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Serie
Los hombres de Might
Chase 1

Stormy Glenn

1
Sinopsis
Chase Might era un hombre en problemas. En una misión de la agencia de
protección, de la que era dueño junto con sus hermanos, de alguna manera se
encontró siendo disparado y arrinconado en un almacén por el tercer hombre más
poderoso del cartel de la droga de Domínguez. Para hacerlo peor, el hombre
declaraba necesitar su ayuda para proteger a su hijo que también está siendo
perseguido por el brutal señor de la droga. Chase puede ignorar a sus instintos que
le gritaban que protegiera al hermoso hombre y escapar con su vida o puede
quedarse y librar una batalla que no tiene oportunidad de ganar.

¿Había realmente una opción?

Patrick O’Leary sólo quería poner a salvo a su hijo. El hombre con el que se
había casado, pasó de ser el hombre de sus sueños al monstruo de sus pesadillas. A
Patrick ya no le preocupaba si escapaba. Dudaba que viviera lo suficiente para dar
un latido más, pero haría cualquier cosa en su poder para asegurarse que el horror
que había sufrido durante tanto tiempo no recayera en su hijo, incluso si eso
significaba hacer un acuerdo con un completo extraño.

¿Tenía otra opción?

Género: Alternativo (M/M, Gay), Paranormal, cambiaformas,


Vampiros/licántropos

2
Capítulo 1
—¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! —Chase Might levantó una mano y miró hacia abajo a
la carne irregular y rasgada por la bala que había penetrado en su brazo. Miró
fijamente la enorme herida abierta durante un momento antes de poner la palma de
su mano sobre la herida sangrante—. ¡Joder!

No necesitaba está mierda.

El sentimiento de haber fallado le provocó un nudo en la garganta.

—Me dispararon. —sintió a sus hermanos a través de su unión telepática con la


que habían nacido. No comprendían la unión que solo ellos tres compartían o cómo
la habían obtenido, pero hace años que lo habían asumido. Algunas veces era una
bendición. Otras veces era una maldición, pero era algo con lo que ellos habían
aprendido a vivir.

—¿Cómo de mal? —preguntó su hermano Clint.

—Viviré.

—¿Estás seguro?

Chase puso los ojos en blanco mientras gruñía.

—No, no puedes quedarte con mi coche.

—Maldición.

Su hermano amaba el coche de Chase, pero así también lo hacía Chase. Había
pasado tres años restaurando cuidadosa y meticulosamente el raro Pontiac GTO de
1967. Planeaba ser enterrado con el maldito coche. Simplemente no había
esperado que ese momento se presentase ante él ya rápidamente. 3
—¿Necesitas cambiar? —preguntó Clint.

—Desearía poder hacerlo. —Eso haría que sanase al instante, pero ahora no era
el momento—. Es demasiado peligroso.

Había una razón por la que mayoría del mundo conocido, no tuviera ni idea de
que los cambiaformas existían más allá de la películas y libros. Era demasiado
peligroso para los involucrados.

—Cuando mamá te ponga las manos encima, vas a desear que esa bala te
hubiese dado de pleno. —le recordó Clint.

Chase hizo un gesto de dolor mientras pensaba en la reacción de su madre por


haber recibido un tiro, de nuevo.

—Quizás no debamos decírselo. —Ella se había asustado la última vez que


había recibido un disparo, y la vez anterior… y la vez antes que esa.

Realmente necesitaba aprender a esquivarlos.

—¿Crees que no lo notará? —había un deje de incredulidad en el tono de Clint.

—Puedo tener esperanza. —Quizás tendría que dejar de ver a su madre mientras
se recuperaba.

—También podías cagar pollitos, —dijo Ryan, el hermano más pequeño de


Chase— pero no significa que mamá no vaya a leerte la cartilla cuando descubra
que has recibido un disparo… de nuevo.

Chase dejó caer la cabeza contra la pared de cemento detrás de él y gimió. No


era como si lo hubiera hecho a propósito. Adoraba a su madre, simplemente como
cualquier hijo lo haría, pero la mujer era una experta regañando. Y la mirada
diabólica que lanzaba podía sentirse a cincuenta pasos.

Preferiría enfrentarse a todo un pelotón de fusilamiento de insurgentes armados,


con tan solo un pañuelo de papel y un palillo que enfrentarse a su madre cuando 4
ella estaba en una de sus broncas. No estaba interesado en que ella lo descubriese.
Y ella lo haría. Alice Might era una fuerza a tener en cuenta y Chase no quería
lidiar con ella.

Chase miró en torno al desvencijado almacén. Escuchó a los hombres


buscándolo, y no había escapatoria. Estaba encerrado mientras los matones de
Dominic Eli se gritaban los unos a los otros para encontrarlo. Chase sabía que
aceptar a Morgan Hackery como cliente había sido un error. Lo había sentido en
sus entrañas cuando Clint había estado conforme con aceptar el trabajo.

Morgan Hackery había dicho que necesitaba protección porque manejaba un


montón de dinero y últimamente había tenido el presentimiento de estar siendo
vigilado, pero después de cavar en profundidad, Chase había descubierto que
Morgan manejaba un enorme flujo de fondos.

Dinero del cartel.

Morgan lo había levantado y hacía dos días que había desaparecido, y había
dejado pruebas falsas detrás, señalando que los hermanos Might podían tener algo
que ver con el dinero desaparecido. Ellos no tenían nada que ver, y ahora Chase
había recibido un disparo, y los hombres de Dominic Eli lo estaban buscando para
terminar el trabajo. Querían hacer un ejemplo de él y sus hermanos para otros que
considerasen robarle al cartel.

—No creo que pueda salir de esta. —dijo Chase mientras tragaba ruidosamente.
Ojeó el entorno de cajas apiladas desordenadamente y entonces, rápidamente se
echó hacia atrás cuando vio a uno de los hombres ir en su dirección. El tío estaba
armado hasta los dientes.

—Solo mantén la cabeza alta.—dijo Clint—. Te conozco. Idearas algo para


salir.

Normalmente Chase estaría de acuerdo con su hermano, pero había demasiados


hombres en el almacén y todas las salidas estaban cubiertas. Tarde o temprano
alguien iba a buscar en su pequeño espacio oculto y sería su fin. Tenía que 5
moverse. Moverse era la única manera de sobrevivir.
Mirando las cajas de nuevo, Chase vio que el matón se había aproximado. Con
su mano presionada sobre la herida se puso de pie y rodeo las cajas, deslizándose
por una esquina, y entonces entró en una vieja oficina. La habitación olía a moho y
a rancio como si hubiera un animal muerto en algún lado cerca. Una capa de
suciedad lo cubría todo, pero al menos no estaba fuera a campo abierto.

—Vale,—les dijo Chase a sus hermanos— estoy en una de las oficinas


abandonadas al este del edificio, en la esquina del segundo piso.

—Eso es —lo animó Ryan—. Sigue moviéndote. ¿Todavía no tienes una ruta de
escape?

El sudor cubría su cuero cabelludo y se deslizaba por su espalda mientras


apretaba los dientes. Joder, la herida de bala no iba a matarlo. La totalidad de su
brazo parecía estar ardiendo. Podía sentirlo empezando a sanar, pero todo el
proceso se estaba desarrollando de una manera demasiado lenta para su confort.

Comprobó a través de la única ventana que daba al primer y segundo piso del
almacén. El cristal estaba polvoriento y manchado, pero incluso sin su vista
acentuada podía percibir los cuerpos en movimiento al otro lado.

—No. —No había nada que se interpusiera entre él y la línea de fuego. Chase
estaba intentando todavía descubrir cómo había terminado en primer lugar en la
línea de fuego. Esta misión se suponía que era sencilla.

Entrar, conseguir la información para acabar con el cartel, y salir pitando.

Excepto que Dominic Eli y sus gorilas los habían estado esperando.

Alguien, en algún lugar, se había ido de la lengua. Chase confiaba en sus


hermanos con su vida. Confiaba en la gente que trabajaba en la Agencia de
Protección Might, de la que era propietario junto a sus hermanos, para cubrirle la
espalda.

Así que, o bien Dominic Eli era muy bueno, y no lo era, o el señor de las drogas 6
simplemente había tenido suerte. Chase apostaba que había sido suerte, porque no
podía pensar en ninguna otra manera. Eli tendría que saber que iban a ir.

Chase se agachó cuando uno de los matones se acercó demasiado a la ventana de


la oficina. Rezó para que el hombre no entrase. El cargador de su pistola estaba
vacío y un combate cuerpo a cuerpo haría mucho ruido. Estaba en una situación
que lo dejaba sin opciones.

—¿Cómo va el sangrado? —preguntó Clint.

—Todavía hay una jodida supuración en mi brazo —ladró Chase— pero no es


tan malo como antes.

Estaba respirando con esfuerzo mientras se aferraba con más fuerza a su brazo.

Su brazo iba a entumecerse y pronto perdería su movilidad mientras sanaba. Eso


no le ayudaría en nada en un combate cuerpo a cuerpo.

Claro, podía todavía patear el culo de cualquiera sin usar su brazo, pero haría las
cosas mucho más difíciles.

—No hace falta que te alteres —dijo Clint—. Solo haz un breve reporte.

Chase no estaba de humor para darle a su hermano un informe de la situación.

Necesitaba salir de allí, pero Clint tenía razón. Chase tenía que mantenerlos al
corriente de lo que estaba pasando. Necesitaban saber dónde buscar su cuerpo si no
conseguía salir de allí.

Se escondió cuando una sombra cayó sobre la ventana. Chase presionó su


espalda contra la pared y aguantó la respiración mientras la puerta se abría y luego
se cerraba rápidamente. Atisbando a través de la oscuridad de la oficina, intentó
vislumbrar la figura del hombre.

Un hombre muy pequeño.

—Shhh —dijo el hombre en un tono susurrante mientras palmeaba un bulto 7


arropado contra su pecho—. No te preocupes, dulzura. Papi va a hacer que todo sea
mejor.

¿Qué demonios?

Chase inclinó la cabeza hacia un lado para ver lo que el hombre sostenía. No. De
ningún modo. Esto no podía ser real. ¿El hombre estaba sosteniendo a un bebé?
¿Un condenado bebé? Quizás Chase se había golpeado la cabeza o de hecho había
muerto y estaba alucinando. No había manera de que el tío se hubiera deslizado en
la oficina de un almacén desierto con un bebé en sus brazos.

—¿Quién eres?

El hombre se giró rápidamente, chilló, y luego se llevó una mano a la boca.

Sus ojos verdes estaban abiertos de par en par mientras miraba fijamente a
Chase. La bolsa en la mano del extraño cayó al suelo mientras comenzaba a
retroceder y Chase vio en su rostro una expresión de puro terror.

Levantando las manos, Chase silenció al chico.

—Está bien. No soy uno de los malos.

El extraño dejó ir los ojos hasta la herida del brazo de Chase. Su agarre sobre el
bebé se reafirmó.

—Por favor, no nos hagas daño.

Dios. La mirada en los ojos del hombre hizo que el pecho de Chase se
constriñera.

—Te juro que no voy a hacerte daño, ni a ti ni al bebé. —Esto era irreal. Chase
estaba sangrando por un disparo, los malos lo estaban buscando para matarlo, y
había un hombre; y qué hombre, olía de forma agradable, y un bebé en medio de
todo esto.

Necesitaba un jodido trago. 8


—¡Patrick! —gritó alguien.

El nombre vociferado desde fuera de la oficina hizo que los ojos del hombre se
abrieran incluso más mientras inspiraba y esperaba rápidamente.

—Sabe que escapé.

—¿Quién?

—Dominic.

Joder. Si Chase había tenido tan siquiera media oportunidad de salir de allí vivo,
el extraño acababa de hacer que volase.

Patrick se estremeció mientras Dominic gritaba su nombre de nuevo. Dominicse


estaba enfadando. Ocurrían cosas malas cuando se enfadaba. Patrick lo había visto
una y otra vez en los últimos dos años. Había experimentado el temperamento del
hombre con contusiones y huesos rotos durante la mayor parte de estos años.

Enfadar a Dominic era la última cosa que quería hacer, pero escapar de la locura
del hombre se había convertido en todo por lo que rezaba. No por él, sino por el
niño arropado contra el pecho. Si Patrick hubiera sabido la clase de monstruo que
era Dominic, nunca le habría hecho asegurar que Tommy era suyo.

Desafortunadamente, no había sabido de las fechorías de Dominic hasta que fue


demasiado tarde, y se negó a permitir que Tommy se convirtiera en un peón en la
campaña de Dominic por controlarlo. Las amenazas del hombre de usar a Tommy
para mantenerlo a raya habían aumentado exponencialmente las últimas par de
semanas.

Patrick sabía que Dominic estaba sometido a un montón de estrés debido a sus
negocios turbios, pero eso no le daba al hombre derecho a amenazar la vida de un 9
niño inocente. Si no encontraba una manera de escapar, Dominic usaría a Tommy
para conseguir que Patrick hiciese cualquier cosa que quisiera. Patrick estaría
dispuesto a renunciar a su vida por su hijo, y Dominic lo sabía.

Patrick miró al hombre sentado en el suelo en la esquina más lejana.

Frunció el ceño cuando notó que el hombre se estaba agarrando a su brazo, el


tejido entorno a su mano estaba oscurecido.

—¿Estás herido?

—Un disparo.

Los ojos de Patrick se dirigieron a la ventana polvorienta. No comprendía por


qué este chico estaba aquí, pero sabía que estaba relacionado con Dominic y sus
prácticas ilegales. Cuando volvió al mirar de nuevo al hombre y se percató del
atuendo militar negro que llevaba puesto, se comenzó a formar una idea en su
cabeza. Después de todo puede que simplemente le fuese posible salvar a Tommy.

Patrick se apresuró a ir junto al hombre y se arrodilló a su lado. Desabrochó


cuidadosamente la mochila portabebés en la que estaba Tommy y se la quitó del
torso. Después de tender suavemente al bebé dormido en el suelo a su lado, Patrick
llevó una mano al la herida del hombre.

—Déjame verla —dijo cuando el hombre solo lo miró fijamente.

El hombre lo miró fijamente durante un momento y luego lentamente dejó caer


la mano. Patrick hizo un gesto de dolor cuando vio la carne desgarrada y el pesado
olor a cobre de la sangre llenó el aire, encubriendo a duras penas el rancio aroma
de algo muerto. Patrick tiró de la tela tan lejos como podía, dándole a los bordes
del tejido unos pequeños tirones hasta desgarrarla.

—Te dieron de pleno. —murmuró Patrick, sin querer que alguien los escuchara
si estaban dirigiéndose a la oficina. Sabiendo que necesitaba algo para que la
herida dejase de supurar sangre, tan lento como era el reflujo, Patrick miró por
suelo y agarró la bolsa del bebé. Revolvió en su interior, sacando las toallitas y un 10
pañal. Si la cosa podía aguantar una tonelada de mierda de bebé, podía ayudar a
detener un poco el sangrado.

Patrick cuidadosamente limpió la herida desigual con la toallita. Era tan


higiénico como podía, considerando dónde estaban. Una vez que la herida estaba
tan limpia como podía tenerla, Patrick agarró el pañal y lo presionó alrededor del
musculoso brazo. El adhesivo del pañal de usar y tirar no lo mantendría en su
lugar, así que Patrick sacó el imperdible de la cadena del chupete de Tommy para
sujetar el pañal a su alrededor.

—Eso debería detener el sangrado de caer por todos lados, hasta que consigas
ver a un médico.

El hombre lo miró fijamente con un gesto perplejo.

—Gracias.

Patrick no pudo sonreírle al hombre simplemente porque estaba demasiado


aterrorizado. En su lugar asintió con la cabeza.

—Dominic te está buscando, ¿no?

—Lo está.

Patrick tragó el nudo de miedo formándose en su garganta. Rápidamente recogió


la toallitas ensangrentadas después usó una para limpiar sus manos, y luego ocultó
las toallitas usadas bajo una pila de cartones en el suelo. Si Dominic oía un soplo
de que Patrick había ayudado a alguien que él perseguía, no habría lugar en el
planeta en el que pudiera esconderse.

—¿Eres policía? —preguntó Patrick. No esperaba que el hombre le respondiese


honestamente, pero se sintió compelido a preguntar.

—No, soy dueño de una agencia de protección.

La honesta respuesta del hombre sorprendió a Patrick, mucho. Sus ojos se


dirigieron ala herida vendada con el pañal. 11
—¿Tu propia agencia de protección?

El hombre se encogió de hombros.

—Me olvidé de agacharme.

Por supuesto.

—¿Eres bueno en lo que haces? —la evidencia sugería que el hombre apestaba,
pero quizás la prueba no era concluyente. Bajo estas circunstancias, Patrick estaba
dispuesto a tomar eso como una oportunidad.

Las cejas del hombre se alzaron como si estuviera sorprendido por la pregunta.

—Bastante bueno.

—¿Qué clase de trabajos de protección realiza tu agencia?

El hombre bufó.

—Proteger.

Patrick solo miró fijamente al hombre.

—La gente nos contrata para protegerlos de situaciones peligrosas. Algunas


veces es de un acosador, otras veces es un ex peligroso. Algunas veces, alguien
solo necesita a alguien de su lado cuando la situación se pone difícil. Cualquiera
que sea la situación, mi agencia protege a aquellos que lo necesitan.

Patrick extendió las manos hacia abajo y recogió a Tommy. Abrazó al bebé muy
cerca de su pecho, agradeciendo que Tommy durmiera la mayor parte de tiempo.
Su corazón le dolía por lo que estaba a punto de hacer, pero no creía que tuviera
otra elección.

Patrick podía sentir cómo se acumulaban las lágrimas en sus ojos mientras los
alzaba para encontrarse con la mirada cautelosa del extraño. 12
—Me gustaría contratarte.

—¿Has perdido la cabeza? —Chase le espetó en un duro susurro.

—Las oportunidades de que consiga salir de aquí vivo se acercan bastante de


cero a ninguna, o no has notado a todos los idiotas armados ahí fuera en la otra
habitación.

Patrick contuvo la respiración cuando una figura pasó corriendo por la ventana
de la oficina.

Una vez que los golpes de los pasos se desvanecieron, Patrick volvió de nuevo
su atención al extraño.

—Puedo conseguir que los guardias se dirijan en otra dirección para que puedas
escapar.

Las oscuras cejas descendieron sobre los ojos del hombre mientras fruncía el
ceño.

—¿Por qué harías eso?

—Porque necesito que protejas algo por mí.

—¿Qué?

Patrick cerró los ojos durante un momento, abrazando a su hijo. Le llevó más
control del que pensaba que tenía abrir los ojos y mirar al hombre directamente a
los ojos y entonces le pasó a su bebé.

—Necesito que protejas a mi hijo.

—¿Estás loco? —espetó el hombre incluso mientras acunaba suavemente al bebé


en sus enormes brazos. La gentil manera en la que el extraño acunaba a Tommy en
su pecho le dijo a Patrick que estaba tomando la elección acertada.
13
—Si no sales de aquí pronto, Dominic va a encontrarte y matarte. —Patrick
había visto al monstruo matar antes sin pestañear. Patrick no dudaba de que el
hombre lo hiciese de nuevo—. Y si Tommy no consigue estar en cualquier lugar
seguro, Dominic también va a matarlo.

—¿Qué? —el grito del extraño fue tan alto, que Patrick puso una mano sobre la
boca del hombre.

Disparó una mirada preocupada hacia la puerta, de nuevo conteniendo la


respiración mientras esperaba a ver si alguien había escuchado el grito del hombre
o no. Cuando nadie acudió corriendo, Patrick bajó cuidadosamente la mano.

—Baja la voz —espetó Patrick—. ¿Quieres que nos oigan?

La mandíbula del hombre se apretó, su rostro enrojeció de ira.

—Mira —dijo Patrick— Dominic tiene con él a ocho hombres. Mientras que la
mayoría de ellos probablemente están buscándote a ti, Dominic y al menos dos de
sus guardias me están buscando a mí. Si los distraigo, puedes escaparte.

Era un plan peligroso, pero era un plan. Era todo lo que Patrick tenía en ese
momento.

—¿Por qué harías eso?

Los ojos de Patrick cayeron sobre el bebé todavía dormido. Sonrió con tristeza y
extendió una mano y colocó un salvaje rizo caoba de la cara del bebé.

—Quiero que Tommy esté a salvo.

—¿Eli amenaza su vida?

—Dominic utiliza a Tommy para mantenerme a raya. —El nudo había


regresado—. Si no hago lo que quiere, amenaza con alejar a Tommy de mí y
dárselo a otra persona. Pero sinceramente, creo que tan siquiera se molestará.
Simplemente lo matará.
14
Esa era la clase de cosas que hacía Dominic.

—¿Qué quiere Eli de ti?

—Mi conformidad. —Patrick soltó una pequeña risa amarga—. Quiere que sea
la pequeña mascota perfecta y que obedezca cada palabra suya. Lo prefiere cuando
me arrodillo a su lado para que así todos sus amigos puedan ver el control que
ejerce sobre mí.

El hombre entrecerró los ojos.

—¿Cómo demonios caíste en las garras de Dominic Eli?

—Me casé con él.

15
Capítulo 2
Chase supo que el extraño hombre pequeño había perdido la cabeza cuando
susurró esas cuatro pequeñas palabras. Dominic Eli era un engendro de Satán, un
hombre que no era consciente o desconocía lo correcto de lo equívoco.

Se le conocía por hacer desaparecer a familias enteras cuando alguien lo


enfadaba, incluso hasta a los niños más pequeños, lo cual era por lo que Chase
creía totalmente en que Eli no tenía problema en usar al bebé acurrucado en su
brazos para conseguir lo que quería.

Chase simplemente no sabía cómo infiernos se suponía que iba a proteger a


alguien estando herido, atrapado en una oficina de un almacén abandonado, sin
señales de una ruta de escape. Al instante en el que pudiera un pie fuera de esta
polvorienta oficina, bebé o no, sería atrapado.

Simplemente no veía la manera de salir, para ninguno de ellos.

—¿Qué vas a hacer si te atrapa? —preguntó Chase porque iba en contra de su


naturaleza permitir que alguien se encaminará hacia el peligro si podía evitarlo.

Había un deje amargo en la voz de Patrick cuando contestó lo que hablaba de un


hombre resignado a su destino.

—Mayormente sangrar un montón. —Patrick sonrió débilmente,


sombríamente—. A Dominic no le gusta que la gente esté en desacuerdo con él.
Tiende a hacer cosas para asegurarse de que no lo vuelvan a hacer de nuevo.

Eso podría explicar la larga fila de cuerpos abandonados tras la estela del
hombre.

Aunque la mayoría sabía que el hombre había cometido los asesinatos, nunca
había suficientes evidencias para relacionar al señor de las drogas con los
16
crímenes. Infiernos, la mitad del tiempo, no había tan siquiera ningún cuerpo.

Cuando Patrick iba a ponerse de pie, Chase extendió una mano y le agarró la
muñeca.

—Te matará. —Chase estaba seguro.

—Probablemente —dijo Patrick mientras se desprendía de Chase y terminaba de


levantarse. Sus ojos fueron hacia el bebé en brazos de Chase—. Pero, al menos,
Tommy estará a salvo.

—Espera —dijo Chase cuando el hombre empezó a dirigirse a la puerta—.


¿Cómo te encontraré de nuevo? —no planeaba quedarse con el bebé para siempre.

—Te encontraré yo —dijo Patrick.

—¿Cómo? —Chase ni siquiera le había dicho al chico su nombre.

—¿Cuál es el nombre de esa agencia de protección de la que eres dueño?

—Agencia de Protección Might. —Chase sintió que su rostro se sonrojaba


cuando Patrick levantó una ceja—. Soy Chase Might. Empecé la agencia junto a
mis dos hermanos, Clint y Ryan. En su momento nos pareció un buen nombre.

—Vale, Chase Might. —Las lágrimas comenzaron a deslizarse y por las


mejillas de Patrick mientras retrocedía hacia la puerta—. Cuida de mi hijo. Yo me
ocuparé de Dominic.

—Espera, ¿cuál es tu nombre?

Patrick le dedicó una pequeña sonrisa.

—Patrick O’Leary. —señaló con la cabeza al bebé—. Y ese es mi hijo, Tomás


O’Leary.

—¿O’Leary? 17
Patrick se encogió de hombros.

—Dominic creyó que haría que el proceso de adopción fuese más rápido.

—¿Tu hijo es adoptado?

—No, es mío. Usé un vientre de alquiler. Quería decir el proceso de adopción


para que Dominic lo adoptase.

Sabiendo que el tiempo era esencial, Patrick se giró hacia la puerta y agarró el
picaporte. Abrió la puerta una rendija y echó un vistazo.

Miró hacia atrás sobre su hombro, sus ojos aterrizando momentáneamente en el


bebé antes de alzarlos hacia Chase.

—Voy a crear una distracción. Permanece oculto hasta que escuches a los
hombres de Dominic marcharse y luego sal pitando de aquí. Solo vas a tener una
oportunidad, Chase. No me defraudes. Te estoy confiando a mi hijo.

Chase asintió con la cabeza.

—Lo protegeré.

Patrick hizo un solo movimiento afirmativo con la cabeza, pero sus ojos se
desviaron hacia el bebé una vez más, Chase podía ver el dolor en ellos. Sabía que
al hombre se le estaba rompiendo el corazón por tener que separarse de su hijo.
También sabía que esta podía ser la única oportunidad que él tenía de alejar al bebé
de Dominic.

Chase quería decir algo para aliviar la miseria que centelleantes en los ojos
verdes de Patrick, pero realmente no había nada que decir. Si Patrick se quedaba,
serían descubiertos. Si Patrick se iba, todavía podían ser descubiertos.

Las posibilidades de que ambos consiguieran salir vivos de aquí eran


malditamente bajas.
18
Las posibilidades de que a Chase le fuera posible salir con el bebé si Patrick
creaba una distracción todavía eran bastante bajas, pero Chase tenía una mejor
oportunidad de escapar de la que tenía Patrick, incluso con un bebé y un tiro en el
brazo.

A Chase todavía no le gustaba. Permitir que Patrick se adentrase en un peligro


conocido dejaba una sensación agria en sus entrañas. Abrió la boca para decirle a
Patrick que encontrarían otra forma, pero antes de que pudiera voz a su
pensamiento, Patrick se había ido, deslizándose por la puerta.

—¡Maldita sea! —Chase sabía que era muy mala idea—. Estar preparados,
chicos. Voy a salir de aquí echando chispas, y llevo equipaje conmigo.

—¿Qué clase de equipaje? —preguntó Clint.

Chase bajó la vista al bebé durmiendo en sus brazos. Sus hermanos nunca le iban
a creer.

—Os lo explicaré cuando os vea.

Cogió la mochila del bebé en la que estaba durmiendo y empezó a sujetarla a su


pecho tan bien como podía con una extremidad herida. Incluso tan sorprendido
cómo había estado, había visto como Patrick había desabrochado el artilugio. No
podía ser tan difícil de volver a abrochar a su pecho.

Un par de minutos más tarde, Chase admitió su derrota. No podía imaginarlo.


Aparentemente, hacía falta un grado como de ingeniero aeroespacial para saber
cómo abrochar la maldita cosa. Chase no era ingeniero aeroespacial por mucho que
estirase la imaginación.

Anudo las terminaciones y luego simplemente deslizó sus brazos a través de las
correas y las enganchó sobre sus hombros. Parecía como si tuviese una mochila
sobre el pecho, pero si lo ayudaba a transportar el bebé, le parecía bien verse como
un idiota.

Pero solo por esta vez. 19


Manteniendo su brazo herido envuelto alrededor del bebé, Chase utilizó su brazo
bueno para ponerse en pie. Agarró la correa de la bolsa del bebé y la colgó sobre su
hombro también. Esperaba que hubiera algo en la bolsa que pudiera conducirlo al
padre del bebé. No iba a parar de buscar a Patrick hasta que pudiera reunir al
hombre con su hijo.

Chase comenzó a arrastrarse hacia la puerta cuando vio una sombra.


Rápidamente se deslizó tras un montón de cajas de nuevo. Su corazón le atronaba
en los oídos. Cuando la puerta comenzó a abrirse, estaba seguro que iba a tener que
pelear para poder salir.

Chase empezó a sacar las correas de la mochila del bebé de sus hombros cuando
escuchó el chasquido de una radio. No pudo comprender las palabras, pero lo que
fuera que se dijera hizo que quien fuese que estuviera en la puerta saliese corriendo
como si el lugar estuviese siendo invadido por zombis y alguien estuviese a punto
de lanzar una bomba incendiaria en la totalidad del área.

Tenía que ser la distracción que Patrick prometió. Chase se aseguró de tener al
bebé seguro sobre su pecho y la pañalera sobre su hombro antes de dirigirse al la
puerta de nuevo. Quién quiera que hubiera estado por entrar no había cerrado la
puerta tras su salida, lo cual jugaba al favor de Chase. Nadie podría escucharlo
salir.

Después de asegurarse que no había merodeadores por la costa, Chase salió de la


habitación.

Se aseguró de cerrar la puerta tal como estaba cuando el tío con la pistola se
había ido. Si el pistolero volvía, pensaría que era extraño si la puerta estaba abierta
de par en par o cerrada del todo. Podía levantar la alarma y Chase necesitaba cada
segundo que pudiera conseguir para lograr escapar.

Chase permaneció pegado de la pared mientras recorría su camino a través del


pasillo abandonado y luego bajaba hasta el primer piso. Estaba un poco anonadado
de no ver a nadie. Patrick había dicho que Eli tenía a ocho hombres consigo. Hacía 20
que Chase se preguntase qué clase de distracción había creado el hombre que
requería a los ocho hombres.

Cuando llegó al extremo más lejano del almacén, se puso de cuclillas detrás de
alguna maquinaria herrumbrosa. Necesitaba asegurarse de que había alguien
esperando por él cuando dejase el almacén. El lugar no estaba exactamente en el
culo del mundo, pero se aproximaba bastante. No había mucho más alrededor
excepto una par de edificios y unas vías ferroviarias.

El murmuró silenciosamente a su hermano;

—Clint, ¿me recibes?

—Te recibo, Chase —replicó Clint.

—Estoy en el fondo sur del almacén.—Lo cual esperaba que fuese lo bastante
lejos de la acción para que él no fuese visto—. Necesito una evacuación de
emergencia.

—Recibido. Estoy fuera en noventa segundos.

Chase rezó para tener noventa segundos.

Bajó la vista al bebé acurrucado en su pecho. El chiquillo parecía tener solo unas
pocas semanas. Podía estar equivocado. No sabía mucho sobre niños. Pero no creía
que fuesen mucho más pequeños que el bebé en sus brazos.

¿En qué demonios estaba pensando Patrick al tener al niño en tal volátil
situación? tenía que saber que Dominic Eli era un hombre peligroso. A Chase no le
habían pasado por alto las desvaídas contusiones en la piel pálida del hombre o las
sombras alrededor de sus ojos verdes. Patrick había visto el lado malo de Eli, lo
cual hacía que Chase se preguntase por qué sólo estaba intentando escapar ahora.

Quizás no lo estaba. Quizás, esto todo era alguna elaborada maquinación para
hacer caer a Chase y a sus hermanos. Quizás… Chase meneó la cabeza.

Había visto el dolor en el rostro de Patrick mientras le dejaba a cargo a su hijo. 21


Ese nivel de tristeza no podía ser falseado.

Chase podía no saber mucho sobre bebés, pero sabía cómo leer en la gente.
Patrick no estaba más involucrado en un complot para destruir la Agencia de
Protección Might de lo que dejaría a Dominic Eli continuar amenazando a su hijo.
Iba tener que ser capaz para Chase y sus hermanos ayudar al hombre a escapar de
su infierno y reunirlo de nuevo con su hijo.

—Evacuación preparada —dijo Clint.

—Recibido —replicó Chase. Reafirmó su agarre sobre el bebé y su bolsa, y


luego empujó la puerta para dirigirse a exterior. Un rápido escaneo del área
inmediata le mostró que estaba desierta, o que parecía desierta. Chase no podía ver
a nadie.

Eso de hecho era un tanto preocupante para él. Incluso con solo ocho hombres,
debería de haber alguien por ahí. Chase no sabía lo que Patrick había hecho para
distraerlos a todos, pero tenía que haber sido monumental.

No queriendo que el sacrificio de Patrick fuese malgastado, Chase empezó a


recorrer el campo abierto hasta el lado lejano a los raíles ferroviarios en donde
podía ver a Clint esperando por él en una SUV negra. El vehículo era una clase de
cliché, pero era robusto y a prueba de balas.

A Chase le gustaba lo de a prueba de balas.

Justo cuando Chase alcanzaba la SUV, un grito resonó a través del aire nocturno.
Chase se detuvo y miró hacia atrás, al almacén.

Todo dentro de él le decía que regresase a por Patrick, porque eso solo podía ser
Patrick gritando así.

Cuando el bebé comenzó a gimotear y a moverse como si se estuviese


despertando, Chase supo que conseguir alejarlo del peligro era más importante.
Iba en contra de todo lo que creía, pero se forzó a sí mismos girarse y a montar en 22
la parte de atrás del vehículo. Tendría que regresar a por Patrick, pero no hasta que
el hijo del hombre estuviese el lugar seguro.

—¡Vamos! —le gritó a su hermano.

Chase fue empujado hacia atrás en el asiento por la inercia cuando Clint pisó el
acelerador y el SUV salió disparado a una velocidad de vértigo. Una vez que
estuvieron en una calle normal, Chase miró detrás de ellos, asegurándose de que
nadie lo estuviera siguiendo. No estaba seguro de que la distracción de Patrick
fuera suficiente para llevarse a todos los guardias. Alguno de ellos podía estar
todavía buscando a Chase.

Una vez que estuvo seguro de que no los estaban siguiendo, Chase sacó las
correas de sus brazos y acostó al bebé en el asiento a su lado. No tenía un asiento
de bebé para coche así que simplemente fijó la bolsa del bebé entre el niño
dormido y el suelo, luego tiró del cinturón colocándolo en torno a ellos,
bloqueándolo en su sitio.

—Conduce con cuidado, Clint. No podemos darnos el lujo de ser detenidos por
la policía debido a la velocidad o por conducción temeraria. —No estaba seguro de
cuál era la multa por llevar a un niño en el vehículo sin el asiento correspondiente,
pero tenía que ser malditamente alta, especialmente considerando cuán joven era el
bebé.

El bebé empezó a llorar antes de incluso abrir los ojos. Chase gimió, recordando
una de las razones por las que no se las ingenian con niños. Extendió una mano y
abrió la cremallera de la bolsa del bebé, buscando algo que pudiera tranquilizarlo.

—¿Qué demonios es eso?

—Si recuerdo lo que aprendí en biología correctamente —replicó Chase—. Es


un bebé.

Por supuesto, de la manera en que el maldito estaba llorando, sabía que podía
estar equivocado. Estaba inclinado sobre una máquina de tortura enviada por sus
enemigos… o un ex-amante.
23
Clint frunció el ceño mientras volvía a concentrarse en conducir.

—Bueno, hazlo parar.

—¿Y cómo demonios esperas que haga eso? —Espetó Chase—. ¿Qué sé yo
sobre bebés?

—Mejor harías llamando a mamá.

Chase gimió. La última cosa que quería hacer era llamar a su madre. Puede que
ella posiblemente le dijera como hacer que el bebé dejara de llorar, pero querría
verlo, lo cual significaba que querría ver a Chase, lo cual conllevaría que vería el
agujero de bala en su brazo.

En el momento que eso ocurriese, no importaría que la herida estuviese sanando.


Necesitaría una sala de emergencias.

—Llévanos de regreso a la base. —Chase empezó a buscar por la bolsa del bebé,
esperando encontrar algo que sirviera… ¡sí! Un chupete. Chase se estiró y metió
con un meneo el chupete en la boca del bebé. Después de un par de sollozos, el
bendito silencio llenó el vehículo.

—Maldita sea —dijo Clint mientras miraba hacia atrás—. ¿Lo mataste?

—El chupete.

—Eh. —Clint parpadeó antes de regresar la vista a la carretera.

—¿Me pregunto si funcionará con Ryan?

Chase apoyó una mano en una de las piernas del bebé y permitió que su cabeza
reposara contra el asiento. Estaba cansado, dolorido, hambriento, y quería una
cama, algo de comida y un trago realmente enorme. Estaba bastante seguro que iba
a conseguir un interrogatorio, sopa y agua.

La vida no era justa. 24


—¿Dónde encontraste al niño? —preguntó Clint.

Chase suspiró pesadamente. Había estado esperando la pregunta. Simplemente


no estaba seguro de cómo empezar a explicar la respuesta. No estaba seguro de
cuál era la respuesta.

—No estoy seguro de que me creas —dijo finalmente.

—Tienes un chiquillo, hermano. Estoy bastante seguro de que creeré cualquier


cosa llegado hasta este punto.

—Su padre Patrick me… nos contrató. —Chase parpadeó mientras la fatiga
hacía arder sus globos oculares—. Contrató a nuestra agencia para mantener a
Tommy a salvo.

—¿De quién? —Chase podía ver el ceño fruncido de Clint por el retrovisor. El
hombre iba a hacer mucho más que fruncir el ceño dentro de un momento.

—De su marido… —Chase se detuvo para darle un efecto dramático porque esto
iba a ser extraordinario—. Dominic Eli.

—¡Jodida mierda bendita! —gritó Clint mientras el SUV viró bruscamente—.


¿Lo dices en serio? —le lanzó al niño una mirada asombrada por encima del
hombro—. ¿Ese es el hijo de Dominic Eli?

—Síp. —Chase casi gruñó su respuesta. Por alguna razón, esa idea no le sentaba
bien. No le importaba que Patrick fuese el padre de Tommy, pero Dominic no tenía
nada que hacer en torno a cualquier niño, y menos con uno dulce e inocente como
Tommy.

—¡Oh, hombre! —Clint meneó la cabeza mientras se giraba—. Realmente sabes


cómo joderlo a lo grande, ¿no?

Considerando que eran cambiaformas jaguares, eso era claramente un insulto.

Chase le hizo una peineta a su hermano. Sabía que había visto su gesto por el 25
retrovisor cuando soltó una risita.

—Patrick creó una distracción para que así pudiese escapar con su hijo. —Chase
todavía estaba un poco anonadado por las acciones del chico—. Lo escuché gritar
cuando estaba escapando.

—Cabrón.

—Se sacrificó por salvarnos, Clint.

—¿Crees que Eli lo asesinó?

—Si no lo hizo, Patrick probablemente va a desear haberlo hecho. —El mero


pensamiento de lo que podía estar ocurriéndole a Patrick si estaba vivo le dejó un
sabor amargo en la boca a Chase. Descendió la vista a niño dormido—. Descubriré
lo que le pasó a tu papi, pequeñín. Lo prometo.

26
Capítulo 3
—Te lo preguntaré una vez más, Patrick. ¿Dónde está Tommy?

Patrick O'Leary miró fijamente al hombre del que se había enamorado dos años
atrás, el hombre al que se había comprometido por siempre, el hombre con el que
compartía un hijo… el hombre que se había convertido en un monstruo y había
hecho de su vida un infierno.

Al principio, había estado aterrorizado por tener a semejante hombre poderoso


interesado en él, queriéndolo, poseyéndolo. Había sido un noviazgo relámpago,
volando con Dominic a su hacienda en México a las pocas semanas de haberse
conocido.

Cuando las semanas se fueron sucediendo, se volvieron meses y luego años,


Patrick había aprendido dolorosamente la lección, que la personalidad dominante
de su nuevo marido ocultaba a un hombre que se regodeaba en el dolor y la
degradación. Cuanto más gritaba Patrick, más le gustaba a Dominic.

Tan seca como tenía la garganta, no era fácil reunir saliva en su boca, pero el
esfuerzo fue más que satisfactorio al ver el asombro en el rostro de Dominic
cuando le escupió. Dominic se limpió el escupitajo de su cara antes de levantar su
mano en el aire y le dio un guantazo a Patrick tan fuerte que sus oídos pitaron.

—Me dirás lo que quiero saber, Patrick.

Siempre y cuando su hijo estuviese a salvo, a Patrick no le preocupaba lo que


pasara a él. Había hecho lo que tenía que hacer y encontró la manera de salvar a
Tommy de Dominic. Sabía que cuando no regresara a por él, lo más probable es
que Chase diera al niño a los servicios sociales, pero ser criado por extraños era
mejor que estar en manos de un maníaco.
27
La garganta de Patrick le dolió cuando se rió amargamente.
—Qué te jodan, Dominic. —Sabía que las palabras le traerían más dolor, pero
estaba más allá de preocuparle llevado a este punto.

La furia fue instantánea, tanto como el dolor que Dominic le inflingió para
intentar quebrar a Patrick en sumisión. A través de cada puñetazo, cada patada,
Patrick sonrió. Incluso cuando el mundo comenzó a desvanecerse, supo que tenía
una buena razón para sonreír. Tommy estaba a salvo y su sufrimiento estaba a
punto de terminar.

Cuando su visión se volvió borrosa y se desvanecía en negro, Patrick escupió la


sangre acumulada en su boca y levantó la vista hacia el hombre del que se había
enamorado hacía dos años.

—Quiero el divorcio.

Dominic se puso de cuclillas delante de él, agarrando la mandíbula de Patrick de


forma dolorosa.

—Me perteneces. —gruñóDominic—. Me pertenecerás hasta el día en que


mueras.

—Vale. — Patrick cerró los ojos y simplemente se dejó llevar.

Una toallita fría sobre la cara hizo que Patrick se revolviera para despertar. Abrió
sus ojos amoratados tanto como pudo y observó el rostro de la persona que estaba
limpiando sus heridas.

—María —murmuró roncamente, dándose cuenta de que por el momento estaba


a salvo—. ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?

—Dos días.

Patrick suspiró de cansancio. Esta era una escena que había interpretado más de 28
una vez en los últimos dos años. Después de sufrir una de las diatribas de Dominic,
se despertaba con María limpiándolo y atendiendo sus heridas.

Si esta vez era como las anteriores veces que había estado en esta situación,
habría un guardia armado posicionado en el exterior de la pequeña habitación en la
que estaba. Tendría un par de días de reposo curando antes de que Dominic o bien
viniese a pegarle de nuevo o le trajera flores y suplicara por su perdón, jurando que
nunca volvería a pasar.

Patrick había confiado en él la primera vez, y aceptó los regalos agradecido y la


disculpa dada. Y las cosas habían sido maravillosas, justo hasta la siguiente vez
que ocurrió. Patrick no había perdonado tan fácilmente la segunda vez, y para nada
la tercera que había sido golpeado.

Dudaba que esta vez recibiese flores

—¡Oh, mijo1!¿Por qué tenías que enfadarlo así? —preguntó la anciana mientras
limpiaba cuidadosamente la sangre del rostro de Patrick.

—Tenía que asegurarme de que Tommy estuviese a salvo.

María se detuvo por un breve momento antes de mirar sobre su hombro. Cuando
lo volvió a mirar, sus ojos castaños eran precavidos.

—Te matará la próxima vez, Patrick. Lo sabes.

—Sí. —había tan solo una determinada cantidad de castigo que el cuerpo
humano podía manejar.

—Debes de decirle en dónde está el bambino2.

—Preferiría morir. —Y moriría antes de decirle a Dominic donde estaba


Tommy, incluso a riesgo de quitarse la propia vida. No había poder en la Tierra
que pudiera hacerle decir el paradero de Tommy. Aunque, afortunadamente,
Tommy hacía mucho que se había ido de esa oficina con olor rancio.
29
1 En español en el original.
2 En italiano en el original.
—Está muy enfadado —continuó María—. Ha estado gritando y chillando toda
la mañana. Incluso sus hombres recelan de acercarse a él.

—Está atravesando un berrinche temperamental porque no consigue lo que


quiere.

—Patrick, esto es serio. Estoy preocupada por lo que hará si no le dices dónde
está Tommy.

Patrick suspiró mientras abría los ojos un poco más.

—María, sé que estás preocupada, pero no hay nada que me puedas decir que me
induzca a decirle a Dominic dónde está mi hijo. Además, no lo sé. Se lo di a una
señora cuando caminaba por la calle y le dije que lo había encontrado en una caja
de cartón en un callejón. En estos momentos, probablemente, le haya sido
entregado a la policía.

Patrick sabía dos cosas. Una, María iba a informar de todo lo que Patrick había
dicho a Dominic. No es como que ella quisiera traicionar a Patrick, sino que
Dominic le daba mucho miedo para pensar alguna vez en desafiarlo.

Y dos, cuando los hombres de Dominic lo habían capturado, había estado a dos
bloques de distancia. Eso podría respaldar la historia de que le había dado a
Tommy a algún extraño que pasaba por la calle. Simplemente tenía que esperar y
ver si María se tragaba su historia antes de repetírsela a Dominic.

María sonrió, el paño húmedo en su mano a meros centímetros de la


contusionada carne de Patrick.

—¿Le diste a Tomás a algún extraño en la calle?

—Sí, y lo haría de nuevo si significa salvarlo de Dominic. —Había tal verdad


detrás de sus palabras que Patrick sabía que María lo creería. Tuvo que darle su
niño a un completo extraño con la esperanza de salvarlo, y lo haría de nuevo. No
había mentira en ello. 30
—Oh, al Sr. Dominic no va a gustarle eso.

—Demasiado jodidamente mal. —bufó Patrick—. Dejé de preocuparme sobre lo


que le gustaba a Dominic la primera vez que me golpeó.

María hizo un sonido de desaprobación y volvió a limpiar las heridas de Patrick.


Sabía que María no estaba de acuerdo con su elección de desafiar a Dominic.
Había crecido en un mundo donde los fuertes estaban a cargo, y Dominic era uno
de los más fuertes.

Cuando Patrick y Dominic se casaron, y Patrick no fue claramente el líder de su


relación, en la mente de María significaba que Dominic estaba a cargo de su
matrimonio. Ella desaprobaba que Patrick pusiera en tela de juicio las demandas de
Dominic.

Patrick podía haber tenido un punto de vista más tradicional al principio de


casarse con Dominic, pero ya no. Había visto lo que el poder le hacía al hombre y
no quería ser parte de ello. Prefería pasar el resto de su vida, lo corta que fuera a
ser, soltero y solo.

Sus fantasías de encontrar su alma gemela y pasar el resto de su vida en felicidad


conyugal se había esfumado junto con su sueño de ser padre. Incluso si escapaba
de Dominic, Patrick dudaba de que las autoridades le permitiesen alguna vez tener
a Tommy de nuevo.

Le había entregado su hijo a un extraño. No le sorprendería si cumplía algún


tiempo en prisión por lo que había hecho.

—Bueno, eso debería de bastar —dijo María cuando terminó de envolver un


vendaje elástico en la muñeca que tenía un esguince. Ella reunió las cosas y las
puso de regreso el pequeño botiquín que siempre llevaba cuando Patrick
necesitaba primeros auxilios—. Intenta descansar, Patrick. Te traeré algo de caldo
dentro de un rato.

—Gracias, María.
31
María le palmeó un brazo, probablemente en uno de los pocos lugares en su
cuerpo que no fue molido a palos.

—Ahora, duerme. Regresaré en un par de horas.

Patrick esperó hasta que la puerta se cerró tras María antes de deslizar sus
piernas por un lado de la cama de una sola plaza. Apretó los dientes para bloquear
sus gritos detrás de sus labios mientras se obligaba a sentarse. El sudor corría por
su frente mientras intentaba respirar a través de la agonía.

Lentamente condujo algo de aire a sus pulmones y entonces comenzó a tomar


cuenta de sus heridas. Casi se rió cuando se percató que le habían pegado tantas
veces, que podía decir si sus costillas estaban rotas o simplemente contusionadas
sin necesidad de rayos-x. Afortunadamente, solo estaban contusionadas esta vez.

La mayoría de su cuerpo tenía contusiones.

Así que, de acuerdo, le dolían los ojos y su visión no era la mejor, lo cual le
decía que probablemente estaban hinchados. Patrick podía sentir sus labios
hinchados y sabía que estaban partidos en varios lugares. Le dolía al abrir la boca,
así que sus mejillas estarían también amoratadas e hinchadas.

Además de otros moratones desperdigados por su cuerpo, nada parecía roto.

Eso era un plus.

Patrick no tenía intención de acostarse y ser un buen y pequeño saco de boxeo.


Tanto como sabía que mantendría siempre sus labios sellados con respecto al
paradero de Tommy, no era estúpido.

Había drogas que podían hacerlo cantar más alto que una bandada de arrendajos
azules, y Dominic tenía acceso a ellas. Patrick necesitaba salir pitando de allí antes
de que eso ocurriese.

Dominic Eli era un hombre muy poderoso, pero no era siempre el más 32
inteligente. El estúpido lo había puesto en la misma habitación siempre después de
recibir una paliza. Patrick no estaba seguro si era porque Dominic no quería que le
recordaran lo que había hecho o si estaba avergonzado y no quería ver la prueba de
sus crímenes, pero esta vez Patrick estaba agradecido de que lo hubiera hecho.

Arrastró los pies hasta la puerta y presionó su oreja contra la madera fría y dura.
Podía escuchar ruidos distantes, pero eran débiles. Por la experiencia, Patrick sabía
que había un guardia custodiando la puerta. Siempre lo había. A Patrick no se le
había permitido ir solo a ninguna parte desde la primera vez que Dominic lo
golpeó.

Era como si creyese que podía intentar escapar o algo así.

Vete tú a saber.

Patrick no se hacía ilusiones. Si lo atrapaban intentando escapar de nuevo,


Dominic no pararía. Su temperamento tenía semejante gatillo fácil, que lo más
seguro es que matara a golpes a Patrick. Solo que esta vez, Patrick tenía un plan.

Alejándose de la puerta, Patrick fue hasta el baño.

Patrick parpadeó cuando consiguió ver bien su rostro. Tocó cuidadosamente con
las yemas de los dedos la curvatura de su hinchada mejilla.

Había sido afortunado que Dominic no le hubiera roto el pómulo cuando le


golpeó.

El resto de él no se veía mucho mejor.

Apartándose de la maltrecha imagen del espejo, Patrick fue a la ducha y abrió el


agua. Se aseguró de abrir solo el agua caliente. Necesitaría el vapor. Regresando al
lavabo, abrió el cajón superior.

Buscando en su interior, palpó la parte superior del cajón hasta que sus dedos
encontraron una lima de uñas que había ocultado la última vez que había sido
golpeado y se había recobrado allí. 33
Patrick se había pasado un montón de tiempo en esta habitación. Normalmente,
después de unos pocos días de sueño y curación, se volvía tedioso. Su aburrimiento
lo llevó a investigar. La investigación lo llevó a descubrir el conducto de aire
detrás de la estantería.

Regresando a la habitación principal, Patrick cerró la puerta tras él. Quería el


baño agradable y lleno de vapor para que si alguien echaba un rápido vistazo
pensara que estaba en la ducha. Podía darle más tiempo para escapar.

Apartó los dos pequeños estantes justo lo suficiente para llegar a los tornillos
que sostenían la rejilla en su lugar. Usando la lima de uñas, comenzó arduo trabajo
de desatornillar los tornillos. Era un lento proceso y Patrick esperaba que la puerta
se abriera en cualquier momento.

En el momento que había desatornillado el tornillo de arriba y de abajo, el sudor


estaba cayendo por su frente y Patrick comenzó a preguntarse si iba a ser posible
terminar.

Se deslizó por el suelo hasta el otro lado de la estantería y comenzó a trabajar en


los siguientes dos tornillos. Todavía no había ideado la manera de volver a colocar
la estantería en su lugar una vez que estuviese dentro del conducto del aire.

Los ojos de Patrick descendieron sobre el vendaje elástico alrededor de su


muñeca. Miró la estantería y luego de nuevo al vendaje. Eso simplemente podría
funcionar. Patrick rápidamente terminó con los dos últimos tornillos. Incluso
aunque no le fuera posible ponerlos de nuevo en su lugar, aún así reunió los cuatro
tornillos y los deslizó en su bolsillo junto a la lima de uñas. No quería que nadie
los encontrase.

Cuanto más tiempo tuviese para escapar mejor.

Después de escuchar en la puerta una vez más, Patrick apartó la estantería fuera
de su camino un poco más. y luego tiró de la rejilla en la pared. Puso la rejilla a un
lado y deshizo el vendaje elástico.

Patrick miró el pequeño cuadrado abierto. Había justo el espacio suficiente para
34
que cupiera sobre manos y rodillas. Patrick nunca creyó que estaría agradecido por
ser pequeño. Tiró de la estantería para ponerla delante de la apertura, poniéndola
tan cerca como le fue posible antes abrochar el vendaje elástico sobre ella.
Sosteniéndolo con una mano, agarró la cubierta de rejilla y tiro hacia sí.

Usando el vendaje elástico, Patrick lentamente tiró de la estantería hasta que


estaba alineada con la rejilla. Tirando de las terminaciones del vendaje elástico
alrededor de cada extremo de la cubierta de rejilla, tiró de nuevo hasta que hasta
que la cubierta tocó la pared.

Patrick levantó la rejilla. Justo antes de colocarla en su lugar, tiró del vendaje
elástico hasta que el material era una madeja en su mano, sin dejar nada fuera
donde alguien pudiera verlo.

Sabiendo que no tenía mucho tiempo, Patrick colocó la rejilla completamente en


su lugar. Mientras espiaba a través de los entramados de metal, estimó que la
estantería estaba a menos de tres centímetros de la pared.

Afortunadamente, nadie pensaría en mirar detrás hasta que Patrick se hubiera ido
hacía tiempo.

Patrick avanzó por el conducto del aire hasta llegar a la primera curva y luego
giró, perdiéndose de vista. Se tomó un momento para detenerse y envolver de
nuevo el vendaje elástico alrededor de su muñeca. No sólo ayudaría a su muñeca,
especialmente dado que estaba a gatas sobre manos y rodillas, sino porque no sabía
si la necesitaría de nuevo.

El plan de Patrick era gatear por el conducto del aire hasta alcanzar una zona que
estuviese bajo menos vigilancia o, afortunadamente, sin vigilancia. Sabía que en
algún punto, sonaría la alarma de que había escapado y Patrick planeaba esperar a
por ella.

Después de haber buscado en su habitación, buscarían por los terrenos. Después


de eso, Dominic llamaría a todos para trazar un plan de cómo encontrarlo. Era lo
que Dominic hacía siempre. Le gustaba tener el control. 35
Mientras todos estuvieran esperando a que su señor y maestro pusiera el grito en
el cielo y saliese con una genial idea para encontrarlo, Patrick se podría escaquear
y escapar. Bueno, era un plan de todos modos, y por el momento, era todo lo que
tenía.

Patrick se movía lentamente, sin querer hacer mucho ruido.

Gateó por el conducto del aire hasta que se encontró con una bifurcación en cruz
donde dos secciones del conducto se conectaban. Intentando recordar qué estaba en
dónde, Patrick decidió ir hacia la izquierda. Si pudiera encontrar una abertura que
no estuviese vigilada, podría salir y correr.

Solo tenía que encontrar una ruta de escape.

36
Capítulo 4
—¿ Finalmente está durmiendo?

Chase no dejó de caminar de un lado a otro mientras asentía con la cabeza a su


madre. Palmeó suavemente la espalda de Tommy mientras paseaba cruzando el
suelo hacia un lado, antes de girarse y caminar de regreso.

Había estado paseando de un lado a otro durante unos buenos diez o quince
minutos. Caminaría durante una hora si eso significaba que Tommy no soltaba otro
de esos chillidos agudos y ensordecedores.
El chiquillo tenía unos buenos pulmones.
—¿Crees que vas a poder encontrar a su padre? —preguntó Alice Might.

—Lo encontraré. —Habían pasado sólo dos días desde que había observado a
Patrick abandonar aquella oficina con olor a rancio, y cada segundo que pasaba
hacía que los nervios de Chase se tensaran solo un poco más. Encontrar al hombre
se había vuelto una obsesión, y no estaba seguro de todo tuviera que ver con volver
a reunir a Patrick con su hijo.

Simplemente no sabía lo que era.


—Te ves bien con un bebé acurrucado en tu pecho, hijo.
Chase le dirigió una mirada en blanco a su madre.

—La única razón de que tenga a un niño arropado contra mi pecho es porque le
prometí a su padre que lo cuidaría. —Y ,al parecer, no podía dejar al niño fuera de
su vista. Cada vez que alguien se llevaba a Tommy a otra habitación, las entrañas
de Chase se retorcían de temor.

No podía explicarlo.
—Claro. —Los ojos de Alice brillaban con diversión—. Te creo.
37
Chase volvió a poner los ojos en blanco. Estaba consiguiendo tener mucha
práctica en ello, pero era mejor que decir lo que realmente sentía. No solo porque
se trataba de su madre, sino porque no quería despertar a Tommy. Habían sido solo
unos pocos días desde que Tommy había estado a su cargo. Le había llevado
menos de dos horas aprender lo mucho que prefería a Tommy cuando dormía o
sonreía. Todo lo demás era solo doloroso o un lío… o apestoso.

Nunca, ni una vez, en su vida había olido algo como lo que salió del pañal del
chiquitín. La maldita cosa debería de estar registrada como arma biológica. Si no
tuviera que olerlo, intentaría imaginar una manera de usarlo contra sus enemigos.
Podía pensar en un hombre en particular al que le gustaría enterrar en la hedionda
mierda.

—¿Ryan no ha encontrada nada todavía? —preguntó Chase en un tono apagado,


sin querer despertar al niño.

Alice meneó la cabeza negativamente.


—Todavía está buscando. Tuvo que ser un poco imaginativo en la búsqueda para
descubrir lo que los alfabetos se estaban ocultando los unos a los otros.

Chase bufó disgustado.


—Si el FBI, la NSA, la DEA, el ATF, el DHS, y la CIA3 decidían alguna vez
compartir su documentación, el crimen podría ser erradicado de Estados Unidos.

La boca de Alice se apretó con descontento.

—Estoy segura de que tienen sus razones para hacer lo que hacen, Chase.
—Sí, todos quieren la gloria y no quieren compartirla con nadie más. —Chase
había servido un tiempo en el ejército. Sabía exactamente lo bien que los alfabetos

3
FBI son las siglas de Buró Federal de Investigaciones, es la principal rama de investigación criminal de
departamento de justicia
NSA; Agencia Nacional de Seguridad, se encarga de todo lo relacionado con la seguridad de la información.
DEA; Administración para el Control de Drogas, administra el cumplimiento de las leyes sobre drogas.
ATF; Agencia de alcohol, tabaco, armas de fuego y explosivos, se dedica a la regulación de actividades donde
aparezcan los susodichos.
DHS; Departamento de Seguridad Nacional, es un ministerio encargado de proteger el territorio
estadounidense del terrorismo y responder a desastres naturales.
38
CIA; Agencia Central de Inteligencia, recopila información sobre otros países, corporaciones o individuos.
jugaban juntos, y eso era bastante mucho de nada. Era una de las razones por las
que había abandonado el servicio.

—Supongo que es cierto —replicó Alice—. Sin embargo, no…


Chase quería poner los ojos en blanco, pero prefería su cabeza conectada a sus
hombros y su madre, estaba seguro, que se la arrancaría si era irrespetuoso.

—No nos sitúa más cerca de encontrar a Patrick.

—No, no lo hace.
Chase suspiró ante la amonestación que podía ver el rostro de su madre.
—Iré a ver que ha encontrado Ryan.
—¿No quieres dejarme al bebé? —preguntó Alice.

Chase se detuvo en su camino para abandonar la habitación y miró al niño


acurrucado en su pecho mediante esa estúpida cosa papoose4 de tela. Sabía que su
madre estaba mejor aleccionada para cuidar al niño, pero al parecer no se hacía ni
un poco con la idea de dejarlo ir.

—No, lo llevaré conmigo.

—Si me necesitas, hijo, solo llámame.


—Gracias, mamá. —Chase ignoró la sonrisa de sabionda en el rostro de su
madre y salió de la habitación. Algunas veces, ella veía simplemente más de lo él
estaba dispuesto a tratar. Eso hacía de ella una buena madre, pero también la
convertía en una madre irritante.

4
Papoose es el nombre indio para niño, de ahí que a los atados para sujetar a los niños o mochilas, se refieran
a ellos como Papoose.

39
Thomas5 se había quedado dormido hacía rato, así que Chase se sintió seguro
para cubrirlo con una manta ligera. Esperaba que la mantita amortiguase cualquier
ruido que pudieran hacer. Cuanto más tiempo estuviese dormido el niño, sería
mejor para todos ellos. No sólo porque podía hacer sangrar los oídos, sino que a
Chase le arrancasen el corazón del pecho cada maldita vez que lloraba.

Tan lindo como el chiquitín era, amortiguar los sonidos sería genial.

Chase mantuvo una mano firme en la parte superior de la espalda de Thomas y la


base de su cabeza. Había escuchado en algún lado que se suponía que se tenía que
sujetar la cabeza del bebé. Si algo le ocurría a Thomas mientras estaba a su
cuidado, nunca se lo perdonaría.

—¿Has encontrado algo? —le preguntó a Ryan mientras entraba en el centro de


mando informático del hombre.

Muy pocas personas tenían permitido entrar en esta habitación. El presidente


necesitaría un permiso de seguridad. Y con el número de monitores en la pared y
zona de las torres de ordenador, la NSA estaría celosa. Chase no tenía ni idea de lo
que hacían la mayoría, pero Ryan sí.
En esta habitación, RyanMight era el rey.
Ryan echó la cabeza hacia atrás para mirar a Chase. Sus ojos fueron
instantáneamente arrastrados hacia el bebé que tenía Chase en el pecho.
Simplemente lo miró fijamente.
—Ryan.

— Lo siento. —Ryan meneó la cabeza y volvió a mirar su ordenador—.


Simplemente es muy extraño el verte con un bebé.
—Mamá dijo que me veía bien con un niño acurrucado en el pecho. —insistió
Chase mientras fruncía el ceño.

—Eso es porque quiere nietos —Ryan señaló al bebé—y eso es probablemente


lo más cerca que va a estar de conseguir lo que quiere. No es como si yo o Clint
vayamos a aparecer con un montón de niños en cualquier momento.
40
5Patrick le llama Tomás en español, porque está en un cartel de la droga con ramificaciones hispanas, y Chase
le llama Thomas en inglés
Chase frunció el ceño.

—Podría pasar.

—Solo si a ti repentinamente te gusta la equipación de las chicas.


Chase se estremeció ante el mero pensamiento. Podía apreciar las formas
femeninas en toda su belleza, pero realmente nunca quería tocar alguna.

Simplemente nunca lo había deseado. Ahora, dale un culo firme y una polla
gruesa, y era un hombre feliz.
—Sí. —Ryan soltó una risita—. No creía que fuera así.
Chase inspiró profundamente. Estuvo a simples segundos de estrangular a su
hermano pequeño. Le dolían las manos por envolverlas en torno al cuello del
irritante hombre. Desafortunadamente, su madre tendría su pellejo si hería a su
hermano pequeño.

—Solo dime lo que has encontrado, Ryan.


—La mayoría ya lo sabíamos —dijo Ryan—. Dominic Eli era un ser
desconocido hace cinco años cuando de repente salió en el radar de cada agencia
de control de drogas del país. Simplemente apareció de repente, y apareció en un
puesto muy alto en el cartel de drogas Dominguez. En menos de dos años de salir
en el radar de todos, se había labrado por sí solo la posición de ser el tercero en el
cartel.

Chase frunció el ceño mientras miraba los monitores del ordenador en la pared
donde Ryan estaba poniendo diferentes facciones de información y fotografías.

—¿Cómo alguien se labra su camino en los rangos de un cartel de drogas así de


rápido? Normalmente te lleva años o tener fuertes vínculos familiares.
—No he encontrado vínculos familiares —insistió Ryan—. En todo caso, no
tiene ningún vínculo familiar, de ningún tipo.

—Excepto Patrick y Tommy.

La prueba se estaba babando en su camisa. 41


—Sí, yo no sé nada sobre eso.

Los ojos de Chase se agudizaron.

—¿Qué quieres decir?


Ryan suspiró como si tuviese algo que decir y no estuviese seguro de cómo
hacerlo.

—Ryan —Chase gruñó mientras aumentaba su agresividad.

—Vale, vale. —La nariz de Ryan se arrugó. Se inclinó hacia delante un poco y
golpeó el pequeño ventilador sujeto a un costado de su escritorio—. Deja de emitir
feromonas, hombre. No puedo respirar.
Chase apretó su boca con fuerza, intentando no aullarle a su hermano. No era
culpa de Ryan que él estuviese tan tenso, pero no necesitaba comentarios
sarcásticos. Necesitaba resultados.

—Ryan.
—He buscado en cada base de datos que he podido pensar y no hay certificado
de matrimonio para Dominic y Patrick Eli en ningún lado.

—Bueno, no podría haberlo. —Es obvio—. Dudo Que Eli fuese el apellido de
Patrick antes de casarse. Creo que dijo que era O’Leary.
—No, no lo comprendes, Chase. No hay ningún certificado de matrimonio para
Dominic Eli y alguien en ningún sitio. Ese hombre nunca ha estado casado.

—¿Podría ser Dominic Eli un alias? —Si el tío era parte del mercado de drogas,
tener un alias fue una acción bastante inteligente, especialmente si su familia
estaba involucrada—. ¿O quizás Patrick es un alias?

¿Qué sabía realmente sobre el hombre más allá de lo que Patrick le había dicho?
—Ese fue mi primer pensamiento también, pero hay documentos de un Tomás
O’Leary, de nacer por subrogación de Patrick O’Leary en Los Ángeles, California
hace seis semanas. También encontré la documentación que fue presentada en el
juzgado del condado de LA concediéndole a Patrick la patria potestad de Tommy. 42
He encontrado declaraciones de renta, informes escolares, la licencia de conducir,
facturas sin pagar, todo lo que establece la existencia de un Patrick O’Leary y de
su hijo, Tomás O’Leary. El chico es real.

—Vale. —Chase estaba confuso.


—No hay ninguna mención de Dominic Eli. Su nombre tan siquiera aparece en
el certificado de nacimiento.

—Por lo tanto...

—El bebé está registrado a nombre de Patrick O’Leary, no de Patrick Eli.


—Por lo tanto, utilizó su apellido de soltero en la adopción, ¿es eso?
—Maldición, Chase, no lo pillas. —espetóRyan—. Dominic Eli no existe.
Chase se quedó en silencio. Su respiración atrapada en su garganta.

—¿Cómo puede ser así? —preguntó finalmente cuando pudo hablar—. Hemos
estado persiguiéndolo durante semanas.

—El hombre existe, pero no Dominic Eli. No sé quién es, pero no es Dominic
Eli.

—Así que, entonces, ¿definitivamente en un alias?

Ryan empezó a mordisquear su labio inferior, un signo que indicaba con claridad
que estaba incómodo.

—¿Ryan?

—Creo que Dominic Eli pertenece a una agencia.

Chase alcanzó una silla y se sentó antes de caerse.


—¿Qué?

—Es lo único que tiene sentido —dijo Ryan mientras se giraba hacia su pared de
monitores—. Hace cinco años, Dominic Eli no existía, y cuando apareció, estaba lo
bastante alto en el cartel de drogas Domínguez para hacerse notar por cada agencia
que hay. En solo un par de años, ¿es el tercer hombre en la pirámide? ¿Cómo
43
ocurre eso sin alguna información realmente importante?

—Eso no explica a Patrick.

—Porque no puedo explicar a Patrick —replicó Ryan—. Tendría sentido si


Patrick fuese un agente infiltrado también, pero no lo es. Es un artículo genuino.
Puedo rastrear su vida desde cuando se casaron sus padres todo el camino hasta
hace dieciocho meses, después cuando reapareció de nuevo al nacer Tommy.

—Espera. —Chase presionó su mano en la espalda de Tommy mientras se


levantaba.

—¿Qué pasó hace dieciocho meses?


Rayan tecleó en su teclado y apareció un informe policial en uno de los
monitores en la pared. Ryan lo señaló como si Chase no estuviese ya mirándolo
fijamente.

—Hace dieciocho meses, Patrick O’Leary se esfumó y fue denunciado como


desaparecido.

Chase dejó caer la mandíbula.

—¿Es una persona desaparecida?


Ryan asintió con la cabeza.
—Los amigos denunciaron a las autoridades que había estado saliendo con
alguien nuevo durante unos pocos meses, pero no les había dado su nombre.
Finalmente habían convencido a Patrick de reunirse para cenar y que llevase a su
nuevo interés amoroso. Nunca apareció. Cuando fueron a su apartamento, el lugar
estaba vacío. No había señales de Patrick. Nunca apareció de nuevo, ni en su
apartamento, ni en su trabajo, y no había contactado ni con sus amigos ni la familia
desde su desaparición.

—Mierda. —Chase se pasó una mano a través de su pelo corto mientras


empezaba a caminar de un lado a otro.

—Patrick reapareció cuando Tommy nació, pero para el momento en que


llamaron a la policía y esta llegó al hospital, se había ido.
44
Chase se detuvo en medio de la habitación y miró a Ryan, sus ojos se
entrecerrados.

—¿Por qué llamaron a la policía?


—Una de las enfermeras informó de que vio contusiones en Patrick, por lo que
empezó a mantener a un ojo puesto en él —Ryan hacía citas en el aire con los
dedos—”el agradable joven” el cual estaba muy emocionado por tener un bebé. Un
hombre alto y de pelo castaño apareció una noche y hubo una discusión.
—¿Eli? —preguntó Chase, aunque estaba bastante seguro de que sabía la
respuesta.
—Así lo estoy asumiendo.

—¿Qué ocurrió?
—La enfermera declaró que vio como este hombre golpeaba a Patrick. Y fue a
llamar a seguridad, pero para el momento en que llegaron, Patrick, Tommy y
extraño; que asumo era Eli, y la mujer contratada para la subrogación se habían
ido. Se llamó a la policía y pusieron un APB6, pero no hubo señales de ninguno de
ellos hasta que el cuerpo de la mujer fue encontrado una semana más tarde,
flotando en la Bahía de San Diego.
—¿La asesinó él?

—Sospecho que Eli la asesinó él mismo o bien ordenó su asesinato, pero las
marcas de ligaduras en su cuello demuestran que definitivamente fue estrangulada.
Patrick fue añadido a la lista de personas de interés en la investigación, pero…

Chase frunció el ceño cuando Ryan se interrumpió.

—¿Pero qué?
—Es como si la investigación se enfriara repentinamente.

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Chase.

—¿Cuán repentinamente?
45
6AllPointsBulletinquese refiere que se informará en todos sitios de la desaparición de alguien o de su busca,
en español lo más parecido sería una orden de búsqueda y captura
—No hubo nada después de tres días. Me ha sido posible encontrar bastantes
informes que fueron archivados después de eso, pero a todo se le dio carpetazo,
casi como si alguien no quisiera que la investigación continuase.
—¿Es por eso que crees que Eli es un infiltrado?

—Es una de las razones —admitió Ryan—. Hay simplemente demasiados cabos
sueltos. Cuando el inspector a cargo se mantuvo intentando seguir las pistas, lo
quitaron del caso y lo asignaron a una división diferente. Ahora, ¿quién hace eso
después de sólo unos pocos días?

—Alguien de las altas esferas que no quiere que el caso sea investigado. —
suministró Chase—. Alguien que no quiere que Dominic Eli sea descubierto.
Alguien lo bastante influyente en el gobierno que se asegura de que las
investigaciones sobre Eli sean sofocadas.

Chase miró a uno de los monitores cuando emitió un pitido. Ryan comenzó a
teclear rápidamente algunos botones.

—¿Qué? —preguntó, la ansiedad comenzaba a llenarlo—. ¿Qué pasa?

—¡Ja! —se rió Ryan mientras golpeaba un botón y un vídeo de Dominic Eli
saliendo de un coche delante de una sofisticada mansión apareció en la pantalla—.
Alguien de las altas esferas puede que no quiera que Dominic Eli sea localizado,
pero mira que malditamente mal. Acabo de encontrar su estúpido culo.

46
Capítulo 5
Una ruidosa voz gritando hizo que Patrick se despertase. Miró a su alrededor
intentando comprender de dónde venía el peligro. Le llevó un tiempo darse cuenta
que el brillante metal revestido del que estaba rodeado era el conducto del aire en
el que se había metido.

Y luego todo llegó a él apresuradamente, dónde y porque estaba allí.


El dolor aguijoneó los músculos agarrotados cuando se movió, trayendo
lágrimas a sus ojos. Respiró de forma entrecortada, antes de rápidamente presionar
sus labios. Si profería algún sonido, sabía que Dominic lo encontraría y entonces
nunca conseguiría irse.
Patrick deseaba saber qué hora era. No tenía ni idea de cuánto tiempo había
pasado dormido o incluso qué hora del día o de la noche era. Podían haber pasado
simplemente unos pocos minutos u horas.

Necesitaba llegar a algún lado en el que pudiera ver el exterior del conducto de
ventilación, así podría figurarse la hora que era. Si calculó mal su tiempo de
escape, sería atrapado seguramente.

Patrick luchó para volver a ponerse sobre su estómago y entonces comenzó a


avanzar por el conducto del aire de nuevo. Se movía lentamente, en parte para que
así nadie pudiera escucharlo, no obstante y, principalmente, porque cada
movimiento hacía que le doliese el cuerpo.

Dominic le había golpeado de mala manera esta vez.

Patrick todavía no podía comprender como no había visto el monstruo que era
Dominic antes de casarse con él. Había sido tan encantador, tan seductor, y Patrick
había estado tan solo y era tan tímido.

Cuando Dominic le suplicó que escaparan y se fugaran, diciéndole que no podía


vivir sin Patrick en su vida, había sido tan romántico.
A Patrick le había sido imposible decirle que no a Dominic. 47
Había sido tan jodidamente idiota.
Un idiota solitario.

Patrick no podía creer que desease estar de nuevo solo. No tenía ni idea de que
había hecho que Dominic se obsesionase con él, pero no quería ni pensar en el día
que alguna vez estuvo de acuerdo en salir a tomar un café con el hombre el día que
se conocieron. Había sido el principio de la horripilante pesadilla en la que todavía
vivía.

Patrick disminuyó el ritmo cuando el murmullo de voces llegó a través del


conducto del aire. Se detuvo, inclinó la cabeza para escuchar. Parecía que venía de
delante de él. Moviéndose tan lentamente como podía mientras aún seguía
moviéndose, Patrick miró hacia delante hasta que alcanzó otra rejilla en la pared.
Esta no estaba cubierta por una estantería.

Asustado de ser visto, Patrick permaneció a un lado de la rejilla y espió a través


de los pequeños agujeros en el metal. Le llevó un momento darse cuenta que de
algún modo había encontrado el camino al salón de Dominic del primer piso.

Estaba todavía cerca de la parte de atrás de la casa, pero era uno de los puntos
más peligrosos en que podía haberse metido. Lo único peor que esto era la oficina
de Dominic. Ocurren cosas malas en esa oficina, cosas de las que Patrick no quería
formar parte.

Patrick todavía no podía imaginarse cómo las autoridades no eran conscientes de


lo que Dominic hacía, pero quizás lo hacían. Había visto a más de uno de los
oficiales de alto rango visitar la finca y luego irse con un bonito y grueso sobre en
sus chaquetas. Mirar para otro lado parecía ser mucho más fácil para ellos, con una
cuantiosa paga para mitigar cualquier recelo que pudieran tener.

Sólo una vez, Patrick deseó que alguien mandara a la mierda a Dominic Eli y lo
arrestase. Patrick dudaba que alguna vez ocurriese, pero era bonito fantasear.

Patrick se quedó quieto cuando las voces que escuchó antes se volvían más
ruidosas. Retrocedió tan lejos que no había manera de que pudiera ver a través de
los agujeros de la rejilla. Conocía esas voces, y las odiaba a ambas.
48
—¿Dónde está mi dinero, Morgan? —preguntó Dominic en un tono
engañosamente calmado.
—No fui yo, Jefe —lloriqueó Morgan—. Lo juro.

Se encogió cuando escuchó carne golpeando carne. Sabía lo que ese sonido
significaba, y por un breve momento, sintió lastima por el hombre. Y entonces
Morgan abrió la boca y empezó a hablar de nuevo y Patrick perdió toda simpatía
por él.

—No fui yo, Jefe —dijo Morgan de nuevo—. Te lo estoy diciendo. Fueron esos
hermanos Might.
Patrick aún así parpadeó cuando Dominic abofeteó de nuevo a Morgan.

Sintiera o no simpatía por el hombre, nadie se merecía estar sujeto al


temperamento de Dominic.

—Investigué a los hermanos Might, Morgan —dijo Dominic—. ¿Y sabes lo que


descubrí?

—N...no, se...señor —tartamudeó Morgan.

—No son nada salvo un puñado de ex militares aspirantes a hurgar en la vida de


alguien al que pueden estafar una poca de pasta. Ellos rompen a unas pocas rótulas
y persiguen a un par de acosadores y todos los llaman héroes. No es nada salvo un
montón de gilipolleces.
—Pero… pero… pero...

—La única cosa que aprendí sobre ellos es eso, mientras que ellos pueden
bordear el cumplimiento de la ley, no la rompen, lo cual me dice que no tendrán
nada que ver con el dinero de las drogas. Por lo tanto, ¿qué ocurrió realmente,
Morgan? ¿Adónde fue mi dinero? ¿Qué hiciste con él?

—Yo no lo hice —gimió Morgan—. Lo juro. No fui yo. Quizás Patrick…


Otro bofetón se hizo eco a través de la habitación, esta vez acompañada de
alguien gritando.

—¿Crees que Patrick tiene las pelotas lo bastante grandes para robarme? —rugió 49
Dominic.

—No lo sé, Jefe —Morgan dijo las palabras con premura—. Quizás está
apartando un poco para ese niño que siempre lleva a cuestas.

Patrick se tensó para escuchar la respuesta de Dominic. Un pequeño jadeo


rompió el silencio, seguido de un gorjeo. Patrick tocó con las yemas de los dedos
su cuello, conociendo la sensación de las manos de Dominic apretándolo. Cada vez
que los dedos de su marido lo estrangularon, se preguntaba si se despertaría.

Hasta que llegó Tommy, había estado decepcionado de haberlo hecho.

Patrick casi podía sentir lástima de Morgan, si no hubiera lanzado simplemente a


Patrick bajo un bus.
—Ahora, dime cómo Patrick ha hecho desaparecer mi dinero y no tú.

Dominic enunció cada palabra perfectamente, haciendo que cada pelo de su nuca
se le pusiera de punta.

Patrick no espero para escuchar las palabras de la respuesta en tono bajo y ronco
de Morgan. Tenía que salir de allí, ahora. Si Dominic creía que le había robado
dinero, la muerte podía ser una bendición. Había presenciado solo un destello de
Dominic cortando en rebanadas la piel de un pobre incauto que pensaba que el jefe
no notaría que faltaban un par de miles, para saber que nunca quería estar en esa
posición.

Patrick se negó a mirar a través de los pequeños agujeros en forma de diamante


en la rejilla del conducto de ventilación mientras comenzaba a avanzar pasando la
apertura. Realmente no necesitaba ver a Dominic estrangulando a otra persona. Le
había sucedido a él demasiadas veces para contarlas. Todavía no podía creer que el
hombre del que se había enamorado era el mismo hombre que ahora mismo estaba
ahogando y quitándole la vida a otro ser humano.

Dominic Eli había sido tan dulce cuando se conocían al principio, romántico,
encantador, el hombre perfecto. Patrick había sido cautivado desde su primera cita.
Ahora, después de haber vivido con el hombre y visto sus verdaderos colores,
Patrick deseaba nunca haberlo conocido.
50
—¿Qué fue eso?
Patrick se congeló, doblándose de dolor mientras en túnel de metal crujía.
—Bueno, hola, mi pequeña mascota.

Patrick sabía lo que iba a ver cuando girase la cabeza, pero aún así rezaba para
estar equivocado, justo hasta que descubrió los ojos furibundos de Dominic
mirándolo fijamente desde los listones de la rejilla.

—Se supone que tienes que estar en tu habitación, Patrick —dijo Dominic en el
tono de voz dulce y empalagoso que utilizaba justo antes de matar a alguien.
Patrick sabía que iba a ser ese alguien esta vez—. Me has desobedecido, mascota.

Patrick sintió que su corazón latía erráticamente. Por un momento, creyó que de
tanto latir se le escaparía del pecho. El temor había hecho mella en él sofocándolo,
haciendo que le fuera casi imposible respirar. Sería más fácil morir así que la
tortuosa muerte que los ojos de Dominic prometían.

El miedo de Patrick fue la única cosa que pudo hacer que se moviese de nuevo.
No el miedo por su propia muerte. Estaba bastante seguro de que iba a ocurrir en
algún punto. Era su miedo a que nunca vería a Tommy de nuevo lo que le hizo
empezar a gatear por el conducto del aire, tan rápido como podía moverse en el
pequeño espacio.
—¡Patrick!—gritó Dominic—. Trae tu culo de regreso.
Patrick siguió avanzando.

—Lo digo en serio, Patrick. Trae tu culo de regreso o haré que lamentes haber
nacido.
Patrick apuro aún más. Las lágrimas inundaban sus ojos, enturbiando su visión.

—¡Ve a por los perros! —gritó Dominic.

El pánico hizo que Patrick se volviese patoso. Cuando llegó un punto en que el
conducto descendía abruptamente, Patrick iba tan rápido que no pudo detenerse.
Apenas se contuvo de gritar cuando cayó por el conducto de metal, de cabeza.

Gritó cuando golpeó el fondo del conducto, su cabeza golpeándose contra el


revestimiento metal antes de que él se deslizara hasta detenerse. Patrick se quedó
51
allí tendido durante un momento, simplemente respirando, mientras el dolor
estallaba a través de su ya magullado cuerpo.

Patrick se urgió a sí mismo. Se negaba a morir en este estúpido conducto del


aire. La libertad estaba a un mero paso de distancia. Solo necesitaba llegar allí.

Una vez que estuviera fuera, y si podía llegar al agua, podría nadar hasta la
seguridad… o ahogarse. Uno o lo otro era preferible a quedarse allí y dejar que
Dominic lo estrangulara.

Reuniendo el valor para hacerlo, Patrick empezó a moverse de nuevo. En este


punto, no tenía ni idea de a dónde iba o incluso si había una apertura por la que
podría escapar.
En momento que alcanzó una bifurcación en el túnel, sus manos estaban
sangrando y su cabeza tenía más de un chichón. Las lágrimas caían por su rostro,
mezclándose con la sangre que manaba de corte en su frente.

Esperando no haber olvidado porque camino ir, Patrick giró hacia la derecha y
siguió avanzando. Gateó unos cinco metros antes de llegar al final del túnel. Echó
un vistazo a través de los pequeños agujeros, agradecido de haber escogido
correctamente. Estaba en el cobertizo de los botes.

Ahora, solo necesitaba averiguar cómo salir del conducto del aire sin hacer un
montón de ruido. Los agujeros en la rejilla eran demasiado pequeños para meter
sus dedos a través de ellos, así que desatornillar la cubierta no iba a ser posible.
Patrick dejó caer la cabeza, dejándola hundirse cuando la frustración y la
desesperación colisionaron.
¿Cómo demonios iba a salir?

Chase avanzó lentamente por el agua fría, intentando hacer la menor cantidad de
ondulaciones posibles. Había sido un golpe de suerte descubrir que la finca de
Dominic se asentaba en el borde de la bahía.

Chase estaba seguro de que era por lo que el hombre podía introducir y sacar las
drogas de su finca sin ser visto, pero eso también servía para invadir el lugar. 52
No le tenía miedo al asunto del agua.

Las heliografías que Ryan había extraído de la finca mostraban una gran área
abierta en la parte de atrás de la casa. Una gran piscina y un patio se asentaban
entre la casa principal y el cobertizo de los botes detrás del cual estaba Chase
oculto ahora mismo.

Chase nadó hasta el interior del cobertizo, asegurándose de permanecer oculto


por la dársena de madera. Se detuvo justo en la entrada y esperó a que sus
hermanos lo alcanzaran. Mientras esperaba, escaneó el interior del cobertizo,
buscando algún peligro.
—¿Algo? —preguntó Clint a través de su vínculo mientras lo alcanzaba.

Chase meneó negativamente la cabeza.


—No hay movimientos que yo pueda ver.

Eso no significaba que no hubiera gente.

Si Dominic era inteligente, tendría guardias armados patrullando toda la finca. Si


estuviese intentando ocultar un negocio ilegal multimillonario era lo que Chase
haría. Por supuesto, no era lo bastante estúpido como para intentar llevar un
negocio de drogas ilegales, por lo tanto, el señor de las drogas se merecía lo que
tenía.

Chase se impulsó para situarse encima de la dársena de madera y luego


rápidamente llegó a las escaleras que conducían al nivel de tierra. Se detuvo en el
fondo de las escaleras y sostuvo un puño en lo alto, indicando a Clint y a Ryan que
también se detuvieran.
Algo estaba mal.

Chase levantó la cabeza en el aire y olfateó. Su sentido del olfato estaba bien
desarrollado, más que el de sus hermanos. Nunca lo había traicionado antes, pero
esta vez lo confundía. Había un aroma… ¿a madreselva y a whiskey?

Y a sangre.
—Huelo a sangre —sentenció Clint, usando su vínculo familiar.
53
—Yo también —añadió Ryan.

—¿Podéis decir de donde proviene? —preguntó Chase mientras olfateaba el aire


de nuevo. El aroma a madreselva y whiskey estaba ensombrecido por el pesado
olor a cobre de sangre fresca.

Chase empezó a buscar la fuente de la sangre, olfateando el aire hasta que le fue
posible seguir el aroma hasta la parte de atrás del cobertizo. No era inusual tener
una zona de almacenaje en la parte de atrás del edificio. Había un montón de cosas
que la gente que vivía en el agua necesitaba, no simplemente las necesidades
básicas diarias. Guardarlas a buen recaudo era algo inteligente.

La puerta tenía un candado. Le llevó menos de un minuto abrir la maldita cosa.


En cierto modo fue demasiado fácil. Una vez dentro de la pequeña habitación,
Chase se dio cuenta de porque estaba precintada. También se dio cuenta de que
acababa de entrar en un lío del que no quería ser parte. Estanterías metálicas
cubrían dos de las paredes. Apiladas en altura sobre cada estante en gruesos y
nítidos paquetes había montones de polvo blanco.

Chase realmente no quería saber lo que había en ellos, incluso si estaba bastante
seguro de que no era harina.

—Esto está muy jodido —le murmuró a sus hermanos—. Por lo que parece de la
cantidad de producto que hay aquí, Eli no es solo un tratante de bajo nivel. Esto es
del tipo de la mayor basura, chicos.
—¿De cuánto estamos hablando? —preguntó Ryan desde el exterior de la
habitación.
Casey tragó con pesadez.
—Millones.

—¡Joder! —RespondióRyan—. ¿Qué quieres hacer al respecto?

Chase no podía por su conciencia dejar simplemente aquello allí sin intentar
hacer algo. Solo que no estaba seguro de que hacer, y su principal razón para ir
hasta allí en primer lugar era rescatar a Patrick.
54
—No podemos simplemente dejarlo estar, Chase —insistió Clint—. ¿Te das
cuenta de cuántas vidas esa mierda puede destrozar?

Chase estaba bien consciente de lo que las drogas le hacían a una persona. Había
perdido a un par de amigos por esa enfermedad mientras había estado de servicio.
Y él lo consideraba una enfermedad. No había cura, pero había un tratamiento si la
persona que tomaba drogas estaba dispuesta a seguirlo. La mayoría de las veces no
lo estaban, y la enfermedad los mataba finalmente.

Odiaba las drogas.

—¿Qué tal si tomamos fotos y las enviamos a las autoridades locales? —


preguntó Ryan.
—Estoy bastante seguro de que las autoridades locales son sobornadas—replicó
Chase—. No hay manera de que tal cantidad de producto pueda ser traída sin que
alguien lo sepa.

—Puede que tenga algunas conexiones —dijo Ryan—. Saca las malditas fotos y
veré lo que puedo hacer.

Chase sabía que si alguien podía conseguir que las autoridades se interesaran en
la operación de Eli, sería Ryan. Había hecho alguna mierda realmente extraña en
inteligencia cuando estaba de servicio. Conocía a personas que se suponía que no
existían en el mundo real. Joder, su autorización en seguridad era probablemente
más alta que la del presidente.

—¿Qué pasa sobre tu idea de que Eli podía ser de la DEA? —preguntó Chase.
Hombre, rezaba para que Ryan estuviese equivocado o ellos estarían incluso
metidos en más mierda—. ¿No intentarán ocultar esto bajo la alfombra si es uno
de sus agentes?

—Pueden intentarlo. —Ryan soltó una risilla silenciosa a través de vínculo—.


Pero yo nunca dije que iba acudir a la DEA?

—Bien, sacaré tus malditas fotos.

Chase no estaba seguro de que tuvieran una jodida oportunidad de conseguir que
alguien los escuchase simplemente con unas cuantas fotos, pero si Ryan creía que
podía conseguir que se hiciese algo, era todo suyo. Estaba a favor de cualquier 55
cosa que pudiese mantener esas drogas fuera de las calles.
Chase hizo un rápido trabajo tomando unas pocas fotos con su móvil. El olor a
sangre era más fuerte, lo que le decía que quien quiera que estuviese sangrando
estaba o bien más cerca o sangrando más. En cualquier caso, su agitación estaba
aumentando lo suficiente para que Chase quisiera saber de dónde venía la sangre.
Empezó a buscar, olfateando el aire.

—Mantén un ojo fuera, Ryan —dijo Chase cuando se encontró moviéndose


hacia una de las esquinas del cuarto. Necesitaba mover un par de cajas con
tanques de submarinismo. El olor venía de detrás de los tanques, y de abajo, por el
suelo de cemento—. Clint, ven a ayudarme.

Entre ambos les fue posible mover los grandes tanques sin demasiado jaleo… o
ruido. En el momento que Chase consiguió ver bien la esquina que habían librado,
el aroma a sangre fresca hizo que su estómago se revolviera.
—¿Chase? —Preguntó Clint—. ¿Qué es eso?

Chase miró hacia abajo al lugar que su hermano estaba señalando. Sus cejas se
alzaron cuando vio un trozo de algo saliendo de los agujeros en forma de diamante
en la rejilla metálica del conducto de ventilación. Fuese lo fuese, definitivamente
estaba saliendo ye introduciéndose por los pequeños agujeros.

Chase se agazapó. Sus ojos se entrecerraron mientras intentaba ver a través de la


rejilla a quién quiera que estuviera al otro lado. Tan pronto como sus ojos hicieron
contacto con los ojos verdes con restos de lágrimas que le devolvían la mirada
fijamente, Chase sintió que su mundo se tambaleaba.
—¿Patrick?

56
Capítulo 6
—Chase —Patrick respiró. Nunca había estado tan feliz de ver a alguien en su
vida—. ¿Dónde está Tommy?

—Está a salvo, Patrick —replicó Chase—. Está con mi madre. Ella no dejará
que le pase nada.
—¿Él está… —Patrick tragó duro cuando sus emociones se acumularon en la
garganta— ¿Está bien?

Chase apoyó la palma de la mano contra la rejilla de metal.


—Está bien, Patrick. Lo juro.

Patrick presionó su mano contra la rejilla justo donde estaba la de Chase. Solo se
tocaba una pequeña cantidad de piel, pero era suficiente para proporcionarle a
Patrick un poco de alivio… hasta que escuchó a los perros ladrando. Miró hacia
atrás pero no vio nada. Eso no significaba que no pudiera escucharlos o que no
estuvieran viniendo a por él.

—Por favor, apura —lloriqueó Patrick desesperadamente mientras el miedo lo


devoraba—. Dominic soltó a los perros aquí dentro. Puedo escucharlos acercarse.

Patrick no sabía lo que Chase hizo, pero un momento después, la rejilla fue
arrancada de la pared. Unas manos se extendieron y lo agarraron antes de que
pudiera escalar por el conducto. Lo sacaron para fuera y luego fue arrastrado a un
par de fuertes brazos que hicieron que quisiera acurrucarse en ellos y nunca
dejarlos.

—Viniste a por mí —murmuró, asombrado.

—Sí, bebé, lo hice. —Chase no estaba sonriendo, pero Patrick casi podía sentir
el alivio del hombre—. ¿Cómo estás de mal herido?

Patrick meneó la cabeza. 57


—No es nada. Estoy bien.
—Eso no es nada —gruño Chase—. ¿Te lo hizo Eli?

Patrick miró en profundidad dentro de los ojos de Chase antes de asentir con la
cabeza lentamente.

—Estaba bastante enfadado cuando no le dije donde estaba Tommy.

—¿Por qué? —el ceño de Chase se incrementó—. Tommy no es su hijo. ¿Por


qué habría de preocuparle?

—Eso no es cierto —insistió Patrick—. Dominic es...


—No es el padre de Tommy. Tu nombre es el único que aparece en los papeles
de adopción.
Patrick frunció el ceño.

—Pero eso no es...

—Es hora de irnos, chicos —interrumpió Clint—. Ryan dice que puede ver
guardias empezando a buscar en el patio. Solo les llevará unos cuantos minutos
decidir buscar aquí también. Tenemos que irnos antes de que eso ocurra.

—Joder.

Patrick soltó un grito y luego se retorció para agarrarse cuando los brazos de
Chase lo alzaron. Dios, el hombre era fuerte.

—¿Qué estás haciendo? —él no era grande para ser hombre, bastante pequeño
de hecho, pero era lo bastante grande—. Bájame.
—No hay tiempo, Patrick.
—Chase, ¿qu...

—Silencio, Patrick —dijo Chase.

Patrick sabía lo suficiente sobre intentar escapar de Dominic para saber que tenía
que obedecer la orden de Chase. Si los guardias de Dominic se estaban acercando,
58
cualquier ruido alertaría a los hombres armados de su escondrijo.

Patrick tenía el fuerte presentimiento de que esta era la oportunidad. Esta era su
última oportunidad de escapar de Dominic. Si no lo hacía hoy, nunca lo haría.
No quería morir.

Cuando alcanzaron el borde de la dársena de madera y Chase lo depositó en


brazos de otro hombre, un hombre que ya estaba en el agua, Patrick empezó a
preguntarse si iba a morir de hipotermia en lugar de una bala.

Lógicamente sabía que el agua no estaba tan fría, pero no había nada de lógico
en su situación. Percibió el agua como el hielo contra su piel. Se estremeció
mientras sus músculos se contraían.

Chase se movió en agua fácilmente antes de extender los brazos hacia él, sin
apenas producir ondulaciones. Patrick estuvo un momento asombrado mientras
Chase lo volvía a tomar en sus brazos. Los tres se movían tan fluidamente, tan
suavemente. Aún así, había un retazo de poder vibrando en el aire.

—De acuerdo, bebé, quiero que te relajes —murmuró Chase mientras


empezaban a deslizarse a través del agua hasta la salida abierta del cobertizo—.
Deja que yo haga todo el trabajo.
Patrick no tenía idea de lo que Chase quería decir hasta que el hombre le dio la
vuelta, poniendo su espalda contra su amplio pecho. Los brazos de Chase se
movían en torno al pecho de Patrick.
—Puedo nadar yo.
—No, bebé, no puedes.

—Pero...

—Tenemos que movernos rápido y silenciosamente, Patrick. No estás entrenado


para ello. Simplemente deja que lo hago por ahora. Tenemos un coche esperando
por nosotros en la costa.

—De acuerdo —murmuró Patrick, sabiendo que realmente no tenía mucha


elección. Ya podía sentir el frío filtrándose por sus extremidades, volviéndolas
59
pesadas. Eso, combinado con sus heridas, significaba que era bastante inútil por el
momento.
—Eso es —dijo Chase—. Simplemente relájate.

Patrick no se había dado cuenta de que lo había hecho hasta que Chase lo dijo.

Flotar por el agua era una hazaña interesante. Patrick sentía el impulso de
resistirse al tirón sobre su cuerpo, pero sabía que no podía.

Chase hizo lo mejor que pudo para mantener la cabeza de Patrick sobre el agua,
pero no siempre funcionaba. Sentía como si hubiera tragado litros de agua.

Patrick no sabía cuánto tiempo se habían estado moviendo a través del agua
cuando Chase se detuvo. Durante un momento, Patrick empezó a hundirse. Grito
hasta que lo agarraron y lo alzaron sobre la superficie de agua.
—Te tengo, Patrick.
Chase estaba justo allí, los brazos del hombre envueltos a su alrededor de él.
—Chase.
—Este es mi hermano Clint.

Patrick miró al hombre que flotaba junto a ellos. Podía ver el parecido familiar.
Se parecía un montón a su hermano, la misma nariz romana, la línea de la
mandíbula cuadrada. La suya estaba cubierta de una barba recortada mientras que
la de Chase tenía una barba incipiente.
—Clint va a nadar contigo un poco, ¿vale?

Patrick tragó con fuerza. No le gustaba, pero asintió con la cabeza de todas
formas.
No quería parecer un completo enclenque.

Cuando Clint lo agarró intentó no tensarse, pero sabía que había fallado
miserablemente cuando Clint no se movió.
—Estaré justo aquí, bebé—dijo Chase—. Podrás verme todo el tiempo. 60
Patrick inspiró y forzó a sus músculos a relajarse.

Una vez que lo hizo, comenzaron a moverse. Fiel a su palabra, Chase nadó a la
derecha a la zaga de ellos, su cabeza flotando justo sobre la superficie. Patrick
mantuvo sus ojos sobre Chase todo el tiempo.

Era extraño nadar a lo largo del borde de la bahía. En algunos lugares, había
rocas, matorrales y árboles. En otros, había patios cuidados y piscinas inmensas.
Este lado de la bahía era el que más demanda tenía en el área, y las casas que
delimitaban el agua así los reflejaban. Sofisticadas, con un montón de césped de un
verde brillante y patios para fiestas.
Patrick había vivido en una casa como esas durante el último par de años.

A Dominic le gustaban. Él prefería el simple apartamento de dos habitaciones en


el que había vivido antes de conocer a Dominic. Deseaba estar de regreso allí
ahora.

Cuando redujeron la marcha de nuevo y luego se detuvieron, Patrick esperaba


que ellos lo intercambiaran de nuevo. Chase nadó hasta situarse delante de él, casi
nariz contra nariz. Había algo en sus ojos, una cautela que asustó a Patrick.

—Quiero que inspires lenta y profundamente, Patrick —dijo Chase en voz muy
baja.
El miedo atravesó a Patrick en oleadas.
—¿Por qué? ¿Qué está pasando?

—Algunos de los hombres de Eli se están aproximando. Tenemos que


sumergirnos bajo el agua.

El pánico invadió a Patrick.

—No, no. —La mano de Chase se posó en la nuca de Patrick.


—Cálmate, tranquilízate. No dejaremos que te pase nada.

Patrick quería creerlo, pero su historia personal le decía que no podía depender
de eso. 61
—Inspira lenta y profundamente, Patrick. —Chase mantuvo el contacto visual
con él mientras hablaba. La suave y tranquilizadora voz era justo lo que Patrick
necesitaba.

Inspiró temblorosamente.
Chase sonrió.
—Bien, ahora inspira de nuevo, un poco más profundamente.

Patrick inspiró de nuevo.

—Bien. —La sonrisa de Chase se volvió más amplia—. Ahora, quiero que
inspires profundamente y aguantes la respiración. Vamos a sumergirnos.

Los ojos de Patrick se desorbitaron.


—No, no, está bien. —La mano que estaba envuelta alrededor de su nuca se
movió para acariciar una de sus mejillas—. Está bien, Patrick. Te mantendré a
salvo. Solo necesitas inspirar profundamente, ¿de acuerdo? ¿Puedes hacerlo por
mí, bebé?

Era el “bebé” lo que lo convencía. Patrick inspiró profundamente una vez y


luego otra. Cuando inspiró de nuevo, retuvo el aliento. Mantuvo los ojos abiertos
mientras se hundía bajo la superficie del agua, observando a Chase mirarlo.

Mientras pasaban los segundos, el pánico de Patrick fue en aumento. Su pecho


comenzó a dolerle y supo que necesitaba aire. Patrick desvió la mirada de Chase y
la alzó hacia la superficie. Necesitaba subir.

Justo cuando creía que no soportaría ni un segundo más, los labios de Chase se
posaron sobre los suyos. Los ojos de Patrick volvieron de golpe hacia el hombre,
abriéndose de par en par cuando sintió el aire pasando a su boca desde la de Chase.

De nuevo podía respirar.


¿Pero cómo podía Chase? Patrick observó a hombre con cuidado, preocupado.
Chase simplemente le sonrió, el hombre nunca mostró ni un simple signo de
necesitar aire.
62
Cuando, finalmente, subieron a la superficie, Patrick jadeó, conduciendo el muy
necesitado oxígeno dentro de sus adoloridos pulmones. Unos fuertes brazos lo
rodearon antes de que pudiera normalizarla y estaba de nuevo siendo arrastrado a
través del agua. Patrick estaba demasiado cansado para oponer resistencia.

Cuando redujeron la marcha por segunda vez, Patrick fue recogido por el tercer
hombre que había estado nadando con ellos. Sus ojos se lanzaron a toda velocidad
de nuevo hacia Chase mientras lo sacaban del agua y luego por una pequeña cuesta
hasta la SUV que los aguardaba.

—¿Chase? —Patrick sabía que sonaba aterrorizado, pero era porque lo estaba.
Chase Might representaba la seguridad para él. Siempre y cuando estuviera a su
alrededor, Patrick sabía que iba a estar bien. Chase nunca dejaría que le pasará
nada.
El hombre había regresado a por él después de todo.
—Hey, Patrick. —Chase estaba ahí.

Patrick se arrojó a por él una vez que estuvo acomodado en el asiento de atrás y
el hombre que lo sostenía retrocedió. Chase se acercó más. A Patrick no le gustaba
el tacto del traje de neopreno, pero aceptaría lo que pudiera obtener.

—Nos tenemos que ir, Chase —gritó alguien desde la parte delantera del
vehículo—. Ryan vislumbró más movimiento dirigiéndose a nuestra posición.
—De acuerdo, bebé, tranquilo.

Patrick casi gimió en protesta cuando Chase lo soltó. Ansiaba la proximidad del
hombre como una droga. Sabía que estaba fuera de sí. Quizás era la paliza que le
habían dado o el estrés de todo lo que le había pasado, pero que Chase lo llamase
“bebé” era casi la mejor maldita cosa que alguna vez hubiera escuchado.

La abstinencia era su mejor amigo en este momento. Estaba más seguro por
primera vez en dos años y afortunadamente se dirigía hacia su hijo. Darle a Chase
el papel de héroe no era en su mayor interés, pero dudaba que pudiera hacer algo
más. Chase y sus hermanos lo habían rescatado, salvado a su hijo. Todos eran
héroes.

—Vamos a sacarnos está ropa mojada. 63


—¿Eh?

Antes de que Patrick supiera lo que estaba pasando, sus pantalones y su camisa
desaparecieron, dejándolo en nada más que en bóxer. Una manta fue echada sobre
sus hombros, la repentina calidez lo alertó del hecho de que estaba helado hasta los
huesos.

Los dientes de Patrick comenzaron a castañetear tan fuerte que se preocupó por
si se rompían.

—Dame solo un minuto, bebé.


—¿Eh?

La lengua de Patrick se le pegó al paladar cuando miró a Chase y se dio cuenta


de que se estaba desprendiendo de su traje de neopreno. Guau, eso era un montón
de piel satinada. Como, millares de ella. Realmente era un montón.

—De acuerdo, ven aquí. —Chase le hizo gestos con las manos para que se
acercase—. Necesitas entrar en calor.
Patrick tragó.

—Venga —lo alentó Chase.


Patrick se movió a lo largo del asiento. Tan pronto como se acercó a Chase fue
arrastrado a los brazos del hombre y presionado contra su amplio pecho. Otra
manta fue colocada en torno a ambos.

—¡Oh! —Patrick se estremeció mientras se acomodaba contra Chase—. Estás


tan caliente.
Chase se rió.

—No, no lo estoy. Tú estás simplemente helado.

Patrick asintió con la cabeza, pero se negó a levantar la cabeza de donde estaba
acurrucada contra el cuello de Chase. Estaba bastante feliz justo donde estaba.

—Enciende la calefacción, Ryan —dijo Chase. 64


Los ojos de Patrick se cerraron oscilantes cuando sintió las manos de Chase
acariciar su espalda de arriba a abajo. Chase empezó solo haciendo pequeños
círculos en la parte media de la espalda, pero a cada caricia se hicieron más
grandes hasta que la mano Chase se movía desde la nuca de Patrick hasta la base
de su columna vertebral.
¿Se había sentido algo alguna vez mejor?

—¿Te gustaría ver a Tommy? —murmuró Chase contra la cima de la cabeza de


Patrick—. Tengo Skype en mi teléfono.

Las lágrimas se derramaron instantáneamente de los ojos de Patrick cuando los


abrió y levantó la vista hacia Chase.
—Sí, ¿puedo?
Chase sonrió.
—Ryan, pásame mi teléfono.

Patrick intentó respirar mientras observaba al hombre del asiento de delante


pasarle su móvil. El frío fue olvidado mientras Chase marcaba un número y luego
hablaba con alguien? Después de un momento, la app de vídeo llamada fue
activada.

—Ahora mismo está durmiendo —dijo una voz de mujer—. Se acaba de tomar
el biberón hace un momento.

Cuando la imagen borrosa de la pantalla se hizo nítida, Patrick se dio cuenta que
estaba señalando una cuna. Patrick jadeó y extendió una mano para tocar la
pantalla. El bebé estaba durmiendo tranquilamente, su cabeza estaba tirada hacia
un lado, y sus diminutas manos en puños cerca de su cabeza. El resto de él estaba
tapado por una manta azul.

—Tommy.
Parecía ileso y saludable.

—¿Cómo… —Patrick tragó con fuerza—. ¿Cómo está?

—Es un buen bebé —dijo la mujer. Patrick se preguntaba a quién era, pero 65
estaba feliz de que no apartase la pantalla de Tommy. Podía estar mirando a su hijo
eternamente—. Todavía se despierta durante la noche, pero eso es normal. Debería
de dejar de hacerlo muy pronto.

—Gracias. —Patrick apenas podía murmurar las palabras.

Tenía mucho que agradecerles a estas personas, no sabía por dónde empezar. No
solo habían regresado a por él, sino que también habían protegido y cuidado de su
hijo. Decir “ gracias” parecía trivial, pero era todo lo que tenía.
—Oh, no tiene la mayor importancia, cariño. —dijo la mujer.

—Estaremos pronto en casa, mamá —dijo Chase antes de colgar.

Cuando la pantalla se volvió negra, Patrick giró el rostro hacia el cuello de


Chase. El hombre enorme no dijo nada mientras las lágrimas de Patrick caían sobre
su piel. Simplemente acarició la espalda de Patrick, abrazándolo, dándole calor.
—Nos va a llevar un par de horas llegar a casa —dijo Chase.

—¿Por qué no cierras los ojos y duermes?


Patrick se rió nerviosamente.
—No estoy seguro de poder.

—Te mantendré a salvo, Patrick. Lo prometo.


Las promesas estaban bien.

66
Capítulo 7
Chase no podía creer que finalmente tenía a Patrick a salvo en sus brazos. Había
empezado a dudar de si ocurriría alguna vez. Encontrar a Patrick ensangrentado y
golpeado hizo que a Chase lo abrumase la culpa. Lo debería haberse apurado más
por encontrarlo, salvado mucho antes.

Si alguna vez le ponía las manos encima a Dominic Eli, lo destrozaría.

Y ese sería un problema porque sabía que Eli no dejaría de buscarlo a él y a sus
hermanos o a Patrick. Especialmente a Patrick.

Chase tenía el presentimiento de que Eli era un hombre muy acostumbrado a


conseguir cualquier cosa que quisiera, y quería a Patrick. Por todo lo que Patrick le
había dicho y todo lo que había aprendido durante su búsqueda de información
sobre Patrick y su conexión con Eli, el hombre estaba obsesionado.

Mientras sostenía a Patrick en sus brazos, Chase podía comprender esa obsesión.
Incluso golpeado, amoratado y ensangrentado, Patrick era un hombre hermoso.
Añadido a su dulce y cariñosa naturaleza, y era un paquete al completo.
Dominic Eli no se lo merecía.

Chase dudaba que él lo hiciera tampoco. No era exactamente un santo. Mientras


que no había quebrantado intencionalmente la ley, la había bordeado bastante a
menudo.

Algunas veces, especialmente en su línea de trabajo, la ley no ayudaba a las


víctimas inocentes.

Chase y sus hermanos estaban orgullosos de sí mismos de mantener a sus


clientes a salvo y protegidos. Cuando los que hacían el mal, lo hacían fuera de la
ley, ellos no podían siempre ser detenidos dentro de los límites de la ley.

En esos casos era donde actuaba la Agencia de Protección Might. No tenían


miedo a saltarse un poco las reglas si significaba mantener a salvo a la gente. 67
Entrar en la finca de Dominic Eli era el ejemplo perfecto. Era jodidamente ilegal
y si hubieran sido atrapados, podrían haber sido arrestados por allanamiento de
morada. Llevarse a Patrick de los terrenos de la finca podría haber hecho que
fuesen arrestados por secuestro. Pero era algo que tenían que hacer para mantener a
Patrick y a Tommy a salvo.
Chase no se arrepentía de nada.

—¿Cómo está?

Chase miró hacia la parte de delante del vehículo, encontrándose con los ojos
preocupados de Ryan. Le dedicó a su hermano una pequeña sonrisa. No era de lo
que hablasen a menudo, pero Ryan era más del tipo romántico que un luchador.
Podía pelear, y estaba mejor entrenado probablemente que ninguno de ellos.
Simplemente que no le gustaba.

—Ahora mismo está dormido —dijo Chase en voz baja, sin querer despertar a
Patrick—. Creo que con algo de descanso y comida, debería estar bien.

Especialmente si podían mantener a Dominic Eli alejado de él.

—Aunque tenemos a Patrick —dijo Chase—, quiero mantener un ojo en Eli.


Tiene que haber algo por lo que podamos pillar a este tipo y meterlo entre rejas.

No hay manera de detenerlo de que fuera detrás de Patrick, porque iba a hacerlo.
Chase no era lo bastante estúpido para pensar que Eli se detendría. Su orgullo
había sido herido. Querría vengarse de alguna forma.
Ryan asintió con la cabeza.

—Seguiré buscando.

—También necesitamos asegurarnos de que nuestra seguridad es


extremadamente fuerte. Eli no va a tomarse esto muy bien. Vendrá detrás de
Patrick.
Chase estaba seguro de ello.

—¿crees que él va a descubrir que nosotros nos llevamos a Patrick? —preguntó


Ryan.
68
—Eventualmente. —El hombre no era estúpido.

Bueno, lo era. Abusaba de un hombre dulce como Patrick hasta que este no
quiso tener nada que ver con él. Tenía un marido y un hijo, y los había desechado,
¿y por qué? ¿Control? ¿Divertimento? ¿Poder?

¿Por qué la mayoría de los abusadores golpeaban a personas que se suponía


tenían que cuidar?
—Le dieron una buena zurra —dijo Ryan.

—Sí. —Chase hizo una mueca mientras se giraba para mirar a Patrick. Estaba un
tanto sorprendido de que Patrick estuviese durmiendo tan bien. Sabía que tenía que
estar exhausto. Era la única explicación de por qué Patrick no estuviera gritando
como un loco.
Además de estar helado y asustado, el hombre era simplemente una gran masa
de contusiones. El agua se había llevado la mayoría de la sangre, dejando detrás
marcas azuladas y negras que narraban la historia de lo que le había pasado.

—Llama a mamá y asegúrate de que tiene una habitación preparada para


Patrick, en algún lugar cercano a Tommy. —Chase habría preferido que se quedase
en su habitación donde podía mantener un ojo en él, pero eso no iba a pasar. La
última cosa que el hombre necesitaba era a un tipo que apenas conocía tirándole
los trastos, especialmente cuando su vida era semejante caos.

Patrick se estremeció en su sueño, luego hizo un sonido de olfateo mientras se


acurrucaba contra Chase e intentaba aproximarse más todavía.

—¿Tenemos más mantas, Ryan?


—Sí, hay una en la parte de atrás.

Chase miró sobre el asiento en el maletero. Vio una manta azul doblada encima
de una de sus bolsas de viaje. Chase agarró la manta, la desdobló lo mejor que
pudo, y luego la extendió sobre Patrick. Cuando Patrick suspiró y se acomodó,
Chase empezó a acariciar suavemente su espalda de nuevo. Patrick parecía
disfrutarlo.
69
El resto del viaje hasta casa transcurrió en relativo silencio. Clint estaba
conduciendo y Ryan estaba ocupado con su tablet, afortunadamente rebuscando
más información sobre Dominic Eli. Chase observaba dormir a Patrick.
En el momento que aparcaron en sus instalaciones, Chase estaba sudando.

No estaba seguro si su acaloramiento era debido a estar bajo una pila de mantas
o a causa del hermoso hombre presionado contra él. Sabía que odiaba que se
detuviesen porque sabía que su tiempo de sostener a Patrick en sus brazos se habría
terminado.

Clint aparcó su SUV justo en el garaje. Chase esperó a que la puerta del garaje se
cerrara detrás de ellos para sacudir suavemente a Patrick.
—Despierta, Patrick. Ya estamos aquí.

El hombre estaba aturdido, sus párpados oscilaron, abriéndose lentamente. Fue


absolutamente adorable la manera en que los restregó.
—¿Aquí? —Murmuró Patrick—. ¿Aquí, dónde?

Chase soltó una risilla.


—Estamos en casa.
Patrick se irguió y miró a su alrededor.

—¿Casa?
—Mis hermanos y yo vivimos aquí con nuestra madre.
Las cejas de Patrick se arquearon mientras miraba a Chase.

—¿Vivís todos aquí?

—Es un lugar muy grande. —Realmente grande—. Cada uno tenemos nuestra
propia suite, pero pasamos la mayoría de nuestro tiempo en las áreas comunes.
—¿Pero todos vivís aquí juntos?

Chase sonrió ante la confusión de Patrick. Podía parecer un concepto extranjero


para la mayoría, pero era natural para ellos. Chase, Clint y Ryan eran trillizos y
compartían un vínculo más fuerte que la mayoría.
70
Estar separados por la distancia no era algo que alguno de ellos quisiera. Estar
separados de su madre no era algo que pudieran permitir.

—Sí. —Chase asintió con la cabeza—. Somos una familia muy unida.

Realmente no quería meterse de fondo en cuán unida estaba su familia hasta que
conociese mejor a Patrick, si se le concedía la oportunidad de conocer mejor a
Patrick. Aunque, primero, necesitaba asegurarse de que Patrick estuviera saludable
y a salvo.

Cuando la puerta se abrió, Chase salió y luego extendió los brazos para coger a
Patrick. Levantó al delgado hombre en sus brazos y luego se dirigió a la casa.
—Vamos a vendarte, meter algo de comida dentro de ti, y luego le llevaremos a
Tommy, ¿de acuerdo?
—Tommy —alentó—. Quiero ver a Tommy.

—Y lo harás, pero no necesita verte así. Espera hasta que consigamos limpiarte
primero.
—No, por favor, yo…

Chase suspiró. El dolor que veía en los ojos verdes de Patrick lo estaba matando.
—Le echaremos un vistazo de camino a tu habitación. ¿Qué te parece?

—Por favor.

Chase llevó a Patrick en brazos hasta la casa, atravesó la enorme cocina gourmet
que habían construido para su madre, subió la lujosa escalera hasta el segundo
piso, y luego avanzó por el pasillo hasta la habitación que su madre había
convertido en un improvisado cuarto de bebé.

Chase y sus hermanos estaban todos muy conscientes del hecho de que su madre
esperaba un día que fuese una verdadera guardería. Admitía que la idea de tener
niños no era tan mala, simplemente ninguno lo había considerado hasta que él
había cuidado de Tommy.
—Ahí está. 71
Patrick dejó escapar un pequeño sollozo y se aferró con más fuerza a Chase
cuando se detuvo delante de la cuna donde el pequeñín dormía ajeno a todo, como
si no tuviera ninguna preocupación en el mundo.

—Parece que está bien —susurró Patrick como si estuviese asustado de hablar
en alto.

—Es un buen bebé.


Chase le sonrió a su madre mientras entraba en la habitación.

—Mamá, este es el padre de Tommy, Patrick O’Leary. —Se giró un poco para
que así Patrick pudiera ver a su madre—. Patrick, esta es mi madre, Alice Might.

Patrick parpadeó ante Alice.


—Hola.

—Hola, Patrick. —La sonrisa de Alice era cálida y acogedora—. Estoy


encantada de conocerte, al fin.
—Gracias por cuidar de Tommy.

—¡Oh! No fui yo. —Chase sintió como enrojecían sus mejillas cuando los ojos
de su madre se dirigieron hacia él—. Ese chico de ahí cuido de Tommy todo el
tiempo. No podía oír hablar de que otra persona lo hiciera.

Cuando el silencio se volvió incómodo, Chase bajó la vista hacia Patrick,


asustado de cuál pudiera ser su reacción.

—¿Tú cuidaste de Tommy?

Chase se encogió de hombros como si no fuese gran cosa.

—Tú lo dejaste a mi cargo. —Eso lo explicaba todo en lo que respectaba a


Chase—. No iba a confiárselo a otro.
Patrick arqueó una ceja.
—¿Ni siquiera a tu madre? 72
Chase frunció el ceño.

—Bueno, por supuesto que lo dejé con mi madre. Alguien tenía que vigilarlo
mientras yo te buscaba.
De nuevo, eso lo explicaba todo.

—Deberíamos conseguir que te lavaras. —Chase se dirigió a la puerta en a la


pared más alejada, con Patrick todavía envuelto en sus brazos. Y se dirigió a la
suite ha había sido preparada para Patrick—. Mamá, ¿podrías prepararle algo de
comer, algo ligero para que no le caiga mal en el estómago?

—Ya está hecho, hijo —replicó Alice—. Tengo una gran olla de sopa casera que
solo está esperando a ser servida.

—Gracias. —Chase le dedicó a su madre otra sonrisa antes de llevar a Patrick a


la habitación contigua. Sabía que Patrick querría estar cerca de su hijo. Chase
atravesó la gran habitación hasta el baño acoplado.

Una vez que acomodo a Patrick en el baño, extendió una mano hasta la ducha y
abrió el agua, poniendo una mano bajo el chorro hasta que la temperatura fue la
correcta. Quería que Patrick se relajara, no que se escaldase.
—¿Necesitas ayuda?

Patrick meneó la cabeza negando, pero sus ojos estaban abatidos y sus hombros
caídos.
—¿Patrick?

Nada.
Chase se puso de cuclillas delante de hombre. Cuando Patrick no pudo mirarlo,
Chase lo agarró por el mentón y levantó su cabeza hasta que pudo mirar a los ojos
a Patrick.
—¿Qué ocurre, bebé?

Los ojos de Patrick ante ese.


73
—¿Por qué me llamas bebé?
Mierda.
—Lo siento —dijo Chase rápidamente—. No significa nada. Es solo una clase…

Los ojos de Patrick se nublaron.


—¿No significa nada?

Chase de repente se preguntó si estaba comprendiendo todo esto mal.

—Patrick, no soy un héroe. No me pongas en un pedestal. Caeré a las primeras


de cambio.
—No, lo sé. —Patrick apartó la vista de nuevo—. Simplemente…

—¿Simplemente qué? —Chase tenía que saber lo que estaba pasando por la
cabeza de Patrick.
Patrick meneó la cabeza negativamente.

—No importa.
—Me importa a mí, Patrick. —Chase todavía estaba intentando averiguar porque
le importaba. Patrick debería de haber sido simplemente como cualquier caso de
protección en el que había trabajado cientos de veces antes. No lo era.
Patrick lo miró.
—¿Por qué?

—¿Por qué me importa?

Patrick asintió con la cabeza.

Chase deseaba no tener una respuesta o al menos una respuesta que tuviese
sentido, pero no la tenía. Y no quería mentirle a Patrick. Al hombre probablemente
le habían estado mintiendo lo suficiente durante años. Chase suspiró mientras se
sentaba en uno de los lados de la bañera. Iba a tener que ser claro si tenía alguna
esperanza de calmar a Patrick.

—He pasado los últimos días aprendiendo todo lo que podía sobre ti. —Chase se
74
rió ante la expresión de sorpresa en el rostro de Patrick—. Tienes que recordar que
estaba intentando encontrarte. Necesitaba cada retazo de información que pudiera
caer en mis manos.

Patrick asintió con la cabeza. Chase esperaba que eso significara que comprendía
por qué Chase y sus hermanos habían estado investigando sus antecedentes.

—Hiciste todo lo que estaba en tu poder para poner a tu hijo a salvo, incluso
hasta el extremo de dárselo a un extraño. No podías saber tan siquiera si volverías
a ver a Tommy de nuevo, si era un buen hombre o no. Lo hiciste con la esperanza
y la necesidad de asegurar que Tommy estaba a salvo. —Chase todavía estaba
atónito por ese singular acto de abnegación—. Creaste una distracción para que
pudiera escapar con Tommy, sabiendo perfectamente lo que pasaría si Eli te
atrapaba.
Chase extendió una mano y agarró la de Patrick, enlazándolas.

—Esas son las acciones de un hombre honorable. Las cosas que hiciste para
asegurarte de Tommy estuviese a salvo son los actos de un hombre que sabe cómo
amar a alguien, como anteponerlos a ellos. Todo lo que has hecho demuestra el
tipo de persona que eres, y es alguien al que quiero conocer mejor.

Patrick frunció el ceño.


—Pero...
—¿Pero?
—Estoy casado.

Maldición.

—No, bebé, no lo estás. No hay constancia de que alguna vez te hayas casado.

Patrick parpadeó unas cuantas veces antes de preguntar:


—¿Qué?

—No estás casado, Patrick.

—Pero… tuvimos una boda y todo lo demás. 75


—¿Dónde? —preguntó Chase.
—En una oficina del juzgado.

—¿Dentro del juzgado?


Patrick asintió con la cabeza.

—Dominic conocía a un juez que podía casarnos.


—¿Pero tuviste una ceremonia?
Los ojos de Patrick cayeron una vez más mientras asentía.

—No fue sofisticada o algo así. Solo fuimos Dominic y yo, y un par de amigos.
Ocurrió tan rápido que no tuvimos tiempo a preparar una gran boda. Dominic tenía
que irse de viaje de negocios a Bolivia y quería que fuese con él. Dijo que sería
nuestra luna de miel.

Chase apenas pudo contener un bufido.

—¿Lo fue?

—No lo sé. —Patrick se encogió de hombros—. Pasé la mayor parte de tiempo


en la suite de nuestro hotel con dos guardaespaldas.
Chase frunció el ceño.
—¿Has tenido siempre guardaespaldas?

Patrick asintió con la cabeza.

—Dominic es un hombre poderoso con muchos enemigos. Quería que estuviera


a salvo.

Patrick por un momento se asombró de cuán inocente era Patrick. Parecía que
había aceptado todo lo que Dominic le decía como un hecho.
—Patrick, ¿sabes lo que Eli hace?

—¡Oh, claro! —Patrick asintió de nuevo—. Es un traficante de drogas y un 76


asesino.
Lo dijo de una forma tan casual que Chase estaba perplejo.

—¿Lo sabías?

—Me llevó un tiempo averiguar que era un traficante de drogas, pero la parte de
asesinó fue fácil cuando lo vi matar a la madre de alquiler que utilicé para tener a
Tommy.

Joder.

—¿Viste como la mataba?


Patrick asintió de nuevo con la cabeza.

—Intenté escapar en el hospital cuando nació Tommy. Asesinarla fue mi castigo.


—Jesús. —tragué con fuerza—. ¿La mató porque intentaste escapar?

—Fue por eso que era tan importante sacar a Tommy de allí —dijo Patrick—.
Dominic hará cualquier cosa, incluso matar, para mantenerme bajo su pulgar. Me
ve como su mascota.
—¿Mascota? —gruñí.

—Así era como me llamaba, su mascota. —El rostro de Patrick enrojeció


mientras dejaba caer la vista, claramente avergonzado—. Cuando sus socios de
negocios venían por casa, le gustaba atarme con una correa, así podía llevarme por
allí mientras ellos mantenían sus negociaciones.

Chase se echó hacia atrás, a la vez asombrado y furioso.


—¿Te ponía una correa?

—Solo cuando sus socios de negocios nos visitaban —insistió Patrick como si
eso tuviese perfecto sentido. Él se encogió ligeramente de hombros—. Al parecer
era como un símbolo de estatus o algo así.
—¿Cómo es eso? 77
—Después de las primeras visitas, unos pocos regresaron con sus propias
mascotas.

Chase se llevó una mano a la boca. Las implicaciones de lo que Patrick le estaba
diciendo eran astronómicas. Si lo que le estaba diciendo era cierto, y había una
manera de probarlo, puede que tuvieran posiblemente deshacerse de un cartel de
las drogas y tratante de esclavos, y encerrar a un asesino.

Patrick era el sueño de un fiscal.


Dios, corría grave peligro.

—Patrick, ¿le has dicho a alguien lo que sabes sobre Dominic y su organización?
—Solo a ti.

Chase contuvo la respiración.


—No quiero que hables con nadie de esto excepto conmigo y mis hermanos.

El ceño de Patrick hizo que sus moratones en el rostro se profundizasen.

—¿Por qué?

—Sabes demasiado. —Chase supo al instante que estaba asustando más a


Patrick con a cada palabra que decía, y pero no quería mentirle al chico—. Eli
tiene que mantenerte bajo su control o matarte. Lo has visto matar a personas. Lo
has visto hacer negocios con personas que creen que están por encima de la ley,
gente que vende sonó solo drogas, sino a otras personas. Puedes decir nombres,
Patrick.

Chase hizo chirriar sus dientes de frustración mientras veía como la sangre
desaparecía del rostro de Patrick. Esto no era lo que quería. Patrick debería de estar
contento y saludable, criando a su hijo sin ninguna otra preocupación en el mundo
excepto darle de comer por las noches. No debería estar escapando de un loco.
—Eli no tiene elección, Patrick. Tiene que matarte antes de que hables.

—Pero no lo haré. —Patrick meneó la cabeza vigorosamente en negación—. No


diré nada.
78
Chase colocó una mano alrededor de la nuca de Patrick e hizo que sus frentes se
juntaran.

—No es así de simple, bebé. Incluso si Eli decide dejarte ir, la gente con la que
trabaja y ante la que responde no lo dejaría pasar. Los has visto, Patrick. Has
estado allí cuando hacían negocios. No tienen otra opción salvo Eliminarte.

Y Chase sabía que no tenía otra opción salvo asegurarse de que eso nunca
ocurría.

79
Capítulo 8
Patrick se miró fijamente en el espejo del baño. Incluso aunque había entregado
un par de centímetros de su vida y llevaba puesto unos pantalones de pijama y una
camiseta de RyanMight, todavía parecía un refugiado de una reyerta de bar, y nada
podía arreglar eso salvo el tiempo. Tiempo que Patrick no estaba seguro de que
tuviera. Si lo que Chase decía era cierto. Sus días estaban contados.
Eso iba realmente a joder.

Patrick saltó ante el golpe suave en la puerta. Presionó una mano contra el pecho
e inspiró lenta y temblorosamente antes de responder.
—¿Sí?

—Te traje algo de sopa.

Patrick respiró con mayor facilidad ante el sonido de la voz de Chase.


Incluso a través de sólida puerta de madera, Patrick sabía que era él. Unas pocas
conversaciones era todo lo que había necesitado. Patrick no tenía duda de que
podría detectar la voz de Chase en una muchedumbre de gente.
—Ahora mismo salgo. —Patrick sabía que su voz era inestable, pero no había
nada que pudiese hacer al respecto. Todo él se estaba estremeciendo.

Patrick terminó de secarse el pelo lo mejor que pudo y luego colgó la toalla
sobre el soporte de la cortina de la ducha. También se aseguró de no haber dejado
gotas de agua por el suelo. Chase y su familia ya estaban haciendo bastante por él.
No deberían tener que limpiar lo que ensuciaba a su paso también.

Una vez que Patrick se aseguró que todo estaba colocado de nuevo en su sitio,
abrió la puerta. Chase estaba esperando al lado de la ventana, los brazos cruzados
sobre su ancho pecho, su mirada fija en algo en la oscuridad o quizás en la misma
oscuridad.
80
—¿Chase?
El hombre se giró, una pequeña sonrisa adornaba sus exuberantes labios.
—Te ves mejor.

—Me siento mejor. —Pero solo un poco.

Las zancadas de Chase al cruzar la habitación era el movimiento más sensual


que Patrick había visto en años. se preguntaba si el hombre incluso sabía la
poderosa imagen que daba.

Cuando sus dedos trazaron ligeramente un sendero descendente al lado de su


mejilla, Patrick tuvo que bloquear las rodillas en su sitio para evitar convertirse en
un montón de sustancia pringosa a los pies del hombre. Patrick no podía recordar
la última vez que alguien le había tocado con tal gentileza.
Quizás nunca.
—Unos pocos días de descanso debería hacer que esto curase.

Patrick asintió con la cabeza. Era bien consciente de cuánto tiempo les llevaba a
sus moratones desaparecer. Probablemente tenía más experiencia con ellos que
Chase.

—Algo de hamamelis7ayudará. Aplicada dos veces al día, ayudará a reducir la


inflamación y los moratones.
Los labios de Chase se apretaron.
—Odio que sepas eso.

Patrick se encogió de hombros. Era lo que era. La vida le había enseñado una
dura lección. La tenía bien aprendida.
—El hielo también ayudará, pero solo en las primeras veinticuatro horas.

—Iré a por una bolsa de hielo —dijo Chase mientras caminaba hacia la puerta.

7
Arbusto caducifolio con propiedades medicinales que provienen de su alto contenido en taninos y
81
flavonoides que le proporcionan propiedades astringentes, antisépticas, antiinflamatorias y hemostáticas.
En mitad de la habitación, señaló una bandeja colocada en una pequeña mesa en
la esquina.

—Come. Volveré ahora mismo.

Patrick fue hasta allí y se sentó en el pequeño juego de desayunador para dos.
Era de hecho un mobiliario muy íntimo, uno que descubrió que le gustaba. Quizás
podría convencer a Chase de comer con él la próxima vez.

La sopa estaba deliciosa, quizás era la mejor sopa que hubiera probado alguna
vez. Al principio, Patrick pensó que de pollo con fideos, pero cuando saboreó un
esponjoso ñoqui, se dio cuenta que era como sopa de pollo dopada.
Había limpiado el cuenco en el momento en que Chase regresó.
Chase sonrió mientras entraba y vio el cuenco vacío.
—¿Tienes todavía hambre? Mi madre tiene una olla llena.

Patrick se acarició su panza repleta.

—Estoy bien, pero por favor, dale a tu madre las gracias. La sopa estaba
deliciosa.
—Lo haré.

Patrick estaba sorprendido cuando Chase a arrodilló en el suelo a lado de él, en


lugar de sentarse en la silla del otro lado.
—¿Qué estás haciendo?

En lugar de hablar, Chase presionó suavemente una bolsa blanca blanda en un


lado del rostro de Patrick. Este siseó ante la frialdad.
—Lo siento, bebé —dijo Chase con una expresión de dolor arruinando su cara.

—Las compresas de hielo se supone que tienen que estar frías —tranquilizó a
Chase—. Ese es el punto.
Las líneas de tensión en el rostro de Chase se suavizaron cuando soltó una risilla. 82
—Sí, se supone.

Patrick suspiró suavemente. No se sentiría de regreso a la normalidad durante un


tiempo y lo sabía, pero esto era tan cerca a estar bien como jamás se había sentido
en años. La miseria no era siempre física. La suya iba directa a su alma.
—Gracias —murmuró.

Tenía que hacerle saber a Chase cuán agradecido estaba por lo que el hombre
había hecho. Chase no tenía porque haber regresado a por él. Podría haber
simplemente entregado a Tommy a los servicios sociales y haber finiquitado toda
esta situación.
La sonrisa de Chase fue genuina y cálida.
—No hay de que, Patrick.

Patrick y Chase se quedaron así durante unos minutos, Chase arrodillado en el


suelo delante de él. Patrick sentía el peso de la intensa mirada de Chase, y le
correspondía, el momento era conmovedor, aún así confortable.

Cuando Chase finalmente se levantó y se trasladó a la otra silla, Patrick casi


suspiró en protesta. Quería que el momento entre ellos continuase. Había algo en
Chase Might que hacía que Patrick se sintiera a salvo y protegido, y para un
hombre que había vivido en el terror durante el último año y medio, sentirse seguro
era un premio.
Patrick no quería dejarlo pasar.

—Por lo tanto, ¿ahora qué pasa? —preguntó Patrick. Estaba aterrorizado de lo


que el futuro le podía deparar o incluso de si tenía futuro. A excepción de Chase,
no sabía en quién confiar. Ni siquiera confiaba plenamente en los hermanos de
Chase.

—Ahora, descansa y recupérate —contestó en un tono tan serio que Patrick tuvo
que reprimir un gemido de miedo—. Por ahora no es necesario decidir nada. Tú
necesitas tiempo para respirar y estar con tu hijo.
—¿Qué pasa con Dominic? 83
La furia instantánea que llenó los ojos de Chase metía miedo. Era un poco
inquietante en todo su enfoque.
—Le ha llegado su momento.

Patrick jadeó ante el tono de puro odio de Chase.


—No puedes matarlo, Chase.

Los ojos de Chase se entrecerraron.


—¿Todavía lo amas?
Las cejas de Patrick se arquearon.
—¿Lo dices en serio?
—Es una pregunta legítima, Patrick.

Patrick bajó la compresa de hielo del lado de su cara. Señaló el hinchado


cardenal.
—¿Crees honestamente que podría amar al hombre que me hizo esto?
—Te casaste con él —insistió Chase.
—Conforme a lo que tú dices, no.

—Patrick.
—No. —Patrick suspiró mientras presionaba la compresa de hielo de hielo sus
cardenales—. No he amado a Dominic desde hace mucho, mucho tiempo. Algunas
veces, creo que nunca lo hice, que quizás fue la idea de estar enamorado lo que
amaba.

Cualquiera que fuesen los sentimientos que había tenido por Dominic, murieron
la primera vez que le puso la mano encima. Patrick no era exactamente una
persona dominante, pero se negaba a ser el saco de boxeo de nadie. Podía haberle
costado un poco alejarse de Dominic, pero nunca había dejado de intentarlo.

—Dominic necesita pagar por las cosas que ha hecho, —comenzó Patrick de
nuevo—pero no quiero su muerte en tus manos.
84
—Matarlo puede ser la única salida, Patrick.
Patrick negó rápidamente con la cabeza.

—Siempre hay otra salida.

Patrick aborrecía la violencia en todos los niveles. Había estado expuesto a ella
demasiado para estar alguna vez cómodo ante ella. Dominic se regodeaba en ella.
Usaba la violencia para controlar a las personas y las situaciones. Era muy bueno
en ello.

—Por favor, encuentra otra manera, Chase.

Chase lo miró fijamente durante un momento antes de refunfuñar bastante


ruidosamente y apartar la vista.

—Estoy conforme con buscar otra manera de hacerlo caer, pero todas las
apuestas dicen que va a venir a por ti, Patrick. —Los ojos de Chase todavía
reflejaban dureza cuando volvió a mirar a Patrick—. No dejaré que tú o Tommy
salgáis heridos de nuevo.

Patrick tragó con fuerza y luego asintió ligeramente con la cabeza. Solo estuvo
de acuerdo porque el pensamiento de que algo le ocurriese a Tommy hizo que se
pusiera enfermo. En solo unas cuantas semanas, Tommy se había convertido en su
vida.

—No puede pasarle nada a Tommy.


—No le pasará nada, Patrick. Me aseguraré de ello.

—Él es inocente, ¿sabes? —Era tan dulce y adorable, y hacía que el corazón de
Patrick se detuviera en su pecho cada vez que miraba al pequeñín.

—Lo sé, bebé.


Patrick le dedicó una débil sonrisa.

—Me has llamado bebé de nuevo.

—Lo siento, no... 85


—Me gusta. —Mucho más de lo que debería. Su informe de antecedentes con
los hombres apestaba. Sabía que no debería tan siquiera considerar involucrarse
con otro hombre. Tan siquiera estaba divorciado. Por supuesto, si lo que Chase
decía era cierto, nunca había estado casado en primer lugar.

Patrick estaba tan confuso.


—¿Estás seguro de que Dominic y yo nunca estuvimos casados?
—Tan seguro como puedo estar.

Patrick se pasó una mano sobre el nudo en su estómago.

—Parece extraño pensar que realmente nunca estuvimos casados. Todavía


recuerdo estar allí de pie ante el juez intercambiando los votos.

—Lo siento, Patrick.


Patrick se encogió de hombros como si no fuese algo de gran importancia,
incluso aunque ambos sabían que lo era.

—Realmente creo que estoy aliviado de no estar vinculado por más tiempo a ese
monstruo. Si mi nombre es el único que aparece en el certificado de nacimiento de
Tommy, Dominic no puede sacármelo. Ese siempre ha sido mi mayor
preocupación.
—¿Te gustaría que te consiguiera una copia del certificado?

—No, pero gracias por la oferta.


Chase asintió con la cabeza.

—¿Cómo me libro de ese hombre, Chase? ¿Cómo me aseguró de que nunca


viene tras de mí?
—Permite que mis hermanos y yo hagamos lo que mejor hacemos, protegerte.
—¿Y Tommy?

Chase sonrió.
—Por supuesto que a Tommy también. Vosotros venís en paquete.
86
Patrick no supo qué decir ante eso, pero lo salvó tener que responder cuando
hubo un suave golpe en la puerta. Un momento después, la puerta se abrió y entró
Alice con Tommy en los brazos.

—Mira quien se despertó —dijo Alice mientras se acercaba.

Patrick posó la compresa de hielo en la mesa y extendió sus brazos antes tan
siquiera de que Alice lo alcanzase. Acurrucó a Tommy muy cerca de su pecho y
simplemente inhaló. Las lágrimas se deslizaron por debajo de sus pestañas
entornadas. Tommy olía tan bien, justo como una niño feliz debería oler.

—Gracias —murmuró Patrick mientras abría los ojos. Las lágrimas todavía
corrían desenfrenadas por sus mejillas, pero no le importaba. Los días que habían
pasado desde que sostuvo por última vez a su hijo en brazos se le hicieron
demasiado largos.

—No hay de que, Patrick —dijo Alice—. Es simplemente tan bueno verlo así de
feliz.

Patrick tenía que admitir que Alice estaba en lo cierto. Tommy estaba sonriendo,
arrullando y pateando sus pies mientras miraba fijamente a Patrick. Era
absolutamente perfecto. Patrick le sonrió y le hizo cosquillas en el vientre y el
cuello como siempre le hacía. El destello de alegría que vio en los ojos verdes de
Tommy fue atemperado solo por el brillo deslumbrante de la completa confianza.

—Te añoré tanto, mostoirín8.


—¿Qué es eso? —preguntó Alice.

Patrick sintió como se ruborizaba.


—Mi pequeño tesoro.

—¡Oh, qué dulce! —los ojos de Alice se dirigieron a Chase—. Eso tres fueron
un gran desafío para mí. Entre los tres hay cinco minutos de diferencia y luego los
tuve que criar sola. —Alice se encogió de hombros— Simplemente parece como
que nunca tuve tiempo para apodos.

87
8Mo saórín es una frase en irlandés que significa mi pequeño tesoro.
Patrick sintió cómo se alzaban las cejas en su rostro mientras se giró para mirar a
Chase.

—¿Sois trillizos?
Chase soltó una risilla mientras asintió con la cabeza.

Patrick volvió a mirar a Alice.

—Lo siento mucho.

—Oye —Chase refunfuño mientras su madre se reía.

—No fue todo malo —insistió Alice mientras miraba con cariño a su hijo—.
Con tres chicos de la misma edad tienes las manos un tanto llenas, pero valieron la
pena.
—Si no le importa que pregunte, ¿qué ocurrió con su padre? —Patrick supo al
instante que no fue una pregunta adecuada cuando el rostro de Alice palideció
mientras miraba a Chase—. Lo siento. Olvide lo que he preguntado. —levantó a
Tommy contra su hombro y comenzó a palmear suavemente su espalda—. Fue un
poco insensible por mi parte.

—No, está bien —dijo Alice con una sonrisa insegura—. Puedo comprender tu
curiosidad.

—Por favor, olvide lo que pregunté —dijo Patrick rápidamente—. Realmente no


es de mi incumbencia.

—Su padre era investigador científico —comenzó Alice mientras caminaba


hasta la ventana y justo como su hijo había hecho antes, miró fijamente la
oscuridad—. Trabajaba en uno laboratorios en Los Álamos, Nuevo México.

Patrick estaba perplejo por la sonrisa que cruzó por los labios de Alice cuando
miró sobre su hombro. Parecía fuera de lugar en una conversación con un cariz tan
serio.

—Era una chiquilla salvaje y eran finales de los setenta. Mis padres habían
perdido la esperanza de que alguna vez hiciera algo de mí misma. Estaba
asistiendo a la universidad de Alburquerque. En una de las clases había que hacer
88
voluntariado en un laboratorio. Aarón era uno de los investigadores genéticos. —
Su sonrisa se volvió más melancólica—. Nos enamoramos.
¡Oh, Dios!

—Había un experimento, uno en que me ofrecí voluntaria a hacer. Tenía que ver
con los niveles primarios de manipulación genética. Uno de los requisitos era que
no podía quedarme embarazada porque no sabían que podía hacerles a los fetos.
La expresión en el rostro de Alice lo decía todo.

—Se quedó embarazada.

Alice asintió con la cabeza.


—Uno de los otros científicos lo descubrió y quería ver el resultado del
experimento en mis bebés. Quería hacer de mis bebés sujetos de estudio. Acudió a
sus superiores y consiguió que me detuviesen para que así no pudiera marcharme.
Chase se levantó y fue a junto su madre, envolviéndola en sus brazos.
Alice palmeó su mejilla antes de continuar.

—Aarón ideó un plan para que pudiéramos escapar. Se suponía que nos iríamos
juntos y nos ocultaríamos hasta que los niños naciesen, y en ese momento,
afortunadamente, la gente que quería usarlos como experimentos de laboratorio
perdiera interés en nosotros.

Patrick tuvo el mal presentimiento de que no ocurrió eso.

—Aarón logró que yo escapase, pero él quedó atrapado en la explosión. —La


respiración de Alice se alteró mientras ella inspiraba—. No sobrevivió.

Patrick jadeó.
—Lo siento mucho.

—Se me rompe el corazón ya que él nunca logró ver en cuán maravillosas


personas se convirtieron nuestros niños, pero dio su vida para asegurarse de que
ellos estuvieran a salvo. No podía hacer menos. Usé los contactos tenía y
desaparecí, justo como planeé. 89
—¿Qué ocurrió con los hombres que querían hacer experimentos con tus hijos?
La expresión de Chase era sombría mientras respondió por su madre.

—Hace unos quince años, un soplo anónimo informó a las autoridades de un


alijo de drogas ilegales y armas ocultas en las paredes de su casa. Se está
pudriendo en la cárcel.

Patrick miró fijamente a Chase durante un momento antes de reír


disimuladamente.

—Anónimo y un cuerno.
Chase simplemente se encogió de hombros.

—¿Todavía se está ocultando? —Patrick tenía que saber en lo que se estaba


metiendo.

—Yo sí, pero mis chicos no —dijo Alice—. Ellos adoptaron el apellido de su
padre y lo usaron para hacer lo que hacen, proteger a aquellos que no pueden
protegerse por sí mismos.
A los que son como yo, Patrick musitó internamente.
—No le diré nada a nadie —prometió—. Mantendré su secreto.

—Está bien, Patrick —dijo Alice rápidamente—. Ya nadie me está buscando,


pero nunca quise tentar a la suerte, y supongo que me acostumbre a vivir en las
sombras. —Ella sonrió mientras miraba a Chase—. Los chicos construyeron para
mí estas instalaciones para que tuviera algún lugar seguro en dónde puedo
moverme libremente.
Patrick dejó caer la mandíbula.

—¿Nunca sales de aquí?


Alice meneó negativamente la cabeza.

—¿Nunca? —intentó clarificar Patrick


90
—No, no tengo la necesidad.
—Pero...

—Tengo formas de irme si quisiera, pero no quiero. Aquí estoy a salvo. —Alice
sonrió mientras miraba al bebé en brazos de Patrick—. Aquí también estás a salvo,
Patrick, tú y Tommy. Los extremos a los que llegaron los chicos para crear un
lugar seguro para mí, también te beneficiarán a ti.

Patrick no creía que alguna vez hubiera escuchado palabras mejores.

91
Capítulo 9
Chase depositó un suave beso en la mejilla de su madre y luego cerró la puerta
tras ella y Tommy. Sabía que Patrick no quería dejar marchar a su hijo, pero los
ojos del hombre no paraban de cerrarse, necesitaría unas pinzas para mantenerlos
abiertos.

—Venga, bebé —dijo Chase mientras cogía a Patrick en brazos y entonces lo


depositó en la cama—. Deja que te arrope.

El hombre se dejó caer fácilmente en la gran cama, avanzando hasta el medio del
colchón antes de ponerse de costado. Chase se sentó en el borde de la cama
después tiró del edredón hacia arriba hasta cubrir el pecho de Patrick.

—Estoy justo pasillo delante. Dejaré la puerta abierta, para que si necesitas algo
por la noche, todo lo que tengas que hacer es llamarme y te escucharé.

Chase quería tranquilizar al hombre de que no iba a estar solo frente a sus
pesadillas en medio de la noche. Solo estaba a una palabra de distancia.
Patrick agarró la mano de Chase.
—Por favor, quédate.
Oh, esa no era una buena idea.

—Patrick…
—¿Por favor?

Chase suspiró. No podía hacer frente a la súplica en la voz de Patrick tal como
no podía dejar de respirar.

—Déjame sitio.

La sonrisa instantánea de Patrick mientras se apartaba, fue recompensa suficiente 92


para que Chase desestimara cualquier recelo que pudiera tener sobre estar en una
superficie horizontal, con un hombre tan atractivo como Patrick O’Leary.

Chase se sacó los zapatos y luego se estiró por fuera del edredón, sobre el
colchón, descansando la cabeza sobre su brazo encima de una de las almohadas.
Patrick sonrió mientras se acercaba más.
Chase soltó una risilla y meneó la cabeza.
—Pareces un chiquillo en su primera noche durmiendo fuera de casa.

—No soy un niño, Chase.

Chase era muy consciente de ese hecho. Estaba intentando ignorarlo.


Patrick ya había sufrido bastante. No necesitaba que un hombre que apenas
conocía le tirase los trastos. Necesitaba tranquilidad y seguridad, y un lugar
simplemente donde pudiera respirar. Chase quería ser el que le ofreciera ese lugar.
Pero también quería muchas cosas más.
—Tu rostro parece estar mejor.
Chase puso los ojos en blanco mentalmente. Eso había sonado demasiado suave.

—Los cardenales estarán un poco más brillantes mañana, pero la hinchazón ya


habrá empezado a disminuir. En unos cuantos días más debería volver a la
normalidad.

—Odio que sepas eso. —Lo había dicho antes, pero necesitaba repetirlo.
Patrick inspiró lentamente.
—Es lo que es.

—No es cierto, Patrick. Nadie tiene derecho a golpearte.

—Lo sé —le espetó Patrick con bastante dureza—. Nunca permanecería con
alguien que levantarse un solo dedo contra mí. Simplemente no tuve elección.
Cada vez que escapaba, me encontraba.

Un pensamiento surgió en la cabeza de Chase y provocó que se le formase un


93
nudo helado en las entrañas.

—¿Eli te ordenó alguna vez que te dejaras inyectar algo o que tuvieras alguna
clase de intervención quirúrgica en la que fueras sedado?
Las cejas de Patrick se curvaron prontamente.

—¿Él qué?

—Dijiste que Eli te encontraba de cada vez, ¿correcto?

Patrick empezó a fruncir el ceño.


—Sí.
—¿Quizás algunas veces te encontró simplemente con demasiada facilidad?

—No sé si… —Patrick frunció el ceño, profundamente—. ¿Qué me estás


intentando preguntar exactamente?

Chase sabía que tenía que ser claro con Patrick. La honestidad y la confianza le
habían sido arrebatadas.
—Creo que Eli puede haberte puesto alguna clase de dispositivo de localización.
Lo ojos de Patrick se desorbitaron.
—¡Oh, mierda!

—Ryan, —dijo Chase a través de su vínculo mental con su hermano— creo que
Eli le ha puesto un dispositivo de localización a Patrick.

—¡Oh, mierda! —replicó su hermano.


—¿Te imp...

—Sí, entiendo. Ahora mismo voy.

Contento de haberse ocupado ya de eso, Chase contactó con su otro hermano de


la misma manera.
94
—Clint, Eli puede haber puesto un dispositivo de localización en Patrick de
alguna manera. Duplica la comprobación de nuestra seguridad, especialmente de
la habitación de mamá y la guardería.

—En ello. —respondió al instante Clint.

Chase rodó hacia el extremo de la cama y se levantó cuando escuchó que


llamaban a la puerta del dormitorio. Ya sabía quién era en el momento que cruzó la
habitación y la abrió, y estaba en lo cierto. Chase saludó con la cabeza a
Ryancuando retrocedió un paso para dejarle entrar.

—Patrick, no tuviste realmente la oportunidad de conocer a mi hermano más


joven. Este es Ryan.
—¿El hermano más joven? — Preguntó Patrick mientras su mirada iba de Chase
a Ryan—. Creía que erais trillizos.
—Lo somos. —Chase sonrió cuando Ryan puso los ojos en blanco—. Ryan fue
el último en nacer.
—Déjame adivinar, ¿fuiste el primero en nacer?
La sonrisita de Chase se amplió hasta convertirse en una sonrisa de pleno.

—Sip.
—Y tampoco permite que ni Clint ni yo y lo olvidemos nunca —dijo Ryan.

—No critiques —dijo Patrick mientras se sentaba, tirando del edredón sobre su
regazo —. Crecer como hijo único apesta.

Chase frunció el ceño mientras caminaba hacia él y sentaba a un lado de la cama,


lo bastante cerca de la parte superior del colchón para que le fuera posible alcanzar
la mano de Patrick. El hombre estaba agarrando el edredón, pero Chase estaba
seguro de que era un gesto involuntario. Chase agarró la mano de Patrick y la
sostuvo en la suya.
—Actualmente hay dos tipos de localizadores internos en el mercado. Uno es
una pequeña cápsula que puede ser fácilmente detectada por un detector
electrónico. —Ryan sostuvo en alto un objeto plano y negro tan largo como su
antebrazo.
95
—¿Y el otro? —preguntó Patrick cómo si estuviese fascinado por lo que Ryan
estaba diciendo.

—Tengo miedo de que sea un poco más difícil de localizar. Farmacéuticas


Alphamac recientemente ha desarrollado una pequeña cápsula de localización más
pequeña que la mina de un lápiz y hecha en su totalidad con materiales orgánicos.
No puede ser detectada por métodos convencionales.

—Estoy jodido —murmuró Patrick—. Va a localizarme y a matarme.

—No, no —dijo rápidamente Chase mientras sostenía la mano de Patrick entre


las suyas—. No dejaremos que ocurra eso.
—No veo cómo puedes evitarlo —argumentó Patrick—. Si me encuentra, va a
matarme.
—No si yo tengo algo que decir al respecto —gruño Chase. No comprendía la
dura presión que sentía en su pecho ante la mera idea de que Eli tuviera de nuevo
en su poder a Patrick, pero hacía que le fuese difícil respirar.

—Hay una manera de localizarlo, —dijo Rayan casi con voz dubitativa— pero
puede que a ti no te guste.
Chase supo que no le iba a gustar simplemente por el tono de Ryan.

—Haré lo que sea con tal de evitar que Dominic me encuentre. —dijo Patrick
con vehemencia.
Los hombros de Chase se hundieron.

Ryan le lanzó a Chase una mirada antes de hablar.


—El localizador tiene que ser colocado debajo de la piel. Normalmente no puede
ser visto a simple vista, pero puedes sentirlo si pasas los dedos por encima de él.
Bueno, qué me jodan.

Chase miró a Patrick. Podía pensar solo en una manera de detectar el localizador
bajo la piel, y en lo que a él concernía no le importaría tocar cada centímetro de
Patrick, y maldita sea si iba a permitir que alguien más lo hiciese. 96
Chase señaló con la mano la larga vara negra.
—Compruébalo primero con el detector de metales.

Ryan se rió, pero no salió ningún sonido de sus labios hasta que alcanzó la cama.

—Patrick, ¿podías ponerte de pie al lado de la cama? Necesito que levantes los
brazos hacia los lados. Solo voy a deslizar esto sobre ti como hacen el aeropuerto.
No sentirás nada.

—Valeee. —Patrick estaba nervioso mientras apartaba la manta y se acercaba al


borde de la cama.

Chase extendió una mano rápidamente para estabilizarlo cuando se puso de pie,
balanceándose un poco.
—Con cuidado, bebé.
Ryan le lanzó una mirada.
—¿Bebé?
—Cállate.

Chase asintió hasta que Patrick le hizo una pequeña inclinación de cabeza antes
de soltarle la mano y retroceder un paso. Se aseguró que ese paso lo pusiera justo
delante de Patrick, y estaba encantado cuando lo ojos de Patrick se reunieron con
los suyos. Eran grandes y redondeados, y estaban llenos de turbación.
Se estaba mordiendo el labio inferior.

Puede que no lo hayas supuesto todavía, —empezó Chase mientras Ryan


deslizaba el detector sobre Patrick— pero es alguna clase de nerd de la tecnología.
Si hay algo electrónico fuera de aquí o algo nuevo que tenga que ver con
ordenadores, lo sabe todo.
Los labios de Patrick se retorcieron con el principio de una sonrisa.

¡Bingo!
97
—Mamá lo amenaza con hacerle un exorcismo la próxima vez que comience a
hablar en código binario en sueños.
Ryan bufó, apoyando la reclamación de Chase sobre que él fuese un nerd.

Chase alzó una ceja y fue recompensado por una pequeña carcajada de Patrick.

—De acuerdo, terminado. —Ryan retrocedió, bajando el detector—. Estás


limpio de cualquier localizador de metal. —Sus ojos se dirigieron a Chase—. Los
otros, los orgánicos, esos… eh...

—Solo muéstrame cómo hacerlo, Ryan —dijo Chase, porque estaba seguro
como la mierda de que no iba a permitir que alguien más lo hiciera.

—Simplemente desliza tus dedos por su piel, añadiendo un poco de presión. No


estás intentando lastimarlo, solo percibir cualquier cosa que no debería estar ahí.

Cuando Chase extendió un brazo, Ryan deslizó los dedos sobre la piel de Chase.
Sus dedos presionando lo suficiente para que la piel de Chase se pusiera blanca
bajo ellos.

—Si encuentras algo que parece fuera de lugar, solo llámame.

Chase asintió con la cabeza distraídamente, sus ojos estaban posados en Patrick.
Ni siquiera se dio cuenta de que Ryan se había ido hasta que la puerta se cerró tras
él.
—¿Estás listo para hacer esto?
La cabeza de Patrick se inclinó hacia un lado, un ceño de curiosidad impreso en
su rostro.
—¿Qué necesitas hacer exactamente?
—Solo sostén tus brazos como hiciste antes.

Patrick tragó con fuerza, pero hizo lo que Patrick le decía. Chase levantó sus
manos. Comenzó en las yemas de los dedos de Patrick, palpando suavemente la
pálida piel todo a los largo hasta el hombro. Hizo lo mismo con el otro brazo.

—Por ahora todo bien —dijo Chase cuando Patrick se estremeció. 98


Patrick simplemente asintió con la cabeza.

Chase se movió hasta quedar detrás de Patrick. Comenzó por los omoplatos, con
la intención de seguir hacia el interior, pero inmediatamente descubrió que la
camiseta iba a ser un problema.
—Patrick necesito que te quites la camiseta, ¿está bien?
Patrick miró hacia atrás.

—¿Me lo estás pidiendo?

Chase frunció el ceño.


—Por supuesto.

—Sí, está bien.


Chase se movió lentamente solo en caso de que Patrick cambiase de opinión.

Una vez que vez que levantó la camiseta y la sacó de Patrick, Chase la dejó caer
en la cama. Tomó una profunda inspiración y comenzó de nuevo. Desde el borde
de los omoplatos, fue adentrándose, moviendo sus dedos lentamente sobre la piel
de Patrick.

Le gustó que la piel de Patrick estuviese ligeramente salpicada de coloridas


pecas de un hombro al otro. Era como un mapa de carreteras para sus dedos.

Mientras sus dedos descendían más y más, Chase mantuvo un gemido contenido
tras sus labios. Pero no había nada que hacer sobre la polla engrosada atrapada
detrás de la cremallera. Ni siquiera los moratones que arruinaban la piel perfecta
podían detener a su endurecida polla.

Cuando Chase alcanzó la pequeña curvatura justo sobre el culo de Patrick, se


detuvo y luego deslizó sus dedos un par de centímetros hacia arriba y luego hacia
abajo.

—¿Qué pasa? —la voz de Patrick era trémula—. ¿Encontraste algo?

—No estoy seguro. —Chase odiaba ser el que le hiciera sentir tanto temor a 99
Patrick, pero no había nada que pudiera hacer por el momento.
—Ryan, ¿puedes volver a aquí? —Chase preguntó a través de su vínculo
mental—. Creo que encontré algo.

Era una minúscula protuberancia, apenas perceptible. Chase estaba bastante


seguro de que le habría pasado desapercibida si no hubiera estado prestando tanta
atención a lo que estaba haciendo. Deslizó los dedos sobre ella una y otra vez, solo
para asegurarse de que no estaba sintiendo cosas que realmente no estaba allí,
porque estaba siendo paranoico.

Nope, allí había algo definitivamente. La cuestión era, ¿qué?

Patrick saltó cuando hubo una llamada a la puerta. Chase al instante lo envolvió
en un abrazo.

—Eí, solo es Ryan.


Patrick asintió con la cabeza, su rostro enrojecido.

—Lo siento. Supongo que estoy un poco nervioso.

—Creo que tienes un motivo para estarlo, pero aquí estás a salvo, Patrick. Lo
prometo.

Chase solo esperaba que pudiera mantener esa promesa.


—Entra, Ryan —dijo Chase.

La puerta se abrió y su hermano entró en la habitación, sus ojos se dirigieron


directamente a Patrick.

—¿Qué descubriste?

—Está aquí en la base de la columna vertebral de Patrick. —Chase señaló el


punto donde había descubierto la protuberancia—. Puedo decir que hay algo aquí.
Simplemente no sé lo que es, es natural o alguna clase de objeto.
Ryan se acercó más y luego se detuvo, sus ojos se levantaron hacia Patrick.

—¿Te importa?
100
Chase estaba agradecido de que su hermano hubiera tenido el detalle de pedir
permiso antes. Tanto como le había sido arrebatado a Patrick, devolverle algo de su
control sería un largo sendero hacia la recuperación del hombre.
Cuando Patrick habló, su voz era un poco más firme de lo que había sido.

—Sí, está bien.

Chase se arrodillo en el suelo detrás de Patrick y pasó suavemente su pulgar


sobre la protuberancia.

—Está justo aquí, Ryan.

Chase apartó los dedos del camino cuando Ryan comenzó a palpar la zona.
Estaba confuso por los círculos que Ryan hacía, cada uno más pequeño que el otro
hasta que sus yemas estaban justo sobre la protuberancia que Chase había
encontrado.
Ryan me miró.
—Tienes razón, aquí hay algo.
Maldición.
—¿Es un localizador?
—No me será posible decirlo mientras no lo retire.

—¡Quítalo! —gritó Patrick mientras miraba hacia atrás e intentaba ver lo que
ellos estaban mirando. Donde estaba localizado, en la base de la columna, no le
sería fácil de ver—. Quítalo.
—Patrick...

—¡No! —un tono histérico se había hecho con la voz de Patrick, toda la
serenidad que sencillamente había sentido un momento antes, se había ido—.
Sácamelo.
Chase se levantó y agarró a Patrick, tirando del hombre hacia sus brazos.

—Bebé, tienes que calmarte. Esto va a ir bien. Te quitaremos eso, sea lo que sea.
Patrick se estremeció cuando sus dedos se aferraron a la camiseta de Chase.
101
—Puso algo dentro de mí, Chase. Me etiquetó como un perro.

—Maldita sea, Ryan—Chase proyectó hacia su hermano—. Saca esa cosa de


Patrick antes de que se vuelva totalmente loco.

—Voy a necesitar algunos utensilios quirúrgicos. —Los ojos de Ryan titilaron


hacia Chase—. Va doler.
Chase asintió con la cabeza para mostrar su entendimiento.

—Solo hazlo.

—Voy a ir a por lo que necesito —dijo Ryan en alto mientras se ponía en pie y
se dirigía a la puerta—. No me llevará mucho tiempo.

Chase siguió sosteniendo a Patrick entre sus brazos mucho tiempo después de
que su hermano abandonase la habitación.

Los temblores de Patrick fueron disminuyendo con cada minuto que pasaba.
Chase pasó sus manos por la espalda de Patrick, en un intento por tranquilizarlo.

Cuando la puerta se abrió entraron Ryan y Alice, Chase los miró, pero no quitó
sus brazos de alrededor de Patrick. El hombre parecía necesitar su fuerza y Chase
estaba demasiado feliz de poder ser esa fuerza para Patrick.
—Mamá, ¿puedes conseguir algunas toallas y ponerlas sobre la cama? —
preguntóRyan—. Necesito preparar mi bandeja.
—¿Qué necesitas que haga Patrick? —preguntó Chase.

—Una vez que mamá ponga las toallas, necesito que Patrick se tumbe en la cama
sobre su estómago. Tengo algo de lidocaína de uso tópico, lo cual debería
adormecer la zona para suprimir la mayor parte del dolor de la incisión que tengo
que realizar, si no lo bloquea todo.

—¿No tienes algo más fuerte? —la lidocaína simplemente no le parecía lo


bastante fuerte y Chase no quería que Patrick padeciese ningún dolor. Ya había
sufrido bastante.
Ryan negó con la cabeza. 102
—No es seguro darle algo más fuerte hasta que sepamos con lo que estamos
tratando.

—Estaré bien —insistió Patrick mientras se echaba hacia atrás—. He sufrido


cosas peores, y si eso significa que Dominic no puede encontrarme, estoy
conforme con todo.

Chase apenas pudo evitar un gruñido de frustración. Podía ver el miedo creciente
en los ojos de Patrick, pero también la determinación.

Dios, ¿había conocido alguna vez a alguien más fuerte?

Los músculos y el entrenamiento estaban geniales, pero un verdadero héroe era


quien hacía frente al mundo y permanecía erguido bien alto a pesar de las cosas
que intentasen derribarlo.
Chase apartó a Patrick de en medio cuando su madre salió del baño con
bastantes toallas. Una vez que las extendió sobre la cama, él ayudó a Patrick a
estirarse encima de ellas. Se arrodilló cerca de la cabecera de la cama, estrechando
la mano de Patrick.
—Voy a estar justo aquí, Patrick.
Los ojos de Patrick se clavaron en él.

Los ojos de Chase saltaban de Patrick a lo que Ryan estaba haciendo. Lo que
acontecía rápidamente, Ryan se movía con fluidez y eficiencia. Durmió la zona
con el anestésico local. Esperar a que surtiera efecto parecía que se eternizaba. En
el momento en que Ryan tomó el escalpelo, Chase estaba preparado para gritar.

La vista de la sangre de Patrick manando de la pequeña incisión que Ryan había


realizado, hizo que el estómago de Chase se hiciese un nudo.

Había temor en los ojos de Patrick, pero también una serenidad que ciertamente
Chase no estaba sintiendo.

—¿Cómo lo llevas?

—He tenido afeitados peores.


103
Chase sonrió y palmeó la mano de Patrick.
—Casi ha terminado.

—He terminado —dijo Ryan.


Chase levantó la vista.

—¿Ya has terminado?

—Sip —Ryan sostenía en alto unas tenacillas médicas, que en sus extremos
sostenían un tubo diminuto. Era incoloro, pero Chase podía ver algo verde
dentro—. Justo aquí está el pequeño dispositivo de localización.
Las cejas de Chase se arquearon rápidamente.

—¿Eso es el localizador?
—Sip —dijo Ryan de nuevo—. Es realmente impresionante.

Chase no opinaba lo mismo.


—Tienes que deshacerte de él.
—No está activado.

Chase miró con los ojos entrecerrados el diminuto dispositivo.


—¿Cómo puedes aseverarlo?
—Es rojo cuando está activado. Está todavía verde.

Chase se pasó una mano por el pelo. No comprendía como Ryan podía ser tan
casual y estar tan tranquilo. Él estaba listo para arrancarse la piel a tiras. El
estúpido localizador no era más grande que la punta de la uña de su pulgar y aún
así tenía el poder de destrozar la vida de alguien.
¿Qué había de casual en ese?

—Deshazte de él, Ryan.


104
—Lo haré, pero primero necesito averiguar quién lo hizo.
—Ryan...
—Si Eli trabaja con uno de los alfabetos, necesitamos saberlo.

Chase señaló con la cabeza hacia el localizador.


—¿Y crees que eso te lo dirá?

Ryan bufó mientras depositaba el pequeño tubo en una placa de petri.


—No es como si pudieras ir a tu Radio Shack9 y escoger uno de estos.

—Bien, pero quiero que lo destroces tan pronto como puedas. Si se activa,
vamos a estar metidos en un montón de mierda.

—Todavía podemos estarlo —dijo Ryan—. Todavía necesitamos comprobar a


Tommy.
Maldita sea.

9
RadioShackCorporation es una empresa estadounidense, que gestiona una cadena de tiendas de
105
artículos y componentes electrónicos en Estados Unidos y México, propiedad de Standard General.
Capítulo 10
Patrick supo que había algo diferente en el momento que abrió los ojos. La
primera prueba era el cálido cuerpo presionado detrás de él.

Dominic no había dormido en la misma cama con él desde el inicio de su


matrimonio. Dominic tampoco lo abrazaba tiernamente, como si él le importase.
Patrick aguantó la respiración mientras se giraba para ver quién lo abrazaba.

Chase.

Patrick soltó el aliento que había estado reteniendo. Debería de haberlo sabido
antes incluso de abrir los ojos. Aunque sus músculos le dolían un poco, como si se
hubiera extralimitado en el trabajo, no tenía ningún dolor. Lo que en sí mismo
debería de haber sido una prueba para él. Nunca había permanecido mucho tiempo
sin dolor mientras estuvo al cuidado de Dominic.

No había recibido nada salvo amabilidad y comprensión de Chase, algo que


nunca habría imaginado de un hombre tan fuerte y poderoso. Patrick quería
empaparse de él. Quería estar rodeado con todo lo que era Chase Might.

Patrick intentó tranquilizar su respiración cuando los ojos de Chase se abrieron.


No estaba seguro de que esperar. Ciertamente no la sonrisa que recibió.

—Bueno días, bebé.


Dios, a Patrick le encantaba eso.

Le devolvió la sonrisa.

—Buenos días, Chase.

—¿Cómo te sientes? —los dedos de Chase eran gentiles mientras acariciaban


ligeramente el borde del rostro de Patrick—. La hinchazón ha disminuido un poco,
pero tu mejilla se está volviendo realmente púrpura. 106
—Me queda mejor el verde.
Los ojos de Chase se abrieron de par en par antes de soltar una risa.

—Me imagino que sí.

Patrick deseaba tener algo inteligente e ingenioso que decir, pero nada acudió a
su cabeza de inmediato. En su lugar, salió con la pregunta que estaba rondando su
mente.

—¿Me besarías?

Las cejas de Chase se alzaron.


—¿Qué?

El rostro de Patrick enrojeció. Dejó caer la vista y empezó a girarse para


apartarse, terriblemente avergonzado. Nunca debería de haber...

—¡Chase! —Gritó Patrick cuando fue agarrado y dado la vuelta—. ¿Qué…

Patrick gimoteó cuando Chase capturó sus labios, robándole todo pensamiento
de la cabeza como así el aliento de los pulmones de Patrick.

Gimió ante el beso mientras el aroma a almizcle de Chase llenaba cada poro de
su piel.

El beso era ardiente, una sabrosa caricia. En cuestión de un momento, el beso se


volvió más demandante, más salvaje. Patrick se deleitaba en su pasión, su aliento
atrapado mientras en sexy hombre lo besaba incluso más profundamente.

Cuando los labios de Chase se alejaron de su boca y comenzaron a moverse por


su mandíbula hasta su cuello, Patrick echó la cabeza hacia atrás, dándole un mejor
acceso a Chase. El gruñido que reverberó a través del pecho de Chase hizo que el
pulso de Patrick se acelerase frenéticamente.
Era la cosa más jodidamente ardiente que jamás hubiese escuchado.

Patrick lloriqueó cuando Chase se apartó. Se agarró a él, sólo para dejar caer las
manos sobre el colchón cuando Chase se irguió y comenzó a desvestirse. No había 107
mucho de lo que desprenderse. Estaba vestido de forma simple, solo con una
camiseta y una par de pantalones de pijama.
Aún así, Patrick levantó la cabeza para mirar.

Su respiración se aceleró cuando los duros y ondulados músculos fueron


revelados. Chase se veía duro y fuerte. Tenía las piernas largas y robustas, y los
hombros parecían de un metro de ancho, y como bronce tallado.

Cuanta más piel fue expuesta, menos aire parecía haber en la habitación. Patrick
estaba jadeando pesadamente en el momento en el que Chase agarró las perneras
de sus pantalones y tiró de ellos hacia abajo por sus piernas.

Chase se subió de nuevo a la cama. Se arrodilló entre los muslos de Patrick,


luego se inclinó sobre su torso. Agarró el dobladillo de la camiseta de Patrick y tiró
de ella, sacándola por su cabeza y lanzándola por encima de su hombro.
Desnudo, Patrick tuvo el repentino impulso sobreprotector de taparse. Dejó de
lado toda la vergüenza cuando Chase se inclinó y lamió uno de sus pezones.
Patrick no pudo reprimir un gemido de puro placer que escapó de sus labios
mientras se arqueaba hacia arriba en el aire.
—¿Te gusta eso, bebé?
—¡Sí!

Patrick hundió sus manos en el cabello de Chase e intentó hacer que se acercase
más cuando sintió una mano deslizarse suavemente hacia abajo por su cuerpo. El
placer atravesó como un cohete su cuerpo fue intenso.

Largos y gruesos dedos se envolvieron alrededor de la polla de Patrick. Su


corazón latía rápidamente en el pecho. Su aliento se desplazaba rápidamente de
dentro a fuera de sus pulmones. Patrick gimió cuando los dedos de Chase
acariciaron su polla, apretando suavemente. Un pulgar se movió por la punta,
presionando sobre la pequeña ranura.

Otros dedos se movieron para acariciar el apretado saco. Patrick gimoteó más
ruidosamente. Empujó su polla contra la mano de Chase. No le iba a poder evitar
correrse. Todo lo que Chase le hacía era tan jodidamente bueno.
108
El cuerpo de Patrick se arqueó mientras Chase le masturbaba, cada centímetro de
él hipersensible y anhelante por su toque. Patrick no podía acercarse lo bastante, no
podía abrazar a Chase lo bastante fuerte. Estaba desesperado, adolorido.

Chase de repente lo levantó y luego lo tendió suavemente en la cama. Patrick


escuchó un ligero crujido. El cálido aliento de Chase acarició el cuello de Patrick
mientras murmuraba:
—Extiende tus piernas, bebé, y levántalas hacia tu pecho.

Escalofríos de placer surcaban la piel de Patrick. Levantó las piernas,


extendiéndolas tan amplio como podía. Un momento más tarde, dedos aceitosos
presionaron entre las mejillas de su culo. El aliento de Patrick quedó atorado
cuando uno de esos dedos acarició su fruncido agujero.
—Chase —Patrick gimió cuando sintió un grueso dedo irrumpir en su culo. Un
perdurable estremecimiento de éxtasis atravesó su cuerpo mientras Chase
empujaba su dedo de dentro a fuera, una y otra vez. Con dureza. Él retrocedía
como un cohete, empalándose a sí mismo en el dedo largo y ágil de Chase.

—¿Es esto lo que quieres, bebé? —preguntó Chase mientras empujaba otro
dedo.
—Sí. —jadeó Patrick—. Por favor.

Chase giró su muñeca, rozando el dulce punto de Patrick. Su polla disparó un


chorro de líquido pre seminal mientras Patrick gritaba ruidosamente. Los dedos en
el culo de Patrick se movieron a un ritmo que a sus caderas pivotando, para
intentar hacer que penetrasen más profundamente.

Patrick apenas sintió entrar el tercer dedo en su culo, pero sintió claramente el
cuarto. Inspiró bruscamente ante la intrusión.

—Po… por favor —suplicó, pero Chase actuó como si no hubiera escuchado a
Patrick. Era exasperante. Su cuerpo se estremecía con el toque de su amante, sus
besos y su mera presencia.

La cabeza de Patrick cayó hacia atrás cuando sintió sus rodillas presionadas
contra su pecho. Chase se inclinó hacia atrás. Patrick se estremeció cuando Chase
agarró su culo y lo alzó, separando sus montículos antes de alinear su polla.
109
Patrick inspiró bruscamente cuando sintió la enorme polla de Chase entrar en él.
Gimoteó el nombre de Chase mientras empujaba para traspasar los músculos
contraídos, estirando a Patrick mientras su polla comenzaba a fijar un ritmo. Se
retorció bajo Chase, luchando por aceptar la copiosa anchura de carne masculina
empalándolo.

—Por favor, tócame —suplicó Patrick. Contrajo los músculos de su culo tan
fuerte como podía, intentando conseguir que Chase se moviese o lo tocase o algo.

Patrick apenas tuvo tiempo a inspirar profundamente antes de que Chase se


empalase con dureza y profundamente en él. No comenzó con un ritmo lento, en su
lugar fue directo, aporreando dentro de Patrick tan rápido y duro como podía. Los
embistes de Chase eran veloces, descoordinados y profundos.

Patrick gimió cuando sintió una mano grande acariciar suavemente


ascendentemente su pecho y envolver holgadamente la base de su garganta.
debería estar aterrorizado de tener a un hombre enorme cernido sobre él con una
mano envuelta alrededor de su garganta, pero por raro que parezca, Patrick no lo
estaba.
Inspiró varias veces profunda e irregularmente, mordiendo con dureza su labio
inferior mientras gemía. Las sensaciones que se había formado estaban
extendiendo a través de Patrick, zumbando en su mente, sus sentidos disparados
por la vorágine de lujuria hasta que creyó que iba a volverse loco.
—¡Patrick! —gruñó Chase.

No estaba sorprendido por la expresión de completa lujuria en el rostro del


hombre. Patrick la había escuchado en la voz del hombre cuando habló. Patrick
tenía que admitir que estaba un poco encendido al tener la atención de un hombre
tan atractivo.

La mente de Patrick se hizo añicos mientras su polla explotaba sin avisar, el


placer abrasando dentro de él. Sus caderas corcovearon desesperadas y con dureza,
y sintió como agonizaba. Su clímax fue como un tsunami, barriendo a través de él,
haciendo pesado el cuerpo de Patrick, zarandeándolo, haciéndolo estremecer.

Jadeó cuando una de las manos de Chase agarró sus caderas y lo levantó aún más
alto, luego condujo su polla de nuevo en el agujero agrandado de Patrick. Chase
gruñó mientras sus caderas se movían aún más rápido, su polla rozando las
sensitivas terminaciones nerviosas. Patrick nunca había sentido nada como esto
110
mientras estaba siendo golpeado contra Chase.

El sudor chorreaba por el cuerpo de Chase mientras se empujaba dentro de


Patrick y luego se tensó, su cabeza cayó hacia atrás mientras gruñía. Patrick pudo
sentir pulsar la polla de Chase con su liberación mientras él estaba allí tendido
intentando desesperadamente recuperar el aliento. Chorros calientes de semen
calentaron a Patrick de dentro a fuera, haciendo que se sintiera como su hubiera
sido marcado para que todo el mundo supiera que había sido reclamado.

Patrick recorrió con su mano el pecho de Chase descendiendo mientras sus


rápidos jadeos se ralentizaron a un lento sube y baja. Sonrió cuando Chase
extendió una mano y apartó el pelo humedecido por el sudor de su cara.

—Gracias —murmuró. Chase le acababa de dar una de las experiencias más


estimulantes de su vida. Quería decir algo más. Simplemente no sabía qué más
decir. Afortunadamente, una llamada a la puerta del dormitorio lo salvó de tener
que responder.
Patrick escuchó a Chase mientras rebuscaba por su ropa. Le lanzó a Chase su
ropa antes de ponerse la suya. Una vez que estuvo vestido se paró delante de la
puerta y esperó hasta que Chase estuvo totalmente vestido también.

La vista de Alice de pie al otro lado de la puerta con Tommy en brazos era a la
vez una bendición y una maldición. Patrick estaba feliz de ver a ambos. Estaba
emocionado, realmente, de ver a Tommy, pero también deseoso de que ambos
pudiesen desaparecer para así pudiera poner en claro sus pensamientos y descubrir
si acababa de hacer algo maravilloso con Chase o había cometido el mayor error de
su vida.

—Alguien está esperando por su papi —dijo Alice con diversión cuando Tommy
hizo arrullos.

Patrick sonrió mientras cogía al bebé en sus brazos, asegurándose de asegurar su


cabeza.

—Buenos días, guapetón.


—Creía que yo era el guapetón —dijo Chase desde su lado.
111
Se le formó un ceño de disgusto en el rostro cuando Alice y Patrick se rieron.
—Eras bastante lindo de bebé. —Alice meneó la cabeza—. No sé lo que pasó.
—¡Mamá!

Patrick sonrió mientras iba hasta la cama y se sentaba. Acostó a Tommy en


medio del colchón y luego se estiró a su lado. Los brazos de Tommy ondeaban y
sus piernas pataleaban. Para un bebé tan pequeño, era muy activo. Patrick no
estaba seguro si eso era una buena cosa o no.

Patrick había estado tan aliviado la noche anterior al descubrir que no había un
dispositivo de localización en Tommy. Eso explicaba porque a Dominic no le
había sido posible encontrar a Tommy después de que Patrick se lo hubiera
entregado a Chase. Ese había sido un movimiento estúpido por parte de Dominic.
El hombre había sabido que Patrick no escaparía sin su hijo.

—Ya le he cambiado el pañal —dijo Alice—. Iré a hacerle un biberón para que
puedas darle de comer.

Patrick miró por encima del hombro a la mujer que había estado cuidando de
Tommy.

—Gracias. No sabe lo aliviado que estoy al saber que él ha estado en tan buenas
manos.
La sonrisa de Alice era nostálgica mientras miraba a Chase.

—Sí, lo sé.

Recordando la historia que le había contado la noche anterior sobre sus hijos y
su padre, Patrick imaginó que ella lo sabría.

Otro arrullo proveniente de Tommy condujo la atención de Patrick de regreso a


su bebé. Sonrió cuando vio a Chase acomodarse al otro lado de Tommy,
permitiendo que Tommy chupara su dedo.
—Parece que te conoce.

Chase le lanzó una sonrisa.


—Él y yo nos hicimos amigos mientras tú no estabas. 112
—¿Ah, sí?

Algo cálido y acogedor se suavizó en el pecho de Patrick mientras observaba a


Chase interactuar con Tommy.
—Dominic nunca lo cogió en brazos.

Los ojos de Chase se alzaron hacia Patrick incluso aunque nunca paró de mover
su dedo para Tommy.

—¿Nunca cogió a Tommy en brazos? —La pregunta fue dicha de tal manera que
Patrick sintió sinceramente que Chase no podía concebir tal cosa.

—No. —Patrick negó con la cabeza—. Dominic no tiene tiempo para bebés.
Joder, apenas tenía tiempo para mí. Solo recordaba que estaba vivo cuando quería
algo de mí.

Patrick se estremeció mientras recordaba la clase de cosas que Dominic había


querido de él. Todas y cada una de ellas habían sido humillantes.

—Era tan dulce al principio de conocernos, el perfecto caballero. Ese era el


hombre del que me enamoré y con el que estuve de acuerdo en casarme.

—¿Cambió después de casaros?


Patrick frunció el ceño mientras rememoraba recuerdos, la mayoría de ellos
dolorosos.
—No, cambió justo antes de casarnos, pero no lo noté en ese instante. Creo que
estaba demasiado cautivado por la idea de casarme.

—¿Todavía lo amas? —la pregunta fue hecha tan serenamente que Patrick
levantó la vista para mirar al hombre.

—No he amado a Dominic Eli desde hace mucho tiempo. —Algunas veces,
Patrick se preguntaba si alguna vez lo había amado. El hombre que había conocido
al principio parecía un sueño. El hombre que conocía ahora era un monstruo.

—Bien.
113
Patrick parpadeó a causa de Chase.
—¿Bien?
¿Había escuchado correctamente?

—Odiaría tener que romper tu feliz hogar.

—Romper mi… ¿qué?… —el resto de las palabras de Patrick fueron asfixiadas
por los labios de Chase cuando el hombre el hombre lo capturó en un beso que
hizo que su cabeza se tambalease. Derramándose por el alma de Patrick.

—Voy a apartarte de Dominic Eli —murmuró Chase contra los labios de


Patrick—. A ti y a Tommy.
Los ojos de Patrick se abrieron de par en par.

—¿Nos quieres?
—Sí.

—¿A ambos? —Patrick tenía que estar seguro.

—Sí. —Una mano de Chase se apoyó en un costado del rostro de Patrick—. Me


entregaste a tu hijo hace unos días. Te diste a mí hace menos de una hora. —Las
cejas de Chase se arquearon—. No voy a devolverle a ninguno de los dos.

—Chase, simplemente no puedes…


—¿No puedo? —argumentó Chase.

Patrick frunció el ceño mientras la confusión lo asaltaba y una tenue esperanza


florecía en su pecho.
—Chase.

—Patrick.
—¿Comprendes lo que estás diciendo?
—Sí. —Parecía muy seguro.

La esperanza en el pecho de Patrick aumentó un poco más. 114


—Dominic no va a rendirse hasta que me encuentre.

—Estoy preparado para eso. —Una mano de Chase se curvó sobre la nuca de
Patrick, acercándolo más—. A Eli puede que le haya sido posible tenerte en sus
manos en el pasado, pero eso fue antes de que me conocieras. Él no puede
forzarme a mí a hacer nada que yo no quiera hacer.

Patrick quería confiar en Chase desesperadamente, pero su índice de


antecedentes era una mierda.

—Dame una oportunidad, bebé.

Un anhelo como nada que hubiese sentido o imaginado antes corrió


apresuradamente a través de él. Su mente era un torbellino, y su corazón un
clamor. Quería aceptar lo que parecía que le estaba ofreciendo Chase y aferrarse a
ello con ambas manos, pero estaba asustado.
—Tengo miedo —admitió Patrick.

—Lo sé, Patrick. —Chase le dedicó a Patrick una larga y penetrante mirada
antes de sonreír—. Está bien tener miedo. Soy lo bastante fuerte para ser tu punto
de apoyo hasta que puedas sostenerte de pie.
—¿Y si nunca lo hago?
—Te atraparé si caes.

Chase le estaba ofreciendo a Patrick lo que siempre había querido, necesitado y


todavía había una cosa que echaba en falta.

—Tú no me amas —murmuró Patrick—. ¿Por qué habrías de ofrecerme tanto?


—Porque siento algo contigo que nunca antes había sentido. —La comisura de
su sensual boca se alzó en una media sonrisa perezosa—. Quiero que sepas que lo
que hay entre nosotros es real.
—¿Y si no lo es? —ese era el mayor miedo de Patrick, incluso sobre y más allá
de que Dominic lo encontrase.

—Entonces, te mantendré a salvo hasta que Eli no sea más una amenaza, y luego 115
te dejaré marchar.
Patrick trago a duras penas.

—¿Y si lo que hay entre nosotros es real?


—Entonces nunca te dejaré marchar.

116
Capítulo 11
Chase sonrió mientras se reclinaba contra la encimera de la cocina y veía a
Patrick pasear de un lado a otro. Patrick estaba palmeando suavemente la espalda
de Tommy mientras intentaba conseguir que el niño eructara. Tommy había
devorado medio biberón. Si no eructaba, vomitaría.

Cuando Patrick se giró y empezó a cruzar la habitación de regreso, su sonrisa era


vacilante, tímida. Había sido de esa manera durante los últimos dos días. La parte
tímida, no la parte sonriente. Las sonrisas iban y venían según el humor de
Patrick. La parte tímida parecía estar sólo dirigida hacia Chase, lo cual este
encontraba adorable.

Pero incluso siendo tan tímido como era, Patrick nunca estaba demasiado lejos
de Chase. Este no podía decir que eso le molestara mucho. Le gustaba tener a
Patrick cerca. Le gustaba tener a Patrick en su cama aún más.

Después de que su madre le diera un severo aviso de no lastimar al “dulce


chico”, nadie había pestañeado tan siquiera cuando había trasladado a Patrick a su
dormitorio.

Habían pasado solo dos días, pero Chase ya sabía que te gustaba tener al hombre
durmiendo al lado de él. La agenda nocturna de alimentación de Tommy era un
poco difícil de llevar, pero acurrucarse con Patrick cuando ellos regresaban para
dormir valía más la pena, que cualquier pérdida de sueño.

Chase estaba cavilando en el hecho de que darle más tiempo a Patrick para
pensar las cosas no era la manera de avanzar. Patrick lo sopesaba todo. Empezaba
preocupándose por las cosas que incluso no eran un problema, a menudo
provocando que casi entrase en pánico.

Besarlo hasta que sus ojos se ponían vidriosos parecía ser la mejor manera de
combatir eso, y Chase estaba por la labor de permitirse besar a Patrick por
cualquier cosa. Patrick era sorprendentemente sensual en la cama. Puede que no
tuviese mucha experiencia, pero estaba más que dispuesto a aprender. Y Chase 117
estaba más que dispuesto a enseñarle.
El ruidoso eructo que salió de la boca de Tommy hizo que Chase se riese.
—Eso tuvo que sentarle bien.

—¿Verdad? —Patrick soltó una risa cuando se paró delante de Chase—. Hace
que su papi esté orgulloso.

Chase sonrió mientras cogía al bebé, acomodándolo sobre su pecho.

—¿Todavía no es la hora de la siesta?

Patrick arqueó una ceja.


—¿Para ti o para él?

Chase soltó una risilla mientras erguía un poco más alto a Tommy en su pecho y
empezaba a palmear su espalda suavemente. Sabía por experiencia que eso
ayudaba a Tommy a dormirse.

—Quizás los tres podríamos tomar una siesta, ¿eh?

La sexy sonrisa de Patrick hizo que a Chase le diese un vuelco el corazón.


—Me encantaría.
Chase sonrió antes de inclinarse para darle a Patrick un rápido beso en los labios.
Esa era otra cosa que disfrutaba sobre tener a Patrick a su alrededor.

Podía besar al hombre cuando quisiera, y quería hacerlo bastante cada vez que
veía al atractivo hombre.

—¿Por qué no agarras un par de botellines de agua y veremos si podemos


conseguir acostar a Tommy?

Patrick asintió con la cabeza, justo cuando se giraba hacia el frigorífico, Ryan
llegó corriendo ondeando un papel en el aire.

—Tenemos problemas, hermano.

Chase se tensó.
118
—¿Qué clase de problemas?
Los ojos de Ryan se desviaron hacia Patrick.

Maldición.
—¿Se trata de Eli? —preguntó Chase.

—Empecé a excavar algo, intentando descubrir de dónde salió el localizador de


Patrick. —la voz de Ryan adquirió casi un tono animado—. Hombre, esas cosas ni
siquiera han salido al mercado todavía, ni siquiera en el mercado negro ni en la
darknet.
—Entonces, ¿cómo Eli consiguió este?

—Rastreé el origen de los localizadores orgánicos hasta Farmacéuticas


Alphamac.
—Ya dijiste que pensabas que lo había hecho ellos. —señaló Chase.

—Sí, pero lo que no sabía es que Farmacéuticas Alphamac tienen un contrato del
gobierno con la CIA.

—¿No con la DEA? —Dominic Eli era un traficante de drogas después de todo,
el tercer hombre al mando en el cartel de drogas Dominguez.

—La DEA solo desearía tener estos localizadores. —Ryan negó con la cabeza—.
No, hombre. La CIA tiene a estos pequeñajos solo para ella.
Chase sintió una sensación nauseabunda en la boca del estómago.

—¿Eli es de la CIA?
Patrick soltó una carcajada estruendosa.
—Dominic no es de la CIA. Es un traficante de drogas.

Chase suspiró.

—Bebé, pensamos que Eli es un agente de la CIA trabajando de incógnito como


traficante de drogas.
119
La sangre se desvaneció del rostro de Patrick antes de negar rápidamente con la
cabeza.

—No, la CIA no puede hacer operaciones en suelo US. Es el territorio de FBI.


Todo el mundo lo sabe.

—Patrick. —Ryan le lanzó a Patrick una mirada como si creyese que el hombre
fuese tonto—. Este es el mundo real, y en el mundo real la CIA hace lo que quiere,
sea lo que sea. Ellos simplemente no hablan de ello.

—N...no. —Patrick comenzó a temblar.

Chase envolvió un brazo en torno a Patrick y tiró de él hacia el lado desocupado


de su cuerpo. Depositó un suave beso en la coronilla de Patrick.
—Eso no cambia nada, Patrick.

El estremecimiento de Patrick era preocupante. Chase no sabía si significaba que


lo comprendía o que estaba demasiado aterrorizado para hablar.

—¿Patrick?
Había lágrimas en los ojos de Patrick cuando levantó la cabeza.
—¿Cómo vamos a pelear contra esto?

Esa era un pregunta muy buena, y Chase conocía solo a un hombre que tuviera la
respuesta. Miró a Ryan.
—¿Cómo luchamos contra esto?

—Vas a hacer que hable con él, ¿no?


Chase se encogió de hombros.
—Joder. —gruñó Ryan.

Chase se rió por dentro mientras observaba a sus hermanos salir como un
torbellino de la cocina, pero no fue fácil.
—¿Qué fue todo eso? —Preguntó Patrick—. ¿Y quién es “él”?
120
—Ryan tiene más cerebro de lo que sabe hacer con él y algunas veces se mete en
problemas. Hace unos pocos años, estaba aburrido así que hizo un pequeño trabajo
para algunas agencias sin letras. Uno de los chicos con los que trabajó era un
hombre llamado Henry Toussaint. Ryan jura que Toussaint es un gilipollas y que
ellos nunca estuvieron involucrados en algo, pero Clint y yo creemos que hubo
algo entre ellos.
—¡Oh!

—Cada vez que surge el nombre de Toussaint, Ryan se pone todo nervioso.

Si lo conociera, Chase no sabía si quería estrechar la mano de Toussaint o


pegarle un puñetazo. Ver a su hermano ponerse nervioso por un hombre era
divertido siempre y cuando solo se pusiera nervioso. Si Chase alguna vez descubría
que Toussaint le había hecho daño a Ryan, todas las apuestas estaban cubiertas.
Puede que solo hubiera diez minutos de diferencia entre ellos, pero Ryan seguía
siendo su hermano pequeño.
—Creo que tenemos que posponer nuestra siesta. —Chase odiaba tener que
admitir eso, pero mantener a Patrick y a Tommy a salvo era más importante que su
libido.

—Siempre nos queda la noche —dijo Patrick mientras tomaba a Tommy—. Lo


acostaré y luego me reuniré contigo en el centro de operaciones de Ryan.

—De acuerdo. —Chase depositó un beso en la coronilla de Tommy y luego uno


en los labios de Patrick antes de observar al hombre girarse y salir de la habitación.
Agarró el botellín de agua que Patrick había cogido antes y luego se dirigió por el
pasillo a la oficina de Ryan.

El repentino estruendo de la alarma perimetral hizo que el corazón de Chase se


acelerase. Por un momento, se quedó allí congelado en el pasillo, confuso por lo
que estaba ocurriendo. El grito de pánico de Patrick lo puso en movimiento de
nuevo. Chase corrió por el pasillo para llegar hasta Patrick y Tommy.

Una explosión hizo que la casa se sacudiese.

Chase se tambaleó durante un momento antes de dar contra una pared. Gruño
por el dolor que se estaba iniciando en su hombro antes de enderezarse y continuar 121
adelante por el pasillo. Podía oír los chillidos agudos de Tommy mezclados con los
arrullos de Patrick.

Chase se agarró al marco de la puerta mientras se detenía en el umbral. La


habitación estaba vacía, pero podía escuchar a Patrick murmurando.
—¿Patrick? ¿Dónde estás, bebé?

—¿Chase?

Los ojos de Chase se estrellaron en el armario. Corrió hacia allí y abrió la puerta.

—Patrick. —Su corazón comenzó a latir de nuevo cuando vio a Patrick sentado
en el suelo, Tommy acurrucado en su pecho, la cabeza del bebé cubierta por una
manta azul.

—Vamos, bebé. —Chase le ofreció su mano. Una vez que Patrick la tomó,
Chase tiró del hombre para ponerlo de pie. Envolvió un brazo alrededor de la
cintura de Patrick y tiró de él hasta el medio de la habitación.

—¿Dónde está la bolsa del bebé? —Patrick siempre tenía una bolsa de bebé
preparada. Chase estaba bastante seguro de que era un efecto colateral de estar
siempre preparado para escapar.

Patrick recogió la bolsa del suelo en una esquina. Chase la cogió y la echó sobre
su hombro.

—¿Tienes la mochila transportadora de Tommy? —Chase no sabía si iban a


tener que correr o no. Quería estar preparado para cualquier cosa.

—Umm. —Patrick miró a su alrededor frenéticamente—. Está por aquí en algún


lugar, pero…
Otra explosión hizo que la casa se sacudiese.

—¡Olvídalo! —gritó Chase mientras agarraba a Patrick y a Tommy y empezaba


a tirar de ambos hacia la puerta. Necesitaba ponerlos a salvo. Desafortunadamente,
no estaba muy seguro donde era seguro en ese momento, pero tenía un destino en
la mente.
122
Patrick gritó cuando los disparos hicieron erupción en la parte delantera de la
casa. Chase empujó a Patrick y a Tommy detrás de él y sacó su Desert Eagle 10 de
la cartuchera del hombro, agradecido de nunca ir a ningún lado sin su arma.

—¿Sabes cómo disparar un pistola, Patrick? —preguntó Chase sacaba una


pistola más pequeña de su cartuchera del tobillo.

—He disparado con rifle cuando iba de caza con mi padre, pero nunca una
pistola.

—Es el mismo principio. —Chase le hizo una rápida demostración de cómo


amartillar la pistola y recargarla. Le entregó el arma, la funda del tobillo y un
cargador extra—. Simplemente apunta y aprieta el gatillo. Utilízala solo en caso de
sea absolutamente necesario hacerlo.

Chase habría preferido que Patrick nunca hubiera tenido que llevar una pistola,
pero ese no era el mundo en el que vivían. La pequeña arma de apoyo podía
significar la diferencia entre sí Patrick vivía o moría.

Chase ayudó a Patrick con la cartuchera del tobillo y luego colocó la pistola en
su lugar y tiró de la pernera del pantalón para colocarla en su sitio.

—Recuerda, úsala solo en caso de que sea absolutamente necesario.


Patrick asintió con la cabeza.

Chase agarró la mano de Patrick y empezó a tirar de él pasillo adelante de nuevo.


Mantenía un fuerte agarre sobre la mano de Patrick mientras lo conducía a través
de la casa. Su destino eran las oficinas que compartían dentro de la casa. Las tres
oficinas estaban distribuidas alrededor del salón comunal.
Esa era su base de operaciones.

10La Desert Eagle es una pistola semiautomática de grueso calibre accionada por los gases del disparo, diseñada en los
Estados Unidos por Magnum Research y fabricada principalmente en Israel por IMI (Industrias Militares de Israel), ahora
Israel WeaponsIndustry. Debido a su silueta fácilmente reconocible y a sus cartuchos de grueso calibre, la Desert Eagle se
ha convertido en un arma casi arquetípica en la cultura popular

123
Era también el punto de inicio de una certificación de túneles bajo las
instalaciones. Chase sabía que sus hermanos y su madre se habrían dirigido hacia
allí. Ahí era a donde necesitaba llevar a Patrick y a Tommy antes de ser atrapados
por quién quiera que fuera que había invadido su hogar y amenazado a los que
amaba.

Chase giró en el pasillo que conducía al descansillo sobre las escaleras. Un


hombre con un arma se avecinaba hacia ellos. Chase apretó el gatillo sin
vacilación. Escuchó el llanto afligido de Patrick desde detrás de él y deseó que
nunca hubiera tenido que presenciar eso, pero era lo que era. La seguridad de
Patrick y de Tommy era más importante que su delicada sensibilidad.
Chase se giró para mirar a Patrick.
—Venga, Patrick, apura.
—Sí, Patrick, apura.

Chase se congeló ante el sonido de una voz extraña.


—He estado esperando el tiempo suficiente, Patrick.

Chase miró sobre el pasamano y vio su peor pesadilla hacerse realidad. Dominic
Eli estaba allí de pie en el vestíbulo mirando como si no tuviera ninguna
preocupación en el mundo. Ni siquiera tenía un pelo fuera de lugar o una mancha
en su traje de Armani.

Sus accesorios eran dos gorilas que permanecían detrás de él y ligeramente hacia
un lado, con armas automáticas muy largas en sus manos. Arrodillado a sus pies
estaban Clint, Ryan y Alice, con las manos detrás de cabeza. Clint y Ryan parecía
como si hubieran opuesto un poco de resistencia. Clint tenía una herida sangrante
en su brazo.

Nada bueno.
—¿Cómo demonios nos encontró? —preguntó Chase.

—¿A quién demonios le importa? —EspetóRyan—. Nos encontró. Eso es todo


lo que importa. 124
—Sería agradable saber cómo nos encontró para la próxima vez.
Clint le frunció el ceño a Chase.

—¡Oh! ¿Crees que habrá una próxima vez?


Chase podía escuchar el humor en la voz de Clint.

—Probablemente se figuró que fuimos lo que nos llevamos a Patrick y nos


rastreó.

De acuerdo, eso tenía sentido.

—Vete —dijo Clint a través de su vínculo—. Saca a Patrick y al bebé de aquí.


Tenemos todo bajo control.

—Tienes un agujero en el brazo. —señaló Chase.


Mamones.

—Vete, Chase —añadió Ryan—. La ayuda está en camino, pero puede que les
lleve un poco llegar hasta aquí. Tienes que ocultarte hasta que lleguen.

Chase retrocedió un paso, chocando con Patrick. Cuando Patrick retrocedió,


Chase quería ver lo que estaba haciendo, pero no estaba por la labor de apartar la
vista de Eli. El hombre era una serpiente. Chase no podía dejarle pasar nada al
escurridizo bastardo.

—Ven aquí, Patrick —ordenó Eli—. Estoy cansado de esperar.

Chase saltó hacia delante cuando escuchó un disparo y un agudo chillido. Su


aliento salió con un siseo de él cuando vio a Ryan tendido en el suelo, agarrado a
su pierna, líquido rojo filtrándose entre sus dedos.
Miró a Eli.
—¡Cabrón!

Eli apuntó la pistola a la cabeza de Ryan, arqueando una ceja como si desafiara a
Continuación a decir otra palabra. Chase cerró de golpe los labios. 125
—Quiero ver a mi pequeña mascota, Sr. Might, y quiero verlo ahora.
Por encima de su cadáver.

—Estoy aquí Dominic.

Chase gimió cuando Patrick se acercó a su lado. Lo primero que notó, lo más
importante que notó, era que sus brazos estaban vacíos. Tenía miedo de preguntar
dónde estaba Tommy, sin querer llevar la atención de Dominic hacia el niño
desaparecido.

Simplemente abrió los ojos de par en par.


Patrick miró sobre su hombro a la puerta cerrada de un armario.

Mensaje recibido.
—Tire el arma, Sr. Might.

Sabiendo que no tenía otra elección en su situación, Chase tiró el arma a suelo
del piso principal. Sus hermanos y madres sabían lo que esperar. Aparentemente,
los otros no. Cuando el arma golpeó el suelo, su familia se escondió. Los matones
que estaban con Dominic empezaron a disparar. Chase agarró a Patrick y lo
arrastró al suelo, cubriendo su cuerpo.
Idiotas sedientos de sangre.

—¡Dejad de disparar! —gritó Eli. Tuvo que gritarlo unas cuantas veces antes de
que el tiroteo se detuviese.

El silencio que llenó la habitación fue casi tan tenso.

Chase escuchó durante bastante tiempo antes de alzar la cabeza. La pared encima
de él parecía como un queso suizo. Patrick y él tenían suerte de estar vivos.

—¡Patrick! —Gritó Eli—. Estoy comenzando a perder mi paciencia.


Chase bajó la vista hacia Patrick cuando el hombre empujó su pecho.
—Levántate —dijo Patrick. 126
—No voy a permitir que bajes, Patrick.

—Tienes que hacerlo —insistió Patrick aunque Chase podía ver el miedo en sus
ojos—. Dominic no dudará en matar a cualquiera para conseguir lo que quiere.
—Patrick, no puedes pedirme…

Patrick levantó una mano y la posó en uno de los lados del rostro de Chase.

—Tienes que dejar que vaya. Tienes que salvar a Tommy y a los demás.

—¡Ahora, Patrick! —gritó Eli.

—Patrick —murmuró Chase, su voz desdichada. Luchaba por mantener la


desesperación fuera de su tono de voz. La amarga agonía brotando dentro de él era
inmensa—. No puedo… Tú no… —Chase humedeció sus resecos labios—.
Necesito que estés a salvo, Patrick.
Más de lo que necesitaba respirar.

Había una melancolía perceptible en los ojos verdes de Patrick mientras miraba
fijamente a Chase.
—Yo también te amo, Chase.

Sí, eso era lo que había estado intentando decir. Simplemente sonaba mucho
mejor cuando venía de Patrick. Aún así, Chase no podía dejar que Patrick se fuese
al infierno sin que supiera sus verdaderos sentimientos. Eso no era justo para
ninguno de ellos.

Sabiendo que no podían ser vistos desde el primer piso, Chase se inclinó y besó
a Patrick en los labios. Su visión se nubló por las lágrimas sin derramar cuando
levantó la cabeza.

—Te amo, Patrick.

127
Capítulo 12
Con las dulces palabras de Chase resonando en sus oídos, Patrick descendió las
escaleras para enfrentarse a Dominic. Su corazón latía pesaroso en su pecho. Esto
tenía el potencial de ir mal tan fácilmente. De hecho, tenía más papeletas de ir mal
que de ir bien.

Pero Patrick tenía esperanza. Chase se la había dado, y ahora que la sentía,
Patrick se negaba a rendirse sin pelear, incluso si eso significaba que tenía que
enfrentarse al monstruo de sus pesadillas.

Patrick inspiró profundamente para apaciguar el pánico cuando alcanzó el piso


principal. Cuadró sus hombros y miró a otro lado, sus ojos primero fueron hacia
Ryan, quién estaba sentado en el suelo poniendo presión en la herida de su pierna.

—¿Estás bien?

Ryan le disparó a Dominic una mirada.


—Viviré.

Patrick miró a Clint y a Alice, recibiendo una inclinación de cabeza de ambos,


antes de finalmente mirar al hombre con el que se había casado.

—Dominic.

Dominic Eli parecía sacado de una foto en su traje gris de Armani. Su pelo
castaño tenía un corte más corto por los lados y más abundante en la cima.

Parecía un ángel, pero Patrick sabía que realmente era un demonio.


—Patrick. —Había ochenta y seis kilos de hombre frustrado mirándolo
fijamente—. Me has decepcionado enormemente.

Patrick inspiró vacilante. Así era normalmente como Dominic perdía la razón y
empezaba a propinar golpes con los puños, por lo que Patrick no estaba asombrado 128
de que uno se estampara a un lado de su cara. Refunfuño mientras caía hacia atrás
del impacto, su cabeza daba vueltas. La sangre goteaba de su labio partido.

Patrick escuchó un bramido detrás de él justo antes de sentir el frío acero


presionando su sien.
—No dé otro paso, Sr. Might. —avisó Dominic.

—Lo tocas de nuevo y eres hombre muerto. —espetó Chase.

Patrick sonrió ante la ferocidad que podía percibir en la voz de Chase. Nadie
nunca había salido en su defensa antes con tal vehemencia.

Patrick jadeó cuando un puñado de su pelo fue agarrado y sus cabeza echada
hacia atrás. Podía ver a Dominic moviendo la pistola de un lado a otro,
apuntándole en un momento y luego alzarla en el aire al siguiente.

El hombre estaba lívido. A Dominic nunca le había gustado que otras personas le
dijesen lo que era qué, especialmente si no estaban de acuerdo con las cosas que él
quería.

—No tienes nada que decir al respecto. —argumentóDominic—. Patrick me


pertenece. Puedo hacer lo que me dé la gana con él.

—Patrick es dueño de sí mismo. —contestó Chase.


—Es mi marido.

—Ambos sabemos que no es cierto. —dijo Chase—. No sé cómo conseguiste


que algún juez estuviera de acuerdo en casaros, pero tú… Oh, ya veo. No era un
juez.
Patrick miró del uno al otro.

—¿Qué era? —Preguntó Chase—. ¿Algún actor que contrataste para hacer el
papel?

—Muy bien, Sr. Might. —replicóDominic—. Eres más listo del crédito que le
había dado.

¿En serio? 129


Patrick oyó una risita a su izquierda cuando puso los ojos en blanco.
Probablemente no debería de haber hecho eso, pero estaba malditamente cansado
de estar asustado todo el tiempo. Había sido por tanto tiempo, que apenas podía
recordar el tiempo en que no estaba asustado.

—Dado que nunca estuvimos realmente casados, —dijo Patrick mientras el


tiraba del puñado de pelo que Dominic aferraba en su puño— no tenemos nada de
lo que hablar.

—¿Hablar? —Dominic tiró de su cabeza hacia atrás y soltó una escalofriante


carcajada—. ¿Qué te hace pensar que tenemos algo de qué hablar?

Patrick frunció el ceño. ¿No acababa de decir eso?


—¿Crees que me importa lo que tengas que decir? —GritóDominic—. No
debería hablar a menos que se te diga.
—Gilipollas. —farfulló silenciosamente.

—¿Qué fue eso? —Dominic lo retorció hasta que su cabeza se arqueó— ¿Qué
dijiste?

Patrick estaba aterrorizado, pero todavía se enfrentaba a la mirada furiosa de


Dominic.
—Te llamé gilipollas.

Lo estaba esperando, pero fue todavía una sorpresa cuando Dominic lo golpeó
con la culata de su revólver en un lado de su cabeza. No había nada que realmente
pudiera preparar a alguien para ese nivel de agonía.

Gritó mientras golpeaba el suelo, el dolor de su sien era un reflejo del dolor de
su cuero cabelludo cuando numerosos mechones fueron arrancados al caer.

Un ruidoso bramido encolerizado resonó a través de la habitación. Era un sonido


salvaje e inhumano, uno que nunca había escuchado antes. Patrick levantó la
cabeza justo a tiempo para ver un destello de piel negra aterrizar en el suelo delante
de él y luego dar caza a Dominic.

Cuando Dominic empezó a disparar indiscriminadamente, Patrick supo que


necesitaba salir de la línea de fuego. También necesitaba sacar a Alice y a Ryan de
130
la línea de fuego. Gateando por el suelo, agarró la mano de Alice mientras se iba,
arrastrando a la mujer detrás de él mientras iba a por Ryan.
Excepto que Ryan no estaba allí.

Patrick escuchó otro feroz rugido. Empujó a Alice detrás de él en una esquina y
se interpuso delante de ella mientras intentaba comprender lo que estaba viendo.

Dominic estaba en un combate mano a mano. ¿Combate mano a garra? Estaba


usando la pata de una silla para mantener a un jaguar negro a raya. El jaguar estaba
rugiendo en un tono profundo y ronco mientras paseaba delante de Dominic de un
lado a otro, mostrando sus dientes.

había otro jaguar negro luchando con uno de los matones de Dominic. El otro
matón estaba tendido en el suelo, su garganta abierta en canal.

Clint tampoco estaba a la vista, pero Patrick podía escuchar disparos fuera en la
puerta principal. Asumía que era adonde había ido Clint.

Eso todavía no explicaba los grandes felinos.

Patrick tenía miedo de moverse. Si uno de ellos decidía venir a por él, estaba
muerto. No había manera en la que pudiera luchar con semejante bestia feroz.

Espera.
Patrick extendió una mano hacia abajo y agarró la pequeña pistola que Chase le
había entregado antes. La sacó de la funda y entonces la puso cerca de su pecho.
Amartilló el arma justo como Chase le había enseñado, y esperó a tener la
oportunidad perfecta.

Solo que no podía decidir a quién disparar, a Dominic o al jaguar.


Cuando la pelea vino en su dirección, Patrick levantó la pistola. El disparo
vacilando entre el hombre y la bestia, yendo de un lado a otro. Era un animal
salvaje y aún así nunca amenazó a Patrick y aún más, se mantenía así mismo entre
Patrick y Dominic, casi como si lo protegiese.

Con el miedo bloqueando su habilidad de pensar, le llevó a Patrick un tiempo


darse cuenta de que el jaguar de hecho lo estaba protegiendo. Cada vez que
Dominic empezaba a moverse hacia Patrick, el jaguar le dedicaba un gruñido
131
amenazante.

Cuando Dominic agarró una de las armas que había caído al suelo. Patrick sabía
que tenía décimas de segundo para tomar la decisión que cambiaría su vida para
siempre. O bien podría significar su muerte o darle la libertad que tanto anhelaba.

Cuando Dominic se irguió derecho y apuntó con el arma al jaguar, Patrick


apuntó la suya y apretó el gatillo. Su garganta se llenó de lágrimas y temor cuando
todo se detuvo. Los gruñidos, los gritos, las peleas, el ruido.

Todo cayó en silencio.

Dominic se llevó una mano al interior de su chaqueta. Cuando la sacó, estaba


roja por la sangre. Jadeó mientras sus ojos se dirigían a Patrick.
—¿Por qué?

—Sabes el porqué. —murmuró Patrick. Los nervios hicieron que su mano


temblase mientras continuaba apuntando a Dominic. No tenía ninguna razón para
confiar en que la pelea se había terminado. Dominic lo había engañado antes. Esta
vez, Patrick realmente tenía algo por lo que pelear.

Su corazón palpitaba dolorosamente con fuerza.

—Se terminó, Dominic. —mantenía frenéticamente un rayo de esperanza de que


Dominic simplemente se marcharía y diera esto por terminado, pero mientras veía
al hombre levantar su arma de nuevo, Patrick supo que nunca se terminaría hasta
que uno de los dos estuviese muerto.

Patrick apretó de nuevo el gatillo.

Se le formó un nudo de nauseabundo terror en la boca del estómago mientras


observaba aparecer un pequeño agujero entre los ojos de Dominic. Un delegado
reguero de sangre chorreó de él justo antes de que el hombre se desplomase en el
suelo.

Patrick cerró los ojos. le dolía demasiado mirar el cuerpo de Dominic boca
abajo. Sofocó el sollozo que se agitaba en su pecho. En algún punto, sintió que
unos brazos fuertes lo envolvían, pero la sensación fue fugaz. 132
—Te tengo, bebé.

Patrick abrió los ojos, y luego retrocedió de pánico ante el espeluznante


panorama delante de él.

—Lo asesiné. —murmuró, con el corazón roto. La conmoción por lo que había
hecho lo dejó inseguro de lo que hacer.

—Fue en defensa propia, Patrick —dijo Chase—. Te iba a matar, y también al


parecer al resto de nosotros. Hiciste lo que tenías que hacer.

Patrick meneó la cabeza.

—Voy a ir a la cárcel, asumiendo que ellos no me ponga una inyección en el


brazo por ser un asesino a sangre fría.
Chase se rió mientras lo abrazaba más fuerte.
—Bebé, no vas a ir a la cárcel.
—Bueno, alguien va a ir.

Patrick chilló ante la voz extraña, retorciéndose para girarse en los brazos de
Chase. Apuntó con la pistola a la figura alta y oscura que estaba parada entre las
sombras.

Era un hombre alto, quizás incluso tan alto como Chase, e irradiaba una fuerza y
una determinación que hacía que uno se detuviese. Su largo cabello negro,
excesivamente largo y pecaminosamente espeso, enmarcaba los duros planos de su
rostro. Un pendiente de diamante parpadeaba en su oreja izquierda.
—¿Quieres bajar el arma, chiquillo?
Patrick entrecerró los ojos.

—Solo es un decir. —El hombre señaló con la cabeza el cuerpo de Dominic


boca abajo—. Eso no se ve bien.

Ryan bufó.
133
—Deja de intentar aterrorizar a Patrick, Toussaint. Está lo bastante atemorizado
como está.

El hombre alto soltó una risilla, lo que provocó que Patrick quisiera dispararle.
Chase agarró el arma antes de que pudiera, apartándola de él.
—¿Lo conoces? —le preguntó Patrick a Ryan.

Ryan hizo una mueca de dolor mientras cruzaba los brazos.

—Desafortunadamente.

—Oh, cher, pourquoivous me traitezcommeça?11 —sonrió el hombre, sus ojos


clavados en Ryan.
—Sabes exactamente porque te trato así, por lo que no me vengas con esa
mierda. —Con estas duras palabras, Ryan se giró a toda prisa y se esfumó. Un
momento más tarde, una puerta era estampada en el pasillo.
Chase se rió mientras meneaba la cabeza.
—Uno de estos días, puede que él te permita atraparlo.

—Oui, ce serait bien12.—El hombre alto se encogió de hombros—. Así que, ¿en
qué clase de problema te has metido hoy, amigo mío?

—Ya sabes, lo usual —replicó Chase—. Señores de carteles de drogas locos con
propensión a la venganza, falsas identidades, oficiales del gobierno corruptos, y
gilipollas a los que solo es necesario erradicar su existencia.
—Parece una fiesta, monami.

Una fiesta. El estómago de Patrick se revolvió mientras miraba alrededor del


vestíbulo. El suelo estaba salpicado de sangre y cuerpos. Tanta muerte...

—¡Tommy! —Patrick se escurrió para salir de los brazos de Chase y se puso en


pie de un salto. Ignoró el jadeo de sorpresa del extraño y se apresuró a pasar a su
lado, saltando sobre el cuerpo de uno de los matones mientras subía corriendo las
escaleras. Escuchó a alguien llamarlo, pero lo ignoró. Tenía algo más importante
de lo que preocuparse.
134
11En francés: Oh cariño ¿porque me tratas así?
12 Mas francés: Si, estaría bien
Había escondido a Tommy en el armario, sabiendo que era el lugar más seguro
para él con Dominic en la casa. No quería pensar en lo que Dominic podría haber
hecho si hubiera puesto las manos sobre el inocente niño.

Una vez que Patrick llegó al la cima de las escalera, abrió de un tirón el armario
y cayó de rodillas. La visión del bebé dormido era tal alivio que Patrick
simplemente se quedó allí arrodillado y miró a su hijo.

—¿Está bien?

—Está bien —dijo Patrick, asintiendo con la cabeza mientras se apoyaba en el


hombre más grande. Sentía que finalmente podía respirar de nuevo por primera vez
en dos años—. Estuvo dormido todo el tiempo.

—Es un buen niño. —dijo Chase encerrando a Patrick en su brazos.


—Sí, lo es.

—Y ahora no tienes que estar asustado de que Eli venga detrás de él de nuevo.

La respiración de Patrick era vacilante mientras inspiraba.


—Somos libres.
Chase acarició con la nariz el cuello de Patrick.
—Espero que eso no signifique que os vais.

—No, creo que nos quedaremos un tiempo. —O durante tanto tiempo como
Chase les permitiera quedarse. Patrick se quedaría para siempre si Chase se lo
permitía—. Pienso que me gustaría descubrir lo que tu mundo tiene que ofrecerme.

Patrick sonrió cuando sintió un profundo aliento acariciar su cuello.


—Me encantaría mostrártelo.

Girándose para mirar al hombre que lo abrazaba, la mandíbula de Patrick cayó


del asombro.
—Chase, estás desnudo. 135
Capítulo 13
Chase sacó la toalla de su cabeza cuando escuchó la suave llamada en la puerta
del dormitorio.

—¿Sí?

—Chase, ¿puedo verte en tu oficina? —EraToussaint—. Es importante.


Chase miró al bebé durmiendo en medio de la cama y al hombre acurrucado
alrededor de él. No le gustaba la idea de dejar a Patrick solo. El hombre ya no
temblaba, y era una buena señal, pero estaba tan malditamente cerca.

Solo había pasado una hora desde que le había quitado la vida a un hombre. Un
hombre que había creído que era su marido. Tenía que ser alguna clase de
represalia por eso. Patrick dijo que ya no estaba enamorado de Eli, y Chase
confiaba en él, pero había sentido algo por el hombre en algún punto.

Golpearon la puerta de nuevo, recordándole a Chase que Toussaint estaba allí.


—¿Chase?
—Estaré allí en diez minutos —dijo Chase.

Después de ducharse con Patrick y asegurarse de que a ninguno le quedaban


restos de sangre, había ayudado a Patrick a ponerse ropa limpia. Aún necesitaba
vestirse y luego convencer a Patrick de que se quedase en la habitación mientras
bajaba a hablar con Toussaint.

Chase fue hacia la cama y se sentó en el borde al lado de Patrick.

—Bebé...
—No. —Patrick tan siquiera levantó la cabeza. Lo que hizo, sin embargo, fue
echar una mano hacia atrás y tomar la de Chase. Enlazaron sus dedos y luego dejó
que reposarán sobre su vientre—. Adónde vayas, voy yo.
Chase se rió mientras se estiraba en la cama detrás de Patrick.
136
—Sabes que no va a ser siempre así de fácil, ¿verdad?

—Sí. —Patrick inspiró profundamente mientras rodaba para ponerse sobre su


espalda—. Pero hoy lo es.

Chase no tenía ni la más mínima gana de protestar. La última cosa que quería
hacer era dejar a Patrick y a Tommy, incluso si sólo era para ir abajo. El recuerdo
de la visión de Patrick arrodillado en el suelo con una pistola en su cabeza todavía
lo estaba carcomiendo.

La cabeza de Patrick se giró hacia Chase, pero mantuvo la vista gacha. Había
incertidumbre en su tono cuando habló.
—¿Por qué no me dijiste que eras un jaguar?

Chase permaneció en silencio, su aliento contenido en la garganta. Creyó que


Patrick o bien había olvidado eso o se había figurado que era una alucinación a
causa del golpe en su cabeza.
Suponía que no.

—No estaba seguro de que decir —admitió finalmente Chase—. No quería que
creyesen que estaba loco.

—Oh, todavía creo que estás loco, pero también te pones peludo en ocasiones.
—Patrick levantó la vista—. ¿Cómo? ¿Naciste así o...?

—Nací de esa manera —dijo Chase—. Una de las razones por la que nuestra
madre fue elegida como sujeto de prueba era debido a un gen latente en su
secuencia genética. En ese momento no se sabía lo que el gen recesivo hacía, pero
aparentemente, significa que ella tuvo un cambiaformas en algún momento en la
historia de su familia.

—Si el gen estaba era recesivo, ¿cómo es que nacisteis con la capacidad de
poder cambiar?

—Fue por los experimentos que estaban realizando. Cuando mis padres nos
concibieron a mí y a mis hermanos, las drogas que le estaban dando a ella
activaron el gen y nacimos con la capacidad de cambiar. 137
—¡Jesús! —dijo Patrick, el horror hilando su voz hasta convertirla en case un
murmullo—. Eso es por lo que tus padres intentaron escapar.

—Mi padre descubrió los planes para separarnos de ellos una vez que
hubiésemos nacido. Uno de los científicos principales, un hombre que mi padre
creía que era su amigo y en el cual había confiado, planeaba usarnos para progresar
en su carrera. Simplemente fuimos afortunados de que nunca le dijo a alguien más
sobre nosotros.

—¿Se tiene que nacer para ser cambiaformas??

—No. De hecho hemos conocido a bastantes cambiaformas a lo largo de los


años, no todos nacieron de esa manera. Si tienes el gen recesivo y te muerde un
cambiaformas, también te puedes convertir en uno.

—¿Tú puedes?
—Bueno, sí, no siempre funciona para todos. Supongo que tienes que tener el
suficiente código genético en tu organismo para poder ser transformado. —Chase
se encogió de hombros—. O algo así. No estoy realmente seguro de la dinámica
actual porque nunca he mordido a nadie. Es algo del tipo no-no.
—¿Te meterás en problemas si muerdes a alguien?

—No en problemas, realmente, pero está muy mal visto. No todos los que son
transformados lo hacen por buenas razones, y un gilipollas que puede
transformarse es todavía un gilipollas. Sobrevivimos permaneciendo en las
sombras.
—Supongo que puedo entender eso.

—Esa fue una de las razones por las que no te lo dije inmediatamente. No era
que no quisiera hacerlo, pero...

—Tenias que saber que podías confiar en mí.


Chase asintió con la cabeza.

—Es nuestro secreto a compartir, no hay nada escrito en lo que puede ocurrir.
—¿Qué ocurrió con él? —preguntó Patrick. 138
—¿Él, quién?
—¿Al hombre que quería separaros de vuestros padres? ¿Qué le ocurrió?

—Fue ese científico que murió en prisión, lo cual fue algo demasiado clemente
para el hombre que mató a mi padre.

—¡Oh, Chase! —dijo Patrick mientras se giraba—. Lo siento tanto.

Chase se encogió de hombros como si no fuese gran cosa, pero él sabía que lo
era. Había habido tantas cosas que había querido compartir con él, tantas cosas que
quería discutir. Había sentido la pérdida de su padre toda su vida.

Patrick se acercó más y pasó sus labios, firmes y plenos, una y otra vez sobre los
de Chase. Una avalancha de deseo araño y agarró las entrañas de Chase. Alzándose
sobre un codo, Chase trazó los contornos del rostro de Patrick con la yema de los
dedos.

—Patrick.

Se miraron fijamente el uno al otro con los párpados caídos.


—Hazme igual que tú.

Chase bajó la vista hacia Patrick con sorpresa. Patrick le devolvió la mirada
fijamente como en desafío.

—Quieres que te… —Seguramente no había escuchado bien.


—Conviérteme en un cambiaformas como tú.

Chase frunció el ceño. Profundamente.


—¿Por qué querrías hacer eso?

—Quiero que me sea posible protegerme y proteger a Tommy, y yo… no quiero


ser diferente de ti.

Las lágrimas llenaron los ojos de Chase mientras la luz inundaba su alma.

—Si hago eso, no hay vuelta atrás, Patrick. No puede ser deshecho. Tienes que
139
estar seguro.
La sonrisa de Patrick fue deslumbrante.

—Estoy seguro.

Como un hombre que podía manejar cualquier situación y permanecer


inexpresivo, Patrick tenía la habilidad de hacerlo estremecer. Una sonrisa, una
palabra, una mirada… por primera vez en mucho tiempo, Chase sentía que tenía a
alguien con el que explorar el futuro.

—Tendré que morderte.


—¿Dolerá? —preguntó Patrick.

—Al principio, pero después de que el mordisco sane, debería estar bien.
Patrick miró detrás de él.

—No podemos...

—En el baño. —Chase giró para ponerse de pie. Agarró las almohadas del
cabecero de la cama y las colocó alrededor de Tommy.
Afortunadamente, el chiquillo estaba profundamente dormido.
—Podría simplemente cruzar el pasillo y llevarlo a la guardería —señaló Patrick.

Sí, esa era probablemente la mejor idea. Tommy no estaba dando vueltas
todavía, pero podía pasar cualquier cosa y Chase no quería poner al bebé en
peligro.
—Hagamos eso.

Patrick se rió suavemente mientras se inclinaba y tomaba a Tommy en sus


brazos. Chase lo siguió a la guardería al otro lado del pasillo.

—Ahora, necesitaremos convertir esto en una verdadera guardería.

—¿Sí? —preguntó Patrick mientras acostaba a Tommy en la cuna que su madre


había bajado del ático.
140
—Bueno, ahora que tú y Tommy vais a quedaros, necesita su propia habitación.

La sonrisa de Patrick era tan brillante, que era casi cegadora. Una vez que
Tommy estuvo arropado, Patrick cruzó la habitación, deteniéndose cuando llegó a
junto Chase para reclinarse contra su pecho.
—Ahora que nos vamos a quedar, él debería tener su propia habitación.

Chase tragó con fuerza por el deseo que podía ver ardiendo en los ojos verdes de
Patrick.

—Sí.

El dulce aroma del hombre invadió sus pulmones mientras Chase inhalaba
profundamente.

El aroma de su pareja activó pequeñas explosiones a través de su cuerpo,


diciéndole a Chase que iba a convertirse en adicto al hombre como si se tratase de
un narcótico.

Levantó la boca del hombre con un dedo bajo su mentón y presionó sus labios
con los de él. Besarlo era un acto tan simple, aún así, el corazón de Chase latía más
rápido, con más fuerza, irrumpiendo en sus venas, un placer de por sí. Sintió que su
polla crecía y pulsaba mientras lamía los labios de Patrick con su lengua, pidiendo
permiso silenciosamente para profundizar el beso.

Cuando los labios de Patrick se separaron, sus lenguas bailaron juntas,


explorando suavemente, saboreando hasta que el aire se volvió necesario. Ambos
condujeron grandes bocanadas de aire a sus pulmones. Sus labios se encontraron
segundos después, pero esta vez no fue un beso lento y gentil como antes. Esta vez
estaba fuera de control, frenético y lleno de todo lo necesitado.

Cuando su lengua se arremolinó con la de Patrick, su polla palpitó


dolorosamente, adoleciendo de necesidad. Su lengua rompió a través de la ranura
en los labios de Patrick, lentamente, eróticamente y fue tan ardiente que Chase
sintió que se estaba derritiendo.

—Chase. —La súplica de Patrick fue un gemido entrecortado mientras sus


manos iba a los hombros de Chase, sus uñas clavándose en la piel de Chase. 141
Chase tomó la boca de Patrick una y otra vez mientras se unía al hombre,
alzando el cuerpo de Patrick en alto contra su pecho y llevándolo a través del
pasillo y luego hasta la cama. Chase tendió cuidadosamente a Patrick en el borde
del colchón.

Chase deslizó sus manos temblorosas por el pecho de Patrick hasta llegar al
dobladillo de la camiseta. Las pestañas de Patrick se agitaron, sus labios se
separaron mientras Chase tiraba de su camiseta por encima de su cabeza
gentilmente, y luego la echó a un lado. Hizo lo mismo con los pantalones del
pijama.

Una vez que Patrick estuvo desnudo, Chase suavemente lo llevó hasta el medio
de la cama. Se subió al colchón y se deslizó entre las piernas de Patrick. Chase
inhaló suavemente mientras sus ojos se emborrachaban de la visión de Patrick
acostado allí. Sus puños se apretaron ante la intensa excitación formándose,
abrasando dentro de él.

—Eres tan hermoso, bebé. —El aliento de Chase se atoró en su garganta


mientras sus ojos caían hasta la pequeña extensión de cremosa piel desnuda ante su
hambrienta mirada.

Los dientes de Chase adolecían por clavarse en la pálida piel de Patrick. Cerró
los ojos y movió la cabeza para escapar del poder que de repente Patrick tenía
sobre él. Nunca antes Chase había sentido algo así de intenso, así de poderoso.
Quería recorrer con su lengua la suave piel, sentir el calor de Patrick, tocarlo, y
saborear al pequeño hombre como había soñado desde la primera vez que ellos se
conocieron.

—Te necesito tanto, Patrick —murmuró a lo largo de la sensitiva piel. La


intensidad le era dolorosa—. Siempre te voy a necesitar.

Planeaba descubrir cada pulgada de atractivo cuerpo del hombre, desde la punta
de su cabeza hasta la punta de los dedos de sus pies y cada maldita pulgada entre
ellos. El aroma del cuerpo de Patrick empapaba sus sentidos.

Era masculino, cálido y oscuro, y cautivador.

Chase estaba ardiendo con una fiebre lujuriosa, tan profunda, tan fuerte que era
como si cada célula de su cuerpo fuese a explotar. Levantó una mano y la extendió
hacia Patrick, entonces se detuvo. Alzó la vista.
142
—¿Puedo tocarte?
—Sí. —Patrick exhaló esa única palabra con respiración jadeante.

—Cuidaré bien de ti, Patrick. —Chase hizo su promesa voluntariamente. Quería


hacer desaparecer la amargura de Patrick y reemplazarla con algo más, algo más
feliz… algo que hiciese que la polla de Patrick se endureciese de anticipación cada
vez que mirase a Chase.

Haría de esto la experiencia más maravillosa que Patrick hubiera sentido alguna
vez, aunque fuese la última cosa que hiciese. El hombre no se merecía nada menos.

Su polla pulsó ante las imágenes susurrando a través de su mente. Oh, sí, iba a
asegurarse de que ambos estuvieran agotados y jadeantes en busca de aliento en el
momento que hubiera terminado.
Chase se inclinó y acarició con la nariz la suave piel del cuello de Patrick, en
donde lo mordería cuando el momento fuese el correcto. Inhaló profundamente y
absorbió el aroma del hombre. Nadie olía tan bien como Patrick, como a
madreselva y a whiskey todo enfrascado en una única fuerte esencia.

Tomándose su tiempo para disfrutar, lentamente trazó a besos un sendero


descendente por el suave cuello de Patrick, pasando por la clavícula hasta llegar a
uno de los pezones de Patrick.

Con un golpecito de su lengua sobre el diminuto capullo. Chase jugueteó con la


endurecida protuberancia antes de agarrarlo con sus labios y chuparlo en su boca.
Lo hizo rodar entre sus dientes, luego lamiendo la sensible piel. Patrick se arqueó
en la cama, corcoveando contra Chase mientras un gemido sin aliento se le
escapaba de entre sus labios.

Chase agarró rápidamente el lubricante de la mesilla de noche y lo untó en sus


dedos. Recubrió cada dedo generosamente, su cuerpo endureciéndose más ante el
pensamiento de que estaba a punto de hacer.

Después de colocar el lubricante de regreso en la mesilla de noche, Chase


deslizó su mano alrededor de la cintura de Patrick para frotar su dedo sobre su
agujero. Los músculos del hombre más pequeño estaban tan contraídos que Chase
estaba un poco preocupado de herirlo. 143
Gradual y sensualmente, Chase trazó con sus dedos desde el extremo de coxis
bajando por la grieta de su culo hasta sus bolas, y luego retrocedió de nuevo. Chase
no solo estaba repitiendo esta acción para relajar a Patrick, sino porque le estaba
proporcionando un inmenso placer también. La sensación del cuerpo de Patrick
bajo sus dedos le estaba provocando pinchazos de fuego por su cuerpo, disparando
las llamas directamente a su polla.
El dolor era tan profundo que era una tortura.

Chase presionó un resbaladizo dedo contra la acogedora entrada del hombre. El


prieto círculo de músculos de Patrick se apretaba y pulsaba como si quisiera tragar
ese provocador dedo. Chase se introducía un poco más cada vez que empujaba su
dedo, metiéndolo y sacándolo hasta que pudo añadir otro dedo.

Moviendo su mano libre entre sus cuerpo, Chase trazó con sus dedos la dura
polla de Patrick mientras continuaba sacando y metiendo sus dedos en el culo del
hombre. El profundo gemido de Patrick fue como una incitación, vivita y coleante
para Chase.

Adolecía por ese sonido, quería, necesitaba escucharlo. Su polla estaba tan dura
que pensó que podía fragmentarse al más mínimo toque. Estaba pulsando por
liberarse, por el derecho a reclamar a este hermoso hombre. Chase quería consumir
a Patrick. El impulso era tan sobrecogedor que llevó a Chase al borde de la locura
y más allá.

Cuando Patrick comenzó a balancearse sobre sus dedos, ordeñando los dedos de
Chase como si una dura polla ya estuviese en su culo. Chase gimió y empujó otro
dedo. Bombeó lentamente el culo de Patrick, mostrándole a Patrick lo que quería,
lo que necesitaba, qué era lo que más deseaba.

La calidez del estrecho canal fue suficiente para hacer que la polla de Chase se
pusiera imposiblemente más dura. El placer llegaba hasta tal punto que el orgasmo
rozó los bordes del abismo. Chase inspiró irregularmente, buscando el control,
aferrado al último retazo de cordura que le quedaba.

Cuando supo que tenía un considerable control, sacó los dedos y extendió una
mano hasta la pierna de Patrick, tirando de ella hacia el pecho de Patrick. La
posición le daba a Chase un acceso más fácil y evitaba que Patrick se tuviese que 144
doblar demasiado.
Posicionó la cabeza de su verga en el agujero de Patrick. Observar cómo su polla
presionaba la trémula entrada casi envía a Chase sobre el borde. Cada centimetro
de su polla enterrándose en su pareja era un afrodisiaco visual.

No era un hombre pequeño en ningún sentido. La vista de su enorme polla


estirando el culo de Patrick mientras lo empalaba era una de las cosas rabiosamente
más tórridas que jamás hubiera visto. El cuerpo de Patrick lo aprisionaba en una
red de deslumbrante excitación.

Dejando escapar un gemido, se enterró tan profundamente dentro de Patrick


como le fue posible, gimiendo mientras su polla era envuelta en un estrecho y
húmedo calor. Sintió como su corazón luchaba para mantener las demandas que su
excitación estaba poniendo. Una vez que estuvo totalmente dentro, se detuvo,
manteniendo el control por una hebra, una fina hebra que se estaba deshaciendo
rápidamente.

Se inclinó hacia abajo para capturar los hinchados labios de Patrick en un suave
y aún así demandante beso. La boca de su pareja era tan cálida y dulce mientras su
estrecho culo agarraba su pene. Con un reacio gemido, Chase se apartó solo para
permitir que el preciado aire entrase en sus pulmones cansados.

Empezó a mover su dura envergadura dentro y fuera del apretado agujero de


Patrick, lentamente al principio, sacándolo casi por completo y luego empujando
su gruesa polla de nuevo al interior. Estaba sobrecogido por la cálida estrechez que
rodeaba su duro saco y la expresión de puro éxtasis en el rostro de Patrick. Suaves
gemidos se escapaban de la garganta de Patrick. Las uñas que se estaban clavando
en los brazos de Chase le dijeron que estaba golpeando el punto dulce con cada
empuje.
Pero no era suficiente.

Chase necesitaba más.


Mucho más.

Moviendo sus caderas cuidadosamente salió de Patrick. Antes de que este


pudiera protestar, suavemente envolvió a Patrick en sus brazos y luego rodó al
pequeño hombre hasta posicionarlo a cuatro patas.
145
La vista era para perder la respiración mientras Chase se tomaba un segundo
para empaparse de la perfecta parte trasera del hombre. El fruncido agujero de
Patrick estaba estirado, haciendo que la polla de Chase palpitase del deseo de
conseguir estar de regreso en el constreñido calor. Alineó su dolorida polla y la
empujó hacia dentro. Chase gimió cuando sintió el cuerpo de Patrick dándole la
bienvenida con un abrasador calor y un apretado agarre.

Chase quería permanecer enterrado en el cuerpo del hombre. Quería olvidar la


existencia del mundo exterior mientras permanecía en el paraíso eternamente.
Patrick era tan receptivo, tan sensualmente atrayente para Chase que estaba en
apuros para no encerrar al hombre y alejarlo de todo el mundo.
Llevó a Patrick con él mientras se sentaba sobre muslos, empujando la espalda
de Patrick contra su pecho y acomodando el cuerpo del hombre sobre sus piernas.
La nueva posición dejaba a Patrick empalado en la polla de Chase, exactamente
dónde Chase quería que estuviera.

Cuando Chase se movió con cuidado hacia abajo, su polla se deslizó hacia fuera
hasta que solo la cabeza permaneció en su interior. Cuando empujó hacia arriba, su
polla se enterró profundamente en el interior del cuerpo de Patrick. Chase abrazó
gentilmente la esbelta figura de Patrick contra él mientras comenzaba a moverse
más fuerte, más rápido y más profundamente.

—Chase —jadeó Patrick mientras Chase lo alzaba y bajaba una y otra vez. La
cabeza de Patrick se inclinó hacia atrás sobre el pecho de Chase, y gritó el nombre
de Chase mientras se corría con fuerza. Su semen recubrió las manos de Chase
donde ellas reposaban cruzadas sobre el abdomen de Patrick.

Chase enterró su rostro en la suave piel entre el cuello y el hombro de Patrick,


inhalando su aroma dulce e intoxicante. El aroma fragante combinado con el olor
de su liberación estaba volviendo loco a Chase.

Un suave estremecimiento palpitó justo bajo la piel de Patrick cuando Chase


rodó con sus labios a lo largo de la mandíbula de Patrick. La sensual respuesta solo
alimentó a Chase a mordisquear con suavidad el cuello de Patrick, dejando un
rastro de marcas rojas a su paso.
—Dime que eres mío, Patrick —demandó Chase en un tono rudo que le decía
que estaba muy cerca de su propia liberación. Quería escuchar esas palabras de 146
labios de Patrick. Chase estaba desesperado porque Patrick dijese que le
pertenecía.
—Sí —gritó Patrick—. Soy tuyo, Chase.

Su polla pulsó en cuanto el hombre gritó su proclamación.

—¡Mío! —gruñó Chase en respuesta, la bestia dentro de él empujando hacia la


vanguardia mientras besaba a Patrick en el cuello. Chase sintió a su dentadura
desenfundar. Gritó con la nariz el cuello de Patrick, lamiendo y mordisqueando la
embriagadora carne bajo sus labios.

Un bajo sonido sordo resonó en su garganta mientras enterraba sus dientes en la


suave piel entre el cuello y la clavícula de Patrick, gruñendo ante el dulce sabor
cuando inundó su boca y lo condujo hasta el borde. Su polla, ya increíblemente
dura y enorme en el culo de Patrick, hizo erupción con interminables chorros de
semen, bañando el canal y marcándolo con su aroma.

El nudo al final de su polla se extendió para anclarlo en el lugar mientras se


sacudía y temblaba con el final de su clímax. Había oído hablar del nudo de
emparejamiento, pero nunca pensó en experimentarlo él mismo. Chase nunca había
sido más feliz al saber lo equivocado que estaba en ese momento.

Patrick era suyo.


Al serle imposible soltarse de su nueva pareja, Chase reafirmó sus brazos
alrededor de Patrick y cayó sobre la cama, rodando a ambos hacia un costado. Se
irguió sobre un codo y examinó la herida que la mordedura había dejado, trazando
la cicatriz resultante al sanar con dedos delicados antes de lamer la marca.

—¿Dejará cicatriz?
—Sí. —Chase no pudo evitar el tono orgulloso en su voz ante el hecho.

—Les dirá a todos que eres mío. —sonrió Chase y se inclinó una vez más para
acariciar con su lengua la marca del mordisco. Esperaba con certeza el ligero
estremecimiento que sacudió el cuerpo de Patrick—. Pero también se convierte en
una zona erógena.
—¿En… en serio? 147
Antes de que Chase pudiera responder, sintió el nudo retraerse. Gimió mientras
su polla flácida se deslizaba lentamente del culo de Patrick. Sé quedaría allí
eternamente si pudiera, perdido en el profundo placer del cuerpo de su pareja.

Chase envolvió su mano libre en torno al cuello de Patrick, tomándose un


momento para recorrer con sus dedos la marca del mordisco entre su garganta y el
hombro. Le encantaba saber que esa marca estaría impresa en la piel de Patrick
para el resto de sus vidas, para que todos la viesen. Cualquiera que la viese sabría
que el hombre había sido reclamado.

—Ahora eres parte de mí.

148
Capítulo 14
Con Alice vigilando a Tommy, Patrick sintió que era seguro dejar a su hijo en el
piso superior mientras bajaba con Chase a ver que quería Toussaint. Tenía que
admitir que sentía un poco de curiosidad por lo que el hombre creyese que era tan
malditamente importante.

Patrick también tenía una desconcertante necesidad de permanecer cerca de


Chase. No lo comprendía. No podía explicarlo. Simplemente lo sentía, en lo
profundo de su alma. El simple pensamiento de estar en algún lugar sin poder ver a
Chase hacía que su estómago sintiese retortijones.

Cuando llegaron al área común entre las tres oficinas, Patrick estaba sorprendido
de ver allí a Clint con Toussaint y otro hombre que Patrick nunca había visto antes.
Podía ver a Ryan sentado ante sus ordenadores a través de la puerta abierta.
—¿Qué es tan importante? —preguntó Chase.

—¿Qué te llevó tanto tiempo? —ContraatacóToussaint—. Eso fueron más de


diez minutos.
Patrick sintió que su rostro enrojecía.
—¡Basta, gilipollas! —dijo Ryan mientras salía de su oficina.
Toussaint suspiró.
—Por lo tanto, ¿para qué necesitabas verme? —preguntó Chase.

—¿Puedo preguntarle a tu amigo —Toussaint señaló a Patrick con la cabeza—


un par de preguntas antes de responder a eso?
Chase se puso tenso.

Era bastante extraño, Patrick podía oler el enfado proveniente del hombre.
Patrick agarró el brazo de Chase para atraer su atención.
—Está bien, Chase. Responderé a sus preguntas. 149
Chase se giró hacia Patrick, con un oscuro ceño todavía en su faz.
—No tienes que responder a nada que no quieras.

—Lo sé. —Patrick se puso de puntillas y depositó un beso en los labios de Chase
antes de girarse para mirar a Toussaint. Sonrió cuando sintió la mano de Chase
deslizarse en la suya—. De acuerdo, haz tus preguntas.

—Mi nombre es Henry Toussaint —aseveró el hombre—. Trabajo en una


agencia secreta dentro del gobierno que investiga a otros agentes. Mi trabajo es
asegurar que aquellos que se supone hacer valer la ley se adhieran a la misma ley.
—Investigas a los investigadores.

Toussaint se rió.
—Sí, básicamente.
—De acuerdo, ¿qué tiene eso que ver conmigo?

—Mi primera pregunta es esta; ¿en algún momento después de conocer a


Dominic Eli, desapareció durante algún tiempo?
Patrick parpadeó por la sorpresa.

—Sí, un par de semanas después de conocernos me dijo que tenía un viaje de


negocios y que no estaba seguro de cuánto tiempo le tomaría. No lo volví a ver
hasta casi cuatro meses después.
—¿Hablaste con él durante ese tiempo?

—Sí. Al principio no hablamos casi unas tres semanas, y luego me llamó casi
cada noche hasta que regresó. —La confusión de Patrick aumentó más cuando
Toussaint asintió con la cabeza al extraño que no había presentado—. ¿Por qué?
¿Qué pasa?

El extraño sostuvo sacó un archivo. Toussaint lo cogió y sacó algo, lo cual se lo


entregó a Patrick.

—¿Puedes decirme quién es este hombre? 150


Patrick miró la foto.
—Ese es Dominic.

—¿El hombre con el que te casaste?


Patrick le lanzó una mirada a Chase cuando el hombre gruñó.

—Por lo que tengo entendido, el matrimonio no fue real, pero sí, ese es el
hombre con el que intercambié votos.

—Este es Jimmy Bartlett —dijo Toussaint mientras recuperaba la foto—. Nació


en Dearborn, Michigan, de James y Margaret Bartlett. Estuvo seis años en el
ejército antes de unirse a la DEA.

Los ojos de Patrick se desorbitaron.


—¿Dominic era un agente de la DEA? —cómo era que no había sabido eso—.
¿Su verdadero nombre era Dominic Eli?

—No, como dije, su nombre era James Bartlett. Dominic Eli era el nombre que
usó mientras era un agente encubierto intentando infiltrarse en el cartel de las
drogas Domínguez—. Toussaint agarró otra foto y se la pasó.
—¿Alguna vez has visto a este hombre?

Patrick cogió la foto y la miró fijamente. El hombre de la foto era un hombre


atractivo, el pelo castaño y espeso hasta el cuello, ojos castaños cautivadores,
agradable peso y estatura. A parte de eso, era un hombre común y corriente.

—No, no lo creo. —Patrick iba a devolverle la foto, pero Toussaint negó con la
cabeza.

—Míralo de nuevo. ¿Podías haberlo conocido en una fiesta o a través del


trabajo? ¿Quizás era un amigo de un amigo?
Patrick miró la foto de nuevo, pero meneó la cabeza después de un rato.

—No, nunca lo he visto. —devolvió la foto—. ¿Por qué? ¿Quién es?


151
—Este es Luis Domínguez, sobrino del patriarca del cartel de drogas
Domínguez. Era un ‘quiero y no puedo’ traficante de drogas hasta hace unos dos
años, cuando desapareció repentinamente. Considerando la naturaleza de los
negocios familiares y la oportunidad quitarlo de delante, para llegar a la cima a
través de los rangos del cartel, nadie realmente se sorprendió. Nadie tan siquiera lo
buscó.
—¿Y por qué necesito saber esto?

—Porque lo acabas de matar hace un par de horas.


Sorbiendo un aliento superficial, Patrick negó con la cabeza.

—No, yo le disparé a Dominic.


—No. —Toussaint sonaba tan seguro, ¿pero cómo podía ser cierto?

—Pero...
—Hace dos años, Luis descubrió que su mano derecha era un agente de la DEA
infiltrado. Fue solo un par de semanas después de que Jimmy te conociese. En
lugar de matarlo al instante, Luis raptó a Jimmy y luego lo torturó en busca de
información.

Patrick jadeó. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras recordaba al dulce hombre
de que se había enamorado.
—¿Está muerto?

—Así lo creemos. No hay pruebas de su muerte, pero Luis no habría sido tan
estúpido como para dejarlo con vida.

—¡Oh, Dios! —Patrick se giró y enterró su rostro en el pecho de Chase,


reprimiendo el impulso de gritar. Tragó con fuerza, luchando con las náuseas que
subían por su garganta. Esto no podía estar sucediendo.

—Todavía estamos atando cabos, pero por lo que sabemos hasta ahora, Luis
tomó la información que tenía Jimmy y decidió usarla para su propio beneficio.
Estaba cansado de intentar arañar su camino a la cima. Viajó a Ginebra y realizó
cirugía plástica para parecerse a Jimmy. Ese fue el tiempo que estuvisteis
separados, Patrick.
152
Patrick inspiró profundamente, se abrazó a sí mismo, y luego se giró.

—¿Me estás diciendo que me casé con Luis y no con Dominic… eh… Jimmy…
Luis? —Patrick zapateó los pies—. ¿Con quién demonios me casé?

—Técnicamente con nadie —replicó Toussaint—. Pero tuviste una ceremonia


matrimonial con Luis Domínguez, enmascarado como Dominic Eli, la tapadera de
Jimmy Bartlett.
—¿Y a quien asesiné?

—A Luis Domínguez.
—¿El cartel va a venir tras de mí?

—No. —Toussaint negó con la cabeza—. Lamento decir que Dominic Eli, su
esposo, Patrick O’Leary, y su hijo recién nacido, Tomás O’Leary, murieron todos
en un accidente de tráfico muy trágico. El coche explotó, dejando a su paso solo
huesos calcinados. Las pruebas de ADN confirmarán, por supuesto, que Dominic,
Patrick y Tomás era sin lugar a dudas los cuerpo recobrados de la escena.
—¿Estoy muerto?

Toussaint arqueó una oscura ceja.


—¿Prefieres estar vivo para que te encuentre el cartel?

—¡No!
—Entonces estás muerto.

—Mis padres van a tener un ataque de pánico.

—Tus padres ya creen que estás en problemas, Patrick. Después de que te fueras
para casarte con Dominic, tus amigos rellenaron un informe como persona
desaparecida en la policía, porque simplemente desapareciste. Cuando no hubo
signos de ti, tus padres empaquetaron tus posesiones y las llevaron a un almacén.

El hombre suspiró mientras se sentaba en el borde del reposabrazos de un sofá.


153
—Admitiré que tus padres son tenaces. Una vez a la semana van a la estación de
policía local para saber si han descubierto algo de tu paradero.
Patrick se tapó la boca cuando un sollozo amenazaba con escapársele.

—Ellos deben de estar devastados.

—Lo cual es por lo que ellos ganaron unas vacaciones a nuestra hermosa cuidad
en un concurso en el que nunca participaron. Les ha sido sugerido por su párroco
que necesitan tomar estas vacaciones aunque sea simplemente para reagruparse.
Estarán aquí pasado mañana.

Patrick miró fijamente al hombre como si le hubiese crecido una segunda


cabeza.

—¿Por qué harías todo esto?


—Porque eso es lo que hago, Patrick.
—Creía que eras el investigador de los investigadores.

—Lo soy. Eso es lo que esto es. Luis usó su nueva cara como el agente de
incógnito Jimmy Bartlett para infiltrarse en la DEA. Todos pensaron que era
Jimmy, trabajando de incógnito en el cartel. De vez en cuando, le lanzaba algún
suculento chismorreo y ellos iban y hacían una redada que hacía que la agencia
quedase bien. A cambio de su buen trabajo, Luis, versus Jimmy, le fue concedida
total libertad de cómo llevar sus operaciones encubiertas.
Toussaint se pasó una mano por su largo cabello, revolviéndolo.

—Él ha asesinado a personas, a buenos hombres, a buenos agentes. Usó sus


conexiones en la DEA para permanecer por delante de la policía. ¿Esa mujer que
utilizaste para tener a tu hijo? Después de matarla, Luis hizo que trasladaran al
detective que llevaba el caso cuando comenzó a excavar demasiado profundo, y
fue transferido a otro distrito policial. Eso está en los registros del detective. Era un
buen detective y ahora nunca será ascendido, todo porque Luis hizo parecer que
estaba desobedeciendo órdenes directas.

—Así que, ¿al detener a Luis, lo detuviste de usar a la DEA?

—Parcialmente, pero es más que eso, sin Luis para seguir manteniendo trabas a
154
cualquier investigación de la DEA sobre el cartel de Domínguez, el verdadero
trabajo puede comenzar para derrumbarlos.
—Tengo una pregunta —dijo Chase.

—Dispara.
—¿La adopción de Tommy por parte de Patrick, es legal?

—Ambos están muertos, ¿por lo tanto qué importa?


—Importa —insistió Chase.
Toussaint soltó el aliento enojado.
—Sí, fue legal.
—Si ya no soy Patrick y Tommy ya no es Tommy, ¿quienes somos?
El extraño le pasó un sobre manila a Toussaint.

Toussaint lo tomó y se lo pasó a Patrick. Este estaba casi asustado de abrirlo,


pero su curiosidad era más fuerte que su miedo.

Patrick frunció el ceño mientras vaciaba el contenido en la mesita de café.


Certificados de nacimiento, diploma del instituto, el carnet de conducir,
documentos de adopción, informes médicos, los trabajos. Había incluso fotos de
Patrick y Chase juntos, fotos de ellos con Tommy, y fotos de ellos con la familia
de Chase.
Era la identidad completa de Patrick y Tommy, una nueva vida.

—¿Es todo esto legal? —Patrick no comprendía cómo podían serlo.

—Sí. Si alguien empieza a excavar, no es que fuesen a hacerlo, pero si lo hacen,


ellos encontrarán informes de Patrick hasta su nacimiento hace veintiocho años. Ni
siquiera el IRS13 sabrá que Patrick Might no existe.

Las cejas de Chase se alzaron.

13
El Servicio de Impuestos Internos es la agencia federal del Gobierno de los Estados Unidos encargada de
155
la recaudación fiscal y de los cumplimientos de las leyes tributarias.
—¿Patrick Might?

Patrick recogió un documento que le llamó la atención. Había visto uno como
este antes, pero parecía que no tenía el valor ni del papel en el que había estado
escrito. Quizás este fuese diferente.

—Este es un certificado de matrimonio de Patrick y Chase Might, fechado hace


dos años. —Patrick miró a Chase, preguntándose cuál sería su reacción a esa
noticia.

Patrick suspiró cuando fue empujado a los brazos de Chase. Rápidamente se


convirtió en un gemido cuando los labios de Chase se deslizaron sobre la marca del
mordisco que el hombre había dejado en su hombro ni una hora antes. El cálido
aliento de Chase acarició su piel mientras el hombre le susurraba al oído.
—Supongo que entonces tendrás que casarte conmigo.
Patrick se rió.
—Puede.

Fin

156
Sobre el Autor
Stormy cree que la única cosa más sexy que un hombre con botas de vaquero,
son dos o tres hombres en botas de vaquero. También cree en el amor a primera
vista, las almas gemelas, el verdadero amor y en los finales felices.
Normalmente puede encontrarla acurrucada en la cama con un libro y una
mascota en su regazo o con su portátil, creando a su siguiente hombre sexy para
una de sus historias. A Stormy le encantan los comentarios de sus lectores. Puedes
encontrarla en su página web en;
www.stormyglenn.com

157
CREDITOS
Ketty
Cyllan
Clau
Pervy
Morgana Celtic

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