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sexualidad en la
adolescencia
Profundización-Visita
Cartilla Nº 17
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Hablemos de
sexualidad en la
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adolescencia
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Instituto Colombiano de Bienestar Familiar Agencia de los Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID)
Lina María Arbeláez Arbeláez
Directora General Lawrence J. Sacks
Director USAID en Colombia
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María Lucía Upeguí Mejía Michael Torreano
Subdirectora General Director de Reconciliación e Inclusión
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Thea Villate Bocconello
Juan Pablo Angulo Salazar Oficina de Reconciliación e Inclusión
Director de Familia y Comunidades
AD
Kattya de Oro Genes Oficina para la Democracia, Conflicto y
Subdirectora de Gestión Técnica para la Asistencia Humanitaria
Atención a la Familia y Comunidades
Mattito Watson
Asesor Técnico Senior Niños en Adversidad
Juan Pablo Angulo Salazar
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Jamie Gow
Subdirector de Operaciones de la
Asesora Técnica Niños en Adversidad
Atención a la Familia y Comunidades (E)
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Ginna Paola Gil Juan Sebastián Barco
Mayra Alexandra Pacheco Director Programa HRH2030
Juan Sebastián Fernández BO
Equipo técnico ICBF
ISBN:XXXXXXXXXXXX
Claudia Ramírez López
Edición Correctora de estilo
Marzo 2020
Damian Medina Crofort
Diseñador e ilustrador
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programa HRH2030.
Sus contenidos son responsabilidad de sus autores y no
necesariamente reflejan las opiniones de USAID, el Gobierno
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Presentación
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en contra de los niños, las niñas y los adolescentes1. Es un programa intensivo en visitas
en el hogar que se complementa con encuentros grupales para brindar acompañamiento
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psicosocial ajustado a las realidades y necesidades de las familias.
AD
Mi familia inicia con un diagnóstico psicométrico de las familias. Posteriormente,
se trabaja con la familia un acompañamiento psicosocial que contiene un ciclo básico y
unas temáticas de profundización. En el acompañamiento, se abordan temáticas de
cuidado y autocuidado, regulación emocional y vinculación, comunicación asertiva,
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crianza positiva y organización de la vida cotidiana, entre otras. Cada visita y encuentro
se desarrolla con base en el contenido de las cartillas metodológicas2, diseñadas para
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brindar herramientas a los profesionales de acompañamiento familiar y orientar los
procesos con las familias.
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Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)
Organización internacional para las Migraciones (OIM)
Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID)
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Cartillas de Mi Familia para visitas en el hogar por tipo de sesión
Profundización Ciclo básico
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Cartillas de Mi Familia para encuentros grupales por tipo de sesión
Profundización Ciclo básico
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Hablemos de
sexualidad en la
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Pag. 6 Introducción Contenido Pag. 9
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Objetivo Pag. 23
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Metodología Pag. 24
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Pag. 25 Momento 1
EN
Pag. 26 Momento 2
Actividades Pag. 25
Pag. 27 Momento 3
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Pag. 28 Momento 4
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Anexos Pag. 31
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Introducción
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infantil (Rosenthal & Knobel, 1973), puesto que las transformaciones son vividas como
una pérdida del cuerpo infantil que cambia hacia la construcción de una nueva identidad
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corporal. Este proceso puede estar acompañado de ansiedad, inseguridad o confusión
junto con sensaciones de expectativa o entusiasmo que pueden producir sentimientos
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encontrados. Por otra parte, las transformaciones psicológicas y sociales conducen a
establecer nuevas formas de relacionamiento de amistad, de amor.
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adolescente, porque se teme un inicio temprano, y, en el caso de las mujeres, un embarazo.
Además, está presente la idea de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), como el
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virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o síndrome de inmunodeficiencia adquirida
(SIDA), u otras infecciones. Adicionalmente, como la sexualidad suele asociarse con la
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genitalidad, y es todavía un tema tabú sobre el cual hay desconocimiento de los adultos,
muchos padres y madres tienen dificultades para abordarlo abiertamente.
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Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
Respondiendo a este interés, la presente cartilla incluye, en primer lugar, una conceptualización
sobre la sexualidad, que sigue la misma orientación de la cartilla Hablemos de sexualidad.
Educación sexual para niños y niñas en familia, dirigida a familias con niños o niñas.
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Posteriormente, se describen los conocimientos, las actitudes y las prácticas de los
adolescentes sobre sexualidad. Se describen, también, las dificultades que pueden enfrentar
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las familias para llevar a cabo la educación sexual con los adolescentes, y los criterios que
pueden ayudarles para su manejo. La metodología propone actividades que permitan la
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conversación sobre el tema entre adultos y adolescentes de la familia.
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Pregunta orientadora
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Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
1 Contenido
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8. Promover el ejercicio responsable de los derechos sexuales y
reproductivos y colaborar con la escuela en la educación sobre este tema.
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¿Cómo se entiende la sexualidad humana?4
El enfoque sistémico sobre la sexualidad planteado por Rubio (1994) plantea la interrelación
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de cuatro subsistemas, que el autor denomina holones5, alusivos a vinculación afectiva,
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reproductividad, género y erotismo. Estos holones amplían la perspectiva tradicionalmente
reduccionista sobre la sexualidad, y le dan una mirada más dinámica e integral. Esta
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integralidad, explica el autor, se logra gracias a la significación mental que los seres humanos
asignan a las experiencias asociadas con lo sexual y que conducen a una construcción
mental o representación social “de aquellos aspectos de la existencia humana que
adquieren significado sexual” (Rubio, 1994, p. 21).
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carga moral y observarse desde el ámbito de los derechos y el respeto por las personas”
(Ministerio de Salud y de la Protección Social, Profamilia, OIM, UNFPA, 2014, p. 49).
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hace a través de los procesos de socialización mediados por las interacciones en los
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4 En la cartilla Hablemos de sexualidad. Educación sexual para niños y niñas en la familia, que aborda
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el tema de la sexualidad con niños y niñas menores de 12 años, se desarrolla ampliamente el concepto de
sexualidad, y puede ser consultado allí. En la presente cartilla, se hace una síntesis de dicho concepto y se
lo desarrolla en relación con la vivencia de la sexualidad en la adolescencia.
5 Rubio (1994) justifica el uso del concepto holón refiriéndose a Koestler (1980), quien propuso el término
para “subrayar el hecho de que son partes constituyentes de un sistema (de ahí el uso del sufijo -on, como
electrón o protón) pero que tienen en sí mismos un alto grado de complejidad e integración (holos en griego
quiere decir todo)” (p. 29).
6 International Planned Parenthood Federation.
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contextos más cercanos a los niños, las niñas y los adolescentes, y, en ellos, la familia
desempeña un papel primordial. En este proceso, se internalizan los patrones culturales
que las sociedades han ido creando en torno a la sexualidad y, se transmiten de manera
verbal y no verbal en los distintos escenarios de la vida humana.
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capacidad de desarrollar afectos intensos con otro ser humano específico, así como las
construcciones mentales que de ello se derivan. Si bien, en la niñez, estos vínculos están
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centrados en el padre y la madres, en la adolescencia, la pareja o los amigos cobran un valor
fundamental, pues cuando los adolescentes toman distancia de los adultos, se acogen a sus
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pares como coequiperos del proceso de construcción de identidad y de fortalecimiento de
su autonomía e independencia. Además, la exploración de la vida en pareja se inicia en este
momento, primero, a través del amor platónico y, posteriormente, con el establecimiento de
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relaciones de pareja que en el mundo contemporáneo, y según las normas del contexto, tienen
diversas formas de vivirse. Estas experiencias suelen estar acompañadas de idealizaciones
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importantes, emociones intensas, expectativas, confusiones y desengaños, que forman parte
de la búsqueda del amor de pareja. BO
Siguiendo a Rubio (1994), el holón del género se entiende como las construcciones
mentales sobre la pertenencia o no de la persona a las categorías masculina y femenina,
así como sobre las características del individuo que lo ubican en alguna de ellas. Estas
representaciones se forman durante el proceso de socialización, por lo que asumen las
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sociales, o, por el contrario, puede significar una exploración y una reconstrucción de una
identidad o de una orientación sexual diversa. En el mundo contemporáneo, los roles
de género también se procesan en la identidad, porque los grupos sociales plantean
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posiciones críticas que los adolescentes asumen o desechan según sus procesos de
socialización. En contextos más tradicionales, se mantienen las perspectivas de corte
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patriarcal que conducen a ejercicios de poder en las relaciones de pareja, mientras que,
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Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
Por último, el holón del erotismo se relaciona con las construcciones sobre el placer de
las experiencias corporales y, más específicamente, con “los procesos humanos en torno
al apetito por la excitación sexual, la excitación misma y el orgasmo, sus resultantes en la
calidad placentera de estas vivencias humanas” (Rubio, 1994, p. 36). Este elemento es vivido
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en la adolescencia con mucha expectativa y gran intensidad debido al cambio hormonal
propio de este momento de vida. El autoerotismo es también una práctica muy importante
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en la adolescencia y tiene el valor de ayudar en el conocimiento de las sensaciones
corporales que luego contribuirán a una vivencia placentera de la vida sexual en pareja.
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Algunos conocimientos, creencias y comportamientos caracterizan
a los adolescentes y las adolescentes contemporáneos
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Conocimientos, actitudes y creencias
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Los conocimientos y las creencias sobre la sexualidad pueden organizarse para su
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exposición, a través de los holones propuestos por Rubio (1994), aunque, como se
verá, suele haber gran intersección entre ellos. La revisión de algunos estudios sobre
sexualidad permite identificar ciertos énfasis y preocupaciones de los investigadores que
se describen a continuación.
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asociado con el amor y es natural. Al respecto, Ruiz, Sobrino, Garrido & Fernández (2018)
encontraron que Colombia es uno de los países de América Latina y el Caribe donde
estas creencias muestran altos índices, junto con la idea de que las mujeres aguantan la
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de Martell Martínez, Ibarra Espinosa, Contreras Landgrave & Camacho Ruiz (2018) identificó
que, por lo regular, las mujeres relacionan la sexualidad con el ejercicio reproductivo y la
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maternidad, asociación que también fue hallada por Ruiz, Sobrino, Garrido & Fernández
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Por su parte, el estudio de Flórez (2005) en la ciudades de Cali y Bogotá con mujeres
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adolescentes halló que la actitud hacia la maternidad es diferente según la clase social,
pues mientras las de estratos medios y altos consideran que hay que tener niños o niñas
cuando se ha alcanzado estabilidad económica, emocional y en la relación de pareja, en los
estratos bajos consideran que el embarazo es un instrumento válido de reconocimiento
y aceptación social, además de una opción para conformar una verdadera familia. A su
vez, Restrepo y otros (2014) encontraron que, para las adolescentes de estratos bajos,
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el embarazo se asume de manera normal, muchas veces con orgullo, en tanto que así
cumplen el rol de género que les imponen las normas culturales de su comunidad.
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el sistema de salud proporciona métodos temporales de forma gratuita. Por otra parte,
Restrepo, y otros (2014) aluden a estudios que evidencian que los adolescentes, aunque
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conocen los métodos anticonceptivos, saben poco sobre su funcionamiento y llenan los
vacíos de información con mitos, imaginarios y temores que conducen a un uso irregular.
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Flórez (2005) en su estudio cualitativo con adolescentes mujeres encontró, por ejemplo,
una serie de mitos sobre la anticoncepción en la primera relación sexual: las mujeres no
se embarazan en la primera relación sexual, no es necesario el condón cuando los dos
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integrantes de la pareja son vírgenes, los métodos de protección no son eficaces y tienen
efectos secundarios indeseables, y utilizar condón con la persona que se ama constituye
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una falta de respeto.
Con respecto a las actitudes acerca del uso de los métodos de anticoncepción, la ENDS
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(Ministerio de Salud y de Protección Social, y Profamilia, 2015) halló que el 29,4 % de las
mujeres y el 20,6 % de los hombres consideran que “son las mujeres quienes deben tomar
las precauciones para no embarazarse”. De otro lado, Ruiz, Sobrino, Garrido & Fernández
(2018) encontraron un alto porcentaje de mujeres y hombres adolescentes que niega la
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los dos anteriores sobre las creencias que se mantienen acerca del predominio del poder
masculino en temas de reproductividad, la ENDS (Ministerio de Salud y de Protección Social,
y Profamilia, 2015) estudió actitudes sobre diversidad sexual, y encontró que más del 80 % de
las personas encuestadas (no solo adolescentes) considera que quienes son homosexuales
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tienen los mismos derechos que quienes son heterosexuales, aunque solo el 60 % aprueba
el reconocimiento de los derechos de las parejas del mismo sexo y, el 30 % de las mujeres
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y el 26 % de los hombres está de acuerdo con la adopción de niños o niñas por parte de
parejas homosexuales.
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En relación con el holón del erotismo, Ruiz, Sobrino, Garrido & Fernández (2018) hallaron
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diferencias de género sobre las creencias al respecto. Por una parte, los hombres
adolescentes reconocen la sexualidad primordialmente como una búsqueda de sensaciones,
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y, por otra, los adolescentes de ambos géneros consideran que el placer y el deseo sexual
es mayor en hombres que en mujeres, dato que también se encontró en la ENDS (Ministerio
de Salud y de Protección Social, y Profamilia, 2015).
Vargas & Barrera (2005) evidencian de otra manera las diferencias de género sobre el
erotismo: identifican que las mujeres tienden a aceptar las relaciones sexuales en la
adolescencia en el marco de una relación afectiva estable, elemento que no exigen los
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Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
hombres. Añaden que Rosenberg encontró estos resultados desde 1965, al señalar que la
valoración de sí mismos en los hombres está centrada en la competencia, mientras que
en las mujeres se basa en su capacidad para establecer y mantener relaciones.
Un tema derivado del ejercicio de la sexualidad, y que puede asociarse con varios holones,
es el de la salud sexual y reproductiva. Con respecto al conocimiento sobre las (ETS), la
ENDS (Ministerio de Salud y de Protección Social, y Profamilia, 2015) halló que, según la
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encuesta de 2010, hay un mayor nivel de comprensión en las adolescentes sobre el VIH/
SIDA, pero el nivel de desconocimiento sigue siendo muy alto, pues solo tres de diez
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jóvenes tienen buena comprensión de este fenómeno. Esto coincide con lo encontrado
por Rengifo-Reina, Córdoba-Espinal & Serrano-Rodríguez (2012), quienes evidenciaron
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que para el 26,7 % de los adolescentes el sexo seguro significa solo usar preservativo,
aunque conocen otros mecanismos para prevenir el contagio de enfermedades de
transmisión sexual.
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Podría concluirse que si bien los adolescentes parecen tener ciertos conocimientos, estos
no son suficientes y, en consecuencia, se mantienen mitos que pueden poner en riesgo
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su vida sexual y reproductiva. Por otra parte, lo expuesto evidencia que se mantiene una
perspectiva tradicional de género en los significados asignados a la sexualidad, pues las
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mujeres adolescentes privilegian las relaciones afectivas y la maternidad, y los hombres
adolescentes dan mucho valor al erotismo.
Comportamientos
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tendencia del inicio de la vida sexual más temprano en los últimos años, situación que
se evidencia en el análisis de algunos estudios que encontraron que, mientras que en
la primera década del presente siglo la tendencia del inicio de la vida sexual activa se
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encontraba entre los 15 y 16 años, recientemente esta edad corresponde a los 13 años
(Flórez, 2005; Parra-Villarroel & Pérez-Villegas, 2010; Holguín y otros, 2012; Rengifo-Reina,
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Córdoba-Espinal & Serrano-Rodríguez, 2012; Sevilla & Orcasita, 2014; Ministerio de Salud
y de Protección Social, y Profamilia, 2015). No obstante, otros autores suministran datos
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descriptivos que muestran que, en la medida que aumenta la edad de los adolescentes,
se incrementa el inicio de la vida sexual activa.
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También hay estudios que describen mayores especificaciones sobre la forma del inicio
de la vida sexual. Parra-Villarroel & Pérez-Villegas (2010) discriminan entre contacto
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íntimo no genital y genital, y evidencian que “a diferencia de lo que se podría creer, las
relaciones sexuales genitales son la práctica menos frecuente dentro del amplio espectro
de prácticas sexuales (…) y las personas primero viven una serie de acercamientos
hacia la o las personas que les atraen” (p. 15). Esto coincide con la afirmación de Flórez
(2005), quien encontró que el inicio de las relaciones sexuales de las adolescentes
de su muestra de Bogotá y Cali ocurre típicamente dentro del marco de una relación
romántica, con un joven que es tres años mayor en promedio. Además, la diferencia de
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género muestra que es mayor el porcentaje de hombres adolescentes que ha iniciado su
actividad sexual (Parra-Villarroel & Pérez-Villegas, 2010; Rengifo-Reina, Córdoba-Espinal &
Serrano-Rodríguez, 2012; Ministerio de Salud y de Protección Social, y Profamilia, 2015).
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1990 y 2005. Es así como el porcentaje de adolescentes de 15 a 19 años con su primer
hijo o hija, o en gestación aumenta de 12,8 % a 20,5 % entre 1990 y 2005, pero disminuye
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a 19,5 % en 2010 y a 17,4 % en 2015.
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Al analizar este fenómeno desde la perspectiva de género, se encuentra que las adolescentes
muestran una tasa más alta de haber tenido un niño o una niña que los adolescentes. La
ENDS de 2015 revela que el 13,6 % de las mujeres adolescentes y el 1,5 % de los hombres
adolescentes de 15 a 19 años ha tenido un niño o una niña (Ministerio de Salud y de Protección
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Social, y Profamilia, 2015). El estudio del Organismo Regional Andino de Salud de 2008,
citado por Restrepo y otros (2014), estableció que una de cada 10 mujeres se convierte en
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madre durante la adolescencia, mientras que uno de cada 50 adolescentes hombres es
padre en esta etapa de vida.
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Con respecto al uso de anticonceptivos, que va muy unido con la salud sexual y reproductiva
(por el uso de protección en las relaciones sexuales), varios estudios han encontrado que
el condón es el método más utilizado por las mujeres y los hombres adolescentes que
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sexual. Sevilla & Orcasita (2014) encontraron un dato similar, y Parra-Villarroel & Pérez-Villegas
(2010) señalan que, a medida que aumenta la edad, se incrementa el uso de anticonceptivos,
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fenómeno que también encontró Flórez (2005), quien señala que las mujeres adolescentes
empciezan a usar métodos de anticoncepción un año después de iniciar su vida sexual
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activa, año que se configura como periodo de desprotección y de alto riesgo de embarazo.
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En relación con las (ETS), como infecciones y VIH, Vivo y otros (2012) citan a la Organización
Mundial de la Salud (OMS), que estimó que en 1999 se diagnosticaron aproximadamente
260 millones de casos de ETS en América Latina y el Caribe, y casi la mitad de esta cifra se
concentra en jóvenes de 15 a 24 años. Con respecto al VIH, esta misma organización calcula
que más de 2,1 millones de personas viven con esta enfermedad en América Latina y el
Caribe, y de ellos, 250.000 son jóvenes entre 15 y 24 años.
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Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
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establecimiento de relaciones de pareja. Las amistades cobran un significado muy importante
por ser el apoyo del momento, y, por ello, suelen ser intensas, en ocasiones conflictivas y
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parecen reemplazar el lugar que antes tenían el padre y la madre.
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Con respecto a las relaciones de pareja, el proceso suele iniciarse cerca de los 12 o 13
años con interés por las personas hacia quienes el adolescente se siente atraído, y con
los amores platónicos, bien sea, de alguna persona en concreto, bien sea, a través de
la idealización de personajes del cine, la farándula, la televisión o, de héroes de juegos
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virtuales o de YouTube.
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Más adelante, hacia los 14 o 15 años, habrá mayor acercamiento con las personas que les
atraen y se inician los primeros noviazgos, generalmente, con quienes forman parte de sus
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entornos cotidianos. Los primeros noviazgos suelen ser cortos e intensos, y es frecuente
que haya cambios de pareja por cuanto el proceso adolescente es una exploración de la
vida de pareja y de las relaciones amorosas. Debido a que la adolescencia se caracteriza
por grandes cambios, cuando se establecen relaciones duraderas en este momento del
TO
curso de vida, puede suceder que, al madurar y pasar a la adultez, las personas encuentren
que esa pareja no les satisface y rompan la relación.
exploratorio, y, en este sentido, son distintas a las relaciones sexuales adultas. Por
creencias religiosas o culturales, a los hombres y las mujeres adolescentes se les educa,
en algunos medios, para evitar estas relaciones. En otros contextos, se les educa para
iniciar su vida sexual cuando puedan abordarla con responsabilidad, para que no lleguen
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con poco conocimiento de esta experiencia, por curiosidad, por la necesidad de sentirse
maduros o por presiones de grupo. También puede suceder que, al estar explorando la
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actividad sexual no genital, llegue el momento en que el nivel de excitación los lleve a la
relación sexual completa sin que lo tengan planeado. En muchos de estos casos, incluidas
C
las situaciones en que se tienen relaciones sexuales bajo la influencia del alcohol y las
drogas, existe el problema de la responsabilidad ante las consecuencias de la relación
O
autónoma sobre el inicio de una vida sexual activa en el marco de una relación amorosa
relativamente estable.
Más adelante, hacia los 16 y 17 años, se produce el afianzamiento de los grupos de amigos y
amigas, y las relaciones de pareja se hacen más duraderas y maduras, porque ya no tienen
solo el carácter exploratorio del amor. Hay más seguridad en el adolescente con respecto a
su identidad y hay un mayor conocimiento sobre los demás, lo cual hace que las relaciones
15
tengan menos de aprendizaje y más de una búsqueda de un amor duradero, semejante al
de los adultos. Las relaciones sexuales en este momento son más importantes si ha habido
una orientación adecuada, y generalmente se asumen con mayor responsabilidad.
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Social, y Profamilia, 2015, y Flórez, 2005). El estudio de Flórez en Cali y Bogotá encontró
que el 6 % de las mujeres adolescentes de sus estudio había vivido alguna vez en pareja.
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Por su parte, Rojas & Bravo (2019), en el estudio longitudinal de Niños del Milenio en Perú,
encontraron que, en dicho país, la convivencia entre adolescentes es más frecuente que
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el matrimonio formal, fenómeno que también identifica la ENDS (Ministerio de Salud y
de Protección Social, y Profamilia, 2015). Esta convivencia previa a los 18 años se observa
más en mujeres, pues, según el estudio de Niños del Milenio, el 30 % de las adolescentes
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de 19 años de la muestra estaba conviviendo, mientras que solo el 7 % de los hombres
adolescentes lo hacía. Este dato fue encontrado también por la Encuesta Demográfica y
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de Salud Familiar (EndEs) de 2017 en Perú (Rojas & Bravo, 2019). Estos autores señalan que
la convivencia y, la maternidad y la paternidad tempranas según varios estudios tienen,
BO
entre otras consecuencias, el abandono de la educación, sobre todo, por parte de la
mujer adolescente, lo cual contribuye a la perpetuación del círculo de la pobreza. Indican,
además, que con frecuencia las relaciones de estas parejas están marcadas por relaciones
inequitativas de poder que ubican a la mujer en una posición subordinada y a los hombres
en el ejercicio de control sobre sus acciones y sus cuerpos, incluso mediante la violencia.
TO
primer niño o niña, pues un 4,6 % de las adolescentes madres era por lo menos 20 años
menor que su pareja en el momento del nacimiento de su primogénito o primogénita, un
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Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
18,5 % era por lo menos 10 años menor y un 43,5 % era por lo menos seis años menor
(Ministerio de Salud y de Protección Social, y Profamilia, 2015). Este dato se complementa
con el identificado por Restrepo y otros (2014): el 84 % de los nacimientos de las mujeres
adolescentes es consecuencia de relaciones sexuales con hombres mayores de 20 años.
Con respecto a las uniones de convivencia o los matrimonios de adolescentes, la ENDS 2015
encontró que el número de uniones tiende a ser mayor entre las mujeres y los hombres
R
de zonas rurales, de menor nivel de desarrollo, de menor educación y pertenecientes
al quintil de riqueza más bajo, información que también identificaron Vargas & Barrera
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(2005), Flórez (2005) en Cali y Bogotá, y Rojas & Bravo (2019) en Perú. Estos dos últimos
autores hallaron, además, que el inicio de la convivencia está relacionado con el deseo de
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escapar de situaciones opresivas o violentas en su entorno familiar, mejorar su condición
socioeconómica y buscar protección. También identificaron que los hombres se unen
a mayor edad (18 a 21 años) que las mujeres y, que muchas veces lo hacen por presión
R
de la familia o la pareja, y para cumplir su rol masculino tradicional de responsabilidad y
protección. En este estudio, los autores encontraron que las familias y las comunidades
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alientan la convivencia de los hombres adolescentes cuando han iniciado su vida sexual
activa o cuando la mujer adolescente está en gestación, porque el tema de la sexualidad
BO
sigue siendo tabú y es concebido en el marco de la convivencia o el matrimonio.
Por último, vale la pena señalar el tema del autoerotismo, encontrado como variable de
estudio en Parra-Villarroel & Pérez-Villegas (2010), quienes encontraron que es una conducta
presente en adolescentes entre los 11 y los 19 años, y que es mayor entre los 15 y 19 años, y
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más frecuente en los hombres adolescentes (67,7 %) que en las mujeres adolescentes (6,1 %).
Sobre el comportamiento sexual, podría concluirse que son grandes los retos que tiene
la sociedad para apoyar a los adolescentes en la toma de decisiones sobre el ejercicio
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17
(2012) encontraron que, aunque es necesario ahondar en la investigación, su inclusión en los
programas de información y prevención es efectiva.
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la pobre comunicación con su padre y/o su madre sobre el tema (Carvajal, Essien, Rey
& Bardales, 2007). Resultados similares fueron encontrados por Domínguez-Domínguez
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(2011), quien señala que, a pesar de que los padres o las madres tienen información sobre
sexualidad, los adolescentes de la familia con relaciones conflictivas no la tenían por
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inadecuada comunicación.
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que el padre o la madre puedan brindar, sino el ambiente que les proporcionan a los
adolescentes por cómo promueven la autonomía vinculada, es decir, la capacidad para
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ser autónomos a la vez que tienen relaciones sanas y asertivas con las demás personas.
Para ello, se necesitan padres y madres cálidos, que los animen a pensar de manera
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independiente. En el marco de estas relaciones, pueden utilizarse distintos pretextos para
conversar sobre sexualidad en familia de manera que los integrantes puedan intercambiar
opiniones y sentimientos al respecto. Los autores añaden que si los niños, las niñas y los
adolescentes desarrollan autonomía, también podrán moderar los efectos de los pares
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Complementariamente, son muchos los estudios que revelan una mayor prevalencia de
relaciones sexuales en adolescentes que viven violencia o divorcios en su familia, mientras
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que, si se tienen buenas relaciones con el padre y la madre, se presenta una menor
prevalencia de relaciones sexuales (Parra-Villarroel & Pérez-Villegas, 2010; Royuela Ruiz,
Rodríguez Molinero, Marugán de Miguelsanz & Carbaoisa Rodríguez, 2015; Flórez, 2005, y
Martell Martínez, Ibarra Espinosa, Contreras Landgrave & Camacho Ruiz, 2018).
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Por su parte, Vargas & Barrera (2005) encontraron que, contrario a lo que se ha observado
U
en otros países (para lo que citaron a Christopher & Johnson, 1993), en la población de
adolescentes que estudiaron, el padre y la madre siguen siendo figuras significativas de
C
referencia. De hecho, citaron otro estudio realizado en Colombia (Vargas Trujillo, Henao
& González, 2004) que corrobora estos resultados por cuanto hallaron que la actitud
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percibida del padre y la madre se asocia con la edad de inicio de relaciones sexuales;
con lo cual recomiendan que los programas consideren estrategias para fomentar la
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Podría añadirse, derivado de lo anterior, que en la medida en que haya un mejor ambiente
familiar y comunicación abierta entre el padre y la madre con los adolescentes, habrá
7 Lo encontrado por estos autores conduce a revisar la importancia de la participación infantil en la vida
familiar, no solo en temas relacionados con la sexualidad, dado que conduce al desarrollo de mayor autonomía
y capacidad de tomar decisiones responsables, asunto clave para la vivencia de la sexualidad adolescente.
18
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
mayores posibilidades de que estos últimos confíen en los adultos cuando se enfrentan a
decisiones sobre sexualidad. Además, en situaciones de relaciones de confianza y afecto,
el apoyo y el acompañamiento contribuirán a que los adolescentes puedan acudir a
servicios de salud y orientación de manera abierta sin tener que esconder a los adultos el
uso de mecanismos de protección.
No obstante, debe tenerse en cuenta el factor de las concepciones que tienen los adultos
R
sobre sexualidad, pues con frecuencia son de tipo tradicional por la vivencia y la experiencia
que han tenido. Cuando estas mantienen la tradición patriarcal sobre el género, además
O
de tabús y prohibiciones sobre la sexualidad genital y, asociaciones de esta solo a lo
biológico y lo genital, posiblemente la orientación y el apoyo para los adolescentes será
AD
más difícil y se centrará en controles y supervisión más que en acompañamiento (Sevilla
& Orcasita, 2014; Caricote Agreda, 2008).
Por otra parte, también se encuentran dificultades con respecto a los conocimientos
R
y creencias de los adultos, sobre todo, en contextos de mayor dificultad económica y
de contextos educativos menos enriquecidos en los cuales las pautas sobre género
R
mantienen la tradición patriarcal, los adultos tienen menos información sobre sexualidad
y se perciben de manera natural los embarazos y las uniones tempranas. A ello habría
BO
que añadir el desconocimiento reportado por los adultos sobre distintos aspectos de la
sexualidad que los lleva a pensar que otros agentes educativos o de salud pueden hacer
mejor la labor de educación sexual (Sevilla & Orcasita, 2014; Caricote Agreda, 2008). Dentro
de este panorama, Caricote Agreda (2008) identificó que existe una mayor información
TO
Los dos elementos anteriores inciden en dificultades para la comunicación entre adultos
y adolescentes alrededor del tema, porque los primeros no saben cómo comunicarse con
EN
los segundos, y porque los adolescentes tampoco se atreven a indagar (Sevilla & Orcasita,
2014; Caricote Agreda, 2008). Este fenómeno se enmarca, sobre todo, en patrones de
comunicación familiares caracterizados por el control y el autoritarismo que producen
desconfianza y miedo en los adolescentes (Caricote Agreda, 2008), sobre todo, cuando
M
se trata de hablar del tema con el padre (Sevilla & Orcasita, 2014). En muchos casos, esta
falta de comunicación puede conducir a confiar más en sus pares con quienes se siente
U
Este panorama se asocia con sentimientos de inseguridad e impotencia del padre y la madre, y
con un sentimiento de abandono por parte de estas últimas con respecto a los padres que las
O
dejan solas en esta tarea, según encontraron Sevilla & Orcasita (2014), y Caricote Agreda (2008).
D
Todo la anterior conduce a reafirmar la importancia, por una parte, del establecimiento
de relaciones de comunicación y confianza entre adolescentes y adultos en las familias,
y, por otra, de contribuir a que los adultos encuentren formas de conversar con los
adolescentes sobre el tema de la sexualidad, con apoyos externos que les brinden
seguridad y contribuyan a la reflexión sobre las miradas que tienen de la sexualidad.
19
¿De qué manera puede la familia promover una sana sexualidad de los adolescentes?
R
cultiva desde los primeros años y, que permite la expresión de sentimientos, emociones,
ideas u opiniones sobre los distintos asuntos del acontecer personal y familiar. En la
O
medida que los niños y las niñas desde edades tempranas puedan participar activamente
en las conversaciones familiares y sean reconocidos como sujetos con capacidad para
AD
aportar, desarrollarán confianza en sí mismos y en los demás, y podrán comprender
mejor los asuntos, entre ellos, la sexualidad, y su desarrollo. Estos espacios son un
terreno abonado para la conversación sobre temas de sexualidad en la adolescencia.
R
• Es necesario que el padre, la madre y los adultos significativos encuentren personas que
les ayuden a informarse sobre los procesos adolescentes, en general, y de su sexualidad,
R
en particular, para poder tener mejores bases que les permitan apoyar y acompañar a
los adolescentes. El sistema de salud y los colegios pueden ser las primeras opciones,
BO
pero también existen recursos profesionales en Internet que pueden ser consultados8.
familiares que mantienen pautas que legitiman el uso de la violencia o, arraigan prácticas
impositivas y desiguales. Esto quiere decir que pueden identificar si se mantienen
estereotipos sobre el papel de la mujer y del hombre, si existe violencia de pareja, si
EN
parecen mantener los patrones vividos en las familias y, por ello, es necesario revisarlos
para poder resignificarlos.
U
• Igualmente, es importante analizar las relaciones de las parejas de la familia, pues son su
C
patrón de interacción por cuanto estos son el modelo que interiorizan los adolescentes
y pueden replicar en sus propias relaciones de pareja.
O
• Hay que aprovechar los elementos de la vida cotidiana que se prestan para conversar
D
sobre temas de sexualidad, tales como los programas de televisión, la publicidad, las
situaciones de compañeros y compañeras del adolescente, las noticias, entre otros.
8 Un ejemplo de un portal web es el de la Secretaría de Salud de Bogotá en el cual pueden hacer preguntas
a expertos de diferentes disciplinas. Su enlace es: https://sexperto.co.
20
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
razonables correspondientes. Debe recordarse que los hombres y las mujeres adolescentes
con discapacidad no son asexuados, y, con ellos y ellas es necesario también conversar
sobre sus intereses, inquietudes, sensaciones corporales, autocuidado, entre otros temas.
R
semejantes e incluidos, y les permite diferenciarse de los adultos, lo cual contribuye
al proceso de autonomía. Debe entenderse, además, que ensayar peinados, formas de
O
arreglarse y de vestirse, y mostrarse dudosos al respecto es parte de la búsqueda que
hacen de su nueva identidad corporal.
AD
••El tema de los piercings y los tatuajes posiblemente aparecerá en el interés de muchos
hombres y mujeres adolescentes. Será necesario intercambiar ideas al respecto, de
manera que los adolecentes puedan comunicar y compartir su interés por este tipo
R
de prácticas, y los adultos puedan apoyar con criterios que orienten una toma de
decisiones informada y saludable. Este es un asunto sensible para muchos padres
R
y madres que asocian estas prácticas con poblaciones de jóvenes que consumen
sustancias psicoactivas o, que están vinculados a pandillas o grupos delincuenciales.
BO
Sin embargo, debe analizarse que estas costumbres se generalizan cada vez más a otras
poblaciones y, dependen de gustos y estéticas particulares. Es importante, entonces,
que en la familia se hagan reflexiones al respecto, de tal forma que los adultos puedan
entender estas estéticas corporales como una expresión contemporánea-. así como se
TO
escoge un corte de pelo u otro, también puede decidirse sobre usar piercings o aretes,
o hacerse un tatuaje. Son decisiones que los adolescentes habrán de tomar sobre su
cuerpo de manera autónoma y responsable.
EN
••Es importante que los adultos significativos para los adolescentes comprendan que, al
entrar en esta etapa, el tema de la sexualidad se convierte en algo que produce confusión,
sentimientos encontrados, timidez y pudor debido a la importancia que empieza a adquirir
y, a la intensidad con que se viven los cambios corporales y psicológicos. Esto es natural
M
inquietantes, como los cambios corporales, el autocuidado, las relaciones con amigas
y amigos del mismo género, o los riesgos de las redes sociales sin acompañamiento
C
(sobre este tema puede consultarse la cartilla sobre prevención de abuso sexual y uso de
tecnología). En la medida en que el adolescente lo va permitiendo, podrán profundizarse
O
21
• Sobre los noviazgos, es importante conversar en la medida en que los adolescentes
lo permitan. Pueden compartirse experiencias del pasado adolescente del adulto,
aprovechar novelas o películas para analizar las relaciones de pareja, comentar sobre
la intensidad de los primeros enamoramientos o, asumir una posición crítica frente a
relaciones de celos y de control. Para que esto sea posible, el adulto habrá de revisar su
propia posición acerca de las maneras como ha establecido sus relaciones de pareja y,
si es necesario, buscar apoyo para que alguien más pueda orientar al adolescente.
R
• Con respecto al asunto de la vida sexual activa, el papel del padre y la madre es crucial
O
pero complejo. Por una parte, es importante que puedan brindar información a los
adolescentes sobre salud sexual y reproductiva (posiblemente, con ayuda de recursos
AD
externos), y, sobre todo, ayudarles a formar criterios para la toma de decisiones sobre este
asunto. Es posible que haya inquietud sobre cuál es el mejor momento para el inicio de
las relaciones sexuales genitales, y al respecto existen diferentes posiciones. Por ejemplo,
R
hay quienes piensan que solo deben tenerse dentro del matrimonio, otros consideran
que pueden darse cuando la persona se sienta preparada y unos más consideran que
R
depende del momento, y, cuando este llegue, se sabrá. Sin embargo, la reflexión con los
adolescentes debe dirigirse hacia la búsqueda de respuestas sobre cómo, para qué y
BO
con quién tener esa relación más que cuándo hacerlo. Entonces, es necesario conversar
sobre las razones por las cuales los adolescentes inician su vida sexual activa. Puede
analizarse que muchas personas lo hacen por curiosidad, para parecerse a sus amigos
o amigas, para darle gusto al novio o a la novia, o para expresarle su amor y profundizar
en la relación, entre otras motivaciones. Estas charlas pueden darse alrededor de la
TO
Por otra parte, es necesario que el padre y la madre comprendan que su papel de
M
sexual o por sus vivencias al respecto, pues es un tema que puede mantenerse en
reserva. Si el hombre o la mujer adolescente desea compartirlo espontáneamente, se
C
22
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
••El uso de pornografía también es un tema que hay que abordar, pues las tecnologías
permiten que los adolescentes puedan acceder a ella de manera fácil. El consumo de
pornografía puede originarse en la curiosidad de los jóvenes por todo el tema sexual
y corporal, pero es importante explicarles que las imágenes que se encuentran en
R
Internet generalmente suelen ser exageradas o distorsionas, puesto que tienen el
objetivo de agradar a los consumidores. Entonces, los cuerpos serán más voluptuosos;
O
las escenas de excitación, más intensas; la violencia, cuando la incluyen, más excesivas,
y, frecuentemente, la sexualidad no se muestra en el marco de una relación afectiva
AD
ni como una decisión autónoma de las personas de una pareja. Se recomienda que,
si los adultos saben que los adolescentes están viendo pornografía, aborden el tema
sin regaños ni castigos, e indaguen el interés que los conduce a esta práctica. De esta
R
manera, se podrá hacer una mejor orientación.
••Con respecto al género, además de lo anotado anteriormente sobre los roles y las
R
relaciones de pareja, es importante abordar el tema de la diversidad sexual. Al respecto,
en las familias puede haber posiciones variadas, pues en algunas pueden aceptarse
BO
estas realidades de manera natural con actitud de inclusión, mientras que, en otras,
puede pensarse que la homosexualidad o el transgenerismo no son normales, o, incluso,
considerar que son un pecado o una aberración. Solicitar orientación de expertos en los
colegios o en los servicios de salud puede ser una buena alternativa para poder desarrollar
TO
conversaciones con los adolescentes con actitud de respeto por las personas que forman
parte del grupo LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales).
EN
2 Objetivo
b. Identificar estrategias y recursos para hablar sobre temas de sexualidad con los
U
adolescentes de la familia.
C
Resultado
O
Se espera que los participantes de la familia, padres, madres y/o cuidadores, adolescentes
D
y otros integrantes:
23
3 Metodología
Momento 1
Se proponen tres alternativas de actividad sensible que ayudan a introducir
R
el tema de la sexualidad. Son actividades para compartir miradas sobre el
O
cuerpo, las experiencias de los adultos cuando se convirtieron en padres
o madres, o de la forma como vivieron la comunicación los adultos en
su adolescencia.
AD
20 minutos
Momento 2
R
Es una actividad en la cual los adolescentes de la familia exponen sus
inquietudes sobre sexualidad y, los adultos, sus fortalezas y temores
R
al respecto para luego ponerlas en común y analizar las armonías y
las diferencias. BO 20 minutos
Momento 3
Con apoyo del facilitador, se retoman las preguntas sobre sexualidad
expresadas por los adolescentes en el Momento 2 y se conversa sobre
TO
20 minutos
U
C
O
D
24
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
4 Actividades
A continuación, encontrará las instrucciones para el desarrollo de la visita domiciliaria. Es
importante que sea sensible a las necesidades de la familia que participará en esta sesión.
Le recomendamos que previo a ella, tenga en cuenta las particularidades, fortalezas y
estilos de aprendizaje o socialización de la familia que participará en este espacio.
Si considera que es necesario hacer alguna adaptación a las actividades, con base en lo
R
observado, puede acudir a sus propios recursos, como la creatividad y habilidades o ideas
para realizar las modificaciones pertinentes, siempre en concordancia con el objetivo de
O
la sesión y los principios metodológicos de Mi Familia.
AD
Igualmente cuenta con la Guía de orientaciones metodológicas de Mi Familia en la que se
encuentran algunas recomendaciones generales para el manejo de situaciones especiales
o posibles retos que puedan surgir.
R
Momento
R
Para iniciar, se proponen tres alternativas que ayuden a introducir el tema
de la sexualidad adolescente de manera sensible. Hay que tener en cuenta,
1
BO
además, que, si en la sesión hay una persona con discapacidad, la actividad
elegida tendrá que ser ajustada a las necesidades especiales de la persona
para que pueda participar en la sesión.
Actividad 1
TO
Mi cuerpo
Instrucciones
1. Los integrantes de la familia expresan lo que más les gusta de su cuerpo.
EN
4. Los adultos pueden compartir con los adolescentes su experiencia sobre el cambio
C
Actividad 2
La maternidad o la paternidad
D
Instrucciones
1. El padre o la madre relatan la vivencia de la gestación de cada uno de sus
hijos e hijas (circunstancias, temores, esperanzas, emociones).
Duración: 2. Después, se analiza la importancia de ser padre o madre, y de que
20 minutos los niños y las niñas lleguen en momentos de la vida en que se les
pueda asumir con amor y con responsabilidad.
25
Actividad 3
Cuando yo tenía tu edad
Instrucciones
R
Duración:
20 minutos o su madre en relación con la comunicación alrededor de la sexualidad.
O
2. Se analiza si hubo comunicación, cómo fue y qué aprendieron. También pueden
incluirse comentarios de los amigos o amigas del momento, o del conocimiento que ellos
AD
les compartieron.
3. Se indica al padre y la madre que hablen sobre si desearían que los adolescentes
aprendieran sobre sexualidad como ellos o de otra manera. De ser el caso, cuál y si les
R
gustaría participar en este proceso.
R
BO
Si en la sesión hay una persona con discapacidad, la actividad tendrá que
Momento
ser ajustada a las necesidades especiales de la persona para que pueda
2
participar en la sesión.
Actividad
TO
Mis dudas
Materiales
Tarjetas o fichas bibliográficas, bolígrafos o
EN
las principales preguntas o inquietudes que tienen con respecto a la sexualidad, aclarando
que se hace referencia a lo corporal, a las relaciones de pareja, a la vida sexual activa, a
C
las relaciones entre los géneros, a la maternidad y la paternidad. De esta manera, se evita
centrar las preguntas solo en la genitalidad.
O
2. A los adultos responsables de los adolescentes, se les pide escribir las fortalezas que
D
sienten que tienen para hablar de sexualidad con ellos y, los temores o dudas que se les
presentan.
26
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
puede analizarse la razón. Puede suceder que coincidan o, por el contrario, que sean muy
distintas. Si coinciden, posiblemente será más fácil iniciar una conversación sobre los
asuntos destacados que si no coinciden.
5. Es importante que se analicen con cuidado los temores de los adultos, porque pueden
ser el centro de las dificultades de comunicación.
R
O
Momento
Si en la sesión hay una persona con discapacidad, la actividad tendrá que
AD
ser ajustada a las necesidades especiales de la persona para que pueda
3
participar en la sesión.
Actividad
R
Las respuestas
R
Instrucciones
BO
Duración: 1. Esta es una actividad orientada a resolver preguntas sobre el tema de
60 minutos la sexualidad basada en las preguntas del momento 2.
2. Hay que tener en cuenta que, dependiendo de la edad de los adolescentes, los
TO
temas serán distintos. Los más jóvenes posiblemente tendrán interés en los cambios
físicos y psicológicos propios y del otro género, mientras que los mayores pueden tener
inquietudes con respecto a la vida sexual activa, los embarazos, los mecanismos de
protección y la diversidad sexual.
EN
3. Con ayuda del facilitador, se conversa sobre algunas de las preguntas del Momento 2,
y al final se deja un tiempo para buscar recursos adecuados en Internet que les ayuden
a conversar sobre el tema.
M
4. El rol del facilitador es importante para ayudar a la familia a romper los temores y
U
para alentar la continuación de la conversación. Por eso, el facilitador debe tener a mano
recursos que puedan ser útiles para ayudar a los adultos en su tarea, de manera que los
C
temores para conversar del tema disminuyan. Los recursos pueden estar relacionados
con materiales o páginas web para consultar información, o también pueden ser
O
sugerencias para remitirse a personas o instituciones (el colegio, los docentes, las
instituciones, el personal de salud, etc.) que puedan apoyar al padre, la madre o los
D
adultos responsables. Estos recursos pueden recomendarse para que los adultos
consulten junto con los adolescentes y complementen su información.
27
Si en la sesión hay una persona con discapacidad, la actividad tendrá que
Momento
ser ajustada a las necesidades especiales de la persona para que pueda
4
participar en la sesión.
Actividad
R
Acordamos dialogar, preguntar e informarnos
O
Materiales
Anexo 1, Anexo 2 y bolígrafos
AD
Duración:
20 minutos Instrucciones
1. Para el cierre, se hacen acuerdos sobre cómo los adultos y, los adolescentes abordarán
R
los temas de sexualidad en familia.
R
2. Los hombres y las mujeres adolescentes pueden escribir su compromiso sobre
la consulta que propondrán a los adultos para conversar sobre el tema, y los adultos
BO
escribirán la actitud de apertura hacia los intereses adolescentes y el respeto por su
intimidad. En el caso de que algún integrante de la familia no sepa escribir, el facilitador
interviene en esta tarea.
TO
4. El formato del Anexo 1 puede ser un buen referente para la escritura de los compromisos
EN
28
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
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TO
30
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
5 Anexos
R
Nosotros, los hombres y las mujeres adolescentes, nos
O
comprometemos a:
AD
R
R
BO
Nosotros, los adultos, nos comprometemos a:
TO
EN
M
U
C
31
Anexo 2 Criterios orientadores para hablar
sobre sexualidad con adolescentes
de la familia
R
adolescente es importante que en familia:
O
AD
Haya relaciones respetuosas Los hombres y las mujeres
y equitativas entre participen en las
hombres y mujeres. decisiones familiares.
R
R
BO
Se comprenda que los
adolescentes pasan por Se entienda que la sexualidad
Se elimine la violencia entre momentos de cambios adolecente es un tema muy
hombres y mujeres. frecuentes e intensos tanto importante sobe el cual debe
físicos, como conversarse abiertamente.
psicológicos y sociales.
TO
EN
Se compartan experiencias de
Se apoye a los adolescentes los adultos para analizar las
en la toma de decisiones dificultades o las fortalezas de
sobre sexualidad. las mismas, y esto ayude a los
adolescentes a tomar
mejores decisiones.
32
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
R
O
AD
R
R
BO
Hablemos de
sexualidad en la
adolescencia
TO
33