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Los órganos excretores de los crustáceos son similares y origen a las glándulas
coxales de los quelicerados y por tanto son sistemas nefridiales. Dichos órganos son
pares y están compuestos de un saco terminal, un canal excretor y un corto conducto
de salida, todos localizados dentro de la cabeza.
El saco terminal surge a partir de un compartimiento celómico anterior, adyacente al
segmento antenal o al segundo segmento maxilar, por lo que los órganos excretores
se denominan glándulas antenales o maxilares. Los poros excretores de las glándulas
antenales se abren debajo de la base de las segundas antenas, mientras que los de las
glándulas maxilares lo hacen en o cerca de las bases de las segundas maxilas. Tanto
las glándulas maxilares como las antenales suelen estar presentes en las larvas de los
crustáceos, pero generalmente solo un par persiste en el adulto.
Las paredes del saco terminal de células similares a los podocitos de los glomérulos
de los vertebrados, y es precisamente a través de las hendiduras que se forman entre
las prolongaciones de los podocitos por donde tiene lugar las filtración de la sangre
hacia el saco terminal. El procesamiento del filtrado, por reabsorción selectiva o
secreción, ocurre en las inmediaciones del canal excretor, que pueden aparecer muy
modificado en función de la duración del proceso en cuestión. Las branquias son la
zona principal de excreción de amoniaco y, por tanto, en la mayoría de los crustáceos
las glándulas antenales y maxilares han de actuar en la regulación de otros metabolitos
e iones y controlando el volumen de los fluidos internos (Barnes, 1995).
El desarrollo de los camarones es muy complejo, cuando las larvas eclosionan, cerca
del fondo marino, tienen un estadio pequeño y simple (con pocas estructuras en su
cuerpo) conocido como nauplius o nauplio y conforme van desarrollándose, estas
larvas van aumentando el número de sus apéndices y van cambiando su recubrimiento
quitinoso en un proceso que se conoce como ecdisis o muda y entonces, transforman
drásticamente su apariencia corporal, de tal forma que van pasando por varios
estadios larvarios divididos en: nauplius, zoea, mysis, postlarvas y juveniles (García
y Reste 1987). Los juveniles crecerán hasta convertirse en adultos sexualmente
maduros (Fig. 1); los adultos tienen un período continuo de reproducción a lo largo
de todo el año, con mayor o menor intensidad en algunos meses dependiendo de la
especie. (García, 1987.)
Bibliografía
Barnes, E. E. (1995). Zoologia de los Invertebrados . Mexico D.F: McGraw-Hill
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Fernando Vega-Villasante, E. F.-O.-G.-O. (2015). Efecto de diferentes intensidades de luz
sobre la expresión de cromatóforos,. Laboratorio de Acuicultura Experimental,
Centro de Investigaciones Costeras, 255-26, Universidad de Guadalajara, Puerto
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García, S. L. (1987.). Ciclos vitales, dinámica explotación y ordenación de las poblaciones
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Ramírez, J. E. (2015). Orden Decapoda. Revista IDE(Ibero Diversidad Entomológica) - SEA,
nº 80 ,, Dep. Biología Animal, Fac. Ciencias, Univ. Málaga. Campus de Teatinos sn.
29071 Málaga (España).