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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

CIENCIAS JURIDICAS Y SOCILAES

CAMPUS HUEHUETENANGO

LICENCIADA ARABELLA MARIA MENDEZ ALVARADO

DECIMO CICLO

CURSO: DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

RESUMEN SOBRE LA ADOPCION INTERNACIONAL

INTEGRANTES CARNÉ
GLENDY DELFINA ALVA FIGUEROA 0507 – 13 -8004
MARIA DEL ROSARIO ORTIZ MENDOZA 0507 – 13 -6808
WALTER GEOVANNY MULUL TÚM 0507 – 13- 7898
ALEXANDER ALONZO ZACARIAS 0507 – 13- 8124
DALILA BLANDIDA CIFUENTES ARGUETA 0507 – 13- 5711
MERLYN YESENIA HIDALGO AJCOT 0507 – 13- 5357
ROLANDO MATEO MARQUEZ DIEGUEZ 0507 – 13- 5471
HELMAN DARWIN DE LEON ALFARO 0507 – 13-  3437

SECCION “B”

HUEHUETENANGO 11 DE NOVIEMBRE DE 2017.

ADOPCION INTERNACIONAL

A partir de la década de los noventa, la práctica de la adopción internacional se


incrementa notablemente: en los países industrializados los cambios demográficos
y sociales contribuyeron significativamente en los países en desarrollo se presenta
un alto índice de niños abandonados a consecuencias de las crisis económicas,
guerras y catástrofes naturales; existen casos de adopción internacionales que se
realizan al margen del orden legal aplicable y que la convierten en un negocio muy
redituable, en el que los niños son tratados como mercancía.

Concepto de Adopción

De acuerdo a la doctrina jurídica: Es un acto jurídico que crea entre el adoptante y


el adoptado un vínculo de parentesco civil del que se derivan relaciones análogas
a las que resultan de la paternidad y filiación legitima

De acuerdo a la legislación guatemalteca: Adopción: Institución social de


protección y de orden público tutelada por el Estado, por la cual una persona toma
como hijo propio al hijo biológico de otra persona.

Adopción Internacional: aquella en la que un niño con residencia legal en


Guatemala va a ser trasladad o a un país de recepción.

Adopción Nacional: aquella en la que el adoptante y adoptado son residentes


legales habituales en Guatemala

Fin de la Adopción

Incorporará al adoptado a una familia de manera plena, en la situación de hijo


biológico y lograr de esa manera la formación y educación de la o el adoptado.

A partir de la convención de los derechos del niño (1989) se consideró a la


adopción internacional como una medida de protección y bienestar que permite a
los niños, huérfanos o abandonados, beneficiarse de una familia permanente; se
considera que una adopción es internacional cuando la figura constituye una
relación jurídica internacional

La internacionalidad de la adopción se basa en dos conexiones:

Residencia habitual de los adoptantes


Residencia habitual del adoptado

Dos Modalidades de la Adopción Internacional:

A) Aquella en la que el niño que va a ser adoptado tiene que salir de su país
de residencia habitual, sin tener en cuenta la nacionalidad de los padres
adoptivos.
B) Aquella en la que los padres adoptivos y el niño que va a ser adoptado son
de diferente nacionalidad, sin tener en cuenta si dichos padres residen o no
en el país de residencia habitual del niño.

Las adopciones internacionales traen aparejadas diversas situaciones que tanto


los niños adoptados como padres adoptantes deberán enfrentar, en el aspecto
jurídico, el niño y los adoptantes se encuentran sometidos a estatutos jurídicos
diversos.

Antecedentes de la Adopción

Se enfoca en la segunda guerra mundial, las adopciones entre países se


convirtieron en un fenómeno a nivel mundial donde huérfanos, menores,
desplazados y desatendidos, o niños abandonados de familias desarraigadas,
eran candidatos para adopción por parejas viviendo en un país sin conflictos, de
tal forma se involucra la migración de niños entre países europeos y entre Europa
y Estados Unidos. En esta década, la adopción internacional es concebida como
una respuesta humanitaria a una situación de emergencia y crisis, encontrando
hogares permanentes para niños sin familia, viviendo en países devastados por la
guerra.

La recuperación socioeconómica de la post guerra en Europa, significo que las


adopciones internacionales disminuyeran, debido a los niños que nacieron en esa
nación.

Durante 1950, la adopción internacional adquirió nuevos rasgos importantes:


Por una parte, los países de origen y recepción de niños, presentaban claramente
desniveles de desarrollo socioeconómico; perteneciendo los primeros a regiones
poco desarrolladas y los segundos a un mundo en desarrollo e industrializado; en
este periodo surgen las agencias especializadas en adopción, la mayoría de estas
en países desarrollados. En los años 60 la mayoría de los niños adoptados en
Europa y Norte América, provenían de Asia, empieza a surgir entonces la
problemática de la adopción internacional, al tomar una forma más definida,
surgen las interrogantes en relación a la adopción internacional aceptada como
una política nacional.

Convenciones y Tratados Relacionados a la Adopción Internacional

La Declaración de las Naciones Unidas sobre los principios Sociales y Jurídicos


relativos a la protección y bienestar de los Niños con particular referencia a la
adopción y colocación en hogares de guarda en los planos nacionales e
internacionales (1986)

La convención sobre los Derechos del Niño

La convención de La Haya sobre la Protección de Menores y la Cooperación en


materia de Adopción Internacional

Cabe destacar que la difusa educación sexual aunada a las medidas de


anticoncepción, permitieron ejercer un efectivo control sobre el número y
espaciamiento de los hijos, desde un punto de vista cultural, el control natal se
volvió ampliamente aceptado; durante los años setenta los Estados Unidos y
varios países Europeos eliminaron la mayor parte de los obstáculos para abortar
en esta década, en América Latina, inicia su participación en la adopción
internacional, en países como: Perú, Colombia, Chile, Ecuador y El Salvador. En
años recientes Guatemala ha enfrentado severas acusaciones sobre el tráfico de
menores, debido a que mujeres guatemaltecas son contratadas para quedar
embarazadas y vender posteriormente a sus hijos a parejas de países
occidentales.

En 1986, se expide La Declaración de las Naciones Unidas sobre los principios


Sociales y Jurídicos relativos a la protección y bienestar de los Niños con
particular referencia a la adopción y colocación en hogares de guarda en los
planos nacionales e internacionales (1986), La Asamblea general de las Naciones
Unidas adopta la Convención sobre los derechos del niño, conjunto de normas
universales, aceptadas para el bienestar de la infancia, con base a esta
convención, algunos países latinoamericanos inician su proceso de reformas en
materia de adopción como tales: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia,
Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Panamá, Perú, República
Dominica, Paraguay y Nicaragua. De acuerdo a los datos correspondientes del
periodo de 1979-1991 señalan que Estados Unidos y Suecia son los países que
reciben un mayor número de menores adoptados.

La Declaración de las Naciones Unidas DE 1986 establece: Cuando no sea


factible colocar a un niño en un lugar de guarda o darlo en adopción a una familia
adoptiva, o cuando el niño no pueda ser cuidado adecuadamente en su país de
origen, podrá considerarse la adopción en otro país como forma alternativa.

Dos considerandos fundamentales de la Declaración de 1986.

1. Asegurar que todo el que resulte involucrado de modo directo en el proceso


de adopción se encuentre debidamente asesorado
2. asegurar que lleve a cabo el seguimiento de la relación entre el niño y los
futuros padres adoptivos antes que se realice la adopción

LA CONVENCION SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO


Es un instrumento de Derechos Humanos de carácter vinculante que la convierte
en obligatoria para los Estados partes, hasta el año 2000 ha sido ratificada por 191
países faltando únicamente Estados unidos y Somalia. Establece cuatro grupos de
derechos que son:

 Supervivencia
 Protección
 Desarrollo
 Participación

De la misma cuatro formas de cuidado alternativas que establece la Convención


de 1989:

1. La institucionalización: se instrumenta esta medida< porque no se han


creado otras alternativas viables, o porque es necesario proporcionar
cuidados especializados y continuos.
2. Los hogares de guarda o el acogimiento: es la colocación autorizada en un
hogar de guarda supervisado por los servicios sociales e implica una
compensación económica para cubrir los gastos adicionales que se derivan
para la familia.
3. La Tutela: Proceso legal que designa a una persona o un familiar para que
se haga responsable del niño, de sus cuidados hasta que alcance la
mayoría de edad.
4. La Kafala: Es una forma de cuidado establecida por la ley islámica,
reconocida legalmente y considerada definitiva donde el niño no adquiere ni
el apellido de la familia que lo acoge ni derechos hereditarios.

LOS ESTATUTOS QUE RECONOCEN Y PERMITEN EL SISTEMA DE


ADOPCION, CUIDARARAN QUE EL INTERES SUPERIOR DEL NIÑO SEA LA
CONSIDERACION PRIMORDIAL Y ESTABLECE LO SIGUIENTE:

1. Velaran porque la adopción del niño solo sea autorizada por autoridades
competentes con arreglo a las leyes y los procedimientos legales.
2. Velaran porque el niño, objeto de adopción en otro país, goce de
salvaguardas y normas equivalentes a la existencia respecto de la adopción
por personas que residan en el mismo país.
3. Adoptaran todas las medidas apropiadas para garantizar que, en el caso de
adopción por persona que resida en otro país, la colocación no dé lugar a
beneficios financieros indebidos.

LA CONVENCIÓN DE LA HAYA SOBRE LA PROTECCIÓN DE MENORES Y LA


COOPERACION EN MATERIA DE ADOPCION INTERNACIONAL

En la década de los ochenta se generó un marco normativo de gran trascendencia


como la Convención sobre los Derechos del Niño, el incremento notable de las
adopciones trajo como consecuencia diversos problemas de índole legal, social y
psicológica. La conferencia de La Haya elaboró, en 1993 la Convención sobre la
Protección de Menores y la Cooperación en Materia de Adopción Internacional.

Esta Convención retoma los principios previstos sobre los Derechos del Niño: el
interés superior del niño, la subsidiariedad de la adopción, la comunicación y
cooperación entre las autoridades del país de origen de los niños y las autoridades
del país de su recepción. La Convención fue suscrita por sesenta y seis Estados,
el 29 de mayo de 1993.

Son Estados parte de este Convenio cuarenta y un países: veintitrés Estados


miembros de la Conferencia de La Haya y dieciocho estados no miembros de la
conferencia. Se distinguen principalmente diez países de origen de los menores y
treinta y un países de recepción de menores.

De acuerdo a la legislación Guatemalteca DECRETO NÚMERO 77- 2007 DE LA


LEY DE ADOPCIONES, en su artículo 4. Interés superior del niño. El interés
superior del niño, en esta ley, es el principio que persigue asegurar la protección y
desarrollo del niño, en el seno de su familia biológica o en caso de no ser esto
posible en otro medio familiar permanente.
El principio del interés superior del niño implica que en todas las medidas
concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés
superior del niño, Instaurar un sistema de cooperación implica contar con normas
de carácter procesal, y los estados partes se comprometen a reconocer las
adopciones realizadas con apego a la convención incorporando la figura de la
Autoridad Central. Las Autoridades Centrales son el principal agente de la
cooperación entre los estados contratantes, su naturaleza administrativa y no
jurisdiccional, y se encuentra ubicada dentro del Poder Ejecutivo, y tiene como
función, entre otras, cooperar con las autoridades judiciales.

Adopción Internacional:

De conformidad con la convención de la Haya, la autoridad Central ejerce algunas


funciones en forma privativa, compartiendo otras con autoridades y organismos
que prevé: Autoridades competentes, Autoridades Públicas y Organismos
Acreditados. Atendiendo al informe explicativo de Gonzalo Parra Aranguren las
obligaciones impuestas por el convenio a cada estado contratante pueden ser
desarrolladas directamente por la autoridad central o pueden ser ejercidas también
a través de otras autoridades competentes u organismos debidamente acreditados
en el Estado.

La Adopción Internacional en México:

Hasta la década de los 80 que se inicia un movimiento considerable en las


adopciones internacionales, aunque en menor número con respecto a otros países
de América Latina, en el período de 1985 a 1995 se concluyeron 1275 adopciones
con Estados Unidos. Han llegado a México un número considerable de solicitudes
de adopción provenientes de otras partes del Mundo.
Los sistemas DIF Nacional y Estatales, las Instituciones Públicas que concluyen
un mayor número de Adopciones Internacionales tomando en consideración que
son autoridades centrales en la materia y en virtud de que en cumplimiento de las
atribuciones de sus respectivas leyes. Las experiencias de estos sistemas fueron
consideradas cuando el gobierno de México procedió a ratificar la convención
sobre la Protección de Menores y la cooperación en Materia Internacional, y
designó a estos sistemas como Autoridades Centrales, las Autoridades
Administrativas y Judiciales de los Estados partes, estableció una distribución de
responsabilidades entre los estados involucrados con propósito de una Adopción
Internacional; el Estado de origen del Niño y el estado de recepción. Tal es el caso
de España, que al ratificar la convención de la Haya resolvió acreditar instituciones
privadas para apoyar las labores de las autoridades centrales.

Con fundamento en el Artículo 12 de la Citada Convención de la Haya ha


procedido autorizar a través del sistema Nacional DIF, a las entidades
colaboradoras que han representado la documentación que respalde su actitud
para cumplir correctamente con las funciones que se les confiere. Uno de los
obstáculos que se ha presentado para la aplicación de la Convención es la
actualización de la legislación Mexicana en materia de Adopciones; en la mayoría
de los Códigos Civiles únicamente se contempla la Adopción Simple, que
establece un parentesco ente adoptante y adoptado. Resulta trascendente esta
reforma, en virtud de que la convención de la Haya se refiere a las adopciones que
implica la ruptura del vínculo de filiación preexistente. Artículo 27 de la Convención
de la Haya.

Sustrato Social de la Adopción Internacional

Se pueden situar los orígenes de la adopción internacional después de las dos


guerras mundiales y tras los conflictos en Vietnam y corea. Su objeto es entonces,
proporcionar una familia a los miles de niños que habían perdido las suyas, y que
hallaron hogar en Europa occidental y estados unidos.
Miles de parejas del primer mundo recurran la adopción en el extranjero, la
incorporación de la mujer al mercado laboral unido a la casi inexistencia de niños
abandonados a llevado a estos países a buscar hijos en el exterior, llegando a
convertir en ocasiones, en política de Estado. Ya son muchos los gobiernos que
pretender impulsar estas medidas para revertir el envejecimiento de sus
sociedades.

Todos estos condicionantes facilitan que el número de niños susceptibles de ser


adoptados sea alto, presentándose la adopción internacional, como una alternativa
frente a las dificultades de la adopción interna.

Por tanto, se puede resumir la situación como sigue:

 De un lado, existen en el mundo miles de niños, que viven en instituciones


cuando pueden hacerlo en condiciones muy preocupantes, y donde sus
derechos fundamentales no se encuentran garantizados.
 De otro, hay una creciente demanda procedente de los países
desarrollados, de parejas, de personas que desean adoptar, y que recurren
a la adopción internacional, al no haber oferta en sus respectivos países de
origen.

El Interés del Menor, como Principio Inspirador de la Adopción.

El interés del menor, la protección del adoptado ha pasado a primer plano, y esta
protección se articula mediante la intervención en la constitución del vínculo
adoptiva de diversas autoridades públicas, judiciales y administrativas.

Principios que Enmarcan la Adopción Internacional


La adopción es concebida, en todo caso, como recurso de protección para aquello
niños que no pueden permanecer en su propia familia. Para que cumpla este
objetivo, los estados deben arbitrar todos los mecanismos necesarios para
garantizarle al niño unos padres capaces de asegurar las atenciones propias de la
función parental.

El aumento creciente en los últimos años de la adopción internacional ha originado


que, con una frecuencia difícil de precisar, las adopciones se realicen a través de
prácticas contrarias a los derechos fundamentales del niño, prácticas que han sido
denunciadas por los organismos internacionales.

Con este objetivo se aprobó el Convenio relativo a la protección del niño y ala
cooperaciones materia de adopción internacional, hecho en la Haya el 29 de mayo
de 1993, en que han participado un número importante de países tanto de origen
de los niños como de recepción.

Dicho Convenio desarrollo este sistema de cooperación a través de un reparto de


responsabilidad entre los estaos contratantes. En el que se regula la tramitación a
seguir en estas adopciones, a través de las autoridades competentes de cada
país, contemplando la participación de organismo privados reconocidos en
determinadas tareas concretas de la tramitación.

La adopción no es un asunto individual; es una medida social y legal de protección


de la infancia, los procedimientos que llevan a la adopción son de la
responsabilidad de los estados involucrados, son ellos los que debe garantizar que
la adopción responda realmente al interés superior de niño y que se respeten sus
derechos fundamentales.

Garantizar la protección de los intereses del menor, es especialmente complicado


cuando se trata de una adopción internacional, por concurrir en ellas
circunstancias y peculiaridades específicas.

La necesidad de controlar judicial y administrativamente la adopción se hace


especialmente patente en la adopción internacional; y ello debido a diversas
razones, entre las que podemos destacar las siguientes:
A) Peculiaridades fácticas inherentes a la adopción internacional.
B) Peculiaridades jurídicas inherentes a la adopción internacional
C) Interés de los estados de origen de los menores adoptados en mantener un
seguimiento de estos con posterioridad a la adopción
D) Evitar cualquier tipo de prácticas que desoigan los fundamentos básicos de
la adopción internacional.

El Interés del Menor como Principio Inspirador de la Adopción Internacional

El menor tiene la condición de parte débil y de ahí el interés de la referencia


específica a su situación en el derecho internacional privado. Su protección está
presente en una seria de instituciones como la patria potestad, o en ausencia de
esta, en la protección por instituciones públicas, en la adopción, en los supuestos
de violación de estos mecanismos, adoptando medidas contra tales atentados.

La protección del menor implica un activo papel del juez, para determinar de qué
forma y con qué medidas se defiende mejor este interés, papel que ocasiones
complicado, pues ha de tenerse en cuenta lo impreciso de la expresión.

La noción de interés superior del menor, que es un elemento de reforma del


derecho a nivel nacional, puede convertirse en un elemento de oscurantismo
nacionalista, cuando la familia del menor se conecta a más de un estado. Por otra
parte, el interés del menor concurre con otros intereses.

Además del derecho de alimentos, tutela y protección de autoridades públicas, son


instituciones fundamentales, la patria potestad y la adopción. La forma natural de
protección de los menores es la realizada por sus propios progenitores y sobre la
importancia de que el niño o menor viva en un clima familiar, a poder ser dentro de
su familia biológica, se pronuncia la mayoría de los textos internacional que versa
sobre esta materia.

El Interés del Menor como Principio Inspirador de la Adopción


Este interés se manifiesta de muy diferentes maneras en el derecho internacional
privado, utilizando diferentes técnicas de reglamentación, en cuanto se utilicen
normas de conflicto mediante el establecimiento y articulación de las posibles
conexiones, todo ello sin perjuicio de la consideración de los vínculos, entre
competencias de tribunales y autoridades y ley aplicable.

Será aplicable la ley española, para tomar las medidas de carácter protector y
educativo respecto de los menores o incapaces abandonados que se halle en
territorio española. Ello significa que la normativa española que determina las
medidas de carácter protector y educativo respecto de los menores o incapaces
abandonados en casos meramente internos, sea aplicará, por mandato de este
precepto, también en ciertas situaciones privadas internacionales; esto es, cuando
el menor se halle abandonado y se encuentre en territorio español.

Un ejemplo significativo de norma de conflicto, lo hallamos en el artículo 94 del


Código Civil que dispone que, el carácter y contenido de la filiación, incluida la
adoptiva, y las relaciones paternas filiales se regirán por la ley personal del hijo.

El resultado material pretendido puede obtenerse, sin embargo, a través de


técnicas diversas:

 La utilización de normas de conflicto clásicas, introduciendo varios puntos


de conexión, articulados de una forma determinada para atender a la
finalidad perseguida.
 Optar por conexiones flexibles que permitan elegir, entre los distintos
puntos de conexión que se ofrecen, la ley más apta para dar respuesta a
una determinada necesidad del menor.

En materia de adopción, las normas de conflicto deben tener en cuenta la


complejidad que implica el tránsito de la familia biológica a la familia adoptiva, y de
ahí que se requiera la confluencia de la aplicación de leyes diversas, de la
nacionalidad y de la residencia habitual del adoptado y de os futuros padres
adoptivos.
Para que una adopción extranjera sea reconocida es España, se necesita que la
entidad pública competente haya declarado idóneo al adoptante y en segundo
lugar, no se será reconocida en España como adopción la constituida en el
extranjero por el adoptante español si lo efectos de aquella no se corresponde con
lo previstos por la legislación española.

Esta conclusión es acertada cuando la institución extranjera no suponga el


establecimiento de una relación de filiación entre el adoptante y el adoptado, o
cuando este mantenga sus vínculos con la familia biológica.

La adopción no es, por tanto, un negocio de Derecho de Familia formado por los
consentimientos del adoptado y el adoptante o adoptantes homologado por la
Autoridad judicial, sobre todo si se tiene en cuenta que en la propuesta de
adopción
de las entidades antes referidas ya seleccionan a los que van a ser adoptantes, es
decir que, aunque puede sonar muy frívolo los eligen.

La adopción requiere que el adoptante tenga veinticinco años cumplidos. En la


adopción por ambos cónyuges basta que uno de ellos haya alcanzado dicha edad.
En todo caso, el adoptante habrá de tener, por lo menos, catorce años más que el
adoptado, con el fin de que la relación adoptiva se asemeje más a la filiación
natural.

Fuera de la adopción por ambos cónyuges, nadie puede ser adoptado por más de
una persona. Únicamente podrán ser adoptados los menores no emancipados, por
lo tanto, no podrán ser adoptados los concebidos no nacidos, ni los no
concebidos.
La adopción produce la extinción de los vínculos jurídicos entre el adoptado y su
familia anterior. La adopción es siempre irrevocable, y sólo cabe una hipótesis en
que se evoque judicialmente y es: a petición del padre o de la madre, que sin
culpa suya, no hayan intervenido en el expediente,

El acogimiento.
El acogimiento produce la plena participación del menor en la vida de familia e
impone a quien recibe las obligaciones de velar por él tenerlo en su compañía,
alimentarlo, educarlo y procurarle una formación integral. Estas obligaciones
coinciden con el contenido personal de la patria potestad y viene a ser el de la
guarda de los menores que corresponde a la entidad pública, que la ejercita
mediatamente a través de su entrega en acogimiento en una familia.
El consentimiento se formalizará por escrito, con el consentimiento de la entidad
pública, de las personas que reciban al menor y de éste, si tuviera doce años
cumplidos. Cuando sean conocidos los padres o tutores no privados de ella, será
necesario el consentimiento. Si hubiere oposición o incomparecencia, la decisión
lo tomará el juez por interés del menor.

el acogimiento en ocasiones es una situación pasajera e incluso previa a la


adopción, en cambio la adopción plena, que es como se configura la adopción en
nuestro ordenamiento, es irrevocable, por lo tanto, no tiene esta nota de
temporalidad.

CONTEXTUALIZACIÓN. MARCO HISTÓRICO.


Presenta un elemento extranjero derivado de la nacionalidad o de la residencia
habitual de los adoptantes o adoptando, y especialmente, aquella en cuya virtud
un niño con residencia habitual en un Estado ha sido, es o va a ser desplazado a
otro Estado, bien después de la adopción, bien con la finalidad de constituir tal
adopción en otro Estado.

No obstante, dentro del fenómeno de la adopción internacional, es posible


distinguir dos supuestos tipo con características específicas, por un lado, aquellas
que suponen el traslado de los menores, con fines de adopción desde su Estado
de origen hacia otro Estado, esta sería una adopción transnacional; y por otro lado
aquellas otras en las que, aunque exista algún elemento de internacionalidad, la
constitución de la adopción no conlleva un desplazamiento transfronterizo del
menor. Ambas modalidades son objeto de regulación por parte del Derecho
Internacional Privado, siendo indispensable un tratamiento jurídico distinto al
previsto para las adopciones puramente internas o nacionales.

Sin embargo, la adopción simple o menos plena continúa vigente en muchos


ordenamientos jurídicos al ser una institución que responde a los principios
sociales, culturales y religiosos de las sociedades donde se regulen, por ejemplo:
en China, se entiende siempre la adopción como simple.

El derecho de familia en general y la regulación jurídica de la adopción en


particular, están profundamente ligados al contexto social, cultural, económico y
religioso de cada Estado. la doctrina en este sentido habla de “conflicto de
civilizaciones” en las relaciones de familia vinculadas, a diversos ordenamientos
jurídicos inspirados en valores y concepciones diferentes.

La Adopción Internacional, caracterizado sobre todo por un aumento cuantitativo y


cualitativo en la intervención de Autoridades administrativas y judiciales, que
deben ser correctamente conjugados por el Derecho Internacional Privado para
poder hacer efectiva la premisa que debe figurar en toda adopción, proteger
siempre ante todo y sobre todo el interés del menor.

entre los motivos que han podido contribuir a un aumento en el número de


adopciones internacionales hay que destacar: en primer lugar, que la adopción no
tiene una consideración negativa y En segundo lugar, la demanda creciente de
adopciones internas de menores de corta edad que provoca que los plazos de
espera cada vez sean mayores, por lo que algunos adoptantes optan por la
adopción internacional, normalmente de países de gran pobreza.

La adopción internacional en la actualidad se encuentra estructurada en dos fases


claramente diferenciadas: la administrativa y la judicial. La fase administrativa es
considerada como la vía previa del procedimiento constitutivo de adopción y
presenta un carácter preceptivo e ineludible que condiciona sustancialmente la
validez del procedimiento. Convenio de la Haya de 29 de mayo de 1993. En este
Convenio confluyen estas concepciones y deficiencias que se habían constatado
en la legislación anterior. El núcleo esencial de Convenio de la Haya de 1993 se
centra en la intervención de las Autoridades Centrales, normalmente entes de
naturaleza administrativa, cuya actividad se dirige principalmente en dos planos: la
adecuación de los sujetos de la adopción, y el control de los mediadores privados
en los procesos de adopción,

ADOPCIÓN POR CONVENIO.


El Convenio de la Haya sobre la protección del niño y la cooperación en materia
de adopción internacional, fue un Convenio muy novedoso en su momento, puesto
que introducía una metodología nueva hasta el momento, es un Convenio de
cooperación de Autoridades, por lo tanto, no establece unas leyes aplicables en
materia de adopción. Se pretende así que las adopciones internacionales respeten
y contemplen al máximo el interés del menor. El presente Convenio solo es de
aplicación para aquellos casos en que la adopción esté dirigida a adoptar un
menor.
Así mismo está vigente el principio de subsidiariedad que establece que hay que
dar preferencia a la a la colocación de un niño en una familia de su Estado de
origen, salvo que concurran circunstancias excepcionales.

Cooperación de Autoridades.
La cooperación de Autoridades diseñada en el Convenio se basa en un previo
reparto de responsabilidades entre las Autoridades competentes de los Estados
de origen y de recepción. Mientras que las obligaciones de las Autoridades del
Estado de origen se refieren, como es lógico a todo aquello relacionado con el
niño, sus familiares, personas o instituciones que lo tengan en su cargo, a sensu
contrario las responsabilidades del Estado de Recepción guardan relación con los
futuros padres adoptivos o solicitantes de una adopción internacional.
hace referencia el artículo del Convenio, son las Autoridades Centrales
designadas en el instrumento de ratificación, puesto que se trata de entes
administrativos, competentes con carácter general respecto a la protección de
menores y la adopción en el territorio de la correspondiente Comunidad
Autónoma.

En referencia a las cuestiones jurídicas hay que destacar que el Convenio de la


Haya no uniforma ni el Derecho material ni el Derecho internacional privado de los
Estados contratantes, por lo que la Autoridad Central deberá aplicar su propio
ordenamiento, es decir su derecho interno.

La solución más fácil es que cada Autoridad Central aplicara el Derecho material
vigente en su territorio.

El reconocimiento de las adopciones realizadas al amparo del Convenio, es un


reconocimiento de pleno derecho, este reconocimiento es una de las
características más importantes que diferencia la adopción hecha en el marco
convencional, ya que no se precisa de la legalización de documentos, desde el
momento que finaliza el proceso de adopción.

Responsabilidad y funciones del Estado de recepción.

El mecanismo de cooperación del Convenio, se basa en una figura, las


Autoridades Centrales, los Estados contratantes deben designar a un ente
administrativo para que desarrolle las funciones que le atribuye el Convenio sin
que sea, no obstante, necesario que se trate de un ente de nueva creación.
Esta posibilidad que le ha dado el Convenio al Estado español de poder designar
más de una Autoridad Central, es una novedad muy importante y a la vez de gran
utilidad.
En el instrumento de ratificación se han nombrado, efectivamente, como
Autoridades Centrales a entes administrativos de cada una de las diecisiete
Comunidades Autónomas, y concretamente han sido designados los entes
administrativos, competentes con carácter general respecto a la protección de
menores y la adopción.

Todo el sistema de cooperación diseñado se basa en la cooperación directa entre


Autoridades Centrales del Estado de origen y del Estado de recepción. Esta
cooperación mutua está orientada a asegurar la protección de los niños y alcanzar
los demás objetivos del Convenio, y que estas Autoridades tomen directamente
todas las medidas adecuadas para informarse sobre el funcionamiento del
Convenio.

Intervención de otras Autoridades públicas y organismos acreditados.

La Autoridad Central tiene tan solo la obligación de tomar directamente las


medidas adecuadas en relación al intercambio de informaciones generales en
materia de adopción y acerca del funcionamiento del Convenio, así como para
suprimir los obstáculos para su aplicación. La cooperación con otras Autoridades
públicas es asimismo necesaria en otros ámbitos a los que ya hemos hecho
referencia, por ejemplo, para asegurar que el niño pueda entrar en España y para
acelerar la elaboración de los certificados de idoneidad.
El Convenio prevé la posibilidad de que determinadas funciones sean ejercidas
por las Autoridades Centrales en colaboración con los denominados “organismos
acreditados”, esto es con organismos privados autorizados por cada Estado
contratante para actuar en su territorio. el Convenio establece que estos
organismos acreditados deben cumplir unas determinadas condiciones, como las
de autorizar la actuación de estos organismos acreditados en su respectivo
territorio, y que en el plano internacional es el Estado contratante quien responde
de la conducta de los organismos por él acreditados.

Procedimiento y solicitud de adopción.


En concreto, las funciones que corresponden a la Autoridad Central de Estado de
origen u organismo debidamente acreditado, se reconducen a la observancia de
dos aspectos básicos: el primero de ellos la constatación de que la adopción
internacional obedece al interés superior del niño, concepto que se concreta en
este ámbito esencialmente en la imposibilidad de colocación del menor en su
Estado de origen, objetivo que deberá ser siempre primordial. La segunda de las
funciones que se le atribuye es la de determinar el adoptabilidad del niño, que se
materializa en el momento en el que se garantizan ciertos requisitos mínimos, en
particular respecto del consentimiento.

elaborar un informe en el que se detalle la adoptabilidad del menor. Este informe


deberá contener datos relativos al menor, tales como, la identidad del niño, datos
relativos a su medio social, su evolución personal y familiar, así como su historial
médico. El Convenio también obliga a que la identidad de los padres biológicos no
sea divulgada por los Estados de origen.

Una vez se ha confiado el cuidado del niño a los futuros padres adoptivos se
podrá producir el desplazamiento del niño al Estado de recepción.

Esta normativa debería desarrollar por lo menos los siguientes puntos: la solicitud
de adopción, la elaboración y envío de los informes sobre los futuros padres
adoptivos y la autorización para que siga el procedimiento de adopción.

Reconocimiento de las adopciones efectuadas conforme al Convenio.

Dicho reconocimiento se producirá de pleno derecho mediante la presentación de


un certificado de conformidad de la adopción con el Convenio. La emisión de ese
certificado corresponde a la Autoridad designada al efecto en el Estado
contratante en el que se constituya la adopción. Si la adopción se constituye en
cambio, en otro de los Estados contratantes del Convenio de la Haya, la
certificación de conformidad corresponderá a las
Autoridades competentes de dicho Estado. Si como normalmente es menos
frecuente, la adopción se constituye en el Estado de origen, una vez el niño se
halla ya en el Estado de recepción, el reconocimiento deberá efectuarse ante el
Registro Civil.

Constitución de adopción simple o plena.


La constitución de una adopción plena, o bien una constitución simple ha sido uno
de los puntos de debate más candentes del Convenio. Esta situación se da porque
hay determinados países que en su ordenamiento no contemplan la institución de
la adopción plena, en determinados ordenamientos solo se contempla una
adopción simple en la que no hay una ruptura total de vínculos con la familia
biológica. En vía convencional cabe la posibilidad de que las adopciones que
establezcan un vínculo de filiación, pero en las que no se produzca la ruptura de
los vínculos jurídicos del menor con su familia biológica, se facilita la conversión a
través del mecanismo del artículo 27, siempre y cuando el Estado de recepción lo
permita.

ADOPCIÓN POR CODIGO CIVIL.


El artículo 9.5 del Código Civil, es el precepto legal de nuestro Ordenamiento
Jurídico, junto con el artículo 94 del Código civil, que regula la adopción
internacional. Este artículo actúa como una norma de conflicto, puesto que
establece que toda adopción constituida por juez español, así como por cónsul, se
regirá por lo establecido en la ley española, pero no obstante en su redacción se
estable, que en cuanto a la capacidad y consentimientos necesarios del
adoptando para la constitución de la adopción deberá estarse a lo establecido en
su ley nacional. Como podemos ver la norma de conflicto actúa cuando reenvía a
los jueces que están conociendo de un procedimiento de adopción internacional
en España, a la Ley nacional de adoptando en cuanto a capacidad y
consentimientos del mismo. Es decir, se constituirá la adopción de acuerdo a las
leyes de nuestro derecho interno que hacen válida una adopción, pero aplicando
nuestros jueces, la Ley nacional del menor adoptando en cuanto a las dos
cuestiones anteriormente mencionadas.

Adopción constituida por el juez español.


El presente artículo regula lo relativo a la competencia judicial, estableciendo
como hemos dicho el criterio de nacionalidad y residencia bien del adoptante
como del adoptado, no debemos olvidar en nuestro derecho interno, rige el
principio de conexión mínima con el supuesto, y que, en un futuro cercano, deberá
de darse en toda adopción, puesto que la aplicación de una norma que tenga
conexión con el supuesto de hecho concreto facilita en gran medida todo el
procedimiento. El adoptante puede ser español, puede ser extranjero con
residencia habitual en España. El adoptando puede ser extranjero, o puede ser
español y sus adoptantes extranjeros. El criterio que ahora se emplea es tanto el
de residencia como el de nacionalidad. Tanto la residencia como la nacionalidad
deben ser apreciadas en el momento de iniciarse el expediente de constitución de
la adopción.

Para valorar la idoneidad se atiende a una serie de criterios que se pueden


reagrupar en cinco grupos:
 El primero de ellos se refiere a las circunstancias personales de los
solicitantes entre las que se valora: el equilibrio personal adecuado, la
estabilidad en la relación de la pareja, salud física y psíquica que permita la
atención del menor, flexibilidad de actitudes y adaptabilidad a la nueva
situación que plantea la adopción, motivación para ejercer funciones
parentales, etc.
 El segundo se refiere a las circunstancias familiares y sociales
especialmente se tiene en cuenta el entorno relacional sea favorable y
adecuado a la integración del adoptando.
 En tercer lugar, se valoran las circunstancias socioeconómicas: situación
económica que permita la atención del menor, vivienda adecuada, etc.
 En cuarto lugar, se valora la aptitud educadora, tanto de los futuros padres
adoptivos como de su entorno familiar.
 Por último, en relación con el menor se valora el hecho de no escoger el
sexo de manera excluyente; la aceptación de la herencia biológica del
menor y el respeto a su historia, identidad y cultura; y la aceptación de la
relación del menor con su familia biológica en su caso.

Tramitación de la adopción.
El certificado de idoneidad es el antecedente de toda adopción, y la siguiente fase
consecuencia de este antecedente es la propuesta judicial de adopción, que debe
hacerse una vez se ha conseguido este certificado. Por la tanto la idoneidad y la
propuesta son dos realidades inseparables. Podemos decir que a quien se le
considera idóneo se le va a tener
por parte en el expediente judicial.
En el desarrollo de todo el proceso de adopción, debe primar ante todo el interés
del menor, pero nos encontramos que este concepto jurídico es muy abstracto, y
ello ha hecho que tenga múltiples interpretaciones. Podemos entender que el
adoptado adquiere prioridad durante todo el expediente judicial.

Se valoran las causas y los efectos y se concluye en la conveniencia o no de la


adopción si ésta resulta adecuada o contraria a los intereses del menor.
En el proceso de adopción, se tendrán muy en cuenta los intereses en conflicto,
por lo que se valorarán lo de los adoptantes, los de la familia biológica que sean
determinantes para el procedimiento, como también deberán ser estudiados y
valorados los elementos culturales, geográficos, psicológicos, la especial
aceptación de posibles problemas físicos y psíquicos.

Adopciones consulares.
Las adopciones consulares es otro de los tipos de adopción previstos en el artículo
9.5 del Código Civil. En estas adopciones, el cónsul sustituye al juez y el canciller
al fiscal, respecto de las constituidas dentro del territorio consular. La aplicación de
este tipo de adopción es muy restrictiva, ya que el artículo anteriormente
mencionado limita el supuesto a que “el adoptante sea español y el adoptado esté
domiciliado en la demarcación consular.” Pero no obstante lo establecido en
nuestra legislación, también se deberá tener en cuenta de la ley del Estado
receptor del cónsul a estas adopciones. De este modo, si la legislación del Estado
receptor prohíbe que los cónsules ejerzan funciones en materia de adopción, será
imposible la constitución en dicho Estado por cónsul español. Todo esto hace que
la viabilidad del precepto esté limitada en la práctica, más aún cuando se pretende
adoptar a un menor del país donde está ubicado el consulado.

Adopciones constituidas por la competente Autoridad extranjera.


La diversidad socio-cultural y jurídica en el ámbito de la adopción, avoca la
existencia de multitud de modelos adoptivos que pueden resultar ineficaces en el
Estado en el que tienen que desplegar sus efectos, hablamos de las adopciones
claudicantes. Incluso adopciones que se corresponden con la prevista por el
sistema jurídico español pueden adolecer de algún defecto en su constitución que
necesite ser subsanado como paso previo al reconocimiento. Por tanto habría que
distinguir entre las adopciones simples, en las que no se establece un vínculo de
filiación de las adopciones que si que lo establecen, a nuestro juicio plenas, pero
cuyos efectos no se corresponden con los previstos por nuestro ordenamiento
jurídico, nos referimos básicamente a las adopciones que pueden ser revocables,
explicadas también es este estudio, a aquellas que solo establecen un vínculo de
filiación entre el adoptado y el adoptante, pero no con la familia extensa, y las que
no comportan ruptura de los vínculos con la familia biológica, y por último aquellas
adopciones en las que hay que complementar o subsanar algunos requisitos.
Dentro de este último grupo se pueden dar multitud de supuestos: adopciones en
las que la Autoridad extranjera no es competente; adopciones en las que los
adoptantes no han sido declarados idóneos por la Autoridad competente, o el
certificado ha caducado14, aquellas en las que se aprecia que los consentimientos
o autorizaciones están incompletos.

Inscripción registral de las adopciones constituidas conforme al Código


Civil.
La adopción constituida, puede ser inscrita en el Registro competente por medio
del testimonio de la resolución judicial. La inscripción registral hace nacer con
plenitud de derechos y obligaciones a un menor dentro de una nueva familia,
proporcionando otros derechos transcendentales reconocidos, el nombre, conocer
a sus padres y relacionarse con ellos. Se contempla así el efecto pretendido por la
ley al equiparar las filiaciones por naturaleza y la adoptiva. Entre los objetivos
básicos de la inscripción registral, se encuentran la publicidad y la oponibilidad a
terceros.

EL FUTURO DE LA ADOPCIÓN INTERNACIONAL EN ESPAÑA.


El aumento de adopciones constituidas en el extranjero supone, a su vez, un
desafío jurídico de grandes proporciones para el legislador, que debe facilitar los
instrumentos normativos precisos para que la adopción tenga lugar con las
máximas garantías y respeto a los intereses de los menores a adoptar,
posibilitando el desarrollo armónico de la personalidad del niño en el contexto de
un medio familiar propicio. Todo ello en el marco de la más escrupulosa seguridad
jurídica que redunda siempre en beneficio de todas los participantes en la
adopción internacional, especialmente y en primer lugar, en beneficio del menor
adoptado. El transcurso de los años ha proporcionado perspectiva suficiente para
apreciar la oportunidad de una Ley que pusiera fin a la dispersión normativa
característica de la legislación anterior y reuniera una regulación completa de las
cuestiones de derecho internacional privado necesariamente presentes en todo
proceso de adopción internacional.

No debemos olvidar que la adopción internacional siempre opera como subsidiaria


frente a la adopción interna, ya que siempre es preferible que el menor se quede
en su país de origen, pero en los supuestos en que esto no es posible, entonces si
que acudimos a la adopción internacional, pero una vez agotadas las posibilidades
de encontrar una familia en su país.

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