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Evaluación
macroscópica
de vísceras
En todos los casos es fundamental conocer
la historia clínica precisa para establecer el
diagnóstico. La evaluación macroscópica no
es mas que otra herramienta que nos
puede ayudar al diagnóstico final del proce-
so patológico que hemos detectado en un
animal o un grupo de animales.
De la misma forma que la necropsia se ha
de hacer de forma ordenada, sistemática y
completa, en el examen individualizado de
los órganos se tiene que proceder de la
misma forma. A continuación se presenta,
de manera general, un protocolo de evalua-
ción de los diferentes órganos, sistemas y
aparatos del cerdo.
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Piel
En la piel se describe la lesión observada
teniendo en cuenta:
• Distribución (simétrica, asimétrica, genera-
lizada, localizada).
• Forma.
• Consistencia (dura, blanda, normal).
• Cambios de color (palidez, ictericia, cia-
nosis, verde –habitualmente en el abdomen
Fig. 66
y suele ser indicador de autolisis–, hemorrá-
gico, oscuro –generalmente en caso de Necrosis de la punta de las orejas asociada a la forma sistémica del mal rojo
(infección por Erysipelothrix rhusiopathiae).
necrosis–).
• Proliferación (se estudia si la lesión sobre-
sale o si está deprimida con respecto al nivel
normal de la superficie de la piel. Por tanto,
es fundamental realizar una palpación de la
zona afectada). Fig. 64
En la mayor parte de los casos las lesiones Dermatitis pustular generalizada de causa no determinada.
cutáneas de los cerdos suelen ser inflamato-
rias (dermatitis –Figs. 64 y 65–), abscedifi-
cantes (presencia de abscesos) o necroti-
zantes –Figs. 66 y 67– (necrosis producidas
por inflamación y necrosis de los vasos de la
dermis (origen sistémico), o bien por conta-
minación de heridas por microorganismos
ambientales en la piel).
Necrosis multifocal
generalizada de la piel
asociada a vasculitis
necrotizante sistémica
(síndrome de dermatitis
y nefropatía porcina).
Fig. 65 Fig. 67
Dermatitis papular generalizada asociada a picaduras de insectos.
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Cianosis
Zonas periféricas Difusa
–Fig. 73–
Ptiriasis rosada
Vientre y extremidades Multifocal a difusa
–Fig. 74–
Fig. 68 Epidermitis exudativa crónica
Cabeza y tronco Multifocal
Lesiones proliferativas en la piel de distintas zonas del cuerpo en un caso de dermatosis vegetans. –Fig. 75–
Epidermitis exudativa aguda
Todo el cuerpo Difusa
–Fig. 76–
Sarna sarcóptica
Todo el cuerpo Difusa
–Fig. 77–
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Tejido subcutáneo
Se puede apreciar la existencia de edema
–Fig. 78– (generalizando – en este caso
hablamos de anasarca – o localizado), hemo-
rragias –Fig. 79–, hematomas, áreas necróti-
cas, nódulos, abscesos –Fig. 80–, etc.
Fig. 79
Hemorragias subcutáneas asociadas a una infección por el virus de la peste porcina clásica.
Fig. 78 Fig. 80
Edema subcutáneo muy marcado en un proceso septicémico. Absceso subcutáneo-muscular asociado a una contaminación bacteriana durante la aplicación de un producto inyectable.
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total expansión del pulmón (atelectasia fetal), o alveolar). En algunos casos también se obser- lares (distensión de los tabiques interlobulillares
Pulmón • Anomalías congénitas. La más habitual • Atelectasia. Colapso del pulmón por falta en animales de cualquier edad por causas va la presencia de aire a nivel subpleural for- por líquido),y alveolar cuando afecta a los alvé-
es la melanosis maculosa –Fig. 86–, consisten- de aire en el interior del parénquima pulmonar.
La patología pulmonar es, juntamente con la te en la presencia de manchas negras en la Puede afectar difusamente a todo el pulmón diversas (atelectasia adquirida) –Fig. 88–. mando bullas (enfisema bulloso –Fig. 89–). olos, observable como un aumento generali-
superficie pulmonar debidas a la migración (suele ser atelectasia fetal –Fig. 87–, es decir, zado del volumen del pulmón (pulmón “acam-
digestiva, causa de grandes pérdidas econó-
aberrante de melanocitos hacia el parénquima cerdos nacidos muertos que no han respira-
• Enfisema. Cúmulo de aire en los tabi- • Trastornos circulatorios. Hemorragias
panado”) con una pleura brillante, y con pre-
micas en el sector porcino. Destacaremos ques interlobulillares (enfisema intersticial) o –Fig. 90–, trombosis, infartos y edema. El
diferentes tipos de alteraciones patológicas: pulmonar durante el período embrionario. do) o focalmente (habitual en animales muy sencia de líquido espumoso en la tráquea y los
en el parénquima pulmonar debido a la rup- edema puede ser intersticial –Fig. 91– cuando
jóvenes en los cuales todavía no se ha dado la bronquios. El edema alveolar suele acompa-
tura de los tabiques interalveolares (enfisema afecta a los tabiques interlobulares e interlobe-
ñarse de congestión pulmonar –Fig. 92–.
Neumonía granulomatosa –Fig. 97–: conso- Neumonía intersticial –Figs. 98 y 99–: incre-
lidación pulmonar en forma de nódulos de mento del grosor de los tabiques interalveo-
tamaño muy variable, caracterizados por la lares y presencia de exudado inflamatorio
presencia de material caseoso y/o necrótico. formado por células mononucleares (inflama-
Microscópicamente su aspecto es diverso ción no purulenta). Macroscópicamente, el
según la causa de la lesión, pudiendo encon- pulmón puede tener un aspecto normal, o
trarse macrófagos, células epitelioides y célu- bien presentar zonas ligeramente más oscu-
las gigantes. ras por toda su extensión (que da lugar a la
expresión “en tablero de ajedrez”). Las neu-
Hay una forma especial de neumonía granu-
monías intersticiales son frecuentes y suelen
lomatosa que es aquélla causada por parási-
asociarse a infecciones víricas (virus del PRRS,
tos. Se describe como una neumonía vermi-
circovirus porcino tipo 2, coronavirus respira-
nosa y en el cerdo su distribución suele ser
torio porcino, etc.).
multifocal por todo el pulmón.
Fig. 98
Patrón lobulillar marcado en un pulmón con ausencia de colapso pulmonar (neumonía intersticial).
Fig. 97 Fig. 99
Formación de granulomas en el parénquima pulmonar (neumonía granulomatosa) en un caso de tuberculosis. Corte transversal del mismo pulmón, observando idéntico patrón lobulillar y edema intersticial.
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Faringe y esófago
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Estómago A
En el estómago se describen:
• Inflamaciones (gastritis).
Gastritis catarral: se observa contenido
líquido en el estómago. De hecho no se evi-
dencia ninguna lesión macroscópica. Se
suele asociar a infecciones víricas (virus de la
gastroenteritis transmisible, virus de la ence-
falomielitis hemaglutinante, etc.). Se trata de
una lesión cuya caracterización es básica-
mente microscópica. Fig. 110
Gastritis fibrino-necrotizante o difteroide: B Hemorragia difusa en la pars fúndica del estómago (gastritis
hemorrágica).
presencia de fibrina en la superficie de la
mucosa gástrica, dispuesta como una capa
muy adherida sobre ésta –Fig. 109A–. Se
suele asociar a trastornos circulatorios, espe-
cialmente fenómenos de vasculitis y trombo-
sis de vasos. Frecuentemente se dan fenó-
menos de necrosis de extensión diversa
(desde confinada sólo a la zona fúndica hasta
difusa) en la mucosa gástrica. Es una lesión
muy poco usual en el ganado porcino, y
generalmente se asocia a infecciones fúngicas
(gastritis micótica, –Fig. 109B–). Es muy fre-
cuente que las lesiones asociadas a hongos
se localicen en la región del cardias, a ambos
lados de la pars esofágica.
Gastritis hemorrágica –Fig. 110–: se observa
la presencia de hemorragias en la mucosa
gástrica. Se suele asociar a intoxicaciones
diversas (arsénico, zinc, cadmio, ciertas plan-
Fig. 108 Fig. 109
tas, etc.). Es muy rara en el cerdo.
Edema de la pared del estómago tras realizar un corte en un caso de enfermedad de los edemas. Presencia de material fibrinoso y necrótico en la superficie de la mucosa del píloro en un caso de salmonelosis gastrointestinal (A).
Material necrótico situado a ambos lados de la pars esofágica. El análisis microscópico confirma la presencia de hifas fúngicas (gastritis
micótica) (B).
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Úlcera gástrica: habitualmente situada en la gástrica es la paraqueratosis –Fig. 115– de la a marcada formación de tejido de granula-
pars esofágica del estómago –Figs. 111, 112, porción esofágica. En caso de una úlcera ción en la cual, frecuentemente, los bordes
113 y 114–. Se trata de un proceso de etio- activa se suele encontrar sangre digerida en de la lesión se encuentran hemorrágicos. En
logía multifactorial. En la tabla 2 se resumen el interior del estómago o del intestino. La los casos más extremos se pueden dar, debi-
los factores de riesgo asociados a la presen- forma crónica de la úlcera gástrica se carac- do a la cicatrización de la pars esofágica, la
cia de la úlcera gástrica en la pars esofágica. teriza por un hundimiento irregular de la total oclusión del esófago a su entrada en el Tabla 2. Factores de riesgo asociados con ulceración
de la pars esofágica del estómago en el cerdo.
Se considera que la fase inicial de la úlcera mucosa de la pars esofágica, con moderada estómago –Fig. 116–. (Fuente: Friendship, 1999; Gastric Ulcers, En: Diseases of Swine,
Iowa State University Press, 685-594).
Ligeras erosiones de la mucosa situadas en los márgenes verticales (flechas) de la pars esofágica Úlcera gástrica de la pars esofágica del estómago con presencia de restos de sangre digerida
del estómago. (de color negruzco).
Enteritis hemorrágica –Fig. 128–: se caracte- Ileítis proliferativa –Figs. 129, 130 y 131–: veces es visible incluso en la serosa). Este nales conocidos con los nombres de: ente-
riza por la presencia de sangre o contenido consiste en un aumento muy marcado del tipo de lesión se asocia a la infección por ropatía hemorrágica proliferativa (segunda
sanguinolento en el interior del intestino del- grosor de la pared intestinal, básicamente Lawsonia intracellularis, una bacteria intracelu- forma más frecuente de la infección por
gado,aumentando el grosor de la pared,y por debido a una proliferación intensa de criptas lar que se encuentra en la parte apical del L. intracellularis, que afecta especialmente a
la necrosis masiva de la mucosa intestinal. Se intestinales inmaduras. Cuando la lesión es citoplasma de las células de las criptas intes- animales adultos jóvenes), enteritis necrótica
asocia a bacterias de alta patogenicidad (Clos- muy marcada, la imagen macroscópica del tinales. La lesión básica proliferativa se cono- e ileítis regional. Estas dos últimas formas se
tridium perfringens tipo C en lechones duran- íleon recuerda a las circunvoluciones cere- ce con el nombre de adenomatosis intesti- consideran muy esporádicas.
te la primera semana de vida y algunas cepas brales, de manera que se habla de aspecto nal porcina. Esta forma básica se puede
de Escherichia coli β-hemolíticas que provo- cerebriforme de la mucosa (este aspecto a complicar dando lugar a otros cuadros lesio-
can colibacilosis post-destete).
Fig. 129
Engrosamiento muy evidente de la pared del íleon con aspecto cerebriforme de la serosa
intestinal en un caso de adenomatosis intestinal porcina.
Tiflo-colitis catarral –Fig. 132–: es el diag- suele asociar a infecciones de bacterias de del intestino grueso. Se observa un aumen- Tiflo-colitis ulcerativa-necrotizante –Figs. 134
nóstico anatomopatológico utilizado para mediana virulencia (caso de la espiroquetosis to del grosor de la pared del ciego y colon, y 135–: caracterizada por la presencia de
designar alteraciones digestivas del intestino intestinal porcina causada por Brachyspira pilo- con hemorragias de extensión variable en la erosiones y/o úlceras de la mucosa del ciego
grueso que cursan con un contenido pastoso sicoli) y a alteraciones del intestino grueso de mucosa. Se suele asociar a infecciones bac- y del colon acompañadas, en algunos casos,
o líquido, de color variable, habitualmente origen nutricional (colitis inespecífica). Tam- terianas de alta virulencia (caso de la disen- de exudado inflamatorio fibrinoso y necrosis.
verdoso, y en los cuales no se observa exu- bién es la lesión observada en algunos casos tería porcina causada por Brachyspira La distribución de la lesión puede ser difusa o
dado inflamatorio visible macroscópicamente de salmonelosis. hyodysenteriae) y a parasitosis intestinales multifocal en forma de “botones” o pequeños
en ciego y colon. Histológicamente presenta Tiflo-colitis hemorrágica o muco-hemorrá- por Trichuris suis. nódulos. Se suele asociar también a ciertas
un infiltrado inflamatorio linfoplasmocitario de gica –Fig. 133–: consiste en la presencia de infecciones de bacterias de alta virulencia (sal-
intensidad variable en la mucosa intestinal. Se sangre no digerida y moco en el contenido monelosis, disentería porcina) y, ocasional-
mente, a parásitos (Trichuris suis).
Proctitis fibrino-necrotizante –Fig. 136–:
consiste en la erosión, ulceración y necrosis
de las porciones media y caudal del recto,
en forma de anillo. En los casos más cróni-
cos, la lesión puede implicar cicatrización y
retracción de la zona, de manera que esta
estenosis rectal –Fig. 137– provoca un
megacolon marcado. Se suele asociar con
Fig. 136 infecciones crónicas por Salmonella typhimu-
rium y con secuelas de prolapsos rectales.
Necrosis y fibrina en la superficie de la mucosa del recto (proctitis fibrino-necrotizante). Lesión asociada a formas crónicas
de salmonelosis entérica. • Neoplasias. Las neoplasias en el ganado
porcino, y por ende las intestinales, son muy
B raras. De entre las más frecuentes destaca-
Fig. 132 Fig. 133 mos el linfosarcoma, que en algunos casos se
puede encontrar en el intestino, habitualmen-
Presencia de un contenido intestinal pastoso con restos de pienso sin digerir en el colon Presencia de material mucinoso y de restos de fibrina adheridos a la mucosa del colon en un te asociado a las placas de Peyer.
(colitis catarral). caso de disentería porcina (colitis muco-fibrinosa).
A pesar de que el peritoneo no corresponde
al aparato digestivo, la mayor parte de éste se
encuentra en la cavidad peritoneal. Ello supo-
ne que el aparato digestivo puede afectarse
por extensión directa de una lesión presente
en la cavidad abdominal. Probablemente la
lesión de mayor importancia es la inflamación
fibrinosa del peritoneo (peritonitis fibrinosa
–Fig. 138–), que suele asociarse a infecciones
bacterianas sistémicas tales como las produci-
das por Haemophilus parasuis o Streptococcus
suis. No obstante, como ya se ha señalado,
también puede generarse una peritonitis fibri-
nosa secundariamente a una rotura del estó-
Fig. 134 Fig. 135 Fig. 137 Fig. 138 mago o también del intestino.
Presencia marcada de fibrina adherida a la mucosa del ciego y colon proximal Imagen similar a la anterior, con presencia de fibrina especialmente en el ciego Estenosis rectal como consecuencia de la lesión presentada Depósito de fibrina en la superficie de los órganos intestinales
(tiflo-colitis fibrino-necrotizante) en un caso de salmonelosis entérica. (tiflitis fibrino-necrotizante), también asociada a una salmonelosis. en la figura anterior. en un caso de poliserositis fibrinosa causado por Haemophilus
parasuis.
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Sistema linfático existe inflamación se advierte un incremento tante, la lesión inflamatoria generalizada más
• Neoplasias. En los nódulos linfáticos se
de tamaño y habitualmente disminución o frecuente de los nódulos linfáticos del cerdo ha descrito el linfosarcoma, que cursa con
incremento de la consistencia normal del es la linfadenitis granulomatosa asociada a la un aumento generalizado de los nódulos lin-
nódulo. En el ganado porcino, pueden consi- circovirosis porcina –Fig. 156–, donde macros- fáticos. El diagnóstico se confirma histológi-
Dentro del sistema linfático se incluyen los punto de vista más específico, en los nódu- ciones sistémicas. En muchos casos, histológi- derarse la linfadenitis purulenta (acumulación cópicamente sólo se aprecia incremento de camente. Es una lesión muy poco habitual
nódulos linfáticos, tonsilas palatinas, timo y los linfáticos se describe: camente, estas alteraciones se confirman de pus en su interior, asociado a infecciones tamaño de los linfonodos. Microscópicamente en el cerdo; no obstante, el linfosarcoma es
bazo. como inflamaciones o, raramente, neoplasias. bacterianas regionales) y la linfadenitis caseosa se observa una depleción linfocitaria con una
• Hiperplasia. Se define como un incre- Las causas más frecuentes de hiperplasia de –Fig. 155– (acumulación de material caseoso inflamación granulomatosa de moderada a
la lesión neoplásica más frecuente en esta
mento del tamaño regional o generalizado de especie y puede hallarse en animales relati-
Nódulos linfáticos los nódulos linfáticos son infecciones víricas, y necrótico en el interior del nódulo linfático. marcada. De forma ocasional se puede obser-
los nódulos linfáticos, de causa no conocida o vamente jóvenes, incluso de menos de
bacterianas y protozoarias. Se asocia específicamente con la infección por var linfadenitis necrotizante –Fig.157– en algu-
inespecífica. Un incremento del tamaño de un 3 meses de vida.
Salmonella typhisuis y micobacterias). No obs- nos casos de circovirosis porcina.
En los nódulos linfáticos se suele utilizar el solo nódulo suele reflejar un proceso patoló- • Inflamación (linfadenitis). Se utiliza
término genérico de linfadenopatía –Fig. gico confinado a su zona de drenaje. Una lin- este término cuando se observa macroscópi-
154– (regional o generalizada) para desig- fadenopatía generalizada (aumento del tama- camente la presencia de un exudado inflama-
nar alteraciones inespecíficas, especialmen- ño de todos o la mayoría de los nódulos lin- torio en el interior de la estructura del nódu-
te el incremento de tamaño. Desde un fáticos del organismo) suele asociarse a infec- lo linfático. En términos generales, cuando
Fig. 155
Incremento de tamaño y necrosis caseosa difusa de los nódulos linfáticos mesentéricos en un
caso de infección por Salmonella spp.
Tonsilas palatinas caracterizan por la presencia de pequeños infecciones bacterianas secundarias. De la Bazo
puntos blanquecinos correspondientes a misma manera que se observa en los linfo-
En las tonsilas se describen básicamente pro- necrosis hasta masivas alteraciones de la nodos, es muy frecuente la presencia de una En el bazo de cerdo se han descrito las
cesos inflamatorios: tonsilitis fibrino-necroti- superficie tonsilar con necrosis de todo el tonsilitis granulomatosa en casos de circovi- siguientes lesiones:
zantes o necrotizantes –Fig. 158–. Estas alte- tejido linfoide. Estas alteraciones se asocian a rosis porcina; esta lesión no suele ser visible
raciones no siempre son visibles macroscópi- infecciones víricas (virus de la enfermedad de macroscópicamente. • Trastornos de la circulación. En el
Aujeszky, virus de la peste porcina clásica, ganado porcino se describen trombosis en
camente, pero en caso de que así sea, se
etc.), que en algunos casos se complican con las arteriolas esplénicas originadas por la
proliferación y espongiosis de las células
endoteliales de dichas arteriolas, resultando
en infartación de la zona irrigada por estos
vasos (infartos esplénicos –Figs. 159 y
160–); este es el caso de las formas agudas
de peste porcina clásica.
También se pueden presentar infartos esplé-
nicos en caso de oclusión de las arteriolas
por un proceso inflamatorio (vasculitis), tal
como en el caso del síndrome de la derma-
Fig. 159 Fig. 160 titis y nefropatía porcina, ciertas infecciones
bacterianas, etc. Debido a estos infartos
Necrosis isquémica de un extremo del bazo (infarto) Múltiples focos de necrosis isquémica en los bordes del bazo esplénicos ocurre necrosis de toda la zona
asociada a una vasculitis necrotizante en un caso de síndrome (infartos) asociados a la infección por el virus de la peste
de dermatitis y nefropatía porcina. porcina clásica. irrigada por la arteriola ocluida, y de forma
crónica se observa cicatrización de la zona.
Se pueden considerar como infartos espléni-
cos, normalmente de gran extensión, aque-
llas áreas que corresponden a una zona de
torsión del bazo –Fig. 161–; se trata de una
lesión de presentación esporádica, preferen-
temente en animales adultos. Las zonas infar-
tadas se suelen presentar con una coloración
más oscura y con una mayor consistencia. En
casos crónicos evoluciona hacia fibrosis de la
porción de bazo necrosada –Fig. 162–.
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Fig. 168
Hemorragias en el cerebelo, asociadas a un proceso de diátesis hemorrágica.
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Vejiga urinaria
Uretra
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Las lesiones más habituales en el útero de la En los ovarios no se suelen presentar altera-
cerda son las inflamaciones: metritis purulen- ciones patológicas remarcables. En caso de
ta, que se caracteriza por la presencia de pus ovarios no cíclicos se puede observar su
en la superficie de la mucosa uterina, y metri- superficie prácticamente lisa, con solamente
tis fibrinosa o fibrino-necrotizante, caracteriza- pequeños folículos y ausencia manifiesta de
da por la presencia de exudado inflamatorio cuerpos amarillos, rojos y blancos. Esta
purulento y focos de necrosis en la pared del misma imagen también correspondería a
útero. Estas lesiones se asocian a infecciones animales prepúberes.
bacterianas, y se incluirían en el llamado sín-
También existen quistes ováricos –Fig. 193–,
drome de la cerda sucia. No obstante, de
que son una causa importante de infertili-
forma ocasional, se pueden observar lesiones
dad en la cerda. Se asume que se trata de
no inflamatorias que afectan al útero como el
folículos maduros que no ovulan, y que pue-
prolapso uterino –Fig. 192–.
den llegar a tener hasta 2-3 cm de diámetro.
Muchas veces, estos quistes ováricos son
concomitantes con quistes luteínicos.
En la glándula mamaria deben destacarse
especialmente las inflamaciones, y concreta-
mente la mastitis granulomatosa crónica
(que consiste en la presencia de granulomas
y pus en la glándula mamaria y se suele aso-
ciar a infecciones bacterianas).
Existe un cuadro patológico antiguamente
conocido como el síndrome de mamitis-
metritis-agalaxia (MMA), y actualmente
conocido como síndrome de disgalaxia
post-parto (PPDS), que se asocia a una
forma purulenta de mamitis caracterizada
por un aumento de la consistencia de la
glándula mamaria que se suele dar poco
después del parto (12-48 horas post-parto).
Este proceso se asocia a infecciones por
bacterias coliformes (Escherichia coli, Klebsie-
lla, Enterobacter y Citrobacter). Además de la
participación de alguno de estos agentes
etiológicos, el PPDS se considera un cuadro
de origen multifactorial donde factores
intrínsecos de la propia cerda, manejo y
nutrición desempeñan un papel importante.
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Aparato locomotor Articulaciones parasuis). Dado el carácter sistémico de estas En los casos donde se produce una inflama-
infecciones, es muy frecuente observar poliar- ción crónica, también suele existir participa-
El grupo más importante de lesiones articu- tritis fibrinosa o fibrino-purulenta (afectación ción de estructuras situadas alrededor de la
lares en el cerdo son las inflamaciones (artri- de varias articulaciones) y, a veces, incluso articulación (periartritis, –Figs. 199A y
En esta sección se dividen las lesiones según poliserositis fibrinosa o fibrino-purulenta). En 199B–), membrana sinovial (sinovitis), mem-
tis). Se utiliza el término de artritis fibrinosa
afecten al hueso, articulación o musculatura. algunos casos se pueden dar artritis prolifera- brana sinovial y tendones que pasan por
–Fig. 197– cuando existe exudado inflamato-
rio fibrinoso o fibrino-purulento en el interior tivas –Fig. 198–, que son formas crónicas con aquella zona (tenosinovitis), y bolsas sinoviales
Hueso de la cápsula articular y se asocia a infecciones proliferación fibrosa de la cápsula articular. (bursitis).
bacterianas septicémicas (especialmente en la Estas últimas son frecuentes en la forma cró-
En el hueso se destaca: infección por Streptococcus suis y Haemophilus nica del mal rojo.