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El texto propuesto para comentar se trata del libro escrito por Amélie Nothomb Estupor

y Temblores. Este análisis estará dividido en dos partes, en la primera constará de un


resumen del libro y en la segunda se presentará una crítica personal del mismo.

En este libro la autora cuenta su experiencia en una empresa japonesa bastante


importante. Comienza con su llegada a la empresa y la intención que tiene con respecto
a su trabajo allí, pero al llegar se da cuenta de que el funcionamiento de una empresa
japonesa es totalmente distinto al occidental al que estaba acostumbrada. Durante su
estancia allí sufre las consecuencias de ser una extranjera y comete numerosos “errores”
que se traducen en castigos y degradaciones por parte de sus superiores. La protagonista
los afronta con paciencia e inteligencia, y no provoca ninguna situación irreversible.
Finalmente acaba su contrato y, siguiendo la costumbre dimite humillándose culpándose
de no haber sido capaz de cumplir con su deber. Cuando vuelve a casa, escribe el libro
que la hará famosa y por el que la felicitarán numerosas personas, incluyendo a una de
sus superiores.

En esta novela convergen varios temas importantes que hemos tratado a lo largo de las
semanas en la asignatura. Siguiendo las pautas de la actividad, me centraré en destacar
los vistos en los temas 5 y 6 del programa, que unen la jerarquía y la actitud japonesa,
con el papel de la mujer en la sociedad.

En el texto la protagonista representa un personaje que genera mucha controversia en


una sociedad como la japonesa: una mujer extranjera que entra a trabajar en una gran
empresa. Con este contexto la autora presenta la estructura que rige la sociedad
japonesa, en la que la jerarquía y el estatus determinan quien eres y a quien te debes,
como dice la protagonista al inicio del texto: “El señor Haneda era el superior del
señor Omochi, que era el superior del señor Saito, que era el superior de la señorita
Mori, que era mi superiora. Y yo no era la superiora de nadie”. Tal y como se trató en
el tema cinco, el japonés tiene que responder ante quien está por encima de él y no debe
nunca sobrepasar su estamento, a pesar de que tenga pensamientos contrarios a su
superior el respeto y la devoción que se tiene con respecto a éste representa el máximo
exponente en todos los aspectos de la vida, y en el caso de la novela, en el ámbito
profesional. Cumplir con tu deber y no desviarte de tu camino es tu prioridad y esto
puede verse reflejado en el comportamiento de los personajes a lo largo de la novela en
numerosas ocasiones, como por ejemplo cuando el señor Tenshi, que aprecia el valor de
Amélie le propone realizar un informe, y cuando los superiores se dan cuenta de que lo
escribió ella, el señor Tenshi agacha la cabeza y se mantiene en su lugar mientras es
regañado junto con la protagonista, lo que me hace pensar que “no hay héroes entre los
japoneses”.

Otro tema importante que rige la novela es la situación de la mujer en la sociedad


japonesa, en este caso en el ámbito de la empresa. La mujer tiene una responsabilidad
para con su trabajo, que adquiere una magnitud insospechada en su vida, pero que
supone una contradicción con respecto a los demás aspectos en los que la sociedad
considera que debe sobresalir, como son el ser femenina y perfecta, y encontrar un
marido antes de una edad límite. Es muy llamativo el hecho de que la mujer deba ser
intachable en el trabajo (lo que requiere todo su tiempo y esfuerzo) y también deba
encontrar una pareja socialmente acorde con su estatus (en ningún caso se habla de
amor, ni se mantiene como una característica a la hora de casarse) en un tiempo
limitado, ya que ambos requerimientos no pueden ser compatibles entre sí y llevados a
cabo por una única persona, por lo tanto no podrían cumplirse y traerían la vergüenza a
dicha persona. Esta contradicción se ve reflejada en el personaje de la señorita Mori,
una mujer de aspecto perfecto y personalidad dura que aparece como antagonista en la
vida laboral de la protagonista, castigándola y humillándola en numerosas ocasiones,
pero que se derrumba cuando recibe las críticas de su superior, y que a sus 29 años aún
no se ha casado. Vemos aquí representada la carga que la mujer japonesa arrastra
durante su día a día, su actitud de estar siempre alerta y no poder relajarse para
conseguir un puesto que está fuera del alcance de la mayoría de mujeres, pero con la
condición de no fallar un ápice en su trabajo. Añadido a esto está el problema de
encontrar un marido “apto” para cumplir así todas las expectativas que la sociedad ha
impuesto sobre ella.

El último tema del que me gustaría hablar es el representado por la protagonista, el


personaje extranjero en la sociedad japonesa. En primer lugar me gustaría destacar que
ser extranjero resulta complicado en cualquier país, sociedad o cultura, y no debemos
avasallar a los japoneses por ello. Teniendo esto en cuenta, hay lugares en los que es
más sencillo por las facilidades que la misma sociedad te da a la hora de adaptarte,
pensando en España, por ejemplo, hay pueblos en la costa (y en muchas capitales) en
los que además de castellano las personas hablan otros idiomas con fluidez, e incluso se
requiere para muchos trabajos tener un segundo idioma con el objetivo de poder
comunicarte con las personas extranjeras, pero siempre agradecemos que aquellas
personas que llegan a nuestro país conozcan nuestro idioma y sean capaces de hablarlo
en mayor o menor medida. Esto parece ser al contrario en el caso japonés, ya que como
aparece en la novela, aunque la protagonista habla japonés (de no haberlo hecho no la
hubieran contratado, tal y como aparece en el libro) sus superiores se enfadan y ofenden
cuando ella demuestra que sabe el idioma e incluso conoce sus costumbres, y la
discusión con su superior solo acaba cuando ella dice que el cerebro occidental no es
capaz de eliminar un idioma como parece que puede hacerlo el cerebro japonés. Al leer
esto no pude evitar sorprenderme, ya que aunque hemos estudiado en clase el discurso
del Nihonjinron (la superioridad del japonés) lo hemos hecho en el contexto de escritos
de antropología, pero es realmente impactante ver cómo en una obra de literatura escrita
por una occidental, el personaje de su superior (que, sabemos que era una persona real
ya que la obra es la historia de la propia autora) se contente cuando recibe una
confirmación de que los occidentales no pueden hacer cosas que requieren un
gigantesco esfuerzo (como es olvidar un idioma) y los japoneses sí.

Para terminar me gustaría comentar la actitud que la protagonista mantiene ante estas
situaciones que se le presentan y la dualidad que ella misma representa. A pesar de ser
una chica occidental educada en una cultura occidental, Amélie tiene una capacidad
asombrosa de controlarse ante situaciones tensas que sacarían de sus casillas a cualquier
persona, y además mantiene una actitud muy comprensiva con respecto a los tratos que
recibe por parte de sus superiores japoneses, ya que entiende por qué se comportan así.
Esto me parece interesante porque creo que la paciencia y contención que la
protagonista presenta en la novela son características más propiamente japonesas que
occidentales, el que se niegue a dimitir como haría cualquier extranjero justificando que
eso sería una deshonra tanto para ella como para la propia empresa supone un
comportamiento puramente japonés, y esto se complementa con un carácter irónico que
resulta en un personaje interesante y fácil de querer, además de tener una dualidad entre
ambas culturas más propia de la ficción que de la vida real, teniendo presente que esta
es una historia real.

En conclusión, creo que la autora consigue reflejar muy bien el sistema de


funcionamiento de la sociedad japonesa, la importancia de los valores tradicionales y el
respeto al superior llevado al máximo exponente aparecen en la obra de una forma clara
y detallada. Presumo al decir que, el que la autora consiga plasmar la verdad cruda en su
obra, se debe principalmente a que es una experiencia contada de primera mano, y con
esto justifico mi idea central de que a pesar de los estudios que podamos leer y realizar,
la única manera de conocer la verdad sobre esta sociedad es viviéndola.

Bibliografía

Benedict, R. (2004). El Crisantemo y la Espada (pp. 102-145). Madrid: Alianza


Editorial.

Doi, T. (1981). The anatomy of dependence (pp. 28-64). Kodansha International.

Nothomb, A. (2015). Estupor y temblores (Vol. 459). Anagrama.

Ueno, C. (1987). The position of Japanese women reconsidered. Current


Anthropology, 28(4), S75-S84.

Nitobe, I. (1989). El código del Samurai – Bushido (pp. 111-124) Barcelona: Ediciones
Obelisco.

Amanda Peinado Palazón

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