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ACTIVIDADES DE EXPLORACION
Lee la siguiente historia:
Dios movió la cabeza. “No, porque el hombre es un ser aventurero y pronto aprenderá a
escalar los picos más altos”.
“No creo que eso convenga – dijo Dios-, porque un día u otro el hombre descubrirá que
puede excavar hasta lo más profundo de la tierra”.
Dios movió de nuevo la cabeza. “Vosotros sabéis que he dado la inteligencia al hombre y
un día u otro aprenderá a construir barcos y a cruzar los mayores océanos.”
Dios sonrió. “La esconderé en el lugar más inaccesible, un lugar a donde el hombre no irá
a buscar fácilmente. La esconderé en lo más profundo del mismo hombre”
Analiza el texto que leíste y responde en tu cuaderno:
a. ¿Cuál es el mensaje que transmite la historia?
b. ¿A qué se refiere esa “Chispa divina”?
Cada ser humano es producto tanto de sus características innatas como de las influencias
que recibe del ambiente en el que crece. Todo ello define su personalidad, es decir, el
conjunto de rasgos que lo hacen único e irrepetible. La personalidad se asemeja las huellas
digitales que permiten distinguir a una mujer o a un hombre entre millones de semejantes.
Sin embargo, la personalidad no define quienes somos sino cómo somos. Algo similar
ocurre con otros aspectos que con frecuencia se asocian con la identidad del ser humano,
por ejemplo, la apariencia física, posición social y económica, la familia, la comunidad o el
país de origen, el lugar de residencia, las generaciones anteriores, los conocimientos, las
destrezas y capacidades, así como el concepto que tienen los demás de la persona.
A través de Jesucristo, los seres humanos somos llamados a establecer una relación filial
con Dios.
Además de ser las criaturas más perfectas de toda la creación, imagen y semejanza de
Dios, los seres humanos fuimos predestinados -según la fe cristiana- para ser hijos
adoptivos de Dios Padre (Ef 1,5), gracias a Jesucristo. Pero para comprender como puede
ser tal maravilla es preciso conocer como es Dios. Para esto te invito que veas el siguiente
video:
https://www.youtube.com/watch?v=1HjoYEhXnL4&feature=emb_title
En las escrituras, Dios revela su rostro poco a poco, a través de distintas imágenes o
símbolos, entre lo cual sobresale lo que expresó el evangelista Juan así: DIOS ES AMOR.
El creador escogió esta imagen para darnos a conocer que toda relación humana da
frutos en el amor y que somos hijos e hijas de Dios gracias a si inmenso amor.
Ahora bien, Dios es amor, pero, ¿qué clase de amor? El apóstol Pablo nos los describe
así:
La mayor expresión de ese amor es Jesús: El hijo único entregado por el padre para que
quien crea en Él alcance la vida eterna. La resurrección de Jesús tuvo dos efectos:
Dios nos ama y nos respeta, nos ha creado por su amor infinito. Él nos da sugerencias para
vivir como hermanos, y nos reconoce como sus hijos portándose como Padre bueno de
todos nosotros, pero también quiere que lo respetemos, quiere que su nombre y su
presencia tengan un significado y que lo reconozcamos y respetemos como hijos suyos.
Observa los siguientes pensamientos y podrás comprender la responsabilidad que tenemos
por ser hijos de Dios.
El ser humano está llamado a participar en el Solo el ser humano es capaz de conocer y
amor y en la vida de Dios. amar a su creador.
¡Pon a volar tu
imaginación!
2. Elabora en su cuaderno un paralelo entre las características del amor, según
como se entiende en el medio en que vives y como lo expresa el Apóstol Pablo
en Palabra de Dios
3. Elabora un escrito de media página en el que promuevas el llamado que Dios nos
hace para ser hijos de Dios y como debemos responderle.