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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.


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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

(Lenguas…)

Visión: Vi una antorcha que pasaba frente a una persona, le iluminaba el


rostro. Todo estaba oscuro y, al pasar la antorcha, le ilumina el rostro.

Hijitos Míos, ¡Santa Alegría debe iluminar vuestro corazón y vuestra


mente! Santa Alegría porque Me tenéis en vuestro corazón, Santo Amor debéis
vosotros gozar por el tenerMe en vuestro corazón.

Ciertamente, Yo caminé entre los hombres en aquel tiempo, pero nunca


Me tomaron. Ellos vivían junto a Mí, pero vosotros ahora Me tenéis a Mí
en vosotros y Soy parte de vosotros, Soy Alimento para vosotros.
TenerMe a Mí en vuestro interior, tenerMe a Mí, vuestro Dios Creador,
Redentor, tener la Vida Divina en vosotros, ¿qué más puede el alma
desear?

No meditáis lo suficiente, Mis pequeños, para gozar esta Alegría Santa


que Yo os doy. TenerMe a Mí, vuestro Dios, ¡gozarMe como Mi Madre Me
gozó en Su vientre! Platicar conMigo, compartir conMigo, eso os debiera
mantener a vosotros en un éxtasis perenne. Vuestro cuerpo os limita, es
verdad; vuestro cuerpo y su caída en el pecado no os permite a vosotros gozar
plenamente porque vuestra alma, al ser parte de Mí, os puede llevar a unos
éxtasis amorosos, inmensos. Si realmente Me amáis, Mis pequeños,
pedidMe esa Gracia, que vuestro cuerpo no limite tanto Amor que Yo os
puedo dar, que podéis gozar y que podéis compartir a vuestros
hermanos.

Yo Soy el Amor Increado y vosotros no podéis detener el flujo de Amor que


brota de Mí, que llega a vosotros y vosotros al tenerlo, gozarlo, inmediatamente
deseáis compartirlo. Lo que vosotros vivís es una fracción mínima del gozo tan
grande que tendréis en el Reino de los Cielos, ahí tendréis Mi abrazo de Amor.
Al llegar ante Mí os abrazaré, os compartiré Mi Amor, gozaréis inmediatamente
lo que Yo Soy.

Todo es creado en el Amor y vosotros mismos sois creaturas de Amor y debéis


comprender esta situación, Mis pequeños, porque no estáis aprovechando
tanto Amor que podéis llevar en vuestro corazón. Mi Amor, ciertamente, se
puede gozar en sí, pero cuando vosotros lo compartís a vuestros
hermanos, lo gozáis doblemente porque gozáis el que tenéis en vosotros
y gozáis con el gozo que les dais a vuestros hermanos.

Yo Soy Luz y esa Luz vosotros debéis compartirla. No os imagináis, Mis


pequeños, lo que podéis hacer con la Palabra. Yo Soy el Verbo Encarnado,
Yo Soy la Luz del mundo y, al ser el Verbo Encarnado, vosotros podéis
compartir palabras de Amor, palabras de aliento, palabras de vida, palabras de
comprensión que no se esperan vuestros hermanos y que les podéis hacer un
gran bien. Hay tanto desaliento en el mundo, hay tanta necesidad de amar
y ser amados, pero el hombre se aleja del Amor, se aleja de Mí; el hombre
le teme al hombre, y el hombre se olvida de Mí. ¿A dónde va a llegar, pues, el
hombre si se aleja del Amor?

Debéis entrar nuevamente a vuestro corazón, Mis pequeños. Dejad que Mi Luz
invada vuestro ser, que Mi Amor os llene en pleno y así estaréis viviendo ya el
Cielo en la Tierra, y esto es lo que debéis dar a vuestros hermanos, palabras
de aliento, palabras que edifiquen, palabras que den vida, palabras que den
paz, palabras que lleven a encontrarMe para que encuentren el Verdadero
Amor, y eso les dará Luz en su vida y les hará cambiar su ser.

No dejéis pues, Mis pequeños, que la oscuridad os invada. Tenéis Mi Luz,


tomadla y transmitidla, Mis pequeños. Os repito: Hay tantos, tantos
hermanos vuestros que necesitan de Mi Luz y Yo os la he concedido a
vosotros para que la compartáis, pero antes la gozaréis y, ya enamorados
de Mi Amor y llenos de Mi Sabiduría Santa que os dé Mi Palabra, iréis a
vuestros hermanos y los levantaréis con Mi Amor en vosotros.

Es tanto lo que podéis hacer si Me dejáis a Mí habitar en vosotros. Dejad


que Mi Luz os invada y haga de vosotros otra Vida Mía en vosotros, otro
Cristo que bajó a enseñar a los hombres lo que es el Amor, para
prepararos a los tiempos bellos y venideros que se acercan a pasos
agigantados.

El Amor, el pleno Amor, pronto vendrá a vosotros, esperadLo, pero


preparaos para recibirlo. Dejad vuestra alma limpia, preparad vuestra
alma para que el deseo grande de recibirMe os invada y Yo pueda
satisfaceros con Mi llegada. Gozaréis inmensamente Mi pleno Amor en
vosotros y Mis Palabras Santas y llenas de Amor, que dan vida a los que
muertos están y santifican a los que ya conMigo están.

Gracias, Mis pequeños.

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