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Demócrito
Biografía
Demócrito fue tan famoso en su época como lo serían otros
filósofos de la importancia de Platón o de Aristóteles y debió de
ser uno de los autores más prolíficos de la Antigüedad. Diógenes
Laercio le atribuyó multitud de libros, y Cicerón alabó su estilo.
Desgraciadamente, todas sus obras se han perdido; solamente
nos han llegado fragmentos de algunas de ellas, en su mayoría
de las dedicadas a la ética, pese a que se le atribuyeron diversos
tratados de física, matemáticas, música y cuestiones técnicas.
El atomismo de Demócrito
Según la doctrina atomista, el universo está constituido por
innumerables corpúsculos o átomos de magnitud imperceptible y
sustancialmente idénticos, indivisibles («átomo» significa, en
griego, inseparable), ingenerados, eternos e indestructibles, que
se encuentran en movimiento en el vacío infinito y difieren entre
sí únicamente en cuanto a sus dimensiones, su forma y su
posición. A diferencia, pues, de las homeomerías de Anaxágoras,
todos los átomos son cualitativamente idénticos. La inmutabilidad
de los átomos se explica por su solidez interior, sin vacío alguno,
ya que todo proceso de separación se entiende producido por la
posibilidad de penetrar, como con un cuchillo, en los espacios
vacíos de un cuerpo; cualquier cosa sería infinitamente dura sin
el vacío, el cual es condición de posibilidad del movimiento de las
cosas existentes.
Leucipo de Mileto
El atomismo
Como doctrina, el atomismo se desarrolló ya al final del periodo
cosmológico de la filosofía griega, antes de que la figura central
de Sócrates (contemporáneo de Demócrito) abordase como
centro de reflexión al ser humano, iniciando el periodo
antropológico. De hecho, el atomismo representa la última
tentativa de dar respuesta al problema del arjé, así como a la
antinomia creada por Parménides y Heráclito en sus opuestas
concepciones de la realidad (el ser inmutable de Parménides
frente al «todo fluye» de Heráclito).