Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Algunas veces lo que hacemos ver al mundo es una ilusión. Eso es así hasta que todo
a tu alrededor explota y tu verdadero ser es revelado. Entonces, todo lo que tienes es
amor para protegerte.
Después de años de ser educado por una estricta tía política, Kiplin es ahora libre, y
está listo para dejar que su puma salga de fiesta. Eso es hasta que descubre que tiene un
hermano que es uno de los Cambiaformas Perdidos y el hombre es tan conservador como
se puede ser.
¿Les será posible a ambos superar sus diferencias? ¿O serán demasiado diferentes para
encontrar el verdadero amor?
1ITdebo suponer que es el acrónimo de Information Technologies, lo que quiere decir tecnologías de la
información.
La salida de Kiplin
Cambiaformas perdidos
Libro 31 3
Stephani Hecht
Capítulo uno
Kiplin estaba relajado en su sofá, mirando su programa favorito, Steve Wilkos2; no es
como si alguien necesitase saberlo, cuando llamaron a la puerta. Soltó un suspiro de
exasperación. Justo cuando ellos estaban a punto de revelar el resultado del detector de
mentiras. Ahora nunca iba a saber quién era el padre del bebé, ni tampoco si los chicos
habían estado engañando a su novia. Apagando la televisión, gruñó de frustración,
entonces se dirigió a la puerta.
Cuando la abrió, se encontró cara a cara como uno de los secretarios de Mitchell.
¡Genial! Las cosas se ponían cada vez mejor. Como era habitual, el secretario lo miró de arriba
a abajo antes de fruncirle el ceño. Kiplin simplemente puso los ojos en blanco en
respuesta. Hacía mucho tiempo que se había acostumbrado a las miradas de
desaprobación. De hecho, si un día iba por donde no conseguía miradas de soslayo de
alguien, se sorprendía. Kiplin sabía que era el penique cuadrado en una colección de
monedas, y lo aceptaba con orgullo.
4
Por lo tanto, ¿qué pasaba si Kiplin no prefería el pelo al rape como la mayoría de los
otros soldados? Él prefería tener su pelo rubio en un faux-hawk3. Así como los numerosos
piercings que tenía, los cuales no le hacían daño a nadie salvo a Kiplin. Además, si el Sr.-
con-un-palo-metido-en-el-culo quería un espectáculo, entonces Kiplin podía desnudarse
y mostrarle todas sus herramientas. Si había alguna parte donde Kiplin pudiera
agujerearse, entonces tenía un piercing en él. El pobre individuo probablemente se
desmayaría del asombro si los viera todos.
¡Mierda! Esto no puede ser bueno. Kiplin hizo un recuento mental, intentando imaginar
qué podía haber hecho para haberlo metido en la boca del lobo esta vez. Se le ocurrieron
una tonelada de razones. La mayoría de las cuales terminaría con él haciendo una guardia
extra. De hecho, si Mitchell quería, podía sentenciar a Kiplin a la garita de guardia para
el resto de su vida.
2Es un programa de la televisión estadounidense de charlas que trata de temas serios como los judiciales.
3Es un corte de cabello consistente en mantener una cresta en medio, sin necesidad de rapar el resto como
ocurre con el mohawk, que sería la cresta al estilo mohicano.
Kiplin no se comportaba bien cuando no tenía nada que hacer salvo holgazanear
como ocupación. La última vez que le habían puesto de guardia terminó volando en
pedazos la garita y matando a dos cambiaformas ratón en el proceso. Pero lo último no
era realmente por su culpa. ¿Cómo iba a saber que habían construido una madriguera
bajo uno de los edificios de la coalición? Por lo que concernía a Kiplin, los gatos y los
ratones no se llevaban bien, así que no tenían nada que hacer allí.
Cuando hizo saltar por los aires la garita, había estado preparando algunos fuegos
artificiales para el pasado cuatro de julio. Las cosas simplemente ocurrieron de tal forma
que se le fueron de las manos y había perdido el control de la situación. Algo que parecía
ocurrirle muy a menudo.
Sabiendo que no había manera de eludir lo inevitable, Kiplin empezó a salir por la
puerta. Sólo por divertirse, se aseguró de invadir el espacio personal del secretario. Podía
estar siguiendo órdenes, pero no iba a ponérselo fácil a nadie. El secretario se echó hacia
atrás tan rápido que fue asombroso que no dejase una grieta en la pared.
5
Kiplin se detuvo y puso una exagerada expresión de asombro.
Eso era algo que Kiplin ni siquiera podía comenzar a rebatir. No solo era por el hecho
de que tenía la afición de enfadar a la gente por su actitud de “jódete”, sino también
porque era un luchador un poco antideportivo. De acuerdo, era totalmente antideportivo.
Si su equipo salía en una misión, haría cualquier cosa para derrotar al oponente; les
escupía en la cara, luego les propinaba un coscorrón, los atacaba desde atrás… no había
nada fuera de los límites si estaba implicado Kiplin.
Lo que le sorprendía era por qué la mayoría de los soldados no tenían su actitud.
Estaban en una jodida guerra, ¿y se preocupaban por las formas en la batalla? Al
principio, le parecía claro que ellos tarde o temprano abrirían los ojos y estarían de
acuerdo con su forma de pensar. Pero para su sorpresa, nunca lo hicieron.
Kiplin meneó ligeramente la cabeza cuando comenzó a dirigirse a la oficina de
Mitchell. El secretario intentó escurrirse y adelantarlo para guiarlo por el camino. Eso
solo hizo que se riese.
—No te preocupes. Sé el camino hasta allí. No es mi primer viaje a la guarida del jefe.
De hecho, se puede decir que es una tradición semanal. Lo que me recuerda, nunca te
envió antes a buscarme, así que debes ser nuevo. ¿Cuál es tu nombre?
El secretario era un animal pequeño obviamente. Era tan pequeño y delgado que
parecía como si Kiplin pudiera hacerlo volar con solo un resoplido de su aliento. Tenía el
pelo rubio cortado al estilo de Richie Cunningham4. ¡Mierda! El chico incluso iba vestido
como un memo; llevaba puesta una camisa roja de buena calidad, abotonada hasta el
cuello, con un par de pantalones de vestir. Dios bendito, incluso llevaba unos mocasines.
6
—Era uno de los cambiaformas perdidos. Me encontraron cuando me transformé
durante las clases en la universidad y asusté a todo el mundo —dijo Alman.
—¿Cómo lo supiste?
Kiplin suspiró.
—Pura suerte.
—Bueno, deberías de haber escuchado a los otros chicos en la clase. Uno incluso me
llamó demonio, mientras el profesor literalmente se meaba por los pantalones. Entonces
las cosas se pusieron peor.
4 Richie Cunningham
—Por supuesto.
—Está bien si dices que mierda o que jodido. Ambos somos mayorcitos.
—Lo que sea. Algunos humanos estaban entrando con una red realmente enorme
cuando llegaron Carson y Keegan a rescatarme. Me trajeron para aquí y es donde he
estado durante el último par de meses.
— ¡Lo sé!
Esa respuesta hizo que Kiplin quisiera golpearse la cabeza en la pared más cercana.
Debería haber sabido que el sarcasmo pasaría volando justo por encima de la cabeza de
Alman. El chico probablemente ni sabría lo que era una broma aunque viniera y le pateara
los huevos.
Alman hizo los honores de llamar. Hubo un ligero e incómodo momento de silencio
hasta que la fuerte voz de Mitchell los invitó a entrar.
Alman abrió la puerta para Kiplin, pero el secretario no entró.
Kiplin le lanzó una mirada con los ojos entrecerrados mientras pasaba al lado del
hombre. Lo menos que Alman podía hacer era quedarse para proporcionarle algo de
apoyo moral. Aunque ellos se acabasen de conocer era todo lo que Kiplin tenía.
Una vez que entró, la puerta se cerró detrás de él con un ruido sordo, ominoso.
Entonces se percató de que no solo estaba él en la oficina de Mitchell. Estaba Kyle 5, el
aguafiestas de la coalición, y su pareja, el cual estaba realizando su mejor personificación
de GI Joe. Jesús, María y José; el hombre tenía su pelo rapado y llevaba puesto el uniforme
de faena de la coalición. ¿Quién se vestía con esa cosa si no era para entrenar o trabajar?
La única gracia que tenía era que todos llevaban el mismo uniforme negro de la coalición.
Incluso así, se desprendía de él tan pronto como podía al final del día.
Pero no era por eso por lo que estaba allí. La había jodido de alguna manera, y
Mitchell lo iba a destripar de nuevo. El hecho de que hubiera testigos para contar cómo
le machacaban el culo, era algo nuevo. Normalmente, Mitchell tenía algo más de tacto
8
que eso, pero oye, había una primera vez para todo.
—¿Qué hice esta vez? —preguntó antes de dejar salir un enorme suspiro.
—Estoy seguro de que has hecho una tonelada de cosas por las que mereces ser
castigado, pero lo creas o no, por una vez, no es por eso por lo que te he mandado venir
hasta aquí —dijo Mitchell. Señaló la silla vacía que estaba al lado de la del súper
soldado—. Siéntate.
5 Kyle tendría que llamarse Marty, porque así es como Stephanie llamó en su anterior libro, no sé a qué
se debe ese cambio, me he vuelto a leer La derrota de Lawson y no he encontrado ninguna referencia, así que
metieron un gazapo.
—¿O qué? ¿Vas a pelearte conmigo? Mejor te lo piensas dos veces, compadre. O
quizás no recuerdas lo que ocurrió la última vez que luchamos.
Eso provocó que Kiplin se ganase otro gruñido. Le correspondió simplemente con
una sonrisa. Él no era Shane, pero eso no significaba que no le gustase sacar a relucir la
mierda de vez en cuando. Siempre conducía a toda clase de cosas divertidas.
—Como sabes, Kyle llegó a la coalición hace solo unos meses —empezó Mitchell—.
Cada vez que llega un cambiaformas nuevo, recogemos una muestra de su sangre para
ver si están relacionados con algún cambiaformas que ya estuviera en la coalición con la
esperanza de que podamos reunirlos.
—Hemos recibido los resultados del test de ADN de Kyle, y muestran que es tu
hermano pequeño —dijo Mitchell.
Él entonces sonrió. Como si fuese la mejor cosa del mundo. Como si Kiplin hubiese
ganado la lotería o algo así. Pero, por otro lado, Mitchell era un fanático de todo lo
relacionado con la familia, así que por lo tanto probablemente pensaba que Kiplin
también lo hacía.
Kiplin señaló su propio pecho, luego señaló la pequeña y frágil figura sentada dos
sillas más allá.
—No hay una jodida manera de que esté emparentado con él.
—Pero si obvias la ropa, los piercings, los ridículos cortes de pelo y los diferentes
tamaños, tienes que admitir que tú y Kyle os parecéis —señaló Mitchell.
Kiplin se inclinó hacia delante para hacer otro comentario de listillo, cuando Lawson
lo agarró por un brazo. Tampoco era un agarre ligero, sino uno que dejaba moretones.
Kiplin le lanzó a Lawson una mirada divertida.
—Vas a tener que hacer mucho más que eso para impresionarme. En caso de que no
lo hayas escuchado, tengo una de esas tristes historias que todo el mundo parece tener.
Mi tía no me amaba mucho, por lo que le gustaba pegarme. Eso me hace bastante tolerable
al dolor.
—¿Cómo es que te las arreglaste para ser salvado, mientras que yo fui abandonado a
merced de los cuervos? —preguntó Kyle.
Kiplin supo la respuesta a eso, pero no quiso lanzar sobre el chiquillo más mierda de
la que ya tenía. Después de todo, según Mitchell, ambos eran hermanos, por lo que eso
significaría que Kyle sería el único pariente vivo que tenía. Camiseta sencilla o no,
tampoco estaba dispuesto a herir a Kyle. ¿Además, cómo se le decía exactamente a
alguien que su tía con el corazón negro había abandonado a Kyle para que muriese de
hambre, porque era el pequeño de la camada? Su tía, sin duda, había visto que Kyle no
sería nada salvo un malgasto de su tiempo, dado que no era lo bastante grande para ser
un soldado. Su vicioso cerebro nunca se habría percatado que estaba abandonando a un
11
bebé para arreglárselas solo.
—No sé. Nuestra tía debió de haberte extraviado entre los escombros. Me dijeron que
las cosas fueron realmente caóticas en ese momento —Kiplin contó una mentira a medias.
Después de todo, las cosas habían sido un completo follón ese día.
Levantó la vista y observó que los ojos de Mitchell eran duros debido a la furia. En
principio, pensó que el enfado estaba dirigido hacia él, pero pronto se dio cuenta de que
era con su tía con la que estaba enfadado. Casi deseó que ella no se hubiera ido
pacíficamente mientras dormía. Hubiera sido más justo que hubiera tenido que
enfrentarse a Mitchell por todos los pecados cometidos. Mitchell no era despiadado muy
a menudo, pero una vez que lo era, todos corrían para buscar protección.
—Somos hermanos. Así que estás unido a mí, te guste o no. Te aviso, no soy
exactamente el hombre más popular por aquí.
—Sin ofender, pero no me voy a mudar con vosotros, chicos —dijo Kiplin. La última
cosa que quería hacer era renunciar a la poca privacidad que tenía.
Kiplin quería decirle a Kyle exactamente cómo se sentía sobre los lazos familiares y
ponerse todo cálido y confortable porque todos amaban a todos. Pero no las tenía con él.
Su crianza de mierda había arruinado a Kiplin para que alguna vez le fuese posible
relacionarse con alguien durante más de cinco minutos.
Pero entonces, Kyle alzó la mirada hacia él y Kiplin vio cuán ansioso y necesitado
estaba. Supo que no había manera de que pudiera dejar que el chiquillo se deprimiera.
Preferiría morderse el interior de su mejilla y sufrir un dolor prolongado e irritante, que
permitir que su recién aparecido hermano se deprimiese, lo cual era un tanto divertido
dado que no se había estado mintiendo a sí mismo cuando dijo que no quería preocuparse
de nadie. Aun así, de repente, se encontró que tenía un enorme instinto de protección de
hermano mayor.
Kiplin gruñó.
—Vale, me sentaré con vosotros.
Kyle le sonrió.
—Yo no me emocionaría demasiado dado que Kiplin normalmente come solo, por su
reconfortante personalidad —dijo Lawson.
—¡Ay! No hay motivo para traer a colación mi falta de amigos —protestó Kiplin.
—Está bien, Kiplin, tendrás un montón de amigos ahora que eres mi hermano —dijo
Kyle emocionado.
Kiplin dejó salir un gemido. Tenía el presentimiento de que su vida nunca iba a ser
igual de nuevo.
13
Capítulo dos
Brody miró la fábrica abandonada y destartalada e intentó lo mejor que pudo no dejar
que sus dudas lo amedrentasen. North le había avisado que la coalición se vería así desde
fuera, pero que las cosas eran totalmente diferentes por dentro. Aunque por el momento
estaba teniendo problemas para creerlo. ¿A quién estaba engañando? Estaba teniendo
problemas para confiar en cualquiera en ese momento, incluso en los miembros de su
propia familia. Después de todo, sus propios padres y hermanos lo habían traicionado de
la peor manera posible.
De acuerdo, quizás North había estado en lo cierto. Había más en este lugar de lo que
aparentaba originalmente. Nadie tendría tantas salvaguardias en un viejo agujero de
mierda de fábrica a menos que hubiera algo importante dentro.
Una vez que Brody llegó a la garita, surgió una cabeza. Al instante reconoció por el
olor al hombre como un jaguar. Tenía el pelo castaño a mechas, los ojos marrones y era
tan alto y musculoso que era un milagro que encajase dentro del pequeño edificio.
—No jodas, ¿quieres? Son las nueve y nadie está descansando de todos modos —dijo
otra voz.
Echó un vistazo y vio que había otro jaguar dentro. Él parecía una versión en
pequeño del anterior. Brody inhaló profundamente y le fue posible saber que eran
hermanos. Ellos incluso se parecían a pesar de la diferencia de tamaños.
—Por lo tanto, ¿qué hicieron para ganarse estar de guardia? —preguntó Brody. Nadie
conseguía ese trabajo a menos que hubieran enfadado a alguien.
Siempre había sido demasiado curioso para su propio bien, lo cual era lo que le había
puesto en su actual situación para empezar. Pero aun así no podía evitarlo. Si había una
pregunta que hacer, simplemente la escupía. Siempre había sido así, incluso cuando era
niño. A menudo salía a merodear fuera de su manada, porque había estado entusiasmado
con ver lo que el mundo podía ofrecerle. Qué asco que descubriese que había más mal
que bien por ahí.
—Brent hizo volar el coche de Mitchell —dijo el más pequeño de los jaguares.
—No te creas ni una palabra de lo que Keegan diga. Todos estuvimos involucrados.
15
Incluso Andrew. El mocoso simplemente se las arregló para correr más rápido que
nosotros, por lo tanto se libró —dijo Brent, con una expresión de amargura en el rostro.
—Solo porque nunca dejas la oficina de Carson. Estoy comenzando a pensar que te
has convertido en un cambiaformas mota de polvo.
—Si lo hubiera hecho, habría cambiado y cagado en tu cama hace mucho tiempo
atrás. Quizás esté en la oficina de Carson todo el tiempo, pero sabes que necesitamos
desesperadamente algunos buenos IT. A la mayoría les dispararon durante el ataque.
—Lo siento, pero si vosotros dos sois la primera línea de defensa, me dejáis menos
que impresionado.
Brent levantó un arma y Brody se dio cuenta de que había estado dirigida hacia él
todo el tiempo. Si hubiera hecho algún movimiento en falso, no dudaba que Brent le
habría disparado sin pensarlo dos veces. Tragó con fuerza. Vale, así que los dos jaguares
no eran solo un par de descerebrados como ellos originalmente parecían.
16
—Lección aprendida —dijo Brody, su voz unas pocas octavas más altas.
Lo salvó el ver a North acercándose. Como Brody, compartían los mismos rasgos
asiáticos, aunque el cabello de North tenía un estilo mejor y estaba más cuidado que el
suyo. Tampoco era solo porque había pasado los últimos tres días huyendo. El pelo de
Brody estaba siempre ligeramente enredado, como un me-importa-poco lo que parezca.
Tenía cosas más importantes que hacer que preocuparse por cómo se veía. O bien se había
acostumbrado. En ese momento, no sabía lo que le deparaba el futuro. Justo ahora, su
mayor preocupación era encontrar una nueva coalición para vivir y rezar para que su
antigua manada nunca descubriese donde se estaba ocultando.
—Brody, es un placer verte —dijo North con una cálida sonrisa de bienvenida.
Como siempre, solo ver a North hizo que el nivel de estrés disminuyese un par de
grados. North tenía ese efecto calmante sobre él. De haber estado solos, Brody habría
corrido hacia su primo y le habría dado un gran abrazo. Pero no quería quedar como un
tonto delante de los hermanos jaguar. La última cosa que quería era que los miembros de
esta coalición pensaran que era un debilucho o algo así.
— ¡Eh!—interrumpió Brent—. ¿Cómo es que Brody es una pantera, mientras que
North es un zorro? Alegáis que estáis relacionados, por lo que deberías ser la misma clase
de cambiaformas.
—Qué Dios le ayude —murmuró Keegan, sus ojos se volvieron tristes con lo que
parecía ser empatía.
—Pensé que había alguien llamado Keegan que estaba relacionado con el líder de la
coalición —dijo Brody.
—Por lo tanto, ¿por qué consideras tan malo que sea parte de tu grupo ahora? —
preguntó Brody.
—Pensé que eras amigo de Shane, y Carson es mi pareja, en caso de que lo hayas
olvidado.
—Ya hablamos del uso de ese término —lo interrumpió North con un tono adusto.
—Ahora que estás aquí, ¿vas a decirme que te hizo escapar? —preguntó North.
Brody deseaba fervientemente poder hacerlo. Se sentiría tan bien desahogarse con
alguien. Aún así, no tenía el último retazo de pruebas que necesitaba. Aunque, una vez
que lo hiciese, podría ser el final de su antigua manada, porque habían traicionado a
todos los felinos de todos los lugares.
Llegaron a las puertas que los conducirían al interior. Justo como había esperado,
tenían un código numérico y un escáner de retina. North tuvo que hacer ambas cosas
antes de que las puertas se abrieran para ellos. Una vez que lo hizo, entró en su versión
de Disneyland.
Brody era un enorme fanático de la IT, pero nunca había tocado la mitad del
equipamiento que estaba delante de él. Sí, sí, sí, el resto de las cosas parecían bastante
bonitas, pero solo podía centrarse en los ordenadores y los monitores. Eran una obra de
arte y quería jugar con ellos. Era como llevar a un niño a una tienda de dulces y decirle
que no podía probar nada.
—Eh —gritó finalmente North. Por el volumen utilizado, se dio cuenta de que no era
la primera vez que su primo intentaba llamar su atención.
—¿Así que me sería posible jugar con todo este equipo? ¿Durante todo el día? —dijo
Brody.
North le sonrió.
A Brody no le importaba. Trabajaría los tres turnos si era preciso. Había estado
alejado de un ordenador tanto tiempo que la yema de sus dedos dolía por estar sobre un
teclado para así poder hacer funcionar su magia.
Fueron hasta una pequeña oficina oscura y abarrotada. Carson estaba de espaldas a
ellos. Incluso así, podía decir que era diferente a la mayoría de los cambiaformas. No era
solo por el cabello negro de Carson con reflejos rojos, sino también porque había hecho
muchas modificaciones personales en el uniforme de la coalición por lo que apenas era
reconocible. Tenía una par de auriculares puestos y parecía perdido en su trabajo.
—Eh, Carson.
Carson saltó un par de centímetros antes de sacarse los auriculares y girarse. Brody
no se sorprendió al ver que el cambiaformas tenía numerosos piercings, la raya del ojo
pintada y parecía totalmente irritado por haber sido interrumpido.
—¿Qué infiernos? Casi me cago encima. ¿Me perdí otra cita o algo así? Si lo hice,
20
quiero hablar contigo sobre eso. Estoy lo bastante seguro de estar mucho mejor ya y no
necesito más sesiones de terapia —dijo Carson.
—No estás en ningún punto más cerca de haber terminado. Quiero ver tu culo en mi
oficina mañana a las seis. Si no apareces, iré a tu casa y haré que todos tus cuñados te
arrastren hasta mi oficina.
—No —lo cortó Brody—. Se podría decir que soy la oveja negra de la familia.
21
Capítulo tres
Kiplin se despertó sobresaltado, de lo primero que se dio cuenta era de que tenía un
punzante dolor de cabeza. Se sentó, masajeando sus sienes, percatándose de que se había
quedado dormido con el uniforme sucio y de que olía fatal. Maldita sea, siempre había
odiado comenzar el día así.
A pesar de saber que debería ducharse y luego ponerse un uniforme limpio, se dirigió
a la cocina primero. El café estaba gritando su nombre y no podía denegar su llamada.
Colocó una mano amorosa sobre su Keurig6 mientras le preparaba una taza rápidamente
de un brebaje que era tan fuerte que podría haber sido el doble del alquitrán. Tan pronto
como terminó, agarró la taza y tomó un trago enorme, a pesar del hecho de que el café
estaba hirviendo.
Después se dirigió al baño a lavarse. Fue la ducha más rápida de su vida. El estúpido
de él se había ofrecido voluntario para trabajar en el turno de día. La última cosa que
22
quería era que la sirena sonase mientras estaba desnudo y todo enjabonado. Aunque tenía
un claro sentimiento de que si apareciese en la batalla en esa condición, nadie estaría
demasiado sorprendido. El pensamiento a la vez lo divertía y lo deprimía un poco.
Kiplin no era estúpido. Sabía que destacaba por su loco cabello, su actitud de mierda
y todo su oscuro atuendo. Por eso, todos permanecían alejados de él y no se arriesgaba
a intimar con nadie. Había salido escaldado bastante en el pasado y no iba permitir que
ocurriese de nuevo.
Una vez que Kiplin había terminado de ducharse, regresó a su habitación y se puso un
uniforme limpio. Bueno, los recogió todos del suelo, les hizo un test de olor y eligió el
que no olía demasiado mal. Soltó un suspiro cuando comenzó a ponerse la ropa. Sabía
que había rebasado el tiempo para bajar a la lavandería. Simplemente odiaba tener que
hacerlo. Los enfermos bastardos de allí abajo siempre insistían en remendar todos los
agujeros de la ropa de Kiplin. Luego, tendría que pasar medio día descosiéndolos para
abrirlos de nuevo.
Se sentó en el borde de la cama y se puso las botas. Ponía un cuidado extra en sus
botas, asegurándose de que no hubiera manchas en ellas y brillasen. Mientras que a
Mitchell no le importaba que se hiciesen modificaciones en los uniformes, el líder era
riguroso con el calzado. ¿Por qué? Nunca le había sido posible imaginarlo, pero era la
única regla que siempre seguía. Había visto a un soldado aparecer con las botas sucias y
Mitchell había puesto al pobre gilipollas de guardia durante un mes. Esa era una
oportunidad que iba a evitar.
Uno de los mapaches, el que era el más pequeño pero que tenía la boca más grande,
saludo a Kiplin con la mano de forma falsa y exagerada.
—Ja. Ja —respondió Kiplin sin humor—. Si dejaseis de meteros con mi mierda cada
vez que vengo aquí, entonces podría convertirme en un visitante más asiduo.
—Entonces invítame a venir para jugar a las cartas o al Jenga, hasta entonces, dejad
mi mierda jodidamente en paz.
Kiplin se sentía como si estuviese golpeando la cabeza contra una pared. ¿Por qué
demonios Mitchell había acogido a estos malditos mapaches? Desde que estos bichos
peludos y pequeños habían aparecido, habían hecho para Kiplin la vida un infierno.
Habían empezado al llamarle Kippy, luego pasó a ser las alteraciones desautorizadas de
24
su ropa.
—Simplemente, por favor, intenta tenerla lista tan rápido como puedas. No me queda
ninguna prenda limpia y tendré que pedirle algo prestado a Carson si no me la tienes
rápido. Odio ponerme sus cosas. Siempre apestan a Keegan.
No era que Keegan fuese un mal chico o algo así. Era solo que oler el aroma de la
pareja de Carson por todos lados le servía para recordar lo solo que estaba. Sin embargo,
moriría antes que decirlo en voz alta.
El pequeño mapache, cuyo nombre creía que era Davey, le lanzó una sonrisa
diabólica.
—¿Prometes que no vais a coser ningún agujero o joderla de cualquier otra manera?
—preguntó Kiplin, entrecerrando los ojos.
—De acuerdo —dijo Kiplin, dado que conocía la mayor debilidad de los mapaches—
. Os traeré diez bolsas de malvaviscos.
Hubo unos cuantos jadeos en la sala y uno de los mapaches de hecho soltó un chillido
de deleite. Davey intentó echarse un farol, pero Kiplin podía oler la emoción
desprendiéndose del hombre.
—Mejor que sean de los grandes. No queremos esos cutres y pequeños del tamaño
de un bocado —dijo finalmente Davey—. Y tienen que ser blancos. Odiamos esa mierda
coloreada.
Por supuesto, tenían que ser quisquillosos. Pero si conseguía su ropa antes de que se
terminase el día, estaba dispuesto a hacer un poco de trabajo extra. Como fuera, tenía
puesto su último par de calzoncillos limpios y eso lo ponía en una situación extrema.
25
—Bien, tienes un trato —dijo Kiplin.
Solo estaba feliz de que los malvaviscos fuesen baratos, dado que había fundido cerca
de la totalidad de su última paga en una nueva consola de videojuegos. Claro, significaba
que tendría que soportar comer en la cafetería hasta que le volvieran a pagar, lo cual era
algo que detestaba hacer. No había nada peor que sentarse en una mesa solo. Era como
si tuviese una plaga o algo. Según Kiplin, que no era tonto, sabía que era porque él era un
pato en un estanque lleno de cisnes. Sabía que no debería quejarse demasiado dado que
el mismo se lo buscó, pero no significaba que doliese menos.
Una vez que hubo terminado, se dirigió a su mesa de costumbre. No era muy grande,
solo para dos comensales que estaba encajonada en una esquina. Estaba incluso en
penumbra, así la mayoría de la gente olvidaba que él estaba allí. No molestaba a nadie y
ellos no lo fastidiaban, por lo que era la situación perfecta.
Kiplin cogió la porción de pizza, con la esperanza de que el hambre que sentía
pudiera superar su disgusto por esa comida. Porque si vomitase en medio de la cafetería,
nunca superaría la vergüenza. Como si pudiera, media coalición ya pensaba que no era
más que un gran payaso.
Cuando la silla enfrente de él fue arrastrada hacia fuera y alguien se sentó, la cabeza
de Kiplin se sacudió con la sorpresa. ¿Quién en su sano juicio podría querer sentarse con
26
él? Alzando la vista, el corazón hizo pum y luego dos veces pum. No quería parecer un
completo salido y gilipollas, porque esa era la última cosa que era, pero el chico era tan
atractivo que parecía que había bajado del cielo. Aunque parecía estar relacionado con el
clan del Dr. North, dado que ellos tenían facciones faciales similares, este chico parecía
de lejos más despreocupado.
—El Dr. North no mencionó que iba a venir un familiar de visita —dijo Kiplin.
—¿Qué te hace pensar que estoy relacionado con el Dr. North? —preguntó el extraño
con una ceja levantada.
—Yo… yo no quería decir eso… lo que estaba intentando… joder… soy tan
gilipollas… lo siento.
Kiplin apoyó los codos en la mesa, entonces apoyó el rostro en sus manos. ¡Maldita
sea su estúpida boca! Solo necesitaba embutir un calcetín en ella luego cerrarla con cinta
de embalar. Lo salvaría de un montón de problemas. Eso seguro.
—No te preocupes, no pasa nada. Solo te lo estaba haciendo pasar mal. Es algo que
27
me gusta hacer cada vez que conozco a alguien nuevo.
La última cosa que quería era algún hombre excavando en su sesera. No solo era un
lugar tenebroso en el que estar, además tenía bastante mierda que quería mantener
encerrada por seguridad. Ahora era casi feliz y quería seguir de esta manera.
—Formo parte del ejército. Salgo y peleo con el resto de los soldados —dijo Kiplin,
esperando la expresión de asombro en el rostro de Brody.
—Por lo tanto, ¿tengo que suponer que has aprendido formas alternativas de lucha?
—Sí, de pelear sucio. Nada está fuera de los límites si vienes a por mí.
Brody sonrió y fue una sonrisa tan sensual que Kiplin estaba encantado de que la
mesa estuviese escondiendo su ingle. De otro modo, las cosas podrían haberse vuelto un
poco molestas. No había nada peor que un accidental conoce a mi pequeño amigo.
28
—¿Qué trucos sucios utilizas? —preguntó Brody, esa sonrisa todavía en su lugar.
—¿Qué más?
—Lo que tu llamarías; agarrarlos por el cuello, meterles los dedos en los ojos,
llamarles hijos de puta… gamberradas comunes y corrientes.
—En mi opinión, todo me parece justo. Después de todo, estás en una guerra y tienes
que hacer lo que sea para sobrevivir hasta la siguiente batalla.
Brody bufó.
—Eso es una gilipollez. Apostaría que cada uno de esos soldados ha hecho más de
una de esas cosas en el calor de la batalla. Simplemente son demasiado cobardes para
admitirlo.
Kiplin nunca lo había pensado de esa manera, dado que estaba demasiado ocupado
desviando la atención de las duras críticas que venían en su dirección. Le dolió y le
enfadó un poco saber que los otros soldados habían estado haciendo de él una cabeza de
turco todos estos años.
29
Brody le dedicó una enorme sonrisa.
Kiplin no se atrevió a decirle a Brody que no había tenido ningún amigo en su vida.
El pensamiento de tener uno parecía un tanto agradable. A pesar de que le gustaba
aparentar que no le importaba ser un gato solitario, apestaba un montón.
—Porque necesitas a alguien que te muestre que eres alguien que merece ser tratado
bien.
Capítulo cuatro
Mientras Brody se dirigía al departamento de IT esa noche, todo en lo que podía pensar
era en Kiplin. Aunque el cambiaformas puma era la última clase de chico a por la que
normalmente iría, no podía negar que había una atracción. Con el pelo rubio de punta,
que tenía mechones de un azul brillante, hasta las alteraciones que le había hecho a su
uniforme, era obvio que el felino era un rebelde. Para Brody, eso siempre había sido una
señal de alerta. Si así era, con Kiplin, ¿qué lo hacía tan deseable?
Brody meneó la cabeza. Ni siquiera había visto a Kiplin desde esa primera mañana
excepto por una mirada y estaba llevando una bolsa de malvaviscos de entre todas las
cosas. Meneó la cabeza. Si él y Kiplin alguna vez se acercaban, tenía el claro
presentimiento de que Kiplin lo mantendría en sus zapatos.
Tiró de su silla, entonces se sentó. Miró a su izquierda y casi soltó un gemido. Por
supuesto, lo habían sentado al lado de Ayla. Aunque a Brody lo habían educado para
30
mostrar siempre el mayor respeto a las mujeres, Ayla no era la típica y cotidiana mujer.
Aunque pudiera ser un tigre, actuaba como una víbora. Nunca tenía una palabra amable
que decir y siempre estaba tan pegada a sí misma que se preguntaba si quedaba sitio para
alguien más de la coalición. A pesar de que podría haber sido bonita, siempre elegía llevar
su pelo largo, negro azabache, en un severo moño; sus labios siempre estaban apretados
firmement, y se ponía los zapatos más feos que hubiera visto. La peor parte tenía que ser
que era mucho mejor programador que ella y por eso lo menospreciaba.
—Lo siento, todavía me estoy familiarizando con este lugar. Tu coalición es enorme
y me pierdo.
Decidió que una disculpa aderezada con un poco de miel no haría daño. Habría
funcionado con una persona normal, pero con Ayla, solo parecía haberla enfadado aún
más. El rubor subió por sus mejillas y presionó tan fuerte sus labios que de hecho se le
pusieron blancos por falta de riego sanguíneo.
—¿Me estás intentando camelar? Deberías saber que eso nunca funcionaría conmigo
—replicó, su voz temblando por la rabia.
—¿Y por qué habría de hacerle caso a un bicho raro como tú? —prácticamente gruñó
Ayla.
—Sí, cuenta. Pero si ayuda, la misma orden proviene de mí —ordenó Carson con
dureza mientras se acercaba—. La próxima vez que te pille siendo tan irrespetuosa con
un soldado con un rango superior al tuyo, haré que te trasladen a prisión más
31
rápidamente de lo que puedas decir; ¡oh, joder! ¿Me comprendes?
Brody casi sintió lástima por ella… casi. Luego, recordó por todo el infierno que le
había hecho pasar desde que empezó a trabajar y toda su empatía voló por la ventana.
Por lo que a él concernía, Ayla bien podía asistir a unas cuantas clases de educación en el
puesto de trabajo. Quizás Cindy podía darle algunas. Cindy se sentaba al otro lado de
Brody y ella no había sido nada salvo amable con él. Incluso le había traído un café con
leche de la tienda de la calle en cada turno. Siempre se negaba a que se lo pagase.
—¿Qué estás haciendo aquí? No es que me esté quejando por verte —le preguntó a
Kiplin.
Entonces, levantó la vista hacia Kiplin y su mente se aclaró. Por el felino valía la pena
correr el riesgo. De hecho, sería estúpido si dejaba pasar esta oportunidad. Además, ¿qué
posibilidad había de que viera a alguno de los miembros de su antigua manada? Estaban
a millas de distancia. La mayoría de ellos ni siquiera sabía cómo era. Su cara siempre
había estado enterrada en el ordenador, lo cual lo había metido en este lío en primer lugar.
—Claro, suena genial. Salgo a las siete. ¿Crees que podrás levantarte tan temprano?
—le preguntó Brody.
32
—Me ofrecí voluntario para trabajar en el turno de medianoche, por lo que creo que
será cuando yo mismo quede libre. Por lo tanto, las cosas funcionarán a la perfección —
replicó Kiplin.
—Sí, y no seas tan duro. Obtienes esa misma pregunta lanzada a tu paso justo tan a
menudo como yo.
—Simplemente tengo un problema al decir la verdad tal como la veo. Toma a Ayla
como ejemplo. Su ego es tan grande que estoy realmente sorprendido que no tengas que
hacer una silla especial por eso.
Brody esperaba que Carson lo reprendiera de alguna manera, pero simplemente se
quedó allí sentado sin decir nada. Ahora, Ayla, por otro lado, tenía bastante que decir.
Giró su silla para enfrentarse a Kiplin, entonces lo miró a él.
—Eres el mayor malgasto de espacio en esta coalición. La única razón por la que
probablemente llegaste aquí fue porque tu anterior manada te echó a patadas porque
sabes una mierda sobre ordenadores.
Deseaba que eso fuese verdad. Haría las cosas mucho más fáciles. Por supuesto,
entonces nunca hubiera conocido a Kiplin. Tenía la corazonada de que iba a convertirse
en alguien importante en su vida. Sea que fuesen a ser buenos amigos o algo más. Por
favor, por favor, deja que sea algo más.
—De hecho, su productividad diaria es tres veces más que la tuya —dijo Carson con
voz monótona.
33
—Eso es solo porque acaba de empezar y está intentando impresionarte.
Eventualmente su productividad decaerá —argumentó Ayla.
—No, simplemente es mejor que tú, y tienes que aceptarlo en lugar de estar celosa de
él. Puedes querer tomarte un tiempo para aprender de él, en lugar de tratarlo como una
mierda —dijo Carson, su tono estaba aumentando en dureza—. No hay nada que odie
más que un empleado que celoso y sea un arrogante cuando tiene sentado a su lado a un
técnico que es mucho mejor. Simplemente sabes que no importa cuánto lo intentes, no te
va a ser posible acercarte a sus estándares.
—Sí, lo es, y necesitas enfrentarte a ese hecho. De otro modo, no vas a ser feliz. ¿Qué
te parece trasladarte al lugar que ocupa Carlos normalmente?
—¿En serio?
—A Steven.
Brody tuvo una sensación descorazonadora cuando escuchó a Kiplin toser para
34
encubrir que casi se parte de la risa. Incluso Ayla frunció el ceño y le dedicó una mirada
de empatía.
—Porque Steven tan siquiera puede cruzar la habitación sin tropezar con sus propios
pies. Además, destroza al menos un ordenador a la semana. Ni siquiera sé por qué está
en el departamento IT —dijo Ayla.
Carson medio se encogió de hombros. Brody se percató de que era un hábito que
debía de tener el guepardo.
—Sí, lo sé, pero esta fue el área en la cual dio mejores resultados. Personalmente, creo
que fue porque le fue posible encontrar el botón de encender el ordenador. En todas las
demás pruebas, no sobrepasó el primer paso. Lo triste es que tengo una debilidad por el
pobre chico. Ese es el motivo por el cual lo pongo al lado de Brody. Espero que sí se sienta
al lado del mejor, quizás Steven de hecho aprenderá un truco o dos.
Brody frunció el ceño. Esperaba que eso no significase que tenía que enseñarle a
Steven. No era el mejor de los instructores. No solo no poseía mucha paciencia, sino
porque también se aburría rápidamente y simplemente terminaba por hacer el trabajo de
su estudiante.
—Brody, solo quiero que seas amable con él, nada más —dijo Carson—. Steven tiene
que aprender todo por sí mismo. De otro modo, nunca va a tener la oportunidad de estar
orgulloso de sí.
—Eí, eso no fue suficiente —se entrometió Carson—. O bien nos dais el espectáculo
al completo o nada de nada.
—Jódete, solo hacemos eso con clientes de pago —replicó Kiplin mientras se erguía.
Kiplin entonces se giró y se fue. Brody sabía que estaba jodidamente cachondo, pero
no podía parar de mirarlo hasta que fue tragado por la multitud. Incluso suspiró cuando
ya no pudo volver a ver a Kiplin de nuevo.
¿Cómo había correspondido su bondad y lealtad? Escapó de su manada sin decir una
palabra. Deseaba tan intensamente poder haberles dejado una carta o al menos poderlos
llamar. De esa manera podía explicarles por qué hizo lo que hizo. Aunque era imposible.
Cuanto menos supieran sus padres, mejor. Aunque los amaba más que a nada, su
ausencia era lo que los mantenía a salvo… o al menos, así lo esperaba. El mayor temor de
Brody era que su manada fuera a tomar represalias por su fechoría contra su madre y su
padre. Al contrario de Mitchell, el líder de su antigua manada era un monstruo. Las
36
flagelaciones públicas eran algo regular. No tenían prisión, en su lugar tenían jaulas
pequeñas distribuidas por el salón común. La mayoría de ellas estaban ocupadas por
miembros de la manada que habían enfadado al líder de una u otra manera.
No tenía duda de que si se hubiese quedado, también estaría en una de esas jaulas.
Sabía demasiado sobre lo que el líder y sus hombres de confianza estaban haciendo.
Aceptar contratos para matar a cambiaformas era una cosa, pero cuando una manada
aceptaba dinero para asesinar a humanos… y no a cualquier humano sino a los líderes
más importantes del mundo, eso era otra cosa. Como estaban las cosas, los cambiaformas
eran apenas tolerados, pero si una palabra de esto se filtraba, los humanos no pararían
hasta destrozarlos a todos. Dado que Brody era el único que sabía esto, era su deber
imaginar la manera de detenerlo.
Casi se le había escapado y se lo había dicho a Mitchell, pero al final, la lealtad hacia
su antigua manada, tan desagradable cómo podía ser, había hecho que Brody no hablase.
Puede que durante un tiempo odiase el lugar, la familia de su padre había vivido allí
durante muchas generaciones. Su padre podía no estar de acuerdo con las nuevas
prácticas del nuevo líder, pero el hombre mayor esperaba que fuese solo un asunto de
tiempo antes de que otro felino poderoso lo desafiara por el liderazgo. Entonces las cosas
volverían a sus antiguas y pacíficas maneras.
No tenía corazón para decirle a su padre que no había nadie que tuviera el poder para
usurparle el poder al líder actual. Incluso si lo hubiera, los cambios eran cosas que podían
permanecer sin alterar. El dinero que ellos conseguían de su actual fuente humana eran
millones. Para una manada que acostumbraba a ser pobre, era casi imposible para
cualquier líder pasar de ello.
Soltando un enorme suspiro, se dio cuenta, no por primera vez, justo lo mucho que
verdaderamente estaba jodido.
37
Capítulo cinco
Kiplin sabía que el siguiente turno le iba parecer eterno mientras esperaba a que
terminase para poder pasar algo de tiempo verdaderamente a solas con Brody. Mientras
se dirigía al gimnasio, vislumbró a su hermano, Kyle. No pudo evitar sentir una punzada
de culpa. Su hermano no parecía nada feliz.
Los ojos de Kyle tenían círculos oscuros a su alrededor, como si no hubiese estado
durmiendo bien. Su cabello estaba hecho un lío, como si ya no diera ni un céntimo por su
aspecto. La expresión de su rostro era melancólica y estaba encorvado contra la pared,
casi como si el ladrillo y el cemento fuesen lo único que lo mantenía en pie.
Se detuvo, le echó otro vistazo a su hermano y maldijo por lo bajo. No había forma de
que fuese a dejar a su único pariente vivo de esa manera, incluso si eso hacía que llegase
tarde a su turno. Kiplin podía ser un gilipollas, pero no era un desalmado.
Dios, esto iba a ser difícil. Había sido un gilipollas de grado A y lo sabía. Justo como
sabía que le debía a su hermano una gran disculpa. La cuestión era que era un negado
para las disculpas, incluso aunque fuese un as haciendo daño. Simplemente era malo en
admitirlo después. Si lo pensaba seriamente, lo convertía en el mayor de todos los
cobardes, sin importar cuántos muertos acumulase en el campo de batalla.
—Te traté como una mierda cuando descubrí que éramos familiares. En lugar de
entusiasmado, como debería haber estado, prácticamente te dije que te jodieras y eso no
fue justo. De hecho, fue una verdadera gilipollez por mi parte.
Kyle le dedicó una leve sonrisa.
—Está bien. Estoy seguro que simplemente te pilló fuera de guardia. Eso es todo.
—Desearía que fuese eso, pero la verdad de todo, era que estaba jodidamente
asustado al descubrir que tenía un miembro de la familia que estaba de hecho vivo. Solo
he tenido a mi tía en toda mi vida y ella era una verdadera bruja. Probablemente lo hayas
pasado diez veces mejor que yo, y estaba un poco celoso.
—¿Qué te hizo?
— ¡Ah! —Kiplin hizo un gesto para restarle importancia con la mano—. Fue hace
mucho tiempo y ella está muerta. No hay motivo para sacar a relucir los viejos trapos
sucios.
—Quiero saberlo. Puede que solo nos acabemos de conocer, pero aún eres mi
hermano y me preocupo por ti.
—Por supuesto que lo hago. Eres mi hermano. Siempre voy a estar ahí por ti. Bueno…
excepto en la batalla, pero le diré a mi pareja que te cuide. Siempre vas a tener a alguien
a tu lado de ahora en adelante. Ahora no estás solo. No importa lo mezquino que te
pongas.
—De acuerdo, vamos a hacerlo —dijo Kiplin, su voz era un poco áspera.
—Creo que sé lo que estás diciendo. Simplemente quiero asegurarme, así que por
40
favor, ¿puedes aclarármelo? —Todo el cuerpo de Kyle estaba temblando de la emoción.
—Vamos a darle a todo este asunto de hermanos una oportunidad a ver cómo va.
Kiplin esperó a ver cómo reaccionaba Kyle. Su hermano tenía todo el derecho a
enderezarse, hacerle una coletilla y luego irse. Después de todo, no había salido
exactamente a darle la bienvenida cuando lo conoció por primera vez. De hecho, había
hecho todo lo que un hermano no debería hacer al reunirse con un familiar largo tiempo
desaparecido. Podían escribir un libro sobre él y enseñarlo en un curso universitario
centrado en él, su reacción había sido un completo fiasco.
Estaba a punto de hacer los arreglos cuando la alarma de batalla sonó, seguida de una
voz femenina autómata que llamaba a todos los equipos en el turno a salir
precipitadamente. Kiplin soltó una maldición en alto.
—Me tengo que ir. ¿Podemos hablar de esto más tarde? —preguntó.
Incluso aunque corrió como alma que lleva el diablo, fue el último en la cola de la
armería. Algo que su líder de su equipo, Frank, estuvo presto a notar. Soltó un gemido
cuando vio al león ir en línea recta hacia él. Si hubiera sido su jefe habitual, Marcus, lo
podía haber dejado pasar, pero Frank odiaba a Kiplin apasionadamente. No había
manera posible que dejara pasar esta oportunidad de criticarlo.
—Te das cuenta que llegas cinco minutos tarde, soldado —le preguntó Frank en voz
alta.
—Sí, lo hago, señor. Tenía algunos asuntos familiares que necesitaba arreglar. Lo
siento —replicó en tono respetuoso. Lo cual era difícil, maldita sea.
Kiplin bajó la vista hacia el dedo transgresor. Cada fibra de su ser quería romper y
morder esa cosa pequeña, gorda y sucia para luego escupírselo a Frank a la cara. Ver
simplemente la expresión en el rostro del cretino sería invaluable. Pero sabía que también
lo conduciría a pasar bastante tiempo en la cárcel militar y era algo que realmente no
quería. No solo porque allí siempre hacía calor, sino porque servían emparedados de
salchicha de Bolonia y detestaba esa clase de embutido.
Una vez que estaba listo, comenzó a dirigirse a la van de su equipo. Por el camino,
vio a un novato, luchado para ponerse su equipamiento. El novato era corpulento y bajo.
Kiplin se acercó y se quedó perplejo al oler que era un gato de Pallas7. ¡QUÉ DEMONIOS!
42
Ese tipo de felino era demasiado pequeño, nunca luchaban en el ejército. Además, se
movían muy despacio, eran como comida andante para sus enemigos.
Kiplin comenzó a ayudar al gato de Palla con su uniforme. Era tan justo que tuvo
que pelear con las correas para conseguir que funcionaran. Finalmente tuvo que
preguntar;
—Sí.
7 Gato de Pallas, raza de gato de tamaño similar al gato doméstico, con abundante pelo que vive en las
estepas de Asia.
—Bueno, es probable que sea la última. No significa que sea duro contigo; solo te
estoy diciendo la verdad. Yo no sé a lo que nos vamos a enfrentar ahí fuera esta noche,
pero si están llamando a todos los equipos para que salgan, tiene que ser malo. Las cosas
pueden ponerse realmente mal ahí fuera. Estoy hablando de más que los diarios cuervos.
También luchamos con arañas, serpientes, escorpiones, coyotes y toda clase de amenazas.
Tampoco es que jueguen limpio.
El gato de Pallas alzó la vista hacia Kiplin con unos ojos tristes.
—Sé que no tengo ninguna posibilidad, pero aun así es algo que tengo que hacer. ¿No
lo comprendes?
—No, no lo comprendo —replicó con una honestidad brutal—. Hasta hace unos
pocos días, pensé que toda mi familia estaba muerta. Además estaba contento por ello.
Mis padres fueron asesinado en un ataque en masa y mi me crió la única tía que
sobrevivió. Era una bruja abusiva.
43
—¿Qué pasó hace unos días?
—Descubrí que tenía un hermano pequeño. Lo divertido es que, incluso aunque nos
acabamos de conocer, mataría a cualquiera que intentara lastimarlo —admitió Kiplin,
dándose cuenta de cuán cierto era.
Lo haría de verdad. Si alguien tan siquiera se atreviera a tocar a Kyle un solo pelo de
la forma errónea, Kiplin podría rasgar al agresor miembro a miembro. Su hermano era
pequeño y necesitaba tanta protección como pudiera obtener. Además, iba a asegurarse
de que Kyle la obtuviera.
—Chunks8.
—No, mi madre empezó a llamarme así cuando era un bebé. Siguieron llamándome
así y con el tiempo mamá dijo que se había olvidado de cuál era mi verdadero nombre.
—Mi líder dijo que no podía encontrarlo. Confié en él. Su oficina era siempre un caos
de documentos. No creo que tan siquiera tuviese un archivador —admitió Chunks.
El horror y el disgusto llenaron a Kiplin. Solo con pensar en un líder siendo tan
44
chapucero y descuidado le dejó un sentimiento un poco nauseabundo. Los buenos líderes
no se divertían a costa de sus miembros; los protegían de un posible daño y castigaban a
quienes atacaban a los débiles. Los líderes siempre se aseguraban de que cada miembro
cuenta. Aunque en la coalición de Mitchell había algo de intimidación, era siempre
porque los acosados nunca acudían a su líder y le contaban lo que estaba pasando. Por
miedo a ser echados de la colonia o por temor a represalias de los acosadores. Lo cual
Kiplin sabía que nunca pasaría. Una vez que Mitchell ponía sus manos sobre un acosador,
ese cambiaformas estaba siempre demasiado asustado para incluso pensar en intimidar
a alguien de nuevo.
Era un insulto y todo el mundo al alcance del oído lo sabía. Como oficial al mando,
era una obligación declarada de Frank asegurarse de que todos sus hombres estuviesen
listos para la batalla en todos los aspectos.
Especialmente si era algo tan básico como ponerse su equipamiento. Era
dolorosamente obvio que Frank sabía que Chunks no iba a vivir durante mucho tiempo,
por lo que simplemente no le había revisado los movimientos cuando se trataba del bajo
y fornido felino.
Frank caminó hacia ellos hasta que estuvo nariz con nariz con Kiplin.
Kiplin no se sentía para nada amenazado. Si Frank quería hacer del asunto algo físico,
sabía que sería el ganador sin tan siquiera empezar a sudar. Pero también sabía que no
serviría de nada, salvo valerle una acción disciplinada. Así que refrenó su furia y se forzó
a permanecer quieto.
—¿Por qué no? Yo lo haría —dijo Shane mientras salía de entre las sombras.
45
Kiplin casi perdió el control y se rio cuando vio el verdadero temor en los ojos de
Frank. Demonios, el hombre saltó tan alto y sus ojos se abrieron de par en par, casi bajó
la vista para observar si se había meado encima. Pero para ser justos, esa era la reacción
que la mayoría de la gente tenía siempre que Shane se dirigía hacia ellos.
—Frank, eres el peor líder que esta coalición haya tenido. La única razón por la que
no haya acudido a Mitchell todavía es porque es divertido ver cómo la vas a joder la
próxima vez —dijo Shane.
—Si soy tan malo, ¿entonces por qué pediste estar en mi equipo? —demandó Frank.
—Lo hice para asegurarme de que no mataras a alguien. Pero se termina ahora.
Después de esta misión, voy a ir directamente a Mitchell a contárselo todo —le informó
Shane con una sonrisa sarcástica.
—¿Qué pasa si le digo que todo lo que estás contando es una mentira?
—Lo primero, Mitchell y yo tenemos una relación de confianza mutua que se remonta
a años. Tu sinuoso culo no va a romper eso. Segundo, si acudes a Mitchell y lo niegas, en
su lugar simplemente tomaré la ruta más fácil y te mataré. Ahora, ¿de qué manera quieres
actuar, Frankie chico?
Kiplin no se molestó en ocultar la sonrisa en su rostro. Era una pura delicia ver a
Frank finalmente derrotado. En cuanto a Chunks, le cambiaría ese sobrenombre ASAP 9,
su boca estaba abierta por el asombro, pero no había error en la mirada jubilosa en sus
ojos marrones.
—Vale, iré contigo a la oficina de Mitchell después de esta batalla, pero te arrepentirás
de esto.
—En cuanto a ti, quiero que te pegues a mí como el pegamento durante esta batalla.
Me aseguraré de que regreses a casa.
9 ASAP acrónimo de As soon as possible, es decir, tan pronto como sea posible.
Capítulo seis
Kiplin terminó encajado entre Shane y Chunks. Mientras que estaba bastante seguro
de que Shane era uno más del equipo, no creía que alguien fuese a armar un lío porque
anduviera a lo suyo. Las únicas personas que tenían huevos para plantarle cara a Shane
eran su hermano, Toby, Mitchell o su pareja, Trevor. Por otro lado, la mayoría le daba
manga ancha a Shane.
47
Shane estaba hablando en voz baja, dándole unos últimos consejos a Chunks. No
dudaba que le estaba diciendo lo mismo que le había dicho en su primera misión. No
había tal cosa como el juego sucio en la lucha. Kiplin no solo había puesto en práctica el
consejo, lo había perfeccionado hasta convertirlo en un arte. Había visto morir a muchos
hombres buenos en el campo de batalla, sería gilipollas si fuera a convertirse en otro dato
estadístico. Ahora que tenía gente que se preocupaba por él, que estaban esperando a que
regresara a la coalición, iba a hacer todo lo que pudiera para volver a ellos. Se negaba a
dejarlos tirados.
—¿Alguien sabe con qué se supone que vamos a luchar? —preguntó Kiplin.
—Escuché un rumor, pero es una locura, no hay manera de que pueda ser cierto —
dijo un soldado desde atrás.
—¿Me estás vacilando? Todo el mundo sabe que se extinguieron hace siglos.
Sintió como Chunks comenzaba a temblar tan fuerte que el banco hacía un sonido
chirriante cuando los tornillos que lo unían a la pared protestaban. Kiplin extendió una
mano por detrás y le dio al felino un golpecito tranquilizador en el hombro, pero no
pareció funcionar.
—Creo que algunos científicos humanos estuvieron jodiendo las cosas con algo de
ADN, y se las arreglaron para hacer de ellos una nueva arma. Pero suerte que tenemos,
no sabían el mayor de los defectos de los gigantes —dijo Shane con una enorme sonrisa.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —se mofó uno de los otros soldados.
—Porque al contrario que tú, cuando estaba creciendo, fui forzado a estudiar las
tácticas básicas de batalla, tanto clásicas como actuales. Por lo tanto, conozco a todos los
chicos malos, los de ahora y los de hace tiempo —contestó Shane.
Cuando hubo numerosas expresiones de asombro en la van, Shane puso los ojos en
blanco.
—Sí, el asesino sabe leer. Ahora mi gran secreto ha sido revelado. Adelante, id a
contárselo a todos los demás.
—Yo ya lo sabía —dijo Kiplin con un triste cabeceo—. Te vi leyendo una revista de
chismorreos sobre los famosos en el salón principal un día. Era en una de esas que tenía
a una de las chicas Kardashian en la portada.
Shane soltó un suspiro.
Kiplin sonrió.
Chunks se rio.
—Me gusta.
49
El soldado le lanzó una mirada jocosa.
—Puedes irte olvidando. Ya están ambos pillados. Shane tiene pareja y Kiplin está
prácticamente pegado a la cadera del nuevo chico de IT.
Dado que el soldado no era estúpido, bajó la vista hacia sus pies y no dijo otra palabra
el resto del camino. No fue mucho más tiempo, solo unos quince minutos antes de que
llegasen al lugar. Era uno de esos gigantescos complejos de cine, lo cual enfadó a Kiplin
como el demonio dado que era su lugar favorito al que ir. Estúpidos cabrones, ¿no sabían
que había algunos grandes estrenos que estaban a punto de salir?
Kiplin observó a los humanos escapar corriendo del cine. Normalmente, diría que era
un movimiento estúpido. Dentro habrían estado más seguros. Podían simplemente
buscar un lugar seguro y cerrado para esconderse hasta que las cosas se tranquilizaran.
50
Esta vez, sin embargo, los gigantes estaban destrozando el edificio. Arrancaron un
trozo de la azotea, uno extendió la mano y agarró a un humano, luego se lo comió antes
de ir a por más. Kiplin no pudo evitar encogerse por empatía mientras observaba a la
gente atrapada por el agarre del gigante. Las piernas de los humanos pateaban como si
luchasen por liberarse. Todo el tiempo gritaban y suplicaban por sus vidas.
Pero cuando Kiplin observó a los humanos siendo atacados en el cine, sintió lastima
por ellos. ¡No habían estado haciendo nada salvo ver una peli y entonces, bum! Estaban
en medio de una guerra de la que ellos realmente no querían formar parte.
Además, veía a niños corriendo por allí. Atacar a adultos era una cosa, pero ir detrás
de niños era otra. Sentía la rabia hirviendo cuando la van se detuvo.
Casi fue el primero en salir por las puertas. No estaba seguro, todavía, de cómo iba a
matar al gigante. Pero estaba jodidamente seguro de que iba a descubrir la manera.
Esquivó el pie de un gigante, pero un hombre humano no fue tan afortunado. El gigante
lo aplastó con el pie. Kiplin hizo un gesto de dolor cuando escuchó un ruidoso sonido de
chapoteo y crujir. ¡Puaj! Esa tenía que ser una manera grotesca de morir. ¿Qué iban a
poner en su lápida? Muerte a manos de un gigante. Puede que RIP.
Kiplin alzó la vista hacía el gigante y se dio cuenta de algo. Todavía no tenía jodida
idea de cómo iba a matar a la cosa. Se giró hacia Frank, esperando obtener algún consejo
de su líder, porque eso era lo que se suponía que tenían que hacer los líderes. Pero como
siempre, Frank no era más que una gran decepción. El cambiaformas estaba allí parado,
no portaba ninguna arma en las manos, sólo una expresión de estupidez en su rostro
como si fuese a desmayarse en cualquier momento.
51
Vaaaaale, al parecer tendría que deliberarlo con Shane, y ellos dos tendrían que idear
un plan antes de que todos se convirtiesen en la versión gigante de un pegote de chicle
en la suela del zapato.
—Tan divertido como suena, no creo que tengamos tiempo para eso.
Kiplin pensó durante un momento antes de que la idea perfecta llegase a él.
—Los lanzallamas. Los jodidos disparan el fuego realmente alto. Debería de bastar
para alcanzarles en el rostro.
—¿Qué seguridad hay de que esto vaya a funcionar? Puede que simplemente
terminemos enfadándolos —preguntó Chunks mientras mordisqueaba su labio inferior.
—Si pasa eso, simplemente corre tan rápido como puedas hacia ese contenedor de
basura y métete en él.
—Como si eso fuese de ayuda. Arrancaron el techo del cine para llegar a la gente que
52
estaba allí.
—Puede que no les gusten los cambiaformas. O puede que no te quieran al estar
cubierto de basura.
—Lo haré, pero sólo porque tengo el sentimiento de que no importa lo que ocurra, te
las arreglarás de algún modo para aterrizar sobre tus pies.
Al principio, no creía que fuese a funcionar. Todo lo que el gigante hizo fue golpear
las llamas, como si fueran una mosca cojonera que se posara en su cara. Pero la gran
criatura tampoco hizo ademán de atacar, por lo que Kiplin y Chunks siguieron
lanzándole el fuego. Justo cuando estaba por renunciar, el gigante soltó un espantoso
aullido.
Envalentonado por esa respuesta, Kiplin siguió lanzándole fuego. Chunks también lo
hizo, y si no estaba equivocado, había una sonrisa en su rostro. Estaba dispuesto a apostar
que Chunks experimentaba su primer éxito. Aunque esta fuese su primera misión en el
exterior, seguro que el entrenamiento de Chunks había sido una serie de fallo tras fallo.
Debía de haber sido un infierno para el pobre chico.
53
Una vez que el gigante cayó de rodillas; era todavía más alto que Kiplin. Eso no lo
detuvo de ir a por él. Utilizó su rifle, la espada y la ametralladora sin piedad sobre su
oponente. Chunks se unió a él. Mientras que él era inmisericorde, el novato parecía un
poco verde en el derramamiento de sangre.
A su alrededor, podía oír los aullidos de los gigantes mezclados con los gritos de los
humanos. La mayoría de la gente se las había ingeniado para llegar a sus coches y se
estaban alejando tan rápido como podían. No se detuvieron el tiempo suficiente para
prestar ayuda ni se molestaron en dar las gracias. No es que lo estuviese esperando.
Había ayudado a infinidad de humanos en el pasado, y nunca, ni una vez, le habían
expresado su gratitud. A menos que contase el que había escupido sobre él. Quizás era
una extraña costumbre que significase que eras el mejor, pero de algún modo, lo dudaba.
Una vez que él y Chunks hubieron terminado con su gigante, ambos estaban
cubiertos de sangre. Miró a su alrededor y observó que otros soldados estaban en la
misma condición, a excepción de Frank. Su uniforme estaba prístino y tan siquiera tenía
un arma en las manos. En cuanto a los gigantes, ahora estaban todos muertos.
El horror y el disgusto llenaron a Kiplin cuando se dio cuenta de que su líder se había
escondido durante toda la batalla. Era uno de los actos más viles y de mayor cobardía
que jamás hubiera presenciado, y había visto multitud de jodidas mierdas en el pasado.
Los murmullos comenzaron a llenar el área cuando los soldados de todos los equipos
llegaron rápidamente a la misma conclusión. De pronto, el aire se volvió pesado por la
hostilidad, y sabía que era solo cuestión de minutos que los soldados atacasen a Frank.
—Sé lo que todos estáis pensando, pero todavía así tengo que presentarlo ante
Mitchell para que se someta a un juicio. No es nuestro derecho decidir el castigo de Frank.
—Está en lo cierto. Incluso aunque pensemos que Frank es la mierda más mierda, aun
54
así se merece explicar sus acciones ante Mitchell.
Frank murmuró;
—Gracias.
Capítulo siete
Brody tenía una buena vista de la sala común por lo que podía ver a todas las parejas
y familiares de los soldados que estaban en la batalla. En cuanto a Brody, él tenía un
asiento de primera fila mientras monitorizaba y grababa la información que provenía de
las cámaras de los cascos de los soldados. La calidad del vídeo no era la mejor. Era
errático, en blanco y negro y lleno de estática en bastantes puntos. Eso no lo dejaba menos
horrorizado.
Observaba asombrado como los gigantes comían humanos como si fuesen palomitas.
Los que no eran comidos eran aplastados como si no fueran más que pequeños insectos.
Tenía unos auriculares puestos; mientras que el sonido era esporádico en el mejor de los
casos, lo que llegaba a través de él era un tanto infernal. Los gritos hacían que sintiera
escalofríos a lo largo de su columna. Entonces, escuchó la voz de Kiplin. Estúpidamente
extendió una mano hacia el monitor. Como si pudiera coger al cambiaformas a través de
la pantalla y traerlo a la seguridad.
55
No sabía quién lo tenía peor. Él, que estaba forzado a ver el progreso de la batalla,
temiendo todo el tiempo que pudiera ver morir a Kiplin, o los familiares detrás de él,
quienes no tenían ni idea de lo que estaba pasando. Estaba seguro de una cosa. Si Kiplin
regresaba, iba a abrazarlo muy fuerte. No le preocuparía quien estuviese mirando. Todo
lo que quería hacer en ese momento era inhalar el aroma de Kiplin, sentir su duro cuerpo
y escuchar su sarcástica voz. Solo entonces sería realmente feliz.
Hubo un vaivén de vistas cuando uno de los soldados giró su cabeza. Jadeó cuando
consiguió una visión perfecta de Kiplin. Estaba cubierto de sangre. Rezó para que no
fuese suya, que preferentemente perteneciera al gigante que él y un bajo y fornido
soldado estaban en ese momento despachando a gusto.
Después observar a todos los equipo montar en las vans y dejar el lugar, no vio
ninguna traza de Kiplin. Brody vio a los otros soldados volver con sus familias. Hubo
muchos reencuentros felices mientras se abrazaban los unos a los otros. Algunas de las
madres lloraban cuando veían que sus hijos regresaban vivos. Aun así, no había rastro
de Kiplin.
La sala común se fue vaciando eventualmente, y rápidamente, todo lo que quedó era
Brody y su equipo. Aunque la mente de Brody era un torbellino con toda clase de
posibilidades de por qué Kiplin no había aparecido, quizás él no le importase de esa
manera, quizás lo habían herido después de todo y simplemente lo había estado
ocultando, o incluso peor, podría tener a alguien más que estaba esperando que regresase
56
a casa. Ese último pensamiento lo hería profundamente. Un chico había jugado con él
antes, lo hirió tanto que no quería repetir toda la situación. Uh-uh, no va a pasar, no
gracias a ti, señora.
Estaba tan preocupado por Riley que no escuchó a Kiplin acercarse. Así que no lo supo
hasta que sintió un beso en su mejilla. Girándose, sonrió. Kiplin llevaba puesto un
uniforme limpio y su pelo estaba húmedo y echado hacia atrás, lo que mostraba que se
acababa de dar una ducha, lo cual era una buena cosa, porque parecía bastante
ensangrentado en el vídeo.
—Estaba a punto de renunciar a verte —dijo Brody.
—Puedo decírtelo dado que probablemente te enterarás de todos los detalles en uno
de tus ordenadores. Liberaron a Frank de todas sus obligaciones y lo licenciaron sin
honra.
—¡No!
—Sí, y la mierda se volvió más loca todavía. ¿Adivina a quién nombraron como nuevo
líder de equipo? ¡A mí! —Kiplin apuntó con su propio dedo su pecho.
57
—¿Por qué debería de sorprenderte eso? Escuché a los soldados cuando entraban.
Todos estaban diciendo que fue a ti al que se le ocurrió la idea de cómo matar a los
gigantes. Nadie más tenía ni idea de que hacer.
Kiplin extendió la mano y agarró una de las manos de Brody. Oscilándolas entre ellos
dijo;
—Es difícil creer en uno mismo cuando al crecer me decían que no era más que una
pequeña mierda y que nunca iba a lograr nada.
—Ella era una perra y la mejor manera en que puedes vencerla es probando que estaba
equivocada. Desde mi punto de vista, eres el indicado para hacer justo eso.
—Ahh… mejor que te atengas a las consecuencias. Sigue diciendo todas esas cosas
bonitas y la gente va a empezar a pensar que somos pareja.
58
El corazón de Brody dio un brinco. Se humedeció los labios y entonces preguntó;
—¿Te molestaría?
Brody sonrió, luego inclinó la cabeza. Al mismo tiempo, quería patearse el culo por
actuar como una adolescente. Si terminaba esta conversación sin que Kiplin pensara que
era alguna clase de idiota, sería un milagro.
—Bueno, entonces, es algo bueno que acabe de conseguir estar atado al turno de noche.
Ahora, tendremos el mismo horario, así podremos pasar todo nuestro tiempo libre juntos.
Ahora, te dejaré trabajar. Solo nos quedan un par de horas para que se acaba nuestro
turno, y entonces, podremos salir a desayunar.
—Nadie pidió tu opinión, tía —dijo otra mujer de los miembros del equipo—. Este es
el lugar más emocionante que he visto nunca. No lo arruines con tu actitud rígida, como
si tuvieras un palo metido por el culo. Dios mío, llevas siempre tu impertinente nariz tan
elevada en el aire que es un milagro que no te desmayes por falta de oxígeno.
Brody se sonrió a sí mismo. Odiaba tener que admitirlo, pero era tan agradable ver que
no era el único al que no le importaba Ayla. Debía haberse metido con todo el equipo de
IT en un momento u otro. Se sentía bien ver que por una vez estaba recibiendo.
Una vez que las cosas se calmaron, finalizó la inspección de las cámaras y trabajó en
uno de sus proyectos. Cuando Carson entró. Brody no estaba demasiado sorprendido. El
guepardo normalmente aparecía bastante rápido después de una batalla, para reunir los
vídeos de todas las cámaras de los cascos. Aunque Carson tenía copias en su oficina, a él
le gustaba tener también los originales.
—Nunca te creerás lo que Brody estaba haciendo —dijo Ayla tan pronto como Carson
estuvo sin los auriculares.
—¿Nunca te dijeron que como la misma moneda que juzgas serás juzgada? —preguntó
Carson en tono cansino.
—No.
—¿Estaba haciendo travesuras como los dos halcones de la azotea justo hace unos
minutos?
—Eso es asqueroso.
—Entonces dime qué horrible crimen cometió Brody. —Carson alzó sus manos en el
aire.
—Estuvo flirteando y charlando con ese tal Kiplin —dijo, su voz rezumando disgusto.
—Yo tendría mucho cuidado en cómo te diriges a Kiplin de ahora en adelante. Acaba
de recibir una promoción y ahora te sobrepasa tanto en rango que podría reasignarte a la
unidad de desperdicios si quisiera, y nadie lo pondría en tela de juicio, —la previno
Carson—. Además, Brody nunca toma sus descansos, así que tenía derecho a uno. Con
respecto a ti, he querido hablar contigo sobre los descansos que te tomas. Tienes tres al
día, no cinco o seis. Me importa una mierda si tu novia no trabaja y quiere que te
escabullas para echar un polvo. Si no se termina, seré yo el que te envié al servicio de
desperdicios. Hoy conocí a un pequeño cambiaformas felino al que no se le había perdido
nada en el ejército. Sé de hecho que a él le sería posible hacer tu trabajo diez veces mejor
que a ti.
—No puedes hacer eso. He estado en este departamento durante diez años. —Jadeó
Ayla.
—Y todavía no has hecho los suficientes logros para sacarte del turno de medianoche.
Demonios, ni siquiera eres lo bastante buena para promoverte ni un simple rango. Es tan
patético que deje de reírme de ello hace años —dijo Carson.
Brody no creía que fuera posible, pero se sentía realmente mal por Ayla. Sus
compañeros de trabajo por otro lado, estaban todos tosiendo para encubrir el hecho de
que se estaban riendo, lo cual le permitió creer que quizás Carson estaba dándole a Ayla
una lección pública como una última oportunidad. Quizás esa era su forma de hacerle
saber a ella que realmente era su última oportunidad.
61
El siguiente par de horas transcurrieron rápidamente mientras observaba a Ayla hacer
pucheros por su situación. Brody casi le dio un toque de advertencia cuando no la veía
hacer ni una pizca de su trabajo. La última cosa que ella necesitaba era enfadar a Carson
aún más.
Luego, se dio cuenta de que no podía forzar a Ayla a cambiar. Brody no debería de
haberle dicho cómo hacer su trabajo. Después de todo, por lo que parecía, ella había
estado haciéndolo mucho más tiempo que Brody. Incluso aunque estaba considerado
uno de los mejores especialistas en el país, ella no debería ser eso detrás de él.
Aun así, había hackeado su sistema, lo cual no había sido tan difícil dado que utilizaba
como contraseña ¡1234kitties! Estaba asombrado de que el sistema de seguridad le
permitiera seguir con semejante contraseña tan blandengue. Debería haberla rechazado
por ser demasiado débil. Estaba dispuesto a apostar que Carson no tenía ni idea de lo que
estaba pasando. Si lo hubiera sabido, podría haberla cambiado hace mucho tiempo.
Carson era un acérrimo partidario de la seguridad reforzada, y si supiera que había una
fisura en su propio departamento, podía destrozar el lugar, buscando algún error.
Una vez que su turno terminó, Brody cambió su propia contraseña, algo que hacía cada
noche. Luego apagó su ordenador, asegurándose de esperar hasta que estuviese
completamente apagado antes de levantarse. Se estiró, trabajando los nudos en su cuerpo.
Incluso aunque fuera un cambiaformas y tuviera niveles de estamina12 más altos, era un
infierno para su trasero y espalda estar sentado delante del ordenador todo el día. Fue
muy difícil cuando estiró su espalda, tanto como un felino podía, pudo sentir como
estallaban algunos huesos.
—Claro, simplemente espero estar de buen ánimo. Todavía me estoy ajustando a esta
agenda. No había trabajado en el turno de noche desde hacía años.
—Creo que te va a gustar mucho más esto. A esta hora es cuando hay diversión.
Algunos cambiaformas se pueden volver realmente locos durante la noche.
62
La sorpresa hizo impacto en Brody.
—¿Me estás diciendo que os volvéis aún más locos de lo que ya sois?
Kiplin se rio.
—Solo has visto la punta del iceberg cuando se trata de nuestra locura. Espera a ver a
Arnés corriendo por ahí desnudo. Creo que quedarás marcado para toda la vida.
—Mis disculpas. Si te place, podría usar una pistola de clavos y sellar mis labios.
—Tenemos que hacer una rápida parada en la tienda de comestibles primero —dijo
Kiplin.
—¿Para qué?
—Porque se desataría un infierno. Por alguna razón, siempre quieren tres bolsas. Ni
63
más, ni menos.
Brody se rio.
—Estás en lo cierto. Este lugar es una locura, pero me gusta más y más cada día que
pasa. Ahora mismo, no podría ser más feliz.
Capítulo ocho
Durante los siguientes meses, Brody sintió como si estuviera en una gigantesca
montaña rusa. Era como si todo lo estuviera golpeando en oleadas, tanto lo bueno como
lo malo. Afortunadamente para él, casi todo era bueno. Bien, al menos, una vez que
consiguió superar sus temores y auto desprecio.
Lo mejor de todo había sido que él y Kiplin pasaban casi cada momento de su tiempo
libre juntos. Continuaron saliendo a desayunar como algo rutinario. Algunas veces
pagaba Kiplin, mientras que otras veces Brody podía hacerse con la cuenta y demandar
que era su turno de pagar.
Había solo una cosa que se interponía entre ellos. El secreto de Brody. Había empezado
a amar al otro hombre, por lo que tenía que ser sincero. Solo entonces, podrían realmente
vivir felices por siempre.
64
Casi deseaba estar en su vieja manada. Entonces, sería arrestado y lo meterían en una
jaula. De esa manera, podría golpearse la cabeza contra las barras de metal durante unos
momentos para lograr meter algo de sentido en ella. Quizás entonces lograría conseguir
su cerebro frito de vuelta a su sitio.
Solo tenía que esperar un momento a que llegase Kiplin. Incluso aunque su estómago
estuviese tan lleno de mariposas, porque estaba aterrorizado de cómo reaccionaría Kiplin
cuando se lo contase, puso una sonrisa en su rostro y fue a reunirse con Kiplin por el
camino.
Compartieron un profundo y húmedo beso. Como siempre, fue solo eso. Aunque se
habían liado o masturbado el uno al otro incontables veces, todavía no habían follado.
Brody se preguntaba a qué se debía. ¿Kiplin encontraba a Brody poco atractivo de alguna
manera? O peor, ¿Kiplin veía a Brody como nada más que un amigo con beneficios? Si
eso era cierto todavía hacía las cosas más terribles. No solo lo pondría al nivel de una
prostituta, sino que Kiplin tampoco quería tan siquiera aprovecharse de la oferta gratuita.
Hablando de proporcionarle a alguien una mamada barata.
Brody esperaba que el beso durase solo un breve instante, por lo que comenzó a
retroceder. Kiplin extendió una mano con un gruñido, agarró a Brody y lo atrajo en busca
de más. No es como si estuviese luchando contra ello. De hecho, su mente era un
torbellino de excitación y deseo. Cuando Kiplin cerró su puño en la nuca de Brody,
forzándolo a echar la cabeza hacia atrás para así profundizar más aún el beso, estaba
todo perdido. Soltó un gemido gutural mientras colocaba sus manos en los hombros de
Kiplin.
Siguieron de esa manera durante un tiempo antes de que se percatara, para su horror,
que se había estado moliendo contra el muslo de Kiplin. Saltó hacia atrás y miró a su
alrededor para ver si alguien había estado a su alrededor para verlos. Soltó un suspiro de
alivio al ver que habían escogido una esquina recóndita, la cual les había dado algo de
intimidad. Tomó nota mental de recordar este lugar para futuras sesiones amatorias.
—¿Quieres ir ahora mismo a desayunar? Acabo de comer unos pocos cereales, por lo
tanto aún no tengo hambre —le indicó Brody.
65
—Puedo esperar. Era el cumpleaños de Shane y tuvimos un enorme pastel.
—Lo fue hasta que Shane lo hizo añicos. Supongo que no es demasiado entusiasta de
todo el asunto de los cumpleaños. Se llevó nuestros regalos cuando se fue. Brent dijo que
era la primera vez, así que debe significar que está haciendo algún progreso, lo cual es
una buena cosa. Además, no le propinó un puñetazo a nadie. Creo que puede que se esté
calmando algo.
—¿Lo dices en serio? ¿Sabes lo que hizo en su última batalla? —escupió Brody—. Yo
lo sé porque monitoricé el vídeo de todo el asunto. Y lo que vi fue peor que una cinta de
sexo de Kim.
Las cejas de Kiplin se arquearon hacia abajo y casi parecía asustado de preguntar;
—¿Qué hizo?
—Decapitó a uno de los coyotes con los que estabais luchando. Luego, la puso en un
palo y se mofó con ella del resto de los enemigos.
—Supongo.
Kiplin hizo un pequeño puchero. Brody no lo culpaba. Él había creído que su primera
batalla como líder de equipo había terminado con una intensa victoria. Ahora, descubría
que había sido a causa de Shane y no por algo que él hubiera hecho. Eso para el ego tenía
que ser una verdadera patada en el culo.
Brody expiró profundamente. Nunca habría imaginado en toda su vida que el simple
toque de otro hombre podría hacerle olvidar todo el mal que había en el mundo. Kiplin
había hecho algo que nadie más en el mundo había logrado hacer. Hizo que se sintiera a
salvo. Una vez que estuvieron dentro de la casa de Brody, Kiplin dio rienda suelta a su
dolor.
—¿Cómo podré olvidar alguna vez esto? —dijo Kiplin con un gemido—. Creí que
habíamos ganado por mis grandes dotes de liderazgo. Ahora, sé que todo fue gracias a
Shane.
—Shane estaba bajo tu liderazgo en esta ocasión. La primera cosa que un líder tiene
que aprender es que sus hombres son una extensión de sí mismos. Si un miembro hace
un acto de valentía, se refleja en el líder. No obstante, si un miembro actúa mal, también
se refleja en el líder.
Durante todo el tiempo que había estado hablando, había estado despojándose
lentamente de su ropa, al igual que Kiplin. Pronto ambos estaban desnudos. Kiplin
acechó a Brody hasta que la parte trasera de sus rodillas chocó contra el colchón.
Brody extendió una mano hacia la mesilla de noche y agarró el tubo de lubricante y se
lo pasó a Kiplin.
Una vez que estuvo tendido sobre su espalda, le lanzó a Kiplin una mirada maliciosa.
Soltó un silbido ante el contacto de piel con piel. A Brody le encantaba ese sonido y
también adoraba la manera en que se sentía el contacto de piel contra piel. Su cuerpo era
duro, justo como alguien esperaría que se sintiese un guerrero. Pero, también, había una
cierta ternura en Kiplin.
Kiplin parecía ser un jodido telépata, porque encontró de inmediato todos los puntos
eróticos de Brody. Además, sabía cómo mover sus dedos sobre ellos. Torturaba
placenteramente a Brody, justo hasta el punto en el cual estaba listo para correrse,
entonces se movía a otro y la tortura comenzaba de nuevo.
Finalmente, Kiplin extendió una mano y agarró el bote de lubricante. Rociando un
poco en sus manos, deslizó un dedo dentro del culo de Brody. Estaba apretado, pero al
fin y al cabo siempre había tenido el sentimiento de que Brody no se había acostado con
muchos.
En el momento que tenía tres dedos, Brody estaba empujando hacia arriba para
encontrarse a medio camino con los dedos. Este estaba a punto de explotar, especialmente
dado que nunca había estado mejor. Sus ojos estaban mucho más oscuros por la pasión y
su pelo estaba más enmarañado que nunca.
Kiplin no podía esperar mucho más. Tenía que meter ya su polla dentro de Brody. Sacó
68
sus dedos, reemplazándolos con la punta de su verga. Entró lentamente, buscando
cualquier signo de molestia. No hubo ninguno. Ni siquiera cuando estaba de lleno dentro.
Incluso así, Brody todavía esperó un momento para que Kiplin estableciera un ritmo.
No ocurrió hasta que estiró una mano y le palmeó el trasero a Kiplin con la dura orden
de;
—¡Oh, mierda! Parece que tenemos un pasivo mandón por aquí —lo provocó, incluso
cuando comenzó a embestir.
—Mejor que te acostumbres. Siempre he sido de esa manera —replicó Brody, las
palabras entrecortadas.
13 Pop Tarts Nombre con el que se conoce a unas tartas planas, rectangulares y pre-horneadas,
fabricadas por la marca Kellogg's.
—Le dice la sartén al cazo. Nunca podrás acercarte sigilosamente al enemigo po… —
En ese punto Brody se corrió. Fue, a la vez, con dureza e intensidad. Disparó largos
chorros de semen que cubrieron el vientre de ambos. Al mismo tiempo, su cálido culo se
contrajo sobre la polla de Kiplin.
Intentó contenerse para durar un poco más, pero su polla tenía otras ideas. Disparó,
llenándole el culo.
Debieron haberse quedado dormidos, porque unas cuantas horas más tarde, Brody se
despertó en una habitación mucho más oscura. Se le escapó una maldición que hubiera
dejado a Shane impresionado, rodó fuera de la cama y se dirigió al baño. Se lavó e hizo
otros rituales mañaneros, o mejor dicho de la tarde. Abrió el agua de la ducha y regresó
al dormitorio para despertar a Kiplin.
Una vez que llegó a la puerta del dormitorio, se detuvo un momento para observarlo
69
dormir. Parecía mucho más joven y relajado en su sueño. Como si todas las murallas
defensivas se hubiesen derrumbado y estuviese viendo al verdadero Kiplin por primera
vez. Los labios emitieron un sonido de chupetones mientras se acurrucaba en la
almohada aún más. Eso hizo que quisiera envolverlo en sus brazos y decirle que su vida
iba a ser mejor. Que había muchas cosas esperando por él y que no renunciase nunca a
encontrar la felicidad.
Kiplin abrió los ojos y pestañeó un par de veces antes de que pareciese finalmente
darse cuenta de que estaba con Brody.
—¿Buenos días?
—Sería más adecuado buenas noches. Tenemos el tiempo justo para agarrar algo
rápido para comer y luego, tenemos que salir corriendo para el trabajo.
Ambos corrieron a la ducha. Aunque sus manos vagaron un poco, ambos sabían que
no tenían tiempo para una verdadera diversión. Eso tendría que esperar hasta la mañana
siguiente. Apestaba, pero sabía que era culpa de ellos por no despertar antes.
Tan pronto como tuvieron la ropa puesta, se apresuraron a través de la coalición hasta
las puertas principales. Luego, prácticamente corrieron hasta el restaurante. Una vez allí,
reclamaron su reservado favorito y pidieron. No hablaron mucho durante su comida.
Estaban demasiado ocupados llevando comida a sus bocas. Dejaron algo de dinero en la
mesa y se fueron. Tomaron un atajo por el aparcamiento de atrás cuando la totalidad del
mundo de Brody se desmoronó.
70
—Bueno, bueno, bueno, mira lo que tenemos aquí. Nuestro soplón.
Brody habría reconocido esa voz en cualquier parte. Era Mel, uno de los felinos de su
antigua manada. Se giró para confirmarlo, y como era de esperar, el rubio estaba allí. O
al menos, le parecía recordar que era rubio. El felino parecía que no se había bañado en
un tiempo. Había otros dos con él, uno con el cabello rojo y desgreñado, el otro con un
obvio corte de pelo casero en su cabello castaño corto.
Comenzó a temblar tan fuerte que de hecho lo lastimaba. Su corazón latía tan rápido
en su pecho, que estaba preocupado por si se le salía. Por supuesto, sería mejor que tener
que volver a su antigua manada y vivir en una de esas jaulas durante el resto de su vida.
O incluso peor, tener que admitir ante Mitchell que no les había dicho toda la verdad
cuando llegó y le pidió poder vivir en su coalición. La parte que más temía, era tener que
ver la mirada de asco en el rostro de Kiplin y que cortase con él. Eso era lo que más le iba
a doler.
—No, amo a Brody, y es mi pareja. Eso significa que lo que le hagas a él bien podías
estar haciéndomelo a mí. ¿Entendido?
—Bastante, sí.
71
Antes de que Brody pudiera dar la voz de alarma, los tres atacaron al unísono.
Moviéndose tan rápido que se volvió borroso, Kiplin recogió algo de tierra y se la lanzó
a la cara. Los felinos se detuvieron, cubriendo su rostro, como si no pudieran ver. Antes
de que se pudieran recobrar, los atacó, golpeando a cada uno en los huevos. Los tres
cayeron de rodillas, gritando de dolor. Entonces le propinó el golpe final con una patada
a cada uno en sus hostiles narices de felinos.
La pelea había terminado antes de que alguien pudiese decir WTF 14. Caminó hasta
Brody y le pasó un brazo por los hombros y comenzaron a alejarse de la carnicería.
—Así que, Brody, ¿cuándo me vas a decir realmente lo que cabreó tanto a tu antigua
manada?
Tan pronto como regresaron al HQ15. La primera cosa que hizo Kiplin fue ir junto con
Brody a ver a Mitchell. No solo lo hacía porque sabía que estaba asustado, sino también
porque como su compañero era su deber.
¡Ah, sí! Realmente necesitaban hablar sobre todo el asunto del emparejamiento y
asegurarse de que ambos estaban en la misma página. Aunque no quería nada más que
ser la pareja de Brody, quería asegurarse de que se lo tomaba muy, muy, muy en serio.
No había tal cosa como el divorcio en el mundo de los cambiaformas. Eso significaba que
una vez que estuvieran emparejados, era para bien y no había una cláusula de salida.
72
—Tomen asiento, caballeros —Mitchell les señaló dos asientos delante de su escritorio.
Ambos se sentaron. En este punto, Brody estaba tan nervioso que estaba temblando
tanto que de hecho estaba haciendo que se moviera la silla. Mitchell debió de darse cuenta
de ello, porque frunció ligeramente el ceño.
—Sabes que no tienes nada que temer en lo que se refiere a mí. No te lastimaré si has
cometido algún error o algo así.
—No es eso. Te mentí y ese es uno de los peores pecados en el mundo —replicó Brody.
—Un día, decidí ver si podía hackear los documentos clasificados de mayor rango en
nuestra coalición.
—Estaba aburrido y simplemente estaba jugando —Brody se giró hacia Mitchell y alzó
una palma—. Es algo que no volveré a hacer de nuevo. Lo prometo. Aprendí la lección
de la peor manera la última vez.
—Que mi coalición ha estado trabajando con los cuervos durante décadas. Han estado
alimentando a los pájaros con información del interior. Eso es por lo que los cuervos
saben cuándo atacar aquí y a otras coaliciones.
Kiplin pudo sentir una rabia ardiente que lo llenaba. ¿Cómo podía un cambiaformas
darle la espalda a los suyos?
—¿Por qué harían eso? —preguntó Mitchell—. Todo el mundo sabe que tu coalición
es una de las más pobres del estado, así que estoy seguro de que no puede ser por dinero.
Eso tenía sentido para Kiplin. Los cuervos siempre se estaban quejando por la mierda
de tierra que dejaron. Nunca se detuvieron a pensar que podía haber sido por su culpa.
Nadie quería como vecinos a un grupo de gilipollas.
Mitchell guardó silencio durante bastante tiempo antes de hablar finalmente.
—No quiero que compartáis con nadie está información. Lo último que necesitamos
es una revuelta enorme en nuestras manos. Informaré silenciosamente a los líderes de las
coaliciones cercanas sobre este nuevo peligro. Hasta entonces, actúen como los locos que
sois.
—Hay otra cosa —dijo Brody—. Me gustaría formalmente pedir permiso para
emparejarme con Kiplin.
—¿Por qué debería estar de acuerdo con eso? —inquirió Mitchell con un ceño
interrogativo.
—¡Eh! —protestó Kiplin, dándose cuenta de que su líder acababa de meterse con él.
—Solo estoy vacilándote. Creo que hacéis muy buena pareja. Tenéis mis bendiciones
y demás. De hecho, estoy malditamente orgulloso de ti, Kiplin.
—Desearía que así fuera. Poco sabe que le tengo reservada una sorpresa. Ella se metió
a sí misma en un nuevo detalle. Ahora, ella estará en el departamento de desperdicios.
Estoy cubriendo su puesto con Chunky… Dios, odio ese nombre. Voy a hacer que lo
cambie, le guste o no.
—Simplemente haz que suene fantástico. Creo que será un refuerzo moral para él —le
dijo Kiplin.
—Bueno, eso es a menos que vayamos al centro comercial. Algo me dice que no
compraremos en las mismas tiendas de ropa.
—Está bien. Seré más que feliz de aguantarte la billetera y esperar mientras te pruebas
cosas —lo provocó Brody.
Email:
archangelwriter@yahoo.com
Twitter:
76
http://twitter.com/StephaniHecht
FaceBook:
http://www.facebook.com/profile.php?ref=profil&id=1109353859
MySpace:
http://www.myspace.com/stephanihecht
Blog:
http://stephanihechtauthor.blogspot.com
Créditos
Ketty
Aniki
Nunadina
Clau
Isis
Morgana Celtic
77