Está en la página 1de 6

EL TUTOR:

El tutor tiene la guarda de la persona del menor, es su representante legal y


administra sus bienes. (Art. 347. C.C.V).

ATRIBUCION DEL PODER DE REPRESENTACIÓN Y


ADMINISTRACION DEL PATRIMONIO DEL PUPILO.-

DE LA REPRESENTACIÓN.-
El poder de representación del pupilo, en principio, corresponde al
tutor ordinario permanente, desde que entra en ejerció su cargo, pero por
excepción se atribuye:

1. Al curador especial, respecto de los actos donde hay oposición de


intereses entre los diversos pupilos sometidos a un mismo tutor (Art.
310, en relación con el Art 270, ap. Últ. C.C.V).
2. Al protutor cuando hay oposición de intereses entre el tutor y el pupilo
(Art. 337. C.C.V, encab.), excepto en los procedimientos de remoción
o excusa del tutor, en los cuales se recomienda a un tutor interino la
representación del pupilo (Arts. 341 y 346. C.C.V) , y en el
procedimiento de oposición al nombramiento del tutor, caso en el cual
la representación del pupilo le corresponde al Procurador de Menores
(Art. 726. C.P.C)
3. Al curador especial previsto en el artículo 311 del Código Civil,
respecto a los actos relativos a los bienes cuya administración se les
encomienda.
4. Al protutor cuando la tutela queda abandonada o vacante en lo que
5. atañe a los actos conservatorios y de simple administración que no
admitan retardo. (Art. 337, Ord. 2°).
6. Al tutor interino, mientras ejerza el cargo y dentro de los limites
señalados en el Capitulo anterior.
7. Según Art. 277. C.C.V donde la reforma privo del poder de
representación a los padres en ejercicio de la patria potestad que no
supieran leer y escribir, Aguilar Gorrondona llega a la conclusión de
que lo mismo ocurre con los tutores analfabetas y de que en tal caso
deberá nombrarse un curador especial al pupilo para que lo
represente en actos civiles.
DE LA ADMINISTRACION.-

“Se entiende jurídicamente por administración, hacer todo lo


indispensable para conservar y hacer producir los bienes integrantes
de un patrimonio”; en este caso del menor tutelado.

Esta administración del tutor comprenderá:

1. Conclusión de arrendamientos por menos de tres años


2. Administrar o manejar los dineros provenientes de la renta de la
enajenación de los bienes del menor, que deben ser depositados en
un Banco a nombre del menor; sólo serán retirados con autorización
judicial y únicamente para gastos estrictamente necesarios.

El tutor podrá realizar, con autorización judicial, los


siguientes actos:
1. Retiro de fondos del Banco para la compra de inmuebles o cédulas
hipotecarias; para la venta de bienes del menor, fuera de subasta y
de escaso valor, para aceptar pagos mediante entrega de bienes.

Actos del tutor con autorización judicial concedida


previa autorización del consejo de tutela:

1. Para hacer gastos extraordinarios en las fincas.


2. Para arrendar bienes del menor por menos de tres años
3. Para liquidar empresa que forma parte del patrimonio del menor
4. Para dar o tomar dinero en préstamo.
5. Para pagar deudas del menor que no sean de pequeña cuantía.
6. Para renunciar herencias y legados a favor del menor.
7. Para permitirle el ejercicio de una industria
8. Para celebrar contrato de sociedad a nombre del menor o continuar la
establecida por su causante.
9. Para convenir con la demanda.
10. Para transigir
11. Para hacer petición extrajudicial de bienes.
EXTENCION DEL PODER DE REPRESENTACION DEL
TUTOR.-
El poder de representación del tutor tiene como limites su finalidad que
es la de remediar la incapacidad del pupilo. En consecuencia, como el pupilo
es un menos no emancipado afectado por lo tanto por una incapacidad
negocial que en principio es plena, general y uniforme, el poder de
representación del tutor se extiende en principio a toda clase de actos
jurídicos.

Sin embargo, no se entiende dicha representación a:


1. A los actos estrictamente personales que no se pueden realizar por
medio de representante o que solo puedan realizarse mediante
representante voluntario. De estos actos se trató a propósito de
extensión del poder de representación del padre que ejerce la patria
potestad.
2. .A los actos relativos a intereses económicos del menor, pero respecto
de los cuales el tutor por excepción no tiene ningún poder de
administración.
3. A los actos para los cuales el pupilo tiene capacidad plena o limitada.

Los actos celebrados por el tutor fuera de los límites de su poder de


representación o sin haber cumplido las formalidades habilitantes exigidas
por la Ley, están viciados de nulidad relativa que sólo puede invocarse por
parte del pupilo, ya sea personalmente o a través de representante. (Art. 336.
C.C.V).

BIENES SOMETIDOS A LA ADMINISTRACION DEL


TUTOR.-
En principio, están sometidos a la administración del tutor todos los
bienes que se encuentran en el patrimonio del pupilo; pero por excepción, no
lo están:
1. Los mismos bienes de cuya administración no podría ser
privado el menor si estuviera bajo patria potestad (Art.
273.C.C.V, encab), ya que para excluirlos de la administración
tutelar existen las mismas razones
2. que determinaron al legislador a excluirlos de la administración
paterna.
3. Los bienes confiados al curador especial previsto en el artículo
311 del código civil.
4. Los bienes adquiridos por el pupilo en una sucesión en la cual
el tutor era indigno de suceder, por aplicación analógica de lo
dispuesto respecto del padre en el artículo 813 del código civil.
5. Los bienes que subroguen a los anteriores.

EXTENCION DEL PODER DE ADMINISTRACION DEL TUTOR.-


La Ley prohíbe al tutor la realización de algunos actos, le impone la
celebración de otros, subordina la validez de otros actos al cumplimiento de
formalidades habilitantes (a veces la autorización judicial; otras veces, la
audiencia del protutor), y calla respecto de los demás. Frente a esa realidad,
se presentan dos teorías opuestas en cuanto a la extensión de los poderes
de administración que corresponden al tutor.

A. Según la teoría de la plenitud de poderes, el tutor no tiene en la


administración de los bienes del pupilo otras limitaciones que las
establecidas por la Ley cuando le prohíbe ciertos actos, le ordena
otros y le exige formalidades habilitantes para otros. Esta teoría es
apoya en: Si la Ley en una disposición general atribuye la
administración del patrimonio del pupilo al tutor (Art, 347. C.C.) y luego
en orden a ciertos actos de gestión patrimonial sujeta al tutor a
determinadas limitaciones, resulta evidente que el legislador no quiso
limitar sus facultades en orden a los demás actos de la administración
de dicho patrimonio.
B. Según la teoría de los poderes de administración, el tutor no puede
realizar por sí solo sino los actos de simple administración, de modo
que para realizar actos de disposición requiere el cumplimiento de
formalidades habilitantes, aun en los casos en que no lo exija una
norma expresa de la ley. En nuestro derecho el argumento
fundamental a favor de la teoría sería que la Ley exige a los padres en
ejercicio de la patria potestad, autorización judicial para realizar
cualquier acto de disposición, y que no puede admitirse que el
legislador haya conferido al tutor poderes más extensos que al padre
o a la madre que ejerce la patria potestad.

Se entiende que si la ley permite al tutor realizar sin necesidad de


autorización judicial ciertos actos para los cuales se exige al padre o a la
madre esa autorización, es porque sobre el tutor existe mayor control (lo
vigila un protutor, debe presentar estados anuales de su administración, tiene
constituida una garantía para responder de las resultas de ésta, etc.).

OBLIGACIONES DEL TUTOR:

1. Al entrar al cargo.
Practicar inventario judicial de los bienes del menor, antes de encargarse
de su administración. Constituir o dar (caución real o personal) antes del
discernimiento del cargo, salvo que fuera tutor legitimo; prestar promesa,
bajo juramento, de guardar fielmente la persona y bien del menor y
declarar el monto de su crédito, si fuera acreedor del menor; esto antes el
discernimiento.

2. Durante la Tutela.

3. Al fin de la tutela.
BIBLIOGRAFIAS

- Emilio Calvo Cova. Código Civil Venezolano.


Comentado y concordado.

- José Luis Aguilar Gorrondona. Derecho Civil I.


Personas

También podría gustarte