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Pan de Vida

Itinerario Espiritual para Pascua


Guión Litúrgico

Una compilación realizada para favorecer la


participación festiva, alegre y dedicada de quienes
en su Itinerario Espiritual buscan por la Liturgia y
las Celebraciones propias de la Iglesia avivar en su
corazón la alegría del Señor Resucitado y seguir a
Cristo, en compañía y bajo la presencia del Espíritu
Santo, hasta la plenitud de la Vida en la Pascua
definitiva a su lado, en el Reino del Padre Dios.

Material que es ofrecido sin costo alguno.

Nos acogemos a la bondad y generosidad de quienes


a través de ofrendas, donaciones y limosnas
contribuyan al sostenimiento de las obras de nuestra
Asociación Lazos de Fe.

Donaciones a través de:


https://paypal.me/LazosdeFe
E-mail: bereyerko@outlook.com
un antes

un después
P. Yerko Reyes Benavides
Lazos de Fe

@bereyerko
un antes
VIGILIA
Bienvenida*
La Celebración de Pentecostés constituye, a la par y junto a la
Solemnidad de Resurrección, la Fiesta en la que nuestra Fe
encuentra su fuente, sentido y proyección.

Sin la efusión del Espíritu Santo la primigenia comunidad,


constituida por los apóstoles y discípulos del Señor, hombres y
mujeres, y en compañía de María, Madre Jesucristo, no hubiese
por sí misma encontrado el impulso necesario para, lanzarse
definitivamente al mundo entero, y dar testimonio decidido,
fehaciente y certero del Evangelio de Cristo.

La originaria fiesta judía de Pentecostés, a partir de la Efusión


del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Virgen María, marca
un punto de quiebre en la vida de los discípulos y establece
para ellos “Un antes y un después”.

Esta noche, nosotros al igual que los Apóstoles estaremos en


Vigilia y Oración, a la espera de la efusión del Don de lo Alto,
ya presente en nuestro corazón.

Meditando la Palabra y elevando nuestras súplicas al Padre


Dios, discerniremos, tomando en consideración los signos de
nuestros tiempos, el “antes” y el “después” que hemos de
emprender en compañía del Espíritu y guiados por su
inspiración y gracia.

Listo ya nuestro ánimo y dispuesto nuestro corazón digamos:


¡Ven, Espíritu Santo, te estamos esperando!

* Link de Bienvenida

https://youtu.be/IO_w4V-vvac
6
Canto

VEN ESPIRITU DE DIOS


Autor: Kairoi

Ven Espíritu de Dios, sobre mí,


me abro a tu presencia,
cambiarás mi corazón (Se repite).

Toca mi debilidad
toma todo lo que soy
pongo mi vida en tus manos, y mi fe.

Poco a poco llegarás


a inundarme de tu luz,
tú cambiarás mi pasado, cantaré.

Ven Espíritu de Dios, sobre mí,


me abro a tu presencia,
cambiarás mi corazón (Se repite).

Link para la Canción

https://www.youtube.com/watch?v=dUq8d2fe8KY

7
Reflexión
El Espíritu Santo. El gran Desconocido
¿Cuánto sabes sobre el Espíritu Santo?

Quizá algunos puedan decir “mucho”, más de lo que puedes


imaginar. Otros, quizá, respondan: “lo suficiente”. Pero un gran
numeró de nosotros diremos “lo básico”, “lo indispensable”.

Si, tienes razón, ahora viene una pregunta inevitable: ¿Qué


nociones se abarcan en lo básico? ¿Cuánto es el conocimiento
que puede haber en “lo indispensable”?

No es tanto, lamentablemente; en lo básico, la gran riqueza del


don Divino conferido en la Presencia real del Espíritu Santo
queda inoperante, desaprovechada, en última instancia sin
frutos.

“Si supieras, querido amigo, lo que has recibido, no estarías


ahí, ahora, lamentándote”.

Del Espíritu Santo sabemos que es la Tercera Persona de la


Santísima Trinidad. También que es Dios, uno junto al Padre y
al Hijo.

Al Espíritu Santo lo recibimos el día de nuestro Bautismo y


ratificamos su presencia en nuestra vida en el sacramento de la
Confirmación y, a la persona que lo recibe le confiere 7 dones.

Eso vendría siendo lo básico.

La Iglesia una vez al año celebra su fiesta. Lo hace 50 días


después de la resurrección; diez días después de la Ascensión
de Cristo a los cielos. Es junto con la Resurrección y la 8
Natividad una de las tres fiestas en el Calendario litúrgico, que
la Iglesia las celebra haciendo Vigilia.

Podríamos seguir dando algunos datos adicionales que


demuestre que alguna noción si tenemos sobre quién es, qué
hace y cómo la iglesia celebra la presencia del Espíritu Santo.
Sin embargo, sería rebuscar, y con gran esfuerzo, en un baúl
que guarda muy pocas cosas.

Te propongo hacer un rápido y sencillo ejercicio. Habrás notado


que dentro de las cosas que dijimos saber sobre el Espíritu
Santo está esta: Él confiere 7 dones.

Rápido: enuméralos, sin equivocarte y sin repetirlos.

¡Sencillo! ¿Logrado?

Para muchos no. No es materia aprobada.

Del Espíritu Santo Jesús nos dice:

”De estas cosas les he hablado mientras he estado con


ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, al cual el
Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las
cosas, y les recordará todas las cosas que les he dicho” (Jn
14,25-26)

E insiste:

“Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad los guiará a la


Verdad plena” (Jn 16,13).

¿Cómo hemos de llegar a la plenitud de la Verdad que a la que


el Espíritu Santo nos conducirá, si él para nosotros es un “gran
desconocido”?

Estamos en el tiempo en el tiempo propicio para descubrir en


nuestra propia vida la acción divina que por medio del Espíritu
se puede realzar en nosotros, por nosotros y a través de
9
nosotros. Sin embargo, la ósmosis nos es una opción para
nosotros y nos toca, como en todo: pedir, buscar, y tocar (Cf
Lc 11,9-13); es decir: investigar, indagar, leer, estudiar y
aprender; y todo esto en un proceso que implica más que
aprenderse un catecismo.

Aprovechemos que estamos en los días en los que la liturgia de


la iglesia nos plantea la espera expectante de la efusión del
Espíritu en nuestras vidas.

Lo que nos lleva a enfatizar, y de ahí la urgencia de apretar el


paso en nuestro Itinerario Espiritual, puesto que: anhelamos lo
que ya tenemos; pedimos lo que ya se nos dio; aguardamos al
que ya habita en nuestra alma; esperamos al que nos espera a
nosotros paciente en nuestro propia existencia, ahora y aquí.

Finalizamos este recordar lo que ya sabemos, con una frase que


nos resulta del todo familiar: “Nadie ama lo que
desconoce”. Y si el Espíritu Santo es del alma su más grande
desconocido, poco podremos dar frutos de abundancia tal como
nos lo pide Jesús.

Por cierto, ¿Sabes cuáles son los Frutos del Espíritu Santo?

COMPARTE:

Si esta Vigilia la estás realizando en compañía de tu familia o


amigos, luego de realizada la lectura, pueden tener un tiempo
para comentar y discutir algunos aspectos propuestos en la
reflexión.

Link de la Fuente

Lazos de Fe: El Espíritu Santo. El gran desconocido. Revista de


Espiritualidad: https://lazosdefe.blogspot.com/2019/05/espiritu-santo-el-gran-
desconocido.html
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Tiempo de Oración

Desciende sobre mí
Espíritu Santo que del Padre y del Hijo procedes.
Don Divino eres para una humanidad
que necesitada del candor refulgente
que de ti proviene y que al alma infunde calor de vida.

Desciende sobre mí
¡Oh Espíritu Divino!
se luz resplandeciente
que penetre lo más íntimo de mi ser,
calienta con el fuego de tu amor mi corazón,
para que pertenezca totalmente al Padre Dios.

Desciende sobre mí Santo Espíritu,


llena de tus dones mi existir,
para que todo en mí este inundado de la gracia divina y así,
mi vida toda se uno oblación que agrade al Señor.

Desciende sobre mi Paráclito del Padre,


renueva mi espíritu, ese que es semejante a ti,
para que pueda dar a la humanidad
motivos para amar incondicionalmente
como tú en Trinidad santa te desbordas
en un amor que no conoce límites
que se entrega con la totalidad de la eternidad.

Desciende sobre mí, Espíritu Santo,


no dejes de venir a la cita,
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toma posesión este templo que hay en mi interior,
habita en él para siempre;
permíteme ser santuario de tus dones y así,
darme a todos sin temores,
buscando en todo la virtud, el bien y la bondad.

Desciende sobre mí, Espíritu del Señor,


úngeme con el óleo de la alegría,
para que a los corazones desesperanzados
lleve el gozo de la gracia divina
y encienda en ellos el fuego inagotable de tu amor.

Desciende sobre mí, Santo de Señor,


actúa a tus anchas en mi alma,
transforma mi corazón, renueva mis pensamientos,
insufla aliento de esperanza a mis palabras;
que mi quehacer y mi vida toda sea una alabanza y,
en ella se manifieste, en ti y por ti la gloria del Señor.

Amén

Link de la Fuente

Lazos de Fe: Oración: Desciende sobre Mí. Revista de Espiritualidad:


https://lazosdefe.blogspot.com/2019/01/desciende-sobre-mi.html

12
Canto
ESPIRITU DE DIOS
Espíritu de Dios,
llena mi vida,
llena mi alma,
llena mi ser. (Se repite)

Y lléname, lléname, lléname.


Con tu Presencia,
lléname, lléname…
Con tu Poder
lléname, lléname… Espíritu de Dios…
Con tu Amor. (Se repite)
Y lléname, lléname, lléname.
Con tu Presencia,
Espíritu de Dios, lléname, lléname…
llena mi vida, Con tu Poder
llena mi alma, lléname, lléname…
llena mi ser. (Se repite) Con tu Amor. (Se repite)

Y lléname, lléname, lléname.


Con tu Presencia,
lléname, lléname…
Con tu Poder
lléname, lléname…
Con tu Amor. (Se repite)

Link para la Canción

https://www.youtube.com/watch?v=SB-PFvb59sw

13
A la Escucha de la Palabra de Dios

Del Libro de Profeta Ezequiel (37,1-14)

E
n aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí y,
con su Espíritu, el Señor me sacó y me colocó en medio
de un valle todo lleno de huesos.

Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran


innumerables sobre la superficie del valle y estaban
completamente secos.

Me preguntó:

«Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?».

Yo respondí:

«Señor, tú lo sabes».

Él me dijo:

«Profetiza un oráculo sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos,


escuchen la palabra del Señor! Así dice el Señor a estos huesos:
Yo mismo traeré sobre ustedes espíritu, y vivirán. Pondré sobre
ustedes tendones, haré crecer sobre ustedes carne, extenderé
sobre ustedes piel, les infundiré espíritu, y vivirán. Y sabrán
que yo soy el Señor”».

Yo profeticé como me había ordenado y, mientras yo


profetizaba, se produjo un temblor, y los huesos se juntaron
unos con otros.

14
Me fijé en ellos: tenían encima tendones, la carne había crecido,
y la piel los recubría; pero no tenían espíritu.

Entonces me dijo:

«Conjura al espíritu, profetiza hijo de hombre, y di al espíritu:


“Así dice el Señor: Ven, espíritu, ven de los cuatro vientos, y
sopla sobre estos muertos para que revivan”».

Yo profeticé como él me había ordenado; y el espíritu penetró en


ellos, y así revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud
innumerable.

Luego el Señor me dijo:

«Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel, que dice:


“Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza se ha
desvanecido, estamos destrozados”.

Por eso, profetiza y diles:

“Así dice el Señor: Yo mismo abriré sus sepulcros, y los haré


salir de sus sepulcros, pueblo mío, y los traeré a la tierra de
Israel. Y, cuando abra sus sepulcros y los saque de sus
sepulcros, pueblo mío, sabrán que yo soy el Señor. Les
infundiré mi espíritu, y vivirán; los colocaré en su tierra y
sabrán que yo, el Señor, lo digo y lo hago”».

Oráculo del Señor.

Palabra de Dios.

15
Salmo Responsorial (103, 1-2.24.27-30)

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor:


¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

Cuántas son tus obras, Señor,


y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo:


se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

Les retiras el aliento,


y expiran y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y renuevas la faz de la tierra.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

16
De la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,
22-27)

H
ermanos: Sabemos que hasta el presente la creación
entera está gimiendo toda ella con dolores de parto.

Y no solo ella; también nosotros, que poseemos las


primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando
la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se


ve ya no es esperanza.

Pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?

Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con


perseverancia.

Pero además el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad,


porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no se
pueden expresar.

Y el que sondea los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu,


y que su intercesión a favor de los santos está de acuerdo con la
voluntad divina.

Palabra de Dios.

17
Del santo Evangelio según san Juan (7,37-39)

E
l último día, el más solemne de las fiestas, Jesús, puesto
en pie, exclamó:

«El que tenga sed, que venga a mí;


el que cree en mí, que beba.

Como dice la Escritura: de sus entrañas brotarán manantiales


de agua viva».

Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que


creyeran en él.

Porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún


no había sido glorificado.

Palabra del Señor.

COMPARTE:

Luego de realizada la lectura orante de la Palabra de Dios,


puedes darte tiempo, antes de proseguir, para meditar sobre lo
que Dios está hablando a tu corazón.

Si estás acompañado, luego de ratito de silencio pueden


compartir sus reflexiones.

18
Oración Universal
Si la Vigilia se está realizando de forma individual, se omite la introducción y en cada
petición se ora en un instante por la intención propuesta.

Reunidos para celebrar la plenitud de la revelación del amor de


Dios, en este día gozoso de Pentecostés presentamos nuestras
necesidades diciendo: R/. Oh, Señor, escucha y ten piedad.

• Por la Iglesia, para que unida al Papa Francisco en la caridad,


sea constructora de paz en medio del mundo, Roguemos al
Señor. R/.

• Por los obispos, sacerdotes y diáconos, para que, enriquecidos


con la Prudencia, sigan sirviendo al Pueblo de Dios que se les
ha confiado. Roguemos al Señor. R.

• Por los que gobiernan las naciones para que movidos por la
paciencia, sean servidores de la unidad y de la reconciliación.
Roguemos al Señor. R/.

• Por los hogares, para que valorando la modestia, la castidad,


trabajen unidos en el gozo de la fe y alienten a todos a vivir en el
amor de Dios, roguemos al Señor. R/.

• Por nuestra comunidad Parroquial, para que enriquecida con


los dones del Espíritu de frutos de gracia y sea mensajera de
esperanza y de vida, Roguemos al Señor. R/.
Pueden añadirse algunas intenciones personales y luego e concluye diciendo:

Acoge, Señor, nuestras súplicas confiadas y concédenos la


alegría de servirte con limpio corazón, por Cristo, nuestro
Señor.

R/. Amén

19
Canto
EL ESPÍRITU DE DIOS

El Espíritu de Dios está en este lugar.


El Espíritu de Dios se mueve en este lugar.

Está aquí para consolar,


está aquí para liberar,
está aquí para guiar,
el Espíritu de Dios, está aquí. (Se repite)

Muévete en mí,
muévete en mi
toma mi mente y mi corazón
llena mi vida de tu amor.
Muévete mí, Santo Espíritu,
muévete en mi. (Se repite)

Muévete mí, Santo Espíritu,


muévete en mi. (Tres veces)

Link para la Canción

https://www.youtube.com/watch?v=-WWQE2M2yW4
20
Delante de Jesús Sacramentado

Motivación:
Abrimos ahora una “Ventana Digital” para hacer nuestra visita
a Jesús Sacramentado.

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Nuestra Vigilia se intensifica en Oración, ahora ante la
Presencia viva de Cristo, al que contemplamos en el Pan
Eucarístico.

Él nos aseguró que estaría con nosotros en todo momento, y


nos daría a Aquel que nos llevará a la plenitud de la Verdad.

Promesa que está cumpliéndose esta noche mientras le pedimos


y aguardamos al Don de lo Alto que Él nos envía.

Sea este momento de encuentro, en compañía del mismo Cristo,


lugar propicio para discernir la acción de Dios que el Espíritu,
pronto a ser derramado, quiere favorecer en el alma, corazón y
mente (pensamientos) de cada uno de nosotros.

Sólo el Espíritu Santo prometido, es quien, tomándonos de las


manos, nos puede sacar de lo que fuimos y llevarnos por el
camino a lo que seremos, por medio de su gracia y su virtud.

Es bajo su acción que todos los cambios se hacen posibles.

Por tanto, pidamos al mismo Señor Jesucristo, Pan de Vida y


Alimento de Salvación, no demore más la efusión de su Santo
Espíritu en nosotros.

Link. Adoración a Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar:

https://www.youtube.com/watch?v=AURCl1fX514

22
Tiempo de Oración

Consuelo del Padre

¡Consuelen!

¡Consuelen! Es la voz que resuena en lo más alto del cielo.

¡Consuelen! repiten a una, con Dios, el coro de los ángeles.

¡Consuelen! dices Padre, con tu corazón herido de las penas y


tristezas que hasta ti suben de todos los que claman con dolor
tu santo Nombre.

¡Consuelen!

Y el Consuelo bajó de lo alto cual rocío de hora temprana, que


todo lo cubre en un abrazo de compasión y ternura.

El Consuelo viene de ti Señor, que eres Padre amoroso; en tu


compasión lo infundes y haces que tu Amor sea en Él para
hacer nuevas todas las cosas y así, en ti por Él, tengan un
nuevo existir, más sensible y armonioso, más noble y verdadero,
más justo y bondadoso.

Que tu Consuelo llegue hasta nosotros, Padre de gracia;


derrámalo sin recato y con el celestial encanto que de ti
procede. Haz que todo lo llene de tu divina presencia y así
desaparezca del alma y del corazón toda pena, dolor y tristeza.

Ven Espíritu, Consuelo del Padre que en el Hijo eres dado;


promesa de Amor divino, realización de vida para el ser
23
humano. Sólo en ti se alcanza la plenitud, que tu gracia procura
en el alma y la aviva a ir siempre más allá de lo creado.

Ven Consuelo del alma, que no son las penas las únicas que
agobian al corazón, tu acción es necesaria para vivir el gozo del
Señor. Eres la alegría que el miedo no roba, la razón para seguir
confiando y el motivo para seguir esperando.

Ven Espíritu Santo, Consuelo de alto; ven para no marcharte y


quedarte. Permanece oculto en este corazón que busca amar sin
condición, sin argumentos y sin razón, pues tú eres su
inspiración, el motivo de darse sin restricción y ser de Dios
también consuelo.

Ven Espíritu Santo, eres el Consuelo que el hombre clama, el


Padre proclama y el Hijo derrama.

Amén

Link de la Fuente

Lazos de Fe: Oración: Consuelo del Padre Mí. Revista de Espiritualidad:

https://lazosdefe.blogspot.com/2019/06/consuelo-del-padre.html

24
Canto
ILUMÍNAME, SEÑOR, CON TU ESPIRITU

Ilumíname, Señor, con tu Espíritu


Transfórmame, Señor, con tu Espíritu. (Se repite)

Y déjame sentir,
el fuego de tu amor,
aquí en mi corazón, Señor. (Se repite)

Resucítame, Señor, con tu Espíritu.


Conviérteme, Señor, con tu Espíritu. (Se repite)
Resucítame y Convierteme, Señor.

Y déjame sentir,
el fuego de tu amor,
aquí en mi corazón, Señor. (Se repite)

Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu.


Consuélame Señor con tu Espíritu. (Se repite)
Fortaléceme y Consuélame, Señor.

Y déjame sentir,
el fuego de tu amor,
aquí en mi corazón, Señor. (Se repite)

Link para la Canción

https://www.youtube.com/watch?v=K4GWtTzs59E 25
Momento de Efusión

Este momento es íntimo, personal y único.

Eleva tus manos al cielo, y pide, te sea dado ahora, el Don del
Espíritu Santo.

Te sea concedida la certeza, que justo ahora, aunque sea a tus


ojos imperceptible, está siendo en ti derramada la gracia de
Dios que todo lo en ti lo hace nuevo, y sientas justa ahora, que
este es el momento en el que se inicia tu “después” en el
Espíritu Divino.

Clama al Señor y déjate llevar, aparte este materia, y que tu voz


resuene en acción de gracias.

Veni Creator Spiritus


Link:

https://www.youtube.com/watch?v=vcPwUQDs77w

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SANTA
MISA
Ritos Iniciales

Introducción

Algo hay en nosotros que detiene la acción de la gracia de Dios.

No tengan miedo, nos dijo el Señor, y reiteradas veces, a sus


discípulos le confirió el don de su Paz, con el cual sería
erradicado de sus corazones el temor.

Sin embargo, para vencer definitivamente el miedo que paraliza


la vida en plenitud en nosotros, el Don de Dios, que procede del
Padre y del Hijo, y que con el Padre y el Hijo, es Dios, desciende
hoy sobre nosotros e inunda nuestra alma con fuerza de lo Alto.

Celebremos, más allá de las limitaciones actuales, como


comunidad, como iglesia y como familia; como creyentes y
personas de convicción, la Presencia Viva y Actuante del
Espíritu Santo que todo lo renueva y lo llena de vida.

Digamos en alegría y a una sola voz:

“Ven Espíritu Santo, y renueva la faz de la tierra.”

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En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/. Amén.

Antífona de Entrada
El Espíritu del Señor llena la tierra y todo lo abarca, y conoce
cada sonido. Aleluya. (Sab 1,7)

Saludo
Todos hemos sido bautizados en un mismo Espíritu y todos
hemos bebido de un mismo Espíritu. Que cada uno de ustedes
reciba el Espíritu Santo y que Él esté siempre con todos
ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

Acto Penitencia
Nosotros, tantas veces, no hemos utilizado los dones
maravillosos que el Espíritu Santo continuamente nos ofrece.

Pidámosle a Dios que nos perdone bondadosamente y que abra


nuestros corazones a los dones del mismo Espíritu.

Señor Jesús: Alienta tu Espíritu sobre nosotros que nos quiere


impulsar a entendernos y acogernos, a apreciarnos y a
apoyarnos mutuamente. Señor, ten piedad de nosotros.

R/. Señor, ten piedad de nosotros.

29
Señor Jesucristo: Alienta tu Espíritu sobre nosotros que quiere
unirnos en un mismo amor. Haz que ese amor sea inventivo y
creador.

R/. Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús: Alienta tu Espíritu sobre nosotros para que nos


libere de todos los miedos que nos paralizan y para que nos
mueva a servir con alegría a Dios y a los hermanos.

R/. Señor, ten piedad de nosotros.

Por tu gran bondad, Señor, perdona nuestros pecados, ábrenos


al Espíritu de vida y amor y llévanos a la vida eterna.

R/. Amén.

Gloria
Que el Espíritu Santo nos ayude a alabar a Dios con
entusiasmo y alegría.

G
loria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,


te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;


tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, 30
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

Oración Colecta
Pidamos a Dios nuestro Padre que nos envíe el Espíritu Santo
como lo envió en Pentecostés a su joven Iglesia:

Oh Dios, Padre nuestro:

Haz, te pedimos, que el Espíritu Santo nos sorprenda con el


don del ardor y del vigor cristianos; que nos rejuvenezca y nos
renueve como lo hizo con los miembros de la Iglesia recién
nacida.

Que tu Espíritu renueve nuestros días, nuestro amor y nuestra


vida; que nos traiga ternura y alegría junto con apertura y
acogida para con todos; que nos fortalezca con valentía y coraje
para defender y apoyar todo lo que es recto y justo.

Que el mismo Espíritu nos una en su amor y nos lleve a ti.

Todo esto te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

31
Liturgia de la Palabra

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 2,1-11


Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el
mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, semejante a
una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se
encontraban.

Vieron entonces aparecer unas lenguas, como de fuego, que se


repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a


hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía
expresarse.

Se encontraban entonces en Jerusalén judíos piadosos de todas


las naciones de la tierra.

Al oír aquel ruido, la gente se congregó y quedaron


desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio
idioma.

Enormemente sorprendidos, decían:

«¿No son galileos todos esos que están hablando?

Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar


en nuestra propia lengua?

Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en


Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en
32
Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita
con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o
prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno de
nosotros los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra
propia lengua».

Palabra de Dios.

R/. Te alabamos, Señor.

Salmo 103, 1.24.29-31.34


R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor:


¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor,
la tierra está llena de tus criaturas.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo;


envías tu aliento,
y los creas, y renuevas la faz de la tierra.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

Gloria a Dios para siempre,


goce el Señor con sus obras.
Que le sea
agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra.

33
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los
Corintios 12, 3b-7.12-13
Hermanos:

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es movido por el


Espíritu Santo.

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay


diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay
diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en
todos.

En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Así


como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y los
miembros, siendo muchos, forman un solo cuerpo, así es
también Cristo.

Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido


bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios.

R/. Te alabamos, Señor.

34
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,


descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las
lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.


Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,


lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;


por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

Aclamación antes del Evangelio


Aleluya. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y

enciende en ellos la llama de tu amor. Aleluya.

35
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

A
l atardecer de aquel día, el primero de la semana,
estaban los discípulos en una casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos.

Y en eso entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

«Paz a ustedes».

Y, diciendo esto, les mostró las manos y el costado.

Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús


repitió:

«Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también


los envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

«Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los


pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan,
les quedan retenidos».

Palabra del Señor

R/. Gloria a ti, Señor, Jesús.

36
Credo

C
reo en Dios Padre, Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.

Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,


que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios Padre,
Todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos.

Creo en el Espíritu Santo,


la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida perdurable.

Amén.

37
Oración de los Fieles
Roguemos a Dios Padre que derrame sobre nosotros y sobre el
mundo entero el Espíritu de audacia y de unidad. Y digamos:

R/. Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.

Sobre las iglesias locales esparcidas por toda la tierra, sobre las
comunidades con mil rostros, sobre los cristianos diseminados
por todo el ancho mundo, Señor: derrama tu Espíritu. R/. Que
tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.

Sobre el Papa y demás líderes de las Iglesias, sobre obispos,


sobre todos aquellos que tienen un ministerio de servicio,
Señor: derrama tu Espíritu. R/. Que tu Santo Espíritu renueve la
faz de la tierra.

Sobre los cristianos perseguidos por su fe, sobre los que dudan,
vacilan o flaquean, sobre todos los que buscan a Dios y esperan
al Espíritu Consolador, Señor: derrama tu Espíritu. R/. Que tu
Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.

Sobre los que oprimen a sus hermanas y hermanos, sobre los


que ostentan posiciones de poder, sobre los que son y se sienten
marginados y esclavizados, Señor: derrama tu Espíritu. R/. Que
tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.

Sobre los que extienden y proclaman el evangelio, sobre


aquellos cuya misión es perdonar pecados, sobre aquellos
atrapados por los cepos de sus vicios y pasiones, Señor:
derrama tu Espíritu. R/. Que tu Santo Espíritu renueve la faz de
la tierra.

Por todos ellos te rogamos, Señor Dios nuestro. Envía tu


Espíritu a cada uno de nosotros; que él nos inflame con su
amor siempre, todos los días de nuestra vida, y por los siglos de
los siglos. R/. Amén. 38
Liturgia Eucarística
Con el Espíritu Santo en nuestros corazones, participemos
juntos, con alegría y gratitud, en la acción de gracias de Jesús
nuestro Señor.

En el momento de ofrecer el sacrificio de toda la Iglesia, oremos


a Dios, Padre todopoderoso.

R/. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza


y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa
Iglesia.

Oración sobre las Ofrendas


Oh Dios, Señor nuestro:

Dígnate concedernos que tu Espíritu descienda sobre este pan


y este vino y los llene con la fuerza vital de Jesús, tu Hijo.

Que tu Espíritu descienda sobre nosotros, invitados a sentarnos


a la mesa santa de tu Hijo Jesús, y llénanos con su vida y
alegría.

Que él nos convierta verdaderamente en el Cuerpo de Cristo en


el cual nosotros seamos visiblemente el corazón y las manos de
nuestro Señor y Salvador, que vive y reina por los siglos de los
siglos.

R/. Amén.

39
Prefacio del Espíritu Santo
El Señor Envía el Espíritu Santo a la Iglesia
V. El Señor esté con ustedes

R/. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación


darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.

Él mismo, después de subir al cielo donde está sentado a tu


derecha, derramó sobre tus hijos adoptivos el Espíritu Santo
prometido.

Por eso, ahora y para siempre, con la multitud de los ángeles te


cantamos con fervor, aclamando y diciendo:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.


Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo

40
Plegaria Eucarística III
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP/ Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas


tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con
la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y
congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC/ Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo


Espíritu estos dones que hemos separado para ti, Junta las manos y
traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo: de manera que
sean Cuerpo y + Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor
nuestro, Junta las manos que nos mandó celebrar estos
misterios.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo
requiere la naturaleza de éstas.

Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó


pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión. Después prosigue:

41
Del mismo modo, acabada la cena, Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco
elevado sobre el altar prosigue: tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo
pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORCIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:

Éste es el Misterio de la fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven,


Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC/ Por eso, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión


salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión
al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos,
en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en


ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu
amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu 42
Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo
cuerpo y un solo espíritu.

C1/ Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que


gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la
Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, [san Juan
XXIII] y todos los santos, por cuya intercesión confiamos
obtener siempre tu ayuda.

C2/ Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación


traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y
en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el
Papa Francisco, a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los
presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has


congregado en tu presencia, en el día en que la efusión de tu
Espíritu ha hecho de ella sacramento de unidad para todos los
pueblos.

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos


dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu


amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos
juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la


unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los
siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.
43
Rito de Comunión

Oración del Padrenuestro


No podemos decir “Jesús es Señor” si no es por medio del
Espíritu. No podemos llamar “Padre” a Dios sino por el
Espíritu, que clama desde lo más íntimo de nosotros.

Movidos por este Santo Espíritu, digamos ahora con total


confianza la oración que Jesús mismo nos enseñó.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;


venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males y concédenos la paz de
Cristo en nuestros días, paz que es obra de tu Espíritu.

Por tu bondadosa misericordia líbranos de todos los pecados


que obstaculizan la unidad y la universalidad de tu Iglesia;
protégenos de todo peligro y perturbación y danos la seguridad
de que, incluso en las incertidumbres de nuestro tiempo, el
Espíritu Santo nos conduce hacia adelante, con gozosa alegría,

44
hacia la gloriosa venida de nuestro Señor y Salvador,
Jesucristo.
Junta las manos. El pueblo concluye la oración, aclamando:

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.


Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Señor Jesucristo:

En la noche de Pascua tú dijiste a tus apóstoles: “Mi paz les


dejo, mi paz les doy”.

No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia expectante y


concédenos el Don de lo alto que nos lleve al pleno conocimiento
de la Verdad y nos conceda tú paz ahora y por los siglos de los
siglos.
El pueblo responde:

Amén.
El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:

La paz del Señor esté siempre con ustedes.


El pueblo responde:

Y con tu espíritu.

Como hijos de Dios, intercambiemos ahora un signo de


comunión fraterna.

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en


este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se dice:

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

45
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

Cordero de Dios

El Espíritu y la Iglesia dicen: ¡Ven! Que cada uno que escucha


responda: ¡Ven! Que todos los que tienen sed vengan a beber.

Que todos los que quieran saciarse con el agua de vida la


obtengan siempre como el mejor don. Éste es Jesucristo
glorioso y resucitado, cuyo Espíritu nos impulsa a dar
testimonio del amor de Dios.

Y, juntamente con el pueblo, añade:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra


tuya bastará para sanarme.

Preparación espiritual para recibir la


Sagrada Comunión
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que,
por tu bondad, sirva para defensa de mi alma y mi cuerpo y
sea remedio de salvación. Jamás permitas que me separe
de ti.

46
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:

Hemos escuchado a tu Hijo Jesús, que graciosamente nos ha


dirigido su palabra y con gozo nos hemos alimentado con el
Pan de Vida en su mesa eucarística

Que el Espíritu Santo ponga fuego en esas palabras de Jesús,


que ojalá sigan ardiendo en nuestros corazones y nos sacudan y
nos saquen de nuestra indiferencia.

Haz, Señor, que el Espíritu Santo nos urja y nos impulse a


llegar a ser, los unos para con los otros, como sabroso pan; que
rejuvenezca y edifique a nuestras hermanas y hermanos en su
caminar hacia ti, nuestro Dios de vida.

Todo esto te lo pedimos en nombre de Jesucristo, el Señor.

R/. Amén
Bendición Solemne
En esta eucaristía Dios ha derramado de nuevo sobre nosotros
el fuego vivo y el fuerte aliento del Espíritu.

Ojalá que este mismo Espíritu nos mueva a arriesgarnos con


valentía en nuestro sincera y total entrega a Dios y a los
hermanos.

R/. Amén.

Que él nos dé el valor para transformarnos a nosotros mismos


y a la Iglesia que tanto amamos.

R/. Amén.

Que lleguemos a ser para todo el mundo signos vivientes de la


presencia bondadosa de Dios.

R/. Amén.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, + Hijo y


Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe
siempre.

R/. Amén.

Que el Espíritu Santo mantenga nuestros corazones ardiendo


siempre con el amor de Dios.

Podemos ir en paz, Aleluya, Aleluya

R/. Demos gracias a Dios, Aleluya, Aleluya

48
Inicias
ahora tu
“después”
Mi Después
Notas para el Camino

Mi Después – Notas para el Camino

50
A nuestro encuentro,
sale la Madre de Cristo,
para que vivamos
en el Espíritu Santo
nuestro “después”
Ritos Iniciales

Introducción
Concluido el tiempo pascual, celebramos hoy la memoria de la
bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, fiesta de
resiente data, introducida al calendario litúrgico, por el papa
Francisco.

Esta fiesta nos permite meditar contemplar y celebrar, que el


nacimiento, por designio divino, de la Iglesia y los comienzos de
su misión en el mundo están confiados al cuidado materno la
Virgen María: en la cruz, Cristo nos dio a su Madre por madre
nuestra en el discípulo amado y ella esperó junto con los
apóstoles la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.

Desde aquellos primeros pasos de la Iglesia hasta el día de hoy,


este cuidado materno de la Virgen María se extiende a todos los
discípulos del Hijo. Es una prueba más del insondable misterio
del amor de Dios, que quiso que tuviéramos por Madre a la
misma Madre del Salvador.

Y para nosotros, en nuestro Itinerario del de “un después”,


María, Madre de la Iglesia, toma entre sus manos y nos anima a
caminar con ella, bajo el don del Espiritu Santo hacia la
plenitud de la verdad, la paz, la alegría y la libertad espiritual
en Cristo.

52
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/. Amén.

Antífona de Entrada
Los discípulos perseveraban unánimes en la oración con María,
la madre de Jesús. (Cf. Hch 1, 14)

Saludo
Renacidos por la acción del Espíritu Santo, vivimos el inicio de
nuestro después espiritual. Que la Gracia de Cristo quien nos
dio a María, por Madre, esté con cada uno de ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

Acto Penitencia
El amor y la misericordia de Dios se manifiestan de manera
abundante en la vida de quienes humildes reconocen sus faltas,
errores y pecados.

Yo confieso…

Por tu gran bondad, Señor, perdona nuestros pecados, ábrenos


al Espíritu de vida y amor y llévanos en este después espiritual
que emprendemos a la vida eterna.

R/. Amén.

53
Gloria
Que en María nuestro canto se una proclamación de la Gloria
de Dios.

G
loria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,


te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;


tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

54
Oración Colecta

O
h, Dios, Padre de misericordia, cuyo Unigénito, clavado
en la cruz, proclamó a santa María Virgen, su Madre,
como Madre también nuestra, concédenos, por su
cooperación amorosa, que tu Iglesia, cada día más fecunda, se
llene de gozo por la santidad de sus hijos y atraiga a su seno a
todas las familias de los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo.

R/. Amén.

Liturgia de la Palabra

Lectura del Libro del Génesis 3, 9-15. 20


El Señor Dios llamó a Adán y le dijo: «¿Dónde estás?».

Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque


estaba desnudo, y me escondí».

El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas


desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí
comer?».

55
Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me
ofreció del fruto y comí».

El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?».

La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí».

El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita


tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te
arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo
hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su
descendencia; esta te aplastará la cabeza, cuando tú la hieras
en el talón».

Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que
viven.

Palabra de Dios.

R/. Te alabamos, Señor.

56
Salmo 86, 1-2. 3 y 4. 6-7
R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Él la ha cimentado sobre el monte santo;


y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Se dirá de Sión: «Uno por uno,


todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado».

R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:


«Éste ha nacido allí».

R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Y cantarán mientras danzan:


«Todas mis fuentes están en ti».

R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

57
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya. Mujer ahí está tu hijo. Hijo, ahí está tu Madre. Aleluya.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 19, 25-34

J
unto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de
su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que


amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».

Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».

Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido,


para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».

Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja


empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la
boca.

Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E,


inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que


no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel
sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran
las piernas y que los quitaran.

58
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego
al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús,
viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino
que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y
al punto salió sangre y agua.

Palabra del Señor

R/. Gloria a ti, Señor, Jesús.

59
Credo

C
reo en Dios Padre, Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.

Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,


que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios Padre,
Todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos.

Creo en el Espíritu Santo,


la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida perdurable.

Amén.

60
Oración de los Fieles
Unidos a María, figura e imagen de la Iglesia que un día será
glorificada, presentemos nuestras oraciones a Dios Padre a
favor de todos los hombres.

R/. Acompáñanos Madre en nuestro caminar de fe

1.- Por la Iglesia, pueblo de los creyentes: para que en todos sus
miembros sea llamada dichosa por haber creído que la Palabra
de Dios se cumplirá. Roguemos al Señor.

R/. Acompáñanos Madre en nuestro caminar de fe

2.- Por todos los que lo han dejado todo para seguir a Cristo:
para que sepan, como María, escoger la mejor parte y
entregarse totalmente a lo único necesario. Roguemos al Señor.

R/. Acompáñanos Madre en nuestro caminar de fe

3.- Por los jóvenes y los adolescentes: para que aspiren siempre
a realizar en su vida ideales de pureza y caridad, imitando a la
siempre Virgen María. Roguemos al Señor.

R/. Acompáñanos Madre en nuestro caminar de fe

4.- Por lo que han perdido a los que aman: para que encuentren
en María el afecto y la protección de una madre que recibió esta
misión de su Hijo en la cruz. Roguemos al Señor.

R/. Acompáñanos Madre en nuestro caminar de fe

5.- Por los matrimonios y las familias cristianas: para que sean
escuela de amor y aprecio a la vida frente a quienes, como
Herodes, quieren la muerte de los inocentes que todavía no han
nacido. Roguemos al Señor.

R/. Acompáñanos Madre en nuestro caminar de fe

61
6.- Por todos nosotros: para que sepamos conservar todo lo
referente a Cristo y al reino de Dios, meditándolo en nuestro
corazón. Roguemos al Señor.

R/. Acompáñanos Madre en nuestro caminar de fe

Padre de bondad, que estos deseos que te presentamos


encuentren eco en tu amor generoso, y que nos ayude la
intercesión poderosa de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor
Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

R/. Amén.

Liturgia Eucarística
Con el Espíritu Santo en nuestros corazones, participemos
juntos, con alegría y gratitud, en la acción de gracias de Jesús
nuestro Señor.

En el momento de ofrecer el sacrificio de toda la Iglesia, oremos


a Dios, Padre todopoderoso.

R/. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza


y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa
Iglesia.

62
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, nuestras ofrendas y conviértelas en sacramento
de salvación que nos inflame en el amor de la Virgen María,
Madre de la Iglesia, y nos asocie más estrechamente a ella en la
obra de la redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

Prefacio de la Santísima Virgen María


III
María, Modelo y Madre de la Iglesia
V. El Señor esté con ustedes

R/. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación


darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, y glorificarte como es debido en esta
celebración de la Virgen María.

63
Ella, al aceptar tu Palabra en su corazón inmaculado, mereció
concebirla en su seno virginal y dando a luz a su propio
Creador, también con amor, preparó el nacimiento de la Iglesia.

Ella, aceptando junto a la cruz el testimonio de su amor divino,


adoptó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida
sobrenatural por la muerte de Cristo.

Ella, unida a los Apóstoles en espera del Espíritu Santo


prometido, asoció su oración a la de los discípulos y se convirtió
en modelo de la Iglesia orante.

Elevada a la gloria de los cielos acompaña a la Iglesia peregrina


con amor materno, y con bondad cuida sus pasos hacia la
patria del cielo, hasta que llegue el día glorioso del Señor.

Por eso, con todos los ángeles y santos te alabamos, cantando


sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.


Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo

64
Plegaria Eucarística III
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP/ Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas


tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con
la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y
congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC/ Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo


Espíritu estos dones que hemos separado para ti, Junta las manos y
traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo: de manera que
sean Cuerpo y + Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor
nuestro, Junta las manos que nos mandó celebrar estos
misterios.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo
requiere la naturaleza de éstas.

Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó


pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión. Después prosigue:

65
Del mismo modo, acabada la cena, Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco
elevado sobre el altar prosigue: tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo
pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN CONMEMORCIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:

Éste es el Misterio de la fe.


Y el pueblo prosigue, aclamando:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven,


Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC/ Por eso, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión


salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión
al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos,
en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en


ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu
amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu

66
Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo
cuerpo y un solo espíritu.

C1/ Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que


gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la
Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, [san Juan
XXIII] y todos los santos, por cuya intercesión confiamos
obtener siempre tu ayuda.

C2/ Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación


traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y
en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el
Papa Francisco, a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los
presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has


congregado en tu presencia, en el día en que la efusión de tu
Espíritu ha hecho de ella sacramento de unidad para todos los
pueblos.

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos


dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu


amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos
juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la


unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los
siglos de los siglos.
El pueblo aclama:

Amén.

67
Rito de Comunión

Oración del Padrenuestro


Movidos por el Santo Espíritu que hemos recibido, don del cielo,
digamos ahora con total confianza la oración que Jesús mismo
nos enseñó.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;


venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Líbranos, Señor
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en
nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos
siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador
Jesucristo.
Junta las manos. El pueblo concluye la oración, aclamando:

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.


Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Señor Jesucristo:

68
En la noche de Pascua tú dijiste a tus apóstoles: “Mi paz les
dejo, mi paz les doy”.

No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia expectante y


concédenos el Don de lo alto que nos lleve al pleno conocimiento
de la Verdad y nos conceda tú paz ahora y por los siglos de los
siglos.
El pueblo responde:

Amén.
El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:

La paz del Señor esté siempre con ustedes.


El pueblo responde:

Y con tu espíritu.

Como hijos de Dios, intercambiemos ahora un signo de


comunión fraterna.

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en


este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se dice:

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

Cordero de Dios

Éste es el Cuerpo de Cristo, el Cordero de Dios y el pan que el


Padre nos da.

69
Dichosos nosotros, invitados al banquete que el Señor ha
preparado para nosotros.

Y, juntamente con el pueblo, añade:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra


tuya bastará para sanarme.

Preparación espiritual para recibir la


Sagrada Comunión
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que,
por tu bondad, sirva para defensa de mi alma y mi cuerpo y
sea remedio de salvación. Jamás permitas que me separe
de ti.

Oración después de la Comunión


Después de recibir la prenda de la redención y de la vida, te
pedimos, Señor, que tu Iglesia, por la intercesión maternal de
la Virgen, anuncie a todas las gentes el Evangelio y llene el
mundo entero de la efusión del Espíritu.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén

70
Bendición Solemne
Dios, que en su providencia amorosa quiso salvar al género
humano por el fruto bendito del seno de la Virgen María, los
colme de sus bendiciones.

R/. Amén.

Que les acompañe siempre la protección de la Virgen, por quien


han recibido al Autor de la vida.

R/. Amén.

Y a todos ustedes, reunidos hoy para celebrar con devoción esta


fiesta de María, el Señor les conceda la alegría del Espíritu y los
bienes de su reino.

R/. Amén.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, del + Padre, del


Hijo y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y
permanezca para siempre.

R/. Amén

Marchemos, afrontemos la vida y demos testimonio del amor de


Dios.

Pueden ir en Paz.
R/. Demos gracias a Dios

71
.

Pan de Vida. Guión Litúrgico Festivo. Un Antes y Un Después


Pbro. Lic. Yerko Reyes Benavides
Director de Asociación “Lazos de Fe”
Ediciones Lazos de Fe
www.lazosdefe.blogspot.com
Junio 2022

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