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Inseguridad
• La búsqueda de mayores niveles de seguridad ciudadana es una tarea que debe involucrar
no sólo a la Policía Nacional, sino a los políticos, autoridades, medios de comunicación, a
la ciudadanía en general.
• Entre los problemas que más afectan a los vecinos están el hurto, es decir, el robo sin
violencia, nos referimos a los atracos en las calles, centros comerciales, paradas de buses,
etc. También están el robo domiciliario, el pandillerismo, el tráfico de drogas con la
consecuencia de la drogadicción y el alcoholismo que fomentan conductas violentas en la
calle y en el hogar.
• No en todos los barrios los problemas son los mismos, no en todos tienen la misma
prioridad. Por ejemplo, en un barrio o distrito el problema más agudo puede ser el
pandillerismo, en otro, los robos a comerciantes y domicilios, en otro, el robo de autos y en
otros el tráfico de drogas.
Existe gran preocupación por el incremento de los homicidios, las violaciones sexuales y
los secuestros, en la última década estos delitos se han incrementado notablemente en
nuestro país.
BIBLIOGRAFIA: https://alertapanama507.wordpress.com/2012/05/17/denuncias-sobre-
violencia-familiar/
A esta autoridad, se agrega la presencia de los responsables de los diversos sectores del Estado, que
implica no solo a la institución encargada de la lucha contra el delito, sino a las demás instituciones
relacionadas con la administración de justicia penal (Poder Judicial, Ministerio Público e Instituto
Nacional Penitenciario); asimismo, se convoca a las demás instituciones del Estado para coordinar
acciones integrales que aborden una perspectiva preventiva o de protección de derechos (Defensoría
del Pueblo y sectores Salud, Educación, Mujer y Desarrollo Social) y a la representación de la
ciudadanía (juntas vecinales, rondas campesinas y gremios que agrupan a las empresas de seguridad
privada).
Juntas Vecinales
La Policía Nacional organizó progresivamente al interior del país en Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana, que se diferencian de las organizadas por los municipios, en que –las de la Policía–,
están sólo orientadas a la seguridad vecinal y no abarcan otro tipo de responsabilidades, como por
ejemplo, la supervisión de la administración municipal, ornato, parques, jardines, etcétera. Este
modelo de trabajo con la comunidad se convirtió en la palanca de cambio institucional. Pero las
mutuas desconfianzas entre ciudadanos y policías continuaban no obstante el proceso de
pacificación. Estos inconvenientes progresivamente se fueron superando con la puesta en ejecución
del programa de acercamiento a la comunidad, materializada en la organización de juntas vecinales
de seguridad ciudadana, situación que permitió abrir nuevamente las positivas relaciones entre
policías y vecinos.
Los esfuerzos de trabajo con la comunidad en las dos últimas décadas marcharon paralelos pero no
integrados, incluso en determinadas ocasiones fueron contrapuestas porque las prioridades de
seguridad entre municipios y Policía eran diferentes, afectando a la comunidad esta falta de visión
integradora y también al dirigente vecinal que no atinaba con quién trabajar.
Municipalidades
Las coordinaciones de los municipios con la Policía para reducir la criminalidad y la violencia en
sus respectivas demarcaciones territoriales, eran esporádicas y estaban circunscritas a la
preocupación e iniciativa personal del alcalde y del comisario. No existía un mecanismo de trabajo
conjunto, ni procedimientos uniformes de coordinación entre éstos y menos con las otras
autoridades locales y la comunidad organizada
Con la puesta en ejecución de la ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana se llena este
vacío, mediante los Comités Provinciales y Distritales de Seguridad Ciudadana, entidades donde
confluyen autoridades locales y ciudadanía para solucionar problemas comunes de seguridad.
BIBLIOGRAFIA: https://www.seguridadidl.org.pe/