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Referencias[editar]
[1] ^ M. Clarke, ‘The Foreign Policy System: A Framework for Analysis’, in M. Clarke and B.
White (eds) Understanding Foreign Policy: The Foreign Policy Systems Approach
(Cheltenham: Edward Elgar 1989), pp.27–59.
“Política exterior para un mundo nuevo” CIDAC Centro de investigación para el desarrollo,
A.C. Ed. Diana. Pág. 128 y 129
“Política Exterior” Rojas Herrera Eva Luz pág. 3 (recuperado
de http://www.politicas.unam.mx/sae/portalestudiantil/internacionales/p_exterior/pdf/politicaext
erior.pdf el 10 de marzo de 2013)
“La política exterior de México en la era de la modernidad. Una visión de la modernización de
México.” Rozental Andrés. Ed. Fondo de Cultura Económica. Página 9-11
Bibliografía[editar]
Felipe II de España.
Napoleón Bonaparte.
Aunque es discutible que un planeta tan complejo, extenso y diverso como la Tierra pueda ser
«dominado» con éxito por un único gobierno mundial, el concepto de «dominación del mundo»
ha sido un tema frecuente tanto en la historia como en la ficción.
Índice
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1Ideologías
o 1.1Religiosas
o 1.2Políticas
2Concepto de Estado universal según Arnold Toynbee
3Ejemplos de Estados universales
o 3.1Imperio persa
o 3.2Imperio macedónico
o 3.3Imperio mauria
o 3.4Imperio romano
o 3.5Dinastía de los omeya
o 3.6Imperio mongol
o 3.7Dinastía Ming
o 3.8Imperio Inca
o 3.9Imperio otomano
o 3.10Imperio Jázaro
o 3.11Estados Pontificios
4Imperios Coloniales
o 4.1Imperio Español
o 4.2Imperio Francés
o 4.3Imperio Británico
o 4.4Imperio Italiano
o 4.5Imperio Alemán
o 4.6Imperio Belga
o 4.7Imperio Danés
o 4.8Imperio portugués
o 4.9Imperio neerlandés
o 4.10Imperio Austríaco
o 4.11Imperio austrohúngaro
o 4.12Imperio ruso
o 4.13Imperio Sueco
o 4.14Imperio Noruego
5Otras Naciones importantes
o 5.1Unión Soviética
o 5.2Imperio del Japón
o 5.3Tercer Reich
o 5.4República Social Italiana
o 5.5Estados Unidos
6Organizaciones/Sociedades secretas y teorías conspirativas
o 6.1Grupo Bilderberg
o 6.2Illuminati
o 6.3Caballeros Templarios
o 6.4Al Qaeda
o 6.5Hezbolá
o 6.6Estado Islámico de Irak y el Levante o Estado Islámico de Irak y Siria
7Aspectos religiosos
8Teorías de la conspiración
9Véase también
10Referencias
Ideologías[editar]
Religiosas[editar]
Muchas religiones de tipo proselitista tales como el islam y el cristianismo son universalistas,
viéndose responsables de convertir a tanta gente como sea posible a su religión, sin
restricciones de carácter nacional o étnico. Esta dominación espiritual (véase, por
ejemplo, Reino de Dios) está vista generalmente de forma distinta a la de una dominación
temporal, pero ciertos sectores o corrientes de pensamiento de dichas religiones tienen como
meta la de una teocracia mundial.
Políticas[editar]
Algunos defensores de ideologías políticas modernas, tales como el republicanismo,
la democracia,
el comunismo, fascismo, conservadurismo, socialdemocracia, anarquismo, liberalismo ven sus
ideologías como el ideal de organización social, y animan activamente a su puesta en práctica
en todo el mundo. El período de la Guerra Fría en particular, está considerado como una
época de intensa polarización ideológica en todo el mundo, con los partidarios de los dos
campos rivales expresando esperanza de que su ideología emergería triunfante sobre la otra y
se convertiría en la forma predominante de gobierno en todo el mundo. Líderes y defensores
de los bloques de la Unión Soviética y de los Estados Unidos se acusaban mutuamente de
tener un objetivo de dominación mundial.
Después del final de la Guerra Fría y de la caída de la Unión Soviética, Francis
Fukuyama predijo en su libro El fin de la Historia y el último hombre que la democracia
liberal se convertiría en la forma más extendida de gobierno en toda la Tierra. A este período
se le llamó Nuevo Orden Mundial.
Concepto de Estado universal según Arnold Toynbee[editar]
En épocas relativamente antiguas, el alcance del control político y la fuerza militar fueron
limitados por tecnologías del transporte y el conocimiento de la geografía. El Imperio
romano tenía metas de dominación global, y podría de hecho haber conquistado la mayoría
del «mundo conocido»; (es decir, el mediterráneo) a través de su historia. Las dinastías
de Qin y de Han así como la Tang china eran también exitosas en la conquista del mundo
conocido de la civilización china. El historiador Arnold Toynbee utilizó el término Estado
universal para referirse a un imperio como el Imperio romano o el Imperio chino, que
conquistaron el mundo entero conocido por una civilización en particular. 1
Imperio persa[editar]
Imperio romano:
Desde su fundación en 753 a. C. (fecha legendaria), Roma estuvo subyugada a
la monarquía impuesta por Etruria, pero finalmente en 509 a. C., se independizó e instauró
la república, la cual inició una serie de conquistas que continuarían durante los tiempos
del imperio, y que alcanzaron su cenit durante el gobierno del emperador romano Trajano,
quien a su muerte, en 117 d. C., dejaba un Imperio que se extendía por casi 6 millones
de kilómetros cuadrados, desde el Río Éufrates (al este)hasta el Océano Atlántico (al oeste), y
desde Europa Central (al norte) hasta el Desierto del Sahara y el Mar Rojo (al Sur).
Dinastía de los omeya[editar]
Varias dinastías árabes usaron diversas banderas de colores verde, rojo, blanco, o negro.
Estos cuatro colores juntos, son conocidos en la actualidad como los Colores Árabes.
La Dinastía de los omeya, que alcanzó su máxima extensión en el Siglo VIII, tenía como meta
expresa, la conquista del mundo para y por el Islam. Harun Al-Rashid es a menudo
considerado el más grande de los califas.
Imperio mongol[editar]
Banderas del Imperio mongol:
El Imperio mongol (Mongol: Их Монгол Улс, 'Gran Nación Mongol'; 1206–1405) fue el imperio
de mayor extensión de la historia, cubriendo una superficie de más de 36 millones de km² 2 en
su cumbre, con una población estimada en más de 100 millones de habitantes, lo cual
representaba un tercio de la población mundial, convirtiendo al Imperio mongol en la
superpotencia de aquellos días y hasta hoy en día ha sido la superpotencia más grande que el
mundo ha visto. El Imperio mongol fue fundado por Genghis Khan en el año 1206, y en
el 1294, bajo el mando de Kublai Khan, se apoderó de la mayoría de los territorios desde
el Este de Asia hasta Europa Central. El Imperio mongol fue el primer imperio con libertad
religiosa, y el primero en hacer uso del papel moneda.
Dinastía Ming[editar]
Bandera del Imperio chino:
En el siglo XV, la dinastía Ming china fue la superpotencia mundial dominante, y el
emperador Yongle envió a partir del 1405, bajo la orden del almirante y explorador Zheng He,
vastas flotas de naves dispuestas a la exploración (y al comercio) del Sureste
Asiático, India, Arabia y África. Las expediciones continuaron hasta el año 1433. Si China no
hubiera abandonado su grandísimo programa naval a mediados del Siglo XIV, es posible que
hubiera dominado el mundo en el Siglo XVI, y no las potencias europeas.
Imperio Inca[editar]
El Imperio inca fue un Estado de América del Sur gobernado por los incas que se extendió por
la zona occidental del subcontinente entre los siglos XV y XVI. Fue la etapa en que
la civilización inca logró su máximo nivel organizativo y su territorio, conocido
como Tahuantinsuyo (quechua:Tawantin Suyu, aimara: Pusin Suyu, 'las cuatro regiones
juntas'), abarcó cerca de 2 millones de km² entre el Océano Pacífico y la selva amazónica y
desde las cercanías de San Juan de Pasto al norte hasta el Río Maule al sur. Tahuantinsuyo
fue el dominio más extenso que tuvo cualquier estado de la América precolombina.
Imperio otomano[editar]
Bandera del Imperio otomano:
El Imperio otomano (1299-1923) (en otomano: دولت عالیه عثمانیهDevlet-i Âliye-yi Osmâniyye, en
turco moderno: Osmanlı Devleti o Osmanlı İmparatorluğu), también conocido como Imperio
turco otomano, fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por los osmanlíes.
Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos. Fue sucedido por
la República de Turquía, que fue proclamada oficialmente el 23 de octubre de 1923.
El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron
en Asia Menor durante la decadencia del Imperio selyúcida. Los turcos otomanos fueron
controlando paulatinamente a los demás estados turcos y bajo el reinado de Muhammad I
(1451-1481) acabaron con lo que quedaba de la dinastía selyúcida. La primera fase de la
expansión otomana tuvo lugar bajo el gobierno de Osmán I y siguió en los reinados de
Orkhan, Murad, Beyacid, Selim I y Suleiman a expensas de los territorios del Imperio
Bizantino, Bulgaria y Serbia. Bursa cayó bajo su dominio en 1326 y Adrianópolis en 1361. Las
victorias otomanas en los Balcanes alertaron a Europa sobre el peligro que este Imperio
representaba y fueron el motivo central de la organización de la Primera Cruzada. El sitio que
pusieron los otomanos a Constantinopla fue roto gracias a Tamerlán, líder de los mongoles,
quien tomó prisionero a Beyacid en 1403. Pero el control mongol sobre los otomanos duró
muy poco.
Imperio Jázaro[editar]
Fueron un pueblo búlgaro procedente del Asia central. Su nombre parece estar vinculado a un
verbo turco que significa «errante» ('gezer' en turco moderno).
En el siglo VII, los jázaros fundaron un kanato independiente en el Cáucaso Norte a orillas
del mar Caspio, donde con el paso del tiempo el judaísmo se convertiría en religión oficial. En
su momento de máximo esplendor, ellos y sus tributarios controlaron buena parte de lo que
hoy es el Sur de Rusia, Kazajistán occidental, este de Ucrania, parte importante
del Cáucaso (Daguestán, Azerbaiyán, Georgia...) y Crimea.
Estados Pontificios[editar]
Imperios Coloniales[editar]
Imperio Español[editar]
Bandera del Imperio Español:
cuando pasó a incorporar el Reino de Portugal y todos sus territorios de ultramar en 1580 bajo
su dominio durante el reinado de Felipe II (se separaron en 1640). En el momento de su
máxima extensión, el Imperio Español abarcaba casi toda América del Sur y América Central,
así como una vasta extensión del suroeste de América del Norte. En África, Canarias así
como casi todos los territorios marítimos y la India de Portugal, además de zonas de Asia y el
Pacífico como Filipinas, Guam, las Islas Marianas y las Carolinas. En Europa, además de
la Península Ibérica y las Islas Baleares, los territorios bajo dominio Hispano incluían
los Países Bajos (independientes en 1588), Flandes, el Franco-Condado(Francia),
el Milanesado, Cerdeña, el Reino de Nápoles, Sicilia, Malta, y todas las posesiones de
Inglaterra entre 1553-58. A estos territorios hay que sumar las plazas en el norte de África
de Ceuta y Melilla, Orán, y Mazalquivir (en la actual Argelia). Fue en esta época de máxima
extensión del Imperio Español que el monarca Felipe II acuñó la famosa divisa «En mis
dominios no se pone el sol».
Imperio Francés[editar]
Bandera del Imperio Francés:
Francia tuvo posesiones coloniales, en varias formas, desde comienzos del siglo XVII hasta
los años 1960. Los primeros territorios franceses de ultramar fueron los de América, en
el Caribe y la Luisiana francesa. El Primer Imperio Francés, conocido comúnmente como
el Imperio Napoleónico, cubre el periodo desde la coronación de su emperador, Napoleón
Bonaparte, hasta su abdicación en 1815. Las guerras que tuvo con Gran
Bretaña, Prusia, Rusia, y otros países europeos son conocidas como Guerras Napoleónicas o
guerras de coalición. El segundo imperio francés se estableció en 1830 con la invasión
francesa de Argelia. Napoleón III, hizo un intento de establecer un protectorado de tipo
colonial en México con la imposición del emperador Maximiliano I de Austria, pero sin éxito.
En su punto más álgido, entre 1919 y 1939, el segundo imperio colonial francés tenía una
extensión de 12.898.000 km². Incluía la metrópoli Francia, los territorios del África Occidental
Francesa, la Indochina francesa, la Guayana Francesa, Haití y otras islas en diferentes partes
del mundo. Los restos de este gran imperio son múltiples islas y archipiélagos en
el Atlántico norte, el Caribe, el océano Índico, el Pacífico Sur, el Pacífico Norte y el
Océano Antártico, así como el territorio continental de la Guayana en América del Sur,
totalizando unos 123.150 km², lo cual representa tan solo el 1% del área del imperio colonial
francés anterior a 1939, con 2.543.000 personas viviendo en ellas en 2006.
Imperio Británico[editar]
Bandera del Imperio Británico:
Bajo el reinado de la Reina Victoria, el Imperio Británico había ganado control político directo
sobre aproximadamente dos quintos de la población mundial y alrededor de un cuarto de sus
tierras emergidas dominando territorios continentales como la India, Canadá, África del Sur,
Australia y pequeños enclaves como Gibraltar, Trinidad, Hong Kong, Singapur y Malta de gran
importancia geo estratégica. Desde el punto de vista económico se planteó
la hegemonía sobre las áreas independientes como los territorios chinos y sudamericanos. En
Sudamérica los ingleses se apoderaron de las Islas Malvinas y parte de la Guayana
Venezolana. El imperialista británico Cecil Rhodes propuso que los Estados Unidos y el
Imperio Británico establecieran conjuntamente un gobierno mundial e hicieran del inglés la
lengua oficial mundial. Se considera que el imperio británico se formó como resultado de
objetivos comerciales británicos más que de establecer una tentativa de dominio militar. Sin
embargo, desapareció después de la Segunda Guerra Mundial.
Imperio Italiano[editar]
Bandera del Imperio Italiano:
Acuñada en 1936 tras la conquista de Etiopía, la expresión Imperio colonial italiano, o
simplemente Imperio italiano, se refiere a las posesiones coloniales controladas por la Italia
fascista en África y en el Egeo. A diferencia de las otras potencias europeas, Italia no
estableció nunca posesiones coloniales en Asia (si se excluye la concesión de la ciudad china
de Tianjin) o en América. El imperio tuvo su máxima expansión en los primeros meses
de 1940.
Imperio Alemán[editar]
Bandera del Imperio Alemán:
Imperio colonial alemán es el nombre que recibe el conjunto de colonias administradas por
el II Imperio Alemán durante su duración entre 1871 y 1918. Este "modesto" imperio colonial
controlaba colonias en África, Oceanía y Asia. Debido al corto período de colonización
alemana, ninguna colonia ha heredado una mínima cultura alemana y en la actualidad no
queda rasgo en las culturas locales de la presencia germana.
Alemania perderá todas sus colonias durante la Primera Guerra Mundial, al ser atacadas por
los aliados, y por medio del Tratado de Versalles, el 28 de junio de 1919, lograrán hacerse con
todas las colonias alemanas y repartirlas entre Francia, Reino Unido, Bélgica, Unión
Sudafricana, Japón, Australia, Nueva Zelanda y Portugal como mandatos de la Sociedad de
Naciones.
Imperio Belga[editar]
Bandera del Imperio Belga:
El Imperio colonial belga fue el resultado de la introducción de Bélgica en el Reparto de
África durante el último tercio del siglo XIX, donde el rey Leopoldo II logró que le fuera
concedida la mayor parte de la región del Congo. Además, tras la Primera Guerra Mundial, los
belgas obtuvieron de Alemania, a través del Tratado de Versalles (1919), la colonia
de Ruanda-Urundi.
Imperio Danés[editar]
Bandera del Imperio Danés:
En varias formas, Dinamarca ha tenido posesiones coloniales desde principios del siglo XIII,
cuando obtuvo las posesiones en Estonia. En la unión personal con Noruega, el Reino de
Dinamarca y Noruega tenía viejas posesiones, Groenlandia, las islas Feroe, Órcadas, las Islas
Shetland e Islandia. En el siglo XVII, las pérdidas territoriales siguientes en la Península
Escandinava, el Reino de Dinamarca y Noruega comenzó a desarrollar colonias, fortalezas,
entre los postes que negociaban en África, el Caribe, y la India.
Imperio portugués[editar]
Bandera del Imperio portugués:
Tras la expedición de Vasco da Gama a la India, una nueva ruta universal quedaba abierta.
Los portugueses aprovecharon entonces para construir un vastísimo imperio a través de
factorías que se extendió de lado a lado del globo, fundando ciudades(o conquistándolas) a lo
largo de las costas de África, Asia, Oceanía y América.
Imperio neerlandés[editar]
Bandera del Imperio Holandés:
El Imperio neerlandés o Imperio colonial neerlandés es el nombre dado a los diversos
territorios controlados por los Países Bajos entre los siglos XVII y XX, siendo el tercer país
europeo en establecer un imperio global colonial fuera de Europa continental. Su habilidad
para comerciar y para el transporte de mercancías, unido a la oleada
de nacionalismo y militarismo que siguió a la independencia de España en 1588 ayudaron a la
empresa. Junto a los británicos, los neerlandeses acumularon inicialmente posesiones
coloniales en base al colonialismo capitalista de las compañías, con el predominio de
la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. La intervención directa del estado en la
empresa colonial vino más adelante logrando incorporar al imperio territorios en el Caribe, el
océano Índico, el Pacífico Sur, África del Sur y el océano Antártico, así como también parte de
la Guayana en América del Sur. Los comerciantes y los marineros neerlandeses también
participaron en la oleada de exploración que continuó durante los siglos XVI y XVII, aunque
los neerlandeses descubrieron vastos territorios gracias a descubridores como Willem
Barents, Henry Hudson, Willem Janszoon y Abel Tasman en
el Ártico en Oceaníageneralmente estos no llegaron a formar parte del Imperio colonial
neerlandés.
Imperio Austríaco[editar]
Bandera del Imperio Austríaco:
Aunque pequeñas, el Imperio austríaco gozó de ciertas colonias más allá de su metrópoli en
Europa y el extenso territorio, comparado con el resto de Europa, que
los Habsburgogobernaban en forma del Imperio Austrohúngaro.
Desde el siglo XVII hasta el siglo XIX, el Imperio austriaco y el Imperio Austrohúngaro
intentaron sacar partido del comercio colonial y establecer sus propias colonias. Debido a
presiones por otras potencias coloniales y un gobierno demasiado enfatizado en su política
continental, todas estas tentativas tarde o temprano fracasaron.
Imperio austrohúngaro[editar]
Bandera del Imperio austrohúngaro:
El Imperio austrohúngaro o Monarquía austrohúngara (Österreichisch-Ungarische
Monarchie en alemán, Osztrák-Magyar Monarchia en húngaro) fue un estado europeo nacido
en 1867, tras el Compromiso Austrohúngaro que reconocía al Reino de Hungría como una
entidad autónoma dentro del Imperio austríaco, a partir de ese momento denominado Imperio
austrohúngaro. En 1914 tenía una extensión de 675.936 km² y contaba con 52.799.000
habitantes y era considerada como una de las grandes potencias en el marco internacional,
ocupando el 6º puesto por su potencia económica.
Imperio ruso[editar]
Bandera del Imperio ruso:
Imperio ruso (en ruso: Российская Империя, Россійская Имперія en ortografía anterior
a 1918) es la denominación que se le da a Rusia entre 1721 y 1917. Abarcó grandes zonas de
los continentes europeo, asiático y norteamericano, siendo el sistema político sucesor
del zarato.
La expresión «Rusia imperial» designa el periodo cronológico de la historia rusa desde la
conquista de los territorios comprendidos entre el mar Báltico y el océano Pacífico iniciada
por Pedro I hasta el reinado de Nicolás II, el último zar, y el comienzo de la Revolución de
1917.
Imperio Sueco[editar]
Bandera del Imperio Sueco:
Suecia fue una de las grandes potencias europeas del siglo XVII. En la historiografía moderna
esta época es conocida como la del Imperio sueco o stormaktstiden (en sueco, "La era del
gran poder" o "La era del poderío").
Imperio Noruego[editar]
Bandera del Imperio Noruego:
Hace referencia a las posesiones noruegas durante la Edad Media. Sin embargo, durante
el siglo XX, Noruega adquirió nuevos territorios, sobre todo en el Ártico y en la Antártida.
Un cartel de la temprana Unión Soviética: "Larga vida a la Revolución rusa! Los trabajadores tomaron el
poder en Rusia y conquistarán pronto el mundo entero"
Caballeros Templarios[editar]
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (latín: Pauperes commilitones Christi
Templique Solomonici), comúnmente conocida como los Caballeros Templarios o la Orden
del Temple (francés: Ordre du Temple o Templiers) fue una de las más famosas órdenes
militares cristianas.6 Esta organización se mantuvo activa durante poco menos de dos siglos.
Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de
Payens tras la Primera Cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos
que peregrinaron a Jerusalén tras su conquista. Fueron reconocidos por el Patriarca Latino de
Jerusalén, Gormond de Picquigny, el cual les dio como regla la de los canónigos agustinos del
Santo Sepulcro. Aprobada de manera oficial por la Iglesia católica en 1129, la Orden del
Templo creció rápidamente en tamaño y poder. Los Caballeros Templarios empleaban como
distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada. Los miembros de la Orden del Templo
se encontraban entre las unidades militares mejor entrenadas que participaron en
las Cruzadas.7 Los miembros no combatientes de la orden gestionaron una compleja
estructura económica a lo largo del mundo cristiano, creando nuevas técnicas financieras que
constituyen una forma primitiva del moderno banco,89 y edificando una serie
de fortificaciones por todo el Mediterráneo y Tierra Santa.
Al Qaeda[editar]
Al Qaeda (en árabe: القاعدة, al-Qā‘ida: ‘la base’) o Al Qaida es una
organización paramilitar, yihadista, que emplea prácticas terroristas y se plantea como
un movimiento de resistencia islámica alrededor del mundo, mientras que es comúnmente
señalada como una red de terrorismo internacional. Su fundador, líder y mayor colaborador
fue Osama bin Laden, un multimillonario de origen saudí, que se educó en universidades
del Reino Unido.
Hezbolá[editar]
Hezbolá (adaptación fonética al español del árabe, حزب هللا ḥizbu-'llāh(i), "Partido de Dios",
desde ḥizb, partido y Allah, Dios), también escrito como Hizbullah o Hezbollah, es una
organización islamista libanesa prosiria y proiraní que cuenta con un brazo político y
otro paramilitar. Fue fundado en Irán en 1979 y en el Líbano en 1982 como respuesta a la
ocupación israelí de ese momento y fueron entrenados, organizados y fundados por un
contingente de la Guardia Revolucionaria iraní. Hezbolá recibe armas, capacitación y apoyo
financiero de Irán y ha «funcionado con bendición de Siria» desde el final de la Guerra Civil
Libanesa. Su máximo líder actual es Hassan Nasrallah.
Es, junto con Amal (prosiria y aliada de Hezbolá), la principal expresión política y militar de la
comunidad chií libanesa, actualmente el grupo religioso más numeroso del país.
Estado Islámico de Irak y el Levante o Estado Islámico de Irak y
Siria[editar]
Bandera de la Estado Islámico de Irak y el Levante:
Es un grupo terrorista insurgente, de naturaleza fundamentalista yihadista wahabita,
autoproclamado califato, asentado en un amplio territorio de Irak y Siria. El grupo es
controlado por radicales fieles a Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado «califa de todos los
musulmanes». Técnicamente el grupo se organiza como un Estado no reconocido, ya que
controla de facto varias ciudades como Mosul, Faluya o Al Raqa, siendo esta última
considerada su capital. El califato reclama la autoridad religiosa sobre todos los musulmanes
del mundo, y tiene como objetivo declarado unir todas las regiones habitadas por musulmanes
bajo su control (panislamismo), comenzando con Irak y la región del Levante mediterráneo,
que cubre aproximadamente los actuales Estados
de Siria, Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Chipre, y parte del sur de Turquía. Otras milicias
que controlan parte del territorio en la península egipcia del Sinaí, el este
de Libia y Pakistán han jurado lealtad a la organización. El grupo se caracteriza por una
interpretación fundamentalista del islam y su violencia brutal contra los no musulmanes y
contra los que ellos consideran falsos musulmanes
Aspectos religiosos[editar]
Teorías de la conspiración[editar]
Artículo principal: Teorías de la conspiración
Véase también[editar]
Megalomanía
Teoría del Heartland
Mundo multipolar
La expresión mundo multipolar particularmente designa y caracteriza el tipo actual
de sistema internacional, en oposición al mundo bipolar de la guerra fría, este último
destacando y potenciando la oposición entre los Estados Unidos y la URSS como las únicas y
verdaderas superpotencias mundiales de la segunda mitad del siglo XX.
En el rango actual de potencias poderosas con notoria visibilidad internacional, continúa
sobresaliendo Estados Unidos, aunque la lista se alarga además con Unión
Europea, China, Japón, y Rusia, así como también con destacadas potencias regionales tales
como India,1 Brasil,2 Turquía,3 Corea del Sur,4 Israel, Sudáfrica, y Argentina.5
Índice
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Japón[editar]
Muy destruida durante la Segunda Guerra Mundial, Japón consiguió desarrollarse gracias a
una decisiva ayuda americana, y gracias a una eficiente y estricta gestión económica interna. 14
15
Actualmente un importante aliado de Estados Unidos, Japón fue por mucho tiempo la tercera
potencia económica mundial (y la segunda si se consideran en forma separada a los países
europeos), pero al igual que Europa, su influencia política y diplomática no está a la altura de
esa fortaleza económica.
Japón es candidato a ocupar un sitio permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas (Japón integra el llamado Grupo de los cuatro junto a Alemania, India, y Brasil, y los
cuatro tienen la misma aspiración). Este anhelo de Japón es apoyado por Estados Unidos,
aunque no lo es por China.
Japón es sin duda un socio comercial muy importante en todo el este de Asia, y juega un rol
preponderante en la economía mundial. 16
Rusia[editar]
Antigua superpotencia mundial, algunos de los países integrantes de la ex-URSS comienzan a
tener una potencialidad y un dinamismo comparable al que tenían antes de la caída del Muro
de Berlín.17
Primer proveedor de gas natural y segundo exportador de petróleo, Rusia juega un rol
importante y clave en cuanto a la seguridad energética mundial.
La evolución del precio del petróleo en estos últimos años, contribuyó por cierto a la
recuperación económica de Rusia.
Pero antes muy unida a los países de Europa del Este a través del Pacto de Varsovia y
el COMECON, aún no se resigna a aceptar su pérdida de influencia en esa zona, que cambió
en provecho de occidente (expansión de la Unión Europea del año 2004, promesa de
integración en la OTAN tanto a Ucrania18 como a Georgia,19 etc.).
Ejemplos de unipolaridad[editar]
Como ya se indicó, el ejemplo más reciente de un sistema unipolar a nivel mundial que puede
ser señalado, es el de Estados Unidos durante la década o década y media posterior al año
1991, o sea el período que siguió al colapso y fragmentación de la Unión Soviética.
En el pasado, por cierto estados o imperios en su momento también gozaron de una
hegemonía tan grande, que con soltura lograron dominar de una manera unipolar el mundo
entonces conocido.
Ejemplos de este tipo son enumerados seguidamente, donde como referencia se indican los
correspondientes períodos históricos (en los detalles los mismos ciertamente abiertos a
debate).
Imperio egipcio desde el 3150 a.C. al 1285 a.C. con alguna interrupción más o menos
larga, por ejemplo durante el conflicto con los hititas durante el reinado de Ramsés II que
culminó en la batalla de Qadesh (1274 a. C).
Imperio acadio desde el 2279 a.C. hasta el 2192 a.C. (reinados de Naram-Sin y
de Sharkalisharri).
Imperio asirio desde el 675 a.C. hasta el 626 a.C. (desde la invasión de Egipto hasta la
revuelta de Babilonia, durante los reinados de Asarhaddón y Asurbanipal).
Imperio persa desde el 539 a.C. hasta el 449 a.C. (desde la conquista de Babilonia
durante el reinado de Ciro II hasta la Paz de Calias).
Imperio alejandrino desde el 331 a.C. hasta el 323 a.C. (desde el Batalla de
Gaugamela hasta la muerte de Alejandro).
China desde el 221 a.C. hasta el 1840 d.C. (por cierto con varias interrupciones que
claramente pueden identificarse en el período comprendido entre la unificación alcanzada
bajo la Dinastía Qin y la Primera Guerra del Opio).
República romana / Imperio romano / Imperio bizantino desde el 188 a.C. hasta el 395
d.C. y también desde el 533 d.C. hasta el 565 d.C. (desde la fragmentación del Imperio
seléucida hasta la división del Imperio Romano, con un posterior breve resurgimiento
impulsado por el emperador Justiniano I).
Imperio mongol desde el 1227 hasta el 1279, o sea desde la muerte de Gengis
Khan hasta la completa división en los tres kanatos, el de la Dinastía Yuan (Kublai), el
llamado II-Kanato (Hulagu Kan y Kublai Kan), y el de la Horda de Oro.
Imperio Azteca desde el 1481 hasta el 1521.
Imperio incaico desde el 1470 hasta el 1532 (desde la conquista de Chimu hasta la
invasión encabezada por Francisco Pizarro).
India desde el 322 a.C. hasta el siglo XVII, o sea, desde la unificación bajo la Dinastía
Maurya hasta el fin del Imperio mogol y el comienzo de la Colonización inglesa en India (y
con las lógicas interrupciones del dominio unipolar que son de esperar en un período de
tantos siglos como el señalado).
Bipolaridad, Sistema Bipolar[editar]
Bipolaridad en el sistema internacional, entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y el fin de la Guerra
Fria.
Sistema de estados en donde hay apenas dos grandes focos de poder. El caso más conocido
y patente es el de la Guerra Fria, en donde la oposición entre Estados Unidos y Unión
Soviética polarizó todo el sistema internacional.
A pesar del señalado enfrentamiento, y a pesar de que muchos países se alinearon con uno u
otro bando en ese período, entonces también pueden reconocerse potencias regionales de
cierta envergadura, y con clara influencia regional. Ese sería el caso, por ejemplo, de América
del Sur durante el último tercio del siglo XX, cuando Brasil y Argentina fueron los principales
polos regionales de poder, con capacidad para polarizar todo el continente.
También puede caracterizarse como sistema bipolar el que predominó en África Austral
durante el fin de los años 1970 y la década de los años 1980,
cuando Sudáfrica y Angola lideraban grupos opuestos en confrontación directa.
Obviamente, a lo lago de la historia pueden también reconocerse otros casos de bipolaridad,
como el que existió en la región del Mar Mediterráneo, entre los siglos III y II a.C.,
cuando Roma y Cartago eran los dos principales centros de poder de la región.
La bipolaridad es típica en regiones donde se generan conflictos que se radicalizan,
polarizando tanto a pueblos como a países.
Mapa del mundo en 1945; de acuerdo com William T.R. Fox, Estados Unidos (en azul), URSS (en rojo),
y el Imperio Británico (en verde-azulado), fueron las superpotencias de la época.
Caso relativamente raro de equilibrio de poder entre tres potencias o polos principales de
poder.
Algunos consideran que Europa inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial,
estaba configurado como un sistema tripolar, en donde Estados Unidos, Reino Unido y
la Unión Soviética eran entonces los tres grandes polos de poder. Sin embargo esta situación
habría durado poco tiempo, ya que entre 1947 y 1948, Europa quedó claramente dividida sólo
en dos grandes bloques.
Cuando son consideradas regiones segmentadas, es posible encontrar correlaciones de
fuerza más típicamente tripolares, como por ejemplo en Asia Oriental, en donde
lideran China, Rusia, y Japón.
Europa Centro-Occidental hoy día, o sea, sin considerar Rusia, también podría ser clasificado
como un sistema tripolar, en donde el Reino Unido, Francia, y Alemania, son los tres grandes
de la zona.
Y actualmente cuando se considera el conjunto del sistema internacional, puede reconocerse
la existencia de tres grandes potencias globales, con capacidad militar de actuación global y
capacidad nuclear significativa, Estados Unidos, Rusia, y China (consultar Polaridad en el
sistema internacional).
Bibliografía[editar]
ARON, Raymond (1986). Paz e Guerra entre as Nações. Editora UnB, Brasília, DF.
Brasil.
ANDERSON, Perry (2002). Force and Consent, New Left Review, n. 17, p. 5-30
ARRIGHI, Giovanni (1996). O Longo Século XX: dinheiro, poder e as origens de
nosso tempo. Ed. Contraponto: Rio de Janeiro, RJ; Ed. UNESP: São Paulo, SP; Brasil.
DINIZ, Eugenio (2006). "Relacionamentos multilaterais na unipolaridade: uma
discussão teórica realista". Revista Contexto Internacional, vol.28, n.2, p. 505-565. [1]
KEOHANE, Robert (1984). After Hegemony: Cooperation and Discord in the World
Political Economy. Princeton University Press, Princeton, Oxford.
MEARSHEIMER, John (2007). A Tragédia da Política das Grandes Potências.
Tradução: Tiago Araújo. Ed. Gradiva: Lisboa, Portugal.
WALTZ, K. (1979). Theory of International Politics. Reading: Addison-Wesley .
WALTZ, K. (2000).Structural Realism after the Cold War, International Security, Vol.
25, No. 1, p. 5-41.
Artículos relacionados[editar]
Ciudad global
Globalización
Bipolarización
Superpotencia internacional
Polaridad (relaciones internacionales)
Potencia (relaciones internacionales)
Equilibrio de poder
Equilibrio de poder
Para el concepto político-constitucional, véase división de poderes.
Para el concepto político-territorial dentro de un estado federal, véase federalismo.
Para el concepto político-parlamentario aplicado a la fuerza política denominada "bisagra" o
"partido bisagra", véase parlamentarismo.
Bibliografía[editar]
Raymond Aron Paz y guerra entre las naciones.
Eric J. Hobsbawm La era del imperialismo.
H. J. Morgenthau, Politics Among Nations (1960). Es el libro principal en la formulación
del realismo como teoría política (en inglés).
Véase también[editar]
Poderes universales
Equilibrio europeo
El Gran Juego
Teoría del Heartland
Interdependencia compleja
Dominación del mundo
Mundo multipolar
Comunidad internacional
Para las asociaciones comunitarias, véase comunidad intencional.
El término comunidad internacional (también su sinónimo sociedad internacional) se utiliza
en las relaciones internacionales para designar, de forma genérica, al conjunto de Estados del
mundo,1 especialmente cuando participan conjuntamente en la toma de decisiones globales. 2
Se utiliza habitualmente para insinuar la existencia de un punto de vista común en aspectos
como los derechos humanos.
En ocasiones se ha criticado su uso como un intento de globalizar y legitimar las opiniones y
decisiones de los países occidentales.34
Al tratar sobre la comunidad internacional, se alude a la asociación de personas o entidades
con intereses u objetivos comunes enfocados a un punto de vista político; de allí que se refleje
su relación con la sociedad, pues ésta no es más que un conjunto organizado de personas
o instituciones que actúan unidas para conseguir un mismo fin.
Básicamente, la sociedad internacional es un conjunto de sujetos de Derecho Internacional
Público, unidos por un objetivo común en razón de intereses similares, es decir, es el grupo de
comunidades políticas independientes que no forman simplemente un sistema, sino que,
además, han establecido, a través del diálogo y del consentimiento, reglas e instituciones
comunes para organizar sus relaciones y han reconocido tener intereses comunes para
mantener dichos acuerdos.
En este sentido, la comunidad internacional es un conjunto de sujetos de Derecho
Internacional Público que se encuentran unidos debido un hecho, compartir un espacio físico,
por lo que, ésta se encuentra regulada por las normas y tratados internacionales, es decir, los
sujetos pasivos del Derecho internacional; la cual, se establece entre Estados soberanos,
independientes y jurídicamente iguales, es decir, aquellos que no están sometidos a
un poder político superior.
Véase también[editar]
Comunidad (desambiguación)
Realpolitik
Para otros usos de este término, véase Realismo.
Realpolitik («política de la realidad» en alemán) es la política o diplomacia basada en
intereses prácticos y acciones concretas, sin atender a la teoría o la filosofía como elementos
"formadores de políticas".
La realpolitik aboga por el avance en los intereses de un país de acuerdo con las
circunstancias actuales de su entorno, en lugar de seguir principios filosóficos, teóricos o
morales. A este respecto, comparte su enfoque filosófico con el realismo filosófico y
el pragmatismo.
Índice
[ocultar]
1Origen
2Principales exponentes
3Véase también
4Referencias
Origen[editar]
Otto von Bismarck acuñó el término al cumplir la petición del príncipe Klemens von
Metternich de encontrar un método para equilibrar el poder entre los imperios europeos.
El equilibrio de poderes significaba la paz, y los practicantes de la realpolitik intentaban evitar
la carrera armamentística. Sin embargo, durante los primeros años del siglo XX,
la realpolitik fue abandonada y en su lugar se practicó la doctrina Weltpolitik, y la carrera
armamentística recobró su brío y abocó, juntamente con otras circunstancias, a la Primera
Guerra Mundial.
Principales exponentes[editar]
Uno de los precursores más famosos fue Nicolás Maquiavelo, conocido por su obra El
Príncipe. Maquiavelo sostenía que la única preocupación de un príncipe (o gobernante)
debería ser la de buscar y retener el poder para así conseguir el beneficio de su Estado,
proclamando que las consideraciones éticas o religiosas eran inútiles para este fin. Sostenía
además Maquiavelo que el bienestar del Estado dependía de que el gobernante aprendiera
a utilizar el mal para lograr el bien, asumiendo que el "príncipe" debía realizar los engaños e
intrigas que fuesen necesarias para no caer en los engaños e intrigas de sus rivales. Sus
ideas fueron más tarde expandidas y practicadas por el Cardenal Richelieuen su raison
d'etat durante la Guerra de los Treinta Años. El historiador griego Tucídides y el teórico militar
chino Sun Tzu también son citados como precursores de la realpolitik al postular que los
mandatos éticos y religiosos de sus respectivas culturas eran inútiles para explicar o asegurar
el éxito político.
En alemán, el término realpolitik es más frecuentemente utilizado para distinguir las políticas
modestas (realistas) de las políticas exageradas. Un ejemplo histórico es el hecho que el
Reino de Prusia no hubiera anexado territorio austrohúngaro después de ganar la Guerra de
las Siete Semanas en 1866, siendo éste un resultado del seguimiento de la realpolitikpor el
canciller Bismarck con el fin último de lograr la reunificación alemana bajo mandato prusiano.
Aquí, Prusia no buscaba la clásica expansión territorial sino debilitar fatalmente a Austria, la
única potencia que podía perjudicar sus planes. Idénticas ideas se atribuyeron al conde
Cavour de Italia en 1854, listo a ofrecer los territorios piamonteses
de Niza y Saboya a Francia, a cambio de estimular artificialmente la hostilidad francesa contra
Austria, el mayor rival del reino de Piamonte.
Hoy en día, la parte «realista» de un partido o ideología política no tiene problemas para ceder
en algunos de sus principios si es necesario, con tal de conseguir cierto progreso en otros —
que podrían ser considerados más importantes o centrales—, mientras que los sectores más
«fundamentalistas» evitan a toda costa ceder en sus principios o comprometerlos, aunque eso
suponga renunciar a posiciones que les permitan bien poner en práctica otros, bien influir en
su desarrollo o en la toma de decisiones al respecto.
Véase también[editar]
Pragmatismo
Realismo en política internacional
Diplomacia
«Asuntos exteriores» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Ministro de Asuntos
Exteriores.
Índice
[ocultar]
Diplomacia ad hoc[editar]
El conjunto no es la totalidad y de ahí que puedan coexistir con ellas otras misiones como las
especiales cuya representatividad es otorgada por un tiempo y para un cometido
determinados, los que podrán ser más o menos amplios, limitación que se pactará en el
acuerdo en que se dispone su envío y recepción. El artículo 1 de la Convención de Nueva
York de 1969 define a las misiones especiales. Se entenderá por una misión temporal, que
tenga carácter representativo del Estado, enviada por un Estado ante otro Estado con el
consentimiento de este último, para tratar con él asuntos determinados o realizar ante él un
cometido determinado.
Las funciones de las misiones diplomáticas especiales acreditadas ante Estados, «serán
determinadas por el consentimiento mutuo del Estado que envía y del Estado receptor». Las
actividades de las misiones especiales se clasifican en: funciones protocolares (rendir
homenajes, participar en un cambio de gobierno, asistir a una boda real), funciones técnicas
(coordinar actividades pesqueras, militares, comerciales, etc.), funciones de naturaleza política
(coordinar la acción internacional de los Estados, firmar un tratado de paz, arreglar una
alianza) y funciones técnico-políticas, aquellas de desarrollo técnico pero cuyos resultados
posean un marcado contenido y una fuerte repercusión política (ej. determinación de una
frontera). Las delegaciones (misiones especiales en órganos y conferencias), no tienen fijado
a través de ninguna disposición sus funciones. Debe pensarse entonces que las funciones de
las delegaciones ante un Congreso o Conferencia están determinadas por la naturaleza de
estos y el motivo de la convocatoria. Cuando se tratar de una Delegación en un órgano de la
organización, sus funciones consisten en participar de las deliberaciones representando al
Estado que envía.
Diplomacia directa o de cumbre[editar]
En serie[editar]
Aquella a la cual pertenecen las llamadas oficinas temporales o permanentes que los Estados
crean para fines específicos, el envío de funcionarios técnicos para la discusión de asuntos
concretos y las llamadas «misiones especiales».
Ad hoc[editar]
Es aquella que se establece entre varios países con el mismo objetivo. Es utilizada para crear
convenios comerciales con varios estados al mismo tiempo
Diplomacia multilateral[editar]
La diplomacia multilateral está marcada por dos elementos esenciales: las posiciones que un
país toma en cuando a cierto temas o problemas y el proceso por el que un acuerdo acerca de
estas situaciones se alcanza. La relación entre estos dos elementos es la naturaleza dinámica
de las actividades diplomáticas en las Naciones Unidas. Como una relación de negocios, las
transacciones diplomáticas dependen de la confianza entre gobiernos y aún más, entre
embajadores (agentes autorizados) de estos gobiernos. Las relaciones diplomáticas
multilaterales entre dos gobiernos en la arena multilateral engloban todos los aspectos de la
actividad humana – la política, la economía, las leyes, la seguridad social, los valores, la
lengua, la cultura, el arte, la religión, etcétera.
La diplomacia multilateral es como una tela de araña, con un país jalando en una dirección y
otros más en una dirección opuesta. Cuando se trata de construir un consenso en un
ambiente multilateral, los diplomáticos constantemente tienen que ajustar el proceso de
negociaciones mientras este está en marcha. El proceso demanda, tanto a los gobiernos
como a las Naciones Unidas, a encontrar un punto común entre intereses nacionales que
compiten y se contraponen. A través de la discusión, la negociación y el compromiso, el
consenso internacional emerge. Mientras el consenso es el objetivo fundamental de las
Naciones Unidas, la complejidad de los intereses y los puntos de vista hace que sea
extremadamente difícil lograrlo en muchas áreas. La divergencia de las posiciones nacionales
son la razón principal por la que el consenso algunas veces tarda años en lograrse.
Véase también[editar]
Embajada
Acción exterior del Estado
Paradiplomacia
Historia de la diplomacia
Historia de la diplomacia
Archivo:Nixon Mao 1972-02-29.png
Encuentro del presidente republicano estadounidense
Richard Nixon con el líder Mao Zedong el 29 de febrero de 1972, durante la histórica visita del primero
a China comunista.
Índice
[ocultar]
1Etimología y evolución histórica del término diplomacia
2Orígenes de la diplomacia en la cultura europea
3Bibliografía
4Notas y referencias
5Véase también
6Referencias externas
Bibliografía[editar]
(en inglés) Henry Kissinger, Diplomacy, New York, Simon & Schuster, 1994, ISBN 0-
671-51099-1
(en francés) Henry Kissinger (traducción Marie-France de Paloméra), Diplomatie,
París, Fayard, 1996, ISBN 2-213-59720-0
Notas y referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b c «Diplomacy». Encyclopædia Britannica Online.
2. Volver arriba↑ «Diploma». The concise Oxford dictionary of English etymology.
3. Volver arriba↑ Tiedeman, Anna (2005). Branding America: An examination of U.S.
public diplomacy efforts after September 11, 2001. Medford, Estados Unidos: Tufts University.
4. Volver arriba↑ Ortiz Mina, Pedro Habib (2004). El nuevo rol de la diplomacia
parlamentaria en México: 1994:2002. Ciudad de México, México: Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México.
5. Volver arriba↑ Basave Fernández del Valle, Agustín (2001). Filosofía del derecho
internacional. Ciudad de México, México: Universidad Nacional Autónoma de México.
6. Volver arriba↑ «Diploma». A Latin dictionary.
7. Volver arriba↑ Nicolson, Harold (1939). En: Diplomacy. Editado por Fisher, H. A. L.;
Murray, Gilbert; Huxley, Julian S. Londres, Reino Unido: Thornton Butterworth.
8. Volver arriba↑ «Diplomacy». Online etymology dictionary.
9. Volver arriba↑ «Diplomacy». Random House unabridged dictionary.
10. Volver arriba↑ Nicolás Maquiavelo, monografía.
11. Volver arriba↑ Niccolò di Bernardo dei Machiavelli, obra Le Prince, capítulo XV: Des
choses pour lesquelles tous les hommes, et surtout les princes, sont loués ou
blâmés (archivo: obra completa)
12. Volver arriba↑ Traducción al español: Numerosos fueron las gentes que imaginaron
repúblicas y principados tales como jamás se ha visto ni conocido. ¿Pero para qué sirvieron
estas imaginaciones y ensoñaciones? Hace demasiado tiempo que se vive de una manera que
no se debería vivir, por lo que estudiando esta cuestión pronto más se aprenden buenas
maneras de arruinarse y de arruinarnos, que de conservarse y de conservarnos ; y quienes
quieren en todo momento y lugar mostrarse como hombres de bien, no pueden apartarse de
los peligros en medio de tantos males y tantas mezquindades y malicias. El hombre de Estado,
no es por tanto el hombre soñado e imaginado por tantos y tantos filósofos, sino en realidad
un ser apresado y condicionado por la infamia y vorágine de los acontecimientos socio-
políticos, y que además no suele vacilar en dar pruebas de cinismo si la oportunidad se diera
propicia.
Véase también[editar]
Relaciones internacionales
Política exterior
Comunidad internacional
Diplomacia
Relaciones Internacionales
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La Organización de las Naciones Unidas es uno de los organismos interestatales más representativos
de las relaciones internacionales en la actualidad
1Perspectiva histórica
o 1.1Historia
o 1.2Estudio de las relaciones internacionales
2El estudio de las relaciones internacionales desde el ángulo de la política
o 2.1Liberalismo
o 2.2Idealismo
o 2.3Realismo político
o 2.4Escuela inglesa
o 2.5Neorrealismo estructural
o 2.6Neoliberalismo
2.6.1Interdependencia compleja
2.6.2Regímenes internacionales
o 2.7Hermenéutica
3Véase también
4Referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
Perspectiva histórica[editar]
Historia[editar]
En términos generales, la tradición sitúa el comienzo de las Relaciones Internacionales en
los tratados de Westfalia de 1648, momento en el que surge el Estado Moderno.
Anteriormente, la organización política de la Europa Medieval reposaba bajo un vago orden
religioso jerarquizado. Los tratados de Westfalia son instituidos bajo el concepto legal de
soberanía, es decir, las legislaciones nacionales son la última autoridad en el interior del
territorio nacional: no tienen parangón entre los conciudadanos ni normas de superior rango
en el exterior. Si en las Antiguas Grecia o Roma la autoridad de las ciudades estaban en torno
a ellas, solo hasta el sistema de Westfalia se desarrolla la noción de soberanía nacional.
Los tratados de Westfalia impulsaron la construcción de los Estados Nación independientes a
través de la institucionalización de la diplomacia y de los ejércitos. Este sistema europeo fue
exportado hacia América, África y Asia a través de la colonización. El sistema actual resulta de
las descolonizaciones que tuvieron lugar durante la Guerra Fría. Si el Estado Nación es
considerado «moderno», varios Estados no lo han adoptado, mientras que otros que lo han
hecho podrían ser calificados como «posmodernos». La Relaciones Internacionales modernas
intentan explicar las relaciones entre estos diferentes tipos de estados en cuestión. Los
« niveles de análisis» constituyen un modo de abordar el sistema internacional e incluyen: un
nivel individual; el Estado, un nivel internacional; el de los asuntos trasnacionales e
intergubernamentales, y un nivel mundial global.
Esto, que es explícitamente reconocido como la teoría de las Relaciones Internacionales, no
se desarrolla antes de la Primera Guerra Mundial. En cualquier caso, la teoría de las
Relaciones Internacionales ha sido alimentada por las aportaciones de otras áreas.
Numerosos autores citan la historia de las Guerras del Peloponeso de Tucídides como el
punto de partida de la teoría realista que es seguida por el Leviathan de Thomas Hobbes y El
príncipe de Maquiavelo. De modo similar, la teoría liberal de las Relaciones Internacionales ha
sido influida por Emmanuel Kant y por Jean Jacques Rousseau. Sin embargo, la noción actual
de los derechos del Hombre es considerablemente diferente de la sostenida por los
seguidores de la ley natural que fue testigo de los primeros esfuerzos emprendidos para
afirmar ciertos derechos generales sobre la base de una humanidad común. Por otra parte, en
el siglo XX, el marxismo ha tenido una cierta influencia sobre la fundación de la disciplina de
las Relaciones Internacionales.
Para Latinoamérica, la creación del Programa de Estudios Conjuntos sobre las Relaciones
Internacionales de América Latina (RIAL), en 1977, representa un hito importante en la historia
del estudio de las relaciones internacionales en la región. Su presencia puso en diálogo a un
campo de estudio en proceso de consolidación como ciencia autónoma, en el marco de las
ciencias sociales de la región, con Estados Unidos y Europa, y ayudó así a dar reconocimiento
a la región como un área de importante madurez dentro del ámbito de los estudios sociales y
de la política internacional en particular. 5
Estudio de las relaciones internacionales[editar]
Inicialmente, las relaciones internacionales vistas como un campo de estudios distintos fue
una especificad británica. La primera cátedra de Relaciones Internacionales fue creada
en Gales en 1919 en la Universidad de Aberystwyth como la cátedra Woodrow Wilson y
confiada a Alfred Eckhard Zimmern6 gracias a un donativo de David Davies. A comienzos de
los años veinte otra cátedra fue igualmente creada en la London School of Economics a
petición del premio Nobel Noël-Baker. La primera universidad consagrada plenamente a las
Relaciones Internacionales fue el Institut de hautes études internationales, fundado en 1927
en Ginebra por William Rappard. Tenía por objetivo formar los diplomáticos asociados a
la Sociedad de Naciones y fue uno de los primeros en expedir doctorados en Relaciones
Internacionales.
La Edmund A. Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown es la
facultad más antigua dedicada a las Relaciones Internacionales de los Estados Unidos.
El Committee on International Relations de la Universidad de Chicago fue en 1928 la primera
en expedir diplomas universitarios en estos campos. Entre las otras escuelas podemos citar:
la School of International Service de la Universidad Americana, la School of International and
Public Affairs de la Columbia University, la School of International Relations de la Universidad
de St Andrews, la Elliot School of International Affairs de la George Washington University,
la Fletcher School de la Tufts University y la Woodrow Wilson School of Public and
International Affairs de la Princeton University.
Entre otras cosas en forma general como licenciado en relaciones internacionales podrás:
Desarrolla actividades de inteligencia estratégica, sobre temas de política exterior,
relaciones internacionales y seguridad internacional.
Detecta y analiza un problema internacional, sus causas y posibles
consecuencias, y plantea alternativas de solución.
Fomenta la aproximación y la comunicación con los diferentes actores de la
sociedad internacional.
Desempeña actividades de representación del país en foros internacionales de
carácter gubernamental y no gubernamental.
Desarrolla actividades públicas y privadas en el campo de las relaciones
comerciales externas.
Diseña y evalúa planes, programas y proyectos sectoriales vinculados con la
cooperación técnica internacional.
Asesora y brinda apoyo en los procesos de elaboración y sanción de las leyes, en
temas relativos a la política exterior y las relaciones internacionales.
Desarrolla actividades de investigación en el campo de las Relaciones
Internacionales en instituciones públicas y privadas, del país o del exterior
Realiza tareas de asesoramiento en los medios de comunicación visuales, orales y
escritos, sobre temas vinculados a las relaciones internacionales.
Realiza actividades de consultoría privada sobre la situación internacional para la
toma de decisiones.
Desarrolla actividades políticas en el ámbito de los partidos políticos, instituciones
sectoriales y organizaciones no gubernamentales.
Participa en la administración de instituciones de carácter internacional.
Suele considerarse que la primera obra representativa del idealismo es La paz perpetua,
de Immanuel Kant.
Realismo político[editar]
Artículo principal: Realismo en política internacional
El realismo como teoría política se construyó a base de entender la Historia como el
resultado de la tendencia natural del ser humano a codiciar el poder y desear la
dominación de otros. Siguiendo este supuesto, se determinó que la posibilidad de
erradicar el instinto por el poder es una aspiración utópica. Esto lleva a percibir la política
internacional como una lucha interminable por el poder entre los actores en el escenario
internacional que intentan dominar el mundo y aquellos que intentan resistir este dominio
externo.
El realismo político asume que el Sistema Internacional es anárquico, en el sentido de que
no existe una autoridad superior a los Estados capaz de regular efectivamente las
relaciones entre ellos. Además, supone que los Estados soberanos son los actores
principales que componen el Sistema Internacional en vez de serlo las instituciones
internacionales, organizaciones no gubernamentales o corporaciones multinacionales.
Según el realismo, cada Estado es un actor racional que busca maximizar su
posición política dentro del sistema mediante la acumulación de recursos
de poder militares. Estos intentos de maximizar el poder llevan en última instancia a un
equilibrio de poder entre los actores y a la estabilidad en el Sistema Internacional.
Véase también[editar]
Historia de la diplomacia
Poderes universales
Índice
[ocultar]
1Surgimiento
2Evolución
3Final
4Pervivencia del concepto
5Véase también
6Referencias
7Enlaces externos
Surgimiento[editar]
Frente al cesaropapismo del Imperio bizantino, la situación de Occidente desde la caída del
Imperio romano supuso una posición excepcionalmente poderosa del Obispo de Roma, cuya
condición de único patriarca en Occidente muy pronto se convirtió en un primado, a
cuyo poder espiritual se añadía la aspiración al poder temporal sobre un territorio repartido
entre cambiantes reinos germánicos de difícil definición, lo que le convertiría en una
verdadera teocracia. Su concreción territorial se pretendió extender desde la ciudad
de Roma a la totalidad de Italia o incluso a todo el Imperio de Occidente, según la pseudo
donación de Constantino). La restauración de una autoridad secular con pretensión universal
no llegó hasta el año 800 con la coronación de Carlomagno, que inició el Imperio carolingio.
La difícil convivencia de Pontificado e Imperio (regnum et sacerdocium) a lo largo de los siglos
siguientes dio origen a la querella de las investiduras y a distintas
formulaciones ideológicas (teoría de las dos espadas, Plenitudo potestatis, Dictatus papae,
condenas de la simonía y el nicolaísmo), en las que el papa pretendía marcar la supremacía
de la autoridad religiosa sobre el poder civil (lo que se ha venido denominando agustinismo
político), mientras que el Emperador pretendía hacer valer la legitimidad de su cargo, que
pretendía derivar del antiguo Imperio romano (Translatio imperii), así como el hecho material
de su capacidad militar para imponer su poder territorial e incluso tutelar la vida religiosa (tanto
en los aspectos institucionales como los dogmáticos), a semejanza de su equivalente en
Oriente. Ambas pretensiones distaron mucho de hacerse efectivas. 1
Véase también: Dominium mundi
Evolución[editar]
La división del Imperio carolingio entre los herederos de Ludovico Pío, y el acceso de distintas
dinastías a la dignidad imperial (otónidas, Hohenstaufen), debilitó el poder de los
emperadores, sujetos a un sistema de elección que les hacía dependientes de un delicado
juego de alianzas entre los dignatarios que alcanzaron el título de príncipe elector, unos laicos
(príncipes territoriales, independientes en la práctica) y otros eclesiásticos (obispos de
ciudades libres). No obstante, se asistió periódicamente a intentos de recuperar el poder
imperial (Otón III, Enrique II), que en ocasiones llegaban a espectaculares enfrentamientos
(Enrique IV, Federico I Barbarroja, Federico II Hohenstaufen). El fortalecimiento del poder
papal fue muy importante desde Gregorio Magno y contó con el decisivo apoyo
del monacato que se extendió por todos los reinos europeos, sobre todo la orden de Cluny.
Muchos de estos nuevos reinos debían su misma constitución a una infeudación con el papa,
que les libraba de la teórica sujeción feudal al emperador o a otro rey (caso de Portugal). En
territorio del Sacro Imperio, la oposición entre güelfos y gibelinos, cada uno asociado a uno de
los poderes en liza, presidió la vida política de Alemania e Italia desde el siglo XII hasta bien
entrada la Baja Edad Media.
Finalmente, la autoridad del Imperio se convirtió en algo puramente teórico, carente de una
fuerte base económica o militar, incapaz de afirmarse no solo ante las monarquías
feudales definitivamente libres de toda subordinación —Rex superiorem non recognoscens in
regno suo est Imperator (Decretal Per Venerabilem de Inocencio III, 1202)2—, sino ante los
propios príncipes territoriales alemanes o las ciudades-estado italianas. La autoridad papal
también decayó. El movimiento de las cruzadas, predicadas por el papado, no dio a este un
mayor control ni de los territorios efímeramente conquistados en Tierra Santa, ni de los reinos
europeos, ni de las nuevas órdenes religiosas. Lo que sí ocurrió fue la sujeción de la Santa
Sede al control de la monarquía francesa, evidenciada con la llamada Cautividad de Aviñón y
el Cisma de Occidente, que acabó por desprestigiar gravemente al papado y devaluar la
capacidad intimidatoria de la antes tan temida excomunión.3
La producción de argumentaciones teóricas sobre el tema, en cambio, no sólo no se detuvo,
sino que incluyó aportaciones como las de Marsilio de Padua —Defensor Pacis— o Guillermo
de Occam —Ocho cuestiones sobre la autoridad del papa (1342) y De imperatorum et
pontificum potestate (1347)—.4 que se encuentran entre los autores más importantes de una
época, la de la crisis de la escolástica, en que la recepción y extensión de nuevas formas
jurídicas extraídas del Derecho romano —Escuela de Bolonia, ius commune— por un lado; y
el conciliarismo —Concilio de Basilea— por otro, fueron socavando las pretensiones
universales de ambas potestades.
Final[editar]
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Julio Valdeón Baruque y José Ángel García de Cortázar,
en FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel; AVILÉS FERNÁNDEZ, Miguel y ESPADAS BURGOS,
Manuel (dirs.) (1986), Gran Historia Universal (volúmenes 11 y 12), Barcelona, Club
Internacional del Libro. ISBN 84-7461-654-9. Especialmente Julio Valdeón: La época de las
ideas universales. El pontificado y el imperio. Las Cruzadas. Capetos y Angevinos, pp. 131-
157.
2. Volver arriba↑ Tomás y Valiente, Francisco y otros (1996). Autonomía y soberanía. Una
consideración histórica], Madrid: Marcial Pons; citado en Revista de estudios histórico-
jurídicos nº 21, Valparaíso 1999. ISSN 0716-5455 [1]
3. Volver arriba↑ Julio Valdeón, op. cit., El siglo XIII. El fin de las construcciones
universales. El auge de las monarquías nacionales, vol. 12, pp. 161-184.
4. Volver arriba↑ Reseña bibliográfica de esta última.
5. Volver arriba↑ La idea imperial de Carlos V, a veces calificada de monarquía
universal ha sido sujeta a muy distintas interpretaciones, sobre su modernidad o medievalidad.
Fue debatida desde las mismas formulaciones de sus consejeros, el italiano canciller Mercurino
Gattinara, su preceptor flamenco Adriano de Utrecht (futuro papa Adriano VI) y los
castellanos doctor Mota y fray Antonio de Guevara (Carlos V y la lengua española por Manuel
Alvar extraído de: Nebrija y estudios sobre la Edad de Oro. Madrid: C.S.I.C., 1997, pp. 169-
188; que recoge y comenta brevemente la bibliografía del debate). Otras referencias: Ficha del
artículo de Joseph Pérez. Ficha de la obra clásica de Ramón Menéndez Pidal (1937),
respuesta desde una perspectiva hispanista al libro del alemán Karl Brandi, Carlos V. Vida y
fortuna de una personalidad y de un Imperio mundial (Notas sobre los fondos documentales y
bibiográficos de Carlos V por Claudia Möller, en cervantesvirtual). Una brevísima referencia al
asunto en Kalipedia.
6. Volver arriba↑ La evolución del sistema interestatal desde la Paz de Westfalia hasta la
Revolución francesa, vista desde una perspectiva analítica, que cita como fuente a
Rosecrance, The Rise of the Trading State. Commerce and Conquest in the Modern World,
New York, Basic Books, 1986.
el sistema interestatal que surgió con el llamado orden de Westfalia contribuía en sí mismo a la guerra
entre los Estados, porque quebró la comunidad paneuropea del cristianismo feudal. Pero como bien lo
explica Rosecrance, aquella era una guerra con costos limitados, porque cuando nació el orden de
Westfalia las lealtades "nacionales" eran muy débiles, y existía un límite a lo que un monarca podía exigir
de sus súbditos sin generar altos costos políticos al interior de su propio Estado. En aquella primera etapa
del sistema interestatal moderno, el sistema tributario tenía fallas importantes, y las clases privilegiadas
eran capaces de evadirlo. Esto significaba que la riqueza de la Corona no era muy grande, y esto a su vez
ponía un límite a la devastación provocada por la guerra, que era el deporte de los reyes. Las mismas
guerras eran limitadas y pocas veces su desenlace era decisivo. Incluso los ganadores salían
endeudados.
Lucha de clases
La lucha de clases es un concepto o una teoría que explica la existencia de conflictos
sociales como el resultado de un conflicto central o antagonismo inherente a toda sociedad
políticamente organizada entre los intereses de diferentes sectores o clases sociales. Para
muchos tal conflicto resulta un cambio o progreso político y social.
Aunque el concepto es fundamental en el marxismo o materialismo histórico, no es exclusivo
de él y puede datarse tan temprano como en tiempos de Nicolás Maquiavelo. Según Karl
Marx y Friedrich Engels, a través de la historia, las personas han tratado de organizarse en
diferentes tipos de sociedades bajo la tensión causada por pobres y ricos, hombres libres y
esclavos, los patricios y la plebe, señores feudales y siervos, maestros de corporaciones y
oficiales, capital y proletariado. Este conflicto sólo puede resolverse cuando se llegue a una
sociedad sin clases, sin que ello suponga la desaparición del proceso y del progreso histórico.
Índice
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1Orígenes y desarrollo del concepto
2Desarrollo pos-revolucionarios
o 2.1Concepción conservadora
o 2.2Concepción anarquista
o 2.3Concepción marxista
3Críticas a la lucha de clases
4Referencias
5Bibliografía
6Véase también
7Enlaces externos
«Nonsense, my dear, they're better fed than they've ever been in their lives before» (Tonterías, querida,
están mejor alimentados de lo que nunca lo han estado antes en su vida), caricatura de Cornelia
Barns en la revista estadounidense The Masses, 1918.
Batalla callejera durante una huelga, Minneapolis, 1934.
Desarrollo pos-revolucionarios[editar]
La Revolución francesa marcó la irrupción a órganos del poder estatal no solo de esa nueva
forma de propiedad, sino también la aparición de un nuevo actor político-social: aquellos que
carecían de posesiones materiales, en la medida que empezaron a acumular poder a través
de alianzas ya sea con un sector u otro de las clases posesoras. Empezó también a cambiar
la percepción general del resultado del conflicto a uno cuyos intereses. Exactamente en la
misma manera que se pueden establecer clases y categorías dentro de la nación, en esa
medida habrá, también, oposición de intereses y guerra interna ya sea abierta o secreta,
incluso si solo considera el aparato industrial" .- 10
Quizás el primer teórico liberal que no solo comprendió que la irrupción de las "clases
desposeídas" tendría profundas repercusiones políticas sino que las examino fríamente
fue John Stuart Mill: “La discusión que ahora se requiere es una que debe ir a
los principios mismos. Las doctrinas fundamentales que una vez se asumieron como
incontestables por las antiguas generaciones son de nuevo puestas a juicio. Hasta el presente
la institución de la propiedad, en la manera que nos ha sido legada desde el pasado, no había
sido, excepto por algunos escritores especulativos, seriamente cuestionada, porque los
conflictos del pasado habían sido entre clases, ambas de las cuales tenían un interés en la
constitución existente de la propiedad. No será posible continuar de esta manera. Cuando la
discusión incluye clases que poseen casi nada y están solo interesadas en la institución en la
medida que es de interés público, ellos no permitirán que nada sea asumido, ciertamente no el
principio de propiedad privada, cuya legitimidad y utilidad es cuestionada por algunos de los
pensadores que miran desde el punto de vista de las clases trabajadoras... Esas clases
ciertamente demandaran que el sujeto sea examinado desde su fundación”. 11
Esto dio origen a varias posiciones en relación al concepto.
Concepción conservadora[editar]
La lucha de clases da origen a los movimientos sociales, a través de los cuales las "clases
bajas" buscan "ascender" socialmente.12
La revolución francesa se originó en la “colonización del Estado” por uno de esos sectores
sociales (la burguesía) En general, tal colonización dará origen primero a “estados
dictatoriales” y, como reacción, a revoluciones que solo conducirán a otros “estados
dictatoriales”. La única solución es la existencia de una “monarquía social” -muy cerca a la
posición burkeana- que debe actuar en el interés común, introduciendo las reformas
necesarias para evitar desorden y confrontación social.
Véase también: Estado Social
Concepción anarquista[editar]
Los anarquistas fueron quizás quienes se mantuvieron más cercanos a la concepción original
-la de Maquiavelo- acerca del problema. Desde este punto de vista, la lucha de clases es, en
general, lo que determina las formas políticas de una sociedad 13 y, desde un punto de vista
“revolucionario”, la lucha del pueblo contra toda opresión en general y el Estado en
particular.14 Proudhon, por su parte, sugiere” Habiendo sido desde un principio la guerra y la
desigualdad de fortunas la condición de los pueblos, la sociedad se divide naturalmente en
cierto número de clases: guerreros o nobles, sacerdotes, propietarios, mercaderes,
navegantes, industriales, actores sociales que se apoderan o conquistan el poder a fin de
dominar otros. Es alrededor de esas clases gobernantes -aquellas que detentan el poder- que
se forman -y debido al “derecho de conquista”15 - los privilegiosplutocráticos, gerontocrátas y
burocráticos en general. Principal entre esos privilegios esta de la explotación económica. 16
(ver, por ejemplo: Orígenes y función del dinero en Chartalismo) Parafraseando, se podría
decir que ser oprimido es ser explotado, pero -y crucialmente- no se puede ser explotado si no
se es oprimido.
Así pues, el anarquismo habla de "clases revolucionarias", incluyendo a los obreros,
artesanos, los campesinos y lo que Marx llamaba Lumpemproletariado. Por otro lado también
en otros textos se habla de dos clases: la mayoría conformada por los que producen y una
minoría reaccionaria conformada por los que viven del trabajo de los productores y que
además gobiernan.17 Esto ha dado origen a una rica gama de posiciones, que van desde las
concepciones del anarquismo colectivista a las del anarcoindividualismo. Por ejemplo,
los plataformistas, en especial Piotr Arshinov, hacen mucho hincapié en la lucha de clases. El
actual especifismo de la FAU también hace un fuerte énfasis en lo que, desde el punto de
vista de algunos anarquistas modernos, se concibe como "clasismo". 18 Mientras un desarrollo
paralelo ha llevado al antiestatismo del anarcocapitalismo19
Se puede observar entonces que la “lucha de clases” anarquista se basa principalmente
contra el poder político organizado, es decir, contra el Estado. Si se elimina este, se habrá
eliminado el mecanismo que perpetua la opresión y explotación. Proudhon lo pone así: “
Todos los gobiernos de hecho, cualesquiera que sean sus motivos o reservas, están
reducidos a la una o la otra de estas dos fórmulas: Subordinación de la autoridad a la libertad,
o subordinación de la libertad a la autoridad.” (Proudhon, “Principio Federativo”)
Concepción marxista[editar]
Karl Marx fue posiblemente quien se mantuvo más cerca de la concepción de la lucha entre
las clases en la línea que va de Maquiavelo a Burke, pero para él ese conflicto no produce
armonía o libertad sino cambio social o progreso: La historia (escrita) de todas las sociedades
existentes hasta ahora es la historia de la lucha de clases.20 (esto es generalmente conocido
como "la teoría de la lucha de clases como motor de la historia").
En otras palabras, el conflicto entre clases sociales ha sido la base sobre la que se produjeron
los hechos que dan forma a las sociedades. Esta lucha se da principalmente entre las dos
clases sociales antagónicas que -en su opinión- caracterizan cada modo de producción.
Sin embargo, esta lucha de clases se define no solo por las características inherentes a cada
sector social (especialmente los antagonistas centrales) sino también a las relaciones que
tales sectores tengan o establezcan entre sí: por ejemplo: las características del sistema
político o de gobierno que exista en un momento histórico dado, las características de las
clases dominantes y las dominadas, junto a las de otros sectores sociales, el tipo de desarrollo
económico social, etc. Esta lucha ha acabado con una transformación revolucionaria de toda
la sociedad o con la ruina de las clases en lucha.
Sigue que, de acuerdo a Marx, nuestra época no ha eliminado el antagonismo de las clases;
lo ha vuelto más simple ya que la sociedad se va escindiendo cada vez más en dos grandes
campos enemigos: la burguesía y el proletariado.
Según lo dicho por Marx, se determina que: la burguesía es la clase de los modernos
capitalistas, son los propietarios de los medios de producción y los patrones de los
asalariados; el proletariado es la clase moderna de los asalariados, no son propietarios de
medios de producción, se ven obligados a vender su fuerza laboral para subsistir.
El fin último de la lucha de clases se producirá, según Marx, solo cuando las clases dejen de
existir. Como el mismo escribió (carta a Joseph Weydemeyer, del 5 de marzo de 1852) :
...no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la
lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el
desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica
de estas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va
unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce,
necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el
tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases...
Por otro lado, Karl Popper estima que conceptos tales como "lucha de clases" tienen una
función interpretativa de la historia (ver "Historiografía como meta-historia" en historiografía) .
Como tal, son perfectamente "inobjetables". Pero es fácil caer en el error "historicista" cuando
se utilizan como teorías o factores predictivos del desarrollo futuro de acontecimientos. En
otras palabras, Popper hace una diferencia entre elementos que nos permitan -en una manera
más o menos similar a la que las teorías cumplen en la ciencia- interpretar acontecimientos
desde algún punto de vista que nos interesa (ver "El método científico como método para la
eliminación de falacias y prejuicios" en método científico) y teorías científicas. Tales factores
interpretativos tienen, en su opinión, una diferencia esencial con las teorías de la ciencia : no
son falseables o refutables y, por lo tanto, no se puede decir que constituyen
una explicación científica de la historia (en el sentido de mostrar o descubrir
las leyes naturales que determinan el funcionamiento del desarrollo humano o social) sino
más bien serían un focus histórico o narrativa desde un punto de vista determinado. 22
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Maquiavelo identifica cuatro "tipos": 1: La
aristocracia. 2: los "ciudadanos" -que equivalen a lo que
posteriormente se llamo "burguesía", es decir, aquellos que
viven en las ciudades y poseen bienes. 3, la "plebe" aquellos
que viven en las ciudades pero no poseen bienes y, por lo tanto,
no tienen derecho a participar en la vida política de la ciudad. 4:
el campesinado. Ver Nicolás Maquiavelo: Discursos sobre la
Primera Década de Tito Livio
2. Volver arriba↑ Claudia Hilb: Maquiavelo, la república y la
‘virtù’ página 4
3. Volver arriba↑ Rousseau: "Discursos sobre el origen y la
desigualdad entre los hombres"
4. Volver arriba↑ Elena Diez de la Cortina Montemayor: Rousseau:
Semblanza filosófica
5. Volver arriba↑ Adam Smith, La riqueza de las naciones Libro I,
cap XI: Conclusión a la sección)
6. Volver arriba↑ Richard Pipes, Propiedad y libertad, Fondo de
Cultura Económica, 1999, pp. 271-272
7. Volver arriba↑ A. Hamilton, J. Madison y J. Jay, El federalista,
Fondo de Cultura Económica, 2001, cap. X, §§ 2-3, p. 37
8. Volver arriba↑ Citado por Karl Popper, en “Back to the
presocratics”, cap 5, Conjectures and Refutations. - Routledge
1963 (89), p 160 (en ingles en el original)
9. Volver arriba↑ Burke: “Reflection on the Revolution in France”
(1790) -Penguin Classics, 1986- pp 122 (en ingles en el original)
10. Volver arriba↑ V Considerant: "Destinée sociale" (Paris, 1834)
Citado por Mill, Chapters on Socialism, p 391)
11. Volver arriba↑ John Stuart Mill: “Chapters on Socialism”. (1869)
en “Principles of Political Economy” - Oxford University
Press (World Classics) (1994) p 375
12. Volver arriba↑ Ver resumen de sus ideas en: LEARNING FROM
THE LORENZ VON STEIN’S IDEA OF SOCIAL STATE (en
ingles)
13. Volver arriba↑ Proudhon: “La lucha de las clases entre sí, el
antagonismo de sus intereses, la manera como éstos se
coligan, determinan el régimen político, y, por consiguiente, la
elección de gobierno, sus innumerables especies y sus todavía
más innumerables variedades. Poco a poco todas estas clases
se refunden en dos: una superior, aristocracia, burguesía o
patriciado; y otra inferior, plebe o proletariado.” Principio
Federativo
14. Volver arriba↑ Bakunin: “Y, cuando algunos creyeron que la
causa fundamental del mal era la lucha entre los hombronómica
(p 9) y agrega mas adelante: temperamento y cultura, (p 19)
etc. (“Critica al marxismo).
15. Volver arriba↑ “Conquista” en este sentido significa
principalmente el “ derecho del mas fuerte” a dominar al más
débil: “para las clases privilegiadas, la conciencia política no es
otra cosa que el derecho a la conquista, garantizado y
codificado, a la explotación del trabajo de las masas y a
gobernarlas con el fin de asegurar esta explotación.”
16. Volver arriba↑ Bakunin: “El estado significa dominio y cualquier
dominio presupone el sometimiento de las masas y, en
consecuencia, su explotación para beneficio de una minoría
gobernante (Critica al marxismo, p 6)
17. Volver arriba↑ Esta visión dicotómica es una de las críticas que
ha hecho a los anarquistas Karl Mannheim y que es tratada en
un brillante artículo por el profesor Sharif Gemie en Journal of
Contemporary History Counter-Community: An Aspect of
Anarchist Political Culture
18. Volver arriba↑ Entendido como acción política centrada o
basada en la clases oprimidas. Floreal Castilla, en su homenaje
a GERARDO GATTI escribe: "La escisión en el seno del
anarquismo uruguayo, “la fractura” la llama el historiador de la
FAU, realmente tenía lo cubano como justificación, como
portada, como cobertura, pero lo que se debatía eran cosas
mucho más profundas: si el anarquismo popular era un enfoque
clasista o era un enfoque exclusivamente humanista y, por
tanto, policlasista." Castilla continua a trazar tanto el origen
como la evolución del "anarquismo no clasista" a partir del
análisis de la experiencia de la Revolución española , por
ejemplo a través de la evolución de uno de los principales
representantes de este "nuevo anarquismo", Rudolf Rocker;
quien: "en 1945 ya se demarca de la postura del anarquismo
clasista con la publicación de “La influencia de las ideas
absolutistas en el socialismo” donde equipara erróneamente el
concepto de “nación” al de “raza” y al de “clase”," . Para una
visión diferente, ver: Simón Rodríguez Porras: Anarquismo
revolucionario e individualismo. A este debate se puede trazar
una de las razones del origen del "anarquismo libertario".
19. Volver arriba↑ Lucha de clases: análisis marxista y análisis
austriaco, por Hans-Hermann Hoppe
20. Volver arriba↑ K Marx y F. Engels: Manifiesto del Partido
Comunista
21. Volver arriba↑ “El socialismo” (pág. 348) de Ludwig von Mises –
Editorial Hermes SA
22. Volver arriba↑ (ver: "The Poverty of Historicism" (en ingles en el
original) por Karl Raimund Popper - Capitulo 31: Situational
Logic in History. Historical Interpretation: pp 150.- Routledge
and Kegan Paul, reinpreso en 1974: ISBN 0 7100 4616 2)
(Originally published in book form 1957)
Ideología
Para la corriente de la Ilustración bautizada por Napoleón como "ideólogos",
véase Sociedad de Auteuil.
En ciencias sociales, una ideología es un conjunto normativo de emociones, ideas y
creencias colectivas que son compatibles entre sí y están especialmente referidas a la
conducta social humana. Las ideologías describen y postulan modos de actuar sobre la
realidad colectiva, ya sea sobre el sistema general de la sociedad o en uno o varios de
sus sistemas específicos, como son el económico, social, científico-
tecnológico, político, cultural, moral, religioso, medioambiental u otros relacionados al bien
común.
Las ideologías suelen constar de dos componentes: una representación del sistema, y
un programa de acción. La representación proporciona un punto de vista propio y
particular sobre la realidad vigente, observándola desde una determinada perspectiva
compuesta por emociones, percepciones, creencias, ideas y razonamientos, a partir del
cual se le analiza y compara con un sistema real o ideal alternativo, finalizando en un un
conjunto de juicios críticos y de valor1 que plantean un punto de vista superior a la realidad
vigente. El programa de acción tiene como objetivo acercar en lo posible el sistema
real existente al sistema ideal pretendido.
Por su receptividad frente al cambio, hay ideologías que pretenden la conservación del
sistema - conservadoras-, su transformación radical y súbita -revolucionarias-, el cambio
gradual -reformistas–, o la readopción de un sistema previamente existente
-restaurativas-.
Por su origen, alcance y propósito, las ideologías pueden desarrollarse gradualmente a
través de la observación, el diálogo, el ajuste mutuo y el consenso sobre lo que es
considerado socialmente correcto, desviado o dañino, o bien ser impuestas (incluso por
medio de la violencia) por un grupo dominante especialmente interesado en generar
influencia, conducción o control colectivo, sin distinción si éste es un grupo social,
una institución, o un movimiento político, social, religioso o cultural o si su propósito se
centra en promover el bien común o un interés particular.
El concepto de ideología se diferencia del de cosmovisión (Weltanschauung) en que éste
se proyecta a una civilización o sociedad entera, en cuyo caso está relacionado con el
concepto de ideología dominante, cuando esta abarca todos los sistemas específicos de
la sociedad y es compartida por una amplia mayoría de la población. Por su naturaleza
colectiva, el concepto rara vez se restringe al modo de pensar de un individuo aislado o
particular.
Índice
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1Uso despectivo del término
o 1.1Egoísmo grupal
o 1.2Dogmatismo y totalitarismo
2Origen del término
3Sociología e ideología
4El origen de las ideologías
5Concepto marxista de ideología
o 5.1La ideología como crítica totalitaria
6El siglo de las ideologías
o 6.1El pensamiento débil
7Véase también
8Referencias
9Bibliografía
10Enlaces externos
Sociología e ideología[editar]
Hablamos de ideología cuando una idea o conjunto de ideas determinadas interpretadoras
de lo real son consideradas como verdaderas y son ampliamente compartidas
conscientemente por un grupo social en una sociedad determinada.
Tales ideas se convierten en un rasgo fuertemente identitario, de forma similar a
la religión, la nación, la clase social, el sexo, partido político, club social, etc. y se forman
tanto en grupos pequeños y cerrados como las sectas o grupos mayores y abiertos como
partidarios de un equipo de fútbol...
Exteriormente se ha asociado con mayor fuerza a la política, donde el clientelismo de los
partidos impone unos intereses estrechos y cerrados. En su desarrollo lleva a que el
comportamiento individual pueda derivar en una continuada falsa creencia, en un falso
pensamiento y de ahí a una falsa práctica social. Además interiormente, los miembros del
grupo ideológico admiten o no que determinado individuo pertenezca al grupo según
comparta o no ciertos presupuestos comunes de pensamientos básicos.
La ideología interviene y justifica dirigiendo los actos personales o colectivos de los grupos
o clases sociales, a cuyos intereses sirve. Pretende explicar la realidad de una forma
asumible y tranquilizadora, pero sin criticismo, funcionando sólo por consignas y lemas.
Ahora bien lo que ocasiona son falsas creencias que mantienen la interpretación o
justificación previa tal como estaba en el imaginario individual y colectivo,
independientemente de las circunstancias reales. Por ello suelen acabar produciendo una
separación entre las ideas y su práctica en la realidad, difícilmente asumible.
Del estudio de la ideología se encarga la Sociología del conocimiento, cuyo presupuesto
básico es la tendencia humana a falsear la realidad en función del interés. Sigue el interés
propio en las maneras de ver el mundo en el grupo social al que se pertenece; maneras
que varían socialmente de un grupo humano a otro y dentro de sectores diferentes de la
misma sociedad.
Interviene sobre el interés personal y cohesiona el grupo donde se asienta, porque
construye una identidad ficticia como forma de vivir y valorar una realidad construida al
margen de ella misma. De ahí que en la mayoría de los casos lleve a una superposición
de discursos según el grado de realidad y a la construcción de utopías.
En el terreno político, y en casos extremos, acarrea la mentira repetida, la mendacidad. En
general se observa que fácilmente se pasa por un interés desmedido, centrado en la falsa
conciencia, hacia la imagen o forma de la idea de la vida interpretada solamente en
función de esas ideas, en definitiva, hacia una ideología que tiende al totalitarismo.
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Lonergan, Bernard (1999). Insight, estudio sobre la comprensión
humana. Sígueme. pp. 422-424. ISBN 84-301-1295-2.
2. Volver arriba↑ Lonergan, Bernard. «2». Método en Teología. Sígueme. p. 54. ISBN 84-
301-1053-4.
3. Volver arriba↑ Es muy notable el especial odio que se genera entre las facciones que
surgen dentro de una misma ideología, a veces superior al rechazo de la ideología
contraria]]
4. Volver arriba↑ Ver el texto completo en el artículo Marxismo
5. Volver arriba↑ Critique de la raison dialectique, I, 1960, págs. 15 y ss.
6. Volver arriba↑ "Notes on the Theory of Reference", en From a Logical Point of View,
1935, pag. 131.
7. Volver arriba↑ Bell, D.(1960) The End of Ideology: On the Exhaustion of Political Ideas
in the Fifties
8. Volver arriba↑ Huntington, 1998.
9. Volver arriba↑ Kenneth Minogue, La teoría pura de la ideología, GEL, 1988, pp. 11-20
10. Volver arriba↑ Karl R. Popper, La sociedad abierta y sus enemigos, Paidós, 1992, pp.
280-286 y pp. 381-391
11. Volver arriba↑ Faye, Jean Pierre. El siglo de las ideologías. Traducción de Juan Carlos
García-Borrón. Barcelona: Ediciones del Serbal (Colección "La Estrella Polar", 13), 1998.
192 p. ISBN 84-7628-254-0)
12. Volver arriba↑ Eric Hobsbawm Historia del siglo XX; Antonio Fernández Historia
Contemporánea; Miguel Artola y Manuel Pérez Ledesma Historia Contemporánea.
13. Volver arriba↑ Frase de atribución discutida, pero afirmada por testigos presenciales
(Carlos Floria entrevista en Criterio, diciembre de 1996).
14. Volver arriba↑ Las denuncias del fundamentalismo islámico de V. S. Naipaul reciben a
su vez críticas de otros ilustres escritores que le acusan de fundamentalista hindú (Salman
Rushdie, de origen hindú-musulmán y de cultura británico-laica, quien a su vez fue objeto
de una fatua por parte de Jomeini). Artículo sobre la polémica en La Nación, 6 de junio de
2008.
Druida
«Druidismo» redirige aquí. Para otras acepciones, véase mitología celta.
Imagen de dos druidas. Grabado del siglo XIX basado en una ilustración de 1719 de Bernard de
Montfaucon. 1
Índice
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1Etimología
2Prácticas y doctrinas
o 2.1Rol social y formación
o 2.2Filosofía
o 2.3Rito del Muérdago
o 2.4Sacrificios
3Fuentes sobre el Druidismo
o 3.1Registros griegos y romanos
3.1.1Julio César
3.1.2Cicerón, Diódoro Sículo, Estrabón y Tácito
o 3.2Registros irlandeses y galeses
3.2.1Literatura y derecho irlandés
3.2.2Literatura galesa
o 3.3Arqueología
4Recepción histórica del druidismo
o 4.1Prohibición y declive durante la dominación romana
o 4.2Posible supervivencia tardía del druidismo insular
o 4.3Historiografía y hagiografía cristianas
o 4.4Romanticismo y resurgimiento moderno
o 4.5Investigación contemporánea
5Cultura popular contemporánea
6Véase también
7Notas y referencias
o 7.1Referencias
o 7.2Fuentes clásicas
o 7.3Bibliografía
8Enlaces externos
Etimología[editar]
La palabra druida proviene del latín druides, que a su vez fue considerada por los antiguos
escritores romanos proveniente de la palabra nativa en céltico para esas figuras sacerdotales.9
1011
Otros textos romanos también emplean la forma druidae, mientras que el mismo término
fue usado por etnógrafos griegos como δρυΐδης (druidēs).121314 Aunque no han sobrevivido
inscripciones romanas o célticas que alberguen la morfología de la palabra, 9 ésta es cognada
con el céltico insular tardío, irlandés antiguo, drui (druida, hechicero) y
el galéstemprano dryw (vidente). Con base en todas las formas disponibles, la palabra
hipotética del protocelta puede ser reconstruida como *dru-wid-s (pl.*druwides) que significa
“el que conoce al roble”.
Los dos elementos provienen de las raíces protoindoeuropeas *deru.ay *weid (ver)15 El sentido
de “conocedor del roble” (o “vidente del roble”) es confirmado por Plino el Viejo, quien en su
Historia Natural etimologiza al término como si proviniera del sustantivo griego δρύς (drus),
“roble”16 y del sufijo griego -ιδης (-idēs).17
La palabra del moderno irlandés para roble es dair, y de ésta se derivan formas inglesas para
lugares, tales como Derry—Doire y Kildare—Cill Dara (literalmente “templo del roble”). Hay
varias historias de santos y héroes que versan sobre robles, y subsisten en la Irlanda rural
algunas historias y supersticiones locales (llamadas pishogues) sobre los árboles en general.
Tanto la palabra irlandesa drui y como la galesa dryw pudieran también referirse al
pájaro chochín posiblemente asociando a éste con el ave del augurio en las tradiciones
irlandesa y galesa. (Véase: Wren Day).18
Prácticas y doctrinas[editar]
De acuerdo con el historiador Ronald Hutton, “no podemos saber virtualmente nada con
certeza acerca de los antiguos druidas, así que —aunque sin duda existieron — sirven más o
menos como figuras legendarias”.19 Sin embargo, las fuentes referidas por escritores antiguos
y medievales, junto a la evidencia arqueológica, pueden dar una idea de la forma en que
desempeñaban su papel religioso.
Rol social y formación[editar]
Una de las pocas cuestiones en las que coinciden las fuentes grecorromanas e irlandesas
acerca de los druidas es que éstos jugaban un papel importante en la sociedad celta. Julio
César, en su descripción sobre la sociedad gala, señalaba que los druidas eran uno de los dos
grupos religiosos más importantes (junto a los nobles) y eran responsables de organizar el
culto, los sacrificios, la adivinación u oráculo y los procedimientos judiciales. 20 También afirmó
que estaban exentos del servicio militar y del pago de impuestos, y tenían el poder para
excomulgar a los miembros de la comunidad de los festivales religiosos, ocasionando con ello
la proscripción. Otros dos escritores clásicos, Diodoro Sículo y Estrabón, afirmaron que los
druidas eran temidos con tal grado de respeto que podían detener una batalla si se paraban
entre dos ejércitos.21
Fue Pomponio Mela22el primer autor que manifestó que la instrucción de los druidas era
secreta, y era llevada a cabo en las cuevas y los bosques. La tradición druídica consistía en
una gran cantidad de versos que se aprendían de memoria, y Julio César resaltó que se podía
tardar más de veinte años en completar la formación. No hay ninguna evidencia histórica, de
la época del auge del druidismo, que sugiera que la profesión druida no fuera reservada para
los varones,23 aunque se considera que varias referencias legendarias, como el mito
de Ceridwen insinúan la posibilidad de druidas femeninos. Lo que se sabe sobre la enseñanza
a los novicios druidas es pura conjetura: de la literatura oral, no se conoce con certeza que
haya sobrevivido algún verso antiguo, ni siquiera bajo la forma de traducción. Toda la
formación druida era de carácter oral, aunque César indica 24 que los galos, para cuestiones
ordinarias, tenían un lenguaje escrito en el que usaban caracteres griegos. En esto
probablemente se basó en escritores antiguos, ya que en el tiempo de César, los escritos
galos se habían trasladado de la escritura griega a la latina.
Filosofía[editar]
Alejandro Polímata se refirió a los druidas como filósofos y consideró como pitagórica su
doctrina de la inmortalidad del alma y de la reencarnación o metempsícosis.
«La doctrina pitagórica prevalece entre los galos que enseñan que las almas de los hombres son
inmortales, y que después de un número determinado de años entrarán en otro cuerpo.»
Julio César escribió:
Respecto a sus enseñanzas propiamente dichas, el objetivo principal de toda su instrucción es, en su
opinión, imbuir a sus estudiantes con una creencia firme en la indestructibilidad del alma, la cual, de
acuerdo con sus creencias, simplemente pasa de un inquilino a otro tras la muerte; solamente por esta
doctrina, que roba a la muerte todos sus temores, puede desarrollarse la forma más elevada de valentía
humana. Secundarias a este principio fundamental, ellos sostienen varias disertaciones y discusiones
sobre astronomía, sobre la extensión y distribución geográfica del globo, sobre las diferentes ramas de
la filosofía natural y sobre varios problemas relacionados con la religión.
Julio César, De Bello Gallico, VI, 13
Diódoro Sículo, en el año 36 a.C., describió cómo los druidas seguían la “doctrina pitagórica”
de que las almas humanas “son inmortales y después de un número de años determinado
ellas comienzan una vida nueva en un cuerpo nuevo”. 25 En 1928, el folclorista Donald A.
Mackenzie especuló que los druidas habrían sido misioneros budistasenviados por el
rey indio Ashoka.26Ya otros han invocado semejanzas comunes indoeuropeas. 27César
describió la doctrina del ancestro original de la tribu, a quién se refirió como Dispater o
“padre” Hades.
Rito del Muérdago[editar]
Plinio el Viejo describió detalladamente un ritual druida concerniente al roble y al muérdago:
«Tras haber preparado los sacrificios y los banquetes bajo los árboles traen dos toros blancos cuyos
cuernos han sido vendados. En su túnica blanca, un druida sube el árbol para cortar el muérdago con su
hoz de oro, otros vestidos de la misma manera lo reciben. Después matan a los animales de sacrificio y
rezan para que el dios les recompense esta ofrenda con sus dotes.»
Sacrificios[editar]
Una ilustración de 1753 del “hombre de mimbre”, la forma de ejecución que usaban los druidas para el
sacrificio humano, según Julio César.
Los escritores grecorromanos hicieron con frecuencia referencia a los druidas como
practicantes de sacrificios humanos, por lo que los consideraban bárbaros.28Los reportes
acerca de los sacrificios druídicos se encuentran en los trabajos de Marco Anneo Lucano,
Julio César, Suetonio y Cicerón.29 César señaló que el sacrificio se hacía principalmente con
criminales, pero algunas veces también se utilizaba a inocentes. Estos eran quemados vivos
dentro de un gran muñeco de madera, ahora conocido como el hombre de mimbre.
Una descripción diferente, proveniente del manuscrito Commenta Bernensia, del siglo X,
afirma que los sacrificios para las deidades Teutates, Esus y Taranis se realizaban,
respectivamente, a través del ahogamiento, del ahorcamiento y del fuego. (Ver:Muerte
tripartita)
Diodoro Sículo aseveró que, para que un sacrificio fuera aceptado por los dioses celtas, tenía
que ser realizado por un druida, pues éstos eran los intermediarios entre las personas y los
dioses. Sículo observó la importancia de los profetas en el ritual druida:
«Esos hombres predicen el futuro observando el viento y los cantos de las aves y por medio del
sacrificio de animales sagrados: todas las peticiones de la sociedad están bajo su autoridad... y en
cuestiones muy importantes ellos preparan una víctima humana; al hundir una daga en su pecho,
observando la dirección que desfallece, en que se convulsionan sus extremidades y en que brota su
sangre, ellos son capaces de leer el futuro.»
Se tiene evidencia arqueológica en la Europa occidental que ha sido ampliamente utilizada
para respaldar la idea de que los celtas de la edad de hierro realizaban sacrificios humanos.
Se han encontrado sepulturas masivas en un contexto ritual fechadas en este periodo en lo
que fue la Galia, en Gournay-sur-Arode y Ribermont-sur-Ancre, en lo que habría sido la región
de dominación belga. El arqueólogo excavador de esos sitios, Jean Louis Brunaux, interpretó
estas sepulturas como áreas de sacrificios humanos realizados en devoción a algún dios de la
guerra,3031 aunque este punto de vista fue criticado por el arqueólogo Martin Brown, quien cree
que los cuerpos pudieron ser los de honrosos guerreros, enterrados en un santuario, en vez
de los supuestos sacrificios.32 Varios historiadores han cuestionado si los escritores clásicos
grecorromanos son atinados en sus afirmaciones. J. Rives comentó que era “ambiguo” si los
druidas habrían realizado esos sacrificios, ya que los griegos y romanos eran conocidos por
proyectar como rasgos bárbaros lo que ellos veían en los extranjeros incluyendo no sólo a los
druidas sino también a los hebreos y cristianos también, confirmando así su “superioridad
cultural” en sus propias mentes.33
En una opinión similar Ronald Hutton sintetiza la evidencia declarando que “las fuentes
griegas y romanas del druidismo no son, como las hemos recibido, de la suficiente calidad
para formar una decisión clara y final de si los sacrificios humanos fueron, de hecho, parte de
su sistema de creencias”.34 Peter Berresford Ellis, un nacionalista celta que escribió el
libro “Los Druidas” (1994), creyó que éstos eran los equivalentes a la casta brahamánica en
la India, y consideró que las acusaciones de sacrificios humanos permanecían sin ser
probadas,35 mientras que la experta en literatura medieval galesa e irlandesa, Nora Chadwick,
quien pensaba que los druidas eran grandes filósofos, defendió fervientemente la idea de que
no estaban involucrados en los sacrificios humanos y que dichas acusaciones eran
propaganda imperialista de Roma.36
El primer texto conocido que de hecho describe a los druidas es el citado texto de Julio
César, Comentarios sobre la guerra de las Galias, en su libro VI, el cual habría sido publicado
en las décadas de los 50 o 40 antes de nuestra era. César, quién había sido un general que
intento conquistar la Galia y Gran Bretaña, describió a los druidas como los que se ocupaban
de “el culto divino, la adecuada realización de los sacrificios, públicos o privados, y la
interpretación de preguntas rituales.” Aseveró también, que jugaban parte importante de la
sociedad gala, siendo una de las dos clases más respetadas junto a los équites (que significa
“jinetes” la cual ha sido interpretada comúnmente como referida a los guerreros) y que ellos
desempeñaban la función de jueces.
César aseveró que ellos reconocían la autoridad de un único líder, el cual podía mandar hasta
su muerte, siendo entonces un sucesor elegido a través del voto o del duelo. También resaltó
que se reunían anualmente en un lugar sagrado en la región dominada por la tribu de
los carnutos, en la Galia, pues ellos veían a la Gran Bretaña como el centro de los estudios
druidas, y es por eso que no se encontraron entre las tribus germánicas al este del Rin. De
acuerdo con César, varios jóvenes eran formados para ser druidas, durante ese tiempo tenían
que aprender de memoria todo lo relacionado al culto.
También señaló que su principal enseñanza consistía en que “las almas no perecen, pues
después de la muerte pasan de uno a otro”. Los druidas también estarían interesados en “las
estrellas y sus movimientos, el tamaño de la Tierra y el cosmos, el mundo natural, y los
poderes de las divinidades”, indicando que ellos no sólo se veían involucrados en los aspectos
comunes de la religión, tales como teología o cosmología, sino también en la astronomía.
César también sostuvo que ellos eran los “administradores” durante los rituales de sacrificios
humanos, para los cuáles generalmente utilizaban a criminales, y que el método consistía en
quemarlos dentro del hombre de mimbre.
A pesar de haber tenido una experiencia de primera mano con los galos, y asimismo con los
druidas, los escritos de César han sido ampliamente criticados por historiadores modernos
debido a su poca fiabilidad. Una cuestión que han planteado historiadores como Fustel de
Coulanges40 y Ronald Hutton es que, mientras César describió a los druidas con un poder
significativo dentro de los galos, este no los mencionó dentro de las anotaciones sobre sus
conquistas. Tampoco lo hizo Aulo Hircio, quien continuó el registro de César de la campaña
en las galias tras la muerte de este último. Hutton creía que César había manipulado la idea
de los druidas para que aparecieran ante los lectores romanos, tanto civilizados (siendo
instruidos y piadosos), como bárbaros (realizando sacrificios humanos) y, por lo tanto,
representando tanto “una sociedad que valía la pena agregar al Imperio Romano” así como
una que requería ser civilizada con la ley y los valores romanos, justificando así sus guerras
de conquista.41
Sean Dunham ha sugerido que César simplemente había tomado las funciones religiosas de
los senadores romanos y la habría aplicado a los druidas. 42 Daphne Nash considera que “no
es improbable” que él “exagerara enormemente” tanto el sistema centralizados del liderazgo
druida como su conexión con la Gran Bretaña. 43 Otros historiadores han aceptado la
posibilidad de que las anotaciones de César sean más acertadas. Norman J. DeWitt conjeturó
que la descripción sobre el rol de los druidas pudiera informar sobre una tradición idealizada,
basada en la sociedad del siglo II a.C., antes de que la confederación pangálica liderada por
los arvernos fuera rota en el 121 a.C., seguida de las invasiones de teutones y cimbrios, en
vez de la desmoralizada y desunida Galia del tiempo de César.44 John Creighton ha
especulado que en la Gran Bretaña, la influencia social de los druidas estaba en declive a
mediados del primer siglo a.C., en conflicto con las nuevas estructuras de poder emergentes
incorporadas en los caciques45 Otros académicos ven en la conquista romana misma la
principal razón de la declinación del druidismo.46
Cicerón, Diódoro Sículo, Estrabón y Tácito[editar]
No sería sólo César, sino otros escritores grecorromanos los que posteriormente comentarían
sobre los druidas y sus prácticas, aunque ninguno de ellos daría tantos detalles como él.
Marco Tulio Cicerón, contemporáneo de César, señaló que él conoció a un druida
galo, Diviciaco, quien fue miembro de la tribu de los heduos. Diviciaco supuestamente
conocería mucho acerca del mundo natural y realizaría adivinación a través del augurio. 4Si
Diviciaco fue genuinamente un druida puede, sin embargo, ser disputado, pues César, que
también lo conoció, y escribió sobre él, nombrándolo Diviciacus, nombre que suena más
gálico (y así presumiblemente más auténtico), nunca se refirió a él como un druida y,
asimismo, lo presentó como un líder político y militar. 47
Otro escritor clásico que describió a los druidas, no mucho tiempo después, fue Diódoro
Sículo, quien publicó su descripción en su Bibliotheca historicae en el 36 a.C. Junto a los
druidas o, drouidas cómo el los llamaba, a los cuales veía como filósofos y teólogos, Sículo
también resaltó cómo en la sociedad celta había poetas y cantantes, a los cuales
llamó bardous o bardos.25 Esta idea fue ampliada por Estrabón, quien escribió en los años 20
a.C., y señaló que entre los galos, había tres tipos de figuras honorables: los poetas y
cantantes conocidos como bardoi, los teólogos y especialistas en el mundo natural conocidos
como o'vatei's, y los druidas, quienes estudiaban la “filosofía moral”. 48Sin embargo, la
exactitud de estos escritores ha sido cuestionada, Ronald Hutton ha indicado que «todo lo que
podemos concluir es que no tenemos conocimiento seguro de las fuentes utilizadas por
ninguno de esos autores para hacer sus comentarios sobre los druidas, y asimismo de sus
fechas, su contexto geográfico o su exactitud».49
Tácito, senador e historiador romano, describió cómo cuando el ejército romano, dirigido
por Cayo Suetonio Paulino, atacó la isla de Mona (Anglesey, en Gales), los legionarios se
asombraron al desembarcar por la aparición de una banda de druidas, los cuales, con las
manos levantadas hacia el cielo, vertieron lentamente terribles maldiciones sobre las cabezas
de los invasores. Tácito afirmó que ello «aterrorizó a nuestros soldados que nunca habían
visto algo así...» Según el historiador, sin embargo, el coraje de los romanos no tardó en
superar esos temores; los bretones fueron puestos en retirada, y las arboledas sagradas de
Mona fueron taladas.50 Tácito es también la única fuente primaria que brinda registros de los
druidas en la Gran Bretaña, pero mantiene un punto de vista hostil, viéndolos como salvajes
ignorantes.51 Mientras tanto, Robert Hutton, señala que «no hay evidencia de que Tácito haya
usado reportes de testigos oculares» y pone en duda la fiabilidad de las descripciones de
Tácito.52
Registros irlandeses y galeses[editar]
Durante la Edad Media, después de que Irlanda y Gales fueran cristianizados, los druidas
aparecieron en cierto número de fuente escritas, principalmente cuentos e historias tales como
Táin Bó Cúailnge, pero también en las hagiografías de varios santos. Todas éstas fueron
escritas por monjes cristianos, quienes, según Ronald Hutton, «no han sido solamente hostiles
con el antiguo paganismo, sino de hecho, ignorantes de él» y por eso no pueden ser
particularmente fiables, pero al mismo tiempo, podrían proveer pistas sobre las prácticas del
druidismo en Irlanda, y en menor medida, en Gales. 53
Literatura y derecho irlandés[editar]
Los pasajes irlandeses que se refieren a los druidas en fuentes vernáculas fueron «más
numerosos que en todos los textos clásicos» de los griegos y romanos, y pintan una imagen
un tanto diferente de ellos. En la literatura irlandesa los druidas —nombrado
como drui, draoi, drua y drai— son hechiceros con poderes sobrenaturales, que son
respetados en la sociedad, particularmente por su habilidad de realizar adivinación. Ellos
pueden lanzar hechizos y convertir a la gente en animales o piedras, o maldecir los cultivos
del pueblo para que se arruinen. Al mismo tiempo, el término druida es utilizado a veces para
referirse a cualquier figura que utilice magia, por ejemplo, en el Ciclo feniano, son nombrados
como druidas tanto gigantes como guerreros cuando estos lanzan un hechizo, a pesar de que
generalmente no se les refiere como tales; como Ronald Hutton señaló, en la literatura
irlandesa medieval, «la categoría de druida es muy porosa». 54
Cuando los druidas son retratados en las primeras sagas irlandesas y en el conjunto de vidas
de santos en el pasado precristiano de la isla, se les confiere comúnmente un estatus social
alto. La evidencia de los códigos legales, que fueron escritos en los siglos VII y VIII, sugieren
que con la llegada del cristianismo el papel de druida en la sociedad irlandesa se redujo
rápidamente a la de brujo que podría ser consultado para realizar hechizos o practicar
sanación mágica y, en consecuencia, su prestigio declinó. 55 De acuerdo con el Bretha Crólige,
uno de los primeros tratados legales, la atención a los enfermos debida a un druida, satírico y
bandido (díberg), no es más que la debida a un bóaire (un liberto ordinario). El Uraicecht
Becc (Primer pequeño), otro texto legal, da a los druidas un lugar entre los dóer-nemed o
clases profesionales de que dependían de un patrón, junto a los obreros, herreros y artistas,
en oposición a los fili (poetas), que solamente disfrutaban del estatus de “nemed” libre. 56
Literatura galesa[editar]
Mientras que en las fuentes irlandesas los druidas son caracterizados prominentemente, rara
vez se los encuentra en sus contrapartes galesas. A diferencia de los textos irlandeses, dryw,
el término galés observado comúnmente para nombrar a los druidas, es utilizado para
referirse solamente a profetas y no a brujos o sacerdotes paganos. Hutton ha señalado que
hay dos explicaciones para el uso del término en Gales: el primero es que este término fue un
sobreviviente de la era precristiana, cuando los dryw habrían sido sacerdotes antiguos,
mientas que la segunda explicación es que los galeses habían tomado prestado el término de
los irlandeses, como sucedió en el inglés (el cual utiliza los términos dry y drycraeft para
referirse a magos y a la magia respectivamente; muy probablemente, influenciado por los
términos del irlandés).57
Arqueología[editar]
Corona del “Guerrero de Deal” usada posiblemente por druidas. Museo Británico. 58
La historiadora Jane Webster declaró que las «personalidades druidas... son poco probables
de ser identificadas arqueológicamente», 59 y dicho punto de vista ha sido secundado por
Ronald Hutton, quien declaró que «ningún artefacto o imagen desenterrado se ha podido
asociar indudablemente con los antiguos druidas≠». 3 Mientras que A.P. Fitzpatrick, en el
estudio de lo que creía sería el simbolismo astral de las espadas de la Edad de Hierro, ha
expresado dificultades para relacionar algún material cultural, incluso el Calendario de
Coligny, con la cultura druida.60No obstante, algunos arqueólogos han intentado ligar
descubrimientos fehacientes con registros escritos de los druidas, por ejemplo, la arqueóloga
Anne Ross relacionó lo que ella cree ser la evidencia de sacrificios humanos en la sociedad
pagana celta —como el cuerpo momificado del hombre de Lindow— con los registros
grecorromanos de sacrificios humanos oficiados por los druidas. 6162
En una excavación en Deal, condado de Kent (Inglaterra), fue descubierto el “guerrero de
Deal”, un hombre enterrado alrededor del 200-150 a.C., con una espada y escudo, y llevando
puesta una corona, demasiado delgada para ser un casco. La corona es de bronce, tiene una
banda ancha alrededor de la cabeza y una delgada franja que cruza la parte superior de la
cabeza. Fue usada sin ningún tipo de relleno debajo de ella, pues restos de cabello fueron
encontrados en el metal. La forma de la corona es similar a las que fueron vistas en imágenes
de sacerdotes romano-británicos varios siglos después, dando lugar a especulaciones entre
los arqueólogos de que ese hombre pudo haber sido un druida. 63
Una figura central del romanticismo neodruida del siglo XIX fue el galés Edward Williams, más
conocido como Iolo Morganwg. Sus escritos, publicados póstumamente como Los
manuscritos de Iolo (1849) y Barddas (1862), no son considerados verosímiles por los
investigadores contemporáneos. Williams declaraba haber recopilado el conocimiento antiguo
en una «comunidad de bardos de las islas británicas» que él había organizado. Varios
investigadores consideran que todo o parte del trabajo de Williams es una fabricación, y
supuestamente varios de los documentos en que se basa son de su propia invención, pero
una gran parte de su trabajo ha sido recopilado de fuentes meso-paganas que llegan a
provenir de hasta el año 600 de nuestra era. A pesar de ello, es imposible separar las fuentes
originales del trabajo fabricado y, mientras que trozos y porciones del Bardass todavía se
encuentran en algunos trabajos neodruídicos, los documentos son considerados irrelevantes
por la mayoría de los investigadores serios.
T. D. Kendrick disipó, en su obra de 1927, el aura seudohistórica que se le había acumulado a
los druidas,72 estableciendo que «se han escrito una cantidad prodigiosa de tonterías acerca
del druidismo»;73 sin embargo, el neodruidismo ha seguido dando forma a la percepción
pública de los druidas históricos. El Museo Británico es contundente al respecto:
«Los druidas modernos no tienen conexión directa con los druidas de la Edad de Hierro. Varias de las
ideas populares acerca de los druidas se fundamentan en malentendidos y conceptos erróneos de
estudiosos de hace 200 años. Esas ideas han sido superadas por los descubrimientos y estudios más
recientes.»74
Varias corrientes del druidismo contemporáneo son una continuación del resurgimiento del
siglo XVIII y así es que en buena parte se estructuran sobre escritos producidos en ese siglo y
también por fuentes y teóricos de segunda mano. Algunos son monoteístas. Otros, como el
grupo druida más grande en el mundo, la Orden de los bardos, ovatos y druidas, se basan en
un amplio rango de recursos para sus enseñanzas. Miembros de los grupos neodruidas
pueden ser neopaganos, ocultistas, reconstruccionistas, cristianos o espiritualistas de
cualquier tipo.
Investigación contemporánea[editar]
Nuevas formas de crítica filológica y métodos arqueológicos fueron desarrollados en el siglo
XX, permitiendo una mayor asertividad en el entendimiento del pasado, varios arqueólogos e
historiadores publicaron libros sobre los druidas y llegaron a sus propias conclusiones. El
arqueólogo Stuart Piggott, autor de Los druidas (1968), dio crédito a las fuentes
grecorromanas y consideró que los druidas eran una clase sacerdotal bárbara y salvaje que
realizaba sacrificios humanos. 75 Este punto de vista fue ampliamente respaldado por la
arqueóloga Anne Roos, autora de La pagana Gran Bretaña celta (1967) y La vida y muerte de
un príncipe druida (1989), aunque ella creía que los druidas eran esencialmente sacerdotes
tribales, teniendo más en común con los chamanes de las sociedades tribales que con los
filósofos clásicos.76 El punto de vista de Ross fue ampliamente aceptado por otros dos
arqueólogos destacados que escribieron sobre la materia, Miranda Aldhouse-Green 77 —autora
de Los dioses celtas (1986) Explorando el mundo de los druidas (1997) y Los druidas de
César: historia de un sacerdocio antiguo (2010) —y Barry Cunliffe, autor de Las comunidades
de la edad de hierro en la Gran Bretaña(1991) y Los antiguos celtas (1997)78
Uno de los druidas más conocidos en la cultura popular es Panoramix, del célebre
cómic Astérix, creación de René Goscinny y Albert Uderzo. Viste una túnica blanca y porta
una hoz de oro. Es, de hecho, gracias a una poción mágica preparada por Panoramix, que
los aldeanos de la villa de Astérix poseen una fuerza sobrehumana que les permite resistir
a la invasión romana.
El cómic Sláine, que está basado en la cultura celta, recoge la figura del druida como
un sacerdote, al igual que bastantes elementos que tradicionalmente se atribuyen a los
druidas, como el realizar sus cultos en arboledas o el caldero.
En el juego Dungeons & Dragons aparece la figura del druida, con funciones
semejantes a las de un mago.
En los videojuegos World of Warcraft, Diablo II: Lord of
Destruction, Praetorians y Tibia los druidas son personajes o clases jugables.
En el juego Castle Clash los druidas son héroes principales, los cuales ejercen un rol
de magos sanadores y de soporte.
Generalmente en juegos de rol y universos de fantasía, los druidas son una variante
del mago ordinario, orientada a los poderes de la naturaleza.
En la serie de MTV Teen Wolf, los druidas son introducidos como los asesores de las
manadas de hombres lobo, puesto que según la leyenda, tras el hechizo de Zeus, Lycan y
sus hijos, en forma de lobos, pidieron ayuda a los druidas para volver a ser humanos. 79
Véase también[editar]
Mitología celta
Vergobreto
Adoración a los árboles
Neodruidismo
Piratería
Este artículo trata sobre la piratería marítima. Para otros usos, véase Piratería
(desambiguación).
Bandera Jolly Roger, de Calico Jack,1 tenida como representación clásica y simbólica de la piratería.
Índice
[ocultar]
1Etimología
2Historia
o 2.1Antigüedad
2.1.1Grecia y Egipto
2.1.2Roma
o 2.2La Edad Media
2.2.1Piratería en el mar Adriático
2.2.2Los vikingos
2.2.3El Índico medieval
2.2.4El Mediterráneo
2.2.5Los vitalianos
o 2.3Edad Moderna
2.3.1Los corsarios berberiscos
2.3.2Los corsarios cristianos
2.3.3Los franceses descubren el oro de las Indias
2.3.4El corso inglés
2.3.5La piratería en el Caribe español
2.3.6La decadencia de la piratería caribeña
2.3.7Piratas del pacífico español siglo XVII
o 2.4Edad Contemporánea
2.4.1Siglo XIX: las costas chilenas
2.4.2Siglo XIX: piratería en Estados Unidos
2.4.3Piratería en los siglos XX y XXI
3Homosexualidad en la piratería
4Referencia popular
5Democracia pirata
6Literatura y piratería
7Piratas célebres
o 7.1De ficción
8Véase también
9Referencias
10Bibliografía
11Enlaces externos
Etimología[editar]
Historia[editar]
Antigüedad[editar]
Las zonas de mayor actividad de los piratas coincidían con las de mayor tráfico de mercancías
y de personas. Las primeras referencias históricas sobre la piratería datan del siglo V a. C., en
la llamada Costa de los piratas, en el Golfo Pérsico. Su actividad se mantuvo durante toda
la Antigüedad. Otras zonas afectadas fueron el mar Mediterráneo y el mar de la China
Meridional.
Grecia y Egipto[editar]
Aunque los datos no son muy abundantes, por los mitos sabemos que los griegos clásicos
fueron buenos piratas.[cita requerida] Uno de los más famosos fue Jasón, quien guio a
los Argonautas hasta La Cólquida en busca del Vellocino de oro, lo que, aunque no entre en la
definición española de piratería, para algunos es, sin ningún género de dudas, un acto de
piratería (personas que vienen por mar para robar). 1
También Ulises u Odiseo, según las traducciones griega o latina,realizó varios actos de
piratería en su regreso a Ítaca, como narra Homero en la Odisea.
Con estos dos ejemplos podemos ver una constante que se repetirá a lo largo de los siglos.
Los piratas son, en muchas ocasiones, considerados héroes nacionales en sus países,
[cita requerida]
pese a practicar lo que en tierra se llamaría robo y secuestro. Especialmente en una
sociedad como la griega, donde el oficio de las armas era reconocido y estimado, un motivo
que llevaba a glorificar, en lugar de denostar, actos como el citado de Jasón. Debe tenerse en
cuenta que el oficio de mercenario, si bien es verdad que es llevado a cabo en tierra, no tenía
connotaciones negativas como las tiene actualmente. 5
Uno de los piratas griegos más famosos de los que sí se tienen referencias fue Policrates de
Samos, quien en el siglo VI a. C. saqueó toda Asia Menor en diferentes expediciones y llegó a
reunir más de 100 barcos.6
También los egipcios consideraban piratas a los Pueblos del Mar porque su principal
expedición invasiva se dio por vía marítima y con la finalidad de efectuar saqueos. Sin
embargo, muchos otros autores no comparten esta clasificación porque los Pueblos del Mar
sólo fueron marineros en el último momento de su historia. 1
Roma[editar]
Aunque este pueblo permaneció sumido en luchas internas durante varios siglos,
en 793 realizan el primer ataque en la costa norte de Inglaterra y dos años después
en Irlanda.
Desde esa fecha hasta poco después del año 1000, los pueblos del norte efectuaron todo tipo
de incursiones en el mar del Norte, el Cantábrico y el Mediterráneo (tanto oriental como
occidental). El radio que alcanzaban sus excursiones fue aumentando progresivamente,
según crecían sus conocimientos de la costa y los ríos navegables. Así, entre otras acciones,
podemos reseñar:
793 primer ataque en las Islas Británicas.
795 primer ataque a Irlanda.
820 ataque a los actuales Países Bajos.
834 ataque por los ríos Sena y Loira.
840 ataque a la península Ibérica.
No existe una postura unánime entre muchos de los historiadores de la razón que llevó a
algunos hombres del norte, no a todos, a ir de saqueo (vikingo viene a significar 'el que va a
saquear', o también 'el que merodea por las costas'). 8 Los vikingos no solían vincular sus
acciones a otros ideales que no fueran el conseguir riquezas, esclavos o tierras donde
asentarse, ni tampoco solicitaban algún tipo de permiso a una autoridad superior que
justificara sus acciones, como sería posteriormente el caso de los franceses e ingleses con
sus patentes de corso. No obstante, la formación de grandes partidas para realizar ataques
costeros coincide al menos con la época en que en Escandinavia la población comenzó a
organizarse en reinos más o menos extensos y consolidados.
Dhow mozambiqueño en el océano Índico. Los dhows son embarcaciones tradicionales árabes muy
parecidas a las utilizadas por ese pueblo en tiempos de los abásidas, cuando fueron diestros piratas y
navegantes.
Si nos atenemos a la distancia de sus rutas, los árabes fueron los mejores navegantes de su
época. Ya en el siglo IX fueron capaces de abrir la mayor ruta comercial conocida entre
la península Arábiga y China, muy por encima de las travesías vikingas por Europa. 12
La expediciones árabes buscaban tres cosas: materias primas que pudieran luego trabajar o
vender, productos de Oriente para negociar y esclavos que vender. Aunque otros o esos
mismos árabes atacaban asimismo barcos para apoderarse de su mercancía. La zona más
peligrosa era y continuó siendo el estrecho de Malaca, donde los buitres del mar campaban a
sus anchas. No debemos pensar que los ataques piratas eran perpetrados sólo por árabes,
también participaban en ellos gente de las islas y penínsulas índicas.
Guardando algunos parecidos con las de los griegos, sin ser el mismo caso, las singladuras
árabes han llegado a la cultura universal a través de cuentos de cierto carácter mitológico,
especialmente por las aventuras de Simbad el marino. Para el escritor Jordi Esteva, en esos
cuentos y relatos están plasmadas todas las regiones visitadas por los árabes en sus
travesías, bien es verdad que mitificadas con relatos de monstruos gigantescos. Así, en el
siglo IX bajeles de Yemen y la actual Arabia Saudita habían abierto rutas por Persia, India y
China en Asia y toda la costa este africana, inclusive las costas de Madagascar. En este
último continente crearon uno de los sultanatos más importantes, pero no el único,
en Zanzíbar, desde el que se canalizaba buena parte del oro, maderas valiosas, pieles
exóticas y marfil exportados por el Gran Zimbabue ya desde tiempos de los fenicios.13
Dado que los africanos no disponían de muchos productos elaborados, las principales
acciones de piratería consistían en la captura de esclavos para ser llevados a la península
Arábiga. Los otros productos igualmente se rapiñaban, pero era más corriente la compra a los
nativos. Debe tenerse en cuenta que África, en razón de enfermedades como la malaria, fue
un continente casi vedado a los no africanos. Pero esta actuación pirática de toma de
esclavos por la fuerza fue sustituida progresivamente por la compra a negreros africanos. Esta
conducta fue una práctica muy común y muy sangrante para los reinos del África negra,
comenzando el debilitamiento de sus estructuras que posteriormente aprovecharían los
europeos. Fueron estas actuaciones de los piratas/negreros árabes lo que contribuyó a
expandir el Islam en África. Debido a que las leyes islámicas no permiten la esclavitud entre
musulmanes, muchos africanos se convirtieron a esa religión para salvaguardar su libertad.
El Mediterráneo[editar]
La situación vivida por los pueblos europeos occidentales tras la caída del Imperio romano
hace que la navegación marítima se reduzca antes de la formación del Imperio carolingioy tras
su caída en todo lo que es el Mediterráneo Occidental, pero sin desaparecer por completo. En
la parte oriental de este mar, la comunicación continúa y con ella la actividad pirática.
Autores como Wolfram Zu Mondfeld incluyen a Roger de Flor, caballero y aventurero
de Brindisi, entre los no muchos piratas documentados de la época en esa parte del mundo.
La inclusión de Roger de Flor se debe a su carrera naval antes de comandar a
los almogávares y entrar al servicio del rey de Sicilia. 1
En 1291 Roger de Flor marchó a la última cruzada y pronto se reveló como un gran marino.
Una de sus famosas acciones fue la evacuación con su flota de toda la nobleza de San Juan
de Acre; ya sea por haber pedido rescate, haber subastado los puestos o porque la
aristocracia franca utilizó sus influencias para lograr una plaza. Con sus naves llenas de
adinerados nobles logró llevarlos a Marsella sanos y salvos.
Durante los 20 años siguientes luchó al servicio del rey Federico II de Sicilia hasta que fue
reclutado por el emperador de Bizancio Andrónico II y mandó a los almogáraves en sus
victoriosas batallas contra los turcos. Saqueó Quíos y se estableció en Galípoli hasta ser
llamado y asesinado por el Emperador con 300 de sus hombres durante un banquete en su
honor. Esto hizo explotar en sus hombres la famosa Venganza catalana al aterrador grito de
«¡Desperta ferro!».
Pese a todo, el gran poder corsario de este mar aún estaba formándose y emergiendo en Asia
Menor. La progresiva expansión del Islam, primero por los árabes en todo el Norte de África y
después con los turcos en las costas asiáticas, iba a originar toda una serie de señoríos y
sultanatos que rápidamente adquirirían fuerza y tamaño, hasta llegar a convertirse en un
peligro sin igual para los reinos cristianos de Italia, España y en menor medida las órdenes
militares que gobernaban en islas como Chipre, Rodas y Malta. Debe tenerse en cuenta que
los árabes y también los berberiscos consideraban una forma de Guerra santa la piratería
contra los infieles (véase más adelante).
Los vitalianos[editar]
Reproducción de una coca, típica nave medieval del mar Báltico.
Desde muy antiguo —como atestigua la campaña llevada a cabo por Julio César contra los
piratas— y organizadamente desde el siglo XIV, el mar Mediterráneo conoció numerosas
incursiones de piratas y corsarios turcos y berberiscos que atacaban las naves y costas
europeas en medio del conflicto entre el Cristianismo y el Islam, que culminó con la conquista
cristiana de Granada y la turca de Constantinopla, Chipre y Creta.
Los berberiscos contaban con los importantes puertos de Tánger, Peñón de Vélez de la
Gomera, Sargel, Mazalquivir y los bien defendidos en Túnez y Argelia, incluso Trípoli, desde
los que atacar cualquier punto del sur europeo y refugiarse con rapidez llevando los rehenes
por los que se pedía rescate.
Debe tenerse en cuenta que la piratería a naves cristianas era considerada por los
berberiscos una forma de Guerra Santa y, por tanto, noble y ejemplarizante.
Desde estas fortalezas, los berberiscos atacaban los puertos del sur de la península Ibérica, el
archipiélago de las Baleares, Sicilia y el sur de la península Itálica. Tanto es así que el cronista
Sandoval escribió: «Diferentes corrían las cosas en el agua: porque de África salían tantos
corsarios que no se podía navegar ni vivir en las costas de España».14
Puede sorprender que un peligro tan grande durara tantos siglos, especialmente sabiendo que
aquellos puertos no eran partes de un Estado centralizado (el poder de los sultanes era
nominal) y el tribalismo predominaba en la región, dividiendo las fuerzas frente a un ataque de
Europa. Autores como Ramiro Feijoo puntualizan que aquella región tenía un escaso o nulo
valor económico para las monarquías de Zaragoza o Valladolid. Sin embargo, la situación
cambió con la firma de la Paz de Lyon en 1504 y los ataques berberiscos
a Elche, Málaga y Alicante en 1505.
Los especialistas consideran un error pensar que la península Ibérica sufría muchos más
ataques que la Itálica. No obstante, la primera contaba con el conocimiento de la lengua, las
costas y las costumbres de los andalusíes que habían abandonado la península con
la Reconquista. Muchos de ellos se convirtieron en guías, lenguas, aladides, leventes o
incluso capitanes14 y, ya en tierra, contaban con la connivencia de los otros andalusíes que
reclamaban, e incluso varios musulmanes actuales siguen reclamando, aquella tierra invadida
como suya. De esta manera, las viejas incursiones medievales, como la cabalgada o
la algarada, vuelven a practicarse desde el mar.
En los primeros años del siglo aparece un personaje que, apoyado por los
gobernantes otomanos y bereberes, se dedicó a atacar numerosas naves europeas,
principalmente españolas e italianas: era Aruch Barbarroja. Este corsario llegó incluso a recibir
de manos del rey de Túnez, en 1510, el gobierno de la isla de Yerba, desde donde siguió
organizando pillajes y ataques, tales como la conquista de la ciudad de Mahón en 1535. Tras
su muerte, su hermano Jeireddín, que había heredado de él el apodo de Barbarroja, llegó a
empequeñecer la leyenda de Aruch. Tanto es así que el Abate de Brantone, en su libro sobre
la Orden de Malta, escribió de él: «Ni siquiera tuvo igual entre los conquistadores griegos y
romanos. Cualquier país estaría orgulloso de poder contarlo entre sus hijos.»1
La mayor parte de las naves berberiscas eran galeras de poca altura, propulsadas por remos.
Los remos eran bogados por multitud de esclavos no musulmanes, algunos raptados de
países europeos y otros comprados en el África Subsahariana. La galera generalmente tenía
un solo mástil con una vela cuadrangular. Las acciones berberiscas fueron aumentando en
número y osadía, llegando a tomar posesiones en Ibiza, Mallorca y en la propia España
peninsular con ataques en Almuñécar o Valencia.15 Bien es verdad que muchas de estas
acciones culminaban con éxito gracias a la cooperación que los argelinos y tunecinos
obtenían de los moriscos, hasta que fueron expulsados por Felipe III.
Pese a ser el Atlántico el principal foco de atención de los Austrias, las acciones en el
Mediterráneo nunca se descuidaron. Actualmente toda la costa mediterránea española está
todavía jalonada por torres de vigilancia (desde donde una siempre divisa otras dos) y torres
de guardia para defender las costas (un ejemplo es Oropesa del Mar, en Castellón). Estos
piratas dieron origen a una frase que ha perdurado desde entonces: «No hay moros en la
costa». Lo mismo que las acciones de la que hoy llamaríamos sociedad civil, para aliviar el
sufrimiento de los cautivos y sus familias con la fundación de la orden de
los Mercedarios dedicados únicamente a reunir rescates.
Pero no se debe caer en la idea de que los reyes españoles se limitaban a desplegar una
estrategia defensiva. Las operaciones que culminaron con la toma de Túnez y la de Argel
por Carlos V y Juan de Austria, incluso la misma Batalla de Lepanto protagonizada por este
último estratega, fueron los principales y más grandes intentos de combatir esta piratería que
suponía un auténtico martirio para España y otras naciones europeas.
El apogeo de la piratería berberisca llegó en el siglo XVII. Gracias en parte a las innovaciones
del diseño naval introducidas por el renegado cristiano Zymen Danseker, los corsarios
norteafricanos extendieron sus ataques prácticamente por todo el litoral del Atlántico Norte. De
esta época datan ataques tan al norte como en Galicia, las islas Feroe e incluso Islandia. Es
posible que incluso alguno de estos barcos hubiese alcanzado las costas de Groenlandia de
forma puntual. En el siglo XVIII la práctica, lejos de decrecer, se mantuvo e incluso aumentó
en algunos momentos gracias a la disminución del dominio marítimo español sobre el
Mediterráneo occidental con la pérdida de Orán y Mazalquivir durante la Guerra de Sucesión
Española de 1700–1714.
Las acciones de los piratas berberiscos no remitirían hasta comienzos del siglo XIX, cuando
países como Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos cesaron de pagar tributos a los reyes
berberiscos y comenzaron a realizar campañas de castigo contra la base pirata de Argel. Ésta
vio destruida gran parte de su flota en 1816, y en 1830 cayó ante las fuerzas francesas, que la
usarían como punto de partida para crear la colonia de Argelia a lo largo del siglo siguiente. La
presión internacional y la decisión del Imperio otomano de acabar con esta práctica, llevaron al
fin de la piratería en Marruecos, Túnez y Tripolitania en los años siguientes.
Los corsarios cristianos[editar]
Los corsarios cristianos también atacaban los navíos musulmanes bajo las órdenes de los
reyes cristianos. Desde las posesiones españolas de Italia solían reclutar militares para ejercer
de corsarios en el mar Egeo y el Norte de África. Los navíos españoles, al mando de
veteranos de las guerras imperiales de los Austrias, operaban unas veces por su cuenta
dando caza a los bajeles musulmanes, y otras se agrupaban para asaltar y saquear ciudades
e islas. El más conocido de estos corsarios es Alonso de Contreras, que además dejó en su
autobiografía (Vida del capitán Contreras) un relato pormenorizado de las luchas que vivió
entre 1597 y 1630.
Los franceses descubren el oro de las Indias[editar]
Como se ha indicado anteriormente, todas las naciones europeas, excepto España y Portugal,
quedaron fuera del reparto de tierras y comercio con las colonias americanas; este sólo lo
podía realizar la Casa de Contratación con sede en Sevilla.
Pese a que durante muchos años los monarcas de España y Portugal trataron de mantener en
secreto lo descubierto en América, en 1521 piratas franceses a las órdenes de Juan
Florin lograron capturar parte del famoso Tesoro de Moctezuma, abriendo toda una nueva vía
para asaltos y abordajes en busca de fabulosos botines. Tanto es así que al cabo de San
Vicente los españoles comenzaron a llamarlo El cabo de las Sorpresas.15
Sin embargo, los españoles aprendieron pronto a defenderse de los piratas franceses, más
tarde ingleses, y empezaron la construcción de los impresionantes galeones, mucho más
armados que los navíos piratas y preparados para frustrar el abordaje con una descarga de
sus enormes y numerosas piezas de artillería.
Ante éstos, los corsarios franceses y algunos pocos españoles enrolados con ellos probaron a
cruzar el Océano y asentarse en las islas del Caribe donde pudieran atacar pequeños barcos
y poblaciones indefensas. Es el caso de Diego Ingenios y Jacques de Sores, que
sitiaron Nueva Cádiz y llegaron a capturar a su gobernador, Francisco Velázquez. También es
el caso de la ciudad hondureña de Trujillo, que fue saqueada y arrasada por los piratas en
varias ocasiones pese a los refuerzos enviados (sorprende que con tantos ataques siga
existiendo en la actualidad).
El corso inglés[editar]
Sir Francis Drake.
Más tarde surge como nuevo pirata la figura del corsario inglés, una clase social sui géneris,
especializada en el robo marítimo, en el saqueo de ciudades, puertos y mercancías. Los
corsarios disfrutaban de lo que se llama patente de corso, es decir, «licencia para robar y
saquear» con la autorización explícita del rey u otro gobernante. Esta patente era privilegio
de Inglaterray Francia, que tenían a sus corsarios institucionalizados y cuya actividad se
convierte en lícita en tiempos de guerra. De esta manera, los piratas clásicos se van haciendo
corsarios, que es una postura más cómoda, pues actúan siempre dentro de un orden
legitimado y bajo la protección de la ley.[cita requerida]
La percepción de los corsarios depende obviamente del observador: para los atacados son
simplemente piratas, o mercenarios sin escrúpulos, mientras que para sus connacionales son
patriotas e incluso héroes.[cita requerida] En Inglaterra, la piratería se convirtió en un negocio
legítimo. Fue Enrique VIII el primer monarca que expidió las patentes de corso. Más adelante,
la reina Isabel I se convertiría, por este medio, en «empresaria marítima», otorgando las
patentes a cambio de parte del botín conseguido.
Asimismo debe tenerse en cuenta que estos corsarios muchas veces eran comerciantes que
vendían productos muy necesarios para los colonos y compraban a buen precio los artículos
que éstos debían vender exclusivamente a la Casa de Contratación. Por lo tanto, en muchas
ocasiones, la presencia permanente de piratas en el casi despoblado Caribe insular era bien
vista, e incluso necesaria, tanto para los habitantes como para las élites españolas residentes
en América.15 Es el caso de John Hawkins que vendió esclavos traídos desde África y compró
especies a mucho mejor precio que el pagado desde Sevilla. 1
En algunos casos, después de expirada la licencia o acabada la guerra, los corsarios vuelven
a actividades privadas como ricos burgueses que incluso son condecorados. En Inglaterra
existen monumentos levantados a algunos corsarios, considerados como héroes. El más
famoso de los corsarios del siglo XVI es, sin duda, Francis Drake, insigne almirante, honrado
por su reina en agradecimiento a los servicios prestados y elevado a la categoría de sir.
Sobrino de otro pirata, también ennoblecido por la reina, sir John Hawkins, juntos
asaltaron Veracruz en 1568, cuando aún carecía de fortificaciones. Drake tiene en su haber el
más cuantioso botín registrado en la historia: dos buques españoles que transportaban oro y
plata americanos desde Nombre de Dios, lo que le supuso que Isabel I lo armara caballero.
[cita requerida]
El Spanish Main, la región costera continental de las posesiones españolas que daban al mar Caribe.
Principal lugar desde donde salían los navíos que llevaban las riquezas extraídas de América para
España.17
Felipe II ordenó que ningún barco hiciera la Ruta de las Indias sin protección para evitar el
ataque de los piratas a los navíos españoles. Para ello optó por la formación de convoyes en
los que las carabelas y las naos eran escoltadas por los poderosos galeones y carracas,
llamado Sistema de flotas y galeones. Este sistema constituyó un gran éxito si nos atenemos a
la proporción de flotas fletadas (más de cuatrocientas) frente al de flotas atrapadas (dos), que
da un porcentaje de capturas de un 0,5%, y ninguna de estas dos se debió a la acción de los
piratas o corsarios, sino a la de Marinas de guerra pertinentemente armadas. 16
En cualquier caso, en el siglo XVII el trópico de la América hispana se convirtió en el
escenario donde actuaban a destajo los lobos del mar, a menudo amparados por los grandes
países de Occidente (principalmente Inglaterra, Francia y Holanda).
Como se ha indicado, se llamó corsarios a los que actuaban por cuenta de sus reyes,
quedándose con parte del botín. Por su lado, los simples aventureros y ladrones fueron
conocidos con el nombre genérico de bucaneros, pues sus tripulaciones se nutrían de
habitantes de las islas que preparaban y vendían carne al bucán, es decir, ahumada.
Sembraron el terror y la desolación en las poblaciones situadas en el Golfo de México y el
Caribe. Veracruz, San Francisco de Campeche, Cuba, Santo Domingo, Cartagena de Indias,
Honduras, Venezuela, Panamá y Nicaragua fueron los lugares más castigados, víctimas de
saqueos, asaltos y asesinatos.
Resaltan las figuras del galés Henry Morgan, de los franceses El Olonés (de nombre Jean
David François de Nau) y Michel de Grammont , el holandés Laurens de
Graff, Lorencillo (llamado así por su corta estatura; otros hacen referencia a él como Lorent
Jácome), todos ellos piratas sin escrúpulos. Los peores asaltos que se recuerda
fueron: Maracaibo por El Olonés, Veracruz por Grammont y Lorencillo y Puerto Bello por
Morgan. Estos lugares azotados y desprotegidos no contaban con ninguna defensa por parte
del Imperio español de ultramar.
Pero esta situación fue cambiando a medida que las colonias iban aumentando en población,
y la metrópoli fue invirtiendo en la flota, defensas y guarniciones. De esta forma, a finales del
siglo XVI los principales piratas y corsarios habían muerto o estaban prisioneros:
Richard Grenville fue derrotado y muerto en 1591 en las Azores.
Thomas Cavendish fracasa en una expedición y fallece en 1592 posiblemente aguas
fuera de la isla Ascensión, África.
David Middelton fracasa también en las Azores.
George Clifford perdió 14 de sus 28 naves salidas de Plymouth en la
Operación Raleigh en 1595; entre ellos cayeron John Hawkins y Francis Drake.
Sir Walter Raleigh fue condenado a muerte, sufrió suplicio y fue posteriormente
decapitado en 1618.
El historiador británico J. B. Black lo expresó en una frase con tintes nostálgicos: «Los
formidables escuadrones de corsarios, que antaño asolaron el Caribe, habían
desaparecido».18
La decadencia de la piratería caribeña[editar]
En opinión de estos historiadores, el empobrecimiento causado por los bandidos del mar,
pese a tener puntos de verdad, es más una deformación fruto de la literatura y la filmografía.
En la Isla de la Tortuga (frente a las costas de Haití, rodeada de islotes, lo que hace que, a
veces, sea mencionada en plural como Las Tortugas), los bucaneros tuvieron una base
internacional durante los siglos XVII y XVIII. Formaban una asociación llamada Cofradía de
los Hermanos de la Costa. No se conoce el preciso origen de esta cofradía, pero se sabe que
llegó a elaborar una constitución que regiría sus vidas. Se presume que era transmitida por
tradición oral, ya que no se han encontrado registros escritos al respecto. Tales preceptos
son:23
— «Ni prejuicios de nacionalidad ni de religión». En este punto, la coincidencia es general.
Convivían perfectamente católicoscon protestantes e ingleses con franceses. Se privilegia la
individualidad como materia de crítica. Las guerras europeas y sus odios no llegan a la Isla de
la Tortuga. No hay países, hay hermanos, pero cabe destacar que existían diferencias
lingüísticas que separaban a algunos grupos.
— «No existe la propiedad individual». Entendiéndose por esto la propiedad de un
determinado terreno. Quiere decir que la isla es de todos y para todos; cabe destacar que los
barcos de la cofradía tampoco tenían un propietario fíjo.
— «La Cofradía no tiene injerencia en la libertad de cada cual». Quiere decir que no habría
impuestos ni imposiciones de trabajos forzados ni código penal. Cualquier problema entre
hermanos debía solucionarse solamente entre ellos. La participación en travesías es
completamente voluntaria y no existirá obligación alguna cuando llegue la hora de componer
tripulaciones o armar un ejército.
— «Si un cofrade abandona la sociedad, jamás será perseguido». Esta ley permitía libertad
absoluta para abandonar la cofradía en cuanto su integrante lo decidiera o volver a entrar si lo
quería.
— «No se admiten mujeres». Esta ley sólo se aplicaba a la restricción de mujeres blancas en
la isla, ya que representaban un tipo de propiedad individual. Esta ley evitaba que se formaran
formas de vida estables que pusieran en peligro la libertad adquirida. Sólo se admitían
mujeres negras y esclavas, puesto que las esclavas no eran consideradas personas que
pudiesen «apresar» a un hombre en tareas indignas para un hermano.
El espíritu libertario de esta hermandad se modeló necesariamente en las propias
características de las vidas que habían llevado sus componentes: proscritos, forajidos y a los
tipos más crueles que se presentasen, gente por lo general perseguida, atormentada y
desarraigada, formularon leyes que fomentaban la libertad de su propia sociedad. Los
nombres más conocidos de esta época son los de Michel de Grammont, Pierre
Legrand, Henry Morgan, El Olonés, Rock el Brasileño, Bartholomew Roberts y Edward Low.
Muchos colonos insatisfechos con el provecho que sacaban a sus tierras y deseosos de
enriquecerse con rapidez, se les unieron en sus hazañas.
Pintura de Jean Leon Gerome Ferris (1863–1930), que interpreta la batalla entre Barbanegra y el
teniente Robert Maynard.
Lo más curioso de esta constitución es la total ausencia de deberes. La Cofradía sólo teme a
la omnipotencia, la dictadura, la tiranía. Los nuevos integrantes eran bienvenidos, ya que esta
sociedad se hacía más fuerte cuanto más numerosa.
Hubo un pirata con vocación de escritor, llamado Alexander Olivier Exquemelin, que ha dejado
un verdadero tesoro histórico en su obra Los piratas de América o Bucaneros de América.
Describe a los piratas, la geografía por donde se movían, la historia de muchos de ellos,
sociedad, costumbres y recompensas.
Otro tipo de bandidos del mar fueron los «filibusteros», especialistas tanto en el robo y pillaje
de barcos españoles como en introducir mercancías de contrabando, sobre todo en Cuba y en
las islas cercanas. No hay unanimidad respecto al origen de la palabra. Unos la derivan
del inglés free booter, merodeadores del mar. Otros afirman que puede venir del nombre de
los buques ligeros fabricados en la zona de Las Tortugas, muy veloces por su proa afilada, por
lo que eran llamadas fly-boats y a los que los españoles llamaban filibotes. Existe una tercera
versión, más inverosímil, que sostiene que pudo surgir de una hermandad pirata fundada en
Las Tortugas, la hermandad de los hijos de los botes o filiboat. En cualquier caso, se trataba
de tipos sin escrúpulos como sus anteriores colegas, pero tenían costumbres distintas, pues
esta nueva especie liquidaba rápidamente el botín conseguido para empezar de nuevo la
aventura del pillaje. Tenían a gala un lema: «Contamos con el día en que vivimos y nunca con
el que habremos de vivir». Belice fue un importante refugio filibustero durante el siglo XVII.
Aunque pertenecía a la Capitanía General de Guatemala, los filibusteros encontraron fácil
acomodo allí al estar su costa resguardada por arrecifes y de difícil acceso a través del
continente.
A partir del año 1697, parte de la piratería se trasladó a América del Norte y parte al
continente asiático, al mar Rojo y la costa de Malabar, con su base de operaciones en la isla
de Madagascar. En Asia, el nuevo escenario es el mar de la India. El corso británico vuelve a
tomar la patente y surgen figuras como Henry Every o Avery y William Kidd. En el Extremo
Oriente persiste la actividad de piratas portugueses, holandeses y británicos y sus andanzas
visitan los mares de la India, China, Japón, Malasia y Borneo.
En toda esta selva de piratería hay un personaje insólito que representa el auténtico
romanticismo pirata. El Capitán Misson, de nacionalidad francesa, era un idealista,
preocupado por la justicia, por construir un estado utópico en alguna isla del Océano Índico.
Se ha dicho de él que es un equivalente al Quijote en el mundo de la piratería. Sus biógrafos
cuentan que siempre repartía equitativamente el botín entre su gente y que dejaba en libertad
al capitán de la nave apresada. Misson aparece sólo en la obra de Charles Johnson, cuyo
cuento de Misson no conviene con los datos disponibles; por eso, la mayoría de los
historiadores de la piratería consideran a Misson un mito.
Piratas del pacífico español siglo XVII[editar]
Año 1600. Oliverio van Noort. Conocido en España como Oliverio Nort.
Año 1615. Joris van Spilbergen. Conocido en España como Jorge Spilberg.
Año 1624. Jacques L'Hermite. Conocido en España como Jacobo Heremita Clerk.
Año 1643. Hendrick Brouwer. Conocido en España como Enrique Breaout.
Edad Contemporánea[editar]
El fenómeno de la piratería ya estaba muy disminuido a medida que los Estados podían fletar
armadas nacionales sin recurrir a los corsarios. Al mismo tiempo, la progresiva organización y
fortificación de las colonias y colonización de nuevas tierras como África cierra las
posibilidades a los buitres del mar de atacar posiciones en tierra.
Sin embargo, la piratería continúa existiendo.
Siglo XIX: las costas chilenas[editar]
Al producirse la guerra de independencia de Chile, los habitantes del archipiélago
de Chiloé tomaron partido por el bando realista y se enfrentaron a los independentistas en el
territorio continental. Además, a partir de 1817, el gobernador de las islas, Antonio Quintanilla,
le dio patente de corso a Mateo Mainery y su bergantín General Quintanilla para que
hostilizaran a los mercantes chilenos. A principios de 1818 la independencia de Chile estaba
consolidada, pero Chiloé no pudo ser derrotado entonces y las andanzas de corso contra los
chilenos y la piratería contra barcos de otras banderas se extendieron hasta 1824.
Siglo XIX: piratería en Estados Unidos[editar]
A partir de 1850 los piratas son aún más acosados con la ayuda de adelantos técnicos y
militares. Los ladrones del mar se ven impotentes, sobre todo ante el avance de los medios de
comunicación y el aumento en el calibre y la precisión de las organizaciones defensivas.
En la América hispana se mezclan los idealistas, contrabandistas, mercenarios y negreros y
luchan al lado de los independentistas que quieren liberarse de la Corona española. Actúan
desde Florida, donde los filibusteros estadounidenses acosan los barcos españoles. Los
historiadores ven en este proceder un antecedente para la guerra de Cuba.
Bandera de Florida. Desde esta península americana salieron varias expediciones
de filibusterosestadounidenses.
Los investigadores y analistas de la piratería señalan que éste no es un asunto resuelto aún y
que sigue actuando de maneras diversas.
A mediados del siglo XIX, una nueva ideología se une a las anteriores compartidas en mayor
o menor medida por los piratas. Es la Doctrina del destino manifiesto invocado por el gobierno
estadounidense. Siguiendo esta doctrina, y teniendo en cuenta que la práctica totalidad de la
superficie continental estaba dominada y anexionada, América Central era el próximo objetivo
de los norteamericanos y el modelo era el Estado de Texas.
El caso texano consistió en inmigrar al territorio mexicano, proclamarlo independiente en
violación del juramento de lealtad al gobierno mexicano, vencer al ejército mexicano (incluido
el capítulo de la Batalla de El Álamo profusamente mitificado por los estadounidenses) y, una
vez obtenida la plena soberanía, anexarlo a Estados Unidos. De acuerdo con Juan A.
Sánchez Giménez, éste resume: parece un maquiavélico plan bastante premeditado y en
cierto modo lo era.24
Siguiendo el éxito anterior, Estados Unidos pretendía crear un imperio tropical, especialmente
en los Estados del Sur, que formaría los efímeros Estados Confederados de América. A este
fin se prestaron hombres de mar como John Quitman o Narciso López, de origen venezolano,
que planearon invadir Cuba, proclamarla independiente de España y unirse a la emergente
potencia mundial.
Personas como los citados volvieron a poner en uso el viejo término de filibustero sin ninguna
connotación peyorativa en aquella época.
Quizá el más famoso de todos aquellos filibusteros, pese a su corta vida, sea William Walker,
quien realizó tres expediciones para tomar distintas partes de América Central.
En la primera de aquellas incursiones y a sus 28 años conquistó La Paz, capital de
la península de California, en 1853 con 45 hombres y proclamó la República de la Baja
California. Poco después la uniría a la recién creada República de Sonora, proclamándose él
como presidente. El ejército mexicano lo derrotó y cruzó a Estados Unidos por la frontera. Fue
juzgado y en el jurado se puede apreciar la influencia de la Doctrina del Destino Manifiesto,
pues sólo tardaron un minuto en decidir que era inocente de haber provocado una guerra
ilegal.
En 1855 se lanza a la conquista de Nicaragua con sus 58 Inmortales, 170 nicaragüenses y
100 norteamericanos. Vence al ejército nicaragüense el 1 de septiembre; pero en esta ocasión
se muestra más prudente y nombra como presidente a Patricio Rivas. Pero el resultado no
dista mucho del anterior: Nicaragua es invadida por 2.500 hombres de Costa Rica y Walker es
vencido en Santa Rosa (territorio costarricense) y Rivas. Posteriormente se celebran
elecciones, pero las elecciones son amañadas por Walker y éste sale elegido.
Sin embargo, esta serie de acciones son vistas como peligrosas por países centroamericanos
al percibirlas como una amenaza para su soberanía, y los ejércitos de Costa
Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras lo derrotan y huye en 1857. En noviembre vuelve a
ser juzgado en Estados Unidos y se vuelve a apreciar la creencia estadounidense de estar en
su derecho de querer anexionar esas tierras, pues Walker es absuelto.
En su tercera expedición a Honduras en 1860 no tiene tanta suerte y es capturado por Nowel
Salman de la Marina Real Británica. Fue juzgado en Honduras y fusilado ese mismo año.
Pese a ser acogido como un héroe en los Estados del Sur, Walker actualmente es un olvidado
en Estados Unidos, no así en Centroamérica, donde las guerras contra él pueden ser, como
indica Juan A. Sánchez Giménez, el equivalente a las Guerras de la Independencia del resto
de las ex-colonias españolas que los pueblos de América Central no vivieron (véase Guerra
Nacional de Nicaragua y Campaña Nacional de 1856-1857).24
Piratería en los siglos XX y XXI[editar]
Durante el siglo XX, la piratería, ejercida de forma sistemática, está concentrada a reductos
del Tercer Mundo. Los países que, se estima, albergan más piratas
son Somalia, Indonesia y Malasia. En especial alrededor de Asia y en particular en el estrecho
de Malaca, un estrecho canal entre Singapur, Malasia por al noreste e Indonesia al suroeste.
En 2004, los gobiernos de éstos tres países acordaron incrementar la protección de las naves
que lo atravesaban.
En el siglo XXI, los ataques piratas se realizan con apoyo del GPS y se dedican a robar las
cámaras digitales y otros objetos de valor a los turistas. 22 Su zona de actuación siguen siendo
las mismas que en el siglo XX (sureste asiático, el Cuerno de África principalmente), donde los
Estados no tienen verdadera jurisdicción y, a veces, ni siquiera el poder para controlar a sus
fuerzas, ya sean de seguridad o armadas.
Los actos llamados de piratería para barcos de gran tonelaje son muy escasos en el Atlántico,
buena parte del Pacífico y de gran incidencia en la costa oriental de África. 25 La piratería
también afecta a las aguas de Somalia y Nigeria y, en menor escala, en algunas costas
de América del Sur [cita requerida].
Se pueden citar:
Lancha con piratas somalíes a bordo.
Homosexualidad en la piratería[editar]
En un ambiente marítimo carente de mujeres o grupo social de un mismo sexo, la
homosexualidad y las prácticas homosexuales eran ampliamente aceptadas 29 y parte de la
vida diaria en el mundo de los bucaneros o piratas. La mayoría de los piratas rechazaban
la heterosexualidad incluso cuando en los puertos existía dicha posibilidad de tener contactos
sexuales con mujeres, generalmente prostitutas.30 Las mujeres capturadas rara vez eran
utilizadas sexualmente, sino más bien eran usadas para pedir rescate. Algunos piratas
preferían a los muchachos jóvenes, debido a ello solían raptarlos y obligarlos a aprender
sobre marinería siendo entrenados por un pirata tutelar. El pirata y su «aprendiz» creaban
fuertes lazos llegando incluso a dormir y comer juntos, en algunas ocasiones compartían el
botín. Los piratas conformaron los primeros «matrimonios» o uniones homosexuales de
la historia moderna en la institución conocida como matelotage.30 Era una unión contractual
entre dos hombres, que incluía la herencia de los bienes en caso de fallecimiento de uno de
los «cónyuges».3132 El «matelot»33 era generalmente el pirata, pareja sexual o compañero más
joven o económicamente desfavorecido. También se conocen casos de piratas mujeres con
tendencias o rasgos homosexuales, tal es el caso de Anne Bonny y Mary Read.
Referencia popular[editar]
En la imaginación moderna, los piratas eran rebeldes. Grupos inteligentes que operaban fuera
de la ley y la burocracia de la vida moderna. La imagen de los piratas se asocia
frecuentemente con el izado de la Jolly Roger, nombre de la tradicional bandera de piratas
europeos y americanos, y un símbolo que ha sido adoptado por las grandes producciones
cinematográficas y en la creación de peluches y juguetes.
Democracia pirata[editar]
Artículo principal: Código de conducta pirata
Literatura y piratería[editar]
Tema de libros de aventura y poesía, la piratería ha tenido una parte importante en la
literatura. Sirvan de ejemplo:
La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson.
Capitán Blood, de Rafael Sabatini.
Sandokán, de Emilio Salgari.
El corsario negro, de Emilio Salgari.
La reina del Caribe, de Emilio Salgari.
En costas extrañas, de Tim Powers (Piratas del Caribe y Monkey Island están basados
en este libro).
Canción del pirata, de José de Espronceda.
El libro de los piratas, de Howard Pyle.
Vampiratas, una ola de terror, de Justin Somper.
La taza de oro, de John Steinbeck.
El Pirata enmascarado, por Juan Carlos Riofrío Martínez-Villalba.
Los piratas circulares, de Rafael Estrada.
Long John Silver, de Björn Larsson.
Historias de piratas, de Arthur Conan Doyle.
Latitudes piratas, de Michael Crichton.
La Canción del Pirata, de Fernando Quiñones.
Saga Bandidos Del Mar de Franco Alvarez
Piratas célebres[editar]
Categoría principal: Piratas y corsarios.
Anne Bonny
Mary Read
Jeireddín Barbarroja
Roger de Flor
Barbanegra
Francis Drake
Pier Gerlofs Donia
John Oxenham
Thomas Cavendish
John Hawkins
Richard Hawkins
Olivier de Norh
José Gaspar
Michel de Grammont
Laurens de Graff
Henry Morgan
Rock el Brasileño
Amaro Pargo
El Olonés
Hipólito Bouchard
John Clipperton
Jack el Calicó (Jack Rackham)
Bartholomew Roberts
Lope de Aguirre
Benito Soto Aboal
Walter Raleigh
William Walker
Willian Dampier
William Kidd
Roberto Cofresí
Hendrick Brouwer
Samuel Bellamy
Edward England
Louis Michel Aury
Bartholomew Sharpe
Thomas Tew
Wodes Rogers
Mateo Mainery
Pirata enmascarado
Jacques de Sores
Walter Kennedy (Pirata)
Amyas Preston
George Somers
Klaus Störtebeker
Kristoffer Trondsen Rustung
Charles Vane
Benjamin Hornigold
William Kidd
Henry Every
De ficción[editar]
Long John Silver
Guybrush Threepwood
LeChuck
Edward Kenway
Monkey D. Luffy
Gol D. Roger
Trafalgar Law
Jack Sparrow
Capitán Barbossa
Sandokán
Capitán Garfio
Capitán Blood
John Silver El Largo
Rackham el Rojo
Davy Jones
Ilustración de Carlos NCT para la novela "Los piratas circulares".
Jack Hunter
Will Turner
Elizabeth Swann
Captain Black Shadow
Capitán Franco Álvarez (El Temido)
Capitan Flint
Saïd (Mar i cel)
Véase también[editar]
Portal:Derecho. Contenido relacionado con Derecho.
Corsario
Filibustero
Bucanero
Fortaleza del Real Felipe
Piratería en Canarias
Ronda del pirata
Bandera Jolly Roger
Port Royal
Libertatia
Utopía pirata
Wakō
Edad de oro de la piratería
Homosexualidad en la piratería
Anexo:Tesoros desaparecidos
Referencias