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JULIO MORENO

Ser humano
LA INCONSISTENCIA, LOS VÍNCULOS, LA CRIANZA

Prólogo de Isidoro Berenstein .

libros del
Zorzal
8
Lo infantil 11:historia
de la infancia y del juguete

1. Niño e infancia
Como dijimos en el capítulo anterior, los niños son capaces de
ea tar los hilo es de la trama de su familia de respon-
der a ella, Por eso, las untadas iniciales de la sub'etividad del
pequeño estarán condicionadas or las exp-ectativas familiares,
ora bien, esas expectativas están a su vez ceñidas por los
discursos ue e ad en cada é oca re lamentan
gué es "un nii'i.o",Por todo ello termina siendo una simplifica-
ción válida decir que el niño se conforma de acuerdo a lo que su
sociedad sanciona como "infancia". n este capítu o abor are-
mos ese fenómeno,
La sub'etividad de un nií'i.osur e de una com le'a interac-
ción entre su cuer o bioló ica los discursos que reglamentan
as relaciones del medio en ue habita. Notarán que distingo
"infancia" de "niño", Llamo infancia a' conjunto de interven-
ciones institucionales ue, actuan o so re e mno rea -al que
podríamos también llamar J2árvulo- y su familia, producen lo
ue cada socieda Ilama-mño. De modo que, si paSal'l10Spor alto
las singularidades de cada caso, nÍ110 es el roducto de los efec-
tos de la in ancia sobre su materialidad biológica, Eso explica
que, como veremos en este capítulo, los niños producidos en
é ocas con distinto concepto de infancia difieren,
Siempre han existido variaciones en el concepto de infan-
() cia y~los niños ue cada infancia genera; sin embargo, hasta
Íi!lJA ~hace ROCO tales variaciones se presentaban como relativarnen-
~ te lentas, Es decir, tardaban varias generaciones en hacerse evi-
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dentes. De modo que las creencias que una generación tenía ambos habi 1 articular es acio ue media entre ser de
sobre la infancia podían ser tomadas como invariantes para esa dos como obietos el de ser efectivamente tomados or ese
generación. En la actualidad, en cambio, una serie de eviden- obieto. O sea, ambos, niños e histéricas, para ser deben suscitar
cias indica que las prácticas relacionadas con lo infantil están sostener un deseo referido a ellos en ese otro al ue se diri-
variando a una velocidad sin precedentes: la nuestra sería la gen, y luego tienen gue evitar que el deseo ,.9.:uehan suscitado
primera eneración atravesada or mas e un concepto e se realice tomándolos a ellos como objetos{f Cómo concitar el
infancia. De modo que se hace difícil diferenciar o ue es pro- interés, cómo ser deseable para ese otro sin satisfacer textual-
pio de las fonnas sintomáticas de lo ue es es ecífico de las varia- mente la demanda que le inspiró) Ese enigma bien podría
ciones sociales en los niños. Es evidente entonces lo ina ro iado caracterizar el espacio entre que habitan niños e histéricas y que
anacrónico ue resulta considerar ha la inf.ancia como una explica notables semejanzas entre ellos, como por ejemplo el
invariante. Es esta serie de dificultades y desafíos la que con- hecho de que a menudo niños e histéricas sean objeto de mal-
·dujo nuestro interés hacia el estudio de esa&variaciones. trato ue, cuando esto ntece comúnmente se eneren.
2. La histeria y la infancia sus icacias basadas en esa relación de de endencia tan parti-
.clllat .con el.otro: suele su onerse ue ellos de al ún modo se
En 1994 señalé el hecho de ue la histeria cambia de acuerdo a han "ofrecido" a esos malos tr-atos.
las expectativas que anticipa en el otro al gue en cada época, Pero no todas son similitudes. Existen también diferencias
refiere su accionar. Decía en aquel trabajo: "la histérica y su otro, entre niños e histéricas. Aquí destaco ~a que se re aciona con
o el amo que lo representa, establecen un rofundo lazo. Ella elori en de eseo que su~. Para ser deseada, típicamente,
incita su deseo al desenmascararlo castrado y él le provee un la histérica debe cavar un vacío en su "amo" de turno para
lugar en el que la completud pueda imaginarse posible gracias hacerle notar ue, a esar de la com,¡;2letud ue él resume
al magnífico y deseable objeto en que ella queda convertida. tener, ella le haceÉlta- Hay en ello una diferencia con el niño,
[...] Por habitar el vacío que genera en el otro, cabe esperar que que encuentra a tendidas al nacer las líneas d la trama en la
la histeria cambie en correlación con las vestiduras de ese otro, ue se tejerá su ro ia historia. E ' g un mundo
vesti uras que cambian en diferentes é ocas". Por ello, la --;; ue tiene expectativas a trazadas sobre su destino ,a~an-
sentación de la histeria varió enla.historia de.acuerd, a fi~- do des ués pueda . tro ucir variables cruciales su artido
ra que en cada época reconoció como su amo al cual buscaba debe iniciarse con esa distri u i' de fichas y. as. or ello,
para, al mismo tiempo, desafiarlo y logra su reconocimiento: el objetivo capit de u íño, su punto de partida, ya menciona-
fue en una época la Iglesia, ante la cual solía presentarse como do en el capítulo anterior, es suscitar el interés de sus padres.
santa o hereje; en otra fueron las ciencias médicas ante las cua- Para lo que el niño cuenta con ..Q.ossorprendentes habilidades:
les se presentó como excepción, y el psicoanálisis ante el cual se e aI2az de captar los Iineami ntos del deseo de ellos sobre é"l
presentó corno aliada imprescindible ... Algo muy similar ocu- y de ingir ser su obieto. En realidad él no tiene la distancia sufi-
rre con la infancia.
ciente para acceder a una versión trascendente de los hechos y
La razón de este parecido es que el discurso ue reglamen- desde ahí calcular una estrategia, de modo que "captar" y "fin-
ta los vínculos en niños e histéricas tiene notables j zas: gir" no son términos demasiado apropiados. En el punto de
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partida, podríamos decir, él es esa ca tación ese fin imiento'
. d a d da a la re unta « , ué es un niño?" afecta
una SaCIe . al
o, mejor, él no es mucho más que eso. Por ello es tan fuerte-
niño. Los niños responden al modo en que se los conClb:..x'
mente afectado or 10 ue se es era de él. Este hecho, como
veremos, es crucial en la continuidad de la forma de vida de COiñO esas respuestas tienden a confirmar 10 que la c:eencza
una sociedad a 10 lar o del tiempo. predica, ésta se reafirma corno unto ci~ o ara los habItantes
de esa situación ue, lógicamente,_ entienden ue su conce -
3. Fenómenos inmutables y mutables ción de infancia es una invariante de la humanidad. De modo
Para encarar el tema de los cambios históricos en la infancia que, en ese sentido, la infancia no es corno el sol.
debemos hacer varias aclaraciones. Una de ellas es ésta: hay
4. La plasticidad del niño
fenómenos inmutables en los ue se uede lantear con tran-
quilidad la siguiente pregunta: "¿Cómo se interpretó estefenó- kEn qué reside tan notable plasticidad de los niñosV[CU~ es
meno a lo largo de la historiaj esa tran uilidad, ue roviene el papel de la práctica de la crianza que opera sobre ellos.(~,
de su oner que el fenómeno no varía en el tiempo ni es afecta- Hasta ahora hemos abordado el tema de la t 10n
do or la interpretación que de él demos, no sesos tiene al estu- transgeneracional en lo ue se refiere a los contenidos transn:i-
diar la historia de la infancia. tidos. Dijimos en el capítulo anterior que lo ~~e se transmIte
~omemos el ~ El sol viene siendo esa esfe- de padres a hijos pueden ser contenidos marufIestos, lat~nt~s
ra brillante que aparece a la mañana por el este y se oculta al e, incluso, lo específicamente excluido de sus ~uentas pSIqU~-
atarde<:er por el oeste desde mucho antes de que existiera casoPero ahora nos encontramos frente a otro tipo de tr~smI-
mente alguna que lo pensase. Es cierto que fue interpretado de sión. Ese otro tipo de transmisión -al que tal vez debenamos
diferentes maneras: un Dios que recorre el cielo todos los días; llamar con ormacióJI- es, en cuanto a la variación cultural de la
parte de una es era rígida que envuelve el universo; un cuer- especie, mucho más importante que la transn:isión de conte-
po que gira alrededor nuestro; el centro fijo de un universo nidos e involucra tanto la plasti~d de los parvulos como la
que da vueltas a su alrededor; o -corno se lo piensa ahora- práctica de la crianza. ., .
una joven estrellita perdida en el infinito alrededor de la cual En nuestra especie, esa conformación se ve favorecida por
gira nuestro planeta. Pero odemos decir -sin temor a equi- el hecho de que, a diferencia de los demás vertebrad?s, .:!..
vocamos demasiado- que el sol y su trayectoria son invaria- humano nace sin ue su sistema nervioso se haya termID~dG
bles que las interpretaciones ue de él han dado los huma- de conformar, razón por la cual el cachorro sapiens es es ecial-
nos no les han hecho mella. Quien estudie la historia de las mente vulnerable, y se conforma -es decir, termina de desarro-
creencias sobre el sol no ten ra que preocuparse por os efec- llar su sistema nervioso- durante la época de la crianza. Es~,
tos que esas creencias tengan sobre e o eto so . que pudo haber sido una enorme dificultad para la superVI-
Esto podrá parecer una generalidad obvia. -Pero para el vencia de nuestra es ecie, constituyó tal vez una de las claves
terna que nos ocupa no 10 es. Primero, porque la niñez no es de su éxito evolutivo, p;;- ue osibilitó ue la crianza de l~s
un fenómeno inmutable y, segundo, porque vana e acuer o niños en una determinada época y cultura conformara como a
a la concepción de infancia de cada cultura. I;.arespuesta que medida" a los sujetos que com ondrÍan esa sociedad en la

r- "/
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generación siguiente y, por lo tanto, -E!0dujera sujetos adecua- análisis un poco más ambicioso de algunas razones de sus carac-
dos Eara su ~ionamiento en ~sa sociedad 56.
terísticas. Y por último incursionaré un poco en la historia de
"Su 'etos adec;uados" im lica no sólo ue estén con armados los juegos y el juguete. En todo ese recorrido, demás está decir,
~~ecialmeI\te para procesar las creencias y las prácticas de abandonaremos el enfoque más centrado en lo particular y 10
esa sociedad, sino gue sean también aptos para administrar la singular de capítulos anteriores.
crianza de sus hi~ producir así los suje~de la generación
sigui.ente. Todo este proceso debe estar de algún modo regu- 5. Breve descripción de la infancia en el medioevo
lado por el concepto de infancia imperante en una época y una Uno de los hechos más significativos del niño en el medioevo
cultura. Debe ~xis~ entonces, algún tipo de adecuación entre es que no hayan quedado registros escritos acerca de su forma
~a~oncepción 19
de infancia; las prácticas?de crianza y s !.u.jetos de vida o de crianza 57. Tampoco hay ~e;-es que
los repre-
requeridos en el futuro.~sal11hkldum, sin duda un fenóme-
;0 muy cOlnplejo, podría ser una clave crucial en la transmisión
senten en pinturas o esculturas. En general en esa época no se
-
representaba a los niños y cuando por razones religiosas debía
-
y transformación culturnLq.ye carac:teriza al humano: lo gue se hacérselo, como en el caso de lasiIDágene~iño Jesús con su
transmite a través de la cultura no son sólo contenidos, infor- madre, Cristo aparecía como un adulto en miniatura sin ningún
mación y pautas, sino también subjetividades y modos de Er;- arecido -por fuera a veces de' su tamaño- con lo que concebi-
d_ucción de subjetividades: y el medio por el que se realizan es, mos hoy como niño: sólo vemos un pequeño Dios de porte
necesariamen te ,.la }2I.ác..tica..de..la..c.riill1za. majestuoso, presentado al mundo por su madre, a quien no
toca ni mira. La ausencia de representación no se debió a la tor-
En lo que sigue, revisaré la creencia y la institución infan-
peza ni a la ignorancia de los artistas: el arte griego con sus
cia en tres é ocas de la historia occidental: el medioevo, la
representaciones realistas de niños era harto conocido, y lo
modernidad y la época actual. Primero haré una descripción
mismq puede decirse sobre las prédicas escritas gn el siglo IV
general de la infancia en esos tiempos. Después, intentaré un
or San Agustín acerca deJaimportancia de los niños. La ausen-
56
cia de representación es sirn lemente consec:uencia del rechazo
.e os rasgos específicos de la inf~ia. En el medioevo la reali-
9adinfantil, sea ésta lo que fuese, !la merecía atenciór::;
La~infancia era un pasaje sin importancia, un tie~E2. un
poco avergonzante, que no era necesario grabar en la memo-
ria.iun estado que había que soportar para llegar a la única

57 Una excepción la constituye el diario de Héroard,

~
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:,dad valor~-a: la del adulto maduro. Las biografías medieva- de los niños del de los adultos también; el niño era la forma
les suelen saltear esa molesta etapa. San Bernardo destaca, en inrnadura de un adulto. Las escenas de costumbres -que pue-
ese sentido, el valor y la humildad de Cristo cuando aceptó den verse, por ejemplo~ en los cuadros de Brueghel- muestran
llegar al mundo bajo la humillante forma de un bebé, a dife- a niños y adultos.mezclados. tal.cornn.estaban en la vida coti-
rencia -según el Santo- de Adán, quien vino ya corno adulto diana, en el trabajo y en los juegos. Toda la comunidad medie-
pasando por alto esa degradación. val jugaba, no había juegos, ni juguetes, ni vestimentas espe-
Muchos historiadores relacionan la poca importancia atri- ciales para niños. No había tampoco división entre juegos noci-
buida al niño en aquella época con la elev~dísima mortalidad ~ adecuados para ellos 58, no porque se pensara al niño
infantil (50% en la Rusia ImE.erial). La vida del nmo, comen- .s2D'0 inocente, sino indiferente frente a la sexualidad.
ta Ariés, se consideraba con la misma ambigüedad que la del De modo que en el medioevo los niños eran concebidos
feto hoy díaL-}'el infanticidio de entonces era coIllQ...y!lélb_oJjQ como seres inmaduros no demasiaáo interesantes ni merece-
de hoy. Se creía que los niños no tenían alma y DO rara vez se dores de un trato especial: había que soportar ese estado esp!::
los enterraba en el I2atio de la casa; corno a los animales_ ~do su maduración corno se espera q!le ~ br~a devenga
domésticos. higQ: Por ello, ~o se los repres,entaba, ni se los educaba,;ise
-----,--:
El vínculo parento-filialera dramáticamente más distante los vestía, ni se l~ tr~taba de forma especial.
del que caracterizará a la modernidad. Por ejemplo, según J. B. 6. Breve descripción de la infancia en la Modernidad
Ross, en la Italia de los siglos XIV y xv-tc;;- nmos de clase
Son muchas las razones que suelen argüirse acerca de ~
media apenas nacidos, después del baño y el bautismo, eran qué cambió el concepto de infancia a partir de los siglos XVI
puestos hasta los dos años en manos de su balia o ama de leche, y XVII 59. Lo cierto es que si hacemos una suerte de ~ en
ue generalmente vivía en el campo. Durante ese tiempo ~ algún punto entre, dJgamos, el siglo XIXy las primeras décadas
familia raramente visitaba al niño, quie~ecién entre sus jos del siglo XX,nos enc(~ntramos con una concepción de infancia
y ~ete años permanecía en el hogar. A partir de g si~te, los con niños definitivamente diferentesalosdel medioevo. Esos
varones erañ llevadüSComo aprendices de un oficio con ~ ~n, por otra parte, los niños con gue se encontró Freu~
maestro (no necesariamente su padre) con el que conviYillD.A
!2S)}U~O di~os,"<las~niñas solían entrar.a.un.conzento.,
58 Según Héroard (citado por E. W. Marwick),19s cortesanos se divertían ense-
Esto no era solamente una costumbre italiana; según Wickes,
ñando a Luis XIII, de un año de edad, a ofrecer el pene en lugar de la mano
aun en 1780, de 21.000 niños nacidos en París sólo 700 (el 3%) para que selO15esaran.
fueron criados por sus padres. 59 Razones culturales (el Renacimiento como un cierto retorno al arte y la cul-
tUra helénica); políticas (la Iglesia y el Estado enemigos del sistema
- No habíaescuela ni s~pensaba a los niños con cualidades
patriarcal según el cual los niños eran posesión de los padres); económicas
especiales ligadas a un desarrollo gradual ~ejustificara alg.Qn (una industria y una tecnología emergentes que requerirían de obreros
tipo de formación o educación particular. El "joven aprendía con- numerosos y capacitados); sociológicas (cambios ligados a la constitución
de la familia burguesa más cerrada y centrada en los hijos). Un intento de
viviendo con adultos, a quienes ayudaba. Las edades corno avance en esa dirección, además de exceder mis conocimientos, desviaría
-fuente de variación eran ignoradas, la separación del mundo nuestra dirección.
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El niño moderno es concebido inocente, sin maldad, p~ futuro. Lo ue udiera resultar en bien de su felicidad en un
do ni sexualidad 60. Por ser frágil e indefenso debe ser protegido tiempo presente viene, en todo caso, por añadidura.
de los desvíos que le podría producir la influencia de los adul- Ante esta exigencia, el niño moderno se most!-'ó dócil y
tos. En base a ello se lo cuida se lo educa e instruye ara ue maleable.:..-Docilidad que, matizada aquí y allí con alguna sim-
;;¡;;me bien. Hay una suerte de obsesión en esto por la cual, a ática traves~fueIñ-eiñ1ada or el mundo de los adultos.
la inversa de lo que ocurría en el medioevo, el niño moderno I Esto puede verse representado en historias filmes tí icos de
concita el máximo interés en un medio ue no c~ de re¡2re- la ideolo ía moderna ue muestran a e uéños niños héroes
sentarlo escribir sobre él. I ue ese a su fra ilidad y al haber sido afectados or alguna
Ahora bien, que el niño moderno haya recibido tantos desviación adulta, les señalan a los maxores ~rdadero senti-
"cuidados" no si nifica ue se lo ha a considerado im or- do moral de la vida, sentido que han captado d "adu tos bue-
tante a él en sí. El es, antes que una realidad presente, una re- I nos" a partir de su inocente naturaleza,
mesa de futuro. Por eso, si en algún momento surge un con- Como la literatura, los juguetes son esrzecialmente diseñados
flicto entre pnvilegiar a ese ser en la actualidad y favorecer lo con la idea de que contribuyan a la ''buena formación" de los
que será en el futuro, la ideolo ' , .ica sicoló ica niños, E niño mo emo es dócil en el sentido ue acepta encar-
puericulturista moderna no duda ni un instante en riorizar nar ese ideal potencial: juega a lo que los padres-educadores
la apuesta al futuro. Aunque no se lo dice en forma directa, estableCeñ y-"aprende" dentro de los moldes así establecidos.
desde su tiempo propio ~ niño sólo es concebido como una SUs 'u uete tí icos esti ulan la creatividad ro iciada or
romesa de ser. Eso es lo que configura la forma tí ica del dis- 1~ t;s~-en los ue se eXRresan fantasías ~ue no
ciplinam1eñto infantil ñ1Oderno:someter al niño a correcciones interfieren con la realidad sancionada por las creencias adul-
-a veces severísimas- paraiormarlo bien para el futuro. ta - absolutamente privilegiados en la modernidad por sobre
. De modo que todo en la vida del niño y de su ambiente ~(cf capítulo 3),
se organiza alrededor de 10 realmente im ortante: el ro reso La estricta división en edades de la vida se manifiesta en
~. Ser un buen lactante, un buen toddler, un buen latente, todas las prácticas modernas. Así, la se aración entre niño y
un buen alumno, un buen adolescente, una buena madre, un adulto -inexistente en el medioevo y que tenderá a borrarse
buen padre, una buena abuela, un buen abuelo y hasta un en la actualidad- es, en la modernidadJajante. Ha cole ios,
buen tío, tía, hermana o hermano tiene un sentido que se diri- sistemas de aprendiza'e, vestimenta, jUg]detesy literatura adap-
ge a rovocar efectos bené 'cos ara el desarrollo del niño en el tados ara cada edad,
Formar niños fue tal vez la misión más importante de la
familia moderna en base a esa función rermaneció unida.
60
En eso fue asistida -en verdad, controlada- por organismos
estatales, privados y eclesiásticos de "defensa del niño", para
que e -"nombre del futuro" llegara a su meta a cualquier
costo. El niño, considerado como una suerte de reservorio él
,
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formar y rellenar de conocimientos, ocupó un lugar privile- que el paradigma de infancia cambió, o si sólo se trata de abe-
giado en el ideal de "progreso", de "garantía de futuro", tan rraciOnes de la ídeolagía en la que ellos fueron formados. Lo
caro a la modernidad. cierto es que, al modo de síntomas, las caracterizaciones qug
.Tal vez ~l paradigma de la infancia moderna fue el niño hice en el punto anterior acerca del niño moderno so~ contra-
Jesús del Renacimiento, ya no representado corno aquel hom- p.icha~a a una por el niño actual. De modo que en este punto
brecito Rey del medioevo, sino corno un niño sensual, que seré breve 61.
mira y toca a su madre con ternura, ternura ~e también se Nuestra época está marcada por lo que se ha dado en lla-
uede a}2reciar en ella: una madre moderna, devota amante de o mar revolución infom1ática y la caída del ideal de progrese:.:Como
su hijQJ-Iay un capítulo de la historia de Jesús que resulta con- este ideal se centraba en la modernidad alrededor del niño,k
gruente con la ubicación del niño moderno. El hijo de Dios, infancia y la familia contemporánea se ve afectada por la pérdi-
, que mereció tanta devoción, tenía en verdad una misión, y da de uno de sus incentivos cruciales y: se mueMuLineficaz...para
podría argüirse que fue por ello objeto de tanto cuidado. Su roducir -y para sostener- ryiños al estilo moderno.
misión, corno todos sabemos, era saerificial: redimir los peca- El niño de hoy da muestras constantes de no ser adecua-
dos de los humanos Que lo veneraban.' Correlativamente, damente representado por las Imágenes que alguna vez generó
podría decirse que el niño moderno fue cuidado y venerado en el concepto de mfañCíaCle la modernidad. Por de pronto no es
función de la misió~ glle debía cum}2lir: llevar la ant~ del ~ocente; o, al menos, no responde al ideal de inocencia que
progreso a la generación siguiente. Corno los psicoanalistas concebía la modernidad. Esto lo demostró el E.sicoanálisis y lo
sabemos, esa antorcha estuvo a menudo cargada de otras anuncian tanto las noticias diarias que informan de la €rñer-
misiones, no ya conscientes o explícitas, a las que se suele geñCla del niño criminal como la popularidad de los videojue-
agrupar bajo el nombre de "deudas". gas y series televisivas qu~ muestran escenas de violencia que
hubiesen sido inadmisibles veinte años atrás. Por otra parte, la
7. Breve descripción del niño en la actualidad
categ;;ización de frágil e indefenso con la ~~ fuera tradicion~
Me resulta difícil hablar del niño en la actualidad por varias mente concebido -tanto como su inimputabilidad- está siendo
razones. Una es la falta de perspectiva. Otra es el contenido hoy objeto de revisión .•..La idea de proJeger a los niños de la
ideológico gue naturalmente emerge al tratar estas cuestiones. I!.if!.,uenciade los adultos parece, por momentos, haberse inverti-
-
Otra aun es que vivimos una etapa de transición de velocidad
-
sin precedentes que no parece haber sentado todavía una forma
- do. En realidad, el niño 11.0 se muestra ni dócil ni maleable frente
'-
a las indicaciones de los mayores; más bien da muestras cre-
estable de infancia ni de familia. Poi ello, lo más destacable de
-- - cientes de resistirse a ser considerado corno un "vacío a llenar
los niños en la actualidad es cómo se van apartando de lo que }2orcontenidos adultos". Eneste sentido el mño-héroe típico de
de ellos se esperaría desde una concepción mode~ ..Lo cual es los filmes contemporcÍ.:ne~ no es ya el n~o obediente ~~-
congruente con lo que suele acontecer en la mente de sus
adres -adultos formados en la ideología de la~epciones
modernas- que vacilan entre pensar si sus hijos cambian 001'- 61 Encontrarán un análisis más completo en Corea y Lewkowicz (l999) .


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tiene los ideales abandonados por adultos malvados, sino el de sujetos ue "re u uncionamiento. Pensarlo así
que se libera de las ataduras que a sOCIe a "tradicional" le permite una visión más profunda que el mero enjuiciamiento
pretende.imponer, Si se tiene en cuenta que los 'ue es redilec- crítico a los modos de crianza de otras épocas. O sea que, más
tos de los niños actuales, más allá de cualquier indicación del que decir que la infancia de una determinada época y cu~
adulto, no son los 'uegos asociativos sino los conectivos (el capí- es un error o ro ucto e a Ignorancia, es posible verla como
tulo 3), se verá ue al'u arios el nino elude --como a través de una ráctica es ecífica finamente ada tada a la función de
un bypass- el marco im uesto or la rovisión de significan tes conformar s~etos acordes Rara la sociedad venidera. Veamos
de arte de su familia se conecta directamente con los me ios. desde esta perspectiva cada una de las tres épocas históricas
El discurso injantil 8ue, como dijimos en el capítulo anterior, está mencionadas.
basado en la su osición de que sus interro antes son cuestiones Para la Edad Media el Mundo Sagrado ya había sido crea-
ue tienen resI2uestas en la mente de los adulto, parece no sos- do no era si uiera concebible es erar de sus habitantes tran-
tenerse, al oa.hajc.la forma.que lq hiciera. En rigor, muchas sitorios, los humanos, innovación alguna. La infancia, concebi-
veces los niños, por estar en uncontacto más directo que sus da como un "no lugar" habitado por humanos inmaduros,
rogenitores con las novedades informáticas, les enseñan a los resultaba perfectamente adecuada ara roducir sujetos aptos
adultos "cómo son en verdad las cosas". La división -otrora para sostener a uella inmovilidad. Así, el esquema de la trans-
tajante- or edades tam oca arece re ir: revalece ahora la idea misión en el medioevo sería: -
de .ue ha una edad la del-o la- joven adolescente, a la ue ADULTO - adulto -7 ADULTO - adulto,
n . a ulto A esto parece apuntar la
incl e las "transformaciones" en los 'ue os donde" ad uIto" es un n' - o d to
infantiles y la pasión por la cirugía estética en los adultos. La El niño entra en la cadena como un e ueño adulto ue
escuela se está convirtiendo, más que en el sitio de formación de sólo debe preservar la continuidad, la persistencia de lo mismo.
iluminados "ciudadanos del futuro", en un lugar de rovisión ~a infanCIa, como una etapa propia, no existe, es sólo 'un tiern-
de herramientas tecnológi~I2ara la conexión en 12: universo o a so ortar hasta "madurar" ser. Es decir, ser un adulto.
informático. Por último,la umilia, roductora de niños adecua- La infancia modema, en cambio, genera niños que son "for-
-- mados" por os a u tos y constituyen, en ese sentido, excelen-
dos a la modernidad, no cesa de mostrarse ineficaz en esa fun-
_ción Casi todasJas instituciones modernas parecen hoy agota- tes recep acu os para su royecCl~. Existe una "pureza
das a la hora de dar cuenta de -o producir- al niño actual. infantil" donde puede tener lugar, desarrollarse, el ideal de
perfección, no ya divino como en la edad media, sino de un
8. La adecuación de la infancia corno "fabrica de sujetos" ffiUñdofabricado por el mismo humano: el niño puede progre-
Como decíamos, vista desde fuera de su epoca, cualquier infan- sar y ser en un futuro10 que los adultos no han logrado -aún-
cia podría parecer disparatada o al menos inadecuada. en el presente. El esquema de transmisión aquí sería:
Sin embargo, existe una notable ada tación entre el con-
Adulto -7 niño
cepto "infancia" que rige en una s ciedad y una época y el tipo
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Los adultos iluminados creen saber cuáles serán las mejo- rría en la modernidad- es el de un adulto siendo "instruido"
res "formas" para los futuros hombres, y los niños, adecuada- or runos acerca e mundo.
mente educados, deben realizar ese ambicioso proyecto. Las instituciones modernas han hecho enormes esfuerzos
. En la a~tua(¡dad el niño se convirtió en el vehículo privile- por controlar de algún modo el torrente de información indis-
iado a través del cual -enetran sustituciones vertiginosas de criminada que fluye por los medios, los cuales penetran cada
ed informática ue impacta en todos los habitantes. Para vez con mayor velocidad e invasividad en la sociedad debido
ello, la infancia actual requiere liberarse de la imposición -pro- al avance tecnológico. En el apogeo moderno todo lo que se
pia de la moderiUdad- de que sus asos estén guiados 120r consideraba no apto para los niños era cuidadosamente apar-
adultos. Los niños se muestran particularmente aptos para la Jaao de ellos. Libros, juguetes, espectáculos, filffies, conversa-
transmisión de las sustituciones vertiginosas por su enorme ciones y chistes que eran clasificados cuidadosamente como
plasticidad y porque no necesitan comprender asociativamente "sólo aptos" para determinada edad. E estos tiempos se hace
algo para ejecUtado y-fransmitirlo;. sólo requieren para ello evidente el fracaso total de esos filtros. Ni la TV, ni ternet, ni
conectarlo. La necesidad de comprender algo como condición los medios gráficos"""Iogranadm~r esa diferencia.El "hora-
de su transmisión es un requisito moderno. El esquema de rio de protección al menor" de la TV no es eficaz, y en muchos
transmisión, en este aspecto, sería: paIses ya no existe: los sistemas de segurida "para que los
Medios ~ niño ~ Adulto/niño sitios de Internet de adultos no sean abiertos por menores" son
inútiles. En fin, todos los esfuerzos vienen siendo inconducen-
Los medios, en alianza con una tecnología informática en verti-
tes: el massmedia lo ra romper esas barreras y todos, sin distin-
ginosa expansión, aumentan día a día un oder ue no se basa
ción de edades, somos alcanzados por igual por la pantalla.
el contenido de lo que se t~te, sino en su ca acidad de
Sin embargo, creo que los rece tores privilegiadosjjeesa infor-
ro agación. Con ese fin se optimiza el proceso de ingreso y mación son los n' - os. ---
transferencia de información que la tecnología informática trans-
Es que la alianza entre las computadoras y el niño es
~ite en simultáneo y al instante por el universo humano. Un
mucho más eficiente que las de a uéllas con el adulto. Todo
universo que pretende abarcar todo ~ de cultura. Esto apunta a que, para los adultos que serán los niños actuales, la
ha trastocado las estrategias de poder. El modelo de esa estra-
computadora en red será una extensión tan natural como lo ~
te ia en la actualidad se parece mucho al de los virus informa-
ticos y biológicos: lo más importante para que su información
" el reloj para los adultos. La inercia racional típica de la mente
de los adultos modernos -o sea ~epto de "comprender"
erdure es gue se transmita. Consecuentemente, el acento no.
racionalmente por qué o cómo se relacionan los hechos- es un
está puesto en los efectos ni en la calidad del contenido de la infor-
estorbo. La conexión tan desarrollada de los niños de hoy pasa
mación, sino en lograr que ésta se propague. Para ello 1.Qideal
por alto ese requisito.
es el uso de vehículos eficaces. En ese aspecto los niños son
insustituibles: ellos son os que más rápida y eficientemente 9. Historia de los juegos y del juguete
captan y transmiten la información del mundo que habitan. Por Pocos dudan que el juego y lo humano se relacionan desde el
ello, el cuadro típico de estos tiempos -al revés de lo que ocu- origen. Ya sea porque el iuego caracterizó a lo humano desde el
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rinCl 10 como su iere 1 Tattersall 2001 2002 ~or ue el poralidad plena contenida en el objeto. Algo mu arecido a
knguaje-el atributo que para muchos es responsable de nues- lo ue ocurría con 1
tra.diferencia con el resto de loshomírúdos- fue i1 v ta or ~dres ~cadores modemos percibieron q1.!f:.-.cl.:u ete
niños rimitivos a artír de .ue os. podía ser un aliado importante p~a la realización del ro ecto
Muchos de los juegos ue conocemos nacieron de cere- de "infancia" propio de la época. Aparecieron en esa época los
monias sagradas, prácticas adivinatorias, danzas o luchas ritua- 'ueCTosy.. ,u uetes ~pecialIne :- o a "formar bien"
les. Así, el juego de la pelota evocaría una lucha divina por la mente del niño: los juguetes didácticos. En ese sentido, casi
poseer él sol; la perinola, el trompo y los dados habrían deri- !odos los juguetes modernos tienen un II]Q.tivocentral: los niños
vado de prácticas adivinatorias, y las rondas de antiguos ritos juegan" a ser" como los grarldes, en realidad como los de una
matrimoniales. De modo que los juegos están ernparentados época pasada. Así aparecen "el pequeño doctor", "el pequeño
con 1 s.rítos. Pero existe una o12osición_entre el ritoefjUegü químico", "el pequeño ingeniero", "la enfermera"; en ellos, los
con respecto a lo sagrado: en lugar .de preservar la letra de lo ob'etos recrean elementos que pertenecen a un'LéEOc~eriOr'
que los originó, corno hacen los ritos, los juegos anulan su~~ !- la edad del juguete, Recuerdo que en mi infancia, en la déca-
tenido y sólo preservan algo de la forma del drama sagrado. da del '50, jugábamos a los cowboys, los indios, los piratas ...
Lévi-Strauss condensó esa oposición entre juego y rito en la Esos cowboys, indios y piratas eran -como los juguetes que
~iguiente fórmula: mientras el rito transforma acontecimien- usábamos- evocaciones de una época pasada. Uno de mis pre-
tos en estructuras, fi'ando así untos históricos en el calenda- feridos era mi "sable corvo de San Martín", un juguete hecho de
rio, el juego transforma estructuras en acontecimientos, o sea hojalata pintada que evocaba al prócer argentino por el que yo
_ue disu~lve, desmembra los hitos ex.ocadou el tiem o cro- -debo confesarlo- no tenía demasiada admiración. Lo notable
nológ~ es que, a pesar de que esto transcurriera poco después de ter-
minada la Segunda Guerra Mundial, no jugábamos a los solda-
10. Mi n iatu rización del pasado
dos, ni a los aviones, ni a los Nazis y Aliados, ni a nada que se
Más allá de lo sagrado, se ha señalado con insistencia que refiriera a la actualidad. Se curn lía entonces muy bien el pos-
'u uetes 'ue os guardan una eculiar relación con el con- tulado del 'uguete como miniaturizaci/m del pasado del cr.uehablá-
~exto en el que emergieron: "hacen aparecer" algo del pasado bamos recién.
~n el }2resente lúdico. Por ello, j,-évi-Strauss y Agamben afir- El segtiñdo elemento que transformó definitivamente ~l
man que el juguete es algo así com.2l9. ese~cia misma_de la his- juguete en la modernidad -y lo sigue haciendo en la actuali-
_toria: miniaturiza los objetos viejos pertenecientes a una é oca dad- fue l~ecnoIOgía.- e izo posible reproducir objetos en
económico-social anterior. "El juguete es aquello qu~ 12ertene- pequeño tamaño -miniaturizarlos- en forma más p~ y en
ció -una vez y ya no más- a la esfera de lo sagrado o a la esfe- escala industrial. Las muñecas, que antes eran obra d~.artesa-
~a p~áctico-económica". Por eso sería algo así como lo histó- nos, comenzaron a ser producidas en serie. El "jugar a ser
rico en estado puro o, como dijo Baudelaire, una "pura esen- grandes" pudo pasar a ser poco menos que una suerte de entre-
cia histórica" en el sentido de que en él se aprehende la tcrn- namiento didáctico, En esto uno de los pioneros fue el famoso
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"Mecano" (Constructional Toy) inventado a principios del siglo tas "Magic" o "Pokérnon" que usan los niños hoy en día no
XX en Inglaterra por Frank Hornby, en el que piezas de bronce
son así. Tienen diferente valor comercial y, según su precio
poseen diferentes "habilidades" y "poderes". Hay catálogos -
agujereadas, podían combinarse con tornillos y permitían la
en los que -corno los valores de la bolsa- figuran actualizadas
"fabricación" de verdaderas maquetas de ingeniería. Todo esto,
las "cotizaciones" de las cartas, que los niños conocen, "bajan"
repito, no alteró aquel postulado de que el juguete, ante todo,
de Internet y en base a ello establecen el valor "comercial" de
"miniaturiza el pasado".
su mazo y proyectan sus trueques o compras. Qe modo que
11. El juguete como mercancía un jugador con un mazo de, digamos 40 dólares, difícilmente
A partir de la década del '50 los medios masivos de pr~pagan- podrá vencer al poseedor de uno de 400. Puede parecer horro-
da y aT comenzaron a incursionar en e mundo d~ Juguete. roso, pero - esto tal vez lo haga aun más horrendo- es abso-
Previamente a e o a propagan a e Juguetes era de importan- lutamente coherente con lo que est~ sucediendo en el mundo
cia mínima. ~ ejemplo, en los Estados Unidos, durante 1955, de los adultos. Y tal vez más aun con el que vendrá.
Marx's -una marca ·líder de juguetes- vendió 50 millones de 12. Miniaturización del futuro
dólares gastando sólo $312 en publicidad: tIoy, si bien esos gua- Quiero ahora destacar otro aspecto del juguete actual en el
rismos no llegan a invertirse, la cantidad que los roductores de que, según entiendo, se está revirtiendo toda su historia. Desde
juguetes invierte en ublicidad y difusión es enormem.-:.nte hace algún tiempo, los juguetes referidos or los niños no
mayor que lo ue gastan en la fabricación de los juguetes:_ts evocan pasado alguno sino que parecen más bien diseños de
que éstos se han vuelto, antes que nada, un objeto que los runos un futurólogo. Los personajes de los juegos -como veíamos en
ansían poseer, y la ublicidad, especialmente diri ida a los el capítulo 3- usan tecnología del futuro que, en general, no
niños más que a sus padres, se orienta decididamente a promo- evoca ningún pasado 62. Robots y naves espaciales que surcan
ver el juguete como un objeto de consumo emblemático. el espacio a velocidades superiores a la de la luz, rayos láser
Durante la modernidad, el jugar era visto como la expre- que perforan todo, seres donados que se transmutan y trans-
sión natural del es íritu infantil no_viVido com~ e portan (transpoting) y guerreros de habilidades nunca vistas,
posesión de objetos. Su focalización estaba cen:rada rr:ás en la como la de clonarse, mutar, cambiar su sexo, succionar la
interacción social. En estos tiempos, en cambio, 1s>sJU uetes energía de sus víctimas ... La miniaturización del pasado, si
tienden a adquirir un valor como objeto de posesión para los existe, hoyes sólo de interés de coleccionistas -riiños y adul-
niños. Esto se hace particularmente evidente en los juegos de tos- que poseen piezas corno objetos valiosos con los que, en
cartas actuales. Las barajas clásicas habituales, francesas o espa- general, "no se juega".
ñolas, como los juegos de ajedrez, damas o backgammon, pue- Hay que dimensionar bien la magnitud de este cambio,
den ser de diferente valor económico, pero eso no altera el valor pera repito, en mi experiencia el valor -cualquiera que éste
o la destreza de las piezas o las cartas. Un caballo de ajedrez
barato mueve igual que uno caro. El as de pique de una carta
62 Persiste -es cierto- una particular combinación entre lo mágico (que siem-
de cartulina vale lo mismo que el de un mazo "Kem". Las car- pre estuvo presente) y la tecnología del futuro.
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fuese- de preservación histórica a través del juguete se ha tras- imponían a sus hijos que jugaban con ellos generando algún
tocado. En su lugar aparece otro, novedoso: la anticipación. significado ropio que procedía del mundo de los adultos sin
Los juguetes incorporan par~so novedades que tienen que perturbar el vínculo parento-fílial en el sentido Adulto ~ niño.
ver con anticipaciones del futuro. Los juguetes de h~y miniaturi- Hoy, el niño ha devenido un consumidor importante, y el
zan elfuturo. desarrollo de los medios ha hecho posible que la publicidad
¿Qué ha pasado con el juguete como esencia de la histo- acerca de juguetes llegue directamente a ellos. No sólo está
ria? ¿Simplemente se revirtió su potencia evocativa? Tal vez la dirigida a los niños, sino que da la impresión de que los dise-
concepción de infancia con la que se forma a los niños en la ños de juguetes y la publicidad con que se los promociona
actualidad requiera muy poco de individuos que preserven, a están específicamente pensados para eludir a los padres. Los
través de los juguetes -otrora "pura esencia histórica"- el adultos de hoy no entienden el juguete y mucho menos los 510-
pasado. Hoy más bien se pretende que los sujetos del futuro ga715 de su promoción. O sea, la estrategia actual es de algún
se anticipen en forma rápida a los vertiginosos tiempos por modo la inversa que la de la modernidad. Un adulto no entre-
venir, bajo la forma de una práctica preparatoria reflejada en nado no logra comprender de qué se tratan los dibujos y códi-
los juguetes. Tal vez esta inversión del sentido del juguete de gos presentes en una carta Pokérnon, Magic o Sakura. Si trata-
pasado a futuro tenga que ver con el cambio de para 19ma ra de jugar uno de los últimos juegos de Gameboy o Play Station
de la transmisión. La cadena de transmisión Adulto ~ niño, se vería en figurillas a menos que un pequeño "lo instruyera"
propia de la modernidad, se cortó y el juguete ya no refiere el acerca de su funcionamiento (cosas obvias para un niño de hoy).
pasado, sino que tiende a anticipar el futuro, función en la Tampoco hay folletos para explicarle a los mayores nada de
que, como dijimos, los niños de hoy son esenciales. Por ello, en esto. Por supuesto, el hecho de que los juegos sean o no "didác-
relación con el tiempo, la función didáctica del juguete, como ticos" al estilo moderno no parece ser hoy en día un factor de
veremos, también se invirtió. importancia para el mercado. Los juguetes se imponen al mar-
13. Las estrategias publicitarias de los vendedores de juguetes gen de esa consideración. En realidad, los juegos son didácti-
cos, pero no para lo que los padres creen que sus hijos necesi-
Sin duda esto que comentamos no sucedió de golpe. Un factor
tan ni, mucho menos, para que los niños sean "como sus
importante en ese cambio debe haber sido la aparición de los
padres". Son didácticos en un sentido muy distinto. Son didác-
Comics primero y las series televisivas y los videojuegos des-
ticos sólo en un sentido figurado y lo son mucho más por la
pués. Eso generó un cambio esencial ligado al consumo y la
función de renovación permanente, de evolución y cambio que
entrada del juguete en el mercado.
por el contenido. Los objetos-juguetes de hoy sirven como
En este sentido puede ser muy ilustrativo revisar el cam-
entrenamiento para un futuro tecnificado e informático en el
bio de la estrategia de venta de los "vendedores de juguetes".
que los niños deben estar conformados e instruidos para ejer-
En la modernidad esa estrategia parecía seguir este camino: se
cer prácticas y ser de un modo muy diferente a sus padres.
les explicaba a los padres las propiedades" didácticas y benéfi-
cas" del juguete; éstos lo compraban y de algún modo se lo

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