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EL PEQUEÑO OSO GABRIEL

Había una vez en un bosque muy lejano una osa que se llamaba Raquel, la osa iba por todo el
bosque y por el río a pasear. Fue así que Raquel al ir un día de paseo por el bosque conoció a un
oso el cual se llamaba Marcelo, ambos se divertían mucho en el bosque y empezaron a quererse
mucho.

Pasaron los meses y los dos osos decidieron tener a un bebé oso. Raquel la osa empezó a ponerse
más gordita pues el bebé oso ya estaba en camino, pero fue ahí cuando Marcelo el papá oso,
decidió ir al río con otros osos más grandes que él. Pasaron muchos días y nunca volvía el papá
oso, hasta que llegó el día en el que Raquel tuvo al pequeño oso el cual le pusieron de nombre
Gabriel. El pequeño cachorro era muy lindo, tenía una mirada muy encantadora unos ojos azules y
una sonrisa muy bonita, pero la mamá osa al verlo a Gabriel se sentía muy triste, ya que le hacía
acordar mucho a Marcelo el cual se fue y no volvió.

La mamá osa decía: - ¡Yo no puedo ver a Gabriel, me pone muy triste porque se parece mucho a
Marcelo quien me abandono!

Entonces fue cuando Raquel la mamá osa se levantó y se fue dejándolo a Gabriel solo, las amigas
de la osa Raquel fueron y lo recogieron al pequeño Gabriel del lugar frío y triste donde lo dejaron,
las osas estaban muy felices al tenerlo a Gabriel con ellas, lo alimentaban bien, lo querían y
amaban mucho.

Un día al estar jugando Gabriel con las mariposas en el bosque llegó su mamá y decidió llevárselo
a su cueva donde estaban con otros osos mucho más grandes. Gabriel se sentía triste desde ese
entonces porque extrañaba mucho a las osas que lo criaron pero a la vez se sentía feliz porque
estaba nuevamente con su mamá.

De pronto Raquel salió a recoger manzanas para Gabriel y para ella pero al ir a recogerlas se
encontró con un oso muy grande y un poco tenebroso; Raquel le preguntó cuál era su nombre el
cual el oso respondió: -¡Mi nombre es Josu mucho gusto! ¿Cuál es el tuyo? Le pregunto.

Raquel le respondió: -¡Mi nombre es Raquel!

Ambos empezaron a conocerse, salían por manzanas y también iban al río por peces. Todo estaba
muy bien pero Raquel no le dijo a Josu que tenía un pequeño oso, al momento de decirle que
tiene un cachorro, Josu se molesto mucho pero al final se conocieron. Por un largo tiempo en el
que vivían los tres en la cueva Josu le empezaba a tratar mal a Gabriel, pero Gabriel no entendía el
porqué lo hacía y tampoco le avisaba a su mamá ya que su mamá se iba por manzanas y peces al
bosque.

Pasaron muchos días y los osos (Raquel y Josu) tuvieron a dos pequeños cachorros, Gabriel estaba
muy contento ya que pensaba en jugar con los cachorros todos los días, pero su felicidad duró
poco cuando Raquel su mamá le dijo que desde ahora tiene que ir por las manzanas al bosque y
por los peces todos los días, Gabriel no entendía el porqué su mamá le trataba de esa manera,
pero él iba feliz con tal de ver a sus hermanos cachorros muy bien alimentados. Al volver del
bosque Gabriel les dejo los alimentos en la cueva y cuando ya iban a comer la mamá osa le quito la
comida y le dijo que no le daría ya que no alcanzaría para los cachorros y para Josu, Gabriel se
sentía muy triste pero no le importaba, él estaba feliz porque sus hermanos comían y disfrutaban
de la comida. Fueron pasando los días y el maltrato hacia Gabriel fueron más por parte de su
mamá y de Josu quien se convirtió en su papá, Gabriel se sentía muy mal por el cual se iba a
caminar al bosque para poder estar bien, fue ahí cuando se encontró con una coneja.

Gabriel le preguntó:

-¿Cuál es tu nombre?

La Coneja le respondió: - ¡Me llamo Margarita!, ¿Y tú, que te llamas? Le pregunto

Gabriel le contesto: -¡Me llamo Gabriel, mucho gusto!

Ambos se hicieron muy amigos, Gabriel empezaba a ir todos los días al bosque pero cada que
volvía a su casa Gabriel se sentía muy mal porque su mamá y su papá, le trataban muy mal. Hubo
un día en el que no le dieron nada de comer y le dijeron que coma gusanos lo cual no le gustaba
para nada a Gabriel, pero se las comía porque tenía mucha hambre.

Al día siguiente Gabriel fue al bosque para encontrarse con Margarita (la coneja). Se encontraron y
empezaron a charlar de todo lo que veían en el bosque, fue cuando en ese momento Gabriel le
preguntó a Margarita:

-Margarita, ¿Tú crees que es bueno que los padres traten mal a sus hijos?

Margarita le respondió: -¡No Gabriel, eso está muy mal, pero porque me preguntas eso!

Gabriel le contesto: -Por nada, solo preguntaba.

Y así Gabriel se fue a su cueva.

Raquel al día siguiente se levantó muy enojada, entonces se encontró con Gabriel y le dijo:

-¡Gabriel, porque no trajiste las manzanas para tus hermanos!

Gabriel le respondió: - Lo siento mamá, me olvide pero ahora los traigo.

Gabriel fue en busca de las manzanas pero en el momento en el que se asomó a los árboles vio
que no quedaba ni una sola manzana, Gabriel volvió a la cueva y le dijo a su mamá:

- Mamá lo siento mucho pero se acabaron las manzanas.

La mamá se puso aun más enojada, fue ahí cuando le empujó hacia el suelo y le grito. Gabriel no
decía nada solo se quedaba callado. Por la tarde la coneja Margarita se acercó a la cueva donde
vivía la familia de Gabriel.

Gabriel al verla salió de la cueva pero Margarita se asusto mucho al ver que Gabriel estaba muy
lastimado, entonces Margarita corrió al bosque donde antes vivía con las otras osas que lo querían
mucho.
El día siguiente era un día muy especial, era el día de las madres, lo cual Gabriel les habló a sus
hermanos y les dijo:

-Es un día muy especial, pero antes quisiera que le digan a mamá lo mucho que la quiero, que por
más que me trate un poco mal, siempre la amaré y la protegeré de todo.

Los hermanos empezaron a llorar, pues los cachorros sentían mucha lástima de Gabriel porque
ellos veían como le tratan mal.

Ese día por la noche Gabriel empezó a quejarse de dolor, su mamá le decía que no llore que solo
los cachorros hembras lloran, pero Gabriel seguía con el dolor y seguía con las quejas. Entonces su
mamá y su papá se pararon le gritaron y sin querer le empujaron hacia una piedra muy grande.
Gabriel se quedó en el suelo, no podía levantarse fue en ese entonces que llegaron las osas que lo
criaron de pequeño junto a la coneja Margarita, se pusieron muy tristes al ver que Gabriel no se
levantaba, ese rato llegaron otros osos y se los llevaron a sus papas de Gabriel a otro bosque en el
cual ya no podía salir más.

Las osas, la coneja Margarita y sus hermanos de Gabriel se pusieron muy tristes al ver que aún no
podía levantare Gabriel, pero Gabriel abrió su ojos y los miró con una sonrisa muy encantadora
como el día en que nació, de pronto volvió a cerrar sus ojitos y no los volvió abrir más.

FIN.

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