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Comencemos con Abraham. A muchos se les enseña que Abraham diezmó, pero
en ninguna parte de la Biblia da alguna indicación de esto. La idea es realmente
bastante tonta. En un solo incidente registrado, Abraham le dio a Melquisedec
un diezmo sobre el botín de la guerra. Por alguna razón, los líderes religiosos a
menudo equiparan esto con la idea moderna de diezmar con cheques de
pago. En el caso de Abraham, el botín de guerra no tuvo nada que ver con los
ingresos de Abraham. Esta oferta voluntaria por parte de Abraham ciertamente
tampoco sentó ningún precedente de diezmo; cientos de años después, cuando
Moisés declaró que los israelitas debían dar a los levitas una pequeña porción
del botín de la guerra, ni siquiera estaba cerca del diez por ciento. ¿Y cómo una
nación entera que regala parte del botín de guerra equivale a un diezmo
individual en sus ingresos semanales o mensuales?
Aquí hay algo más a considerar: ¿Para qué se usarían los diezmos regulares de
Abraham? ¿Ir al fondo local de construcción de zigurats? En los días de
Abraham, un zigurat era un templo común, rectangular y escalonado construido
por los antiguos asirios y babilonios, ¡pero no creo que Abraham hubiera tenido
mucho uso para eso! Como discutiremos en breve, el propósito del diezmo era
proporcionar comida a todos los israelitas, y en los días de Abraham, no había
israelitas.
He oído que algunos usan el voto de Jacob a Dios como un precedente para el
diezmo. Pero esto tampoco tiene sentido ya que el voto de Jacob fue
condicional.Además, si decides diezmar en base a la condición de ser bendecido
generosamente por Dios, es posible que te sorprenda. Jacob seguramente no
tuvo una vida de lujo después de hacer su promesa condicional a Dios. De
hecho, tuvo una vida difícil. Incluso le dice al faraón de Egipto cerca del final de
su vida que sus años habían sido "... pocos y malvados ..." (Génesis 47:
9). Difícilmente puede culparlo por tal declaración. Mientras que Dios lo
bendijo con una gran familia, esa familia a menudo trajo dificultades y
vergüenza a su vida. También perdió a un hijo (aunque lo encontró más tarde),
vivió algunos momentos bastante duros (como una hambruna extrema) y nunca
vivió en un lugar permanente.
Ahora vamos a la Torá donde se originó la ley del diezmo. En primer lugar,
quiero decir que el problema no era el dinero, sino los cultivos y el ganado. Más
específicamente, la supervivencia de la comunidad era el problema. Hay cuatro
tipos de diezmos mencionados en la Torá. El primer diezmo se refería a aquellos
que poseían tierras y cultivaban. El diez por ciento de las cosechas cultivadas
irían a los levitas. Recuerde que este diezmo solo se refería a aquellos que
cultivaban.No hubo dinero involucrado . Este diezmo también se requería solo
durante seis años de un ciclo de siete años, y aquellos que no poseían tierras,
como los pobres, no estaban obligados a dar este diezmo.
El próximo diezmo sobre el que quiero hablar implicaba reservar comida para
los necesitados. Solo se requirió en el tercer y sexto año del ciclo de siete
años.Deuteronomio 14: 28-29 declara:
“Al cabo de tres años, producirás todo el diezmo de tu aumento el mismo año, y
lo pondrás dentro de tus puertas: y el levita (porque no tuvo parte ni herencia
contigo) y el extraño, y vendrán los huérfanos y la viuda que están dentro de sus
puertas, y comerán y se saciarán; para que Jehová, Dios, te bendiga en toda la
obra de tu mano que hagas ”.
El último diezmo que menciono involucraba solo a los levitas. Se les exigió que
dieran el diez por ciento de sus mejores esfuerzos al sacerdote.
En conclusión, quiero decir que dar y diezmar puede ser algo maravilloso. Todos
deberíamos estar dispuestos a dar, especialmente de nuestra abundancia. Pero
nunca debemos ser obligados a diezmar en nuestros cheques de pago porque
creemos que Dios lo requiere. Cuando Jesús les dijo a los fariseos que pagaran
impuestos y diezmaran, estaba hablando con individuos ricos. No todos
entienden cómo crear riqueza, y exigir que alguien diezme cuando apenas
pueden pagar las cuentas va en contra del espíritu de las Escrituras.