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Trabajo Grupal Dilema Caso Vicent Lambert PDF
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MÓDULO DE BIOÉTICA
TRABAJO GRUPAL
Teniendo en cuenta las lecturas realizadas, las actividades desarrolladas, favor realizar el
análisis del caso que se presente de mínimo 3 páginas y máximo de 5 páginas, donde
evidencie la comprensión del módulo de bioética y su aplicabilidad
PREGUNTAS:
ESTUDIO DE CASO
El dilema sobre Vincent Lambert mantiene la lucha de poder entre los que quieren decidir
por otros en situaciones de vida o muerte, problema que se podría evitar si hacemos constar
nuestras preferencias en caso de situaciones médicas de difícil manejo, documento llamado
“Testamento de Vida”
Julio 5 de 2019: Vincent Lambert es un ciudadano francés, que trabajaba como enfermero
hasta que sufrió un accidente de tránsito que lo ha dejado tetrapléjico, estado médico en
el cual no es posible la movilización voluntaria de sus miembros superiores e inferiores.
Además, sufre lo que se le conoce como “estado vegetativo persistente” secundario al daño
cerebral severo producido durante el accidente, lo que le impide solventar sus necesidades
básicas, las cuales deben ser cubiertas por enfermeros o familiares. Lleva en este estado
desde su accidente en 2008.
El dilema médico sobre Vincent Lambert se ha vuelto una discusión pública que ya pasó las
fronteras del continente europeo y se conoce en casi todo el mundo: la opción de retirar
los aparatos médicos que lo mantienen con vida contra la opción de conservar el soporte
vital hasta que tenga una “muerte natural”. Los promotores de la desconexión del soporte
vital son la esposa (que es su tutora legal) y el personal médico del Hospital de Reims en
Francia, en donde él se encuentra internado. Sus padres son de la opinión que se le
mantenga con vida hasta el desencadenamiento de su muerte natural.
En Francia, como en muchos países europeos, la eutanasia no es legal, pero se les permite
a los médicos retirar el sostén nutricional, hidratación y el aporte de ventilación siempre y
cuando se acompañe de sedación en algunos pacientes que se encuentran en estado
terminal. La pregunta siempre es: ¿cuáles pacientes realmente están en estado terminal?
¿Quiénes, con la ayuda de nuevas tecnologías, podrían recuperarse en un futuro próximo?
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Este sería el ejemplo de Vincent Lambert, quien está catalogado como daño cerebral severo,
pero no como muerte cerebral. Esto lo mantiene en lo que conocemos como estado
vegetativo persistente y por esta razón Vincent puede abrir sus ojos, dormir y despertarse;
en ocasiones llora y responde a estímulos externos. Estos son catalogados como reflejos
por aquellos que manifiestan que debe ser desconectado, pero son señales de mejoría para
los que abogan que se le mantenga con vida. Lo que realmente es válido afirmar es que
mantiene una incapacidad para comunicarse verbalmente y hacer saber sus necesidades y
sus opciones.
Al igual que en casos anteriores como el de Karen Ann Quinlan y el de Terry Schiavo, que
fueron cubiertos por la prensa mundial. La primera porque estuvo en coma desde 1975 por
la combinación de sedantes y alcohol y la segunda por que fue encontrada en estado de
inconsciencia en 1990, probablemente secundario a un desequilibrio de nutrientes. Karen
Ann, de 21 años, y Terry, de 26, cuando cayeron en estado comatoso, se convirtieron en
casos emblemáticos tanto para los que defendían el derecho de morir (los padres de Karen
Ann y el esposo de Terry Schiavo) como aquellos que protegían la vida de los pacientes que
se encontraban en coma (muchos de ellos sin siquiera ser familiares de ellas).
Para la Unión Europea este es un caso emblemático que precederá la decisión a tomar en
otras situaciones similares, pero también es importante pues a partir del año 2020 países
como Francia, Austria, Noruega y el Reino Unido pretenden aprobar la ley de donación de
órganos llamada “consentimiento presumido”. Lo que facultará a los equipos médicos en
los hospitales poder definir aun sin el consentimiento médico del paciente el probable uso
de sus órganos para donación a otros pacientes. En una situación que ha sido catalogada
como hacer que los “órganos a trasplantar sean más importantes que la vida misma del
paciente”.
Para el mundo entero, el dilema sobre Vincent Lambert mantiene la lucha de poder entre
los que quieren decidir por otros en situaciones de vida o muerte, problema que se podría
evitar si hacemos constar nuestras preferencias en caso de situaciones médicas de difícil
manejo, documento llamado “Testamento de Vida” o “Testamento de Voluntades
Anticipadas” en que el paciente deja constancia escrita de su voluntad con respecto a
tratamientos médicos a los que se puede someter y a cuáles no, en caso que no estar
consciente para poder decidir en ese momento.
Como cualquier situación que nos coloque entre el límite de la vida y la muerte, estas
decisiones ponen siempre en problemas a la Moral Teológica, la Ética Médica y las creencias
de la población en genera. No obstante, si hemos vivido creyendo que somos personas
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independientes ¿por qué dejar que al final de nuestra vida, alguien más tome una decisión
que solo nos compete a nosotros?
El equipo médico inició el proceso para retirarle el tratamiento el pasado 2 de julio, después
de que el Supremo reabriera la vía para hacerlo al anular una sentencia anterior del Tribunal
de Apelación y cerrar la posibilidad de interponer nuevos recursos.
Tras años de batalla judicial ante la ausencia de testamento vital que reflejara su voluntad,
los padres, Viviane y Pierre, habían aceptado este lunes su muerte como algo inevitable y
anunciaron que no iban a presentar nuevos recursos.
Sin embargo, esta decisión no significa que la batalla entre ambos bandos haya terminado.
El letrado Jean Paillot, representante de los padres, dijo en declaraciones divulgadas a la
emisora France Info que, llegado el momento, "los responsables de la muerte de Vincent
Lambert" tendrían que "rendir cuentas".
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De hecho, el abogado indicó que este pasado viernes presentaron ya una denuncia ante la
Fiscalía de Reims contra el doctor Vincent Sánchez y su equipo de cuidados paliativos
por "tentativa de homicidio voluntario".
La eutanasia es ilegal en Francia, si bien una legislación aprobada en 2016 permite a los
médicos poner a los pacientes en estado terminal en un estado de sedación profunda y
continuada hasta su muerte.
El enfermero francés, en estado vegetativo desde 2008, falleció tras permanecer nueve días
sin hidratación y nutrición, como consecuencia de la decisión que tomó la justicia francesa
tras considerar que mantenerle con vida podría considerarse obstinación terapéutica.
Se hizo en contra de la voluntad de sus padres y de dos hermanos, que habían agotado las
vías judiciales para impedir que se retiraran los cuidados que lo mantenían con vida. Sin
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embargo, su mujer llevaba seis años pidiendo la muerte de su marido, ya que aseguraba
que ese hubiera sido su deseo, aunque no lo dejó expresado en un testamento vital.
“Retirar el soporte vital, como pueden ser la hidratación o la alimentación, solo sería
éticamente válido, en caso de riesgo inminente de muerte y existencia de sufrimientos
intensos bien contrastados. Sin embargo, en este caso concreto no nos parece que existiera
ese riesgo, dado que Lambert llevaba en el mismo estado desde 2008 y no parecía que su
salud hubiera empeorado significativamente en las últimas semanas”, apuntan desde el
Observatorio de la UCV.
La mejor solución ética a los problemas de salud graves del final de la vida “son los cuidados
paliativos y no la eutanasia”, añade el Observatorio: “Las soluciones ante el final de la vida
pasan por tratar la muerte como una etapa natural en la que se ayude a los enfermos,
respetando su dignidad como persona, de forma que ante situaciones dramáticas y
terminales se reduzca el dolor del paciente y no al paciente. En este sentido, la única
respuesta ética posible son los cuidados paliativos”.
“Queremos destacar también que la muerte de cualquier ser humano siempre es digna,
pues la dignidad es intrínseca a la naturaleza humana. El objetivo no es conseguir una
muerte digna sino una muerte sin dolor”, aducen.
Por el contrario, según el Observatorio de la UCV, “lo que el Estado si debería atender y
legislar es para una mayoría de ciudadanos enfermos y sus familiares que están reclamando
a voces unos cuidados paliativos de calidad. Aquí sí que existe un deber del Estado de
universalizar el derecho y el acceso a estos cuidados, invirtiendo económicamente tanto
como sea necesario para hacerlos realidad”.
Estos esfuerzos solo se pueden alcanzar “a través del compromiso de los gobernantes y la
colaboración de sociedades compasivas y solidarias con los más vulnerables, que pongan
en marcha equipos multidisciplinares de profesionales médicos, enfermeros, psicólogos,
trabajadores sociales, asistentes espirituales”.
“Actualmente, en todos los casos de sufrimiento causado por dolores físicos y/o mentales,
la medicina paliativa ya ha demostrado su eficacia para neutralizarlos o al menos
disminuirlos. Y la sedación paliativa, cuando está indicada medicamente, puede controlar
los síntomas refractarios intratables que mucha vez constituyen la causa de sufrimientos
intensos”.
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Confusión generada
Bruno Cazin, sacerdote y médico, vicario general de la diócesis de Lille, considera que se ha
generado mucha confusión en torno a Vincent Lambert. “Se ha dicho que estaba al final de
su vida, algo que es falso. Estaba en una situación de desventaja extrema: su conciencia era
mínima pero no para interrumpir sus tratamientos, solo justificables como parte de un final
de la vida o en una situación de obstinación irrazonable, debido a un sufrimiento
insoportable. Ninguna de estas condiciones se cumplió para Lambert”.
El cardenal Kevin Farrell en representación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
y la Pontificia Academia para la Vida, firmó y emitió un comunicado sobre el caso.
Además, destacaron que la interrupción de los consabidos cuidados básicos constituye “una
forma de abandono del enfermo fundada en un juicio despiadado sobre su calidad de vida,
expresión de una cultura del descarte que selecciona las personas más frágiles e indefensas
sin reconocer su unicidad y su inmenso valor” y añaden que “la continuidad de la asistencia
es un deber ineludible”.