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Traducción de

Jordi Marjá Puig

INTRODUCCIÓN

LA CIUDAD DISCUTIDA,
LA SOCIEDAD, LOS HOMBRES
Y EL ESPACIO URBANO

Primera edición: noviembre, 1976

La ciudad industrial del siglo XX, que durante mucho l l n i i | i u


ha sido desconocida por los que vivían su esperanza y MI
drama, se muestra actualmente bajo un nuevo aspecto. El p a j i c l
de la urbanización aparece como una cuestión clave en la e v o h i
ción de la humanidad. Pero, desconcertados por la extensión
no controlada de las aglomeraciones, los hombres se siciilni
dominados por un fenómeno que les supera. Y se dirigen cu
tonces hacia aquellas personas que creen podrán e i i c n i í l i . i r
una respuesta a su inquietud. Además de los arquitectos, !u;<
I ingenieros y los administradores, ^el: urbanismo _dgbe ají
i cada vez más a los representantes dejas ciencias humanas, 'v ¡c
íibro adquiere todo su significado en la perspectiva de esto
nueva colaboración.
Esta obra, compuesta por textos publicados en obras u u-
Título de la edición original:
vistas científicas de escasa tirada, a veces directamente en otros
DES HOMMES ET DES VILLES
idiomas,1 permite reunir en un todo coherente esos t r a h a ¡ < "
© Editions Payot, París - 1963
dispersos, y adquirir conciencia de un conjunto de problemas
© de la edición en lengua castellana y de la traducción:
EDITORIAL LABOR, S. A. - Calabria, 235-239 - Barcelona-15 (1976) 1 El capítulo II es el único que no había sido publicado aulcrioi
Depósito legal: B. 49.791-1976 mente. Entre los restantes capítulos, cuatro han sido extraídos do c.ilit.T.
publicadas por el CNRS que nos lia autorizado amablemente a rrpm
ducirlos, dos han sido elaborados para un manual preparado por l.'i
Printed in Spain - Impreso en España UNESCO, a la que también agradecemos habernos permitido publicar!»::.
Talleres Gráficos Ibero-Americanos, S. A. Para esta segunda edición hemos añadido algunos textos recientes cuín»
Calle II, s/n (esq. Gran Capitán) - Sant Joan Despí (Barcelona) 1976 preliminar y en los apéndices.
de sociología urbana particularmente importantes en la actua- en el nuevo marco urbano. Y es, finalmente, el problema de la
lidad. No obstante, no pretende, naturalmente, presentar un liberación de los hombres el que encontraremos, de distintas
cuadro general, y aún menos intenta hacerse pasar por un formas, en cada una de las diversas partes de este volumen.
manual. Los textos son, a veces, artículos o capítulos amplia-
mente elaborados, a veces también conferencias que conservan
el estilo del lenguaje oral. LA CIUDAD Y LA SOCIEDAD INSCRITA EN EL TERRENO.
Este libro es investigación, enseñanza y diálogo. Investigación, EL ESPACIO PUBLICO
pues corresponde a una exploración viva de la sociedad urbana,
con sus dificultades y sus esperanzas de descubrimiento, la pues- La primera parte se refiere a la ciudad corno imagen de la
ta a punto de nuevos métodos, la elaboración de hipótesis, el sociedad. Trata del espacio público tal como está representado
esbozo de soluciones... en la psicología de los hombres de una sociedad y de una
Enseñanza, pues intenta informar a los especialistas y a un cultura determinadas y tal como está organizado en el marco
amplio público sobre los problemas que se plantean y, sobre urbano. El plan de la ciudad, o la falta de éste, el desarrollo
ludo, asociar a los recién llegados a una empresa común. radio-concéntrico y sus consecuencias, las distribuciones fun-
Diálogo, pues resume algunos de los numerosos intercam- cionales o disfuncionales de las actividades, las segregaciones
bios que han tenido lugar durante estos últimos años, y se sociales por sectores urbanos según los niveles de vida, las clases
dirige, por tanto, a aquellos que deben utilizar sus resultados sociales, los grupos étnicos, etc., presentan progresivamente,
ni aplicaciones prácticas y mediante la acción.2 Así pues, el a través de la observación material y de su marco, las princi-
lee.lor encontrará alternativamente exposiciones generales so- pales estructuras sociales, las instituciones, los comportamien-
bre la evolución de la sociedad urbana, informes de investiga- tos de la población. El auténtico problema es el del estudio
ciones, planes de trabajo y sugerencias. De forma anexa, y al de la sociedad, y no el estudio del marco. Varias veces com-
margen de la investigación propiamente dicha, se abren discu- probaremos que la idea de cambiar la ciudad sin cambiar la
siones al público, los urbanistas, las municipalidades, los mi- sociedad, o más bien, ja idea, de querer cambiar la s_ocie_dad
nisterios, etc. mediante pl único hecho de construir nuevas ciudades, es una
El lema general, que será tratado de nuevo en ulteriores tra- rncra ilusión.
bajos más completos, es el de las relaciones entre los hom- El estudio de las estructuras y de las instituciones es inse-
bres, la sociedad y el habitat urbano. La ciudad como repre- parable del estudio de las relaciones sociales y de la comu-
senlación de la sociedad inscrita en el terreno es un tema de nicación. Uno de los grandes problemas de las_socie¿iulQS ur-
e i l u d i ó ya antiguo en sociología: lo hemos tratado, a nuestro banas es la creciente"" dificultad que hay para poder comuni-
modo, cu distintas investigaciones, a partir de 1950, sobre todo car de persona a persona, cuando, sin embargo, los medios
respecto a la aglomeración parisina. 3 En la línea de los ac- decomunicación de masa se desarrollan continuamente. ¿Cómo
i na les trabajos del Centro de Etnología Social, el problema evitar que una comunicación entre individuos más «pensados»
que. nos preocupa primordialmente en la actualidad es el de que «pensantes», modelados por la propaganda y la publicidad,
la evolución de las relaciones entre la persona y la sociedad sustituya a una comunicación de auténtico intercambio entre dos
seres fundamentalmente distintos? 4 ¿Cómo evitar que el exceso
de información desemboque en una saturación que impida, a
lín el capítulo I se dan indicaciones a este respecto sobre los dos la larga, cualquier esfuerzo creativo?
grupos de investigaciones que han sido creados para repartirse el tra-
l > ; i ¡u.
:l Véase París, Essais de Sociologie, Col. L'Evolution de la Vie Sociale, * Véase a este respecto nuestro estudio «Milieu social et communi-
l'iirís, Ed. Ouvriéres, 1965. cation» en Personne et Sacíete.

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Mediante el desarrollo del pensamiento racional, los des- de parentesco, de vecindad, de amistades electivas, etc. Un es-
cubrimientos científicos y el progreso técnico, la ciudad ha sido pacio social privado debe ser estudiado como anteriormente
creadora de libertades. En ella se han desarrollado nuevos el espacio social público de la ciudad. Y, una vez más, ¿cómo, el
valores. Ha nacido una civilización urbana. Ha aparecido una hombre actual y el del futuro, encontrará mayor autonomía,
concepción de la existencia distinta a la de la vida rural. La y al mismo tiempo la posibilidad de comunicar más libre
ciudad ha aportado transformaciones radicales en múltiples y profundamente con los demás?
terrenos, tales como: la eficacia en la producción, el aumento
de la longevidad, la elevación del nivel de instrucción, la or-
ganización política, el sufragio universal, etc. Pero permane- LA PERSONA Y LA SOCIEDAD EN LA CIUDAD.
cemos desamparados debido al aspecto anárquico de su desarro- LA FUSIÓN DE LO PUBLICO Y LO PRIVADO
llo y por la miseria que, demasiado a menudo, se ha acumulado
en ella debido a coacciones de todo tipo, la tensión de la com- El espacio público y el espacio privado no son, de hecho, más
petencia y el agotamiento nervioso que afecta al conjunto de que dos aspectos de un mismo fenómeno cultural que cons-
la población. Todo el mundo está de acuerdo en afirmar que la tituye un todo. La educación, más colectiva en las sociedades
urbanización se convierte en un hecho universal, pero ¿somos tradicionales, y anteriormente privada, es, en la actualidad, en
capaces de canalizar el movimiento en el sentido de una libe- gran parte pública. ¿En qué nuevas estructuras sociales estará
ración de los hombres? O, por el contrario, ¿desembocará final- implicado mañana el individuo, cómo se convertirá dentro de
mente la expjmsión urbana en una^esclavización del hombre estas estructuras en una persona autónoma? ¿Qué marco po-
por parte de la técnica, en vez de utilizar la técnica para dar drá ofrecer la ciudad para responder a sus necesidades y as-
a la persona una mayor autonomía en unas estructuras sociales piraciones?
mejor adaptadas? No se trata de saber si los hombres se adaptan o no a las
' nuevas exigencias de la vida urbana; el auténtico problema
'• consiste en crear ciudades que se adapten a ]n nuevn_snr.ie.rlnfl
LA VIVIENDA Y EL ESPACIO PRIVADO ¡ y al hombre nuevo que se perfilan. Ciertamente ambos movi-
~T
Al igual que la ciudad es el refleio de la sociedad, ¿es la
mientos estáním^rñaltñéTuTTéTácionados. Querer definir al hom-
bre de mañana independientemente de la evolución técnica sería
casa una imagen reflejada de la comunidad familiar? Si lo ha algo totalmente irrealista, pero, inversamente, una prospectiva
sido de un modo evidente en otras sociedades, ¿lo es en cam- basada demasiado exclusivamente en previsiones económicas
bio aún en la actualidad y lo será en el futuro? puede desembocar en las peores aberraciones.
Los problemas planteados respecto a la definición de la En un mundo que está cada vez más urbanizado no creemos
vivienda y a la definición de la familia, y de las relaciones que sea preciso, tal como se lia afirmado demasiado apresu-
de una con otra, nos han conducido a subrayar la necesidad de radamente, facilitar la adaptación del hombre a los cam-
crear, junto a una sociología de la ciudad, una auténtica socio- bios que ha provocado él mismo. La cuestión consiste en saber
logía de la vivienda. Las transformaciones de los alojamientos, si el hombre sabrá utilizar sus descubrimientos para crear el
el desarrollo de las viviendas colectivas, el paso de un habi- marco que permita realizar sus aspiraciones. Nos encontra-
tat en superficie a un habitat en altura, etc., no son única- mos, por tanto, ante dos concepciones de la existencia que son
mente problemas técnicos y funcionales. El concepto de la vi- proyectadas en dos imágenes de la evolución de la humanidad.
vienda está relacionado con la imagen de la familia, con las Nuestro objetivo no consiste en resolver ahora este problema.
relaciones padres-hijos, con los nuevos papeles que desempe- Insistiremos en ello en otros trabajos que no tratarán úni-
ñan la mujer y el hombre, con el equilibrio de las relaciones camente de la ciudad. Pero es importante subrayar que la idea

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] de adaptar al hombre en el marco que él ha creado no co-
rresponde en absoluto a una visión «científica» del futuro.
Ksa idea puede ser tan irrealista como la que pretende súplan-
la r. Esa es la idea que tiene de la evolución un sector de téc-
ees hacerles comprender más completamente sus necesidades
y sus aspiraciones para inlentar responder a ellas. Los análisis
de las ciencias humanas podrían ser utilizados para intentar
resolver tales conflictos.
Este libro está relacionado directamente con diversos tra-
nicos, en función de un sistema de valores que le es caracte-
rístico. Examinada mediante un análisis antropológico más am- bajos anteriores, pero el lector encontrará nuevas ampliaciones
plio, resulta claramente insuficiente. en las obras publicadas después de la primera edición, particu-
En _ las ciudades los hombres experimentan mutaciones que larmente en las investigaciones del autor sobre las aspiracio-
r nosotros hemos subrayado. Las consecuencias de la concen- nes y las transformaciones socitles.5 Se ha publicado toda una
b I ración que se produce han sido, por otra parte, señaladas muy serie de obras, y otras están a punto de editarse. Esas obras
dan cuenta de los trabajos personales o colectivos efectuados
b a menudo por la sociología. Pero no es menos cierto que, al
en relación con el autor o bajo su dirección. Por ejemplo, las
• lomar conciencia de la evolución en la que están atrapados,
los hombres son cada vez más capaces de dirigirla. Antes de encuestas de J. M. Rainville y de H. Coing sobre la renovación
urbana y sobre la condición obrera, o el estudio de J. Abouha-
r ;ifumar que los hombres deben adaptarse a las nuevas formas
de las ciudades que surgirán fatalmente debido a la evolución mad sobre «Urbanización y desarrollo» en Venezuela, o diver-
i (Vinca, resulta útil preguntarse si no tienen actualmente la po- sos trabajos del Centro de Estudios de los Grupos Sociales,
s i b i l i d a d de imaginar las ciudades que desean y de utilizar los convertido en el Centro de Sociología Urbana, principalmente
medios, cada vez más perfeccionados, de que disponen, para sobre «La atracción de París sobre su extrarradio». Las diversas
iea | izarlas. investigaciones que se están realizando actualmente en el Cen-
Una de las líneas directrices de un urbanismo del futuro tro de Etnología social y de Psicosociología abren también otras
I n i d r i a ser, en nuestra opinión, la preocupación por crear una perspectivas, principalmente sobre las relaciones entre el in-
auténtica comunicación, no sólo de personaba persona, de gru- dividuo, la sociedad y los marcos de existencia rural y urbana.
[»> n grupo, de subcultura a subcultura, sino además entre la En relación con las investigaciones sobre las aspiraciones y las
pTTrrnicTón y el poder, y entre la pob_lacJóti y los^creadores de necesidades, los problemas del desarrollo, de la planificación y
las nuevas ciudades. Hemos insistido en el hecho de que las de la previsión son planteados constantemente. El texto que
Miperaglomeracione's como París, divididas en aglomeraciones presentamos a continuación es un ejemplo al respecto.
inlcrnas, que a su vez agrupan ciudades importantes compues-
l;ts por barrios y grupos de barrios, podían ser tanto los ins-
I 1 límenlos de un poder autocrático como los de un gobierno PRELIMINAR K

democrático. Los centros secundarios y terciarios de las aglome-


raciones y de las ciudades pueden ser simples estaciones de Lo importante es preguntarnos sobre las relaciones entre
enlace del poder que permiten hacer pasar la decisión de arriba las ciudades y la sociedad. Las ciudadp.s_no pueden .ser_i.nás
hasta abajo. También pueden ser el lugar de reunión de los que el reflejo _de la sociedad. No es posible,, construir una
representantes elegidos de la población que expresan sus as- sociedad construyendo eiuHa^és; en primer lugar es preciso
piraciones a un escalón superior. En una concepción demo- reflexionar sobre el modo en que las sociedades evolucionan
crática el movimiento ascendente prevalece sobre el movimien-
5 Véase principalmente: Pour une Sociologie des Aspirulums, París,
lo de la cumbre hacia abajo. La decisión final es la de toda la Denoel, 1969, y Pour l'Universilé, París, Payot, 1968.
población expresada por quienes ha elegido. La forma que los 6 Grabación de una comunicación oral al Coloquio «Prévoir poní:
urbanistas darán a la ciudad facilitará este movimiento o po- 50 ans», Gif-sur-Yvette, 1968, publicada por la revista 2000, n." especial,
drá oponérsele. La presión de la población podrá tal vez enton- París, 1968.

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y ver cómo las técnicas se adaptarán a estas transformaciones las necesidades del niño que deberían regir en la ciudad toda
sociales que no son regidas únicamente por la economía y los una serie de concepciones técnicas y urbanísticas.
técnicos —y digo concretamente 710 únicamente porque es tam- Se ha hablado de la supresión del barrio. Creo que el barrio
bién evidente que los descubrimientos científicos, y los descu- antiguo ha muerto y que no debe resucitar, pero, en contra-
brimientos técnicos modifican considerablemente el comporta- partida, habrá unidades de vida social de un nuevo tipo que
miento de los hombres y les impone determinados imperativos. es preciso imaginar, que es preciso crear, sin duda teniendo
La sociología quiere adentrarse en el futuro. La auténtica en cuenta las lecciones de la historia, pero también teniendo
sociología se interesa en la prospectiva, estudia no sólo las ne- en cuenta la prospectiva que hacemos a partir del estudio de
vJ
cesidades actuales sino también los mecanismos de evolución las necesidades. En esta unidad de vida social, no creo que se
de las necesidades para ver en qué medida éstos ayudan a de- pueda suprimir en ningún momento la necesidad de contactos vi
finir las necesidades del mañana a las que será preciso res- directos para el niño con las personas y las cosas en un espacio
ponder. Lo que pedimos es cierta imaginación sociológica que limitado. Cualquier perspectiva que quisiera evitar un proble-
debería estar conjugada con la imaginación técnica para no ma como éste estaría en mi opinión, destinada al fracaso.
hacer una obra creadora únicamente en las construcciones de Hasta ahora la preocupación de los poderes públicos ha
un nuevo tipo, sino también en la construcción de una nueva sido primordialmcnle el estudio de los canales de comunicación
sociedad. de la cúspide hacia la base. Se pide a los sociólogos que ilu-
V Consideremos la necesidad de silencio y aislamiento. Cuanto minen la decisión y que expliquen cómo ésta será admitida
más marcada está la sociedad por el ruido y la agitación, más por la población. Pero el auténtico problema no es este estudio
experimentan los hombres esa necesidad. ¿Cómo prever ese de los canales de comunicación descendentes; el auténtico pro-
silencio y esc aislamiento? Si las investigaciones técnicas se blema, para los sociólogos, es el estudio inverso de los ca-
llevaran suficientemente lejos, con los medios adecuados, el pre- nales de comunicación ascendentes, saber cómo estudiar las
cio de la insonorización bajaría inmediatamente. aspiraciones de tal persona en tal grupo, en tal ciudad, cómo la
Se trata, por tanto, de orientar las investigaciones técnicas población elige a sus representantes y puede hacer valer sus
en función tanto de las preocupaciones sociológicas como de aspiraciones hacia arriba. Esas son las cuestiones que deberían
las psicológicas. preocuparnos.
La necesidad de comunicación de persona a persona es esen- Si estudiamos de una forma válida este mecanismo de la ma-
cial. Cuanto más se desarrollen las necesidades de comunica- nifestación de las aspiraciones y de la formulación de las
ciones de masa menos normalmente se establecerán las comuni- reivindicaciones, entonces podremos lomar verdaderamente de-
caciones de persona a persona. ¿Cómo será posible facilitar cisiones urbanísticas que sean una respuesta a las aspiraciones.
los contactos en los edificios, en la ciudad? La disposición Habrá siempre una decisión y alguien que la tomará, pero si
interna de las viviendas puede permitir o impedir prácticamente esta decisión se toma como respuesta a las aspiraciones y si la
la comunicación. Estoy convencido de que se pueden construir sociología no es utilizada para manipular a la población, sino
casas en las cuales nadie podrá comunicar con nadie, y casas para permitir la expresión de sus necesidades, entonces el urba-
en las que las personas tendrán deseos de comunicar entre sí. nista podrá construir una auténtica democracia; y nosotros
Aquí hay, por tanto, un tema de estudio concreto de las res- vamos a reflexionar precisamente sobre esta sociedad del fu-
puestas a las necesidades, en relación con las técnicas del edi- turo.
ficio.
También sería necesario, en este estudio de las necesidades,
insistir sobre la diferenciación de las necesidades según las per-
sonas. Para no extenderme demasiado insistiré únicamente en

14 15
«i
*
PRIMERA PARTE

LA EVOLUCIÓN DE LA CIUDAD

2. CHOMBART
ft


CAPITULO PRIMERO
«r
*

LA EXPANSIÓN URBANA •¡
Y LAS NUEVAS CIUDADES •
*'

La expansión urbana y la aparición de nuevas formas de •


9
vida social en los barrios periféricos no pueden ser estudiadas
más que a escala mundial. Para comprender París y los gran-
des conjuntos, buscaremos las soluciones en Rennes y en Gre-
noble, pero también, con ayuda de numerosas relaciones cíe
trabajo, en Varsovia, Montrcal, Rotterdam, Dakar o Casablan-
ca, tanto en una ciudad paralela socialista como en un subur-
bio africano.
. Los extrarradios, las parcelaciones, las ciudades satélites, los
arrabales, las nuevas ciudades, los grandes conjuntos, los nue-
vos barrios, son unos centros de soldadura social cuyo signi-
ficado aún no hemos comprendido en su totalidad. 5 ¿Asistimos <*'
realmente al nacimiento de una sociedad nueva, a una especie ti'
de mutación, o se trata simplemente de una crisis de crecj-

1 Este texto corresponde a una conferencia pronunciada en el Congre-


so de profesores de las Facultades de Derecho (Rennes, 1962). Los or-
ganizadores de esta reunión nos han autorizado amablemente a publicar-
lo. Se publicó por primera vez en inglés en la revista Informations sur «
les Sciences Sociales, París, UNESCO, 1963.
2 En el curso de una reciente discusión con los urbanistas de países
africanos uno de ellos ha insistido sobre los peligros que había en des-
conocer a un nuevo tipo de hombre que, en su opinión, se manifiesta en
las aglomeraciones de chabolas y en los nuevos barrios y del que igno-
ramos sus auténticas necesidades. El fenómeno es más sorprendente en

Marruecos, en el África negra o en América del Sur que en Europa,
pero debería hacer reflexionar a los urbanistas de nuestros países. I»

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míenlo que será resuella más o menos rápidamente? De todos podemos o no queremos darle su auténtico senlido? 4 Aquí se
modos, la aceleración del ritmo de las transformaciones y la plantea un problema de sociología política, pero no nos an-
amplitud de las operaciones urbanísticas a efectuar nos hace ticipemos; para abordarlo es preciso examinar algunos dalos
creer que estamos en una encrucijada en la historia de las so- básicos.
ciedades industriales. Desde el punto de vista sociológico estos
grandes movimientos tienen, fatalmente, una influencia con-
siderable sobre la transformación de las estructuras sociales, /. LA CIUDAD Y LA URBANIZACIÓN
de las instituciones, de las funciones. Pero, al mismo tiempo,
son consecuencia de la .evolución de unas necesidades, de unas La expansión urbana no es un fenómeno nuevo relacionado
aspiraciones, de unos sistemas de valores que aún percibimos con el desarrollo de la industrialización. En otras sociedades,
con dificultad. El examen riguroso del problema de las ciu- en el curso de la historia, hemos visto manifestarse esta cx-
dades nuevas puede ser ocasión para llegar a un momento de la pansión de distintas formas. Pero el hecho sorprendente, en la
verdad, para una toma de conciencia de nuestras responsabili- hora actual, es ja aceleración del movimiento, que nos obliga
dades, que tendrá, esperémoslo, un papel útil.3 a plantearnos preguntas sobre la función y cTpapel cíe la ciu-
Ha quedado planteada una cuestión fundamental a la que dad. Cuanto más crecen las civilizaciones más se extienden las
no sabemos responder con respecto a nuestras sociedades del ciudades. ¿Cuáles son las consecuencias de este hecho? Pare-
siglo XIX : ¿Qué es la ciudad? ¿Qué es la gran aglomeración cemos atrapados en un movimiento irreversible, que tendería
en la que ésta se sitúa? La ciudad debería ser el reflejo de las a transformar todo el planeta en un vasto sector urbano, pero,
estructuras sociales. Si estas estructuras sociales están evo- de hecho, este movimiento tiene unos límites y ahora notamos
lucionando la ciudad debería ser evolutiva. ¿En qué sentido? la necesidad de canalizarlo, intentando comprender su autén-
El urbanismo debería responder a las aspiraciones de los hom- tico sentido.
bres pertenecientes a lodos los estratos de la población, en la ¿Resulta útil recordar la rápida tasa de expansión urbana?
actualidad y, de modo primordial, en el futuro. Pero, ¿cómo París, que actualmente cuenta con ocho millones y medio do
definir estas necesidades y estas aspiraciones, y cómo, también, habitantes con la zona periférica incluida, al parecer tendrá
responder a ellas? Actualmente existe un divorcio entre las quince millones en el año 2000. La zona urbanizada de Nueva
aspiraciones y la realidad. La ciudad, que atrae a los hom- York se estima en aproximadamente treinta y dos millones de
bres porque éstos buscan una liberación, les somele de hecho habilantesjjon el conjunto de ciudades que van de Boston a
a represiones y coacciones que les desaniman. Filadelíia. La ciudad de Rio ha aumentado en 592 000 habi-
¿Es la ciudad, o está a punto de ser, antidemocrática? ¿No tantes entre 1920 y 1940 y en 613 000 habitantes de 1940 a 1950.
Casablanca, que cuenta actualmente con dos millones de ha-
3 En esta perspectiva nuestro grupo de investigación ha emprendido bitantes, el año 2000 probablemente tendrá cuatro millones.
estudios generales sobre la urbanización y la transformación de la vida Asistimos, en las transformaciones urbanas, a un movimien-
social en los antiguos y nuevos barrios. Se trata, en este caso, del Centro to de_ccnlralización que provoca una alia concón Lració_n. Las
de Estudios de los Grupos Sociales que trabaja exclusivamente en el cam-
po de la sociología urbana por cuenta de diversos organismos públicos
migraciones hacía la ciudad y la densificación de los grupos
(Commissariat du Plan, Dislrict de París, Délegation de la Recherche) humanos son Tina necesidad en un momento de la evolución
en relación con nuestro equipo del CNRS y de la Escuela de Altos
Estudios, el Centro de Etnología Social, que efectúa investigaciones más * Nuestro colega y amigo Roger Bastide nos escribió que la ciudad le
generales sobre la evolución de la vida social y la representación de la parecía antidemocrática y que las únicas personas libres y auténticamente
sociedad. Véanse, en particular, las siguientes obras: L'attraction de París cultivadas eran las rurales sin tradición escrita. Nosotros no compartimos
sur la banlieue, Ed. Ouvriéres, 1965 y «Les citadins et la ville» en París, su opinión, pero debe hacernos reflexionar. Volveremos a hablar de ello
Essais de Sociologie, op. cit. en la conclusión de la presente obra.

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de la vida social. La multiplicación de las relaciones sociales de provincias. Y ese nuevo movimiento ha sido esbozado; el
y de los intercambios de ideas, las nuevas posibilidades de crea- ejemplo de Rennes es suficientemente elocuente. Otras ciudades
ción así ofrecidas, proporcionan a la humanidad unos medios como Grenoble, Toulouse o Marsella, etc., son también testimo-
de los que no disponían anteriormente. Pero la contrajjarüda de nios de esta nueva etapa. No obstante, en las enormes aglome-
gsta-concentración rápida es el desorden. Las ciudades actuales raciones como París, el desarrollo de los barrios marginales
dejan a los hombres que se reúnen en ellas sumergidos en una plantea unos problemas cada vez más difíciles de resolver por /
indudable inquietud, creando un estado de competencia, de lu- parte de los urbanistas que no siempre saben cójfTS' dirigir/
cha por la vida que se ha señalado muy a menudo, y que el movimiento en el que están atrapados.A
., ., j ,
*^ '(*--í-C í. -i-
parece hacerles perder una parte de las ventajas adquiridas. Estos nuevos barrios se deben a una, dcsconcentración inevi-
El problema que debe preocuparnos no es la centralización o la table del núcleo urbano cuando éste alcanza una densidad_ dema-
concentración urbana, sino el sentido que ha adquirido actual- siado alta. Esa clesconcentración es a veces semiesponlánea, y
mente el movimiento. ¿Cuáles son los límites del desarrollo de otras semivolunlaria. Intentemos ver lo que esto representa.
las ciudades? ¿Cuáles son los óptimos puntos sociales que po-
demos definir? ¿En qué medida podemos precisar la patología La desconcentración serniesponiánea. El desarrollo radio-
de la progresión y, al contrario, facilitar los movimientos fa- concéntrico de las grandes aglomeraciones ha tenido, desde el
vorables? punto de vista sociológico, las fastidiosas consecuencias de las
La concentración y la centralización urbana en el siglo xix que se ha hablado muy a menudo desde hace unos treinta años.
no son movimientos relacionados únicamente con la industria- Alrededor del núcleo central se desarrollan zonas concéntri-
lización, sino con movimientos de ideas, con corrientes de pen- cas, algunas de las cuales presentan caracteres patológicos cíe
samiento. La ciudad 110 es únicamente el resultado de una lla- una forma casi sistemática. Las segregaciones sociales, los nu-
mada a la producción, al consumo y al intercambio, sino que merosos casos que deben ser tratados por la psiquiatría infan-
también es una construcción voluntaria de los hombres rela- til o adulta, los fenómenos de delicuencia, parecen estar re-
cionada con el desarrollo de un pensamiento de tipo raciona- lacionados de una forma bastante clara con determinados facto-
lista. Parece ser que los hombres urbanos son más racionalistas
que los hombres rurales, pero, ¿en qué medida son racionales
res del medio urbano. Lo misino ocurre, en cierta medida, con m
por el hecho de ser urbanos, y en qué medida, por el contrario,
las distintas enfermedades físicas que afectan particularmente
a las personas que viven en determinadas zonas.
m
son seres urbanos porque son racionales? Estos inconvenientes han empujado a los ciudadanos a bus-
car una evasión en el exterior, y de ello proviene el nacimien-
to de los extrarradios, y, más recientemente, de las parcela-
//. LA APARICIÓN DE LOS BARRIOS MARGINALES ciones, de los nuevos barrios y de los grandes conjuntos. Más
Y LA NUEVA CONCEPCIÓN DE LAS AGLOMERACIONES allá del barrio obrero en el cual los trabajadores habían bus-
cado viviendas en la zona más cercana a los centros indus-
El desarrollo de las grandes aglomeraciones que tienen una triales, vemos como el tejido urbano se extiende de dos formas
función mundial, como París u otras grandes capitales, tiene distintas. Unas veces se trata de una extensión mediante casas
consecuencias que a veces pueden parecer fastidiosas para las individuales, que desemboca en una prolongación de los tiem-
restantes ciudades de los países en que se encuentran esas pos de transporte cada vez más difícil de aceptar. Otras, vemos
aglomeraciones. París sufre, por ello, muchos reproches que surgir grandes conjuntos que intentan responder de una forma
no siempre están justificados. Su desarrollo puede ser difícil- apresurada a la crisis de la vivienda.
mente evitado en las actuales perspectivas, pero el auténtico
problema es, evidentemente, la revitalización de las ciudades
En los extrarradios cercanos, hemos visto concentrarse a ve-
ces a los elementos de la clase obrera que parecían una arne- £*
22 23

**•
naza para los medios acomodados del centro de la aglomera- en las cercanías de Cracovia. Pero, normalmente, se trata de
ción, de donde proviene la denominación utilizada durante el conjuntos de viviendas de diversas dimensiones, que no cons-
siglo xix y principios del xx, de «extrarradio rojo». Pero, en tituyen jamás_auténlicas iiniclacles__dc_vic¡a__socj.al _roalrnp,nía. in-
el propio interior de la parte central de la ciudad se multi- tegradas en la sociedad actual.
plican las segregaciones, y los norteamericanos, no sin cierta "Se trata, a veces, de pequeños grupos de 200 a 300 viviendas,
! inquietud, ven, por ejemplo, en el centro mismo de Manhattan, otras de conjuntos medios de 1000 a 1500 viviendas, y otras de
como surge un barrio de un millón de habitantes portorri- grandes conjuntos de 5000 viviendas o más, tal como los
queños. .Las segregaciones de clases, las segregaciones étnicas, que vemos aparecer alrededor de París, en Chatenay-Malabry,

Í son los signos de una desorganización que afecta a la sociedad


j;n sus propios cimientos.
Por otra parte, la crisis de viviendas y- la afluencia de los
Sarcellcs o en otros lugares. En este último caso, estas agrupa-
ciones alcanzan a menudo de 50 000 a 60 000 habitantes, la di-
mensión de una ciudad ya importante, que no dispone más
trabajadores que no encuentran su domicilio en el interior de que de equipos limitados y que no ha sido imaginada verda-
la ciudad, desembocan en la extensión de las chabolas que deramente como un grupo local de grandes dimensiones, capaz
alcanzan proporciones extraordinarias en diversas regiones del de bastarse a sí mismo en el conjunto de un país.
mundo. Una sola aglomeración de chabolas de Casablanca,
Ben-Msik, cuenta con 80 000 habitantes. Las favellas de Rio La estructura de Las aglomeraciones. Estas diversas formas
tienen 650 000 habitantes sobre un total de dos millones que de la expansión urbana plantean el problema más general de la
pueblan la ciudad. En América Latina sabemos que cinco mi- estructura de la aglomeración cuando ésta alcanza cierta di-
llones y medio de personas viven en aglomeraciones de este mensión, y el de la concepción de las ciudades interiores.
tipo. En Argelia, en 1954, la población musulmana contaba en No es posible comprender el fenómeno de los extrarradios
Argel con 287 000 habitantes, de los cuales 86 000 vivían en sin estudiar el centro de la ciudad, el centro de la aglomera-
chabolas. Incluso en París las antiguas zonas de las puertas ción y las relaciones existentes entre este centro y los barrios
de la capital han desaparecido, pero encontramos en los holels periféricos. Hemos insistido en el hecho de que los hombres
ineublés, y en determinados callejones, barrios de cuchitriles rurales vienen a la ciudad para buscar lo que es más urbano
que han recogido a la población desfavorecida, al no haber y, para ello, se dirigen hacia el centro, de donde emigran a
podido encontrar sitio en las «casas baratas», o, más reciente- continuación hacia la, periferia. EL centro_ejcrce una atracción
.mente, en las II. L. M. (viviendas de renta limitada). no r^ppr^c. exclusivamente de su equipo eYr.ppcional, sin o
también de los valores simbólicos. Se han hecho estudios so-
La desconcentración semivoluntaria. Frente a estas dificul- bre los monumentos que caracterizan estos símbolos, de los
tades los gobiernos han intentado soluciones de urgencia. AI que no podemos dar cuenta en esta obra. Insistimos simplemente
verse sorprendidos han podido raramente imaginar auténtica- en su importancia para comprender el conjunto de las c u l -
mente las nuevas ciudades, y han tenido que conformarse con turas urbanas en la hora actual.
.programas de grandes construcciones en serie, que permiten Pero ese centro adquiere tal importancia que impide que se
albergaT el mayor número posible de personas en unos edifi- desarrollen oíros centros secundarios. A la escala de odio mi-
cios construidos en un mínimo de tiempo. llones y medio de habitantes ya no se puede concebir a París
A veces esta desconcentración se ha llevado a cabo creando como únicamente una ciudad, ni siquiera corno una única aglo-
ciudades satélites a cierta distancia de la gran aglomeración; meración, se trata de un conjunto de aglomeraciones, de una
ésta es la solución que han adoptado los urbanistas ingleses. superaglomeración que es preciso dividir y organizar. Desde
En algunos casos extremos se puede hablar también de ciudades el año pasado hemos intentado presentar una hipótesis de re-
paralelas, como en Polonia, en la nueva ciudad de Nova-Huta corte de la aglomeración en grandes zonas de un millón de

24 25
habitantes aproximadamente, teniendo en cuenta cierto número ciudades, poseer un conjunto de eq-uipps que pueda satisfacer
de observaciones hechas en el curso de las diversas encuestas de a las poblaciones que alberga.
nuestro grupo. 5 Pero esta hipótesis está aún poco precisada y la
cifra de un millón debe darse con mucha prudencia, aun cuando El equilibrio ciudad-campo. Esta concepción de las nuevas
haya sido adoptada ya por diversas personas o distintos or- aglomeraciones, en relación con el desarrollo de los nuevos
ganismos. El problema esencial reside en tener un acuerdo de barrios y los problemas que éstos plantean, está conectada
principio sobre la necesidad de una división y sobre las me- directamente con las relaciones entre la ciudad y el campo. La
didas que esto implica. extensión de la ciudad no se produce únicamente en su perife-
Esta división supone la creación de centros secundarios ria, la ciudad tiende a hacer surgir brotes en pleno campo, allí
que respondan a las nccesidades__de los habitantesj^c^Jas aglo- donde no ha aparecido aún ningún fenómeno urbano.
meraciones internas. Esos centros no deben ser concebidos como Se puede tener un ejemplo de ello en las migraciones turís-
creaciones artificiales decididas por arriba, sino como la res- ticas y en la aparición de las grandes ciudades balnearias, o,
puesta a las necesidades expresadas por la base, a las que nos más recientemente, de las estaciones de esquí, que se convierten
referiremos más adelante. Hay ahí una concepción del nuevo a veces en auténticas ciudades importantes, creadas totalmente
urbanismo que supone una toma en consideración de la ex- en medio de la montaña. En Francia, Courchevel y otras estacio-
presión popular a todos los niveles, lo que hasta ahora no se nes más importantes que están previstas para un próximo fu-
había hecho. turo pueden dar una idea al respecto.
Estas aglomeraciones internas son por sí mismas conjuntos En otras partes vemos aparecer, en medio del campo, peque-
de ciudades, y es preciso, de nuevo, dividirlas en unidades más ños centro urbanos puestos directamente a disposición de los
pequeñas. Hemos propuesto otra hipótesis que consiste en pre- hornbras rurales. Este es el caso, por ejemplo, de ios nuevos
ver estas ciudades interiores en una escala de 200 000 ha- ''^^utpf/s creados por los holandeses para los polders del norte.
bitantes, pero esta cifra puede variar según la densidad cerca Los ensayos que se realizan actualmente en Marruecos para
del núcleo central o hacia la periferia. 0 Por otra parte, esta crear nuevos equipos que respondan a las necesidades de un
cantidad no es más concreta que la de una aglomeración in- conjunto de acbuares son creaciones del mismo orden en un
terna. Resulta interesante observar que en ciudades como Ca- contexto muy distinto y a una escala más pequeña.
sablanca, a la que nos hemos referido hace un momento, los Entre los centros rurales y las grandes aglomeraciones, al-
urbanistas han previsto agrupaciones que, sin haber sido con- gunos investigadores han previsto la creación de cíudades-pan-
cretadas de un modo tan preciso, desembocan en la creación talla que fijen a la población proveniente del campo antes de
de conjuntos de dimensiones muy semejantes. Sin duda po- que ésta emigre hacia la ciudad y no se vea vertida inmediata-
drían encontrarse otros ejemplos al respecto. mente en los barrios periféricos que nos interesan. Estas ciu-
Una aglomeración como París debe ser estudiada del mismo dades-pantalla, creadas artificialmente, son difíciles de con-
modo que el conjunto de un país. Se trata de un problema cebir. Sin embargo, son probablemente una interesante solu-
de acondicionamiento del territorio, de definiciones de ciuda- ción para los países en los que las ciudades medias son aún
des y de aglomeraciones en las cuales es preciso encontrar un poco numerosas. En un país como Francia será primordialmentc
equilibrio. Cada ciudad, cada aglomeración debería tener su el desarrollo de metrópolis regionales lo que permitirá res-
cspecialización, pero, al mismo tiempo, dar un conjunto de fa- ponder mejor a las necesidades de los hombres del campo que
se encaminan rápida, y demasiado exclusivamente, hacia París.
5 «Les citadins et la ville», 1962, reproducido en: París, Essais de Pero en este caso se trata de otra cuestión que los habitantes
Sociologie, op. cit. de Rennes conocen particularmente bien.
6 «Les citadins et la ville», op. cit. De todas formas, para resolver todos los problemas pian-

26 27
teados creemos que son esenciales dos tipos de estudios; por elevado de comunicación que el existente entre los hombrea de
una parte, lasinvestigaciones sociológicas sobre las estructu- otros medios. Hemos dado diversos ejemplos de medios socia-
ras sociales, las relaciones y las transíormaciones de los me- les. Unos están caracterizados por el trabajo, como el mundo
jlios sociales en la vida urbana, "y, por otra, los estudios psico- del automóvil, o el de la hostelería, que acaba de estudiar
sociológicos sobre la evolución de las necesidades y las aspi- uno de nuestros compañeros de equipo para una tesis. Oíros
raciones. corresponden a determinadas categorías de edad. Creemos que
el conjunto de los jóvenes, en este momento, tiende cada vez
más a formar una clase de edad que correspondería, también,
///. LA EVOLUCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS a una de las grandes agrupaciones. Se ha hablado del medio
SOCIALES obrero, del medio de los técnicos, etc. Aquí interviene el pro-
blema de las clases sociales, que, en función de la conciencia
El aspecto sociológico de las investigaciones sobre la trans- de pertenencia y de otros criterios, forman auténticos grupos
formación de los medios sociales urbanos conduce inmediata- y no simples medios. Finalmente, la población de algunas gran-
mente a la evolución de los medios sociales, los grupos y las re- des agrupaciones tiende a estar marcada por caracteres co-
laciones sociales. Deben ponerse de evidencia diversos aspectos munes, comportamientos comunes y representaciones comunes;
de las investigaciones realizadas, o por realizar, a este res- desde determinados puntos de vista puede ser considerada como
pecto. un medio social.

Los nuevos medios sociales. Hemos señalado muy a menudo La transformación de las relaciones sociales. Según situa-
que, en las aglomeraciones, sobre todo cuando éstas alcanzan ciones que ocupen en estos medios sociales y en los grupos que
determinadas dimensiones, los grupos antiguos que tenían un conservan una estructura más precisa, los ciudadanos, prin-
papel bien definido eran más difíciles de captar en sus contor- cipalmente en los nuevos barrios, se ven atraídos por varias
nos y en sus funciones. No obstante, los hombres de la ciudad posibilidades de elección en sus relaciones. J)ebe
están relacionados unos con otros en unos conjuntos que, en un equilibrio entre las relaciones de _yccindad, las relaciones de
nuestra opinión, deben adoptar un nombre nuevo. Ya no se parentesco, las relaciones de trabajo, y las amistades elec-
trata en absoluto de grupos en los cuales cada persona tiene tivas que constituyen redes más o menos importantes según
su lugar en una estructura claramente definida. Los ciudadanos las familias. En los medios obreros hemos mostrado que la ve-
se ven implicados en unos mecanismos cuyo funcionamiento ya cindad desempeñaba un papel más importante que en los me-
no entienden y situados en el conjunto de la vida social sin dios acomodados. No obstante, en los nuevos barrios de los
conocer realmente su situación. Se ven sometidos a unos condi- grandes conjuntos, sobre lodo cuando los grupos de viviendas
cionamientos cada vez más fuertes debido a que no tienen nin- son de dimensiones reducidas o medias, las relaciones de ve-
gún medio para liberarse de ellos por no conocerlos adecua- cindad de los medios más favorecidos se desarrollan mucho
damente. Son necesarias nuevas formas de observación para más rápidamente que antes en los barrios tradicionales. El
determinar los reagrupamicntos que se operan o que tienden parentesco, que parecía haber perdido su importancia, la ha en-
a operarse, y que son los que originan las nuevas estructuras contrado de nuevo, en determinados momentos, sobre todo cuan-
que surgen. do las jóvenes parejas necesitan apoyarse en los familiares más
Aparecen nuevos medios sociales. Medios que corresponden cercanos porque se encuentran aisladas en la vida social de
a conjuntos de hombres relacionados por comportamientos co- los nuevos barrios. Las relaciones amistosas también son limi-
munes, preocupaciones comunes, ocupaciones comunes, ciertas tadas por el tiempo de los traslados. Lji_£sj.ructura cíe;_ la* ciu-
representaciones que les son características y un grado más ctárl tieneTgran importancia para orientar todas estas formas

28 29
debelaciones. Cuando el urbanista quiere pensar la estructura resolver únicamente mediante la cohabitación el problema cíe
de la nueva ciudad debe tener en cuenta muy ampliamente la las oposiciones de clases y de las segregaciones. Por una parte
orientación del conjunto de estas relaciones para permitir a el acceso a las nuevas ciudades está prácticamente prohibido
los individuos elegir libremente, y que no sean orientados a pe- a las familias llamadas inadaptadas, a las que no pueden pa-
sar de sí mismos en su relación con los demás hombres. gar un alquiler suficiente, etc. Por otra parte, tienden a operar-
se nuevas segregaciones en el interior mismo de las ciudades.
Comunicación y aislamiento^ Si la concentración urbana fa- En una reciente encuesta hemos visto que los habitantes de
cifita las relaciones de trabajo, la creación científica, el desarro- los nuevos barrios estudiados creían posible reunir a familias *
•*:
llo intelectual, también tiene graves inconvenientes para la vida de clases sociales diferentes en grandes conjuntos de vivienda
cotidiana de los ciudadanos. Contrariamente a lo que se creyó a condición de que se mantenga cierta uniformidad en el in-
en determinado momento, los habitantes de las ciudades se en- terior de una unidad o de un grupo de viviendas.
cuentran a veces muy aislados socialmentc, incluso si la den- En suma, la sociedad es lo que es. El urbanjsjno^no la cam-
sidad de población es muy alta. Parece que _un punto óptimo biará mediante un golpe de varita mágica. Únicamente puc3e
de densidad está aún por definir y que, de todos modos, e ayudarla a lomar conciencia de sus propias contradicciones
—^ ^-—7—c~~~ ; -;
necesario organizar la vida social y crear nuevos cqutftre qu
-¿aLto j crear el marco en el cual podrían resolverse. Pero, para ir
eviten al individuo verse separado de sus semejantes, incluso más lejos, son necesarias jeforinas más profundas en otros
de los más próximos en el espacio, mediante barreras sociales planos: salarios, rentas, organización del trabajo, etc.
y psicológicas. No obstante, el paso del habitat antiguo a los nuevos ba-
Hay en cada ciudadano cierta necesidad de estar perdido rrios va acompañado a menudo por una tendencia a la «pro-
en la masa que le da la impresión de libertad. Esla especie moción social». Al abandonar unas viviendas vetustas y su- •I
(le despersonalización exterior no es posible más que si el perpobladas las familias de escasos medios buscan, natural- *<
individuo sabe conservar unas relaciones concretas con un mente, no sólo transformar su vida cotidiana sino también
número bastante limitado de sus semejantes que crearán para adquirir nuevos medios para instalarse. Su deseo do alcanzar •i
él un universo social en el interior de la aglomeración. El una cualificación superior se acrecienta. (Una reciente mono-
ciudadano aspira, al mismo tiempo, a tratar con los demás grafía señala perfectamente este aspecto de la vida social de *
esos barrios). Pero la carrera de las horas extraordinarias, uni-
•f
hombres y a encontrarse a sí mismo, pero tiene pocas posi-
bilidades de hacerlo. da al aumento de las cadencias de trabajo, ha provocado una d
El aislamiento social da origen a numerosas perturbaciones fatiga suplementaria y convertido a menudo al obrero en u n j •I
psíquicas sobre las que han tratado diversos autores. En los autómata mejor pagado, mejor equipado, pero incapaz de apro-.í **[
nuevos conjuntos de viviendas puede adquirir cierta gravedad
en el caso de las familias que se encuentran desterrarlas en un
vecharse de esas nuevas ventajas.
**
marco inhabitual o en el que no tiene establecido aún uní L_aJ_amilia, el hombre, la mujer, la pareja1. La misma loca- m
sistema de relación. La ausencia de los pequeños equipé co-
merciales, sustituidos por los .supermercados, y sobre todo,
-lización de los barrios lejos de los lugares de trabajo tiene.
además, por resultado, un aumento de tiempo de transporte
m
normalmente, de todo equipocuuural, acentúa aún más el ais- y, por tanto, -del tiempo de ausencia de la casa. En estas
lamiento debido a la distancia del trabajo y de los centros de condiciones la vida familiar puede estar amenazada. Tanto más
distracción. cuanto que la mujer se ve a menudo obligada a renunciar a
trabajar, no dispone de equip^f educativos suficientes para sus
Las clases sociales, la segregación j la promoción. Una ilu- hijos ni de cquip^?^te distracción para ella y se ve terrible-
sión de los creadores de nuevos barrios es la posibilidad de mente aferrada por el aburrimiento, el enemigo número uno •*
30 31
de los nuevos grupos. Es preciso reconocer que estas condi- preverse para ellos son muy importantes debido a que tienden, ¡
ciones podrían cambiar ^sensiblemente si fueran creados ur- en todo el mundo, a constituir no sólo una categoría de edad,!
gentemente los equipé que faltan. Se diabla mucho de ello, sino también, corno hemos dicho anteriormente, una auténtica!
pero casi en todas partes esos equipOaTson notoriamente insu- clase de edad, comparable a las de algunas sociedades ante-1,
ficientes o, a veces, no existen. riores al período, industrial.
La imagen de la familia se modifica más o menos rápidamente Los equipé para los niños también son urgentes, pues cons-
en los nuevos barrios. A menudo aparece en plena ruptura tituyen la mayoría de la población. Una investigación de nues-
con la imagen tradicional, en las aglomeraciones de chabolas tro grupo intenta mostrar cuáles son las nuevas necesidades
y en los nuevos grupos de viviendas de los países en vías de y la nueva visión del mundo del niño, a las que deberían adap-
desarrollo. Y se transforma más lentamente en los conjuntos tarse la escuela y los demás equipá«»9'*Anora bien, en loa
franceses que hemos estudiado. Las últimas encuestas realizadas grandes conjuntos el desfase entre las necesidades y la respues-
sobre la imagen del papel de la mujer no han mostrado tantas ta dada por los adultos parece mayor que en otras partes.
diferencias como suponíamos entre los barrios antiguos y los Se pueden promover diversos problemas de psicopatología
nuevos.7 Los modelos se transforman en el conjunto de las relativos a la vida de los niños. Hasta ahora estos problemas
poblaciones urbanas. eran más graves en las malas viviendas y en las antiguas casas
baratas. Actualmente pueden plantearse nuevas cuestiones cuan-
Las clases de edades y los jóvenes. La composición demo- do la densidad de los niños es demasiado elevada.
gráiica Ue los nuevos barrios no es menos importante que la
composición socioprofesional. La ausencia de personas ancia- IV, LA EVOLUCIÓN DE LAS NECESIDADES
nas es un hecho conocido, cuyas consecuencias no han sido Y LA RESPUESTA QUE DEBE DÁRSELES
jjj claramente percibidas al principio. La presencia de ancia-
nos en el universo infantil es una necesidad social. Una po- El estudio sociológico de las distintas categorías de poblacio-
blación no puede vivir^ armoniosamente más que si la pirámide nes, de los grupos y de las relaciones sociales debe ser com-
, oe las edades está equilibrada y completa. pletado mediante una investigación psicosociológica sobre la
El problema de los jóvenes ha atraído durante mucho tiempo evolución de las necesidades y su jerarquía. Ninguna planifi-
la atención de los especialistas y del público. Se han cometido cación puede ser válida sin conocer las condiciones en las que/
diversos errores a este respecto. Hasta ahora los jóvenes de se opera esta evolución cuando se transforman las condi-
quince a veinte años eran relativamente poco numerosos en ciones de vida y el marco de la vivienda.
los grandes conjuntos de vivienda. Los grupos de edad do- Se trata de conocer a la población que debe ocupar las
minantes eran las jóvenes parejas de veinticinco a treinta y nuevas viviendas, de estudiar sus comportamientos y su mo-
cinco años y los niños por debajo de los catorce. Será en tivación, así como las representaciones de la sociedad, de los
un próximo futuro cuando se planteará de forma crucial el papeles y de las relaciones. A través de este conjunto de datos
problema de los jóvenes, que por el momento es casi el mismo podremos descubrir las necesidades y las aspiraciones, inven-
en los barrios antiguos y en los nuevos.8 Los equip^q'ue'clebcn tariarlas y jerarquizarlas, y ver cómo se diferencian de dis-
tinta forma según los diversos grupos sociales que estamos
7 Véase La femme dans la sacíete. Son image dans diffcrents milieux examinando.
sociaux. Colección Travaux du Centre d'Ethnologie Sociale et de Psycho-
sociologie, París, Ed. del CNRS, 1963, 400 pp.
Estas clasificaciones y estos reagrupamientos no están en
8 L'inlégration du citadin, op. cit. Respecto a los equipos para los
jóvenes: véanse los trabajos de Jacques Jenny en el grupo de Etnología 9 Investigación de la señora Molió, en el Centro de Etnología Social y
social. de Psicosociología.

32 33

3. CHOMTURT
absoluto terminados. Como ejemplo podemos citar algunos as- La naturaleza y la forma de los equip^Ej su distribución, y
pectos : su animación tienen naturalmente un papel esencial en el
Las necesidades económicas en el terreno del consumo están desarrollo de la comunicación. Cada categoría de equipü^ de-
relacionadas con las necesidades de relación social. Hemos se- bería ser estudiada teniendo en cuenta su función particular;
ñalado que la concentración de los puntos de venta en los super- en este terreno.
mercados modificaba considerablemente las costumbres de las Entre estos equipa^- l°s que responden a las necesidades
relaciones de las amas de casa y de los niños. Muchas perso- culturales desempeñan, a este respecto, un papel particular.
nas se han quejado de la falta de pequeños comercios. No es Pero, al mismo tiempo, responden a aspiraciones de otro
seguro que sea posible responder a su deseo, ni siquiera que tipo en el ámbito de la vida estética, del conocimiento y tam-
sea deseable hacerlo. Pero sus observaciones hacen aparecer bién de la expansión. Un test efectuado entre los habitantes de
unas necesidades insatisfechas en las relaciones entre las per- barrios antiguos y de barrios nuevos ha permitido mostrar cómo
sonas, que es importante satisfacer de otra forma, si se su- las diversas categorías de población se imaginaban estos equi-
primen los medios de que disponían anteriormente.10 pdkfl.culturales en el espacio y las jerarquizaban en consecuen-
Entre las necesidades relativas a la vivienda debería ser cia. El inventario de las necesidades en este terreno no puede
inútil insistir una vez más sobre la importancia de los míni- hacerse totalmente a partir de los estudios de representaciones,
mos de superficie por persona, por debajo de los cuales no se pero éstas pueden contribuir a ello ampliamente.11
oebería^descender Jamás, o sobre la necesidad absoluta de la Las necesidades relativas a la educación están íntimamente
insonorización.. Múltiples estudios muy precisos nos han mos- relacionadas con las precedentes. Pero aquí es preciso po-
trado las catastróficas consecuencias desde el punto de vista nerse de acuerdo sobre la palabra educación. No se trata úni-
psicológico y sociológico de las densidades demasiado eleva- camente, en la vida social de los grandes conjuntos de vivien-
das en las viviendas y de la sonoridad que crea constantes ten- das, de la educación de los niños en su sentido restringido, se
siones. No obstante numerosos conjuntos de viviendas siguen traía, para el conjunto de la población, de concebir una auto-
siendo construidos con una insonorización muy insuficiente. educación para todas las edades de la existencia que consisten.
Un inventario de las necesidades en la vivienda ya ha sido en inducir a todos los hombres _a apoyarse mutuamente y ayu-
iniciado a partir de diversas encuestas. Van a iniciarse nuevas darse en una progresión roinúr^ La vida de los nuevos barrios
investigaciones que permitirán, así lo creemos, modificar los urbanos no tendrá sentido más que si permite a sus habitantes
programas en un sentido mejor adaptado a las necesidades. sacar el mejor partido de la vida urbana, liberándose de las
Las necesidades relativas a la comunicación son, igualmente, coacciones y descubriendo en común nuevas vías.
muy diversas y numerosas. Se trata de suprimir al máximo Deben operarse relaciones entre las escuelas de un nuevo"
posible las barreras existentes entre las categorías a las que nos
hemos referido al hablar de las segregaciones, y de facilitar
tipo, las casas de la juventud y los centros culturales. .Todos
esos equip&H.deben ser estudiadlos haciendo participar real-
I
a cada familia los medios para evitar que se repliegue en sí / mente a la población en su creación y en su funcionamienLo.
misma. La necesidad de consideración, o, más exactamente, ^ Esta participación es, tal vez, una de las necesidades fun-
la necesidad de no ser desconsiderado, sobre la que hemos in- damentales que aún. no ha sido puesta suficientemente de re-
sistido, tiene gran importancia en la vida de los nuevos^ ba- lieve.12 Toda la organización de la vida local debe ser cfec
rrios donde la vecindad debería asumir un gran papel. Es pre-
ciso que cada familia pueda recibir en su casa, sin sentirse
11 L'intégration du- citadin, op. cit.
incómoda por el aspecto interior de su vivienda. 12 Este texto fue redactado mucho antes que las discusiones que tu-
vieron lugar después do Mayo del 68 sobre la noción de participación.
Véase, a este respecto, la postura del autor en Pour l'Université. , '
10 L'inlégration du, citadin, op. cit. .

34 35
tuada poxjos propios habitantes. N o s e trata sólo_de la gestión
oe las asociaciones y de las obras culturales, sino también
de ja vida administrativa y de la representación política. Ac-
tualmente la población de los grandes conjuntos es pasiva y
se aburre porque no dispone de los medios y no tiene interés
por encargarse de sí misma. Los hombres cohabitan unos al CAPITULO II
lado de otros, y no forman auténticos grupos humanos sino
unos medios sociales relajados, a los que ya nos hemos refe-
rido anteriormente. LOS MEDIOS DE HABITAT ANTIGUO
Y LA VECINDAD x

Al abandonar la empresa, ¿qué encuentra el trabajador al


regresar junto a su familia? Su vivienda está instalada en un
pequeño barrio en el que su esposa, si no trabaja fuera, y sus
hijos, se pasan toda la vida. Tanto si es una vivienda del ba-
rrio próximo, una calle del barrio de Ménilmontant, o un rin-
cón de una parcelación, está inserto en un conjunto del que
le resulta difícil captar todos sus contornos. El pequeño ba-
rrio de residencia es el lugar en el que ha adquirido un de-
terminado número de costumbres relacionadas con su vida fa-
miliar, donde tiene algunos amigos, donde conoce principal-
mente a los comerciantes y a los vecinos con los cuales tiene
intercambios de servicios, donde se encuentra el cine al que va
regularmente.

/. BARRIOS DE RESIDENCIA, GRUPOS DE BARRIOS


Y CIUDADES DEL EXTRARRADIO

Estos pequeños barrios no existen realmente^ más que en


los sectores en los que los niveles de vida son bastante ba^
1 Este estudio referente a los barrios antiguos ha sido realizado en
1952 en el marco de las investigaciones que realizamos sobre la vida co-
tidiana de las familias obreras en París. Es preciso compararlo con el
estudio de los barrios modernos que se incluye en el capítulo VIII del
presente libro.

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