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Dos cartas

sobre el
conocimiento
del arte
ALTHUSSER / DASPRE

CARTA DE ANDRE DASPRE Esta preocupadón de rigor en el


En ocasión del debate sobre el hu- análisis es extremadamente positi-
manismo, Louis Althusser, además va; lo digo porque lo pienso y no
de otros camaradas, han establecido por atenuar los comentarios que
ima distinción radical entre la cien- siguen: Pero creo que d equivoco
da y la ideologia para recalcar bien aparece a partir del momento en
que sólo el conocimiento cientiflco que Althusser estudia el papd de
tíebe valor: «Qjnfundir ambos ór- la ideología. Si bien es legítimo opo-
denes seria prohibirse todo conoci- ner de manera general cientía é
miento».* Fierre Macherey demues- ideología, me parece sin embargo»
tra que el debate es imposible entre muy pdigroso. hablar de manera*
AltfauÍMer y Semprum, aquél hablan- general de la ideología como de u»
do el lenguaje de la teoría y éste cónjimto casi coherente.
d de la kieologie.* Igualmente | .
I b « f l ^ que declara: «El mmámo » 1* Notwdle CHtique, Nb, 164, p. 4.
«t «Mi denda. H laaxximo hatí» » La Nomreíle Critíque, No. 166, p. 1 ^
tcai d lenguaje de Ui ideologio.* • La Nbnvde CUtiqn^ ife, 171.
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Si tomamos jimtos religión, arte y tienen por d contrarío un valor
moral, no podremos, pormitinios irreemplazable.
más que comentarios a^Mroximativos. Louis Althusser se qu^a con razón
Althusser no niega evidentemoite justa de la impresión que rodea el
las distinciones por establecerse en-concepto del «culto de la persona-
tre d arte y la moral por ejemplo; lidad»; se pregunta por qué no ha
pero éstas no le interesan en ese ar- sido planteado este problema «en
ticulo y las descuida. Pero a partir términos de teoría». En efecto, eso
del momoito en que se ha definido debe ser objeto de reflexión. Pero
cuidadosamente la exigencia de rigor habría que agregar que sí los teóri-
que caracteriza la ciencia, todo aque-cos no han sabido cernir con exac-
llo que no es la ciencia se reen- titud la realidad de ese fenómeno
cuentra, desde el punto de vista del histórico, los artistas no los han es-
ccniocimiento, casi al mismo nivel: perado para analizarla. Y también
el del equívoco, de la inadecuación. eso merece reflexión.
Lo malo es que llegamos entonces Pienso, por ejemplo, en la extraordi-
•a una definición n^ativa de los di- naria novda de Soljenitsyn, Un
ferentes campos de la ideología, que día de Iván Denisovitch, y en d
deja evidentemente escapar la origi- monumento cuya importancia ja-
nalidad del arte, de la moral, etc. más se repetirá demasiado. Es evi-
Es esto' lo que me impulsa a pre- dente que estas, dos novdas no son
sentar algunos comentarios sobre la la simple ilustradón de un análisis
fundón del arte desde el punto de teórico ya que éste está aún por
vista dd conocimiento. hacer. Menos aún resulta sex un
simple reflejo de la realidad pasiva-
Habría primero que desechar, y de- mente r^trado por d escritor. En
iinitvamente, esa idea de que el arte ambas obras las contradicdones sal-
es un simple reflejo de la realidad. tan a la vista; d absurdo puesto a
De hecho el arte no es jamás, ni plena luz. 0 lector se siente en
aún el arte naturalista, un simple posesión sobre lo real y la novela
reflejo de lo reaL El artista se en- se vudve. como, dice Althusser de
trega a un trabajo de óbaexvadón, la ideología en general, «un histru-
de elaboración y de transcripción mento de acdón reflejado sobre la
de lo real del cual {««senta una Historia».
interi»«tadón original. Las informa- Pero ¿o^o podría d arte afectar
dones sobre la realidad que nc» la realidad, pesar sobre ésta, si no
muestran las obras no aoa tampoco ofredera un oonodmiento váUdo de
una simple descriptiéa de lo real; la misma?
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Hace algunos años, }ean Mercenac, esfuerzan por camufli^ear 1M es-
reseñando en L'Humanité una ex- tructuras del capitalismo. Sea. Pero
posición de Picasso, decia más o me- Engels subraya bien que Balzac, a
nos: «Ful a ver cómo nos iba>. No . pesar de sus opiniones monárquicas
considero esta frase como una ocu- ha visto el fin de sus queridos aris-
rrencia. Estoy persuadido de que po- tócratas y ha visto las fuerzas del
demos encontrar nuestro destino futuro allí donde se encontraban.
insoito en la obra de Picasso. Este célebre comentario entraña una •
El arte además no se limita a hacer- pregunta: ¿por qué Balzac el nove-
nos conocer el presente; U^a a ade- lista escapó a sus propios perjuicios?
lantar a la Historia. Elsa Triolet ha La respuesta parece ser la siguien-
insistido varias veces sobre lo que te: todo sucede como si Balzac hu-
ella llama "el mimetismo de la rea- biera sido empujado, por lo que pu-
lidad con relación a la cosa escrita" diéramos llamar la lógica de su arte,
y ha dado algunos templos que dan a abandonar, en su trabajo de no-
que pensar. Es la misma idea ex- velista, algunas de sus concepcicfhes
presada por Aragón cuando dice políticas.
sobre Femand Leger: Sucedería con Balzac (y con muchos
otros) casi el mismo fenómeno ^ue
'Et d'abord il prend a la dispro-
se produjo —matatis mutandi»—
[portion des choses réelles
con un sabio idealista que se vio
Les traits du présent pour
obligado por las necesidades de su
[raveiúr mais Isientót
investigación, a distinguir entre las
C'est le paysage qui va 1* imiter
verdades del laboratorio y las de la
[dans sa démarche et sa pensée
oratoria.
Le décor du monde aura 1' air de
[suivre une mode par lui lancee... El artista no puede omiprender,
C est la vie elle-méme qui s'est adelantar o suscitar la historia más
• [mise a le copier a la plagier * que si antes ha tomado cierto co-

A 'menudo me he preguntado qué 4 "Y primero toma de la desproporcfóa


habfa enccmtrado Engels en Balzac [de las cosas reales
Lo» i«sgos del presente para el futuro
que no estuviera en los tratados de [pero pronto •
Economía. Comúnmente se comenta Es el paisaje el que va Imitarlo en su paso
lo siguiente: Balzac, porque es rea- [y su pensamiento
lista, nos da -sobre la sociedad dé La decoración del mundo parecerá s e ^ r
su tiempo transformaciones mucho [una moda lanzada por &...
más valederas que los historiadores Es la vida miitii que se ha puesto a
' [copiarlo y a plagiarlo".
y los economistas burgueses que se (N. de T.)
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nodmiaito de la realidad. Es en este Lo que hace irrdraplazable el cono-
señtúio que ^tiende la frase de cimiento artístico, es precisamente
Lukacs: «Toda gran literatura es que éste no entra en competencia
realista».* con d conocimiento dentifico, sino
La cuestión que se plantea entonces que se sitúa a otro nivel Es a nivel
es, evidentemente, saber qué for- del hombre que se coloca el artista,
ma de conocimiento' nos aporta el de las rdaciones vividas entre los
arte. hombres. G>ii d artista la historia
se vuelve humana. Profundizamos
Tenemos ahi materia para un estu- en la complejidad de lo. concreto.
dió- profundo, estudio bosquejado Para el sabio, es la debilidad esen-
aquí o allá, pero-que no ofrece aún dal del arte. Pero d milagro del
una respuesta satisfactoria. No obs- arte consiste en situarse a nivd de
tante una frase, también de Merce- lo individual y de dar no obstante
nac, me llamó la atención, en un nu- una lección valedera para todos: este
men) rédente ^e Lettres Francaises: éxito constituye d aporte irr«npla-
«Siempre he lamentado que F. Jo- zable del arte.
liot-Curie no haya jamás llevado a
Veo en eso una de las razones de
cabo aquel proyecto de que me ha-
la neceddad del arte, necesidad que
blara cuando la muerte de Eluatd,
fundamenta la libertad del artista.
, sobre un estudio comparado de la
La libertad dd artista sólo será real
ópeadón poética y de la creadón
en vm% sodedad sodalista en que
dentffíca, dd cual pensaba que hu-
d arte no sea considerado como pa-
biera, tal vez, desembocado sobre satiempo u ol^eto de comerdo, pero
tmá identidad de pasos». Creó que sobre todo donde admitamos que te-
nos equivocaríamos al subestimar nemos algo esencial que i^trender
semejante comentario cuya impor- de los artistas.
tancia estriba evidentemente en que
ha sido hecho por alguien acostum- Desde este punto de vista, d Par-
brado al leiq^je dentifioo. Lanza- tido comunista francés, gradas pri-
dos en esta direcdón, las Investiga- mero a hombres como Maurice Tlio-
cfcmes precisas pueden llevamos a rez y Aragón, no solamente ha co-
reconsiderar no pocos juidos. Y, des- rregido crasos errores, sino que ha
de ese punto de vista, sería segura- abierto una nueva vía. Á^pún día
mente muy ben^doBo reflexionar nos daremos cuenta de que ha sido
aobre los análisis de Badii^ard, tan una suerte para d Partido o(»nunista
luitables coando M refieren al pen- francés, contar con Picasso y Aragón,
samiento dentifioo-como cnando son
• U NbavcOe QMqae^ No. 196^157.
¿iJicadoa « la creadón poética. p. «1.
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Lurcat, L^er y EluaroL Aún cuando muestra que el análisis filoaófica
no se les oia, estaban ahi y no de- económico o político puedb tamn
jaban de plantear problemas. Em- una apariencia suficiente de rigiv
pezamos desde hace algún tiempo a para equivocar los espíritus m i ^
interesamos especialmente pos ellos. res. De hecho es la experiencia la
Y encuentro como algo caracterís- que ha brindado la mej(» critica del
tico de nuestra época ver a Les dogmatismo. Los soviéticos han em;-
Gabfers.du Communisme consagrar pezado a preguntarse seriamente so-
un largo estudio a La Mise á Mi»t bre el valor de las concadenes mi-
con este intercambio de cartas que^ litares de Stalin después de los re-
bastante tímidamente, atrae la dis- veses del Ejérdto Rc^Oa como b
cusión sobre problemas fundamen- demuestra Simonov en Los Vivos
tales. De hedbo, aún no estamos y los Muertos,» es por esto que me
acostumbrados a tomar nuestro bien sorprende no encontrar, en d trans-
de los artistas —a pesar— del gran curso de esa discusión, el recordato-
esfuerzo de todas nuestras publica- rio de que la ogperienda verifica
dones, empezando por L'Humanité. siempre finalmente el valor de la
Pero cuando se tiene la suerte de teoria. En el número espedal «¿Ha-
ser contemporáneo de un libro como da dónde vas China?», los colabo-
La Mise & Mort, habría que hacer radores de La Nouvelle Critique pu-
un esfuezo suplementario: habría sieron el énfasis en esta concepdón
que organizar la audición colectiva. vduntarista de la construcdóh del
Fierre Abraham estima que después sodalismo que vuelve al idealismo y
de ese libro no puede ya eso^birse al despredo del hombre, siendo uno
ima novela como antes de él;.tal de los errores de los dirigentes <^-
vez que no pueda ya paitarse igual nos que «la revoludón» sea con^-
que antes de leerla. derada fuera dd movimiento his-
H debate soíire el humanismo es tórico ie lo sodedad humana con-
tamUén un debate sobre los medios creta».^
a emplear para superar los errores Desde ese punto de vista, en la
de lo que llamamos «el culto de lucha que creemos librar contra d
la personalidad». dogniatismOk d artista, en la niedida
Aldiussor propone volver a un es- en que queda por supuesto Ubre,
tudio riguroso de la teoria mandsu. [Hiede aportar ima contribudón ori-
Esto me parece indispensable I^ro
que se me permita, pensar que e^o « V», por q'emplo, l u preguntas de
no seria suficiente. Brionkov a Síntsov (Tomo 4 pp. ÍSÍ y
dg.)
El ^empb dd pasado rédente noa » L« Nottvdle Critique, No. 19^^ 811.
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ginal de gran valor. Creo que es pudiera ereerse —como diría, creo,
en ese sentido que puede interpre- Pi<»S8o— qué hoy día nadie hace
tarse la larga declaración de Fu- nada malo.
miantsev en la Pravda del 9 de Pero en verdad, me parece que los
septiembre de 1965; después de re- comunistas han cometido otro error:
cordar las tareas y las responsabi- ¿no se ha comprendido d arte du-
lidades de los artistas, Rumiantsev rante largo tiempo como una simple
defendía la libertad del artista con- ilustradón de la política? Pudiera
tra todo dirigismo y rechazaba toda decirse que demasiado a menudo las
idea «de reducir el arte y la litera- celaciones entre el Partido y los ar-
tura a nada más que material para tistas iban en una sola direcdón;
la demostración pedagógica».* el artista escuchaba bien al Partido,
Que se entienda bien. No se trata pero el Partido no escuchaba al
de «defender» la ideología, que no artista más que si la obra de este
lo necesita. Ni de confundir cono- último se presentaba como un co-
cimiento dentifíco y conocimiento mentario directo de su política. De
artístico; tanto menos de despreciar ahí los malentendidos. Por ejemplo,
el primero para exaltar el segundo. aquél que consistía en redbir con
La reflexión rigtirosa sobre los con- admiradón sincera, con reoonod-
ceptos fundamentales del marxismo miento real, a las palomas de Picasso
sigue siendo necesaria. Y particular- {mientras se mostraba una inquie-
mente, si queremos llegar a un mejor tud visible ante el resto de su pro-
conodmioito del arte, de sus orí- ducdónl Del mismo modo con la
genes, de su fundón, es indispen- cuestión del retrato de Stattn: st vi-
sable arimil^r el método de Marx mos entonces diev^rse una violenta
para aplicarlo a la estética. tepffdbadón contra Picasso y Aragón,
es que tal vez, en d fondo, no se
Pues hay que evitar un peligro, aquél
concedía a los artistas 'más que una
que consistiría en promover una
confianza limitada. En fin, en mi
espede de religión del arte. Séve ha
opinión, d erre»' más extendido en
demostrado* c ^ o dertas filosofías
el movimiento.obrero hasta época
se disolvían en una ola estética, có-
rédente no consistió en hacer dd
mo se llegaba a expresar que «la
arte ima religión, sino más bien « i
verdadera denda, es d arte». Tam-
ccnuiderarlo ctmio una actitud se-
Uén es verdad que los faegps de
cundaria.
¡«labras, el bizantinismo de dertt»
críticos de arte o criticas literarias . s La Noavdle Oitique, No. 169.
de moda aumentan aún más la con- * La pUIowphie (rancaise contempo-
fusión y favwecen a los diarlatanes: raine, EdMons «ociakt, pp. 59 y sig.
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Este error ha sido, hoy, en gran lles. Como no habla del ar|^ coft-
parte, corregido. Sin embargo queda dbo que se pueda pr^tuitar, si ^
aún, por hacer. He aquí por qué arte debe sor o no colocado como
me ha parecido útil subrayar que, tal entre las ideologías, muy pre-
al lado del conocimiento cientifíco, cisamente si el arte y la ideología son
la obra de arte pudiera aportamos una misma cosa. Es así, me parece
cierta forma de conocimiento de lo como tú has tenido la tentación de
real del cual no hay derecho a pri- Interpretar mi silencio.
varse. Al presentar estos comenta- El problema de las relaciones del
rios no he tenido evidentemente la arte y la ideología es im problema
pretensión ni de haber aportado una muy complejo y difidl. Puedo sin
solución a los problemas que he embargo decirte hada qué vías %
encontrado ni aún de haber abor- dirigen nuestras investigadones.
dado esos problemas correctamente.
Me parecen, sin onbargo, tan esen- Yo no ubico el arte verdadero «itre
ciales de nuestra; época que he tra- las ideologías, a pesar de que él arte
tado por lo menos de evocarlos; tiene una reladón totalmente sin-
pensando-que mejor era presentarlos gular y específica con la ideología.
de manera discutible que no discu- Si quieres hacerte una idea de los
tirlos en absoluto, lo cual tendría primeros elementos de esta tesis, y
el inconveniente de dejar creer que de los desarrollos muy complejos que
no hay problemas. anunda, te aconsejo leer con gran
atención d artículo de Pierre Ma-
cherey consagrado a «Lenin, critico
RESPUESTA DE de Tolstoi» en el número de La
LOUIS ALTHUSSER ' Pensée de 1965." Por supuesto, ese
La revista me ha comunicado tu artículo no es mes que un comien-
texto. ¿Quisieras permitirme, ya no zo pero presenta bien el problema
responder todas las cuestiones 'que de las reladones entre el arte y de
¡dantea, pero por lo menos agregar la ideología y de la espedfiddad del
algunos comentarios a los tuyos, en arte. Es en ese sentido que traba-
la línea de tu propia reflexión? jamos, y esperamos publicar de aquí
Quiero que sepas, primero, que estoy a unos meses estudios importantes
perfectamente consciente del carác- sobre este asimto.
ter muy esquemático de mi articulo Ese articulo te dará igualmente una
sobre el humaniano. Presenta, lo primera idea de la reladón entre él
has visto, el inconveniente de dar arte y el conodmiento. El arte (ha^
una idea «masivat de la Ideología,
sin entrar en el análisis de loa deta- 10 La Nouveile Critique, No. 121.
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Uo diA arte ai^^táitioo y ao de 1M de nutrirse, una vista que supone
oi«»s de nivel medio o mediocre), un letrocesot una toma de distancia
no nos brinda en Mittido estricto im interior sobre la ideología misma de
conoctmlento, por tanto no reem- la que emanan sus novelas. Nos de-
jdaza d ocmocimiento, (en el sen- jan «petdbir» (y no conocer), un
tido modtímo: el conocimiento cien- poco desde adentro, por una distan-
tífico), pero lo que nos da contiene, cia interior, la ideología misma de la
sin embargo, cierta relac^i espe- cual son tomadas.
cifica con el conocimiento. Esa rela- Estas distindcmes, que no son sim-
ción no es una relación de identidad ples matices, sino diferencias espe-
sino- una relación de diferencia. Me cíficas, deberán permitir, en ¡«top
explico. Creo que lo que correspon- di»o, resolver derto número de jao-
de al arte es cdqamos ver», «de- blemas.
jamos sentir», algo que haga alusión
Primero d problema de las «rela-
a la realidad. Si tomamos el caso
dones» dd arte y de la denda. Ni
de la novela, Balzac o Sol]enits)rn,
Balzac ni Soljenitsyn nos dan el
ya que los dtas, nos dan algo que
conocimiento dd mundo que nos
. ver, que perdUr y no que oonocer)
describen, nos dejan solamente
que hace alurión a la realidad. Hay
«ver», «perdbir» o «sentir» la rea-
que tomar, en su sentido atricto,
lidad de la ideología de ese munda
las palabras que componen esta
Cuando hablamos de ideología, de-
primera definición provisoria para
bemos saber que la ideología se
evitar la caída en una identificadón
desliza en todas las actividades de
de aquello que nos brinda el arte
1(» hombres, que es idéntica a k>
y lo que nos brinda la cienda. Lo
«vivido mismo de la existenda hu-
que el arte nos da a ver, nos lo da
mana: es por lo que la forma en que
en la forma del «ven», del «perd-
nos es «dado ver» la ideología en la
hir» y del «sentir», (que no es la
gran novda tiene por contenido d
forma del omooor) es la idedbgfa
«vivido» de los individuos. Este «vi-
de la cual nace, en la que se baña,
vido» no es algo «dado», lo dado de
de la que se desprende como arte,
una «realidad» pura, ¡fino lo «vivi-
y a la que hace alusión. Macherey
do» espontáneo de la idedogía en
k> ha demostrado bien en el caso
su reladón propia a b> real Esto
de Tolstoi^ prolongando los análisis
es, importante pues 'nos pttmite
de Limin.. Bakac y Soljenitsyne nos
comprender que d arte «>tienenada
bfiíMla una «vista» sobre la ideo-
que v& a » una r^id«l que le es
logía a la cual su obra no defa de
pitnpte • si, exdugivfunentie a tm
hacer alusión, y de la cual no cesa
donaink» propio de k realidad dd
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cual tendría el monopolio (eso de canismo que produce las «ocmdu-
lo cual tienes la tendencia de dedr siones» a partir de las «premisas».
cuando dices que «con el arte el Tal distinción es importante, pvm
conocimiento se vuelve humano», permite comprender que una novela
que el objeto del arte es «lo indi- sobre el «culto», no importa cuan
vidual»), mientras que la ciencia profunda sea, sí bien puede atraer
tendría que ver con otro dominio la atención sobre los efectos «vivi-
de la realidad, (digamos, en oposi- dos» del «culto», no puede dar la
ción a lo «vivido» y a «lo indivi- inteligenda de éstos: si puede pon^
dual»: la abstracción de las estruc- en el tablero la cuestión del «culto»,
turas). La ideología es también ob- o puede deBnir los medios que per-
jeto de la ciencia, lo «vivido» es mitan llevar remedio a esos mismos
tambiéb objeto de la ciencia, lo efectos.
«individual» es también ol^'eto de
la ciencia. La verdadera diferencia De igual forma, esos pocos princi-
entre el arte y la ciencia está en la pios eltínentáles, permiten tid vez
forma ej^iedfica en que nos brindan, indicar la vía por la cual podemos
de manera totalmente distinta, el esperar encontrar respuesta a otra
mismo objeto: el arte en la forma pregunta que haces: ¿Cómo es que
de «ver» y de «percibir» o de «sen- Balzac, a pesar de sus opciones po-
tir», la ciencia en la forma del co- líticas personales, nos «da a ver»,
nodmiento (en sentido estricto: por bajo una forma critica lo «vivido»'
conceptos). de la sociedad capitalista? No creo
que como dices tú, «él haya sido im-
Puede decirse lo mismo en otros tér- pulsado por la lój^ca de so» arte a
minos. Sí Soljenitsyn nos «da a abandonar, en su trabajo de noive-
ver» lo «vivido» (en el sentido an- lista, algunas ele sus cbnoepdooes
teriormente definido), no nos da de políticas». Sabemos por el contrario
ninguna manera el conodmiento dd que Balzac jamás abandonó sus po-
cidtD y de sus efectos: ese conod- siciones políticas, reaccionarias, que
miento es el conocimiento concep- jugaron un papel dedsivo en la pro-
tual de los mecanismos complejos ducción del contenido de su obra.
¡que terminan por producir .lo «vi- Es sin duda una paradoja, pero es
. vido» de qiie habla la novda de S. asi, y la historia m» ofrece nume-
Si quisiera aquí aún hablar el len- rosos ejemplos, sobre'los cuales Man
guaje de Si^noza, diria que d arte ha llamado miestra atención (sol»e
aos da «a ver» «conclusiones sia Balzac, te envío el articulo de R.
premisas», mientru que el oonod' FayoUe en el número especial de
miento nos hac« penetrar tn d me* EuH^ de 1965). Se trata de C«K»
II»

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de detorsión de sentido.muy fre- tión de la relación entre el arte y
cuentes en la dialéctica de las ideo- el conocimiento, debemos i»oducir
logías. Veamos lo que dice Lenin un «conocimiento del arte».
de Tolstoi id. el articulo de Ma- Tú tienes conciencia de esta nece-
cherey): la posición ideológica per- sidad. Pero debes saber igualmente
SODBI de Tolstoi forma parte de las
que, sobre este capítulo, estamos aún
causas profundas del contenido de muy lejos de ese conodmienta El
sVi obra. Que el contenido de la reconocimiento (aún político) de la
obra de Balzac y de Tolstoi se «se- existencia y íte la importancia del
para> de su propia ideología políti- arte no constituye un oonodmiento
ca, la hace «ver> en derta forma jdei arte. Tampoco pioiso que pue-
^sde «fuera», la hace «percibir» dan tomarse como prindpios de co-
por una toma de distancia interior nocimiento los textos que dtas, y
a esa ideología, supcme esa ídeádogía también Joliot-Curíe, dtado por
misma. Puede ciertamente decirse Marcenac. Para dedicar una palabra
que es un «efecto de su arte de ro- a la frase atribuida a Joliot, ésta
manceros, producir esa distancia in- contiene una terminología: «crea-
terior a su ideología, que nos la dón estética, creación dentífica»,
hace «percibir» pero no puede de- ciertamente muy extendida, pero que
cirse, como lo haces tú, que el arte debe ser en mi opinión, abandonada
«powe una lógka prenda» que «hace y reemplazada por otra para poder
abandonar a Balzac sos conc^pdo- plantear convenientemente el pro-
nes pditicas». Por el contrario: es blema ' del conocimiento del arte.
penque las conserva qne paeAe pro- Bien sé que el artista, como el afi>
ducir sil obra, es porque se luihiere donado al arte, se expresan e^Mm-
a su ideología política que puede táneameiue en términos de «crea-
producir en eUa esa «distancia» in- dón», etc. Es un lenguaje «espon-
terior que nos dará sobre ella una táneo,» pero sabemos, después de
«mirada» crítica. Marx y Lenin, que todo lenguaje
Como ves, para poder contestar a «espontáneo» es un lenguaje ideó-
la mayoría de las preguntas que nos lógioo, y que conlleva una ideología^
{^antean la existencia y la natiua- aquí del arte y de la actividad pro-
kza especifica del arte, estamos obli- ductora de los efectos estéticos. Co-,
gados a producir un «conocimien- mo todo conocimiento, d txmod-
to» adecuado (científico) de los pro- miento del arte supcme una nqitura
cesos que producen el «^ecto esté- previa con el lenguaje de la espoa-
tico» de una obra de arte. Dicho de tanddad ideológlc», y la oonstitu-
otro modo, para responder a la cues- dón de un duerpo de conceptos den-
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tíficos para sustituirlo. Hay que te- meditar cuidadosam^te tedas sus
ner conciencia de la necesidad de implicaciones y las consecuendas,
esta ruptura con la ideología para quitándose d sombrero para poder
poder pretender la constitución del pasar rápidamente a «otra cosa...»
edificio de un conocimiento del arte. Además creo que la única forma de
Es tal vez aquí que me permitirís poder volver a un conocimiento real
expresar una franca reserva s o ^ del arte, de profundizar la espe-
lo que dices. No hablo tal veZ' exac- cifiddad de la obra de arte, de co-
tamente de lo que qcderés o qvdsie- nocer los mecanismos que producen
ras decir, hablo de lo que dices efec- el «decto estético», es justamente
tivamente. Cuando opones «la re- la de detenerse largamente, con la
flexión rigorosa sobre lo» Gohceptos mayor atendón, en los «piiadpios
del mándame» a «otra cosa», y par- fundamentales del mandsmio» y no
ticularmente a aquello que IK» ofre-^ apurarse én «pasar a otra cQ$a»,
ce el arte, creo que estableces una pues si se pasa muy rápidaiaente, a
comparación, o bien cc^a. o ilegiti- «otra cosa», se cae no raí un ctme-
ma. El arte, al aportamos efectiva<< dmiento dd arte, sino en una ideo-
mente otra cosa que la denda, no logía del arte: por ejemplo ea h¿
orea una oposidón entre ambos, si- ideolc^a humanista latente qvi^
no una diferenda. En revandia, se puede ser Inducida pM" lo ^jue tít
trata de conocer el arte, hay que em- llamas relaciones entre d arte y «k»
pezar necesariamente por «la oon- humano», de la «creadón» artísti-
cepdte riguros» aobre los c o n c ^ ca, eta
tos fundamentales dd marxismo»:
Si hay que recjirrtr (y es éste un
no hay otra vía. Y cuando digo:
trabajo larga y arduo) a «los prin-
«hay que empegar...» no basta de-
dpio» fundaméntale» del mandano»
cirio. hay que haoerlo. Si no, VIBQ
para podw ptantear correctamente
puede f¿dlmente salir de apuros con
«1 conceptoa que no sean los con-
quitarse el sombrero al pasar, como:
ixpUx IdeoK^^»* de la eápcnatand-
«Althuaier propone volvn a nnestu-
dad e^tédúB, sino coiKeptos dentf<
dio r^^voso de la teoría marxista.
fieoa adecuados a su objeto y, por lo
Eso me parece Indispensable. Que me
tanto, coseeptos necesariamente
sea pemdtide pmsar que eso no bas^
tíeaevm, no es para silenciar d arte,
tara...'» Es la única vardttfow crft
o saqri&ario a la denda: es send-
tica que te hadar hay un laode de;
BaiÉiente para ocmooerio, y darle lo
dedarar tal exigida «indlspenasb
qm le es debido,
Ue», que consiste justagienté eB
preadiuiir de día, m piesdndtr df V í'T^jfe^Crit'we, No. 175,
abril de I9G6.

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Pensamiento Crítico, Habana, nº 10, noviembre de 1967. www.filosofia.org


OCTUBRE 1917

Pensamiento Crítico, Habana, nº 10, noviembre de 1967. www.filosofia.org

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