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Como una nueva disciplina, trata de reconciliar el conocimiento científico con las ciencias
humanas, y con ello, el humanismo mira al ser humano como un ser vulnerable ante la situación
de vivir la enfermedad. En efecto, contemplar al enfermo como una persona, y no como un
cuerpo, o un proceso médico, exige considerar su situación y realidad desde un sentido más
humano, acogedor y bioético. Por todo lo anterior se presenta este proyecto de estudio y reflexión
para colocar a la bioética como un puente entre los servicios de la salud y su humanización, de tal
manera que concilie los procesos, las decisiones y las prácticas biomédicas cuando de alguna u
otra manera, puedan estar afectando a las personas
Esto quiere decir que la humanización de los servicios asistenciales en la salud sigue siendo un
problema y un reto que reclama ser incluido en la dinámica que las instituciones asistenciales
ofrecen, ya que los servicios de la salud dejan insatisfechos a los enfermos, y ellos o sus familiares,
reclaman por ser maltratados, por no ser atendidos con prontitud y respeto, porque sus derechos
son violados, ignorados y porque la actitud, la indiferencia y la insolidaridad hacen más vulnerable
su estado de enfermedad. En esta perspectiva aparece que humanizar la salud, es un ámbito ético
y bioético. Por tanto, el objetivo es colocar a la bioética como referente de reflexión ética y moral
Si hay algo que pone de acuerdo a la mayor parte de los investigadores y analistas de la
humanización de la salud es que el significado de este genitivo salud no se reduce a una mera
ausencia de enfermedad. La salud tiene un sustento antropológico consolidado que la hace referir
a toda la realidad humana y de esta manera se reflexiona sobre la integralidad del ser humano.
Se dice también que el concepto de salud es dependiente de una concepción del hombre, que no
es nunca puramente científica, que necesariamente tiene aspectos ideológicos. Este modelo global
del hombre, en parte científico y en parte ideológico, es un modelo que puede aplicarse una
comunidad a sí misma, pero que no se puede imponer a nadie desde el punto de vista de la ciencia
Cuando la dignidad está en juego, enfrenta a las personas a un sentido profundo de vulnerabilidad
que genera la ausencia de refugio, la imposibilidad de huir o retroceder Y supone el hecho de estar
cercado por la incomprensión de la situación real que afecta ontológicamente la existencia, por
ende, lleva a la pérdida de todas las estabilidades existenciales, y del polo a tierra que permite
anclarse en la historia humana, y lo más difícil de afrontar, que inexplicablemente no se
comprende, es la pérdida del vigor de la vida. Por lo tanto, cuando hay que tomar decisiones
humanas, aparece la realidad más difícil de afrontar: lo incierto y la incertidumbre de la esperanza
que contiene la misma decisión, de manera especial si compromete la vida con la muerte. El ser
humano lucha por no ser vulnerado ni maltratado en su dignidad como persona humana