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 Sentencia C- 036 de 1998

La legitimación por activa en la acciones de grupo ha sido abordada por la jurisprudencia de la


Corte Constitucional y del Consejo de Estado para interpretarla y aclararla en su alcance. Uno de
los primeros pronunciamientos sobre la materia se encuentra en la Sentencia C-036 de 1998 24, en
la cual se examinaron las objeciones presidenciales por inconstitucionalidad del proyecto de ley; en
este fallo se hizo la primera referencia al tema de la legitimación señalando que dicha disposición
no es inconstitucional porque:

“... La consagración del derecho de exclusión, permite que el interesado pueda iniciar una acción
independiente del resto de las personas cobijadas por la misma causa que originó un daño plural.
Por lo tanto, la legitimación que se confiere a cualquier miembro del grupo para asumir la
representación de los demás, no es óbice para que se entablen acciones individuales, por fuera de
las acciones de grupo. El esquema legal estimula el efectivo acceso a la justicia del conjunto de
damnificados, pero no impide que se instauren procesos singulares por parte de quienes decidan
obrar de manera individual”.

 Sentencia C – 215 de 1999

En la Sentencia C-215/99 la Corte plantea la siguiente tesis central que reafirma la importancia de
las acciones colectivas en el ordenamiento colombiano:

“La constitucionalización de estas acciones obedeció entonces, a la necesidad de protección de los


derechos derivados de la aparición de nuevas realidades o situaciones socio-económicas, en las
que el interés afectado no es ya particular, sino que es compartido por una pluralidad más o menos
extensa de individuos. Las personas ejercen entonces, verdaderos derechos de orden colectivo
para la satisfacción de necesidades comunes, de manera que cuando quiera que tales
prerrogativas sean desconocidas y se produzca un agravio o daño colectivo, se cuente con la
protección que la Constitución le ha atribuido (...)” 4

C-215 de 1999. En ella se plantean reflexiones generales sobre los nuevos derechos y su carácter
de participativos y solidarios y sobre la naturaleza de estas acciones. En esta sentencia la Corte
Constitucional se pronuncia sobre temas como legitimación en acciones de grupo, competencia y
el fondo para la defensa de derechos e intereses colectivos,

En esta sentencia se encontro errores ya que en diferentes apartes incluye una


contradicción que llevó a graves problemas en la interpretación de las acciones de grupo.

 Sentencia C – 1062 de 2000

Es muy importante esta sentencia porque corrige el error de la C-215 de 1999

Las acciones de grupo permiten la garantía de todos los derechos constitucionales

En la Sentencia 1062 de 2000 se resuelve esta contradicción interna de la Corte y se determina


con claridad que las acciones de grupo pueden garantizar todos los derechos (individuales,
económicos, sociales, culturales y colectivos).

De esta forma, las acciones de grupo se constituyen en un instrumento muy valioso para exigir la
reparación frente a las múltiples vulneraciones a los derechos humanos, que antes no tenían una
vía tan eficaz y clara de protección.
El constituyente, al identificar las acciones de grupo con las class action del sistema judicial
norteamericano, nos ha dado el primer criterio para determinar que las acciones de grupo tienen
por objeto todos los derechos, es decir, los derechos constitucionales fundamentales, los derechos
económicos culturales y sociales, los derechos colectivos y los derechos subjetivos de origen
constitucional o legal.

Como se afirmó anteriormente, la última posición de la Corte Constitucional en la sentencia C-1062


de 2000 ha sido que las acciones de grupo son mecanismos que permiten la garantía de todos los
derechos constitucionales

 Sentencia C-569 de 2004

Las acciones de grupo son aquéllas interpuestas por un número plural o un conjunto de personas
que reúnen condiciones uniformes respecto de una misma causa que originó perjuicios
individuales para dichas personas. Las condiciones uniformes deben tener también lugar
respecto de los elementos que configuran la responsabilidad|

Respecto a las condiciones de legitimación para el ejercicio de la acción de grupo, el Consejo de


Estado tenía dos posturas: en algunas ocasiones estimaron suficiente que el grupo demandante
estuviera integrado por 20 personas, según la exigencia del inciso tercero del artículo 46 de la ley
472, y que la causa del daño reclamado fuese uniforme. Sin embargo, en otras exigieron un
requisito adicional para la procedencia de la acción de grupo; estimaron que la acción de grupo no
resultaba procedente por el solo hecho de que 20 personas se presentaran a demandar los daños
que les produjo una causa uniforme, pues lo que buscaba proteger la acción era los grupos
sociales que merecieran tal protección, los que, por lo mismo, debían preexistir al daño; en otros
términos, que el daño no podía ser la causa conformante del grupo sino una contingencia más en
la vida del mismo, cuya existencia debía ser anterior.

Finalmente, la Corte Constitucional mediante sentencia C-569 de 2004, consideró que la


preexistencia del grupo a la ocurrencia del daño, como requisito de procedibilidad de la acción de
grupo es inconstitucional, porque constituye un requisito desproporcionado que desconoce el
derecho de acceso a la administración de justicia y riñe con la naturaleza y finalidad de las
acciones de grupo.

Como consecuencia declaró exequible Son aquellas acciones interpuestas por un número plural
de personas o un conjunto de personas que reúnen condiciones uniformes respecto de una misma
causa que originó perjuicios individuales a dichas personas” contenida en el inciso primero del
artículo 3o de la Ley 472 de 1998 e inexequible Las condiciones uniformes deben tener también
lugar respecto de todos los elementos que configuran la responsabilidad en ese mismo inciso.

Sentencia C – 732 de 200

C-732/2000 el tema nuevamente es el de la legitimación, al cuestionarse la representación del


grupo. La Corte respalda la posibilidad de que un número plural de personas representen a todo el
grupo

El problema jurídico que se aborda es si se vulnera el debido proceso (principios de contradicción y


equilibrio procesal) en los artículos 2, 4, 55 y 65 de la Ley 472 de 1998, al establecerse que las
personas que no participaron en el debate judicial de las acciones de grupo y que se presentan
luego del fallo, se beneficien de sus resultados.

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