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Exclusiones que afectan a las mujeres indígenas

Por Mario Cordero - Guatemala, 22 de febrero de 2006


Históricamente, las mujeres indígenas han estado marcadas por la exclusión de la sociedad, y ha provocado el fenómeno
de su invisibilización.

Febrero es un mes en el cual las organizaciones de mujeres tienen motivos para festejar. En años anteriores, se
celebraba en Guatemala, el 5 de este mes, el Día Nacional de la Mujer Indígena, y el sábado recién pasado, es decir, el 18
de cada febrero, se celebra el Día de la Mujer de América.

Sin embargo, las cifras, los datos y, sobre todo, los hechos, hacen que estos días no sean de celebración, sino que sirven
especialmente para reflexionar sobre el papel de exclusión que ha sufrido la mujer guatemalteca, y aun más, la mujer
indígena.

Según las estadísticas de diferentes instituciones, las mujeres indígenas son las que están más excluidas de los servicios
para satisfacer sus necesidades básicas. Además, este grupo es al que históricamente más se le han violado sus derechos
fundamentales.

De acuerdo con el último Censo de Población, las mujeres constituyen un 51% de la población guatemalteca, y los
indígenas forman el 41% del total de habitantes. El total de mujeres indígenas constituye un número significativo,
aproximadamente un 20% de la población.

Una sociedad que está excluyendo a una de cada cinco personas, es una sociedad con un alto número de violabilidad de
los derechos humanos.

El principal efecto o acción de la exclusión hacia las mujeres indígenas, se ve reflejado en la invisibilización de este
grupo, lo cual puede verse evidenciado en la escasísima participación de las mujeres indígenas en la vida social, política,
económica o jurídica del país.

Todo esto puede traducirse en la desvalorización de su presencia en los distintos círculos de acción de la sociedad,
restringiendo a la mujer, y especialmente a la indígena, únicamente a los espacios domésticos.

Incluso en estos espacios se desarrollan con ciertas limitaciones con respecto al acceso de algunos derechos básicos,
como la salud o la alimentación, con respecto a otros integrantes de la familia.

Con relación a las esferas sociales, la invisibilización de las mujeres se constituye primordialmente en la exclusión del
sistema formal de educación. En el ámbito económico, la mujer indígena observa cómo sus compensaciones salariales
son mucho menores a las de los hombres.

Esto se agrava cuando se observan las estadísticas de acceso a la tierra. Es decir, la exclusión económica de la mujer
indígena se resume en salarios bajos y poca capacidad de adquisición de medios de producción, y ¿por qué? Por ser
mujeres y por ser indígenas.

Basándose en una clasificación realizada por el Programa de “Lucha contra las Exclusiones de las Mujeres”, auspiciado
por el Gobierno de Guatemala y la Comunidad Europea, las exclusiones de las mujeres pueden categorizarse de la
siguiente forma:

1. exclusión laboral e inequidad en el ingreso;


2. exclusión e inequidades en el acceso a los servicios de educación y salud;
3. exclusión e inequidad en la participación política;
4. exclusión cultural, y
5. exclusiones de género, etnias y ciudadanía.
EXCLUSIÓN LABORAL
Como uno de los derechos fundamentales se encuentra el derecho a recibir una remuneración económica justa por un
servicio prestado. Sin embargo, datos recabados en distintos departamentos del país, han permitido calcular que la
mujer no indígena recibe, en promedio, un 71% menos que un hombre no indígena.
Una mujer indígena recibe como pago un 58% menos que un hombre indígena. Y, además, para tomar en cuenta esta
relación, un hombre indígena generalmente gana menos que una mujer no indígena.
EXCLUSIÓN EN EDUCACIÓN

Según el Censo Nacional de Población del 2003, realizado por el Instituto Nacional de Estadística, INE, la tasa de
analfabetismo en las poblaciones indígenas asciende a un 48% de la población, mientras que en los sectores no
indígenas, es menos de la mitad, con un 20%.
Y de estos datos, las mujeres indígenas forman el grupo más analfabeto, con una cifra del 65% de mujeres indígenas en
las zonas rurales que no saben leer ni escribir.
EXCLUSIÓN EN SALUD

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Materno Infantil, ENSMI, realizado por el INE en el 2002, las cifras
anteriores de educación se conjugan con la mortalidad materna, ya que un 66% de las mujeres que no tienen ningún
tipo de educación (de ellas la gran parte es indígena), mueren, mientras que otro 28% fallece, cuando éstas únicamente
poseen educación primaria.

Con relación al nivel de fertilidad, las mujeres indígenas tienen en promedio seis nacimientos durante su vida
reproductiva, mientras que, aunque también es alto, las mujeres no indígenas tienen en promedio cuatro hijos o hijas; y
si las mujeres poseen educación secundaria o superior, las mujeres tienen sólo dos nacimientos.
EXCLUSIÓN POLÍTICA

Nuestro país tiene uno de los números más bajos de participación femenina en los ambientes públicos y políticos de la
nación. Del total de mujeres que ocupan puestos públicos, las no indígenas tienen presencia en el 72.57% de éstos;
mientras que las indígenas, el 27.42%.

Sin embargo, la cifra es más alarmante cuando se compara con los datos de los hombres. Del total de los puestos
públicos, los hombres ocupan el 95.44% de ellos, las mujeres el 4.5%, de los cuales, sólo el 1.25% pertenece a las
mujeres indígenas.
EXCLUSIÓN CULTURAL

Históricamente, este tipo de exclusión es del que menos se ha hablado o comentado, pero es el que más se ha ejercido.
Muchas veces, las mujeres también han sido coartadas de participar en las actividades que las involucren a estar en
contacto con su identidad cultural. Por ejemplo, manifestaciones como danzas, o conjuntos marimbísticos.
EXCLUSIONES DE GÉNERO Y ÉTNICAS Y LA CIUDADANÍA

Por último, las exclusiones en contra de las mujeres indígenas, provocan a su vez una exclusión del sentimiento de
ciudadanía de estas hacia el país. Esto se debe a que, como su participación en los distintos círculos de acción de la
sociedad es limitado, se provoca la invisibilización de éstas dentro de la población.

Debido a la escasa participación de las mujeres, se desvaloriza su papel, además de que tienen poco acceso a la
información para que puedan hacer algo para revertir esta situación.

Asimismo, dentro del seno familiar, la poca valoración de la mujer indígena conduce muchas veces a que sean
maltratadas y sufran de la violencia intrafamiliar, y a que tengan sobrecarga en sus labores domésticas; por
consiguiente, a ser más vulnerables a la hora de que se les viole sus derechos humanos fundamentales.

Y estos mecanismos de exclusión han tenido un fuerte arraigo dentro de la sociedad en que vivimos, heredado sobre
todo en las culturas indígenas subordinadas.
DERECHOS HUMANOS CON ROSTRO DE MUJER INDÍGENA
Actualmente, las mujeres indígenas están más involucradas en las reflexiones críticas vinculadas a la participación activa
en los distintos estratos de la sociedad: economía, justicia, política, etc.

Este inicio era, probablemente, el paso más difícil de dar, y se logró gracias, en parte, a las presiones de distintas
organizaciones comunitarias en contra del machismo generalizado e histórico que se ha desatado en Guatemala, de
forma discriminatoria para con la mujer.

A pesar de esta situación, las mujeres indígenas cada vez se consideran dignas de la reflexión en la que participa toda la
sociedad, y poco a poco se van involucrando en ella, con la dignidad e igualdad que merecen todas las personas.

Por lo tanto, el tema de la integridad y el respeto de los derechos humanos de este grupo, cada vez se ha convertido en
un tema en boga de la sociedad.

Las mujeres indígenas han iniciado el camino que las conlleva a reconocer su propio discurso, y a fortalecer su identidad.
Se han propuesto exigir el reconocimiento de sus derechos.

Además, se han amparado en la firma de los Acuerdos de Paz, en donde la mujer indígena ha tomado un papel central
para el desarrollo de los pueblos.

De tal suerte, que, amparadas en otros Convenios y Tratados Internacionales, el Gobierno de la República, junto con la
Comunidad Europea, han creado el Programa “Lucha contra las Exclusiones de las Mujeres”, a través del Convenio
ALA/2004/016-846, ratificado por el presidente Óscar Berger.

En este programa, están participando activamente la Comisión Presidencial de Derechos Humanos, COPREDEH, la
Defensoría de la Mujer Indígena, DEMI, la Secretaría Presidencial de la Mujer, SEPREM, el Fondo de Desarrollo Indígena
de Guatemala, FODIGUA, la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia, SEGEPLAN, y la Comunidad
Europea.

Éstos tienen la tarea de contribuir a la inclusión social, económica y política de las mujeres indígenas de Guatemala.
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER INDÍGENA
Hace algunos años, en Guatemala aún se celebraba el 5 de febrero el Día de la Mujer Indígena. Sin embargo, este año
esta fecha no tuvo mucho eco.

Además de esta fecha, el 5 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Mujer Indígena. Esta celebración fue
instituida en 1983, en el marco del Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Bolivia.

Se escogió esta fecha, para conmemorar la muerte de Bartolina Sisa, una mujer quechua que fue asesinada durante la
época colonial en Perú.

Por esta razón, varias organizaciones peruanas de indígenas y de mujeres, se coordinaron para proponer las
celebraciones de este día, justificando tal proposición con el argumento de que la mujer indígena es la principal
promotora y conservadora de las culturas americanas.

La sobrevivencia de muchas culturas se debe a la acción cotidiana y hogareña de la mujer indígena.


DATOS SOBRE MUJERES INDÍGENAS
• 1 de cada 5 personas en Guatemala, son mujeres indígenas, aproximadamente
• 58% menos de salario: reciben las mujeres indígenas con relación a los hombres indígenas.
• 65% de las mujeres indígenas no saben leer ni escribir.
• 1.25% porcentaje de puestos públicos ocupados por mujeres indígenas.

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