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BIBLIOTECA ROM ÁNICA HISPÁNICA

VÍTOR MANUEL DE AGUIAR E SILVA FUNDADA POR


DÁM ASO ALONSO
I. TR A TA D O S Y M O N O G RA FÍA S, 13

TEORÍA DE LA LITERATURA

V ER SIÓ N ESPAÑ O LA DE

VALENTÍN GARCÍA YEBRA

O VÍTOR MANUEL DE AGUIAR E SILVA, 1972


© EDITORIAL GREDOS, S. A., Sánchez Pacheco, 85, Madrid

P r im e r a iíd ic ió n , 1972
10.a RRIMPRIiSIÓN

Título original:
Teoría da literatura

Diseño gráfico e ilustración:


Manuel Janeiro

D e p ó sito L eg al: M . 2 9 0 8 9 -1 9 9 9
IS B N 8 4 -2 4 9 -0 0 4 5 -6
Im p re so en E sp añ a . P rin te d in S p ain
G rá fic a s C ó n d o r, S. A.
E s te b a n T e n a d a s , 12. P o líg o n o In d u stria l. L e g an és (M a d rid ), 1999

GREDOS
B IB LIO T E C A RO M ÁNICA H ISPÁNICA
Teoría de la literatura

tica toda poesía. No se conocen bien las razones de este cambio,


aunque se supone que entre la redacción del libro III y la del X
medió cierto tiempo, durante el cual Platón modificaría sus puntos
de vista. La estética platónica se orienta lógicamente hacia la abolición
de los géneros literarios, pues procura captar la universalidad y la
unicidad del arte, despreciando el arte como poikilía, es decir, como
multiplicidad y diversidad *.
IV La Poética de Aristóteles constituye la primera reflexión honda
sobre la existencia y la caracterización de los géneros literarios, y
todavía hoy es uno de los textos fundamentales sobre esta materia.
GÉNEROS LITERARIO S
Ya al comienzo de la Poética se lee lo siguiente: “ Trataremos de la
Poética y de sus especies, del efecto de cada una de ellas, de cómo
hay que componer el argumento si se quiere que la obra poética sea
bella, y, además, del número y calidad de sus partes...” 2. Aristóteles,
1. El concepto de género literario ha sufrido muchas variaciones en efecto, presta gran atención a las distinciones posibles en el domi-
históricas desde la antigüedad helénica hasta nuestros días, y sigue nio de la poesía, a la que estudia en su diversidad empírica, evitando
siendo uno de los más arduos problemas de la estética literaria. Por considerarla como unidad pura y abstracta (la poesía entendida como
otra parte, el problema de los géneros literarios está en íntima cone- puro raptus, furor divino, etc., constituiría un dominio indiscernible).
xión con otros problemas de fundamental importancia, como las rela- Y así, el Estagirita establece las siguientes variedades, o géneros, de
ciones entre lo individual y lo universal, entre visión del mundo y poesía :
forma artística, la existencia o inexistencia de reglas, etc., y estas im- a) Según los diversos medios con que se realiza la mimesis. —
plicaciones agravan la complejidad del tema. ¿Existen o no los géne-
Como ya sabemos, la mimesis es para Aristóteles el fundamento
ros literarios? Si existen, ¿cómo debe ser concebida su existencia? de todas las artes, las cuales se diversifican según el medio con que
Y ¿cuál es su función y su valor?
en cada una se realiza la mimesis. Así se distinguen, por ejemplo, la
Considerando la cuestión en perspectiva diacrónica, hallamos para pintura y la música, pues la primera utiliza el color, y la segunda el
estas preguntas muchas y discordantes respuestas. Como los valores ritmo y la armonía; pero también se distinguen, dentro de la poesía
literarios se afirman y actúan en la historia, el modo más adecuado de misma, la poesía ditirámbica, por un lado, y la tragedia y la comedia,
abordar el problema de los géneros literarios será adoptar la pers- por otro. Todas estas formas poéticas usan el ritmo, la melodía y el
pectiva diacrónica y analizar las soluciones más significativas que se verso; pero la poesía ditirámbica utiliza todos estos elementos al
han dado a tal problema en el curso de la historia. mismo tiempo, mientras que la tragedia y la comedia los utilizan sepa-
radamente.
2 . Platón, en el libro III de la República, distingue tres grandes b) Según los diversos objetos de la mimesis. — La mimesis incide
divisiones de la poesía : la poesía mimética, o dramática, la poesía no sobre personas que actúan, y éstas pueden ser nobles o innobles, vir-
mimética, o lírica, y la poesía mixta, o épica. Es ésta la primera refe-
rencia teorética al problema de los géneros literarios. Importa observar,
1 Galvano Delia Volpe, “ Introduzione a una poética aristotélica” , en
sin embargo, que tal distinción queda abolida en el libro X del men- Poetica del Cinquecento, Barí, Laterza, 19 54, p. 16 .
cionado diálogo, en el cual pasa el filósofo a considerar como mimé- 2 Poética, 1.4 4 7 a 8 '1 1 ·
Géneros literarios i 6i IÔ2 Teoría de la literatura

tuosas o no virtuosas, mejores o peores que la media humana; por Horacio concibe el género literario como ajustado a cierta tradu
eso es obvio que las composiciones poéticas se diversificarán conforme ción formal y caracterizado simultáneamente por un tono determina-
a los objetos imitados. Así, Aristóteles distingue la tragedia de la do. Quiere decirse que el género se define mediante un metro deter··
comedia, pues aquélla tiende a representar personajes mejores que minado, por ejemplo, y mediante un contenido específico. Así, el
los hombres en general, y ésta a representarlos peores. yambo es el metro más próximo al lenguaje coloquial, y, por eso
c) Según los diversos modos de la mimesis. — Dos formas poé- mismo, el metro por excelencia de la acción dramática!
ticas que utilicen los mismos medios miméticos e imiten el mismo
A rchilochum proprio rabies armauit tambo;
objeto pueden, sin embargo, distinguirse por los diversos modos de H u n c socci cepere pedem grandesque cotum i,
realizar la mimesis. Aristóteles considera dos modos fundamentales de A lternis aptum serm onibus et popularis
mimesis poética: un modo narrativo y un modo dramático. En el V incentem strepitus et natum rebus agendis 3.
primer caso, el poeta narra en su propio nombre o narra asumiendo
personalidades diversas; en el segundo, los actores representan direc- (A Arquíloco la rabia armó de propio yambo ¡

tamente la acción, “ como si fuesen ellos mismos los personajes vivos A este pie se adaptaron zuecos y altos coturnos,
A p to para el diálogo y el dominio del pueblo
y operantes” .
Estrepitoso, y para desarrollar la acción.)
Según se deduce de esto, Aristóteles fundamenta su división de
los géneros literarios ora en elementos relativos al contenido —y así
El poeta, por consiguiente, debe escoger, según los asuntos trata-
establece la diferencia entre poesía seria y poesía jocosa, es decir,
dos, las modalidades métricas o estilísticas convenientes, de manera
entre tragedia y comedia—·, ora en elementos relativos a la forma — y
que no exprese un tema cómico en un metro propio de la tragedia, o,
así distingue el proceso narrativo, usado en el poema épico, y el pro-
por el contrario, un tema trágico en un estilo propio de la comedia:
ceso dramático, usado en la tragedia, por ejemplo. A veces, el filósofo
singula quaeque locum teneant sortita decentem (v. 92), es decir, que
parece conceder mayor importancia a los elementos formales, como se
cada asunto, cada género, ocupe el lugar debido. Horacio llegó así a
puede observar en el capítulo X X IV de la Poética, donde se esta-
concebir los géneros como entidades perfectamente distintas, corres-
blece la diferencia entre el poema épico y la tragedia : el poema
pondientes a distintos movimientos psicológicos, por lo cual el poeta
épico se distingue de la tragedia porque requiere el hexámetro dac-
debe mantenerlos rigurosamente separados, de suerte que evite, por
tilico, mientras que la tragedia requiere el verso yámbico. Nótese,
ejemplo, todo hibridismo entre el género cómico y el género trágico:
sin embargo, que, en la mente del Estagirita, estos elementos formales
uersibus exponi tragicis res comica non uult (v. 89). Así se fijaba la fa-
se relacionan estrechamente con la sustancia misma de la respectiva
mosa regla de la unidad de tono, de tan larga aceptación en el clasi-
composición poética : el hexámetro dactilico, por ejemplo, es el
cismo francés y en la estética neoclásica, que prescribe la separación
metro más apartado del habla vulgar, el que admite más palabras
absoluta de los diversos géneros.
raras y más metáforas, y por eso mismo es el verso ideal para
traducir la grandeza y la solemnidad de la acción épica.
4. Cuando, en el siglo XVI, sobre todo a partir de la cuarta
década, la Poética de Aristóteles suscitó un amplio movimiento de
3. Horacio, con algunos preceptos de su Epistula ad Pisones,
teorización literaria, originando una impresionante proliferación de
ocupa lugar destacado en la evolución del concepto de género literario,
retóricas y poéticas, la cuestión de los géneros literarios se convirtió
sobre todo por su influjo sobre la poética y la retórica de los si-
glos XVI, XVII y XVIII.
3 Horacio, E p . ad Pisones, v v . 79-82.
Géneros literarios 163 164 Teoría de lu literatura

en uno de los asuntos más debatidos, y los preceptos de Aristóteles La estética del clasicismo francés acepta sustancialmente la noción
y de Horacio sobre la materia fueron aceptados y glosados amplia- de género literario elaborada por el aristotelismo y por el horacianismo
mente 4. del Renacimiento. El género es concebido como una especie de esencia
La bipartición aristotélica de poesía dramática y narrativa fue eterna, fija e inmutable, gobernada por reglas específicas y también
sustituida por una tripartición de poesía dramática, épica y lírica, inmutables. La regla de la unidad de tono es cuidadosamente obser-
esquema éste destinado a vasta y duradera fortuna. En efecto, Aris- vada, y se mantiene una distinción nítida entre los diferentes géneros :
tóteles no estudia en su Poética la poesía lírica, aunque se supone cada uno tenía sus asuntos propios, su estilo y sus objetivos peculiares,
que lo hizo en partes perdidas de esta obra; pero los críticos del y el poeta debía esforzarse por respetar estos elementos en toda su
siglo XVI se veían en la necesidad de clasificar obras como las Odas pureza. Los géneros híbridos, resultantes de la mezcla de géneros
de Horacio o el Cancionero de Petrarca, que no podían ser englobadas diferentes, como la tragicomedia, son rígidamente proscritos. En
ni en la poesía dramática ni en la épica ; por eso, siguiendo la lección Francia, el triunfo de los principios clásicos fue acompañado por un
de la Epistula ad Pisones, defendieron la existencia de un tercer notorio declive de la tragicomedia5.
género; la poesía lírica. Por otro lado, el clasicismo concibe en cierto modo suprahistó-
En la poesía dramática, según admitían en general las poéticas ricamente los géneros literarios, pues sostiene que su esencia quedó
del siglo XVI, se integraban las obras que representaban la acción sin realizada de forma suprema e insuperable en la literatura greco-latina.
que interviniese la persona del poeta; en la poesía lírica se incluían El género literario es así entendido como un mundo cerrado, que no
aquellas en que la persona del poeta narraba y consideraba los acon- admite nuevos desarrollos. Y , en efecto, la doctrina clásica resultará
tecimientos, sin que en ellas figurasen más que las reflexiones del pro- particularmente herida por el surgimiento de nuevos géneros litera-
pio poeta ; la poesía épica era una especie mixta, resultante de las dos rios, desconocidos por los griegos y los latinos, y rebeldes a las normas
anteriores; en ella unas veces hablaba el poeta, y otras veces ha- establecidas en las diversas poéticas, así como por las nuevas formas
blaban los personajes por él introducidos. Como se ve fácilmente, el asumidas a veces por géneros literarios tradicionales, como aconteció
criterio que fundamenta esta tripartición es de orden puramente ex- con el poema épico. Cuando se tiende a la afirmación de la histori-
trínseco y formalista. cidad del género literario, se tiende también, obviamente, a la nega-
Cada uno de estos grandes géneros literarios se subdividía en ción de su carácter estático e inmutable y a la negación de los mode-
otros géneros menores, y todos estos géneros, mayores y menores, se los y de las reglas considerados como valores absolutos.
distinguían entre sí con rigor y nitidez, obedeciendo cada uno a un Otro aspecto importante de la teoría clásica de los géneros lite-
conjunto de reglas particulares. Estas reglas incidían tanto sobre as- rarios es la jerarquización de los diversos géneros, al considerar que
pectos formales y estilísticos como sobre aspectos del contenido, y la existen géneros mayores y menores. Esta jerarquización no se funda
obediencia de una obra a las reglas del género en que se integraba sólo, ni siquiera predominantemente, en motivos hedonísticos, como
constituía un factor preponderante en la valoración de su mérito. Las parecen admitir René Wellek y Austin W arren6, es decir, no se
reglas eran extraídas ya de los principales teorizadores literarios basa en el mayor o menor placer provocado en el lector. Esta jerar-
— sobre todo Aristóteles y Horacio— , ya de las grandes obras de la quía de los géneros está más bien en correlación con la jerarquía de los
antigüedad greco-latina, elevadas por el humanismo a modelos ideales varios movimientos y estados del espíritu humano : la tragedia, ex-
de las literaturas europeas.
4 U n largo estudio acerca de este problema puede verse en Bernard 5 Jacques Scherer, La dramaturgie classique en France, Paris, Nizet,
W einberg, A history of literary criticism in the italian Renaissance, T h e U n i- 19 59 , p. 459.
versity o f Chicago Press, 19 6 1, vol. II, pp. 6 3 5 ss. 6 R . W ellek y A . W arren, Teoría de la literatura, ed. cit., p. 277.
Géneros literarios 165 Teoría de la literatura

presión de la inquietud y del dolor del hombre ante el destino, y la como modelos ideales e inmutables, y niegan la posibilidad de crear
epopeya, expresión elocuente del heroísmo, son lógicamente conside- nuevos géneros literarios o de establecer nuevas reglas para los gène-·
radas como géneros mayores, como formas poéticas superiores a la ros tradicionales; los modernos, reconociendo la existencia de una
fábula o a la farsa, por ejemplo, clasificadas como géneros menores, evolución en las costumbres, en las creencias religiosas, en la orga-
pues expresan intereses y preocupaciones espirituales de orden menos nización social, etc., defienden la legitimidad de nuevas formas lite-
elevado. Esta jerarquía de los géneros se refleja también en la dife- rarias diferentes de las de los griegos y latinos, admiten que ios gé-
renciación social de los personajes o de los ambientes característicos neros tradicionales, como el poema épico, puedan revestir modalida-
de cada género: mientras que la tragedia y la epopeya eligen figuras des nuevas, y llegan a afirmar la superioridad de las literaturas mo-
de reyes, grandes dignatarios y héroes, la comedia presenta, en gene- dernas frente a las letras greco-latinas. Para los modernos, las reglas
ral, personajes y problemas de la burguesía, y la farsa busca sus ele- formuladas por Aristóteles y por Horacio no representan preceptos
mentos entre el pueblo. válidos intemporalmente, sino que más bien constituyen un cuerpo
de normas indisolublemente ligadas a determinada época de la his-
4.1. La doctrina de los géneros literarios elaborada por la esté- toria y a determinada experiencia literaria. En los modernos, en efec-
tica del Renacimiento y del clasicismo francés no se impuso de modo to, es muy fuerte el sentido de la historicidad del hombre y de sus
unánime, y, tanto en el siglo XVi como en el xvil, se multiplicaron valores, razón por la cual Malatesta, crítico italiano del siglo XVI,
las polémicas en tomo a los problemas de la existencia y del valor observa que “ decir que nada está bien hecho, excepto lo que hicieron
de los géneros7. Tales polémicas partieron muchas veces de autores los antiguos, equivale a imponer que volvamos a comer por gusto be-
que hoy consideramos barrocos, y no sólo implicaban el problema de llotas y castañas, como hacían nuestros primeros antepasados” 9. Entre
los géneros, sino también el de las reglas, puesto que estos dos aspec- las polémicas que, en la segunda mitad del siglo XVI, enfrentaron en
tos aparecen en conexión íntima: mientras que el clasicismo francés Italia a los antiguos y modernos y pusieron en tela de juicio el con-
aboga por las reglas y concibe el género como unidad eterna, inmu- cepto de género literario, merecen ser citadas la polémica sobre el
table y rigurosamente delimitada, el barroco aspira a mayor libertad Pastor fido de Guarini y la polémica sobre la naturaleza y la estruc-
artística, desconfía de las reglas inflexibles, concibe el género literario tura del poema épico, centrada especialmente en Ariosto y Tasso.
como entidad histórica capaz de evolución, admite la posibilidad de La literatura española del siglo XVII, profundamente barroca, y
crear géneros nuevos y aboga por el hibridismo de los géneros (la hasta, para algunos historiadores, literatura barroca por excelencia,
tragicomedia es un género dramático característicamente barroco). constituye también un poderoso centro de resistencia a los preceptos
Estas polémicas se desarrollaron sobre todo en Italia y en tomo clásicos sobre los géneros literarios y, consecuentemente, sobre las
a ciertas obras que, por su carácter innovador, se mostraban rebeldes reglas. El hibridismo de los géneros, tan patente en la obra de Lope
a las clasificaciones y a los preceptos de Aristóteles, Horacio y otros de Vega y de Calderón, fue más tarde, en el siglo XVIII, objeto de
teorizadores. Iniciábase así la tempestuosa pugna entre antiguos y
Como demuestra B. W einberg, el debate entre antiguos y m odernos se traba
modernos 8 : los antiguos consideran las obras literarias greco-latinas ya a fondo en las últimas décadas del siglo X V I, en Italia, precisamente en
torno a la aparición de nuevos géneros literarios, como la tragicomedia, la
7 Sobre estas polémicas, v . Benedetto Croce, Estética, 8 .a e d ,, Barí, L a - novela, la pastoral dramática, etc. (v. W ein berg, o p . cit., vol. II, pp. 662,
terza, 1946, pp. 494 ss. 678, 698, 808-809 y passim ). Sobre la Querella de los antiguos y m odernos,
8 E n rigor, la llamada Querella de los antiguos y m odernos comenzó a v . Gilbert H ighet, L a tradición clásica, M éxico-Buenos A ires, Fondo de C u l-
desarrollarse en Francia después de 16 6 0 : posteriormente se extendió a In- tura Económica, 19 54 , ι · ΡΡ· 4 1 1 ss· · Antoine A d am , H istoire de la litté-
glaterra y otros países. Pero este importantísimo debate venía preparándose rature française au X V U siècle, Paris, D om at, 19 56 , t. III, p p . 12 5 ss.
desde hacía mucho tiempo, particularmente en la cultura italiana del siglo x v i. 9 T e x to citado en B . W einberg, op. cit., vol. II, p. 1.0 6 3.
Géneros literarios 167 Teoría de la literatura

acerbos ataques por los críticos neoclásicos. Cándido Lusitano, por de relieve la absoluta individualidad y autonomía de cada obra lite-
ejemplo, escribe : “ Esto supuesto, considere el lector cuál será para raria y subrayando lo absurdo de establecer particiones dentro de una
los inteligentes el mérito de los poetas dramáticos de España, que actividad creadora única. La estética del genio, cuyas líneas funda-
mezclan en su teatro lo trágico y lo cómico, de lo que resulta un mentales hemos esbozado y a 12, al concebir la creación poética como
monstruo” 10. irrupción irreprimible de la interioridad profunda del poeta, como
rebeldía y no como aceptación de modelos y de reglas, forzosamente
5. En el siglo xvm, sobre todo durante su primera mitad, la había de condenar la existencia de los géneros.
doctrina del clasicismo francés sobre los géneros literarios halló todavía La doctrina romántica sobre los géneros literarios es multiforme y,
muchos defensores, en particular con las llamadas corrientes neoclásicas a veces, contradictoria. N o hallamos en ella una solución unitaria,
o arcádicas. Sin embargo, la renovación sufrida por las ideas estéticas aunque se pueda apuntar como principio común a todos los román-
en el siglo XVUi — siglo de crisis y de gestación de nuevos valores— ticos la condena de la teoría clásica de los géneros literarios en nom-
se hizo sentir también en el dominio de los géneros literarios. bre de la libertad y de la espontaneidad creadora, de la unicidad de la
Ciertos principios fundamentales de la cultura europea setecentista, obra literaria, etc. Pero la actitud radicalmente negativa del Sturm
como la creencia en el progreso del saber y de las realizaciones del und Drang no fue en general aceptada por los románticos, que, si
hombre, el espíritu modernista y antitradicional que de aquí resulta, por un lado afirmaban el carácter absoluto del arte, no dejaban de
la noción de relativismo de los valores estéticos H, etc., necesariamente reconocer, por otro, la multiplicidad y la diversidad de las obras ar-
habían de afectar, en su rigidez monolítica, a la teoría clásica de los tísticas existentes. Y, de hecho, algunos románticos trataron de esta-
géneros. En efecto, afirmar el progreso de los valores literarios y blecer nuevas teorías de los géneros literarios, fundándose no en ele-
defender su relativismo equivalía a negar el carácter inmutable de los mentos externos y formalistas, sino en elementos intrínsecos y filo-
géneros, a admitir que los modelos greco-latinos no tenían el estatuto sóficos.
de realizaciones supremas de los diferentes géneros y, por tanto, a
Friedrich Schlegel, aun defendiendo la unidad e indivisibilidad
concluir la historicidad y la variabilidad de los géneros y de las re-
de la poesía, afirma en su Diálogo sobre la poesía ( Gesprach über
glas. Nuevas formas literarias, que apuntan o adquieren particular
die Poesie): “ La fantasía del poeta no debe desintegrarse en poesías
importancia en el siglo xvm, como el drama burgués y la novela, con-
caóticamente genéricas, sino que cada una de sus obras debe tener
tribuyen a arraigar estas conclusiones.
carácter propio y totalmente definido, de acuerdo con la forma y el
Todavía en el siglo XVM, el movimiento pre-romántico alemán,
género a que pertenece” 13. Hegel trata de estructurar la tradicional
conocido por el nombre de Sturm und Drang, proclamó la rebeldía
tripartición en lírica, épica y dramática basándose en la dialéctica
total contra la teoría clásica de los géneros y de las reglas, poniendo
de la relación sujeto-objeto: la lírica sería el género subjetivo: la
10 Cándido Lusitano, A rte poetica de Q. H oracio F lacco, traduZida, e alu s-
épica, el género objetivo, y la dramática, el género subjetivo-objetivo.
trada em Portuguez p o r..., Lisboa, 17 5 8 , p. 44. Jean Paul fundamenta la misma tripartición en la conexión de cada
11 E l relativismo de los valores estéticos es defendido, por ejemplo, por uno de los géneros citados con una determinada dimensión temporal :
el P . D ubos en sus Réflexions sur la poésie et la peinture (1719 ), donde exp o -
“ La Epopeya representa el acontecimiento que se desarrolla desde el
ne una teoría climática de lo bello : la belleza, según D ubos, no es universal
ni inmutable, sino que se presenta como elemento variable, según los climas
y los demás factores físicos que modifican las facultades de los hombres. E sta s
facultades difieren entre un africano y un m oscovita, entre un florentino y un 12 V éase c. III, § 5 .2 .
holandés, de suerte que es imposible adm itir una belleza absoluta, válida para 13 Citado por René W ellek, Historia d e la critica m oderna ( 1 7 5 0 -1 9 5 0 ) .
todos los hombres y para todas las regiones. E l romanticismo, M adrid, Gredos, 19 6 2, p . 30 .
Géneros Hiéranos 169 Teoría de la literatura

pasado ; el Drama, la acción que se extiende hacia el futuro ; la Lírica, cuando pretende clasificar el Eurico o presbítero, toma conciencia del
la sensación incluida en el presente” l4. carácter mixto e indiferenciado de su creación, y escribe en una nota
Un aspecto muy importante de la teoría romántica de los géneros final a esta obra : “ Soy yo el primero que no sé clasificar este libro” .
literarios se refiere a la defensa del hibridismo de los géneros. El Ya en el prefacio había anotado Herculano : “ Por eso en mi concep-
texto más famoso sobre esta materia, texto que representó una ción compleja, cuyos límites no sé señalar de antemano, di cabida
bandera de rebeldía, es sin duda el prefacio del Cromwell (1827) de a la crónica-poema, leyenda o lo que sea, del presbítero godo” .
Victor Hugo. En esas páginas agresivas y tumultuosas, Hugo con-
dena la regla de la unidad de tono y la pureza de los géneros literarios 6. En las últimas décadas del siglo XIX , fue nuevamente defen-
en nombre de la vida misma, de la cual debe ser expresión el arte : dida la sustancialidad de los géneros literarios, sobre todo por Brune-
la vida es una amalgama de belleza y fealdad, de risa y dolor, de lo tiére (1849-1906), crítico y profesor universitario francés ls. Brunetie-
sublime y lo grotesco, y una estética que aísle y capte sólo uno de re, influido por el dogmatismo de la doctrina clásica, concibe los gé-
estos aspectos, fragmenta necesariamente la totalidad de la vida y neros como entidades sustancialmente existentes, como esencias lite-
traiciona a la realidad. Como enseña la metafísica cristiana, el hombre rarias provistas de significado y dinamismo propios, no como simples
es cuerpo y espíritu, grandeza y miseria, y el arte debe dar forma palabras o categorías arbitrarias, y, seducido por las teorías evolucio-
adecuada a esta verdad básica. La comedia y la tragedia, como nistas aplicadas por Darwin al dominio de la biología, trata de apro-
géneros rigurosamente distintos, se muestran incapaces de traducir ximar el género literario a la especie biológica. Así, Brunetiére pre-
la diversidad y las antinomias de la vida y del hombre, y por eso senta el género literario como organismo que nace, crece, envejece
Victor Hugo aboga por una nueva forma teatral, el drama, apta y muere, o se transforma. La tragedia francesa, por ejemplo, habría
para expresar el polimorfismo de la realidad: “ En el drama, todo nacido con Jodelle, alcanzaría la madurez con Corneille, entraría en
se encadena y se deduce como en la realidad. El cuerpo desempeña declive con Voltaire y moriría antes de Victor Hugo. Así como
aquí su papel lo mismo que el alma, y los hombres y los aconteci- algunas especies biológicas desaparecen, vencidas por otras más fuer-
mientos, movidos por este doble agente, pasan ya burlescos, ya tes y mejor pertrechadas, así algunos géneros literarios morirían, do-
terribles, y, a veces, terribles y burlescos al mismo tiempo...” . El dra- minados por otros más vigorosos. La tragedia clásica habría sucum-
ma participa de los caracteres de la tragedia y de la comedia, de la bido ante el drama romántico, exactamente como, en el dominio bio-
oda y de la epopeya, pintando al hombre en las grandezas y en las lógico, una especie debilitada sucumbe ante otra más fuerte. Otros
miserias de su humanidad. géneros, sin embargo, a través de un proceso evolutivo más o menos
Esta estética victor-huguesca de los géneros se adhiere al princi- largo, se transformarían en géneros nuevos, del mismo modo que
pio, tan difundido en los círculos románticos alemanes, de que la algunas especies biológicas, mediante ciertas mutaciones, dan origen
verdad y la belleza residen en la síntesis de los contrarios. a especies diferentes; así, según Brunetiére, la elocuencia sagrada
El hibridismo y la indiferenciación de los géneros literarios no se del siglo XVII se habría transformado en la poesía lírica del período
manifestaron sólo en el teatro romántico —donde se asociaron la romántico.
tragedia y la comedia, el lirismo y la tragedia— , sino que se exten- Estos principios conducen necesariamente a la subestimación de
dieron a otras formas literarias, como la novela, que participó unas la obra literaria en sí, juzgada siempre a través de su inclusión en los
veces de la epopeya, otras de la poesía lírica, etc. Alexandre Herculano, cuadros de un género determinado ·. el valor y la importancia de la

14 W olfgan g K ayser, Interpretación y análisis de la obra literaria, 4 .a e d ., 15 Ferdinand Brunetiére, L ’ évolution d es genres dans l’ histoire de la litté'
M adrid, Gredos, p. 4 4 1 . rature, Paris, H achette, 1890.
Géneros literarios 172 Teoría de la literatura

obra surgen como dependientes de la aproximación o del aparta- Croce identifica la poesía —y el arte en general— con la forma
miento de la obra con relación a la esencia de un género, y como de actividad teorética que es la intuición, conocimiento de lo indi-
dependientes del lugar ocupado por la obra en la evolución de este vidual, de las cosas singulares, productora de imágenes — en suma,
mismo género. Así, la crítica de Brunetière y de su escuela se propone forma de conocimiento opuesta al conocimiento lógico. La intuición
como objetivo primordial el estudio del origen, del desarrollo y de la es simultáneamente expresión, pues la intuición se distingue de la
disolución de los diferentes géneros literarios. sensación, del flujo sensorial, en cuanto forma, y esta forma consté
tuye la expresión. Intuir es expresar. La poesía, como todo arte, se
7. La doctrina de Brunetière, como fácilmente se deduce, lleva revela, por tanto, como intuición-expresión: conocimiento y repre-
la marca de una época dominada por el positivismo y por el natu- sentación de lo individual, elaboración alógica, y, por consiguiente,
ralismo y seducida de manera especial por las teorías evolucionistas irrepetible, de contenidos determinados. La obra poética, consecuen-
de Spencer y Darwin. Ahora bien, en el umbral de la última década temente, es una e indivisible, porque “ cada expresión es una expresión
del siglo X IX , se desarrolló en la cultura europea una amplia reacción única” 18.
contra el positivismo de la época anterior, manifestándose esta reac- Ahora bien, una teoría que conciba los géneros literarios como
ción ya en la literatura — corrientes simbolistas y decadentistas— , entidades sustancialmente existentes, representa, según Croce, el cla-
ya en la religión — revigorización del ideal religioso, lucha contra moroso absurdo de introducir distinciones y divisiones reales en el
el racionalismo agnóstico y contra el jacobinismo— , ya en la filoso- seno de la unicidad de la intuición-expresión y de conferir un predi-
fía — filosofías de la intuición, renacimiento del idealismo, crítica del cado particular a un sujeto universal (como cuando se habla, por
positivismo y del determinismo, etc.— . Los grandes nombres de esta ejemplo, de “ poesía bucólica” ).
vasta renovación de la filosofía y de la mentalidad europeas son, in- Croce no niega la posibilidad ni la legitimidad de elaborar con-
dudablemente, Bergson y Croce 16. ceptos y generalidades a partir de la diversidad de las creaciones poé-
El problema de los géneros literarios se agudizó nuevamente en la ticas, de modo que se alcancen, después del conocimiento de una
reflexión estética de Benedetto Croce, siendo bien visible en el pen- serie de poemas, las nociones de idilio, madrigal, canción, etc. “ El
samiento del gran esteta italiano el intento polémico de combatir e error comienza cuando del concepto se pretende deducir la expresión
invalidar las. congeminaciones dogmatistas y naturalistas de Brune- y reencontrar en el hecho sustituyente las leyes del hecho sustitui-
tière 17. do” 19, o sea, cuando se pretende erigir el concepto, es decir, el género,
en entidad sustancialmente existente y normativa, a la cual deba
16 Bergson publica en 1889 el Essai sur les données immédiates d e la conformarse la obra so pena de imperfección.
conscience; en 1896, M atière et m ém oire; en 1907, su obra capital, L ’ é vo lu -
Croce denuncia con rigor y acritud la ruinosa perspectiva crítica
tion créatrice. Croce inicia su labor filosófica y crítica en 18 93 con La storia
ridotta sotto il concetto generale d ell’ arte; el año siguiente, publica La critica procedente de la teoría de los géneros literarios: ante una obra poé-
letteraria, y en 1902, su Estética, obra fundam ental en la formulación de la
teoría estética croceana y en la renovación de la estética europea. plaza pública, de suerte que, si una obra compuesta en el siglo XVII — como,
17 E n las páginas que dedica a los géneros literarios en L a poesía, escribe por ejemplo, las cartas de M m e. de Sévigné, que permanecieron mucho tiempo
C roce lo siguiente : “ Y después, habiéndose pervertido el concepto de historia inéditas— no estaba en condiciones de participar en la gran lucha de su tiempo,
de la filosofía idealista en el evolucionismo positivista, hubo quien quiso aplicar era omitida en esta modalidad de historia, o transferida al siglo siguiente, como
a la poesía la evolución de las especies de D arw in , y , como logicista que era, aconteció precisamente con las cartas de M m e. de Sévig n é” (L a poesía, 5 .a ed.,
imaginó, y ejecutó en la medida de lo posible, una historia literaria en que los Bari, Laterza, 19 5 3 , pp. 18 6 -18 7).
géneros proliferaban y se multiplicaban sin necesidad de otro sexo, luchaban 18 Benedetto Croce, Estética come scienZfl d ell’ espresstcme e lingüistica
entre sí y se vencían unos a otros, desapareciendo algunos y triunfando otros generale, 8 .a ed., Bari, Laterza, 1946, p. 23.
en la lucha por la existencia. Todo esto pasaba, por decirlo así, en la 19 ¡b id ., p. 4 1 .
Géneros literarios 173 m Teoría de la literatura

tica, el crítico no trata de saber si es expresiva ni qué expresa; lo tenía por objeto poner fin "a la elementalidad y rudeza medievales” ;
que quiere indagar es si la obra está compuesta según las leyes del igualmente podrá ser útil, para el estudio de las transformaciones so-
poema épico, de la tragedia, etc. La poesía deja de ser la protagonista ciales realizadas durante el siglo XVIII, el concepto de drama burgués
de la historia de la poesía, y ocupan su lugar los géneros; las perso- como género opuesto a la tragedia cortesana. El concepto de género
nalidades poéticas se disuelven y sus disiecta membra son esparcidos puede constituir, por tanto, un elemento cómodo en la sistematización
por varios géneros. Así, Dante será repartido entre la épica, la lírica, de la historia literaria, pero sigue siendo siempre un elemento extrín-
la sátira, la epistolografía, etc., y la unidad y la totalidad de la obra seco a la esencia de la poesía y a los problemas del juicio estético.
dantesca se fragmentará irremediablemente. Y no será extraño que,
en esta perspectiva crítica, las figuras de Dante, Ariosto, Tasso y 8. Hemos trazado un breve cuadro de la tan debatida cuestión
otros grandes creadores, aparezcan superadas por autores triviales y de los géneros literarios, desde la antigüedad helénica hasta Croce.
mediocres, pues los mediocres se esfuerzan penosamente por respetar Es indudable que, de entre las teorías expuestas, la de Brunetière
los preceptos de cada uno de los géneros que cultivan20. aparece como la más ampliamente errónea y arbitraria, pues no sólo
Como fácilmente se comprende, el ataque croceano contra los aniquila totalmente la obra en cuanto individualidad, sometiéndola
géneros representa, simultánea y lógicamente, un ataque contra los en absoluto a la esencia del género, sino que, además, transfiere, de
preceptos rígidos y arbitrarios que pretenden gobernar, con una apre- modo simplista y sin ninguna demostración legitimadora, el concepto
tada y pedantesca red de imperativos y prohibiciones, la actividad de evolución de las ciencias biológicas al dominio de la historia lite-
creadora del poeta: “ Si se pudiesen representar en un gráfico, como raria 23.
los procesos febriles del organismo o los movimientos de la tierra, las La doctrina clásica de los géneros literarios se muestra igualmente
preocupaciones, los escrúpulos, los remordimientos, las angustias, las vulnerable e inaceptable desde varios puntos de vista, como ya pro-
desesperaciones, los vanos esfuerzos, los sacrificios injustos que las clamó el romanticismo y demostró sistemática y profundamente Be-
reglas literarias han costado a los poetas y a los escritores, quedaríamos nedetto Croce. En primer lugar, los géneros no existen como esencias
estupefactos al ver cuántos hombres se dejan atormentar por otros independientes y absolutas, cual si fuesen arquetipos platónicos o
hombres para nada, y cómo se prestan dócilmente a flagelarse, tomán- universalia ante rem. En segundo término, resulta igualmente ina-
dose heüutontimoroúmenoi, o como traducía Alfieri, verdugos de sí ceptable para la estética moderna la doctrina clásica según la cual
mismos” 2l. la belleza habría alcanzado la suprema realización literaria en los
Pero, aunque Croce niega el carácter sustantivo de los géneros autores grecolatinos, de cuyo magisterio procedían las reglas inmu-
literarios, admite, por otro lado, su carácter adjetivo, su instrument tables de cada género. Finalmente, como Croce demostró sin lugar
talidad; es decir, no rehúsa la noción de género literario como ins- a duda, la doctrina clásica de los géneros literarios falsea por com-
trumento útil en la historia literaria, cultural y social, “ en la medida pleto el juicio estético, sustituyendo el concepto de belleza, único
en que sus reglas, estéticamente arbitrarias e insubsistentes, manifes- criterio legítimo de la valoración estética, por el concepto de subor-
taban necesidades de otra naturaleza” 22. Así, por ejemplo, el con- dinación u obediencia a tal o cual género. Este último aspecto de la
cepto de género literario puede ser útil a la historia de la cultura del teoría clásica de los géneros resulta particularmente vulnerable, pues
Renacimiento, puesto que la restauración de los géneros antiguos la experiencia y la reflexión demuestran que el valor de una obra
jamás podrá nacer de su perfecta obediencia a cualesquiera reglas.
20 Benedetto Croce, L a poesía, ed. cit., p. 18 5.
21 Ib id ., p. 18 3. 23 René W ellek, “ Evolution in literary history” , Concepts of criticism,
22 I b id., pp. 18 8 -18 9 . N e w H aven and London, Yale U n iv. Press, 19 6 3, pp. 3 7 -5 3 .
Géneros literarios 176 Teoría de la literatura
175
Dentro de la propia estética clásica sucede que numerosas obras rigu- relaciones y estructuras generales, es posible fundamentar el concepto
rosamente cumplidoras de las reglas prescritas para los respectivos de géneros literarios como categorías que se especifican por el hecho
géneros son composiciones inertes, tediosas y carentes de todo valor de representar la realidad de modo particular y presentar caracteres
artístico. estructurales distintos.
Es extraño que un crítico de nuestros días como Wolfgang Kay- Cada género literario representa un dominio particular de la ex*
ser reincida, hasta cierto punto, en el error de considerar el género periencia humana, ofreciendo una perspectiva determinada sobre el
literario como entidad metafísicamente normativa y como criterio de mundo y sobre el hombre: la tragedia y la comedia, por ejemplo,
valor, afirmando, por ejemplo, que el contenido, las ideas y el estilo se ocupan de elementos y problemas muy divergentes dentro de la
de una obra sólo pueden ser comprendidos a partir de la noción existencia humana. Por otro lado, cada género representa al hombre
de género, o afirmando que “ es principalmente la reflexión sobre lo y al mundo a través de una técnica y de una estilística propias, íntima-
genérico la que nos conduce a — no tememos la expresión— las leyes mente conjugadas con la respectiva visión del mundo.
eternas por las que se rige la obra poética” 24. En tales afirmaciones, Esto no significa, sin embargo, que los géneros deban ser com*
es clara la tendencia a erigir el género literario como criterio de valo- prendidos como entidades cerradas e incomunicables entre sí. La
ración estética, por un lado, y como modelo ideal normativo, por realidad concreta de la literatura comprueba que, en la misma obra,
otro. El género, para W. Kayser, representa, por tanto, una entidad pueden confluir diversos géneros literarios, aunque se verifique el
cerrada y abstracta, dentro de la cual se establecen subespecies arbi- predominio de uno de ellos. Por esta razón, Emil Staiger prefiere las
trarias, sin reconocer legitimidad a las obras que no respeten las divi- designaciones de estilo lírico, estilo épico y estilo dramático, en vez
siones y las normas así fijadas25. de lírica, épica y drama, porque la forma adjetiva evita las erróneas
La doctrina de Croce, sin embargo, nos parece sufrir de un implicaciones adscritas a las formas sustantivas (idea de separación
radicalismo igualmente criticable, en cuanto niega cualquier posibi- completa, de pureza total, etc.)26.
lidad de fundamentar el género literario en la realidad de la obra Por consiguiente, los elementos genéricos que fundamentan el
misma. Como hemos afirmado ya al analizar la naturaleza y los obje- género literario así entendido pertenecen tanto al dominio de la for*
tivos de la teoría de la literatura, la singularidad de cada obra literaria ma interna —visión específica del mundo, tono, finalidad, etc.— ,
no se identifica con un aislamiento absoluto y monádico, pues la sin- como al de la forma externa —caracteres estructurales y estilísticos,
gularidad del escritor sólo puede comunicarse a través de relaciones por ejemplo.
y estructuras generales que constituyen las condiciones para que sea La poética moderna, desengañada de toda clase de tentaciones
posible la experiencia literaria. Ahora bien, sin negar las dimensiones dogmáticas y absolutistas, buscando en la historia su fundamenta*
peculiares de cada obra, admitimos que, tomando como base aquellas ción, ha rehabilitado el concepto de género literario. Mencionaremos
sólo dos grandes nombres de la poética y de la crítica literaria con*
24 W olfgan g K ayser, Interpretación y análisis de ¡a obra literaria, 4 .a ed., temporáneas, dos autores profundamente distintos en su formación,
M adrid, Gredos, pp. 5 1 7 - 5 1 8 .
en su ideología y en sus métodos de investigación, que repensaron
25 E l capítulo sobre los géneros literarios de la citada obra de K ayser fue
duram ente criticado por V ittore Pisani, en Paideia, año V , 19 50 , pp. 264-267.
con calma y rigor el concepto de género literario, concediéndole en
T am bién M ario Fubini, en su magistral estudio “ Genesi e storia dei generi su obra lugar preponderante.
letterari” , critica la noción de género literario defendida por K a yser y escribe :
"cu an do se leen estas u otras páginas similares, que pretenden presentar los
más maduros pensamientos acerca de la poesía, se siente añoranza de las
páginas de los tratadistas del siglo XVI y de su propia pedantería, tanto más 26 Em il Staiger, Conceptos fundam entales de poética, M adrid, Rialp,
cándida, inocente y proficua” (Crítica e poesía, Bari, Laterza, 19 56 , p. 263). 1966, p. 22.
Géneros literarios i ηη Teoría de la literatura

Emil Staiger, al publicar en 1952 su obra Grundbegriffe der literarios? Fundamentalmente, el hecho de que la novela y el drama
Poetik, mostró cuál es el camino seguro en el estudio de los géneros corresponden a diferentes visiones de la realidad, lo cual implica ne-
literarios. Condenando una poética apriorística y anti-histórica, Staiger cesariamente diversidad de contenido y de forma. Por otro lado, se
acentúa la necesidad de que la poética se apoye firmemente en la his- impone tomar en consideración factores de orden sociológico o socio-
toria, en la tradición formal concreta e histórica de la literatura, ya cultural: la naturaleza del público al que se destinan la novela y el
que la esencia del hombre es la temporalidad. Restableciendo la tra- drama (cfr., en el capítulo siguiente de esta obra, el § 3), así como
dicional tripartición de lírica, épica y drama, la reformuló profunda- la estructura de la sociedad en que se crean y cultivan los géneros
mente, sustituyendo estas formas sustantivas por los conceptos estilís- literarios. Efectivamente, como acentúa Lukács en las páginas que
ticos de lírico, épico y dramático. ¿Qué es lo que permite fundamen- dedicó en su Estética al problema de la continuidad o discontinuidad
tar la existencia de estos conceptos básicos de la poética? La propia de la esfera estética, la determinación hiscórico-social “ es tan intensa
realidad del ser humano, pues “ los conceptos de lo lírico, de lo que puede llevar a la extinción de determinados géneros (la épica
épico y de lo dramático son términos de la ciencia literaria para re- clásica) o al nacimiento de otros nuevos (la novela)” 29.
presentar con ellos posibilidades fundamentales de la existencia hu- El estructuralismo, desarrollando algunas tentativas del formalismo
mana en general, y hay una lírica, una épica y una dramática porque ruso, ha procurado definir los géneros partiendo de los elementos
las esferas de lo emocional, de lo intuitivo y de lo lógico constituyen constitutivos de las respectivas estructuras lingüísticas, aunque los re-
ya la esencia misma del hombre, lo mismo en su unidad que en su sultados no siempre hayan sido muy fecundos30. Roman Jakobson,
sucesión, tal como aparecen reflejadas en la infancia, la juventud y la en un importante estudio publicado hace poco, relaciona las particu-
madurez” 11. Staiger caracteriza lo lírico como “ recuerdo” , lo épico laridades de los géneros literarios con la participación, junto con la
como “ observación" y lo dramático como “ expectativa” . Tales carac- función poética —que es la dominante— , de las otras funciones del
teres distintivos se conectan obviamente con la tridimensionalidad lenguaje. Así, la épica, centrada sobre la tercera persona, implica la
del tiempo existencial : el recuerdo implica el pasado, la observación función referencial del lenguaje; la lírica, orientada hacia la primera
se sitúa en el presente, la expectativa se proyecta al futuro. De este persona, se une estrechamente a la función emotiva; la dramática
modo, la poética se vincula estrechamente a la ontología y a la an- está vinculada a la segunda persona y a la función incitativa 31.
tropología, y el análisis de los géneros literarios se torna, en última En el capítulo próximo mostraremos cómo es efectivamente po-
instancia, estudio de la problemática existencial del hombre. sible distinguir, partiendo de elementos pertenecientes a la forma
Lukács ha revelado, a lo largo de su obra, persistente interés interna y a la forma externa, la lírica, la narrativa (designación que
por el problema de los géneros literarios. Ya en su juvenil Teoría nos parece preferible a la de épica) y el drama.
de la novela, redactada entre 19 14 y 19 15 , abundan las observaciones
acerca de los elementos que permiten distinguir entre la narrativa y
la lírica, entre la narrativa y el drama, entre la novela y la epopeya. 29 Georg Lukács, Estética. I. L a peculiaridad de lo estético. ¡I. Problem as
Estas reflexiones juveniles, inspiradas en la estética hegeliana, ganaron de la mimesis, Barcelona, Ediciones Grijalbo, 1966, p. 302.
cuerpo y densidad en la obra titulada La novela histórica 2S, donde 30 René W ellek y Austin W arren, Teoría de la literatura, 4 .® éd., pp. 28 3-
se halla una detallada diferenciación entre la novela y el drama. 2 8 4 ; W . K ayser, Interpretación y análisis de la obra literaria, 4 .a ed ., pági-
nas 4 35 ss.
¿Qué es lo que permite, según Lukács, distinguir estos dos géneros
31 Roman Jakobson, “ Closing statem ents: Linguistics and poetics” , en
Style in language, ed. by Thom as A . Sebeok, N e w Y o rk and London, T h e
27 Ib id ., p. 2 1 3 . Technology Press o f M ass. Institute of T echn olo gy and W ile y SC Sons, Inc.,
28 Georges Luk ács, L e roman historique, Paris, Payot, 1965, cap. II. i960, p. 2 5 7.
Géneros literarios 179

9. Antes de cerrar este capítulo, es necesario hacer algunas con-


sideraciones a propósito de la designación de “ género” . En el propio
lenguaje crítico, el vocablo "género” se refiere tanto a las grandes
categorías de la lírica, de la narrativa y del drama, como a las dife-
rentes especies englobadas en estas categorías — tragedia, comedia,
novela, etc. Por eso proponen algunos críticos, a fin de evitar ambi-
güedades, la designación de formas naturales de la literatura para la
lírica, la narrativa y la dramática, reservando la designación de géne-
ros literarios para las especies históricas determinables dentro de
aquellas formas naturales32. Éstas representarían un concepto muy
amplio, obtenido a partir de caracteres comunes extremamente gené-
ricos, mientras que los géneros constituirían un concepto más restrin-
gido, basado en elementos comunes, ya de la forma interna, ya de la
forma externa, verificables en las obras abarcadas por cada una de las
formas naturales. Estaríamos así ante dos conceptos obtenidos a partir
de dos niveles diferentes de abstracción. Esta distinción puede ser
ventajosa, pues evita una confusión conceptual y una ambigüedad
en las palabras.
Por otro lado, no se debe aplicar la designación de “ género lite-
rario” a formas poéticas constituidas por una determinada estructura
métrica, rítmica, rímica y estrófica, tales como la canción, la sex-
tina, el soneto, etc. Es verdad que algunas de estas formas poéticas
pueden estar indisolublemente vinculadas a una forma natural de la
literatura —la canción, por ejemplo, aparece íntimamente unida a la
lírica— , pero tales formas poéticas, en sí mismas, no constituyen
géneros literarios, y deben ser más bien consideradas como formas
poéticas fijas.

32 L a designación de form as naturales se debe a Goethe, que distinguió


entre los géneros (D ichtarten ), tales como el poema épico, la sátira, la n o ve-
la, etc., y las formas naturales ( N aturfo rm en) de la literatura. C fr. M atio
Fubini, op. cit., p. 265.

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