quiere decir que el compilador, ni mucho responsabilidad exclusiva del compilador- digamos
menos los organismos que promovieron su reali- ya que no pretende ser una selección de las mejo-
zación, las compartan necesariamente (ni que esos res experiencias -selección que implicaría por otra
Introducción del compilador

parte una ardua tarea- desde ningún punto de vis- Esta segunda edición
ta: ni arquitectónico, ni urbanístico, ni social, ni
La posibilidad de realizar una segunda edición de
económico. Simplemente son cinco experiencias -
este libro vino acompañada de la oportunidad de
exitosas las cinco, eso sí- que reflejan diferentes re-
actualizar el material incluido en la primera, de
alidades, diferentes apuestas y hasta diferentes mo-
ampliarlo, y de mejorar las imágenes que acompa-
mentos del desarrollo del sistema cooperativo de
ñaban aquella. Este último cambio, especialmente,
ayuda mutua. ha sido trascendente en la presentación de la se-
Y una última aclaración, que quizá sea necesaria, gunda edición, porque el tener el tiempo y los re-
antes que ustedes entren a ver el resultado de este cursos para poder manejarnos no sólo con material
esfuerzo, del que el suscrito se encuentra, franca- gráfico de archivo y el disponer del empleo del co-
mente, complacido (no por lo que hizo personal- lor, llevó a una diagramación nueva y diferente.
mente, desde luego, sino por haber podido reunir En materia de texto, los cambios que introduce es-
un conjunto de materiales tan interesantes y valio- ta segunda edición son, básicamente, la incorpora-
sos): el porqué la Intendencia de Montevideo de- ción de cuatro nuevos capítulos y la revisión del
dicó tiempo, dinero y esfuerzo a producir este tra- material anterior, que en algunos casos ha llevado
bajo. En dos palabras: porque cree en el coopera- a complementarlo, cuando el surgimiento de nue-
tivismo de vivienda, y en particular en las coopera- vos elementos o el propio devenir de las coopera-
tivas por ayuda mutua. tivas y de su movimiento, así lo justificó.
Y porque cree en el cooperativismo de vivienda es Los nuevos capítulos tienen que ver con algunos
que ha hecho o intentado hacer muchas cosas pa- aspectos importantes que habían sido tratados só-
ra apuntalar el esfuerzo y la labor de esas coopera- lo de manera lateral en la primera edición, en al-
tivas, en particular desde 1990, fecha que marca gún caso porque todavía no tenían el desarrollo
un innegable punto de inflexión en la gestión de que hoy manifiestan: la organización de obra, la
los gobiernos comunales montevideanos. Entre cuestiones de edad y género en las cooperativas,
esas muchas cosas, que no es del caso enumerar en un tema siempre presente pero sobre el que hoy
existe más reflexión.
esta introducción, está promover este libro, para
que esa experiencia se conozca un poco más. En estos años, además, se ha desarrollado de ma-
nera magnífica una experiencia de irradiación del
El libro se llama “Una historia con quince mil pro-
modelo uruguayo de cooperativas de viviendas
tagonistas”. Podría haberse llamado de muchas
por ayuda mutua a nivel de la región, que tam-
maneras, pero quisimos ponerle ese nombre para bién tiene aquí su lugar, presentado por dos de
dar, ya desde el título, la idea que íbamos a hablar, sus protagonistas.
sobre todo, de una empresa colectiva. Una empre-
sa que más que de protagonismos individuales sa- Incluimos además un trabajo nuestro, que pretende
be de quehaceres conjuntos. Quince mil familias - poner en evidencia las claves del desarrollo de este
pocas más o pocas menos- son hoy las que han es- modelo y que cierra la primera parte del libro, que
crito y están escribiendo esta historia. Algunas ya se complementa luego con dos anexos, uno presen-
tienen “su” casa, otras todavía la están construyen- tando estudios de caso y otro, de apoyo documen-
do y otras sueñan con abocarse prontamente a esa tal; éste también ha sido ampliado con material y
normas producidos entre las dos ediciones.
tarea. Quizá este libro ayude a que, pronto, el nú-
mero quince mil nos quede pequeño. Las notas al pie siguen apareciendo, ahora todavía
preliminares

un poco más profusas, por la misma razón que an-


tes: hilvanar un relato a muchas voces. Pero se las
ha separado de las notas de los autores de cada ar-
tículo, para marcar su origen diferente, presentán-
dolas en una adecuada tonalidad atenuada.
Estos casi diez años que han pasado entre la pri-
mera y la segunda edición han visto cambios im-
portantes en el país, que pasó por una grave crisis
económica de la que hoy va terminando de salir y,
fundamentalmente, que eligió, por primera vez en
casi dos siglos de vida republicana independiente,
un gobierno de izquierda.
Éste pareció ser el fin de un largo camino de lu-
chas y desencuentros entre un movimiento de cu-
ño netamente social y popular, y gobiernos que
priorizaban otros valores. El advenimiento de un
partido con el cual el cooperativismo había tenido
coincidencias históricas y que lo apoyó casi sin fi-
suras mientras estuvo en el llano, pareció preanun-
ciar que comenzaba el tiempo de cosechar.
Las cosas no fueron tan fáciles, sin embargo. No
han sido nada fáciles. Aparecieron nuevos desen-
cuentros y se repitieron algunos que parecían des-
tinados a solucionarse con el cambio de interlocu-
tor. Las casi cien cooperativas formadas al calor de
la esperanza de la llegada de la izquierda al gobier-
no hoy, casi tres años después, todavía esperan una
reglamentación que les permita iniciar el sendero
para llegar a sus préstamos. Sigue también sin re-
solverse la aplicación de subsidios a las familias co-
operativistas, que generó un largo conflicto con la
administración anterior, que pervive actualmente.
Y todo eso entorpece y desgasta.
Pero las quince mil familias que dieron título a la
primera edición, ya son casi veinte mil, como augu-
rábamos. Y todas ellas siguen con las mismas ganas
de luchar y construir que antes. Que siempre.
Sumario

Presentación de la Primera Edición, IMM-Junta de Andalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 05


Prólogo a la Segunda Edición, Ricardo Ehrlich, Intendente de Montevideo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 07
Prólogo a la Segunda Edición, Junta de Andalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 09
Introducción, Benjamín Nahoum, Compilador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Ayuda Mutua, vivienda y ciudad, Mariano Arana, Intendente de Montevideo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

1. Los antecedentes
1.1. De la autoconstrucción individual a las Cooperativas pioneras (Benjamín Nahoum) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

2. Las Cooperativas de Ayuda Mutua uruguayas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32


2.1. La base jurídica (José Luis Cazères) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
2.2. Organización social y gestión cooperativa (Enrique Iglesias) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
2.3. Diseño y tecnologías (Walter Kruk) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
2.4. Financiamiento (Carlos Altoberro) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
2.5. Asesoramiento técnico (Cristina Fynn) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
2.6. La organización de obra (José Durán) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86

3. Cooperativas y Sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98


3.1. La relación Cooperativa-medio. La Cooperativa después de la vivienda (José Tognola) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
3.2. El rol político y social del cooperativismo de vivienda: F.U.C.V.A.M (Gustavo González) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
3.3. Un corte en la visión. Las cuestiones de edad y género en las cooperativas de ayuda mutua (Mónica Ramírez) . . . . . . . 116

4. Las nuevas modalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .130


4.1. Programas con grupos de muy bajos ingresos (Hugo Rodríguez) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
4.2. Reciclajes (Raúl Vallés) * . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
4.3. La irradiación latinoamericana de la experiencia (Alicia Dambrauskas-Gustavo González) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166

5. Las claves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .180


5.1. Claves de una experiencia sostenible (Benjamín Nahoum) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182

6. Anexo Estudios de Caso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .194


6.1. La experiencia de las “Mesas”: Mesa 1. (Emma Menoni) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
6.2. El desafío de la escala: Conjunto “José Pedro Varela”. (Norberto Cubría-Jorge Di Paula) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
6.3. La integración al entorno urbano: “Tebelpa”. (Atilio Farinasso) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
6.4. El Cooperativismo en el Interior: COVINUVI de Durazno. (Juan M. Pazos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
6.5. Creando ciudad: el Barrio Cooperativo de Paysandú. (Juan C. Siázaro) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224

7. Anexo documentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .230


7.1. Texto compilado del capítulo sobre Cooperativas de la Ley Nacional de Vivienda Nº 13.728, de 17.12.1968 . . . . . . . . . . . 232
7.2. Texto del Decreto Nº 633/69, reglamentario de la Ley Nº 13.728 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
7.3. Texto del Decreto Nº 1479/06 (control de las cooperativas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
7.4. Texto del Decreto Nº 327/94 (actuación de los Institutos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264
7.5. Texto del Decreto Nº 73/07 (control de los Institutos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268
7.6. Estatuto de cooperativa de usuarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
7.7. Reglamento de Obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286

Bibliografía básica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 00
Ayuda Mutua, vivienda y ciudad

Ayuda Mutua, vivienda y ciudad


MARIANO ARANA [*]

El presente libro trata de una realidad profunda- Por otra parte, y en tanto arquitectos, no pode-
mente enraizada en el Uruguay del último tercio mos sustraernos de una específica reflexión rela-
de siglo: el cooperativismo de vivienda por Ayuda cionada con la particular calidad arquitectónica y
Mutua, experiencia peculiar de un pequeño país urbanística verificada en una alta proporción de las
del Sur de la América Austral, que ha merecido realizaciones del cooperativismo por ayuda mutua.
trascender su acotado ámbito geográfico. Son, al respecto, señalables diversos logros:
A los uruguayos nos resulta estimulante compro- - aportaciones en cuanto a la definición tipoló-
bar cómo algunas de nuestras iniciativas y realiza- gica de las unidades de vivienda y a sus moda-
ciones han sido objeto de reconocimiento exten- lidades de agrupamiento;
dido, más allá de fronteras. Esta publicación se ha - aportaciones no menos señalables en cuanto a
podido realizar, precisamente, gracias a ese reco- la expresividad y la resolución formal de las
nocimiento, así como al importante respaldo reci- unidades y de los conjuntos cooperativos, re-
bido de la Junta de Andalucía. cogiendo la mejor tradición nacional en rela-
ción a la utilización del ladrillo visto y, en oca-
Son variadas las razones por las que resultan des- siones, asimilando las contribuciones de la ar-
tacables los resultados de esta singular experien- quitectura británica y escandinava de los años
cia. Validación en lo relacionado con aspectos sesenta y setenta;
económicos y financieros, al establecerse una ori- - aportación, también, en cuanto a la configura-
ginal y pertinente asociación de lo público con lo ción de los espacios colectivos y su equipa-
no gubernamental. miento adecuado;
- aportación en cuanto a la racionalización cons- [*] Mariano Arana, arquitecto, fue In-
Validación también en lo social, en tanto supuso tructiva, la sistematización y la experimenta-
una respuesta eficiente y ajustada a las demandas y tendente de Montevideo entre 1995 y
ción de tecnologías acordes con las determi- 2004. Anteriormente fue Senador de la
potencialidades de los grupos familiares destinata- nantes del medio nacional y con las caracterís- República en la legislatura 1990-1994 y
rios. Más aún: esa eficiencia no se agotó en la me- ticas propias de la ayuda mutua; es, desde marzo de 2005, Ministro de Vi-
ra resolución de los aspectos relacionados con las - aportación, finalmente, en cuanto a la cone- vienda, Ordenamiento Territorial y Me-
unidades de vivienda sino que se extendió a los xión del conjunto cooperativo con su entor- dio Ambiente. Profesionalmente estuvo
ámbitos comunes, a los servicios comunitarios y al vinculado al cooperativismo de vivienda
no urbano inmediato, contribuyendo a digni-
entorno más amplio en el que las cooperativas se por su trabajo en el Sector Vivienda del
ficar la periferia y, en algunos casos, integrán- Centro Cooperativista Uruguayo, del que
han insertado. dose con convicción en medio de la ciudad fue Coordinador, y donde actuó en el pro-
Validación en la gestión, en cuanto a la responsa- consolidada. yecto y dirección de obra de varios con-
juntos. También fue docente de la Facul-
bilidad colectiva y autogestionaria asumida por la
tad de Arquitectura de la Universidad de
organización cooperativa en todas las fases de la Entre las primeras realizaciones de mayor origina- la República, habiendo sido hasta 1989
obra, así como en la participación relacionada con lidad y significación, no podemos dejar de citar Director del Instituto de Historia de la
las decisiones de diseño. por su singular configuración global y su pertinen- Arquitectura de dicha Facultad.

LAS COOPERATIVAS DE VIVIENDA POR AYUDA MUTUA URUGUAYAS 19


Prólogo de la primera edición

te concepción arquitectónica, las cooperativas de En el medio nacional las experimentaciones y so-


Isla Mala, en el Departamento de Florida, o aque- luciones tipológicas ensayadas por las cooperativas
lla situada a la entrada de la ciudad de Fray Ben- fueron asumidas de modo extendido, como en el
tos, capital del Departamento de Río Negro, caso, por ejemplo del conjunto habitacional deno-
“Éxodo de Artigas I”; también la feliz conjunción minado “Barrio Norte” de la ciudad de Maldona-
de arquitecturas presentes y anteriores en la coo- do (promovido por inversores privados) o de otras
perativa “COVIMT 1”, en el barrio Peñarol de modalidades de vivienda social, como las gestadas
Montevideo. a través de los llamados “Fondos Sociales”, entre
ellos los conjuntos destinados a los trabajadores
A nivel de propuesta urbanística son insoslayables,
del transporte colectivo, emplazados en Montevi-
a su vez, las Mesas Intercooperativas, grandes con-
deo, resultando obras de singular calidad.
juntos localizados en significativos emplazamien-
tos del cinturón periférico de Montevideo. Y no No es raro por ello que, en el concierto interna-
puede dejar de destacarse la singular conjunción cional, la experiencia cooperativa en materia de vi-
de arquitectura y ambiente natural que representa vienda en el Uruguay haya sido punto de referen-
“TEBELPA”. cia y objeto de estudio y atención.
Las nuevas experimentaciones de la última década, No nos es posible sustraernos a la mención de una
han ampliado el campo de actuación, siendo par- historia de la que también constituimos parte, mo-
ticularmente destacable la obra de COVICIVI en tivo que quizás explique la emoción y la convicción
la Ciudad Vieja de Montevideo, abordando la con que abordamos esta temática. El movimiento
compleja armonización de Ayuda Mutua y recicla- cooperativo de vivienda, al que vimos virtualmente
je de vetustas construcciones de valor testimonial. nacer en una habitación contigua a nuestra mesa de
trabajo en el Centro Coopera-tivista Uruguayo,
Estamos pues frente a una inusual conjunción: la
hoy se encuentra nucleado alrededor de la Federa-
gestación de instrumentos para satisfacer deman-
ción Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por
das sociales acuciantes, como lo son las de cons-
Ayuda Mutua (FUCVAM), Federación a la que la
trucción de viviendas adecuadas para los sectores
dictadura quiso quitarle la denominación de “Uru-
populares, y a la vez de organización y gestión de
guaya”, obligando a cambiar la “U” de la sigla por
las mismas con un sentido solidario.
“Unificadora” y que a justo título hoy ostenta su
La experiencia de vida cooperativa ha demostrado condición de unificadora y de uruguaya(1).
que ésta no sólo ha sido una solución eficaz para
En esa historia hay miles y miles de protagonistas:
los propios cooperativistas y sus familias, sino que
los propios cooperativistas y sus familias, los capa-
las cooperativas se han constituido en escuelas de
taces y técnicos, los profesionales que integraron e
tolerancia y de civismo, valores que se han extendi-
integran Institutos de Asistencia Técnica. Entre
do a las áreas barriales contiguas. Hoy las coopera-
todos ellos no podemos menos que recordar a dos
tivas de vivienda son sinónimo no sólo de la digni-
colegas y compañeros que asumieron papeles pre-
dad que puede alcanzar la vivienda popular, sino
ponderantes en distintos momentos del proceso.
también de la calidad de vida que puede ofrecer al
Al arquitecto Juan Pablo Terra, quien como legis-
grupo social beneficiario.
lador y docente incidió decisivamente en la con-
Resulta por demás estimulante y aleccionadora la cepción y la redacción de la Ley Nacional de Vi-
(1) FUCVAM recuperó su nombre original a
resonancia que esta experiencia ha tenido, no sólo vienda, uno de cuyos aspectos más importantes es
la salida de la dictadura. (N. del C.) en el medio nacional sin también en el exterior. justamente el haber dotado de marco legal y cre-

20 UNA HISTORIA CON QUINCE MIL PROTAGONISTAS


Ayuda Mutua, vivienda y ciudad

diticio al cooperativismo de vivienda. Y al arqui- Vivienda de la Consejería de Obras Públicas y


tecto José Luis Livni, co-proyectista y director de Transporte, vaya nuestro reconocimiento y nues-
obras de alguno de los más significativos conjun- tra gratitud por sus actuaciones siempre oportu-
tos cooperativos. nas, sensibles y solidarias.
Mención especial debe hacerse de nuestros ami-
gos andaluces, por su permanente estímulo y
apoyo, y por la luminosa iniciativa de editar esta
publicación. A la Junta de Andalucía y particular-
mente a la Dirección General de Arquitectura y

LAS COOPERATIVAS DE VIVIENDA POR AYUDA MUTUA URUGUAYAS 21


LOS ANTECEDENTES
01.1: De la autoconstrucción individual a las cooperativas pioneras / Benjamín Nahoum

01
De la autoconstrucción individual a las cooperativas pioneras

págs 22 - 31 [*] BENJAMIN NAHOUM 1. Introducción(*)

La construcción de viviendas por el sistema de Co-

01.1 Benjamín Nahoum, ingeniero civil, fue Asesor en Vivienda de


la Intendencia Municipal de Montevideo entre 1990 y 1992, y
de 1996 a 2000. De 2000 a 2007 se ha desempeñado como
Responsable Técnico del Departamento de Apoyo Técnico de la
Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda
operativas de Ayuda Mutua se implanta en el Uru-
guay (luego de una experiencia piloto llevada a ca-
bo por tres grupos del interior del país, con el apo-
yo del Centro Cooperativista Uruguayo) al in-
cluirse este sistema en la Ley de Vivienda aproba-
Mutua (FUCVAM). Actualmente es Coordinador del equipo con-
sultor contratado por el Ministerio de Vivienda uruguayo para da por el Parlamento Nacional en 1968.
implementar la Cartera Nacional de Tierras para Vivienda.
Superadas las dificultades iniciales propias de una
Trabaja desde 1973 en el campo de la vivienda popular, habien- modalidad que era prácticamente inédita en el pa-
do sido Coordinador del Sector Vivienda del Centro Cooperati-
ís (y superada incluso la desconfianza que los pro-
vista Uruguayo y asesor de organizaciones sociales, tanto en
Uruguay como en otros países de América Latina, en temas de pios interesados tenían al comienzo respecto a
autogestión, financiamiento, legislación y acceso al suelo, así ella), en 1975 uno de cada dos préstamos que se
como Coordinador de la Unidad de Vivienda de la Comisión de solicitaban ante el Banco Hipotecario del Uruguay
Programa del Frente Amplio. (B.H.U.) para la construcción de viviendas, co-
Ha sido asimismo docente de las Facultades de Ingeniería y Ar- rrespondían al régimen cooperativo: en la modali-
quitectura de la Universidad de la República y Redactor Res- dad de Ayuda Mutua, mayoritariamente, o en la
ponsable de la revista “Vivienda Popular”. de Ahorro Previo(1).
En particular, el sistema de Cooperativas de Ayuda
Mutua probaba a esa altura que era el más idóneo
para recoger, organizándola, toda una tradición de
Fotografías: Gustavo Castagnello_FUCVAM
miles de autoconstructores que en la primera mitad
del siglo fueron los que dieron un decisivo impul-
so de crecimiento a las ciudades uruguayas.
Pero las Cooperativas de Ayuda Mutua fueron to-
davía más que eso: a casi cuarenta años de vigen-
cia de la Ley Nacional de Vivienda, el sistema co-

24 UNA HISTORIA CON QUINCE MIL PROTAGONISTAS


LAS COOPERATIVAS DE VIVIENDA POR AYUDA MUTUA URUGUAYAS
capítulo 01 I Los antecedentes

operativo surge como aquél que ha permitido ob- en estos cuarenta años de esfuerzos, de realizacio-
tener mejores soluciones a más bajo costo; el que nes y de lucha.
ha dado resultados más positivos respecto de la
Mientras tanto, algunas experiencias realizadas re-
conservación, mantenimiento y complementación
cientemente en nuestro medio incursionando en
urbana de los conjuntos; el que se ha ajustado me-
nuevas modalidades de actuación (sectores de
jor a las necesidades de los destinatarios; el que ha
producido, en fin, una más plena valoración y uti- muy bajos ingresos, reciclaje de viviendas usadas),
lización de los espacios comunitarios. así como otras, emprendidas en países de la región
tomando como referencia el sistema uruguayo,
(*) El presente artículo toma como base la Por otra parte, la organización adquirida por los permiten pensar que el cooperativismo de vivien-
introducción de la ponencia: “El Cooperati- grupos durante la etapa de obra (que se prolonga
vismo de Ayuda Mutua en el Uruguay: una da por ayuda mutua tiene aún mucho para dar y
alternativa popular y autogestionaria de so- posteriormente, porque el sistema de propiedad que, con las adaptaciones necesarias a cada situa-
lución al problema de la vivienda”, presen- colectiva por el que la casi unanimidad de ellas ha ción o a cada realidad local, puede constituir una
tado por el Centro Cooperativista Uruguayo optado, requiere la permanencia de estructuras de
en el Primer Concurso Iberoamericano de
auténtica alternativa popular al problema de la vi-
Informes de la Construcción, organizado uso y administración del bien común) ha llevado vienda en nuestro país y en Latinoamérica.
por el Instituto “Eduardo Torroja” de la naturalmente a encarar, también en forma colecti-
Construcción y del Cemento, de Madrid, Es- va, otros problemas sociales comunes. Así han sur-
paña, en 1985. Se trata de un trabajo colec-
tivo del Sector Vivienda de dicho Centro,
gido policlínicas, guarderías, bibliotecas, coopera- 2. Del esfuerzo propio a la ayuda mutua
del cual el autor redactó, entre otras cosas, tivas de consumo, que han contribuido a mejorar
la introducción. la calidad de vida de los cooperativistas pero, tam- La mayoría de las ciudades uruguayas, y particu-
bién la de la comunidad circundante, a la que las larmente la capital, Montevideo (que concentra
(1) Según datos del Boletín Estadístico del Cooperativas están abiertas. casi la mitad de la población del país) han crecido
BHU correspondiente a ese año.
La extracción obrera de buena parte de los inte- al influjo de la autoconstrucción, como es habitual
grantes de los grupos ha sido, además, un podero- en nuestra América.
(2) Según datos oficiales del BHU, la inver-
sión en construcción de viviendas por el so factor de organización, de disciplina y de con- Pero lo peculiar de ese proceso, en el caso urugua-
sistema cooperativo realizada por el Minis- cientización, que convirtió a las Cooperativas de
terio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y
yo, es que el mismo no ha sido explosivo, como en
Vivienda en un importante baluarte en la lucha otros países latinoamericanos, sino que por el con-
Medio Ambiente, en el mes de abril de 1998,
fue apenas superior al 15% del total de los por la recuperación de la democracia en el Uru- trario ese crecimiento se produjo de manera gra-
rubros que a esos efectos dispone el Minis- guay, democracia que perdiéramos durante los dual. Pesaron para ello la prosperidad económica
terio. La situación no varió sustancialmente años oscuros de 1973 a 1985.
en el gobierno siguiente (2000-2004). Y en el relativa que se dio en el país hasta comienzos de la
gobierno del Frente Amplio, coalición de iz- Ese mismo hecho trajo como consecuencia que de década del 60, el reducido crecimiento demográ-
quierda que ganó las elecciones de 2004, si fico, y una legislación que abrió canales de crédito
bien ha aumentado en términos relativos, el 1975 hasta el final de la dictadura, el apoyo oficial
número total de viviendas cooperativas fi- a este sistema fuera prácticamente nulo; antes e instrumentó, mediante mecanismos como el
nanciadas se mantiene muy por debajo de bien, desde los organismos rectores de la política “Plano de Vivienda Popular”(3), la construcción de
los guarismos previos a la dictadura. la casa propia por parte de las capas medias y de
de vivienda se implementaron medidas que golpe-
aron duramente al Cooperativismo. buena parte de los sectores asalariados urbanos. Es
(3) Planos de vivienda económica, que las así que el parque de viviendas en los núcleos po-
Intendencias Municipales entregaban (y en Si bien aquellas restricciones hoy formalmente no
algunos casos, como Montevideo, aún en- blados se cuadriplica entre 1920 y 1960(4), en tan-
existen más, el sistema cooperativo de vivienda si-
tregan) gratuitamente a los interesados. to la población sólo se duplica.
gue recibiendo del Estado nada más que un men-
guado apoyo(2) y continúa esperando, aún, ocupar Un país de autoconstructores, entonces. De gente
(4) TERRA, Juan Pablo, 1969, “La Vivienda”,
Colección “Nuestra Tierra”, N° 38, Editorial el lugar que le corresponde dentro de las políticas dispuesta a construir su vivienda con sus propias
Nuestra Tierra, Montevideo. habitacionales uruguayas. El lugar que ha ganado manos, contando apenas con el auxilio de algún

26 UNA HISTORIA CON QUINCE MIL PROTAGONISTAS


01.1 I De la autoconstrucción individual a las cooperativas pioneras

familiar o amigo y del apoyo que podría darle un 1956 a la mitad, en 1963; la inversión en vivien-
albañil o constructor en las etapas más difíciles, das con relación al PBI cae un 50% en el mismo
aquellas que exigen el conocimiento del trabaja- lapso; los préstamos escriturados por el BHU, or-
dor especializado: el techo, casi siempre una losa ganismo financiador de la vivienda, pasan de una
de hormigón, las instalaciones eléctrica y sanitaria, cifra del orden de los 10.000 millones de pesos
y casi nada más. anuales en el período 1955-1958 a sólo 350 mi-
llones en 1968(6).
Y es que en este país aluvional, edificado por las
sucesivas generaciones de inmigrantes que vinie- La crisis golpea a la construcción toda, pero parti-
ron a poblarlo, españoles e italianos fundamental- cularmente a la legión de autoconstructores, a los
mente, abundan los “siete oficios”, los que saben que resultará imposible de ahí en adelante intentar
un poco de todo, o que han debido aprenderlo solos la aventura de levantar su techo. Ahora será
para abrirse camino en la sociedad que venían a necesario unir los esfuerzos aislados para obtener
conquistar. economías de costos, para usar más eficientemen-
te los recursos, para poder enfrentar mejor los
No es de extrañar entonces que esos hombres y esas
compromisos de devolución de los créditos.
mujeres no se amedrentaran ante la empresa de
construir su techo basándose en sus propias fuerzas, Una nueva forma organizativa está llamada a apa-
a las que se sumaba la mano que podían tender fa- recer, entonces, para recoger aquellas tradiciones,
miliares y amigos. Empresa que se acometía, casi implementándolas y haciéndolas más eficientes: las
siempre, a partir de un terrenito en los suburbios, Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua. Ellas
comprado en muchas pequeñas cuotas, en aquellos asimilarán, por un lado, la experiencia de los auto-
loteos masivos que los especuladores inmobiliarios constructores, y por otro, la de las organizaciones
realizaran en las primeras décadas del siglo. populares de rica historia en el país, particular-
mente las de los sindicatos de trabajadores. Y se
Pero la situación económica del país cambia funda-
apoyarán, sobre todo, en los arraigados valores so-
mentalmente luego de la segunda posguerra y sobre
lidarios de la sociedad uruguaya.
todo a partir de la finalización de la llamada guerra
de Corea, que extendió por algunos años más las
relaciones favorables de precios de los productos
que el Uruguay exporta. Se pasa entonces de por- 3. De noventa y cinco familias a quince mil
centajes de inflación anual por debajo del 20%, a
La nueva organización implicaba la simbiosis de una
más del 50% a partir de 1965, con un pico del 136%
forma organizativa, la Cooperativa, y una modali-
(récord en toda la historia del país) en 1967; para-
dad de trabajo, la construcción por ayuda mutua.
lelamente, el precio del dólar en el mercado finan-
ciero, que era de poco más de $3 en 1955, pasa a Cooperativa en primer lugar, o sea una organiza-
$11 en 1962, $128 en 1967 y $249 en 1968(5). ción de iguales, dirigida democráticamente por su
base social por medio de los órganos de dirección y
El deterioro económico que reflejan esas cifras,
control que ella misma constituye y designa. Y Co-
que repercute antes que nada en la situación de los (5) MELGAR, Alicia y CANCELA, Walter, “El
operativa de Vivienda, es decir una asociación de fa- desarrollo frustrado. 30 años de economía
trabajadores asalariados, es el que lleva a que se
milias que, frente a la necesidad común del techo, uruguaya 1955-1985”, Centro Latinoameri-
produzca una grave crisis en la construcción de vi- cano de Economía Humana (CLAEH)-Edicio-
aportan el esfuerzo y la iniciativa de todos sus
viendas. Esta crisis se refleja en varios hechos muy nes de la Banda Oriental, Montevideo, 1985.
miembros para darle solución en forma conjunta.
importantes: los metros cuadrados construidos
por año caen de más de un millón y medio en Coooperativa de Ayuda Mutua, por fin, lo que im- (6) TERRA, J.P., op. cit.

LAS COOPERATIVAS DE VIVIENDA POR AYUDA MUTUA URUGUAYAS 27


capítulo 01 I Los antecedentes

plica que uno de los recursos centrales para la con- den constituirse en Cooperativas para satisfacer sus
secución de sus objetivos será el aporte de mano necesidades de habitación.
de obra de las familias que la integran.
Son en total noventa y cinco familias, que forma-
Las primeras experiencias en este sentido serán tres rán tres Cooperativas de Consumo (no existía aún
proyectos piloto surgidos en 1966 en el interior la forma jurídica Cooperativa de Vivienda) y con
del país, con la promoción del Centro Cooperati- ello marcarán el hito fundamental de una expe-
vista Uruguayo(7). En ese año, tres grupos de tra- riencia que habrá de crecer vertiginosamente y
bajadores, en Salto, Fray Bentos e Isla Mala, deci- multiplicarse por cien en menos de una década.

UNA HISTORIA CON QUINCE MIL PROTAGONISTAS


01.1 I De la autoconstrucción individual a las cooperativas pioneras

Tropiezos y dificultades de todo tipo jalonan el ca- de esa estrategia, el sistema cooperativo aparecía
mino de estos grupos, que estaban construyendo como un capítulo marginal, integrado al proyecto
sus viviendas y simultáneamente una forma de or- más para facilitar su tránsito parlamentario que pa-
ganización en la que todo estaba por inventar. El ra apoyar verdaderamente en él un intento serio de
balance general resultó muy positivo, sin embar- solucionar los problemas habitacionales.
go, al punto que un documento oficial de la épo-
No será ésta, sin embargo, la visión de los intere-
ca señalaba que “de todos los conjuntos habitacio-
sados. Superada una primera etapa de escepticismo
nales realizados en el país en el año 1969, sea por
y desconfianza hacia una alternativa que parecía
organismos públicos o empresas privadas, las in-
utópica, superadas también las dificultades de la
versiones necesarias y por tanto, las cuotas de
puesta en marcha a nivel masivo de una experien-
amortizaciones más bajas, han sido obtenidas por
cia que sólo conocía antecedentes puntuales y en
estas cooperativas”. Los años siguientes mostrarán la que era preciso montar todo el andamiaje admi-
que los resultados en cuanto a la satisfacción de las nistrativo y reglamentario del que carecía, el coo-
necesidades habitacionales y las formas de convi- perativismo hace eclosión y toma rápidamente el
vencia generadas serían igualmente positivos. primer lugar en las preferencias de la población
Son esas valoraciones favorables las que conducen entre todos los sistemas que la Ley preveía para ac-
a que, cuando en diciembre de 1968 el Parlamen- ceder a la vivienda. (7) “COSVAM”, de Salto (litoral Norte del
to vota una Ley de Vivienda destinada a atacar los Así, como ya se dijo, en 1975 uno de cada dos país), integrada por trabajadores ferrocarri-
problemas jurídicos, económicos y organizativos leros; “Éxodo de Artigas”, de Fray Bentos,
créditos solicitado en el Banco Hipotecario co- capital del Departamento de Río Negro, li-
que habían conducido a un déficit absoluto de vi- rrespondía al sistema cooperativo. Dentro de és- toral centro, compuesta por obreros muni-
viendas de más del diez por ciento del parque exis- te las Cooperativas de Ayuda Mutua eran, a su cipales, y “Veinticinco de Mayo”, de Isla
tente, esa Ley preverá que una de las formas de Mala, departamento de Florida, centro Sur
vez, más de las dos terceras partes(8). Será el pun- del país, constituida por trabajadores de la
construcción de nuevas viviendas será por medio to más alto, y al mismo tiempo el comienzo de localidad.
de las Cooperativas de Ayuda Mutua. un descenso vertiginoso, originado por cierto no
No era éste, sin embargo, el sistema que servía a en problemas del sistema -cada vez más afiatado- (8) El resto correspondía a Cooperativas de
ni en la falta de apoyo de la población, sino en Ahorro Previo, otra modalidad cooperativa
los grupos de empresarios que habían presionado prevista por la Ley de Vivienda, en la que
para que la Ley de Vivienda fuera votada, y que la expresas decisiones políticas. el aporte de los destinatarios se hace por
habían impulsado por conducto de sus represen- medio del ahorro en dinero, en lugar de
efectuarlo con trabajo en la obra.
tantes en las Cámaras. Estos sectores propulsaban
la construcción de viviendas por el régimen de 4. Los años oscuros Estas diferentes modalidades, que no están
mencionadas expresamente en la Ley, sur-
Promoción Privada, en el que el Estado proporcio- gen del art. 130 de la misma, que establece
na créditos a inversores privados para construir vi- Producido el golpe de Estado de 1973 en el Uru- que para cumplir su objeto (proveer de alo-
viendas que luego serán vendidas en el mercado, guay, implantado el neoliberalismo económico al jamiento adecuado y estable a sus socios)
año siguiente, las Cooperativas de Vivienda aparecí- las Cooperativas pueden construir vivien-
o por el Sistema Público, que implica la construc- das por esfuerzo propio, ayuda mutua, ad-
an como una doble contradicción dentro del siste-
ción por empresas privadas de proyectos adminis- ministración directa o contrato con terce-
ma: por su contenido participativo y democrático, ros. De estas variantes, la primera no tuvo
trados por el Estado.
cuestionaban el autoritarismo que pasó a ser el esti- desarrollo, y las dos últimas son las que
Para propiciar estos sistemas, para regular las inver- lo de gobierno imperante(9); por su contenido de dan lugar a las llamadas Cooperativas de
Ahorro Previo o de Ahorro y Préstamo, co-
siones y proveer los recursos necesarios, para poner autogestión económica, a su vez, chocaban con el mo también se las conoce.
en marcha, en fin, el vasto plan de construcciones nuevo modelo, que basaba su acción en la inter-
que las empresas requerían luego de una década de vención de empresas capitalistas, a las que buscaba (9) Sobre este aspecto trata extensamente
crisis de esa industria, es que se vota la Ley. Dentro estimular dándoles mayores rentabilidades. el Capítulo 3.2.

LAS COOPERATIVAS DE VIVIENDA POR AYUDA MUTUA URUGUAYAS 29


capítulo 01 I Los antecedentes

Esa doble contradicción fue prontamente adverti- esos sacrificios y esas luchas el cooperativismo de
da y como consecuencia de ello se retiró todo tipo vivienda, es un tema que desarrolla, con más pro-
de apoyo al cooperativismo de vivienda, con la in- piedad que nosotros, Gustavo González, en el ca-
tención de desarticularlo: en 1976 se suspendió la pítulo correspondiente de este libro.
concesión de personerías jurídicas a Cooperativas
Sin embargo, entre las muchas heridas que quedan
de Vivienda, lo que significaba que no se pudieran
por cerrar, hay una que tiene relación con las coo-
formar nuevos grupos(10); de 1975 a 1977 estuvie-
perativas de vivienda y en particular con las de ayu-
ron interrumpidos los préstamos (para la mayoría
da mutua, y es la que mencionábamos al principio
de los grupos, hasta 1979), lo que llevó a la desin- de este capítulo. Si bien formalmente todo ha
tegración de muchas de las numerosas Cooperati- vuelto a la normalidad y las Cooperativas son re-
vas que se habían constituido; para las de ayuda conocidas en todo su valor y su potencialidad de
mutua, en particular, se endurecieron sensiblemen- solución a la problemática de la vivienda, el apoyo
te las condiciones de crédito, aumentándose los in- que se les da, sigue siendo sorprendentemente es-
tereses, que se llevaron al triple de los que regían caso. Ya han pasado -casi- cinco gobiernos demo-
en 1975, e imponiéndose la exigencia de un aho- cráticos -colorados, blanco y ahora frenteamplista-
rro previo, requisito incompatible con un sistema y más de dos décadas desde que concluyó la dicta-
que apunta a sectores sin capacidad de ahorro; los dura, y la inversión en cooperativas, como dijimos
trámites se alargaron además sensiblemente, colo- antes, continúa siendo extremadamente reducida
cándose trabas burocráticas de todo tipo. (en términos absolutos, que es lo que importa) y
Y esto solamente en lo que tiene que ver con pro- los grupos deben esperar varios años, desde que se
blemas específicos, puesto que a todo ello se agre- constituyen, para obtener el préstamo y comenzar
gaban, naturalmente, las dificultades por las que a construir.
atravesaban en aquellos años, todas las organizacio- El gobierno departamental de Montevideo dio un
nes democráticas del país (partidos políticos, sindi- paso trascendente para fortalecer al sistema coope-
catos, asociaciones estudiantiles, etc.): dificultades rativo, al aprobarse en 1990 el Decreto N° 24.654,
para reunirse, para expresarse, para actuar, persecu- de creación de la Cartera Municipal de Tierras pa-
ción a sus dirigentes; la falta de libertad, para decir- ra Vivienda, que implementó normas y dispuso re-
lo con una sola frase. Y todo ello en un marco de cursos para adjudicar tierras a familias de bajos in-
grave crisis económica, cuyos costos pagaban los gresos, entre ellas a las agrupadas en Cooperativas.
sectores trabajadores, que veían reducirse su salario
real a la mitad en menos de una década. Gracias a ese Decreto, votado por la unanimidad
de todos los partidos políticos en la Junta Depar-
tamental montevideana, se entregaron (funda-
mentalmente entre 1990 y 2000) más de cien
5. El cooperativismo de vivienda
hectáreas de tierra urbanizada a Cooperativas
por ayuda mutua hoy que las transformarán en ciudad, una ciudad de la
que todos seguramente podremos sentirnos
Cómo el pueblo uruguayo salió de esa oscura eta-
complacidos.
pa, qué episodios de sacrificio y de lucha debieron
(10) Recién volvieron a concederse perso- tejerse para recuperar la democracia, es historia ca- Se contribuyó así de manera importante a resolver
nerías en diciembre de 1989, cuando culmi- si reciente, una historia de la cual estamos orgullo- el primer problema que enfrenta toda familia que
naba el primer gobierno del Dr. Julio María
Sanguinetti, cuyo partido había perdido las
sos porque tiene raíces en las mejores tradiciones busca solucionar su situación de vivienda, y en
elecciones de ese año. de libertad de este pueblo. Y qué papel jugó en particular las que integran cooperativas: acceder a

30 UNA HISTORIA CON QUINCE MIL PROTAGONISTAS


tierra con servicios, a costos y en condiciones de
financiamiento acordes a sus posibilidades.
Sin embargo, poco puede hacerse sin los créditos
correspondientes, que debe proveer el gobierno
central. Y esos créditos no han llegado aún en el
volumen y con la fluidez suficientes, aunque ha-
yan cambiado los gobiernos y los discursos. Más
aún: las dificultades económicas hicieron que la
Cartera de Tierras montevideana limitara sensi-
blemente su acción y las creadas en Paysandú,
Canelones y Flores, siguiendo aquel modelo, no
pudieran desarrollarse.
Es allí donde radica, en el momento actual, el pro-
blema central que obstaculiza el desenvolvimiento
del movimiento cooperativo de vivienda y en par-
ticular, del de Ayuda Mutua, desenvolvimiento
que -como se describe en el Capítulo 4- hoy apun-
ta a consolidar nuevas modalidades de actuación,
sin por ello abandonar las tradicionales, probada-
mente exitosas.
Otro tema que ha resultado conflictivo es el de la
reparación de los daños sufridos durante la dicta-
dura: las elevaciones de tasas, la disparidad de con-
diciones y fundamentalmente los “colgamentos”,
diferimientos de deuda a los que recurrió el BHU
durante y después de la dictadura, para abatir las
cuotas, en lugar de aplicar los subsidios estableci-
dos por la Ley. Este conflicto es particularmente
doloroso en el momento actual porque las actua-
les autoridades coincidieron con las reivindicacio-
nes del movimiento cooperativo cuando aún no
eran gobierno.
Nuevos acuerdos y nuevas unanimidades
-que estamos seguros podrán lograrse- serán nece-
sarios para superar esos obstáculos. Cuando ello
suceda, el movimiento cooperativo podrá retomar,
a cabalidad, el papel que nunca debió abandonar
en la solución del problema de la vivienda en el
Uruguay.

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