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Introducción
En el presente trabajo exponemos los principales debates que surgieron en torno a los
conceptos de renta de la tierra, renta diferencial y renta diferencial de tipo II, desde la
publicación del tomo III de El Capital de Karl Marx en 1894. El objetivo del trabajo es
realizar una revisión crítica de las diferentes interpretaciones marxistas en torno a este
problema y, a partir de ella, explicar el papel de la renta de la tierra en los procesos
nacionales de acumulación de capital en Latinoamérica.
Ricardo hace caso omiso del problema de la renta absoluta, que niega
en teoría, ya que parte de la falsa premisa de que, si el valor de las
mercancías se determina por el tiempo de trabajo, los precios medios
de las mercancías deberán ser iguales a sus valores. [...] Si los valores
y los precios medios de las mercancías fueran idénticos, la renta
absoluta [...] sería imposible. [...] Si sabemos, en cambio, que precios
medios y valores no son idénticos, sino que el precio medio de una
mercancía puede ser igual, mayor, o menor que su valor, desaparece
con ello el problema (Marx en Dussel, 1988: 171)2.
De esta suerte, consideramos que las diferencias entre Ricardo y Marx sobre la renta de
la tierra y la renta diferencial, se deben en primer lugar a sus distintas teorías del valor
y, en segundo lugar, a sus diferencias en torno a cómo conciben la transformación de los
valores en precios3.
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Para Ricardo la renta de la tierra se origina en el momento en que la demanda social de productos
agrarios hace necesaria la producción en tierras de segunda calidad. A partir de allí, la diferencia entre el
producto que se obtiene en estas tierras y el que se obtiene en las mejores será abonado en concepto de
renta a los dueños de las últimas. Esto es lo que Ricardo denomina como Renta Diferencial, el único
concepto de renta que desarrolla en su obra (Ricardo, [1817] 1985).
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Como bien explica Dussel, aquí el “precio medio” podemos entenderlo como sinónimo de precio de
producción. En cambio, aún “es un concepto ambiguo, que muestra un Marx que se va elaborando o
constituyendo histórica, genética, progresivamente” (Dussel, 1988:172).
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Para ver las diferencias entre las teorías del valor de Marx y Ricardo, siempre es conveniente ir a los
textos originales, en particular, a El Capital de Marx y los Principios de Economía y Tributación de
Ricardo. Asimismo es recomendable la lectura de las Teorías sobre la Plusvalía de Marx, en donde el
autor alemán realiza una historia crítica del pensamiento económico de su época, dedicándole buena parte
a sus diferencias con Ricardo. También recomendamos lecturas más recientes: Dialéctica y Capital de
Robles Báez (2014) y Conocer El Capital Hoy: Usar críticamente El Capital de Juan Iñigo Carrera
(2007). Como bien señala Patrick Murray: “…el corte del que se desprende la teoría del valor en Marx es
distinto al de la teoría de Ricardo; aspecto que señala Marx desde el primer capítulo de El Capital,
Finalmente, vale la pena reponer sucintamente cuál es la concepción de la renta
diferencial (en adelante RD) en general y de la renta diferencial de tipo II (en adelante
RDII) en particular, que subyace a las distintas interpretaciones que examinaremos. En
términos generales, podemos afirmar que la valorización del capital a una tasa media de
ganancia se debe al movimiento anárquico de la competencia entre capitales
individuales, en donde se impone la tendencia a una creciente reducción del tiempo de
trabajo socialmente necesario mediante el acrecentamiento de la porción constante del
capital, que redunda en un aumento creciente de la productividad del trabajo en la
producción de las mercancías. Empero, esta tendencia choca en determinadas ramas de
la producción con los límites que las condiciones naturales le imponen a la
productividad del trabajo, como es el caso de la producción de mercancías agrarias:
La interpretación clásica
Tabla I4
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Donde cp es el costo de producción (el capital total adelantado más la ganancia media), q es la cantidad
de producto, ppi es el precio de producción individual, ppg es el precio de producción general y rdii es la
renta de la tierra de tipo II (Caligaris y Pérez Trento, 2017)
los desarrollos de Marx en torno a la renta de la tierra a poco tiempo de la publicación
del tercer volumen de su obra cumbre (Caligaris y Pérez Trento, 2017: 223 y Caligaris,
2018).
La moderna interpretación
CP Q Ppi PPg R
300 17 17,65 50 550
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Para un balance crítico de la Nueva Lectura de Marx ver Starosta, G. (2017). “Fetichismo y Revolución
en la teoría marxista contemporánea: una evaluación crítica de la Neue Marx-Lektüre y el Marxismo
Abierto en clave metodológica” en Izquierdas, nº37, pp. 162-190
Sin embargo, la solución de Ball es insuficiente. Como se puede observar en las dos
tablas, la diferencia entre los dos cálculos nos arroja la misma magnitud tanto para la
masa de capital, la de ganancia y la de renta. Empero, nuestro autor explica que esta
diferencia en el cálculo es crucial, puesto que si se considera el cálculo marxista del
precio de producción, la puesta en funciones de un capital sobre una misma tierra podría
continuar hasta que el conjunto del capital arroje una ganancia media. Pero, indica Ball,
la existencia de la propiedad de la tierra impide que este proceso se realice de manera
sucesiva, ya que avanzaría sobre la renta de la tierra. Así, la renta diferencial es el eje
por el cual gira la inversión de capital y los precios de mercado en la producción
agraria.
En cambio, Caligaris y Pérez Trento critican esta solución de Ball. El cálculo sobre la
base en el capital total adelantado nos dice que, de no existir la propiedad privada sobre
la tierra, se debería invertir porciones de capital que arrojen una productividad del
trabajo menor a la que determina el precio de mercado, lo cual desde el punto de vista
del capital social global es un derroche de trabajo social. Dicho de otra forma “no tiene
sentido continuar aplicando cuotas de trabajo cada vez más improductivas sobre una
misma tierra cuando se puede alcanzar el mismo producto con cuotas de trabajo más
productivas, por ejemplo, las que se pueden aplicar sobre nuevas tierras” (Caligaris y
Pérez Trento, 2017: 227). De esta forma, Ball confunde propiedad privada sobre la
tierra con “limitación de la tierra”, cayendo en lo mismo que Lenin le marcara a
Bulgakov (Lenin, [1901] 1976).
En Flichman:
Las interpretaciones de Flichman y las de Fine (que analizaremos más adelante) son las
dominantes en la actualidad. Los que nos viene a decir Flichman es que la RDII es una
forma histórica y acotada de la RD; en otros términos, la RDII es un concepto
englobado por uno más general: el de RD. Esta posición podría resumirse de la
siguiente manera. Luego de establecer el supuesto de la inexistencia del cambio técnico,
nuestro autor presenta al capital agrario como esencialmente dividido en múltiples
partes, cada una de ellas poniéndose en acción sucesivamente hasta que el rendimiento
por unidad se iguale con el rendimiento que determina el precio de mercado, portador
de una tasa de ganancia media. Sobre esta base concluye entonces que:
“…puede ampliarse la definición de renta diferencial I formulándola
como la ganancia extraordinaria que surge por causa de la diferencia
de fertilidad entre distintas tierras simultáneamente explotadas en
forma capitalista, estando el valor comercial de los productos
agrícolas fijado por el precio de producción de la tierra peor. No
necesariamente el monto de la inversión por hectárea habrá de
coincidir en las distintas tierras, más bien resulta lógico pensar que, en
general, no coincidirá…” (Flichman, 1977: 27)
Así, el concepto de RDII queda subsumido a un gran concepto: el de RD. A raíz de esta
afirmación, el autor se ve obligado a reinterpretar el concepto de RDII. De este modo,
considerará las diferencias en la distribución del capital y el acceso al capital dinerario
entre los capitalistas agrarios por causa de la lentitud con la cual las relaciones de
producción capitalistas penetran en la producción agraria. Para justificar esto, el autor
trae a colación la referencia de que en los capítulos dedicados a la renta de la tierra en El
Capital, Marx cita muchos ejemplos de atraso relativo del capitalismo en la agricultura
(Flichman, 1977: 23). En suma, para Flichman la RDII se constituye por la
plusganancia que surge del llegar al precio de producción individual, situado éste por
debajo del precio de mercado debido a la puesta en marcha de una mayor productividad
del trabajo aplicando un capital de mayor escala al de los que rigen la producción
agraria. En concreto, la RDII es la apropiación por el terrateniente de la ganancia que
surge de la innovación técnica.
A pesar de ello, esta interpretación choca ante las siguientes objeciones: 1) como separa
al terrateniente del capitalista en dos individuos distintos, no puede explicar el proceso
de formación de la RDII cuando el capitalista y el terrateniente son la misma
personificación; 2) que la fuente de este tipo de renta no es, como en el caso de la RD,
una plusganancia que le corresponde genuinamente al propietario de la renta, sino una
que le corresponde inicialmente al capitalista y luego es "confiscada" por el
terrateniente. En este punto se pierde la raíz compartida con la RD y, en consecuencia,
el sentido de clasificarla como RDII; 3) esta interpretación implica que la tasa media de
ganancia que determina los precios de las mercancías agrarias no se determina por las
condiciones de producción del capital agrario "normal", esto es, del capital que se
"requiere" "exactamente de la misma manera que en la industria “a fin de poder
elaborar las mercancías a su precio de producción" (Marx, 2009: 903), sino por un
promedio entre la tasa de ganancia de este tipo de capital y las de los pequeños capitales
agrarios, ya que de otro modo el primero no podría obtener la ganancia extraordinaria
en cuestión. Finalmente, esta interpretación queda restringida solo a situaciones muy
concretas y particulares quedando el concepto de RD, como señala Flichman, con la
capacidad de poder dar cuenta del fenómeno de la renta en su complejidad.
En Fine:
Este autor comparte algunos puntos en común con Ball. En primer lugar, por considerar
a la propiedad de la tierra como la determinante en la formación del valor en la
agricultura y, en segundo lugar, por criticar el carácter ricardiano de la explicación
clásica. Así, el autor propone una nueva interpretación en donde se enfatiza que, en la
producción agraria, se produce una inversión sucesiva de capitales de diferentes escalas
donde, los más grandes, pueden producir una plusganancia que se constituiría en renta
de la tierra:
Como forma necesaria, este proceso de asociación contradictoria debe producirse con la
mediación política del Estado, forma concreta del capital social global de los
respectivos espacios nacionales de acumulación:
En cuanto a las modalidades indirectas, nos encontramos con que las políticas públicas
no constituyen un redireccionamiento de la riqueza social bajo la forma de renta de la
tierra, sino que es un primer paso en su captación, para luego, transferirlos a capitales
individuales (nacionales y extranjeros) a través del gasto público: subsidios directos a
empresas, servicios abaratados, etcétera. Esta forma particular de captación de la renta
de la tierra, ha sido especialmente atractiva para los capitales nacionales de la región,
que pueden subsistir a pesar de su falta de competitividad para reproducirse de manera
ampliada en el mercado mundial. Pero también ha sido atractivo para el capital de
origen extranjero que ha podido, gracias a los mercados altamente protegidos, valorizar
un capital fijo obsoleto respecto al que rige en la producción mundial, acumulando
capital sin la necesidad de destinar parte de la plusvalía en desarrollar las fuerzas
productivas.
Consideraciones finales
En este trabajo hemos recuperado críticamente los debates sobre la renta de la tierra, en
particular, en torno a la RDII. Luego de ubicar la problemática de la renta de la tierra en
el contexto de la crítica marxiana de la economía política, hemos reconstruido la historia
de las interpretaciones marxistas en torno a la RDII, las cuales dividimos analíticamente
en clásicas y modernas. En la primera se argumentaba que la única diferencia entre la
teoría de la renta de la tierra de Ricardo y Marx, era que en el ultimo la peor tierra si
podía producir renta; de este modo terminaban considerando que, en su contenido,
ambas teorías eran las mismas y que la potencia de la crítica marxiana radicaba en la
mayor precisión con la que esta establecían las relaciones cuantitativas. En contraste,
argumentamos que esta interpretación era esquemática y simple, motivada por una
consideración esencialmente ricardiana de la teoría del valor de la crítica marxiana.
Bibliografía:
Ball, M. (1977), “Differential rent and the role of landed property” in International
Journal of Urban and Regional Research, vol. 1, nº 1-4, pp.380-403
Caligaris, G. (2018). “Dos debates en torno a la renta de la tierra y sus implicancias para
el análisis de la acumulación de capital en la Argentina” en Starosta, G. y Caligaris, G.
Trabajo, valor y capital: de la crítica marxiana de la economía política al capitalismo
contemporáneo. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes, Libro Digital, EPUB.
Caligaris, G. y Pérez Trento, N. (2017). “Capital y renta diferencial de tipo II: una
revisión crítica de la historia de las interpretaciones marxistas” en Economía Teoría y
Práctica, nº47, pp.217-248
Fine, B. (1979). “On Marx’s theory of agricultural rent” in Economy and Society, nº8,
pp. 241-278
Guidi, M. E. (1998). “Land Rent and the Logic of Capital” en Bellofiore, R. (ed.).
Marxian Economics: A Reappraisal. Essays on Volume HI of Capital. Macmillan Press:
Houndmills, Basingstoke, pp. 71-93.
Iñigo Carrera, J. (2007). Conocer El Capital hoy: Usar críticamente El Capital. Buenos
Aires: Imago Mundi
Lenin, V. (1901). “La cuestión agraria y los críticos de Marx” en Lenin, V. (1976).
Obras Completas, Tomo V. Madrid: Akal Editor, pp.101-204
Marx, K. (2009). El Capital, Libro Tercero, Vol. III: El proceso global de producción
capitalista. México: Siglo XXI