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rywa

(Aleph,Vau, Yod, Resh)


= AVIR
= ETHER, ORIGEN.
rwa
(Aleph,Vau, Resh)
AOR = LUZ
“Esta “luz elementaria” es quizá el AOR de los hebreos. La palabra Aor, que significa “luz”
se escribe: aleph-vaw-resh, lo que corresponde a la palabra “Avir” sin el “Yod” (se escribe
Avir: Aleph-vaw-yod-resh). Puesto que Avir significa Eather, los términos –como
siempre en hebreo- toman todo su valor, puesto que la luz es el Eather disminuido de su
poder totalizador.
Está en el tercer versículo del Génesis en que se menciona ya por primera vez la palabra
“aor”: “vayomer Elohim”, cuando dice Elohim: “Que la luz sea hecha” e indica la Escritura:
“iéhi aor” (sea la luz). La luz, pues, en tanto que pertenece a nuestro mundo físico,
pertenece también al mundo espiritual; es la moderación de la vibración divina hacia la
tonalidad humana, es decir, que esa luz es la parte, permitida a nuestros sentidos, de la
Luz Invisible.
El término hebraico “Avir”, para Eather, está bien explicado en el Zohar: “Habiendo
practicado Ain Soph una abertura en su Avir, el reveló un punto: Yod. Cuando brotó ese
Yod, lo que permaneció del Eather escondido (avir) fue la luz (aor)”. En efecto, cuando se
separa Avir de su “Yod”, él se vuelve Aor; el Eather es el principio y el fin de todo lo que
existe.
Es en este sentido que se expresa San Juan en el primer capítulo (versículos 4 y 9
principalmente) con la expresión bíblica muy conocida con “Lumen de Lumine”. Es una
traducción latina del griego “to phos to alethinon”. Es la luz verdadera que da la vida a
todo (una especie de “luz elementaria”). Un aspecto del origen del Logos. Esa Luz que se
menciona ya en el principio del Génesis, es la primera manifestación divina verdadera en
nuestro mundo, es casi el nombre mismo del Todo Poderoso que se materializa.
“La vida era la Luz de los hombres” (E zoe en to phos ton antropon). Esa vida (esencia del
verbo, extracto del Logos) será la “Luz” que da acceso a la Vía (una existencia más
elevada). Esa realización se hace gracias al Tao de los chinos; es la Shékina en la
Qabbalah de los hebreos; es la subida de
Kundalini para los hindúes; es la Gran Obra de la trasmutación alquímica... en una palabra,
es el Camino Iniciático.”
SMA S.R. de la Ferriere, PP. De los Orígenes y la Evolución pags. 204.

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