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Tales fue el primero de los filósofos griegos tradicionales.

Se le atribuye la formulación de la teoría de que todas las


cosas se encontraban constituidas originalmente por
agua, de la cual se formaron la tierra, el aire y los seres
vivientes.

THALES

Heráclito, el filósofo del cambio, tuvo como divisa la


expresión: todo fluye. Juzgaba que el fuego era el
elemento primordial, debido a su gran actividad y a que
puede transformarlo todo.

HERÁCLITO
LEUCIPO DEMÓCRITO
En la antigua Grecia, Demócrito y sus discípulos profesaban
la doctrina del atomismo, según la cual las partes más
elementales de la materia son diminutas, sólidas,
incompresibles e indivisibles.

Demócrito afirmaba que los cambios ocurrían en el universo


según se colocaban esas minúsculas partículas; las
propiedades de la materia, por su parte, correspondían a las
características de los átomos que la formaban.

Con ello, la concepción del mundo era más objetiva, ya no


dependiente de los caprichos del hombre; Las sensaciones
de dulce, amargo y ácido, se debían a átomos con diferentes
características: átomos lisos, sin protuberancias que
rasguen y que irriten nuestros sentidos, producirían una
sensación dulce, mientras que átomos rugosos o con aristas
cortantes nos dejarían una sensación amarga o ácida.
Características principales de la filosofía atomista serían las
siguientes:

1. Los primeros principios (atomos) son seres corporeos y


homogeneos. En este sentido cada átomo se parecería a la Esfera
de Parménides ya que los átomos ( aunque infinitos en número )
cada uno, en sí mismo, no tendría intersticios ( cada átomo, en sí
mismo, serían finito y, en él no existiría el vacío ) por lo que no
podrían ser divididos( indivisibles).

2. Los átomos serían tan pequeños que son indivisibles aunque en


este punto es muy posible que Leucipo y Demócrito no pensaran
lo mismo.

3. Los átomos eran, por tanto, indivisibles, sólidos, homogeneos,


infinitos en número y figura (aunque finitos en sí mismos) y
estarían dispersos ( moviéndose ) por todo un vacío infinito
(aunque en sí mismos no existiría el vacío). Recuérdese que
Parménides había negado el vacío y que los pitagóricos lo habían
identificado con el aire atmosférico.
4. Los atomistas identificaban el vacío con el no-ser pero no en el
sentido que fuera sinónimo de la nada sino en el de que el vacío no-era
el ser, es decir, los átomos. Y el vacío no es identificable con la nada ya
que juega una función ( por lo tanto es algo ) que sería la de permitir que
los átomos se muevan desde toda la eternidad y estén separados unos
de otros. El vacío, por tanto, como sinónimo del no-ser sería algo
totalmente distinto de la plena existencia corpórea de los átomos.

5. Aristóteles, se engaña cuando identifica el vacío de los atomistas con


el espacio ya que éstos no tenían la concepción de que los cuerpos
ocupan espacio. Para ellos, el vacío solo existen allí donde hay átomos,
es decir, es el hiato existente entre ellos.

6. Los átomos difieren unos de otros, no por su materia, sino por su


forma (A-N), por su orden (AN-NA) y por su posición (Z-N) por lo que las
diferencias cualitativas de los objetos ( que no son otra cosa que
conglomerados de átomos ) dependen únicamente por sus aspectos
cualitativos y locales.
Aristóteles hizo grandes aportaciones a la
lógica, la física, la biología y las humanidades;
de hecho, el fue quien las constituyó en
disciplinas formales, además añadió la
metafísica para incluir en ella todo lo que no
cabía en las primeras. Su contribución mayor, a
la vez que la más peligrosa, fue la idea de la
clasificación, que se encuentra implicada en
toda su obra y fue la base de la lógica.
Introdujo –o, por lo menos, codificó- el
procedimiento que todavía empleamos, de
clasificar las cosas por semejanzas y
diferencias.
Hizo suyo y formuló rigurosamente el sistema
de los cuatro elementos superpuestos –fuego,
aire, agua, y tierra- dentro de la esfera sublunar
y agregó un quinto elemento, el éter, para las
regiones superiores

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