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En el sentido moderno del término, la banca tuvo sus inicios en las ricas
ciudades del norte de Italia, como Florencia, Venecia y Génova, a finales del
periodo medieval y principios del Renacimiento. Las
familias Bardi y Peruzzi dominaron la banca en la Florencia del siglo XIV y
establecieron sucursales en muchas otras partes de Europa.1 Quizás el banco
italiano más famoso fue el Medici, fundado por Juan de Médici.
Un breve trazo histórico expresa como, desde sus comienzos, aun en la forma
más rudimentaria, la actividad bancaria aparece determinada por dos tipos
característicos de operaciones. Por una parte, los particulares daban en
custodia a un tercero, ya sus bienes, ya su dinero, con el fin de obtener la
protección y seguridad que tal custodia los brindaba. Cierto sector de
comerciantes fue especializándose así en recibir depósitos de los particulares.
Por otra parte, los poseedores de dinero y valores buscaban a aquellos
comerciantes que estaban haciendo de la custodia del dinero ajeno su
actividad habitual, para confiarles sus depósitos. De esta manera se fue
delimitando la figura del depósito del dinero.
Pero, además, los comerciantes, que en un principio eran cambistas y
comerciantes en metales preciosos, fueron más allá. Observaron una
proporción determinada de estabilidad entre el monto de las cantidades
depositadas y las sumas cuya restitución era solicitada por los depositantes.
Esto hizo que para ellos fuese fácil calcular de qué suma de las depositadas en
sus áreas podrían disponer sin caer en el riesgo de incumplir su compromiso
de restitución. Entonces empezaron a prestar a terceros este dinero que habían
recibido en depósito. Disponían de él como si fuese dinero propio. Este hecho
es el que señala el comienzo de la actividad bancaria como actividad crediticia.
El hecho de recibir dinero ajeno en depósito para otorgarlo en préstamo a
terceros, viene a configurar la operación bancaria de crédito, base del
desarrollo del moderno trafico bancario. Es indiscutible que los bancos deberán
operar un capital inicial propio, no sólo con el fin de garantizar a los
depositantes la estabilidad de la institución, sino también para adelantar sus
propias actividades, las cuales no podrían comenzar sin esta intervención.
La Banca en el Renacimiento.
Hasta fines del siglo XIX, la necesidad crediticia generada por el escaso
desarrollo económico del país, eran satisfechas casi exclusivamente por las
casa de compradores y exportación de cacao y café, los cuales efectuaron
avance a los agricultores, y actuaban como depositario de fondos.
El primer banco en existir fue el banco británico (1839), fundado por William
Acker, con un capital británico. Ensayo la emisión de billetes de 5, 10, 25 y 100
pesos y fue presidido por Leandro de Miranda (hijo del precursor de la
Independencia de Venezuela generalísimo Francisco de Miranda).
Cabe destacar que hasta 1933, los comerciantes tenían función de bancos, ya
que guardaban los depósitos de agricultores.