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LA FUSIÓN Y SUS PROBLEMAS

Luis Salazar M.

A la memoria de Ricardo Lens Sánchez,


por su labor en pro de la música puneña

Los estetas del neoliberalismo y todos los que piensan que la música tradicional de los
pueblos no tiene cabida en la sociedad “globalizada” pregonan a los cuatros vientos la
“Fusión”. Como vamos a ver, entendida de esta manera, la fusión está dentro de los planes
neoliberales de destruir la identidad cultural de los diferentes pueblos y crear un mercado
mundial de la cultura donde ellos puedan hacer pasar su propaganda individualista y
decadente sin trabas.

La fusión, entendida desde un punto de vista histórico, es una resultante de los


contactos de las culturas de pueblos diferentes, quienes han ido formando su personalidad
propia, nutriéndose de esos contactos Veamos nuestro caso.

Actualmente es aceptada la idea que el poblamiento de América se dió como producto


de olas inmigratoria diversas y en distintos períodos. Una vez asentados en territorio
sudamericano, los pobladores de entonces no se aislaron y fueron creando una cultura propia
pero con influencias debidas a los intercambios entre los diversos grupos. Esto continuó en
todo momento y hoy, por ejemplo, sabemos que Tupac Yupanqui viajó hasta la polinesia,
donde existen ruinas arqueológicas incas y “phucus” (nombres quechua de los sikus) y
“qepas” o pututos. La sola presencia en la música andina de los pututos, (conchas marinas)
nos debe hacer reflexionar sobre cómo fue formándose nuestra propia personalidad musical.

Un momento diferente comenzó con la llegada de los invasores de España, quienes en


nombre de la “cristianización” anatemizaron nuestra cultura, nuestra música y los
instrumentos autóctonos. A partir de allí nuestra cultura fue moldeándose en medio de una
cruenta lucha por sobrevivir. Desde esa época comienzan a asimilarse a nuestra práctica
musical tradicional los instrumentos que los españoles trajeron: el violín, el arpa, la guitarra,
etc. La lista es grande y nunca ha terminado de acrecentarse. El saxofón y el acordeón son
ilustración de lo dicho.

Dejemos muy en claro que, la asimilación de estos instrumentos y el contacto con la


práctica musical de los invasores, debido a la gran capacidad creadora de los peruanos,
trajeron como resultado que, lejos de desaparecer nuestra musical tradicional salga
enriquecida, ya que nosotros hemos transformado los instrumentos extranjeros y creado una
técnica propia de ejecución. ¿Acaso no podemos hablar de la guitarra peruana o andina, y lo
mismo del violín, del arpa, del acordeón, etc.?. Podemos entonces hablar de estos hechos
como “fusión”, pero donde lo externo se pone al servicio de lo interno, lo extranjero al
servicio de lo nuestro, donde nuestra música continúa siendo nuestra música.

Otra cosa muy distinta es cuando los que se avergüenzan de ser peruanos, los que se
avergüenzan de nuestra música, utilizan lo nuestro para hacer su música híbrida, que tienen
todo el derecho de hacerla, pero a lo que no tienen derecho es a querer hacer pasar eso como
el camino que debe seguir nuestro folklore.
Para finalizar queremos ilustrar esto con el cuento del chancho y la gallina. La gallina
le dice al chancho: “A la gente le encanta comer huevos con tocino, si nos asociamos vamos a
tener mucho éxito. Yo pongo los huevos y tú el tocino. Será una excelente fusión, nos
haremos millonarios”. El chancho aceptó pero no tuve tiempo de arrepentirse ya que la gallina
lo mandó matar de inmediato para hacer el tocino.

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