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(ASPECTOS DESTACADOS de la actualización de las Guías de la AHA para

RCP y ACE de 2015)


SOPORTE VITAL CARDIOVASCULAR AVANZADO PARA ADULTOS
RESUMEN DE LOS ASPECTOS CLAVE Y LOS PRINCIPALES CAMBIOS REALIZADOS

Los aspectos clave y los principales cambios de las recomendaciones de la actualización de las
Guías de 2015 para soporte vital cardíaco avanzado son los siguientes:

• El uso combinado de vasopresina y adrenalina no ofrece ninguna ventaja frente al uso de la


adrenalina en dosis estándar para el tratamiento del paro cardíaco. Además, la vasopresina no
ofrece ninguna ventaja con respecto al uso de la adrenalina sola. Así pues, para simplificar el
algoritmo, se ha suprimido la vasopresina de la actualización del algoritmo de paro cardíaco en
adulto de 2015.

• Un nivel bajo de dióxido de carbono al final de la espiración (ETCO2 ) en pacientes intubados


al cabo de 20 minutos de RCP se asocia a una probabilidad muy baja de reanimación. Si bien
este parámetro no debería usarse de forma aislada a la hora de tomar decisiones,
los profesionales de la salud pueden considerar un nivel bajo de ETCO2 al cabo de 20 minutos
de RCP en combinación con otros factores como indicador para saber cuándo es el momento
de poner fin a la reanimación.

• Los esteroides pueden aportar cierto beneficio cuando se administran conjuntamente con la
vasopresina y la adrenalina en el tratamiento del paro cardíaco intrahospitalario. Aunque no se
recomienda su uso de forma rutinaria (a la espera de las conclusiones de los estudios de
seguimiento), resultaría razonable que un profesional de la salud administrase esta
combinación de medicamentos para el tratamiento del paro cardíaco intrahospitalario. 14
American Heart Association

• Cuando se aplica con rapidez, la RCP-EC puede prolongar la viabilidad y proporcionar tiempo
para tratar las causas potencialmente reversibles o bien planificar un trasplante cardíaco para
pacientes que no se pueden reanimar con la RCP convencional.

• En pacientes con paro cardíaco que presentan un ritmo no desfibrilable y que reciban
adrenalina, está indicada la administración temprana de adrenalina.

• Los estudios acerca del uso de la lidocaína después del RCE ofrecen datos contradictorios y
no se recomienda el uso rutinario de la lidocaína. Sin embargo, se puede considerar el inicio de
la administración o el mantenimiento de la lidocaína inmediatamente después del RCE en
casos de paro cardíaco con fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso.

• En un estudio de observación se sugiere que el uso de betabloqueantes después del paro


cardíaco podría asociarse a una mejor evolución clínica en comparación con las víctimas a las
que no se les administran betabloqueantes. Aunque este estudio de observación no ofrece
pruebas suficientemente sólidas como para recomendar un uso rutinario, se puede considerar
el inicio o el mantenimiento de la administración de un betabloqueante por vía oral o
intravenosa poco después de la hospitalización del paciente por un paro cardíaco causado por
fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso.
VASOPRESORES PARA LA REANIMACIÓN: VASOPRESINA
 2015 (actualizado): La vasopresina combinada con la adrenalina no ofrece ninguna ventaja
como sustituto de la adrenalina en dosis estándar para el paro cardíaco.
 2010 (antiguo): Una dosis de 40 U de vasopresina por vía intravenosa/intraósea puede
sustituir a la primera o a la segunda dosis de adrenalina en el tratamiento del paro
cardíaco.
 Por qué: Se ha demostrado que la administración tanto de adrenalina como de
vasopresina durante el paro cardíaco mejora el RCE. La revisión de la evidencia existente
revela que la eficacia de los dos fármacos es similar y que la administración de adrenalina y
vasopresina no produce ningún beneficio demostrable en comparación con la
administración únicamente de adrenalina. En aras de la simplicidad, se ha suprimido la
vasopresina del Algoritmo de paro cardíaco en adulto.

VASOPRESORES PARA LA REANIMACIÓN: ADRENALINA

 2015 (nuevo): Puede resultar razonable administrar adrenalina en cuanto resulte viable
después del comienzo de un paro cardíaco debido a un ritmo no desfibrilable inicial.

 Por qué: En un estudio de observación muy extenso de paro cardíaco con ritmo no
desfibrilable se comparó la adrenalina administrada en el intervalo de 1 a 3 minutos con la
administrada en 3 intervalos de tiempo posteriores (de 4 a 6, de 7 a 9 y más de 9 minutos).
En el estudio se halló una asociación entre la administración temprana de adrenalina y un
incremento del RCE, la supervivencia al alta hospitalaria y la supervivencia con función
neurológica intacta.

ETCO2 PARA LA PREDICCIÓN DE LA REANIMACIÓN FALLIDA

 2015 (nuevo): En pacientes intubados, la imposibilidad de lograr un valor de ETCO2


superior a 10 mm Hg mediante capnografía al cabo de 20 minutos de RCP puede
considerarse un elemento que forma parte de un abordaje multimodal para decidir
cuándo poner fin a los esfuerzos de reanimación, pero no se debería utilizar de forma
aislada.
 Por qué: La imposibilidad de conseguir un valor de ETCO2 de 10 mm Hg mediante
capnografía al cabo de 20 minutos de reanimación se ha asociado a una probabilidad
extremadamente baja de RCE y supervivencia. No obstante, los estudios realizados hasta la
fecha son limitados porque presentan elementos que podrían conducir a confusión y
porque han incluido cifras relativamente pequeñas de pacientes; por ello, se desaconseja
basarse solamente en el valor de ETCO2 al determinar el momento adecuado para poner
fin a la reanimación.

RCP EXTRACORPÓREA

 2015 (nuevo): La RCP-EC se podría considerar en determinados pacientes con paro


cardíaco que no hayan respondido a la RCP convencional practicada en un primer
momento y en entornos donde se pueda implantar con rapidez.
 Por qué: Aunque no existen estudios de alta calidad en los que se haya comparado la RCP-
EC con la RCP convencional, en una serie de estudios de calidad inferior se sugiere una
mejora de la supervivencia con un buen resultado neurológico en determinados grupos de
población de pacientes. Debido a que la RCP-EC requiere muchos recursos y conlleva
muchos costes, solo se debería considerar cuando exista una probabilidad razonablemente
alta de que el paciente resulte beneficiado (en aquellos casos en los que el paciente
presente una enfermedad potencialmente reversible o para atender a un paciente
mientras aguarda un trasplante de corazón).

TERAPIA FARMACOLÓGICA POSPARO CARDÍACO: LIDOCAÍNA

 2015 (nuevo): No existen pruebas adecuadas que avalen el uso rutinario de la lidocaína
después de un paro cardíaco. Sin embargo, se puede considerar el inicio o el
mantenimiento de la administración de lidocaína inmediatamente después del RCE tras un
paro cardíaco causado por fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso.

 Por qué: Si bien en estudios anteriores se reveló la existencia de una asociación entre la
administración de lidocaína después del infarto de miocardio y un incremento de la
mortalidad, en un estudio reciente sobre la lidocaína en pacientes que sobrevivieron a un
paro cardíaco se observó una reducción de la incidencia de la fibrilación
ventricular/taquicardia ventricular sin pulso pero no se apreció beneficio ni perjuicio
alguno a largo plazo.

TERAPIA FARMACOLÓGICA POSPARO CARDÍACO: BETABLOQUEANTES

 2015 (nuevo): No existen pruebas adecuadas que avalen el uso rutinario de un


betabloqueante después de un paro cardíaco. Sin embargo, se puede considerar el inicio o
el mantenimiento de la administración de un betabloqueante por vía oral o intravenosa
poco después de la hospitalización a raíz de un paro cardíaco causado por fibrilación
ventricular o taquicardia ventricular sin pulso.

 Por qué: En un estudio de observación de pacientes que experimentaron RCE después de


un paro cardíaco causado por fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso, la
administración de betabloqueantes se asoció a tasas de supervivencia más elevadas. No
obstante, este hallazgo es solamente una relación asociativa; el uso rutinario de
betabloqueantes después de un paro cardíaco podría resultar peligroso debido a que los
betabloqueantes pueden provocar o agravar la inestabilidad hemodinámica, empeorar una
insuficiencia cardíaca y causar bradiarritmias. Así pues, los profesionales de la salud
deberían evaluar a los pacientes de forma individual para determinar si son aptos para la
administración de betabloqueantes.

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