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BICENTENARIO DEL PRIMER

ASILO EN LAS AMÉRICAS


EL CASO DE JOSÉ GERVASIO ARTIGAS

Asunción, Paraguay setiembre de 2020

Asesoría Jurídica Derecho Internacional Público


Ministerio de Relaciones Exteriores
BICENTENARIO DEL PRIMER ASILO EN LAS AMÉRICAS
EL CASO DE JOSÉ GERVASIO ARTIGAS

El primer asilo otorgado por el Paraguay.


La figura del asilo tiene una larga tradición en el Paraguay, que se inicia en 1820 con el
asilo otorgado por el dictador paraguayo Dr. José Gaspar de Francia al prócer uruguayo
José Gervasio Artigas.
En efecto, el 20 de agosto de 1820, perseguido por Francisco Ramírez, llegaba Artigas
junto con 200 hombres a lo que hoy es Candelaria (Provincia de Misiones), frente a
Itapúa. Desde ahí escribió al Dr. José Gaspar de Francia solicitándole asilo, un “bosque
donde vivir”. Luego de esperar más de dos semanas, el 5 de septiembre llega la respuesta
del dictador paraguayo, concediendo el asilo para Artigas y autorizando su ingreso y el
de sus acompañantes1.
Sobre la situación, relataba el dictador en una misiva del 12 de mayo de 1821 al
comandante del Fuerte Borbón:
“Lo que pasaba, en cuanto a Artigas, es que, en su último combate con los
portugueses, en Tacuarembó, quedó muy derrotado. Viendo esto uno de sus
comandantes, el porteño Ramírez, a quien de pobre peón que era el, lo había
levantado y hecho gente, y en cuyo poder había dejado aguardar más de
50,000 pesos en oro, se le alzó con sus dineros, y con ellos mismos, sublevó
y aumentó algunas tropas y gente armada con que había quedado; y así
derrotó también a Artigas cuando éste quiso someterlo con la poca fuerza
que tenía, y lo persiguió de muerte, para quedarse él solo con sus caudales y
con el mando de la otra banda. Reducido Artigas a la última fatalidad, vino
como fugitivo al Paso de Itapúa, y me hizo decir que le permitiese pasar el
resto de sus días en algún punto de la República, por verse perseguido aún
de los suyos; y que, si no le concedía este refugio, iría a meterse en los
montes. Era un acto, no sólo de humanidad, sino aun honroso para la
República, el conceder un asilo a un jefe desgraciado que se entregaba. Así,
mandé un oficial con veinte húsares, para que lo trajesen, y aquí se le tuvo
recluso algún tiempo en el convento do Mercedes, sin permitirle
comunicación con gentes de afuera, ni haber jamás podido hablar conmigo,
aunque él lo deseaba. Allí estuvo recluso, hasta que hice venir al comandante
de San Isidro de Curuguaty, con quien lo hice llevar a vivir en aquella villa,
donde se halla con los dos criados o sirvientes que trajo, por ser aquel lugar
remoto el de menos comunicación con el resto de la República. Allá le hago
dar una asistencia regular, como aquí se hizo, porque él vino destituido de
todo auxilio.”2
Años después, en 1833, el Dr. José Gaspar de Francia relataba lo siguiente sobre la
situación de Artigas al llegar al Paraguay:

1
Carlos Machado, Historia de los Orientales (Ediciones de la Banda Oriental, 1973), p. 70
2
Héctor Francisco Decoud, El Campamento de Laurelty, Montevideo: El siglo ilustrado, 1930.
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“…viniendo últimamente sin rubor después de tanto ruido, alboroto y
afectada valentía, o fanfarronadas, ya que se vio arruinado y perseguido de
la muerte aun de los suyos por consecuencia y efecto natural de sus
desórdenes, locuras y desatinados procedimientos (…) he gastado
liberalmente centenares de pesos en socorrerlo, mantenerlo y vestirlo,
habiendo venido desnudo, sin más vestuario ni equipaje que una chaqueta
colorada, y una alforja.”3
A pesar de los reclamos de Francisco Ramírez para que entregase al caudillo uruguayo,
quien según él, debía responder “en juicio público a las provincias federadas los cargos
que justamente deben hacerle por suponérsele a él la causa y el origen de todos los males
de la América del Sur”4, el Dr. José Gaspar de Francia se negó a hacerlo y, además, se
apoderó de uno de sus buques de guerra fuertemente armado y lo sumó a la marina
paraguaya en Pilar, para fortalecer la frontera5.
En primera instancia, Artigas fue hospedado en el Convento de los Mercedarios, en
Asunción. Posteriormente fue enviado a Curuguaty, donde vivió varios años hasta que en
1845 volvió a la capital paraguaya, a instancias del entonces presidente Carlos Antonio
López. Es nombrado Instructor de un ejército paraguayo, lo cual acepta. Sin embargo,
renuncia al enterarse de que ese ejército iría a combatir contra las fuerzas de Juan Manuel
de Rosas, ya que no lucharía contra el federalismo6. Finalmente, Artigas muere en 1850,
luego de vivir en suelo paraguayo por 30 años7.

La evolución jurídica del asilo en el Paraguay.


Cabe destacar que la figura del asilo tiene rango constitucional en el Paraguay. En efecto,
el artículo 43 de la Constitución de 1992 reconoce este derecho, en los términos
siguientes:
“El Paraguay reconoce el derecho de asilo territorial y diplomático a toda
persona perseguida por motivos o delitos políticos o por delitos comunes
conexos, así como por sus opiniones o por sus creencias. Las autoridades
deberán otorgar de inmediato la documentación personal y el
correspondiente salvoconducto.
Ningún asilado político será trasladado compulsivamente al país cuyas
autoridades lo persigan.”
Si bien las Constituciones anteriores a la vigente no contenían disposiciones con respecto
al asilo, en el ámbito internacional el Paraguay constantemente demostró una actitud
favorable hacia esta institución, por medio de suscripción de varios instrumentos
internacionales, ya sean jurídicamente vinculantes o no, que tratan sobre el asilo en
particular, y sobre la protección de los derechos humanos en general.

3
Machado (n1), p. 70.
4
Ibídem.
5
Ana Ribeiro, Colección PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA: Gaspar Rodríguez de Francia (El Lector,
2011) p. 60-61.
6
Machado (n1), pp. 72-73. Véase también Decoud (n2).
7
Machado (n1), p. 73. Véase también Ribeiro (n5), p. 61.
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Ya en 1889, en el seno del Primer Congreso Sudamericano de Derecho Internacional
Privado (1888-1889) llevado a cabo en la ciudad de Montevideo, Paraguay suscribía,
junto con Argentina, Bolivia, Perú y Uruguay, el “Tratado de Derecho Penal
Internacional”8, considerado el primer instrumento internacional que contiene
disposiciones sobre asilo y protección de refugiados9. Los cinco países firmantes luego
ratificaron el instrumento en cuestión, siendo Paraguay el primero en realizar el
depósito10. Fueron representantes paraguayos para la firma del instrumento los Sres.
Benjamín Aceval y José Zacarías Caminos11.
Luego de 50 años, en 1939, en el seno del Segundo Congreso Sudamericano de Derecho
Internacional Privado (1939-1940) también llevado a cabo en Montevideo, estas
disposiciones sobre asilo fueron revisadas y esto llevó a la suscripción del “Tratado sobre
Asilo y Refugios Políticos”12, suscripto por Paraguay junto con Perú, Argentina, Uruguay,
Bolivia y Chile, “teniendo en cuenta que los principios relativos al Asilo, consagrados
en el Tratado de Derecho Penal Internacional suscrito en Montevideo el 23 de Enero de
1889, deben ser ampliados para que comprendan las nuevas situaciones que han
ocurrido y reafirmen la doctrina consagrada en América…”. En esta ocasión, solo
Paraguay ratificó el instrumento13. Fueron representantes paraguayos para la ocasión los
Sres. Luis De Gásperi, Luis A. Argaña y Raúl Sapena Pastor14.
En el ámbito de las Conferencias Internacionales Americanas, tenemos que en la Sexta
Conferencia Internacional Americana, realizada en 1928 en La Habana, el Paraguay
suscribió la “Convención sobre Asilo”15, habiendo sido delegado paraguayo el Sr.
Lisandro Díaz León16.
Posteriormente, en la Séptima Conferencia Internacional Americana, realizada en 1933
en Montevideo, el Paraguay suscribió la “Convención sobre Asilo Político”17, habiendo
conformado la delegación paraguaya los Sres. Justo Pastor Benítez, Gerónimo Riart,
Horacio A. Fernández y la Sra. María F. González18.

8
Aprobado por la Ley del 3 de septiembre de 1889 y ratificado en la misma fecha.
9
Anders B. Johnsson, Montevideo Treaty on International Penal Law: 1889–1989 - 100 years of treaty
making on asylum issues, International Journal of Refugee Law, Volume 1, Issue 4, 1989, Pages 554–
557, https://doi.org/10.1093/ijrl/1.4.554
10
Ver Sitio Web de la OEA: http://www.oas.org/juridico/spanish/firmas/f-4.html, consultado el
31/08/2020.
11
Compilación de Tratados de Derecho Internacional Privado suscritos en el Sistema Interamericano entre
1888 y 1994. Corte Suprema de Justicia. Disponible en:
http://digesto.senado.gov.py/archivos/file/Compilacion_de_Tratados_de_Derecho_Internacional_Privado(
1).pdf, consultado el 25/08/2020.
12
Aprobada por Ley N° 266/55 del 19 de julio de 1955. Depósito de ratificación el 29 de enero de 1958.
13
Ver Sitio Web de la OEA: http://www.oas.org/juridico/spanish/firmas/f-10.html, consultado el
31/08/2020.
14
Compilación de Tratados de Derecho Internacional Privado suscritos en el Sistema Interamericano entre
1888 y 1994. Corte Suprema de Justicia. Disponible en:
http://digesto.senado.gov.py/archivos/file/Compilacion_de_Tratados_de_Derecho_Internacional_Privado(
1).pdf, consultado el 25/08/2020.
15
Aprobada por Ley N° 6 del 3 de julio de 1948. Depósito de ratificación el 28 de octubre de 1948.
16
https://www.dipublico.org/14279/funcionarios-y-delegados-de-la-conferencia-sexta-conferencia-
internacional-americana-la-habana-1928/, consultado el 25/08/2020.
17
Aprobada por Ley N° 6 del 3 de julio de 1948. Depósito de ratificación el 28 de octubre de 1948.
18
https://www.dipublico.org/14583/reglamento-de-la-conferencia-septima-conferencia-internacional-
americana-montevideo-1933/, consultado el 25/08/2020.
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Luego, en 1954, en el seno de la Décima Conferencia Internacional Americana, realizada
en 1954 en Caracas, el Paraguay suscribió la “Convención sobre Asilo Diplomático” y la
“Convención sobre Asilo Territorial”19, habiendo sido presidente de la delegación
paraguaya el Sr. José Antonio Moreno González20.
Por otra parte, cabe destacar que el asilo es un derecho reconocido en los principales
instrumentos internacionales sobre derechos humanos, ya sean jurídicamente vinculantes
o no, varios de los cuales Paraguay forma parte. Esto se encuentra conforme con el
artículo 143 de la Constitución, que establece que el Paraguay acepta el derecho
internacional y se ajusta a determinados principios, entre los cuales se encuentran el de
solidaridad y cooperación internacional y el de protección internacional de los derechos
humanos.
En efecto, el Paraguay apoyó la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, aprobada en el seno de la Novena Conferencia Internacional Americana, el 2 de
mayo de 1948 en Bogotá. Esta Declaración es considerada como el primer instrumento
internacional de derechos humanos de carácter general21. En su artículo XXVII, la
Declaración dispone: “Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en
territorio extranjero, en caso de persecución que no sea motivada por delitos de derecho
común y de acuerdo con la legislación de cada país y con los convenios internacionales”.
Igualmente, Paraguay votó a favor de la Resolución 217 A (III) del 10 de diciembre de
1948, que aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo artículo 14 reza
que “1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar
de él, en cualquier país. 2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial
realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y
principios de las Naciones Unidas”.
Asimismo, Paraguay suscribió e incorporó la Convención Americana sobre Derechos
Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, de 196922, cuyo artículo 22(7) establece:
“Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero en caso
de persecución por delitos políticos o comunes conexos con los políticos y de acuerdo
con la legislación de cada Estado y los convenios internacionales”.
Adicionalmente, Paraguay apoyó la Declaración sobre el Asilo Territorial de 1967,
adoptada por unanimidad por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y es parte en
otros instrumentos tales como la Convención y el Protocolo sobre el Estatuto de los
Refugiados (1951 y 1967, respectivamente)23, entre otros.
Por último, en el ámbito del ordenamiento legal interno, Paraguay cuenta con la Ley N°
978/96 “De Migraciones”, cuyo artículo 25 considera como residentes temporarios a los
“8) asilados políticos”, y cuyo artículo 28 establece que estos, a diferencia de otros
residentes temporarios, no podrán salir del territorio nacional y volver a entrar en él tantas
veces como lo deseen; y la Ley N° 1938/02 “General sobre Refugiados”.

19
Aprobadas por la Ley Nº 393/1956 y ratificadas el 25 de enero de 1957.
20
https://www.mre.gov.py/v2/userfiles/file/excancilleres/jose%20antonio%20moreno%20gonzalez.pdf,
consultado el 25/08/2020.
21
Sitio Web de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos:
http://cidh.org/Basicos/Spanish/BasicosIntro.htm#_ftnref4, consultado el 31/08/2020.
22
Aprobada por Ley N° 1/89 y ratificada el 18 de agosto de 1989.
23
Aprobados por la Ley Nº 136/1969 y ratificados el 1º de abril de 1970.
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Conclusión.
Al conmemorar el bicentenario de la llegada de Artigas al Paraguay, que se constituyó en
el primer asilo otorgado en las Américas, es significativo destacar que el Paraguay ha
mantenido, a lo largo de su historia, una predisposición favorable hacia la figura del asilo,
demostrada no solamente con la práctica sino también con los diferentes instrumentos
jurídicos nacionales e internacionales adoptados, siendo inclusive uno de los cinco
Estados en adoptar el que es considerado el primer instrumento internacional con
disposiciones que regulan la figura del asilo, y el primer Estado en depositar su
instrumento de ratificación.

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