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GERARDO BOTERO ZULUAGA

Magistrado ponente

STL2193-2020
Radicación n.° 87977
Acta 7

Bogotá, D. C., veintiséis (26) de febrero de dos mil


veinte (2020).

La Sala resuelve la impugnación interpuesta por la


SALA CIVIL – FAMILIA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL
DISTRITO JUDICIAL DE PEREIRA contra el fallo que
profirió la SALA DE CASACIÓN CIVIL DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA el 11 de diciembre de 2019, dentro
de la acción de tutela que promovió GUILLERMO LEÓN
SALDARRIAGA QUINTERO a la SALA CIVIL – FAMILIA
DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL de
la misma ciudad, con ocasión del juicio ordinario N. º
2007-00532.

I. ANTECEDENTES

Guillermo León Valencia Quintero, por medio de


apoderado judicial, instauro acción de tutela con el
propósito de obtener el amparo de su derecho fundamental
Radicación n.° 87977

al DEBIDO PROCESO, presuntamente vulnerado por la


SALA CIVIL- FAMILIA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL
DISTRITO JUDICIAL DE PEREIRA, con ocasión del juicio
ordinario N.º2007-0532.

Refiere que el 10 de febrero de 2012, el Juzgado


Séptimo Civil del Circuito de Medellín, profirió sentencia
donde acogió las pretensiones del accionante y ordenó
pagos correspondientes por daño emergente, lucro cesante
consolidado, perjuicio moral y daño en vida de relación,
determinación que fue apelada por el accionado.

Que el 08 de julio de 2019, en razón a las medidas de


descongestión adoptadas mediante Acuerdo PCSJA19-
11327 por el Consejo Superior de la Judicatura, se remitió
el expediente objeto de queja al Tribunal accionado; que el
17 de septiembre de 2019, la Corporación cuestionada
revocó parcialmente la decisión de primer grado, denegando
el reconocimiento indemnizatorio por “daño en vida de
relación” y modificó los montos reconocidos por “daño
emergente y lucro cesante”

Sostuvo, que la autoridad cuestionada, en la


motivación sobre el daño en vida de relación, incluyó las
mismas pruebas analizadas en el daño moral, incurriendo
en vía de hecho, atentatoria de sus garantías, por cuanto no
se examinó el acervo que demuestra la existencia del daño
en vida de relación.

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Por ello, solicita “REVOCAR la Sentencia del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Pereira, en lo concerniente al
daño en vida de relación y en consecuencia se confirme el
fallo del Juez de primera Instancia”

II. TRÁMITE Y DECISIÓN DE INSTANCIA

Mediante proveído del 20 de noviembre de 2019, el A


quem admitió la acción de tutela, ordenó notificar a los
accionados, con el fin de que ejercieran los derechos de
defensa y contradicción, ordenó vincular a los intervinientes
en el proceso No. 2007-00532.

El Magistrado Duberney Grisales Herrera, integrante


de la Sala Civil – Familia del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Pereira, procedió a dar contestación al escrito de
tutela, solicitó se deniegue el amparo invocado, en la
medida en que la decisión se soportó en la normatividad,
jurisprudencia y doctrina aplicables al caso. Precisó, que la
revocatoria de la condena con respecto al daño en vida de
relación, contrario a lo alegado por el accionante, no está
relacionada con la ausencia de prueba, sino que se fundó
en la falta de congruencia con la demanda, pues de manera
alguna, se explicó en esa pieza procesal cómo se advertía
este perjuicio, por tanto se negó ese reconocimiento.

Surtido el trámite de rigor, la Sala cognoscente de este


asunto constitucional en primer grado, mediante sentencia
de 11 de diciembre de 2019, concedió “la protección
deprecada para que el Tribunal convocado provea, de nuevo,

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sobre el recurso de apelación formulado en contra la


sentencia del 10 de febrero de 2012, en lo atinente al daño
en vida de relación según se expuso. Consideró que el
tribunal querellado incurrió en proceder que afecta las
prerrogativas del actor, pues no se realizó una interpretación
armónica de la demanda, dado que en los hechos de la
misma se precisó por parte del demandante el daño y
padecimiento sufrido y en las pretensiones se solicitó la
condena por “daño fisiológico” resultando innecesario exigirle
al petente aducir las circunstancias por las cuales estimaba
afectadas sus condiciones normales de vida, las cuales,
valga precisar se encontraron demostradas con el causal
probatorio recaudado.”

III. IMPUGNACIÓN

Inconforme con la anterior decisión, la accionada


impugnó, para lo cual expuso que « la principal razón de
está Sala, para revocar la condena consistió en la falta de
enunciación fáctica en el escrito de demanda, porque al
repasar la causa para pedir, ninguna alusión se hace a ese
especial tipo de perjuicio ocasionado, que dicha entidad ha
reconocido al daño en vida de relación como diferente al
moral, empero ser ambos extramatrimoniales; por ende, el
tema de uno y otro no es el mismo.

Esta Sala no podía interpretar la demanda, porque la


facultad judicial presta utilidad, en aquellos eventos en que
el tenor literal del libelo se muestra ambiguo y sea abstrusa
la determinación de los supuestos para pedir (causa

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pretendí) y las súplicas postuladas; ahora en ese ejercicio no


se pueden incluir hechos o elaborar pretensiones, pues una
gestión semejante rebasa los confines mencionados, su
finalidad es clara: evitar fallos inhibitorios y nulidades,
según enseña la misma corporación.

Con respecto a la fundamentación fáctica de la


demanda hubo orfandad total, se argumentó no la falta de
acreditación probatoria, sino la incongruencia por falta de
alegación de aquellos datos que le sirven de soporte al
pedimento especifico nominado daño físico, que desde luego
compromete con gravedad el derecho de defensa, pues al
plantear su estrategia defensiva para resistir las
pretensiones, mal podría considerar unos supuestos fácticos
inexistentes por omisión total de la parte al mencionarlos. No
se defendió de tal aspecto, por la potísima razón de que no
se los enrostraron ».

IV. CONSIDERACIONES

De acuerdo con el artículo 86 de la Constitución


Política y a los decretos que reglamentaron su ejercicio, la
acción de tutela fue establecida para reclamar, mediante un
procedimiento de trámite preferente y sumario, la
protección inmediata de los derechos constitucionales
fundamentales, cuando quiera que éstos resulten
lesionados o amenazados por la acción o la omisión de
cualquier autoridad pública o de los particulares en los
casos expresamente previstos por la ley, siempre y cuando
no exista otro medio de defensa judicial, a no ser que se use

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como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio


irremediable.

Ha estimado la Corte que lo anterior solo acontece en


casos concretos y excepcionales, cuando con las
actuaciones u omisiones de los jueces se violenten en forma
evidente derechos fundamentales, lo cual, se ha dicho, debe
ponderarse con otros principios del Estado Social y
Democrático de Derecho, especialmente, los concernientes a
la cosa juzgada y la autonomía e independencia judicial.

En el presente caso, el accionante cuestiona la


decisión proferida por la Sala Civil- Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Pereira el 17 de septiembre
de 2019, que revocó parcialmente la sentencia de primer
grado absolviendo a la accionada de pagar indemnización
por “daño a la vida de relación”; sostiene, que el a quem,
desconoció el material probatorio existente en el plenario,
con el que se acredita el derecho a reclamar la
indemnización referida.

Como lo alegado por la parte accionante, se centra en


la violación al derecho fundamental al debido proceso,
consagrado en el artículo 29 de nuestra Constitución
Política, erigido como de aplicación inmediata, conforme al
85 ibídem, debe tenerse en cuenta, que este es una
institución que comprende numerosas garantías que hacen
parte del Estado Social de Derecho, cuyo objeto es la
exigencia de que todos los procedimientos judiciales o

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administrativos, se adelanten acorde con las reglas


preestablecidas, de tal forma, que las actuaciones estén
dentro del marco jurídico señalado, procurando evitar
acciones arbitrarias, asegurar la efectividad y el ejercicio de
los derechos que le asisten a los administrados, lo cual
comprende igualmente el principio de legalidad, que
representa un límite al actuar del poder público.

En este orden, dicho mandato, propende por que los


jueces tomen sus decisiones ajustándose a la constitución y
la ley, garantizando así los derechos de las personas
involucradas en cada juicio, para que durante su trámite
estos sean respetados de tal manera, que se logre la
correcta aplicación de la justicia.

De manera, que cuando una decisión no está


debidamente sustentada, implica una clara vulneración al
derecho del debido proceso, dada la obligación de los
funcionarios judiciales de exponer suficientemente los
fundamentos de hecho y de derecho que motivaron su
determinación.

Revisada la decisión cuestionada, se tiene que al


resolver el a quem, el recurso de apelación interpuesto por
las demandadas, dentro del proceso de responsabilidad civil
extracontractual adelantado en el proceso objeto de queja;
revocó la indemnización por daño en vida de relación, por
considerar que “las razones para ello fueron idénticas a las
utilizadas para reconocer el lucro cesante, además que no se
demostró la alteración de las condiciones del actor con

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ocasión a la lesión sufrida y no es congruente con las


peticiones de la demanda.”. Advierte la Sala que con la
anterior determinación se incurrió en una violación del
debido proceso, toda vez, que dejo a un lado, el acervo
probatorio recaudado, y la manifestación realizada por el
petente, en el escrito de demanda, donde solicitó se tasen
los perjuicios fisiológicos como tal por la severa limitación del
hombro izquierdo y atrofia de la musculatura de la cintura
escapular izquierda y del hombro izquierdo ( Según
dictamen médico legal) y el de daño a la vida ( relación del
hombre con su entorno cuyo horizonte busca la satisfacción
de necesidades básicas) folio 37. De acuerdo con las
probanzas, quedó demostrado que el accionante padece una
perturbación funcional del miembro superior izquierdo, de
carácter permanente, sufrida con ocasión del accidente de
tránsito calendado el 16 de abril de 2005.

La Sala de Civil de la Corte Suprema de Justicia, ha


señalado en reitera jurisprudencia que “el daño a la vida de
relación” es parte de la reparación integral y totalmente
diferente al daño moral, pues se caracteriza por tratarse de
un sufrimiento que afecta la esfera externa de las personas
en relación con las actividades cotidianas, concretamente
en una alteración de carácter emocional como consecuencia
del daño sufrido en el cuerpo o en la salud generando la
pérdida o mengua de la posibilidad de ejecución de actos y
actividades que hacían más agradable la vida, afectando
esencialmente la relación diaria con otras personas.

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Sobre el particular el homologó Civil, en sentencia de


casación SC 4803 de 2019 expuso:

“Respecto a la alteración de las condiciones de existencia


relacional o daño a la vida de relación, reconocido
jurisprudencialmente como uno de los componentes del principio de
reparación integral, como se anotó en la sentencia de casación dictada
en el sub judice (SC22036 de 19 de diciembre de 2017), se ha
considerado que es un perjuicio de naturaleza
extrapatrimonial, distinto del moral, pues tiene carácter
especial y con una entidad jurídica propia, al no corresponder
certeramente al dolor físico y moral que experimentan las
personas por desmedros producidos en su salud, o por lesión o
ausencia de los seres queridos, sino a la afectación emocional
que, como consecuencia del daño sufrido en el cuerpo o en la
salud, o en otros bienes intangibles de la personalidad o
derechos fundamentales, causados la víctima directa o a
terceras personas allegadas a la misma, genera la pérdida de
acciones que hacen más agradable la existencia de los seres
humanos, como las actividades placenteras, lúdicas,
recreativas, deportivas, entre otras.

Igualmente, tiene dicho la Sala que es entendido como «un


menoscabo que se evidencia en los sufrimientos por la relación externa
de la persona, debido a ‘disminución o deterioro de la calidad de vida
de la víctima, en la pérdida o dificultad de establecer contacto o
relacionarse con las personas y cosas, en orden a disfrutar de una
existencia corriente, como también en la privación que padece el
afectado para desplegar las más elementales conductas que en forma
cotidiana o habitual marcan su realidad’, que por eso queda limitado a
tener una vida en condiciones más exigentes que los demás, como
enfrentar barreras que antes no tenía, conforme a lo cual actividades
muy simples se tornan complejas o difíciles» (SC22036, 19 dic. 2017,
rad. n.° 2009-00114-01).

En relación con su prueba, la Corte tiene dicho que con el fin de


evitar antojadizas intuiciones pergeñadas a la carrera para sustentar

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condenas excesivas, la determinación del daño en comentario debe


atender a «las condiciones personales de la víctima, apreciadas según
los usos sociales, la intensidad de la lesión, la duración del perjuicio»
(SC5885, 6 may. 2016, rad. n.° 2004-00032-01).

Es que ante la ausencia de certeza sobre la forma en que se


torpedeó la interacción social del demandante, resulta inviable acceder
a una condena por este aspecto, ya que habría que hacer juicios
hipotéticos que impiden la configuración del deber de reparar.
Recuérdese que «[l]a condición de reparabilidad está dada por la
certidumbre y gravedad suficiente del daño y no por pertenecer a
alguna subcategoría específica»1.

Sin embargo, eventos hay en los cuales dicho menoscabo


extrapatrimonial constituye hecho notorio, siendo excesivo
requerir prueba para tenerlo por demostrado, porque esta se
satisface aplicando las reglas de la experiencia y el sentido
común.” (Resaltado por la Sala)

De acuerdo con la jurisprudencia, la Corte ha


señalado que en los casos en los cuales la afectación
constituye un hecho notorio, no requiere prueba para ser
demostrado, pues bastan las reglas de la simple experiencia
y sentido común para tener probado el “ daño a la vida de
relación”.

Así la cosas, al encontrase probada la perturbación


función del miembro superior izquierdo de carácter
permanente y aunque no se conoce la magnitud de la
afectación, es razonable inferir que el desarrollo normal de
sus actividades se ha visto alterado, pues ya no podrán
efectuarse en las condiciones usuales, sino que exigirán un
1
Enrique Barros Bourie, Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Ed.
Jurídica de Chile, 2009, p. 291.

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esfuerzo adicional, por mínimo que sea, como quedó


demostrado con los declaraciones rendida en el proceso, la
vida del accionante no volvió a ser igual en cuanto a sus
relación familiares, laborales y sociales, pues su vida giraba
en torno al trabajo de carpintero, situación que se vio
afectada debido al daño ocasionado por el accidente.

Por lo tanto, a juicio de la Sala, el a quem, no sustento


razonablemente su determinación, en la normatividad
aplicable a la materia, por ende reluce con claridad el
quebranto al debido proceso, como lo manifestó el homologó
Civil, al conocer el presente asunto.

Sin que se hagan necesarias otras consideraciones,


habrá de confirmarse la sentencia impugnada.

V. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: Confirmar la providencia impugnada.

SEGUNDO: Notificar a los interesados, en la forma


prevista en el artículo 30 del Decreto 2591 de 1991.

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TERCERO: Remitir el expediente a la Corte


Constitucional para su eventual revisión.

Cópiese, notifíquese, publíquese y cúmplase.

FERNANDO CASTILLO CADENA


Presidente de la Sala (E)

GERARDO BOTERO ZULUAGA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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