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LECTURA

¿Qué implica ser una persona empática? ¿Eres uno


de ellos?
Los empáticos son personas que son altamente sensibles a la energía y las
emociones de las personas, animales, y a veces incluso, a las huellas
espirituales que existen alrededor de ellos. Algunos pueden ser incluso
sensibles a la energía de las plantas. Este tipo de sensibilidad extrema se
puede aplicar tanto a aquello que es conocido para nosotros como para lo
desconocido, así como también a las personas que conocemos
íntimamente o a las que son desconocidas para nosotros. Vivimos el
mundo alrededor nuestro y percibimos lo que las otras personas están
sintiendo a través de nuestros sentidos extraordinariamente desarrollados
y nuestro elaborado sentido de la intuición. Generalmente, internalizamos
los sentimientos de los otros sin estar conscientes de que lo estamos
haciendo e interpretamos esos sentimientos como si fueran propios.
Al igual que con otros individuos de mente sana, los empáticos tienen la
habilidad de entender la persona con la que están interactuando.
Tenemos la capacidad de conectarnos con los sentimientos del otro y
entender por lo que está pasando. Lo que diferencia a los empáticos del
resto es su nivel de empatía, que es superior al nivel normal, la facilidad
con la que se pueden conectar con los sentimientos de los otros, y el
rango en el cual podemos hacerlo. Y mientras otros experimentan
sentimientos de empatía que se rigen por su interacción con los otros, los
empáticos no necesitan de esto. No tenemos la necesidad de regirnos por
las sensaciones físicas que nos entreguen la interacción con los otros,
como la vista, el oído o el tacto, para entender las emociones y las
energías que nos rodean. Podemos sentir e internalizar las emociones de
las personas que se encuentren tanto cerca como lejos.
Los lugares con mucha gente, como los centros comerciales,
supermercados, estadios o cines, pueden abrumar los sentidos de los
empáticos. Pueden llenar a la persona con una serie de emociones
incómodas, emociones que se sienten como si fueran propias, extraídas a
partir de todas las energías que los rodean. Los ambientes con bajos
niveles de energía o ambientes depresivos, como los hogares de ancianos,
centros de vida asistida, y los hospitales, pueden generar en el empático
sentimientos de depresión, malestares físicos, y fatiga. Las tiendas de
segunda mano, de consignación o de antigüedades son lugares que
acarrean la energía residual de los dueños anteriores de las cosas que ahí
se venden, lo que se puede volver algo bastante agotador para los
empáticos. Lo mismo les ocurre con los autos usados o casas de segunda
mano. Me encantan las antigüedades pero he tenido que dejar de pasar a
visitar este tipo de tiendas porque desgastan la poca energía que tengo.
Energía que podría estar siendo agotada por los miles de objetos que ya
tengo en mi propia casa. No estoy dispuesto a deshacerme de ellos por lo
que tendré que encontrar una manera de poder vivir con ellos.

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