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VIRGO (22 agosto-21 septiembre)

Virtud del mes: CORTESÍA-Sensibilidad

“Alma! Contempla los mundos. Agarre el alma los mundos, aferre el espíritu la esencia, en el poder de la vida
actúe, en la vivencia de la voluntad obre, en el florecer de los mundos confíe. ¡Oh Alma! Reconoce la esencia.

Hoy en día, muchos jóvenes no practican la CORTESÍA, tal vez como una forma de rechazo hacia la
formalidad exagerada que dominaba unos 50 años atrás. El presente tópico no tratará de esas
frases formales, que no hablan de cosas verdaderas, sino de la cortesía auténtica, llena de amor.

Hasta hoy, en Brasil, por lo general se trata a la madre y al padre de señora y señor, en señal de
respeto y honra; en Alemania, el alumno a partir de la adolescencia es tratado de señor por los
profesores. Puede decirse que la cortesía iguala los niveles sociales en tanto una empleada
doméstica y el director de una firma reciban el mismo buen día, o ¿cómo está?; y hasta hoy, toda
mujer se siente lisonjeada por la cortesía de un caballero. Actualmente se rechaza la cortesía
exagerada repleta de normas, adoptada en el pasado, pero por otro lado aumenta el trato
grosero; pero tal vez sólo entendiendo la grosería se podrá valorar nuevamente la cortesía.

La grosería proviene siempre de un sentido de superioridad, intelectual o física, en relación con


otros. Cierta vez, una madre que tuvo su primer hijo a los treinta y cinco años, al comunicar a la jefa
de enfermeras que tenía poca leche para amamantar, recibió de esta el siguiente comentario:
“Vacas viejas dan poca leche”. Por medio de la cortesía verdadera somos capaces de ayudar al
otro en dificultades. Una enfermera cortés consolaría a la paciente diciendo: “Espere con paciencia
unos días más”, “Beba más líquidos”, y eventualmente le daría un té estimulante de la lactancia.
Esta, reconfortada y sintiendo su pesar compartido, podría hasta mejorar su capacidad de
amamantamiento.

Un ejemplo de grosería, que aumenta día a día, es el que se relaciona, principalmente con las
mujeres, en el tránsito: parece que los hombres tienen que hacer prevalecer el sentido de
superioridad.

En el ejercicio de cortesía, Rudolf Steiner demuestra la importancia de desarrollar una sensibilidad


verdadera.

El sentido que está ligado a la cortesía y a la sensibilidad es el sentido del gusto. Este sentido hace
percibir la composición íntima de los alimentos, la química interna de las sustancias. Así como el
director de una fábrica necesita tratar con mucha cortesía a los ejecutivos o aspirantes a empleo
para hacer una selección cuidadosa, del mismo modo el sentido del gusto selecciona los alimentos.
Es el que nos avisa cuando comemos dulces o grasas en exceso. Si no lo respetamos nos sentimos
mal y hasta podemos llegar a vomitar, y pueden pasar años sin que podamos volver a comer el
alimento que nos hizo daño.

El sentido del gusto disminuye con la edad; mientras que los chicos que van a un cumpleaños
comen de todo con placer, los ancianos miran las golosinas con indiferencia. Necesitarían tener
desarrollado el “tacto y la cortesía” interiores, para compensar la disminución del gusto y no
convertirse en viejos enojados.

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