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El respecto a su identidad, a su integridad, sea cual sea la edad, pero de manera mucho
más relevante y trascedente cuando se trata de un niño o un anciano, por su especial
fragilidad, deben conducirnos siempre a lo largo de nuestra trayectoria.
La fórmula moderna del “tu”, para todos sea cual sea su edad y condición, y el uso
confundido como familiar del “hijo” o “abuelo”, hacia un enfermo, no son signos de
cariño o afabilidad en el trato que queremos dar a los pacientes. Traduce un status de
cierta superioridad y de falta de respecto en la que no podemos ni debemos caer.
Los pacientes tienen claro lo que quieren sentir cuando llegan a un centro sanitario y
son tratados por médicos y enfermeras. Cariño, comprensión, tiempo de escucha,
coordinación entre laborales de profesionales, consenso entre unos y otros, que no
existan opiniones encontradas…
Por eso, también los pacientes tienen muy claro lo que no quieren sentir, y a lo
anteriormente expuesto, también hay que evitar la sensación que se les transmite de que
molestan o roban tiempo.
Las esperas en la atención, las demoras para las mismas, y las revisiones innecesarias
que hacen perder el tiempo y gasto de energía innecesarios, tanto para los pacientes
como para familiares, son también elementos que se tienen muy en cuenta para que
puedan sentir una atención adecuada, basada en la agilidad y la rapidez.
Los pacientes son la razón de ser de un hospital o un centro sanitario. Sin ellos no
existirían, ni nosotros tampoco. Seamos conscientes de que nuestra profesión existe
porque hay enfermos y enfermedades, y a ellos nos debemos.
Sentir que el centro sanitario es “amigable” y nos da la bienvenida y no es algo hostil.
La huella positiva desde el primer momento, condicionará la actitud hacia la institución,
hacia los profesionales e influirá en la evolución de nuestra enfermedad, hacia la
mejoría, la curación o la muerte.
2.3 Compaginar humanización coN tics
Basada en la tecnología y las TICs, los nuevos pacientes valoran más que su médico
evite visitas innecesarias y traslados inútiles, utilizando medios de comunicación como
las videoconferencias, telemedicina, e-consultas, plataformas del paciente, etc. La
accesibilidad, rapidez y evitar traslados y esperas hoy día es más satisfactorio que las
revisiones de presencia para decirle a un paciente “todo está bien. Vuelva en 1 año”.
Además de constituir una pérdida de tiempo y recursos tanto para el paciente, familiares
y para el sistema, no aporta valor, mientras que hacer esta misma revisión en una e-
consulta es más rápido y resolutivo.
No caigamos tampoco en el tópico de pensar que los pacientes no van a saber utilizar la
tecnología o no saben manejar una plataforma de pacientes.
Nada más lejos de la realidad, los pacientes, que son ciudadanos al fin, pero enfermos,
van por delante en la utilización de tecnologías y las áreas sanitarias nos vamos
adaptando a lo que nos piden. Ellos nos enseñan qué desean y son las instituciones y los
sanitarios los que vamos detrás poniendo en marcha lo que la sociedad moderna nos
depara.
Las consultas de hace 20 años, ya no sirven, no podemos olvidarlo, igual que los bancos
o los supermercados. O avanzamos o desaparecemos y los pacientes acudirán a las
instituciones que sí ofrecen los servicios que la sociedad demanda.
Repetir visitas y revisiones, haciendo perder el tiempo a los propios pacientes y a sus
familiares, muchas veces ocupados, crea una situación de disconfort, que podemos
evitar, sustituyendo esta atención por otro instrumento, que hoy nos es accesible como
hemos comentado. Desde el teléfono si le conocemos, y sin conculcar la LOPD (ver 1.
LOPD), hasta una videoconferencia…… ese camino debe recorrerse y nos
sorprenderemos de los resultados con la confianza del paciente.
Por otro lado el uso de un ordenador, que nos aporta la posibilidad inmediata de conocer
todos los datos del paciente con un ratón, no debe ocultarnos tras la pantalla. Mirar al
paciente, explorarlo… verle y hablarle, con la mirada puesta en él y su familia, hasta
que estemos seguros de que entiende lo que le decimos. Podemos hacer en 5 minutos o
en 40, pero entendiendo que el paciente es el centro de nuestra atención y asistencia y
no el ordenador.
Muchos médicos lo han confundido y promueven reclamaciones, por haber ido por un
tema tan banal como un dolor de pie.
2.4 Tecnología y humanidad
El logro de la mejora calidad de vida, y del incremento de años de vida, supone también
un logro de la tecnología, de la investigación farmacéutica y de la innovación en la
industria, que ha ayudado a la sanidad y otras mejoras como cultura, vivienda,
alimentación, etc. en beneficio de toda la población y de las personas enfermas en
mayor medida.
El verdadero valor está en el trato con cariño, mediante la sinceridad, usando el respeto
y la educación como normas e instrumento para llegar a que pueda atenderse de manera
correcta la entidad nosológica que se presenta.
La palabra con su valor curativo y la mano del médico, son las dos principales armas
terapéuticas, por delante del mejor robot da Vinci, o cualquier adelanto tecnológico
moderno.
2.5 Mejora de circuitos
Pero no es así. La mayor parte de los beneficios en las instituciones, se han producido
desde la mejora de la eficiencia en los circuitos, desde las propias personas que
componen las organizaciones, mejorando su motivación, su enfoque hacia el trabajo,
potenciando su imaginación e ideas, y facilitando la puesta en marcha de ideas
innovadoras que producen el mayor ahorro en tiempo perdido y en material
desperdiciado. La empresas que han aprovechado esta fuente de recursos que además, es
ilimitada han triunfado, y son de las mejor consideradas a nivel mundial.
Este hecho está comprobado con una metodología objetiva como la denominada Lean.
El concepto de sanidad desde una idea de la calidad completa, sea bajo el sistema de
EFQM o de la Joint Commision, apuesta por incorporar la distribución de la actividad
sanitaria en función de los procesos que realiza y aporta una perspectiva de mejora y
eficiencia que ha ido creciendo en los últimos años.
Muchos hospitales han ido acreditándose en alguno de estos sistemas de calidad, lo que
ha ido mejorando progresivamente sus servicios, y dado que el círculo de la calidad es
infinito, la posibilidad de mejora es ilimitada.
Sobreproducción
Tiempo de espera
Transporte
Exceso de procedimientos
Inventario
Movimientos
Defectos
Los pacientes y usuarios del sistema sanitario precisan exigen no ser considerados sólo
como una enfermedad o un caso clínico, sino como un ser humano que está en
condiciones transitorias o no de una disminución de salud, y que precisa ayuda de
nuestros conocimientos y experiencia.
Piden que se les mire como individuos, sujetos que no objetos, donde su enfermedad no
esté por encima de su persona, y sea tratado como algo íntegro y no como partes
diferentes, estando cuando menos al mismo nivel que su patología. .
2.7 Vocación y obligación
La vocación es algo innato, y con ella está el cariño y la caridad. Caridad, no como
valor religioso que también, pues constituye una virtud teologal, sino desde el amor….
Los responsables de elaborar estos programas deberían pensar que estas dos profesiones
tienen un claro componente humano, y que la ética, la filosofía, el trato del paciente
como ser humano además de cómo enfermo, debe ser enseñado, fomentado y tratado,
para que todos los que salen con la titulación hayan adquirido los conocimientos y las
habilidades necesarias para ello.
No vale con querer “tratar bien “, hay que saber “cómo hacerlo” y contar con
instrumentos para ello. La vocación debe modularse con la enseñanza. A veces no es
fácil. Familias y pacientes no siempre colaboran, y por ello no podemos faltar a nuestros
principios de humanidad. Estas respuestas y gestos se aprenden.
Por eso los talleres en habilidades de trato, dar malas noticias, comunicación, etc. son
tan importantes.
Sin embargo este concepto de excelencia no ha calado en los centros públicos. Tenemos
la conciencia de que nuestro trabajo y nuestra remuneración es la misma a finales de
mes, si lo hacemos bien, o mal. Parte de razón no les falta. No hay sistemas de
incentivación o motivación a las personas que lo hacen bien, salvo la interna. La
satisfacción del trabajo bien hecho, el cariño de los pacientes y el reconocimiento y
agradecimiento por parte de jefes y familiares que se plasma en agradecimientos.
No hay persona ni trabajador más motivado que el que siente que su trabajo lo hace
bien, y que tiene acogida positiva en su entorno. Esta situación revierte en incrementar
su energía positiva y en potenciar y reforzar su actitud. Esto va elevando el nivel de la
organización y todos podemos colaborar en ello.
Por ello no debemos tener miedo o evitar las reclamaciones, pues constituyen una
oportunidad de mejora que debemos aprovechar para nuestro beneficio y el de nuestros
profesionales y pacientes.
La actitud correcta por parte de los sanitarios debe ser de humildad y aceptación hacia
las críticas, y debemos evitar la soberbia y la consideración de que no podemos mejorar
y todo es culpa de los demás o de las circunstancias.
El positivismo hacia las mejoras y la mente abierta, son nuestras mejores armas para
poder construir una organización sanitaria que pueda apoyar cada vez mejor a las
personas enfermas.