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Mei se recostó sobre la suave hierba y miró al cielo.

Hoy había una proporción perfecta de nubes en un


cielo despejado.

Mei acababa de despertarse y estaba solo. Gabu probablemente había ido en busca de comida por lo
que Mei sacudió la cabeza ante la idea esbozando una sonrisa.

- "Honestamente, si él quisiera no me importaría que comiera enfrente de mi". La cabra soltó una leve
carcajada, para él eso último sonó muy extraño. Se preguntó cómo eso sonaría para sus amigos en las
montañas Sawasawa.

Su sonrisa se desvaneció ligeramente. ¿Era "amigos" la palabra correcta?

Mei no lo sabía. Pensó lo bien que se sentía que era el estar sentado allí para poder empezar a
reflexionar.

¿Qué estaría haciendo en este momento si nunca hubiera conocido a Gabu? Mei estaba molesto por la
pregunta, no quería vivir en un mundo donde no fuera amigo del lobo.

Pero si realmente lo pensaba... no tenía idea de lo que estaría haciendo. Él solo sería una cabra más en
su antigua manada, y por el otro lado Gabu sería otro lobo más en su antigua manada.

Mei soltó una risita, "Tap probablemente estaría alardeando de cómo él podría vencer a un lobo, Mii
probablemente solo se aseguraría de que no me comieran, y mi Abuela actuaría como ella siempre lo
hace". Sus pensamientos volvieron a ser tristes.

- "Los extraño."

- "Podríamos regresar, si quieres" dijo Gabu. Mei soltó un grito dando un pequeño salto por el susto,
para después voltearse y mirar al lobo.
- "¿Cuánto tiempo has estado parado allí?"

- "El tiempo suficiente. ¿Quieres una manzana?" Gabu preguntó mientras mordía una manzana roja, la
cual se veía jugosa. Después de calmarse, Mei dirigió su mirada hacia Gabu quien estaba arrastrando
una bolsa que presumiblemente estaba llena de manzanas.

Mei arqueó una ceja ante esto, pero aceptó una manzana de todos modos. Dio un mordisco y suspiró
feliz. La hierba era excelente y todo, pero una pequeña variedad de vez en cuando era bueno.

Los dos amigos se sentaron allí comiendo manzanas, disfrutando del silencio y de la compañía del otro.

Mei miró a Gabu, quien había terminado su primera manzana y comenzó una nueva conversación,
"Pensé que los lobos solo comían carne".

- "Principalmente, sí. Pero los lobos son capaces de comer muchas cosas, y resulta que me encanta el
sabor de las manzanas". La boca de Gabu comenzó a humedecerse, de una manera que Mei solo había
visto cuando el lobo deseaba comérselo hace ya un buen tiempo, "Oh, manzanas rojas y jugosas ..."

Mei se rió ligeramente, "Bueno, ahora que está aclarado, ¿qué quieres decir con que podríamos volver?
Decidimos irnos y lo hicimos, y ahora estamos aquí" dijo Mei, haciendo un gesto hacia el bosque que los
rodeaba.

Gabu asintió mientras comía su manzana, "Eso es cierto. Pero resulta que ahora hay algunas pequeñas
diferencias. Primero, ya no es invierno; y como en esa temporada tanto los lobos como las cabras
estaban sumamente nerviosos por la falta de comida, este ya no es el caso".

- "Supongo que es verdad". Dijo Mei con un trozo de manzana en su hocico.


- "Por supuesto que es verdad". Gabu se rió entre dientes: "Segundo, estoy bastante seguro de que los
lobos de mi manada ya están muertos, al menos los que nos perseguían lo están. Lo que significa que si
volviéramos noprovocarías una posible masacre para tu manada".

- "Definitivamente es una ventaja". Dijo Mei con un escalofrío. Él había tenido algunos pensamientos
respecto al hecho de que algunos animales llegaban al punto de comerse entre sí, pero pensar que
posiblemente todas las cabras que había conocido habrían muerto por su culpa era demasiado para él.

- "Podrías decir eso otra vez. Y tercero..." Gabu se detuvo, con un ligero sonrojo que cubrió su rostro.

Mei sonrió tímidamente, "¿Sí? ¿y cuál es el tercero?"

- "¿Tercero? ¿Qué es eso acerca de un tercero? No hay tercero". Gabu dijo despectivamente.

- "¡Vamos Gabu! Prometo que no me reiré ni haré nada malo. ¿Por favor?" Mei le dio una linda cara al
lobo, cosa que solo lo sonrojó más.

- "Bueno, tengo ciertas... cosas que quiero hacer. Que solo puedo hacer con otros lobos". Gabu apartó la
vista de Mei para ocultar su sonrojo.

Mei lo miró pensativo, "¿Qué puedes hacer con unos lobos que no puedas hacer conmigo?"

La cara de Gabu estaba prácticamente hirviendo en este punto, "Muchas cosas. Como las cosas que tú
solo puedes hacer con otra cabra".

La expresión confusa de Mei permaneció por un momento hasta que se encogió de hombros;

- "Bueno, si crees que podríamos regresar a esa montaña, claro. Sería bueno ver a viejos amigos de
nuevo".
Gabu asintió con la cabeza, "Sí, ¿verdad? Y esta vez debería ser más fácil, porque nadie nos persigue y
podemos empacar tanta comida como necesitemos".

Los amigos se dieron una sonrisa.

Ahora que decidieron que querían volver a cruzar la montaña, la siguiente hora más o menos
empezaron sus preparativos. Mei buscó todas las frutas y verduras que pudo encontrar, mientras que
Gabu se aseguró de tener el estómago lleno.

Ya preparados, los dos amigos comenzaron a caminar de regreso hacia la montaña cubierta de blanco.

- "¿Por cierto, Gabu?"

- "¿Sí, Mei?"

- "Antes dijiste que hay 'cosas que solo puedo hacer con otras cabras'..." Mei se detuvo con una sonrisa
siempre presente en su rostro.

Gabu volvió a sonrojarse, "Sí, ¿y qué?"

- "No mucho, es solo que... hay cosas que solo puedo hacer con otras cabras que no me importaría
hacerlas contigo. Si quisieras, por supuesto".

Gabu cayó al suelo en shock. Mei se detuvo y volteo con una pequeña sonrisa en su rostro, "Oh, ¿pasa
algo?"

- "¿Sabes de lo que estaba hablando?" Gabu volvió a ladrar en estado de shock.


Mei se encogió de hombros, "No, en realidad no. Pero para contrarrestar eso, puedes tomar lo que
acabo de decir como quieras". Las mejillas de Mei estaban sonrosadas mientras le guiñaba un ojo de
manera juguetona al lobo.

Antes de que Gabu pensara si quiera en una respuesta, Mei se echó a correr riéndose.

- "¡Oye! ¡Vuelve aquí!" Y Gabu lo persiguió.

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