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Comunicación Paciente-

Profesionales Sanitarios
A) El paciente, protagonista de su salud
Históricamente, la comunicación entre los pacientes y los profesionales de la salud no ha
ocupado un papel relevante en el entorno sanitario. Frente a las habilidades para interactuar
con el paciente, han primado más hasta ahora las competencias técnicas de los profesionales
sanitarios. Sin embargo, desde hace unos años la tendencia está cambiando ya que, por un
lado, el paciente ha evolucionado y demanda más información, y por otro lado, existe un
mayor interés de los profesionales sanitarios por aprender estrategias de comunicación que
les permitan conectar mejor con los usuarios de los sistemas de salud. Y es que
proporcionar a los pacientes una información clara puede darles a estos la oportunidad de
tomar decisiones importantes e informadas a lo largo del proceso de su enfermedad,
facilitando que se sientan más partícipes del mismo y minimizando en muchos casos el
sufrimiento que conlleva padecer una enfermedad.

1. Evolución del papel del paciente

En gran medida, este cambio en la comunicación entre pacientes y profesionales sanitarios


proviene de la propia evolución de la figura del paciente y de su posición dentro del entorno
sanitario. Una evolución que se ha venido produciendo a lo largo de las últimas décadas y
que todavía continúa.

Así, el paciente, que tradicionalmente era considerado receptor de las decisiones que el
médico tomaba unilateralmente para el tratamiento de su enfermedad, se ha ido
convirtiendo, con el paso de los años, en un agente con derechos bien definidos y con una
amplia capacidad de decisión sobre las pruebas diagnósticas y los tratamientos que recibe 1.
De mero espectador, ha pasado –en muchos casos– a ser corresponsable de las decisiones
que han de tomarse a lo largo de todo el proceso acerca de su enfermedad.

Por su parte, el profesional sanitario se ha ido transformando en un asesor para sus


pacientes, a los que hoy en día ofrece sus conocimientos y consejos, pero cuyas decisiones
no son impuestas, sino que se toman conjuntamente con el paciente1.

Como consecuencia del cambio de roles, las relaciones sanitarias han pasado de ser
verticales a horizontales y colectivas –con la entrada en escena de múltiples profesionales
sanitarios– y adaptadas al tipo de relaciones propias de la sociedad actual en la que
vivimos1.

En esta evolución ha jugado un papel fundamental el hecho de que paciente hoy en día y
cada vez más sea una persona informada acerca de su enfermedad, de las alternativas
terapéuticas y de los servicios sanitarios puestos a su disposición.
En este sentido, y si bien depende de diferentes factores entre ellos la patología de que se
trate, las administraciones sanitarias son conscientes en la actualidad de que el paciente bien
informado aporta muchos beneficios a todas las partes implicadas en el proceso de su
enfermedad, y están empezando a tomar conciencia sobre la necesidad de informar y formar
al paciente en el trato con los profesionales sanitarios para que supere sus miedos y se
comunique eficazmente con ellos. Y es que, cuanto mejor informado esté el paciente, mejor
afronta su enfermedad y mejor sigue el tratamiento y las indicaciones de los profesionales
sanitarios que le atienden2.

A este hecho, hay que añadir que existe una mayor demanda de información por parte de
todas las personas, de manera que, además de los propios pacientes, participan en el proceso
de la enfermedad sus familiares, amigos y otras personas cercanas. Ello supone un gran
beneficio para el paciente porque le ayuda a entender y llevar mejor su enfermedad.

Este aumento de nivel de información se ha traducido, además, en un incremento del


número de asociaciones de pacientes en España, a las que tienen acceso, además de los
pacientes y sus familiares, todas las personas que quieran saber algo sobre una enfermedad
aunque no la padezcan2.

2. Lo que espera el paciente de los profesionales sanitarios

Cuando una persona va a la consulta del profesional de la salud lo hace porque precisa una
solución frente a ciertas necesidades que le han surgido relacionadas con su bienestar. Ante
esta situación y en primer lugar, requiere de información clara y veraz por parte de los
profesionales sanitarios: qué le ocurre y cómo puede afrontarlo. Así podrá asumir con
responsabilidad su situación y los cuidados a los que ha de someterse.

Paralelamente, a veces el paciente busca una explicación afectiva y humana de lo que le


está ocurriendo, un acompañamiento e incluso, en ocasiones, consuelo por parte de los
profesionales sanitarios. Y es que la visión que tienen los pacientes de su propia
enfermedad, así como sus sentimientos y percepciones respecto a su salud se están
convirtiendo en un aspecto fundamental en este nuevo escenario en que nos encontramos.

Entre las nuevas habilidades exigidas a los profesionales sanitarios, los pacientes destacan
la necesidad de que éstos indaguen y profundicen en sus preocupaciones no expresadas, así
como que les enseñen a evaluar la información y a elegir las medidas adecuadas en cada
caso, haciéndoles recomendaciones más individualizadas3.

Concretamente, los factores que determinan la satisfacción por parte de los pacientes de los
profesionales sanitarios son3:

- Accesibilidad: los pacientes valoran poder contactar fácilmente con los centros de salud y,
sobre todo, con los profesionales sanitarios para plantearles sus necesidades.

- Capacidad de respuesta: uno de los aspectos más apreciados por parte de los usuarios de
los servicios sanitarios es una abierta disposición para atender, así como un servicio
eficiente, por parte de los profesionales sanitarios, sin esperas injustificadas.
- Comprender al paciente: los pacientes manifiestan una serie de necesidades que, para
poder ser satisfechas, han de ser previamente comprendidas y valoradas.

- Comunicación: los pacientes valoran especialmente que los profesionales sanitarios les
escuchen y establezcan con ellos una comunicación afectiva y asertiva en un lenguaje
comprensible por ambas partes.

- Cortesía: durante la prestación del servicio, los pacientes desean que los profesionales de
la salud sean atentos, considerados, respetuosos y amables con ellos.

- Credibilidad: hace referencia a la imagen que el personal sanitario proyecta en los


pacientes. En este sentido, los pacientes buscan que los profesionales que les atienden sean
competentes y trasmitan credibilidad y veracidad.

- Implicación: el paciente quiere percibir que su problema es importante para el profesional


sanitario, que es tratado con la dignidad que merece y que empatiza con él.

- Profesionalidad: la profesionalidad es imprescindible para la prestación de servicios de


calidad.

A estos factores se los conoce como variables intangibles, ya que son las conductas,
aptitudes y actitudes individuales o grupales que contribuyen decisivamente tanto a la
conformación de las percepciones del paciente y su satisfacción, como al valor que para él
adquiere el centro sanitario: comportamiento y motivación del personal, creencias, normas y
formas de pensar de la organización, etc3.

Por otro lado, el paciente percibe la calidad de los servicios sanitarios a través de variables
tangibles, que pueden añadir o restar valor a la prestación sanitaria3. Estas hacen referencia
a todos los aspectos materiales que influyen en la percepción global del centro sanitario
donde se le atiende, tales como la ambientación del centro (estructura del edificio,
decoración, iluminación, limpieza, olores, confortabilidad…) o la apariencia física de
quienes prestan el servicio3.

En la satisfacción de las necesidades y expectativas de los pacientes colaboran, por tanto,


muchas circunstancias: individuales y colectivas, materiales, físicas y personales, relativas
al conocimiento… pero también y, sobre todo, referentes a la actitud con que se encara la
relación por ambas partes.

Fuente: La Comunicación con el paciente

3. El paciente visto por el profesional de la salud


La nueva relación profesional sanitario-paciente está haciendo que el objetivo del
profesional ya no sea únicamente luchar eficazmente contra las enfermedades, sino
proporcionar una ayuda completa al paciente, pensando también en su bienestar emocional.

Es cierto que, en la mayoría de los casos, esta preocupación por el bienestar del paciente
más allá de los síntomas o dolencias propias de la enfermedad está estrechamente
relacionada con una mayor eficacia diagnóstica, por lo que el personal sanitario se esfuerza
cada vez más en satisfacer las necesidades de todos y cada uno de sus pacientes de manera
personalizada.

No obstante, no debemos olvidar que el profesional sanitario es un ser humano y, como tal,
puede tener prejuicios o estereotipos a la hora de relacionarse con otras personas. Además,
cuando trata con sus pacientes, no puede evitar sacar sus propias conclusiones puesto que
los pacientes, además de pacientes también son personas y no pueden a su vez dejar de
comunicar. Esta premisa implica que el profesional de la salud puede, en ocasiones, perder
la confianza en sus pacientes, sobre todo en aquellos que, por ejemplo, no hablan con
respeto y educación, así como en quienes incumplen reiteradamente sus indicaciones para
combatir la enfermedad3.

Cuando esto ocurre, los pacientes corren el riesgo de que el profesional sanitario encargado
de atenderle asuma, consciente o inconscientemente, una actitud defensiva hacia ellos,
exigiendo consentimientos por escrito, aumentando la solicitud de pruebas complementarias
u optando por terapias menos arriesgadas. Esta situación de descontento, además, puede
provocar un aumento de desmotivación y desinterés por el paciente3.

Lo más acertado en estos casos es terminar la relación profesional entre ellos lo antes
posible, asegurando que el paciente va a ser atendido por otro profesional capacitado y
asegurando la buena atención clínica, de manera que el paciente nunca resulte perjudicado 4.

4. El papel de los familiares

La familia (entendiendo por familia a los familiares y amigos del paciente) desempeña un
papel importante durante el proceso de la enfermedad, ya que constituye un nexo entre los
profesionales de la salud y el paciente, tanto en el plano médico, como en el emocional3.
Entre otras razones, porque la presencia de esas personas que forman parte de su vida puede
tener un enorme efecto reconfortante que, si bien no puede curarle, al menos puede aliviarle
el sufrimiento propio de padecer una enfermedad3.

La presencia de familiares y amigos es aún más importante cuando el paciente siente dolor,
limitaciones físicas, miedo o está ingresado en el hospital. Y es que el paciente sobrelleva
mejor sus dudas y temores cuando los comparte con las personas a las que quiere y con
quienes se siente identificado3.

Pero, según los expertos, el papel de los familiares puede ir más allá. Ya que su actitud es
uno de los factores que determina si el paciente va a seguir el tratamiento médico o, por el
contrario, lo va a abandonar. Su presencia puede ser importante antes de la consulta, como
promotor de la misma; durante la consulta, actuando como testigo, receptor de información
o soporte emocional del paciente; y tras el encuentro profesional, interfiriendo para bien o
para mal, en los efectos de la relación3.

A pesar de su importancia, existen tres circunstancias que pueden limitar la presencia de


familiares durante el proceso de la enfermedad de un paciente3:

1. Cuando su presencia perjudica la recuperación del enfermo.


2. Cuando dificultan el trabajo de los profesionales sanitarios.
3. Cuando su presencia molesta o repercute negativamente en la recuperación de otros
pacientes.

Es conveniente que los profesionales sanitarios identifiquen, lo antes posible, a la persona


que se va a hacer cargo del cuidado del paciente, a quien deben prestarle suma atención y a
quien, en ocasiones, se le ha de ofrecer una información mucho más detallada sobre el
rumbo de la enfermedad de la que se ofrece al propio paciente. Por otro lado, el familiar
asume el cuidado de su ser querido, por lo que su tarea puede resultar agotadora y
estresante. Por eso, necesita especialmente el apoyo de los profesionales sanitarios 3.

B) Los profesionales sanitarios


La Medicina recoge una serie de disciplinas científicas, todas orientadas a ámbitos
esenciales de la existencia humana: salud, dolor, sufrimiento, bienestar, vida, muerte… por
lo que se puede decir que el ejercicio de la Medicina es una función radicalmente humana,
humanista y humanitaria5.

Por lo que respecta al profesional, el nuevo modelo de Medicina incluye una práctica
centrada, no solo en la enfermedad, sino también en el paciente, desde el punto de vista
psicológico y social. Una tarea que no siempre es fácil debido a factores culturales,
económicos o sociales, entre otros, que afectan a la gestión sanitaria y, por tanto, a la
relación entre ambos.

1. Los profesionales de la salud y la comunicación

La comunicación constituye la columna vertebral de la actividad laboral del profesional


sanitario, la cual está presente principalmente en dos contextos:

-Con los pacientes: Los pacientes necesitan confiar en los profesionales sanitarios que están
a cargo de su enfermedad. De hecho, está demostrado que la adherencia al tratamiento del
paciente es mucho mayor cuando la relación con los profesionales que le atienden es fluida,
ya que, además de entender las indicaciones a seguir, mejora su predisposición psicológica
para afrontar la enfermedad3. Por otro lado, una noticia mal comunicada puede conllevar
consecuencias muy negativas tanto para el profesional sanitario que la comunique como
para la organización sanitaria a la que pertenece, sobre todo si ese fallo genera una grave
repercusión al paciente.
-Ante auditorios o con los colegas de trabajo: En el desempeño de su labor profesional, los
profesionales sanitarios no solo se relacionan con los pacientes, sino que otra de sus
misiones es informar y divulgar sus conocimientos y hallazgos a otros profesionales. A
partir de la comunicaci� n que ofrecen ante los compañeros, quedan afectadas, para bien o
para mal, su imagen personal y profesional, así como la imagen de la institución sanitaria a
la que representan, afectando a su credibilidad3.

2. El profesional sanitario y sus modelos de comunicación

Desde siempre han existido diferentes tipos de profesionales sanitarios. Por un lado,
profesionales muy competentes desde el punto de vista científico, capaces de resolver las
necesidades de sus pacientes con acierto y rapidez, pero incapaces de ver al paciente como
la persona que es, desvinculándose completamente de las consecuencias que la enfermedad
pudieran ocasionar emocionalmente en él y en sus familiares3.

Por otro lado, como pacientes hemos podido encontrarnos con profesionales que eran
expertos en ponerse en el lugar del paciente y en ayudarle emocionalmente, pero que no
reunían los suficientes conocimientos científicos como para afrontar los problemas de salud
de una manera eficiente3.

En este sentido, y según las actitudes y formas de comunicarse de los profesionales


sanitarios con los pacientes, existen varios modelos de profesionales sanitarios 3:

-Modelo tecnológico: El profesional sanitario es un proveedor de un servicio de ciencia


aplicada.

-Modelo sacerdotal: La suma de la experiencia técnica y la asesoría moral acaba


desembocando en una relación paternalista.

-Modelo de asociación: Según este modelo, el profesional sanitario y el paciente persiguen


el mismo objetivo y contribuyen por igual a su relación.

-Modelo contractualista: Tanto las obligaciones como los beneficios son negociados y
compartidos por ambas partes.

-Modelo autoritario: En él, los profesionales sanitarios imponen sus decisiones y las
solicitudes de información por parte de los pacientes son recibidas con irritación y rechazo.

-Modelo del guerrero: El médico considera que la enfermedad es el “enemigo” y que a él le


corresponde luchar contra ella. El paciente permanece pasivo.

-Modelo gerencial: Similar al modelo contractual, en él participa el resto del personal


sanitario (aparte del médico), de manera que se reduce la presión sobre él al no ser el único
profesional que toma decisiones sobre cómo ayudar al paciente. Este modelo favorece,
además, una mayor participación del paciente en la toma de decisiones.
Diferentes entre sí, todos estos modelos de profesionales sanitarios, por separado, se alejan
bastante del perfil deseado actualmente ya que, cada vez más, los pacientes exigen que,
además de la excelencia científica, el profesional resulte cercano y muestre humanidad, que
les oriente y les aconseje 3. Los pacientes necesitan profesionales de la salud que, además de
su conocimiento y habilidades técnicas, incidan en la dimensión psicológica de los
enfermos a través del empleo eficiente de la comunicación.

3. El profesional de la salud visto por el paciente

El reconocimiento de los profesionales sanitarios depende, en cierta medida, de su prestigio


profesional, que suele estar determinado por sus conocimientos y por los resultados
obtenidos a lo largo de su trayectoria profesional, en función del éxito de sus
intervenciones5.

Concretamente, lo que los pacientes buscan en el personal sanitario es calidad técnica 3:

1. Que sea experto en técnicas médico-sanitarias.


2. Que sea capaz de identificar los problemas y de resolverlos lo más adecuada y rápidamente
posible.
3. Que se enfrente a los problemas no identificados de forma lógica y sensata.
4. Que asuma el control de las posibles complicaciones.

Pero, además de competencias técnicas, los pacientes demandan, cada vez más, que los
profesionales sanitarios les escuchen, pregunten, informen, respondan a sus preguntas y se
interesen verdaderamente por su situación3. Y es que el paciente de hoy en día puede ser
capaz de asumir que su enfermedad tiene difícil diagnóstico, que es grave e, incluso,
irreversible, siendo consciente de que el profesional de la salud no siempre tiene en su mano
las soluciones que él necesita. Pero lo que no admite es que no le escuchen, que no le crean
o le minusvaloren. Por eso, el componente emocional y los procesos comunicativos que le
acompañan resultan tan decisivos para el profesional y para su credibilidad de cara al
paciente3.

Fuente: La Comunicación con el paciente

C) Características esenciales de la relaicón paciente-


profesionales sanitarios
Si el objetivo de la actividad sanitaria es curar o, en el caso de las dolencias crónicas, aliviar
la carga de la enfermedad , necesariamente la relación entre los profesionales de la salud y
los pacientes tiene que ser muy estrecha.
Dependiendo de cómo se desarrolle esta relación, van a derivar muchas consecuencias
importantes, tales como una elaboración adecuada de la historia clínica, una correcta
exploración física del paciente y la obtención adecuada del diagnóstico, un seguimiento de
control de la enfermedad eficaz y, sobre todo, la motivación del paciente y su adherencia al
tratamiento 3.

1. Por qué la relación paciente-profesionales sanitarios es un asunto complejo

Conseguir un alto nivel de calidad en la relación entre profesionales sanitarios y pacientes


no resulta sencillo, puesto que la realidad social de unos y otros repercute en su relación
debido a factores culturales, sociales, religiosos o económicos3.

La relación entre el paciente y los profesionales sanitarios, históricamente, no ha sido una


relación entre iguales, aspecto que ha dificultado aún más la situación. Antiguamente, el
médico brindaba soluciones sin contar con el paciente y estaba interesado, sobre todo, en
los aspectos orgánicos de la enfermedad, dejando de lado los emocionales. En ese contexto,
el paciente, ignorante respecto a cómo afrontar su enfermedad, se encontraba en una clara
situación de dependencia3.

Aunque esta concepción está cambiando considerablemente, es difícil que la relación entre
profesionales sanitarios y pacientes cambie, en la medida en que es una relación que inicia
alguien que potencialmente no sabe (el paciente) y se dirige a alguien a potencialmente sabe
(el profesional), quedando el primero en una situación de debilidad frente al segundo 3.

Paradójicamente, a veces el paciente presenta una desinformación como consecuencia de


recurrir a Internet como primera fuente de consulta, algo que en ocasiones podría dificultar
aún más la relación, ya que no toda la información que encuentran es veraz 3, lo que
ocasiona confusión y desconcierto.

Por si estas dificultades fueran pocas, las estructuras sociales y sanitarias introducen de vez
en cuando elementos de distorsión que afectan directamente al personal sanitario,
condicionando la calidad de la comunicación con los pacientes: por ejemplo, ahora a los
profesionales sanitarios se les exige una mayor formación y puesta al día, viéndose muchas
veces sobrecargados de trabajo y pudiendo dedicar cada vez menos tiempo al paciente 3.

2. Factores que influyen en la relación paciente- profesionales sanitarios

Existe una serie de factores, relacionados con la situación asistencial, así como con el
contexto social, familiar y cultural, que influyen de manera decisiva en la relación paciente-
profesionales sanitarios, a veces en perjuicio de ambos6:

a. El avance de la tecnología en el ámbito de la Medicina: En las últimas décadas hemos


asistido al mayor avance de la Medicina de la historia, en cuanto a tecnología se refiere. Sin
embargo, la Medicina y su aplicación por parte de los profesionales se ha visto resentida en
algunos aspectos:
o Aumento de la subespecialización.
o Falta de contacto con los pacientes.
o Deshumanización de la Medicina.

b. Cambios sociales y culturales: Que se traducen en una mayor accesibilidad de los pacientes
a la información, en una tendencia a resolver los conflictos médico-paciente por la vía
administrativa o judicial, en cambios en la percepción social del profesional sanitario, etc.
c. Cambios en el sistema asistencial: Hace referencia a una reducción en la duración de las
consultas, mayor número de pacientes, multi-empleo de los profesionales sanitarios y
reducción de sus remuneraciones, entre otros aspectos.
d. Características del profesional sanitario: Resistencia a poner en práctica nuevas habilidades
y a estar permanentemente al día, estrés laboral, temor a ser demandado…
e. Características del paciente: Fundamentalmente características relacionadas con su
personalidad, que pueden generar un intenso malestar y frustración en el profesional
sanitario, así como falta de cooperación, dificultades de adaptación y la solicitud de
tratamientos alternativos.
f. La influencia de la familia: Más allá del apoyo que puede suponer para el paciente contar
con su familia, la inclusión de algunos miembros del grupo familiar en la relación
profesional sanitario-paciente puede resultar, en ocasiones, problemático, ya que puede
imponer límites en el manejo de la información que se le brinda al paciente y pueden asumir
la responsabilidad de tomar decisiones por él o establecer un vínculo hostil con el
profesional sanitario si muestra desconfianza.

En resumidas cuentas, estos factores indican que nunca antes en la historia de la Medicina
se produjeron más actos médicos en menos tiempo, y nunca antes el profesional sanitario
realizó más actos burocráticos que, a su vez, le exigieron más tiempo. En este sentido, los
expertos proponen, como una de las soluciones, el aprendizaje de técnicas de comunicación
que haga más eficaz y beneficiosa la relación entre ellos3.

3. Una cuestión de confianza

Para que el sistema sanitario funcione, es necesario que los pacientes confíen en los
profesionales sanitarios. Si el paciente no confía en el médico, es posible que no se cure o
que tarde más en hacerlo, sus padecimientos se alarguen y el prestigio del profesional
sanitario resulte perjudicado, pudiéndose además aumentar los costes derivados de la
atención médica brindada3.

Se puede decir, por tanto, que la confianza es el pilar sobre el que se sustenta la relación del
paciente con los profesionales de la salud. Por eso, cuando ésta se quiebra, las
consecuencias llegan a ser graves en muchos casos: se solicitan segundas opiniones con
motivos poco fundados, aumentan las demandas judiciales, se recurre más alegremente a las
medicinas alternativas o curanderos y, sobre todo, aumenta la insatisfacción en ambas
partes3.
Por el contrario, cuando la comunicación es tan efectiva que supone un gran apoyo
emocional para el paciente y sus familiares, aumenta la confianza del paciente, que se
traduce en mayores niveles de autocontrol y participación y en apoyo también para el
personal sanitario. En resumen, el paciente, al confiar en los profesionales, se compromete
más con ellos3.

D) Consejos para mejorar la relación - paciente -


profesionales sanitarios
Partiendo de las bases teóricas de la comunicación, existe una serie de condicionantes en la
relación paciente-profesionales sanitarios sobre los que ambas partes deben trabajar para
conseguir optimizar la comunicación entre ellos y, así, lograr sus objetivos. Estos
condicionantes hacen referencia a aspectos como, por ejemplo, la conducta que deben
mantener ambas figuras en una entrevista clínica. Porque es posible mejorar la relación
médico-paciente si los dos muestran interés y modifican sus pautas de comportamiento.

1. Pautas para el profesional sanitario

En este proceso de intercambio de información con sus pacientes, intervienen unas


habilidades básicas, que se pueden dividir en dos categorías7:

1. Habilidades de escucha:
a. Actitud general de escucha: La actitud del entrevistador facilita o dificulta la comunicación
durante la entrevista y supone una disposición a recibir la información del paciente a través
de manifestaciones físicas, gestos, miradas, expresiones faciales, tono y volumen de voz…
Es a través de estas manifestaciones la forma en que el profesional sanitario puede obtener
información complementaria acerca del paciente.
b. Postura física del terapeuta, en base a cinco parámetros:
 Ángulo-frente: Para facilitar que el paciente pueda concentrarse en su discurso, sin
tener que enfrentar su mirada a la del profesional sanitario, los expertos en
comunicación no verbal consideran más adecuado que el profesional no se siente de
frente, sino con un ángulo de 90 grados respecto al paciente.
 Inclinación hacia delante: Esta postura suele interpretarse como de interés e
involucración en lo que se está escuchando. Por el contrario, la inclinación del
cuerpo hacia atrás se puede interpretar como aburrimiento o displicencia.
 Apertura de manos y brazos: De esta manera, el profesional sanitario puede mostrar
su apertura a la escucha de lo que le está contando el paciente.
 Contacto visual: Es otra manifestación que suele interpretarse como una muestra de
interés. La atención a los momentos en que se pierde este contacto visual por parte
del paciente puede ser una fuente de información valiosa para el profesional
sanitario.
 Relajación: Las posturas demasiado rígidas o las manifestaciones de inquietud o
nerviosismo pueden incomodar al paciente y dificultar la entrevista.
c. Actitud interna del entrevistador, que contempla cinco aspectos:
 Silencio intrapsíquico: El médico ha de comprometerse a escuchar en todo
momento al paciente durante la entrevista, sin dedicarse a pensar en otras cosas.
 Suspensión del juicio: Juzgar el comportamiento del paciente no solo no ayuda sino
que impide comprender al paciente. Por eso, conviene que el profesional sanitario,
cuando se encuentre haciendo juicios de valor sobre el comportamiento del
paciente, se pregunte qué es lo que le ha hecho apartarse de su cometido, ya que esta
pregunta puede ser una buena fuente de información para él.
 Atención a lo no explícito: Es importante que el profesional de la salud preste
atención, no solo a lo que el paciente dice, sino también a las cosas que calla,
deliberada o inadvertidamente, así como a las cosas que aunque no dice, están de
algún modo implícitas en lo que sí dice.
2. Comunicación no verbal, que hace referencia a:
a. Aspecto general del paciente: La apariencia del paciente aporta una enorme cantidad de
información al profesional sanitario.
b. Autocuidado del paciente, que puede aportar al personal sanitario muchas pistas sobre su
estado de ánimo, el funcionamiento de su red de apoyo…
c. Actitud corporal del paciente: Ésta refleja, además del estado de ánimo, el modo en que el
paciente se enfrenta al médico y a su enfermedad. Los cambios de postura y actitud corporal
del paciente pueden ser un indicador para que el médico se haga una idea de cómo
determinadas informaciones dadas durante la consulta están siendo asumidas por el
paciente.
d. Voz: el tono de voz revela el estado de ánimo del paciente, de manera que un temblor, por
ejemplo, puede indicar inseguridad o miedo, así como un tono muy bajo, un trastorno
depresivo.
e. Reacciones neurovegetativas, tales como sudoración, palidez… pueden informar sobre el
estado emocional del paciente.

En resumen, existe una serie de recomendaciones que los expertos en comunicación hacen a
los profesionales sanitarios, a tener en cuenta durante una entrevista clínica7:

1. Manejo adecuado de las habilidades de escucha.


2. Atención especial a la postura física que adaptan durante la entrevista.
3. Análisis de su actitud interna.
4. Suspensión del enjuiciamiento del paciente y atención a lo no explícito.
5. Reflexión sobre el discurso del paciente.
6. Prestar atención a las emociones y pensamientos que experimentan en la consulta.
7. Cuidado con los componentes de la comunicación no verbal.
2. Pautas para el paciente

De igual manera, existen una serie de pautas que son recomendables que el paciente ponga
en práctica durante los momentos en los que entabla conversación con el profesional
sanitario. Son las siguientes7:

1. No impacientarse si el profesional sanitario le hace esperar. Está trabajando y, a veces,


surgen complicaciones.
2. Es muy importante para el paciente tener confianza en el profesional sanitario que le va a
acompañar durante el proceso de su enfermedad.
3. Igualmente es importante ser claro a la hora de explicar los síntomas por los que va a la
consulta. Conviene describir la realidad de la manera más objetiva posible.
4. Ante la posibilidad de que se olvide algún dato, se recomienda a los pacientes anotar los
comentarios que quieren hacer en la consulta para que, llegado el momento de la entrevista
clínica, no se les olvide nada.
5. Se recomienda a los pacientes sentirse libres para comunicar sus dificultades relacionadas
con su enfermedad a los profesionales sanitarios, pues tienen experiencia en estos temas y
así es mucho más fácil hacer un diagnóstico.
6. En caso de no entender al profesional sanitario, el paciente no debe dudar en pedirle que se
lo explique de nuevo con un lenguaje más sencillo.
7. El paciente ha de cumplir las normas y orientaciones que se le den y, en caso de duda
respecto al plan de tratamiento, deberá pedir que se lo den por escrito.

Material de apoyo:

Ref 1. Lázaro J. y Gracia D.: La relación médico-enfermo a través de la historia, An. Sist.
Sanit. Navar, 2006 Vol. 29, Suplemento 3.

Ref 2. Fundación Farmaindustria: El paciente en España. Mapa nacional de asociaciones


de pacientes, Madrid,

Ref 3. Merayo Arturo, Bravo Esteban y Gordón Fernando: La comunicación con el


paciente. Habilidades emocionales para los profesionales de la salud, Elsevier, Barcelona,
2014.

Ref 4. Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (OMC): El buen quehacer


médico. Pautas para una atención profesional de excelencia, Madrid, 2014.

Ref 5. Hernández Guerrero, J. A.: Curan las palabras. Manual de comunicación médica y
sanitaria, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Alicante, 2010.

Ref 6. Fiamene, Silvana y Dapueto, Juan J.: La relación médico-paciente,


Ref 7. López Gironés, Marisa: Comunicación Médico-Paciente: habilidades de
comunicación en la entrevista clínica. Con la colaboración de MSD.

www.msdsalud.es

Desde que el hombre primitivo, sintió por vez primera los sufrimientos de una enfermedad, recurrió a un
semejante en busca de ayuda, este trató de ofrecérsela, según sus posibilidades. Con el tiempo surgió
dentro del grupo social, alguien que por vocación, características personales o designación del colectivo
se especializó en materia de salud y comenzó a incrementar su arsenal terapéutico.
Durante este desarrollo de la gestión terapéutica, basada al inicio en el empirismo y finalmente,
perfeccionada mediante la investigación científica, la primitiva relación de ayuda devino Relación Médico-
Paciente (RMP).
En su interacción con otros seres humanos, el hombre establece diferentes tipos de relaciones, algunas
de carácter superficial, como las desarrolladas al preguntar la hora a un transeúnte, otras de carácter
mucho más complejo donde al menos uno de los participantes debe saber ponerse en el lugar del otro,
sentir como él o ella y disponerse a ayudarle en el enfrentamiento a cualquier dificultad. Estas son las
relaciones interpersonales.
Las comunicación en contextos interpersonales incluye las variables del proceso de la comunicación
humana que afectan directamente la interacción profesional – profesional y profesional - paciente, se
refiere a los pensamientos, creencias y sentimientos internos del individuo acerca de los asuntos que
influencian las conductas dirigidas a la salud.
Las éticas teológicas o de la responsabilidad integran elementos importantes de la comunicación en
salud, algunas son:
1. Ética de la virtud: se refiere a la comunicación verbal entre el médico y el paciente, asocia la virtud a
la veracidad.
2. Ética del cuidado: actitudes que nos permiten estar junto a los demás, expresarnos afectivamente y
escucharlos, interpretar lo que otros dicen o hacen con sensibilidad e introspección y estar abiertos a
cambiar nuestros conceptos sobre los asuntos y bienes prioritarios para otros. Llama a descubrir y
desarrollar cualidades imaginativas, emocionales y expresivas indispensables para una buena
comunicación.
3. Ética de la narración: aquí se establece la RMP (preventiva) y la toma de decisiones por parte del
paciente (curativa).

La comunicación médico – paciente provee al profesional de una oportunidad para reducir la


incertidumbre del paciente, capacitarlo para actuar en su beneficio y fortalecer la RMP.
La adquisición de destrezas claves de comunicación permite cumplir con principios básicos como
autonomía y beneficencia y virtudes como veracidad y respeto.
Los componentes principales del proceso de comunicación en salud son:
1. Relaciones: las que se establecen de forma interpersonal ya sea entre profesionales o con los
pacientes, se aportan características únicas, creencias, valores, percepciones.
2. Transacciones: interacción entre individuos acerca de información relacionada con la salud,
incluye comportamiento verbal y no verbal.
3. Contexto: escenarios en los cuales la comunicación toma lugar. La empatía es la variable de
comunicación que más puede aportar a mejorar las transacciones. Incluye componentes afectivos,
cognitivos y comunicativos.
La comunicación contribuye a transacciones beneficentes, fomenta la autonomía mediante un
comportamiento del profesional que:
1. reconozca la capacidad del paciente de manejar información médica.
2. ayude al paciente en la evaluación y jerarquización de sus respuestas alternativas diagnósticas y
terapéuticas para su condición.
3. instrumente las preferencias del paciente, basada en valores.

Si bien la comunicación médico – paciente es tan antigua como la medicina misma, no fue hasta época
relativamente reciente que ha sido abordada de modo sistemático y formal. Dado su carácter de relación
social, la RMP lleva la impronta del contexto social donde se desarrolla.
La comunicación como proceso social debe tomar en consideración que las personas pertenecen a
una sociedad caracterizada por una estructura socio – económica determinada, una cultura específica,
portadora de todos los valores, creencias y tradiciones y es en este mundo referencial en el que recibirá el
mensaje.
Toda sociedad tiene dos roles fundamentales, especialmente sensibles, que la vertebran; cuando esos
roles no cumplen su función se invertebran; de ahí la importancia de que los desempeñen personas
óptimas, excelentes. Los gobernantes, los jueces, los médicos han de tender a la excelencia. La sociedad
no puede aspira a menos que eso. De ahí que el ideal de la excelencia sea el momento invariante de
toda ética de los profesionales y en particular de la ética médica. La medicina es una profesión de
excelencia.
La RMP es una relación interpersonal de tipo profesional que sirve de base a la gestión de salud y
adquiere no solo un valor en el orden social, sino además un portante valor terapéutico.
La comunicación establecida en el marco de los servicios médicos entre el paciente y el médico no es
espontánea, está predeterminada por los respectivos papeles asumidos por los interlocutores. Es
responsabilidad del médico dirigir el proceso comunicativo, dada su preparación técnica está capacitado
para esta tarea primordial.
La práctica médica desde sus orígenes ha estado estrechamente vinculada a la comunicación
interpersonal y al desarrollo de habilidades clínicas.
La comunicación de salud ha sido definida como el proceso y efecto de emplear medios persuasivos
éticos en la toma de decisiones para el cuidado de la salud humana. Se ha definido como el arte y la
técnica de informar, influir y motivar audiencias a nivel individual, institucional y público acerca de asuntos
de salud importantes. Su alcance influye:
 Prevención de la enfermedad
 Política de los cuidados de salud.
 Aumento de calidad y salud de los individuos dentro de la comunidad.

Toda la buena voluntad e intención filosófica pierde sentido si no hay comunicación con el paciente.
El profesional de la salud tiene hacia cada uno de sus pacientes el deber de atenderle buscando el
restablecimiento y conservación de su salud como fin principal. Este concepto debe ir más allá de la
raza, sexo, religión, cultura o enfermedad que presente. El proceso asistencial no debe ser influido por
ninguno de estos factores.
En la práctica médica se utiliza como vía de comunicación la entrevista clínica, donde con preguntas
claves el médico conocerá qué siente el paciente, qué le preocupa, cómo y cuándo comenzó la alteración
de su bienestar anterior y cuál era su historia de salud antes de acudir a consulta.
La entrevista médica tiene diferentes fases:
 Recepción
 Identificación
 Interrogatorio
 Examen físico
 Examen complementario
 Prescripción y recomendaciones
 Despedida

En cada una de ellas se establece el contacto y la mutua influencia de las personalidades (choque de
actitudes o choque caracteriológico) que facilitan o entorpecen la comunicación. Aquí se pueden
manifestar mecanismos psicológicos de defensa de ambos.
El objetivo de la entrevista médica es facilitar el cumplimiento de la propia finalidad del sistema donde se
desarrolla, facilitar la toma de decisiones, dar a conocer las políticas y facilitar su cumplimiento y control,
evitar errores en la manipulación de la información que se recibe, emite y procesa.
Se establece la dinámica de la relación en la que intervienen diferentes factores:
ENFERMO:
 Comunica (expone).
 Se defiende (mecanismo de seguridad, se preocupa de cómo actuar y qué piensa el médico de él).

MÉDICO:
 Estudia lo que dice el enfermo.
 Prepara la mejor manera de decir lo que debe al enfermo.
 Se defiende.

Los individuos deben comunicarse y valorar lo que desea cada una de las partes para llegar a un
entendimiento. Vale la pena señalar la importancia de que el médico sea sensible a los contextos
culturales del paciente.
La palabra resulta un instrumento de gran valor en esta relación, toda entrevista es una conversación. El
enfermo recibirá información con la que se sentirá mejor, cooperará más fácilmente; el médico debe ser
simple y conciso, dar tiempo a que el enfermo asimile un aspecto antes de llegar a otro.
La información extraverbal del paciente es más importante que la palabra; el médico debe estar atento a
sus gestos, inflexiones de la voz, expresión facial, postura.
Hay algunos aspectos a considerar en la RMP:
I. El médico debe estar consciente de sus características fundamentales como persona y profesional,
conocer las situaciones en que puede sentir hostilidad, inseguridad, angustia y percatarse de sus
mecanismos psicológicos para enfrentar estas contingencias.
Es importante el nivel de informaciones de estos aspectos y otros de carácter socio – demográficos,
culturales, económicos e ideológicos de sus pacientes.
II. Características generales de los participantes

El paciente pretende aliviarse, curarse o rehabilitarse, saber qué tiene y cuál es su pronóstico.
El médico persigue establecer una buena comunicación que le permita diagnosticar de manera
adecuada la afección motivo de la consulta.
III. Objetivos perseguidos por los participantes:
IV. Vías de comunicación:

 verbal: por medio de la palabra hablada o escrita.


 Extraverbal: dada por las expresiones faciales, gestos, modulaciones de la voz.
 Táctil: contacto piel con piel, estrechón de manos, palmadas en la espalda, maniobras inherentes al
examen físico.
 Instrumental: el que realiza con equipos médicos.

Durante la entrevista médica el médico:


DEBE
 Controlar sus reacciones, expresiones verbales y extra verbales que puedan servir de información al
paciente y motiven los mecanismos de defensa de este.
 Mantener actitud de ayuda y comprensión sin efectuar críticas moralistas, permitiendo que el paciente
exprese libremente sus sentimientos.
 Elaborar el mensaje libre de toda forma de presión o coerción, diseñado de manera que al paciente le sea
posible comprenderlo, o sea, que ambos hablen el mismo lenguaje.

NO DEBE DECIR
 Lo que aumente la ansiedad del paciente y pueda fomentar su fantasía o temor y que perjudicaría su
estado emocional.
 Los temores o dudas que surgen en el examen físico e interpretaciones de los complementarios.
 Lo que por su complejidad pueda confundir al enfermo.
En este proceso comunicativo a veces se produce la pérdida de la calidad del mensaje, lo que impide la
mejor realización del mismo.
La distorsión del mensaje es provocada por obstáculos llamados barreras o ruidos, que pueden ser
relativos al conocimiento humano o determinados por la cultura, costumbres, religión, hábitos de vida,
prejuicios raciales.
Las barreras más comunes son:
 Mecánicas o naturales:

o Cuando se producen ruidos ambientales (vientos, equipos de aire, automóviles al pasar)
o Cuando la distancia entre los hablantes no es la correcta (uno encima del otro o muy alejados, lo que
provoca incorrecta impostación de la voz)
o Cuando personas ajenas a la entrevista interrumpen la comunicación y distraen a uno de los participantes
(tiene efecto psicológico)
 Gnoseológicas: relativas al conocimiento, se producen por incultura del sujeto que emite o recibe el
mensaje, por poca experiencia o ignorancia (13).

Contribuye también la tendencia a racionalizar el tiempo y la presión social. Se confía todo al poder de la
técnica y se deja a un lado a la persona, en general, los médicos están entrenados para hacer preguntas,
no para escuchar (17).
Socio-psicológicas: referidas a aquellas ideas que el sujeto tiene como válidas y bien fundamentadas y
que actúan como elementos de bloqueo en las nuevas informaciones que le pretendan transmitir,
especialmente si están opuestas a las anteriores.
Otras barreras:
 la crítica: centrarse en los aspectos negativos de la situación induce a la culpa y disminuye la autoestima.
Ej.: "solo piensas en ti cuando bebes".
 El elogio manipulador: utilizar el elogio como gancho para tratar que las personas cambien su conducta,
las hace recelosas y las obliga a asumir posturas defensivas.
 La orden: decirle a una persona de manera autoritaria qué debe hacer socava su autoestima.
 La amenaza: dar un ultimátum para que cambie recalca el castigo. Ej.: "si no dejas de fumar, te veré en
oncología".
 Los argumentos lógicos: centrarse en los aspectos objetivos del conflicto y pasar por alto
las emociones puede limitar a la persona cuando esta se encuentra bajo estrés por atender a los hechos y
no a los sentimientos.
 El tranquilizar: tratar de suavizar las cosas puede constituir un obstáculo si el que escucha trata de ayudar
pero no experimenta las emociones del otro, carece de empatía y puede ser demasiado optimista.

La comunicación será más efectiva en la medida en que logremos erradicar la mayor parte de los ruidos.
El grado de madurez de la persona y la magnitud de los temores despertados por las distintas alternativas
ofrecidas por el experto obligan a este a actuar sobre obstáculos internos que requieren, además de
información, acciones específicas sobre elementos básicos de la personalidad, distintos en cada paciente.
El médico debe conocer las características individuales de cada paciente, esto le permite establecer una
mejor relación con él, ayudarlo a vencer sus temores y dificultades, es su tarea entender las esperanzas,
miedos, ansiedades y situación social del paciente para poder establecer una relación sanativa,
considerando la integridad de la persona, el médico actúa como consejero, el paciente es el que toma la
decisión, el médico no puede manipular, forzar o engañar al paciente en la toma de decisiones.
El paciente debe sentirse cómodo, en un ambiente de naturalidad y confianza, evitar expresiones de
reproche, actitudes de superioridad que puedan dar la impresión de hallarse delante de un juez y no de un
profesional que lo comprenderá y ayudará.
La utilización del lenguaje científico puede provocar incomprensiones e interpretaciones erróneas sobre la
enfermedad, pronóstico, curación y rehabilitación del paciente, el médico debe adecuar el
lenguaje técnico al popular sin llegar al vulgar, debe establecer un diálogo amable, inspirar confianza; es
importante e imprescindible escuchar el parecer del paciente en cuanto al tratamiento sugerido,
complementarios y efectos secundarios del mismo, el respeto al paciente consiste en reconocer su valor
como persona además de tratarlo con corrección y cortesía.
La atmósfera de la entrevista debe ser privada, sin ruidos externos que afecten la misma, evitar las
interrupciones y garantizar la intimidad del encuentro; si se produjera alguna interrupción justificada el
médico debe explicar la situación y pedir permiso.
Es necesario dedicarle tiempo suficiente al paciente para que este llegue a la conclusión de que se le ha
atendido suficientemente bien, que su caso ha sido comprendido por el médico y que este le puede
procurar lo que él necesita; resulta conveniente que lo escuche pacientemente, evitar interrumpirlo con
preguntas sobre otro tema, ya que podría pensar que el médico no está interesado en sus problemas.
La confidencialidad es imprescindible, el médico está éticamente obligado por secreto profesional a no
divulgar la información obtenida de un paciente, salvo que este lo autorice expresamente.
El médico no debe ser muy optimista pero tampoco pesimista, no debe mostrar dudas, debe conocer a
fondo las características individuales de los pacientes, lo que le permite actuar y obtener buenos
resultados a pesar de los mecanismos de defensa activados ante situaciones dadas.
La pérdida del respeto puede significar para el médico una pérdida de autoridad en el terreno
estrictamente profesional.
RECOMENDACIONES PARA EL DESARROLLO EXITOSO DE LA RELACION MÉDICO – PACIENTE
 Otorgue el valor que merece el significado de la relación positiva médico – paciente, planifique siempre su
comportamiento idóneo en la misma.
 Trace la meta de perfeccionar sus relaciones, asuma una permanente actitud autocrítica en cada nueva
experiencia interpersonal.
 Cumpla los pasos de la entrevista médica.
 Póngase en el lugar del enfermo, compórtese ante él como quisiera ser tratado en su situación.
 Vele porque sus problemas personales no se reflejen en sus relaciones con los pacientes.
 Muestre a sus pacientes el interés en conocerlos como personas.
 No pierda la oportunidad de mostrarles afecto.

LABOR EDUCATIVA DEL MÉDICO. COMO LOGRAR CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA.


La actitud más adecuada por parte del médico es la que corresponde a la de un profesional dedicado a
mejorar la salud de las personas que acuden a él, lo que supone cierta proximidad interpersonal, pero
manteniendo respetuoso distanciamiento.
En el marco de la entrevista clínica, a la hora de intentar cambiar hábitos en los pacientes se han
utilizado modelos que se mueven en el plano cognitivo, conductual y emocional:
1. Coercitivo, directivo o autoritario: impone pautas al paciente (conjuntivitis, tuberculosis) deben acatar
determinadas precauciones.
2. Informativo: aporta su información de experto con el fin de que el paciente acepte los beneficios
del cambio propuesto.
3. Argumentativo: razona incorporando elementos del propio individuo.
4. Persuasivo: intenta influir con un matiz de interés en el cambio del paciente.
5. Motivacional: actúa en un plano emocional más profundo, centrado en el consultante – paciente. Aquí
él elabora sus propias reflexiones mientras el profesional favorece y acompaña sus decisiones.
Preconiza la bidireccionalidad, empatía y potencia la sensación de autoeficacia del paciente.

Durante siglos los médicos practicando la beneficencia, se atuvieron a una jerarquía de valores mediante
los cuales salvar la vida del paciente justificaba producirle molestias, dolores e incluso agresiones
importantes que dejaban secuelas en su cuerpo.
En la actualidad hay una jerarquía de valores diferentes que indican por qué, por quién y para qué vivir y
justifican por qué, por quién y para qué morir.
En médico no tiene derecho a imponer su jerarquía personal, es el paciente quien debe decidir que
acciones de salud realiza o permite al equipo médico realizar con el objetivo de salvas su vida, esto es
Autonomía.
Para ejercer este derecho el experto informa al paciente los pro y los contra de esas decisiones y así
obtiene su consentimiento informado.
Ahora bien: ¿qué hacer?
 Si el paciente después de informado se muestra rebelde ante las acciones de salud propuestas.
 Si está debidamente preparado para tomar decisiones sobre su salud sólo con informarlo.

Cuando la medicina arriba al concepto de que para lograr el estado de salud debían estar presentes
el equilibrio biológico, síquico y social se evidenció que la relación autoritaria impedía conocer y
comprender factores sicológicos y sociales que influían en la salud de los pacientes.
El papel del paciente pasa a ser mucho más activo, se constató que era necesario que dejara de ser
objeto y se convirtiera en sujeto de su propia salud; así el principio de autonomía gana más fuerza,
aunque se requiere de ciertas limitaciones precisas para evitar que su uso inadecuado concluya con un
desastre para él.
Si la enfermedad afecta a terceros, el sujeto no queda totalmente libre sobre las decisiones a tomar en su
conducta y la sociedad puede exigirle e imponerle medidas para protegerse.
En el orden económico:
 Un paciente ingresado está más sometido a criterios autoritarios del médico.
 Tiene derecho a ser informado de las razones y propósitos de cada acción; a ser convencido, a que lo
ayuden a vencer sus temores.
 Pero si decide qué acciones permite y cuáles no, cuáles dejar para mañana sin peligro de cronificaciones
ni secuelas.

Esto implica duplicar el tiempo de estadio en el hospital y esa cama ocupada impide el tratamiento a otro
paciente.
¿Este derecho y autonomía no afecta a terceros?
El médico en atención primaria actúa sobre pacientes ambulatorios y parte de su tarea es
prevenir enfermedades a sujetos que ni siquiera sienten síntomas indicativos de desequilibrio
En Cuba existe el MGI que vive en una comunidad determinada de familias , dentro de las tareas de
prevención primaria está el control de los factores de riesgo en la lucha contra las enfermedades que por
su incidencia son causas principales de muerte en nuestra población (arterioesclerosis,
cáncer, hipertensión arterial); pero requiere cambios en el estilo de vida del paciente o en us actitudes
hacia las acciones de salud y esa es su misión; estos cambios no se logran por la fuerza, necesitan de la
participación activa y consciente de los adultos.
El MGI tiene que ser un educador y tener sus técnicas, no debe ser un informador ni un consejero, debe
conocer la personalidad de cada sujeto, como reguladora de su conducta y para intentar un cambio de
conducta hay que lograr modificaciones en los componentes básicos de la personalidad.
COMPONENTES:
 Imagen del mundo: lo que el sujeto cree conocer, opiniones, criterios.
 Sentido personal: los efectos provocados por las causas que conoce.
 Motivaciones: surgidas de las necesidades que se les hacen conscientes

Además de estos elementos para tomar decisiones hacen falta cualidades como voluntad, independencia,
firmeza, perseverancia y autodominio.
Educar significa transmitir valores, actuar sobre la jerarquía de los mismos, sobre la escala de motivos del
educado, ayudarlo a desarrollar sus cualidades volitivas (autodominio, voluntad...) entonces se puede
hablar de consentimiento educado.
El ejercicio de la autonomía persigue darle libertad de opciones al paciente, si el profesional de la salud
no hace coincidir las necesidades subjetivas de salud (las que el paciente siente y ha hecho consciente)
con las necesidades objetivas ( reales) por medio de la educación al modificar su escala de motivos no
habrá logrado incorporar a su práctica médica el respeto por la esencia del principio de la autonomía.
El profesional de la salud está compulsado por el principio de la beneficencia y no puede renunciar a este
deber; está obligado a dominar técnicas de psicología y habilidades en la relación médico- paciente que le
permitan producir cambios en la personalidad de sus pacientes, para lograr hacer coincidir sus
necesidades subjetivas de salud con las reales; así sus pacientes se convierten en sujetos de su propia
salud, sin lo cual los principios de autonomía y beneficencia son una utopía irrealizable.
COMO TRATAR A LOS ENFERMOS
Cuando un individuo se enferma, se deprime, tiene comportamientos pueriles (para llamar la atención de
familiares y amigos) se ve mucho en niños y adultos mayores, que obtienen ganancias secundarias, como
no ir a la escuela, evitar discusiones, que no lo dejen solo, etc.
Características de los enfermos:
Hay pacientes que usan sus enfermedades, otros las subvaloran y otros las enfrentan de manera normal.
El médico tiene que conocer las características del paciente, su entorno social, individualidades,
enfermedad.
Tipos de RMP:
 Pasiva – activa: cuando hay problemas muy agudos (alteraciones de conciencia). Ej.: esquizofrenia,
demencia, ansiedad, depresión, neurosis, histeria, etc.
 Cooperación guiada: cuando hay enfermedades agudas: el médico orienta, el paciente realiza. Ej.:
amigdalitis, sacrolumbagia.
 Participación mutua: los dos son activos, el paciente debe modificar su estilo de vida para convivir con su
enfermedad. Ej.: enfermedades crónicas: diabetes, hipertensión.

Conductas del paciente:


 Sumisión: se siente inferior, apenas levanta la vista, habla bajito.
 Hostil: se siente en desventaja, puede ser autoritario, prepotente.

El médico debe ayudarlos con profesionalismo. El paciente puede comportarse de la manera que no es:
demasiado fino, educado, cuando en realidad es chusma.
Tipos de acompañante:
B – bueno, coopera con los dos.
C – cómplice, apoya todo lo que dice el paciente.
D – desinteresado, no le interesa nada de lo que le hacen al paciente.
Pacientes en cuidados intensivos
 Críticos: paciente grave con riesgo actual o potencial de sufrir complicaciones que pongan en peligro su
vida, si esta complicación no se resuelve, muere.
 Terminal: paciente que sufre un proceso de enfermedad irreversible que conlleva a la muerte en un
tiempo previsible.
 Incurable: paciente que sufre una enfermedad que no tiene cura pero no está previsto su desenlace fatal.

Aquí se trabaja con incertidumbre, hay que hacer complementarios y poner tratamiento pero no se tiene
certidumbre del resultado. Hay poco tiempo para decidir y si la decisión no es acertada, no hay
posibilidades de retroceso.
Condiciones de trabajo especiales: encerrados. En muchas ocasiones se toman decisiones que no llegan
por igual a todos los miembros del equipo.
Se debe actualizar a los familiares de la situación del enfermo, lograr el consentimiento informado de
acuerdo con las decisiones que se tomarán en un futuro. La mayoría de las veces las decisiones de CI
deben tomarse sin el consentimiento informado.
Medicina paliativa:
Se está rescatando en el mundo porque:
 todas las enfermedades no tienen cura, hay crónicas y terminales quew necesitan paliar el dolor y el
sufrimiento de esos pacientes.
 No todas las personas asumen el tratamiento.
 Los tratamientos generalmente son invasivos, causan agresiones al organismo que son aliviados con esta
medicina.
 Cuidados paliativos: cuidado total de los pacientes cuya enfermedad no responde al tratamiento activo
con intención curativa.
 Asume el dolor y el sufrimiento.
 Mejora la calidad de vida.

Objetivos de los cuidados paliativos:


1. Reafirmar la importancia de la vida del ser humano.
2. Establecer el proceso que no acelere pero que tampoco posponga el momento de la muerte.
3. Propiciar alivio al dolor del paciente y familiares.
4. Propiciar apoyo a familiares para que puedan enfrentar la enfermedad del paciente, el momento del
fallecimiento y llevar a cabo el duelo familiar.

Principios de la medicina paliativa:


1. Atención integral al binomio paciente – familiar.
2. Trabajo en equipo multidisciplinario.
3. Apoyo emocional al paciente y al familiar.
4. Preservar la dignidad y autoelección del paciente (autonomía).
5. Promover la participación activa de los familiares en las medidas y acciones que se lleven a cabo.
6. Precisar y dar información básica acerca de la evolución del paciente.

Relación pediatra – niño.


Lactantes – la comunicación es no verbal.
Se comunican a través del llanto (indica dolor, hambre, molestia).
El pediatra dede:
 respetarle como persona.
 Prevenir las molestias y el dolor (hablar con dulzura, acariciar).

Preescolares – la comunicación es verbal


La relación debe ser afectiva.
Evitar el miedo.
Escolares – Hay mayor comunicación.
Es necesario informar, escuchar, responder.
Adolescentes – hay autonomía progresiva, confidencialidad.
Como tratar a los enfermos:
1. Aliviar el dolor y otros síntomas o signos que provoquen molestias y sufrimientos, favorecer la
compañía de los seres queridos.
2. Explicar lo que tiene interés de escuchar.
3. Ayudar a fallecer en su casa, rodeado de seres queridos.
4. Responder rápido a su llamado.
5. Presencia en los momentos de angustia.
6. Uso de cuidados paliativos.
7. Alimentación adecuada utilizando la vía adecuada.
8. Evaluar necesidades sociales, psicológicas y emocionales (flexibilizar el horario de visita, el número
de acompañantes, colocar el vaso de agua fresca, acomodar almohada).

Como dar las malas noticias:


Dar las malas noticias depende del nivel cultural, de la estatura humana del individuo.
Verdad - ¿se dice o no?
Hasta donde el paciente debe saber, de forma paulatina.
 siempre será un derecho del paciente.
 Cada momento de la enfermedad del paciente tiene su verdad.
 Hay que darla con el corazón lleno de humanismo y optimismo.
 El conocimiento de la misma debe ser progresivo (hay que dosificarla)
 Es el mejor agente terapéutico, el antídoto contra el miedo.

"es peor vivir en la incertidumbre que enfrentar la verdad"


Malas noticias – todo lo que modifique radical y negativamente la idea que el enfermo tiene de su
porvenir.
Elementos orientadores:
1.
a. Equilibrio sicológico del enfermo
2. Es esencial individualizar para ser mas o menos explícitos a la hora de dar información así como
diseñar estrategias de soporte:
3. Gravedad de la enfermedad y estudio evolutivo de la misma – mientraws mas grave sea el cuadro
mas difícil de comunicar la noticia.
4. Edad – los mas jóvenes quieren conocer la verdad mas que los viejos.
a. Las mamas por ser símbolo de fertilidad y erotismo.
5. Impacto emocional sobre el paciente enfermo
6. Tipo de tratamiento – derecho del enfermo
7. Rol social

Algunas orientaciones:
1. estar absolutamente seguro del diagnóstico.
2. Buscar un lugar adecuado (tranquilo, ) evitar interrupciones, ruidos externos, …
a. Antecedentes psiquiátricos , intentos de suicidio ( … terapéutico)
b. Que el enfermo diga: yo me pongo en sus manos, no quiero saber nada.
3. El paciente tiene derecho a conocer su situación, evitarlo en dos casos:
 la comunicación es la ciencia que no se debe improvisar y el médico debe tener conocimientos amplios
sobre comunicación
 Averigüe lo que el enfermo quiere saber:
 Preguntar: ¿Está preocupado por su estado de salud? ¿Qué piensa de ese dolor y esos vómitos?
 Damos la oportunidad de que pregunte: ¿Le gustaría que le brindara detalles de su enfermedad?
 Averigüe lo que el enfermo está en condiciones de saer:
 Oportunidad a que pregunte
 Jamás se puede mentir pero no siempre hay obligación de decir la verdad.

Algunas orientaciones:
1. No quitar la esperanza.
2. "Conspiración del silencio"

Ayudar al enfermo a morir con dignidad: sin dolores, en un entorno digno del ser humano, mantener
contacto sencillo y enriquecedor con personas cercanas sin el estrépito frenético de la tecnología.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Borroto Cruz R, Aneiros Riba R. La comunicación humana y la calidad de la atención medica. En:
Acosta Sariego JR. Bioética desde una perspectiva cubana. La Habana: Centro Félix Varela; 1998. p
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2. Introducción a la medicina general integral. Selección de temas. Literatura básica.
Editorial Ciencias Médicas. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas; 1999.
3. Vitelio Ruiz J, Miyares E. Ortografía teórico práctica con una introducción lingüística. La Habana:
Editorial Pueblo y Educación; 1986.
4. Nuñez de Villavicencio F. Bioética: el médico, un educador. En: Acosta Sariego JR. Bioética desde
una perspectiva cubana. La Habana: Centro Félix Varela; 1998. p 128-132.
5. Gracia Guillén D. Ética, salud y servicios sanitarios. En: Ética y Salud. España: Editora María del Mar
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6. Lemus Lago E, Sansó Soverat F, Castellanos JC, De la Torre G. Retos de la ética médica en la
atención primaria de salud. En: Acosta Sariego JR. Bioética desde una perspectiva cubana. La
Habana: Centro Félix Varela; 1998. p 133-139.
7. Bustamante J. Psicología médica. La Habana: Editorial ciencia y técnica; 1987. p 91.
8. Von Smith V. La ética clínica. En: Ética y deontología médica. La Habana: Editorial Pueblo y
Educación; 1998. p 124-127.
9. Arango Restrepo P. La formación en Bioética: una alternativa de la RMP. En: Revista Internac
Persona y Bioética 1998; 2 (2).
10. Bustamante J. Psicología médica. La Habana. Editorial Ciencia y Técnica.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos16/comunicacion-en-salud/comunicacion-en-


salud.shtml#COMO#ixzz52XH8aVsy

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