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Producción y
circulación1
Resumen
Resumo
1
Publicado en Fernández, M. y Sánchez, S. (2019) Mediatizaciones: territorios y segmentaciones.
Rosario: UNR Editora. Editorial de la Universidad. / Libro digital, PDF, ISBN 978-987-702-341-1, pp. 55-
76.
1. Introducción
Desde hace años, trabajamos para convertir nuestro trabajo en la cátedra de Semiótica
de las Mediatizaciones en una experiencia articulada con la vida de los nuevos objetos
de estudio sobre los que nos vamos enfocando.
El trabajo en las aulas y en las reuniones, desde hace más de diez años, los entendemos
como espacios de experimentación; el único límite es el cumplimiento de las
expectativas institucionales y de los cursantes acerca de los criterios de evaluación.
Además del trabajo específico de cada docente y alumno, puede decirse que, en
términos generales, el trabajo de cátedra es metapedagógico y metainvestigativo.
Además de las evaluaciones cualitativas sobre nuestro trabajo y las individuales de cada
uno de los alumnos, utilizamos como estadísticas los porcentajes de abandono,
momentos de abandono, promoción sin final, aprobaciones en final, veces que necesitan
presentarse los alumnos para aprobar el final, presentaciones y aprobaciones de
alumnos libres. Además, realizamos encuestas cuantitativas de evaluación del trabajo
del conjunto de la cátedra, su programa de trabajo y de cada docente en particular, en
clases teóricas o en prácticas2.
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Los trabajos de Ximena Tobi con un equipo de alumnos de grado, los de Santiago Videla,
Beatriz Sznaider y Mónica Berman, son producto del trabajo de investigación dentro de la
cátedra, adscriptos a nuestro Proyecto UBACyT. El de Daniela Koldobsky, en cambio, en parte
tiene que ver con lo que luego describiremos sobre el trabajo en teóricos. (Fernández, J. L. y
Equipo, 2018).
− Proponer la existencia de diferentes tipos de publicaciones académicas adecuadas,
no sólo a los diversos grados de formación de quienes publican, sino también
adaptadas a los diversos ritmos de transformación de los objetos estudiados (un
artículo académico con referato suele tardar más de un año en publicarse y los
objetos pueden volverse obsoletos en ese plazo) (Fernández, 2017).
Pero, tal vez inevitablemente, el trabajo del equipo va enfrentando nuevos límites. Dos
de esos límites son:
− La falta de impacto, el trabajo queda dentro de la cátedra la que, más allá de que es
reconocida, no parece que lo fuera por el tipo de trabajo, alternativo, que se realiza
en ella.
− La necesidad de un salto cuantitativo en la práctica de los alumnos, que no siempre
participan en la escala que pretendemos.
Podríamos definir esas limitaciones como propias del pasaje del exclusivo enfoque en
vidas en plataformas a la búsqueda de resultado de circulación, sus relaciones con
diversos modos de la interacción y la necesidad de revisar el funcionamiento de redes.
Esto, por supuesto, no implica abandonar el enfoque en plataformas sino, precisamente,
enriquecerlo. Aquí revisaremos el conjunto de nuestras prácticas de acuerdo al estado
actual del trabajo y al cruce con nuevas experiencias de otros docentes e investigadores.
Cuando se habla con desprecio de las clases magistrales cara a cara, se genera el
mismo efecto que en La República se atribuía al modelo de la caverna y a sus
ciudadanos encadenados. La diferencia, en el aula actual, sería la posibilidad que tienen
los alumnos, si bien encadenados a su cursada, de escapar a través de las
mediatizaciones de sus smartphones4. Por supuesto que todo lo que digamos será
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No hace falta aclarar que Maggio tiene una mirada muy compleja y experimentada sobre la
interacción en el aula, pero aprovechamos esa observación porque representa un verosímil
profundo sobre cómo era la enseñanza en la universidad, antes, y cómo sobrevive ahora.
Confiamos en la utilidad introducir observaciones desde el lado de adentro del aula, no para
proponer nuevos modelos teóricos, sino para presentar los resultados de nuestra experiencia.
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Una presentación algo más extensa para justificar la importancia que tiene criticar el modo de
observación del filósofo sobre la caverna, como barrera para el estudio detallado de los
intercambios discursivos, en Fernández, 2012: 40-42.
atribuido a una experiencia individual o puramente grupal, pero trataremos de
presentarla también desde cierto efecto de rigurosidad etnográfica.
Como mínimo marco teórico, creemos que la performance cara a cara de la docencia
debe tomarse con el cuidado con el que Erving Goffman analiza la construcción de
marcos de acción e interpretación con un enfoque teatral (Goffman, 1986). Ese modo
de analizar la interacción nos parece muy adecuada para comprender los intercambios
en el aula universitaria. En Goffman, la noción de interacción parece referirse a veces a
intercambios cara a cara e individuales:
En la interacción en clase, los alumnos pretenden que los profesores conozcan sus
temas, es decir que, si bien es posible pensar un futuro en que los saberes converjan,
por ahora se exige una relación de complementariedad: el profesor conoce lo suyo y los
alumnos sabrán de otras cosas, pero si no saben menos que el profesor sobre el tema
de clase, ésta se cae como género universitario. Esa situación de base, puede ser
limitada para la época, pero no parece especialmente improductiva.
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Hay diversos aspectos teóricos que, al menos en nuestro ámbito, no están saldados y ello
porque tal vez habría que volver a la traducción que Gino Germani hace de Mind, self and Society
como Espíritu, persona y sociedad. Por supuesto que no daremos aquí la discusión, pero
preferimos la noción de mente en vez de espíritu, como “…sistema de transformas de
diferencias…” (Bateson, 2006: 222-223); en vez de persona como self, preferimos el uso
inestable que hace Goffman, como sí mismo que convive con el de persona; la noción de sí
mismo tiene la ventaja de que son rastreables sus marcas en el discurso de cada individuo y,
cuando decimos sociedad, ya no es el concepto fondo del que se desprenden diversas
presuposiciones, sino como una construcción de la sociología clásica que proviene del siglo XIX
(de Marinis, 1999; Rose, 1996). Las reflexiones que siguen sobre los estilos individuales nos
sigue pareciendo un buen camino para comprender la articulación entre individuo y vida social.
que la mejor clase es la que el otro noventa por ciento considera como la peor posible.
¿Cómo debe leerse éste resultado? Que en esa escena del profesor hablando frente a
sus alumnos se ejercitan, se disfrutan y se sufren diversos estilos discursivos de
intercambio. Se habrá abandonado a la retórica como disciplina de formación, pero esa
formación se incorpora en el ejercicio estilístico en clase.
Los alumnos que trabajan en nuestras clases utilizan casi como soporte exclusivo, el
cuaderno de espirales y la toma de apuntes en cuaderno es una mediatización: se usan
dispositivos técnicos de escritura y de soporte de la misma, se escribe sobre ciertos
temas y no sobre cualquiera; se usan para luego revisarlos para estudiar y los márgenes
se utilizan frecuentemente para intersticios de descanso o distracción.
Cuando les hacemos notar a los alumnos ese uso tan extendido del cuaderno de
espirales, se sorprenden porque lo tienen naturalizado. Es más, en nuestras clases
teóricas están obligados a presentar fichas de resumen y cuestionamiento de
contenidos, otra mediatización y, según puede observarse, en términos generales
primero, escriben en el cuaderno y luego sintetizan en la ficha. Es decir que van
construyendo un dispositivo de estudio transmedia7.
Aunque no es muy frecuente, cada vez que algún alumno, a partir de algún googleo,
hace una observación, una comparación y hasta una objeción sobre si el docente citó
bien al texto (todas prácticas que tienen futuro), nos obligamos a valorar esa actitud.
Que no sea frecuente parece significar que, en principio, esos jóvenes inmersos en la
cultura digital, y en la vida universitaria con nosotros, tratan de rescatar y mantener un
aspecto, por decir así, conservador dentro de nuestra vida intelectual.
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En este encuentro del CIM, Oscar Traversa hizo una lúcida presentación de la mediatización
como uno de los rasgos constituyentes del Sapiens (un adelanto en Traversa, 2015).
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Se echa en falta lo de que debería denominarse como una Historia integral de la escritura
manual y sus soportes en épocas de imprentas y pantallas.
en ningún momento observé en la pantalla elementos que no tuvieran que ver con la
presentación o con su línea de trabajo dentro del curso. Es decir que, al menos en esa
breve experiencia, el reemplazo del cuaderno de espirales por la computadora, no tiene
consecuencias, que no sean positivas, en el sentido de agregado de bibliografía o
preguntas o discusiones sobre la aplicación de lo expuesto a sus trabajos.
Hace poco, le advertí a una alumna que fotografiaba algunos cuadros de una PPT que
no se tomara el trabajo porque la presentación les iba a quedar y me respondió que sólo
fotografiaba algunos de los cuadros o aspectos de ellos, porque iba armando su guión
de la clase. Esa alumna construye su propia mediatización, técnicamente un remix,
sobre la que propone el profesor. Y es otra práctica que permite que veamos el
encuentro cara a cara como transmedia. ¿Un caso excepcional? Puede ser, pero tan
excepcional, de acuerdo con nuestra experiencia, como el alumno que se duerme en
clase, o el profesor que sólo conoce sus contenidos viejos, y éstos son los que se toman
siempre como ejemplo.
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Gruffat habla de aula 1@1, para acentuar el componente de mayor búsqueda de
interacciones que lo que sugiere la denominación de 1:1, que propone poco más que contacto
+ trabajo en cada computadora. Creemos que la discusión sobre términos como mediación o
intermediación que aplica la investigadora, podría matizarse y profundizarse con la
incorporación de la noción de mediatización, como campo mediático productor y no solo
transmisor del conocimiento.
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Utilizamos el resucitado término contenidos para no introducir discusiones teóricas con largo
recorrido pero que siempre parecen volver. El modo en que hemos descripto la interacción en
las clases muestra que lo que permite comprender un fenómeno discursivo no es el contenido
en sí, sino su participación en un sistema de intercambio, del que es muy difícil decir que no
sea, en alguno de sus niveles, mediatizado.
− Encontrar un equilibrio entre la bibliografía citada respecto a la presentación de
resultados de investigación que posiblemente todavía no hayan sido publicados
formalmente.
− Sólo en parte vinculada a lo anterior, pero inscripta en la discusión de las tradiciones
académicas, hay que encontrar un equilibrio entre textos clásicos, que constituyen el
background de la disciplina respecto de textos recientes, que sólo raramente han
recibido ya la consagración de autoridades indiscutibles.
− El tercer nivel de tensión es ya muy específico de nuestra condición de investigadores
de países periféricos y es la obligación de estar informados de las últimas novedades
internacionales sobre el tema. Un programa académico del subdesarrollo con mucha
bibliografía local será siempre sospechoso.
Con esto queremos decir, que la práctica docente universitaria no se conforma a partir
de frías decisiones que capturan los fragmentos de bibliografía y temas circulantes como
si fuera una actividad puramente racional: definir una bibliografía es circunscribir
espacios de circulación, tanto en términos centrífugos, como centrípetos.
Durante años, en nuestras clases teóricas, hicimos preguntas a los cursantes sobre sus
experiencias y conocimientos sobre diversos temas que se exponían. Sin
sistematizarlas demasiado, esas respuestas nos permiten sacar conclusiones
exploratorias sobre consumos culturales, en general, y mediáticos en particular, áreas
de saber o ignorancia, preferencias temáticas o teóricas. Desde el 2016, agregamos la
aplicación exploratoria de cuestionarios breves sobre los alumnos reunidos, se les
solicita que respondan por sí o por no levantando la mano y, frente a las respuestas se
les piden ampliaciones sobre las que se concluye discutiendo con todo el grupo 10.
1. ¿Posee smartphone?
Sí
No ¿Por qué?
Sí
No ¿Por qué?
3c ¿plataformas?
Si sí 3d ¿cuáles?
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Lejos de nuestra intención, como se verá, establecer conclusiones cuantitativas más allá de
algunos conteos exploratorios, pero, de todos modos, es bueno reconocer que, en los dos
teóricos semanales, se reúnen alrededor de 300 alumnos, residentes en todas las áreas de
Buenos Aires y GBA, y que un porcentaje aproximado del 50% de ellos, son primera generación
de universitarios. Es decir, que se trata de una buena representación de la pequeño-burguesía
metropolitana, de jóvenes de entre 20 y 25 años, desde el NSE C1 hasta el C3, muy equilibrada
entre masculino/femenino, con buen ámbito para manifestar diversas elecciones de género; en
definitiva, mucho más preciso que decir ‘los jóvenes de Facebook o de Instagram’.
Por supuesto que se produce con este método una cantidad información imposible de
procesar y que luego obliga a hacer chequeos, pero frente a los que se puede
aprovechar que los grupos están presentes durante todo el año.
Individualidad
Revisión de recuerdos
personales
Play list propia
Producción/edición
pre publicación
Interindividual
Interindividual
de audio
de texto
Movilidad
Movilidad pasiva /
autogestiva ´No movilidad
WhatsApp
Play list
grupal
imagen
Producción/edición
colaborativa
Radio / Podcasting (?) Socialidad Audiovisuales
Como se ve en la figura hay diferentes áreas de exploración con interés para diferentes
objetivos de investigación; rescatemos dos para presentar aquí como ejemplo de la
productividad específica del trabajo en aula:
Esa práctica en el aula tiene como objetivo, además de activar la participación de los
alumnos en clase, el de obtener información de parte de nativos sobre actividades que
van realizando de un modo, por decir así, on-line, aunque los intercambios sean cara a
cara.
La otra gran actividad que hacemos con los alumnos es la participación en un grupo
cerrado de Facebook, en el que sólo participan los alumnos y los profesores de la
cátedra: el Monitoreo de Mediatizaciones (Figura 2). Los alumnos que terminan su
cursada pueden seguir participando.
Por supuesto, que no es fácil que todos los colegas-alumnos participen, y con el mismo
entusiasmo (tampoco todos los colegas-profesores, a decir verdad), pero sí es muy
impresionante el efecto equipo bien informado sobre los temas que le preocupan y a los
que se dedican (Figura 3).
Figura 3. Una publicación sobre un tema clave en nuestro curso:
la maduración y cambios en las plataformas11
11
Captura de pantalla del 26-01-2019, elegida en el momento de la escritura.
los alumnos por información de novedades, perdió relevancia frente a las consultas y la
información política y gremial.
5. Conclusiones
El análisis detenido de los encuentros cara a cara en el aula nos ha permitido, además
de adentrarnos en las características específicas de las performances escénicas,
encontrar diversos modos de mediatización ya en marcha. La articulación mediante
escritura manual entre cuadernos y fichas auguran una rápida incorporación de otros
procedimientos digitales de registro, archivo y circulación de materiales didácticos y
resultados de investigación. La utilización compartida de softwares de presentación al
incorporarse a los otros dispositivos, mediante soporte wi-fi o bluetooth, no parece así
tan distante ni tan transformadora.
Por último, el prestar atención a las posibilidades que incorporan los alumnos al ser
considerados como, ya sea como nativos informantes, ya sea como investigadores en
formación, pero productores de resultados, permite diseñar estrategias de captura,
construcción, circulación y publicación de resultados novedosos, que impide a su vez el
aislamiento de la práctica universitaria respecto de las grandes transformaciones que
se producen fuera de ella.
Esperamos que este modo de describir nuestro trabajo no sea entendido como defensa
conservadora de un modo de trabajo, sino como presentación de escalones que
permitan ascender mejor en el proceso irreversible de transformación de la vida
académica.
6. Referencias
Bateson, G. (2006) [1991]. Mente/Ambiente. En: Una unidad sagrada. Pasos ulteriores
hacia una ecología de la mente. Barcelona: Gedisa, pp. 218-234.
Goffman, E. (1986) [1974]. “The theatrical frames”. En: Frame analysis. An Essay on
the Organization of Experience. Lebanon, N.H.: Northeastern University Press of New
England, pp. 124-155.
Goffman, E. (1991) [1964] “El orden de la interacción”. En: Goffman, E. Los momentos y
sus hombres. Textos seleccionados y presentados por Yves Winkin. Barcelona: Paidós
Ibérica, pp. 184-215.
Rose, N. (1996) “The death of the social? Re-figuring the territory of government”.
Economy and Society, Volume 24, Number 3, Routledge, August 1996, pp. 327-356.