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Vuestra preocupación, como Cristos

en este tiempo, será el deseo grande,


inmenso, de querer salvar a vuestros
hermanos a como dé lugar.
18 de marzo del 2024 ML

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, en algún momento, en Mi Evangelización a los Apóstoles, futuros


sacerdotes, futuros guías del pueblo, Me decían: Enséñanos al Padre, porque Yo
les hablaba del Padre.

La Luz del Padre estaba sobre Mí, estaba en Mí y Yo les decía: El que Me ve a Mí,
ve al Padre. No entendían en ese momento, lo que era la Presencia de Mi Padre
en Mí, vuestro Dios.

Vosotros, tenéis esa obligación, cuando se os da el Don de la vida, vosotros Me


representáis a Mí en la Tierra, no podéis decir: “enséñanos al Padre”, porque no
apreciáis Mi Presencia en vosotros, si así lo permitís. Yo Soy Luz y vosotros estáis
obligados, obligados en el Amor, en Mi Amor, de Mi Santísima Trinidad, de
transmitir esa Luz. Pero ¿qué es esa Luz? Esa Luz Soy Yo, Yo, vuestro Dios, el
Mesías, el que ha venido al Mundo a traeros el Bien del Cielo, a traeros el
Conocimiento del Cielo, a traeros las Verdades y la Vida que se vive en el
Cielo.
Os he dicho que estáis rodeados de pura mentira y esa es la obscuridad con la
que satanás quiere cubrir Mi Luz, Mi Verdad, Mi Presencia entre vosotros. La Luz
es purificadora, es sanadora, es vida, y aquél que acepta seguir Mi Luz, en ese
momento, se vuelve otro Cristo, pero el ser otro Cristo, también implica
obligaciones de Amor.

Os tenéis que olvidar de vosotros mismos, ya no seréis vosotros, seré Yo en


vosotros, y al ser Yo en vosotros, proclamaréis Mi Palabra. Ciertamente, haréis
milagros, seréis perseguidos, seréis negados, daréis vida a los muertos, haréis
todo lo que Yo hice y más, porque estaréis, también, con Mi Padre, que Él es
Todo. Y es Mi Promesa, cuando os he dicho que aquellos que estén Conmigo,
harán Mis Obras y las harán aún mayores, Mis pequeños, pero ya, en ese
momento, como os he dicho, ya no seréis vosotros, seré Yo en vosotros, ya
no habrá soberbia, habrá servicio, ya no habrá ese deseo de tener las cosas
del Mundo, porque ya no las necesitaréis, porque si Me tenéis a Mí, vuestro
Dios, tenéis todo, ya no buscaréis nada más, porque Me tendréis a Mí, vuestro
Dios y el que Me tiene a Mí, Me transmite a los demás, porque Yo Soy el Gran
Tesoro. ¡Es tanto lo que Yo Soy, que vosotros no podéis retenerMe!, y por
eso aquél que Me tiene, Me transmite, porque quiere, también, regalarMe a
todos sus hermanos.

Os he dicho que el Amor, la Fuerza del Amor no la podéis detener, y además, es


un gozo transmitirMe a vuestros hermanos, porque al momento en que Me tenéis
vosotros, en vuestro interior, en ese momento, se os abren horizontes inmensos,
que ni siquiera imaginabais que existieran, y que, además, veis que vuestros
hermanos son pobres en espiritualidad, son pobres en la búsqueda de Mis
Verdades, de Mi Conocimiento, de Mi Amor, y por eso nace en vosotros, almas
escogidas, almas que Me habéis buscado y Me habéis encontrado, queréis
llevarMe a vuestros hermanos, para que ellos también, Me gocen y Me sigan
transmitiendo, y, así van a ser estos tiempos que se han de venir.

Os he dicho que estáis viviendo ahorita, en las sombra y que en un momento


dado, se dará la obscuridad, pero, a los que estáis Conmigo, también os he dicho,
que habrá Luz, Luz en vosotros, Luz que transmitiréis, porque habréis estado
purificados, sanados de todo mal, y vuestra preocupación, como Cristos en
este tiempo, será el deseo grande, inmenso, de querer salvar a vuestros
hermanos a como dé lugar.

Sabéis perfectamente, que eso era lo primero de Mi Misión en la Tierra: primero,


convertir a las almas y luego, atraerlas a Mí. Desgraciadamente, el mal, también
hace su parte y no todas las almas buscan esa perfección espiritual a la que estáis
llamados.

Debéis vosotros, buscarMe con ahínco, con gusto, con un deseo grande de
poseerMe, pero, os repito, en el momento en que vosotros Me miráis a Mí,
vuestro Dios y deseáis, de corazón, el que Yo habite en vosotros, en ese
momento seréis transfigurados. Sobre todo, este es el tiempo en que grandes
milagros veréis, y uno de ellos, será la posesión de las almas de parte Mía. Los
que Me habéis buscado, los que habéis dejado el Mundo, y no quiero decir con
eso, que dejéis los bienes del Mundo, porque éstos se os dieron temporalmente,
para poder subsistir en vuestra misión, sino, Me refiero, a quitaros ese deseo
enfermizo, podría decir, de querer tener más y más, de las cosas del Mundo,
olvidando que el Gran Tesoro, Soy Yo. Esas almas, son las que Me tendrán a
Mí y gozarán grandemente el tenerMe, y también, gozarán, grandemente el
transmitirMe, sois almas elegidas y lo sabéis, Mis pequeños, los que Me habéis
seguido y creéis en que Yo estoy con vosotros y que voy guiando todos estos
acontecimientos de Purificación del Universo entero.

Sois Míos, Mis pequeños, sois Míos, pero para servirMe, para salvar almas,
para dejarMe existir nuevamente, entre vuestros hermanos. Vosotros gozáis
plenamente el tenerMe y Yo gozo grandemente, el que Me améis de corazón.

Os bendigo, Mis pequeños, bendigo a los vuestros, bendigo a todos aquellos que
Me buscan, Yo los tomaré de la mano y os llevaré por caminos seguros.
TeniéndoMe a Mí, Mis pequeños, tendréis seguridad en vuestro caminar y en
vuestra estancia aquí en la Tierra, que es vuestra tarea, que habéis aceptado
tener, para cumplir con lo que Yo os pedí en la Cruz: DadMe almas. Os bendigo,
Mis pequeños.

Gracias, gracias por estar Conmigo.

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