Mientras políticos, economisias, sociólo- de existir o no. y sí -sobre todo- si
gosyaficionadosalaedueadónyalacultura razones para suponer que el Uruguay es i discuten si el Uruguay existe o no, si el entidad pasible de ser discutida, los músiO Uruguay existió o no, si el Uruguay debería del Uruguay se empecinan en definir, de de un concepto de patria grande, Uruguay musical que, una vez definía podría hasta ser discutido. LAS MÚSICAS DEL URUGUAY, HOY
i de una humorada- Siempre es
á r e a cultural (y por lo tanto una LÍert rtncon características musicales relativa- a homogéneas) no tiene por qué coin- Krcóabs fronteras políticas, sobre todo si ' ,3S no tienen algún que otro milenio de '"istencia estable. Pero también es cierto, L r e q u e conviene echar ojeadas de lamo en tanto a lo que ocurre con las cosas de la cultura (y específicamente de la músi- ca i antes de efectuar afirmaciones de índole más general^
LAS ESPECIES MUSICALES
TRADICIONALES
Lo que hoy denominamos Uruguay no
liene dos siglos y medio de historia. Tiene incalculables milenios de historia indígenay, después de la conquista europea de América, casi cinco siglos de historia mestiza. El territorio estaba poblado, aparentemente por grupos nómades", pero nos resulta difícil bosquejar las carac- terísticas de la música que sonabaantes de la llegada de las europeos. No porque no la hubiera, no porque nuestros indígenas no se expresaran en ese terreno de lenguaje que Occidente ha dado en llamar música, sino porque desde el comienzo de nuestra historia institucional nos hemos permitido mirar y very anotar, en forma casi exclusiva, lo que culturalmcnte representaba a la Europa invasora e iba intentando aniquilar tanto la cultura de los indígenas despojados de sus tierras como la de los africanos traídos a 'a fuerza para la anti-epopeya de la esclavatura. p ero, además, desde la llegada de los ^ ™ e ° * a ' a A m 6 r i c a d el Sur, se empezfi a una cultura de interacción entre ' sometidos, pero también entre r es comunes de distintos orígenes ^ue empezaban a compartir un terri- -' el que se podían en ese entonces t»i. r c " n curi «sa facilidad y rapidez. > cuando Montevideo es finalmente y el futuro Uruguay institucional a dibujarse, ya existe un Uruguay que ha ido definiéndose EDUARDO FABtNI-Dibujo de M.Espinóla Gómez poco a poco. Por eso se toma mate. Es más: por eso es que hay determinada manera de tomarmate, y determinada manera de domar potros, y determinado gusto por ios colores, y determinadas pautas de comunicación éntrelas personas, y determinadas formas de individualismo, y determinados valores éti- cos. Poresoesque hay cosas musicales que se están compartiendo con pueblos vecinos y por eso es que hay cosas musicales que se sienten como propias. Porque ha habido historia ames de Montevideo. Y porque tampoco la mera fundación de la ciudad Héctor Huma Moraes puerto inicia una etapa cukuralmente nueva. Esto que hoy llamamos Uruguay, ensillado durante siglos sobre una fuerte frontera que separa (y une) lo hispano y lo lusitano, acepta comopropias.expresionesmusicales que comparte con las provincias rioplatenses de la Argentina y no con Río Grande del Sur -como el estilo, como e! tango-, pero también expresiones musicales que comparte con Río Grande del Sur y no con las provincias rioplatenses de la Argentina -como los tercios de velorio-, y otras que, en algún recodo de la historia, comparte con gentes de uno y otro país fronterizo -como la [rulenga lenta cantada-. El ciudadano uniguayomedio se reconoce en el espejo de las diversas expresiones "Los q j e iban cantando" en 1987 denominadas milonga, en esa mulante (pero Eduardo Lombardo. Jorge Bonaldi. definidísima) especie denominada tango, en Jorge Lazaroff y Luis Trochon eltólilo-yen los restos de ciditoque el estilo su permanente flujo creador, queenuparií nos trae al siglo XX-, en la "llamada" de los cia se acentúa en las üécadas recientes. 1 tamboriles montevideanos -y en su parte esto se vincula con una paradoja: 1 multifacéüco hijo el candombe-, en esa necesidad de ser y existir en lo composiiiv maravilla siempreviva que es la payada de parece afirmarse a medida que la habin contrapunto, y en las sombras de cifra, de mente alienada clase media ciudadana.! vidalita, de mediacaña, de pericón, de polca tomando conciencia -en general a canaria, de ranchera, de chimarrita, de golpes- de su condición latinoamericana,! chotis, de vals criollo y de otras especies Si bien en ciertas áreas del consumo musié -bailables o no- que aparecen aquí y allá. la de los bailes masivos, por ejemplo-1 parece haber urgencia por una produc I A CREACIÓN EN propia, en otras -destinadas principalmen IX>S AÑOS RECIENTES la escucha- se da unflorecimiento.Y i tanto en la música popular -con numen Lo que define indiscutiblemente un Uru- casas de enorme popularidad que desa guay musical palpable e individualizable, es las regiasde silencio impuestas por la < ¡erizante industria de los medios de con cación- como en la así llamada música < LAS MÚSICAS DEl URUGUAY. HOY 101
Lamarque Pons (nacido en Saito en 1917 y
. A MÚSICA CULTA DE LOS ÚLTIMOS muerto en Montevideo en 1982), que ** DECENIOS prefiere un lenguaje más amable y contemporizador con ese medio, y opta por Eduardo Fabini, máximafiguracreativa de un enfoque de corte nacionalista, con fuerte la primera mitad dei siglo, muere en 1950, presencia de las músicas popuiares del Río Ifas un silencio creativo de 13 años. En ese de la Plata. En la década del 1950 también momento, hacia la mirad del siglo, ¡a figura surge Luis Campodónico (Montevideo, 1931; |Oven que está surgiendo e imponiendo París, 1973), queabandonará la composición respeto dentro y fuera de fronteras es Héctor a partir de 1962. Tasar (nacido en Montevideo en 1923). Será Como en buena parte de América Latina, la él un compositor de envergadura, de gran década de! 1960 significa para ¡os composi- fuerza expresiva, subrayable seriedad tores uruguayos de música culta una final creativa, y severo y sólido oficio. Un compo- puesta al día respecto de las vanguardias sitor refinado y excepcionalmente sensible, metropolitanas, tras un pasado en el que que maneja de modo admirable tensiones, resultaba muy difícil desembarazarse de la densidades y espacios sonoros. La situación de colonialismo ingenuo y trasno- generación intermedia entre Fabini y Tosar chado (con cortadísimas excepciones, no ha apartado nombres especialmente sig- como Fabini y Tosar). Esta puesta al día, que nificativos. De los compañeros de genera- continúa siendo inevitablemente colonial ción de Tosar, poruña razón u otra, ninguno -puesto que acepta la condición de punió de llega a ser de una relevancia equiparable. referencia en ¡os modelos creativos genera- Deben ser mencionados, de todos modos, dos en los centros norteños de poder-parece Mauricio Maidanik (nacido en Rumania en ser lo suficientemente lúcida como para 1920ynacional¡zadouruguayo),queintenta iniciar el camino de la construcción de un una producción vanguardizante en ia futuro lenguaje propio, también en e¡ Uru- década del 1950 pero decide después guay. abandonar la composición, y Jaurés Es en el transcurso de esa década que empiezan a manifestarse poco a poco los nuevos nombres, que irán haciéndase más y más, y generarán un intenso movimiento, especialmente en torno a una institución montevideana de difusión de la creación musical del presente, el Núcleo Música Nue- va (iniciado en 1966). Entre los compositores que van surgiendo en esa nueva etapa, deben ser mencionados Diego Legrand (Montevideo, 1928) y León Biriotti (Montevideo, 1929), compañeros de genera- ción de Campodónico, y Rene Marino Rivero (Batoví, Tacuarembó, 1935), Juan José Iturriberry (Pando, 1936), Antonio Mastrogiovanni (Montevideo, 1936; co-na- cionalizado venezolano), Renée Pietrafesa (Montevideo, 1938), Sergio Cervettí (Dolo- res, 1940; nacionalizado estadounidense), Conrado Silva (Montevideo, 1940; co-nacio- nalizado brasileño), Ariel Martínez (Sanjosé, 102 ALMANAQUE DEL BANCO DE SEGUROS DEL ESTADO
1940). Graciela Paraskevaidis (Buenos Aires
1940; co-nacionalizada uruguaya), quizás el autor de esta nota (Montevideo, también 1940), Beatriz Lockhart (Montevideo, 1944; co-nacionalizada venezolana), Carlos Pellegrino (Montevideo, 1944), Miguel Marozzi (Canelones, 1947), Carlos da Silveira IMontevídeo. 1950), Eduardo Fernández (La Paz, Canelones, 1952), Ulises Ferretti (Florida. 1953), Flbio Rodríguez Barilarí (Montevideo, 1953), Fernando Condón (Montevideo, 1955), Daniel Maggiolo (Mon- tevideo, 1956), Al varo Méndez (Montevideo, 1956), Alvaro Carlevaro (Montevideo. 1957), Felipe Silveira (Maldonado, 19571 yLuis Jure (Montevideo, 1960.) "*, asi como algunos músicos populares que producen también obras de lenguaje culro, como Leo Maslíah, Fernando Cabrera y Esteban Klísich.
Y LA MÚSICA POPU1AB
Más rica todavía -o por lo menos
Página manuscrita de una de las ÍTSI igualmenterica-es la producción de música redames composiciones de Hedor Tosat popular uruguaya en las últimas décadas. La primera mitad del siglo es protagonizada por en el primer capítulo de esta breve nota. el tango y sus especies conexas, ámbiio déeada del 1950 significa además el surgí-1 creativo que la margen izquierda del Río de miento de un movimiento folclorista, esj la Plata comparte con las provincias decir, de revitalización de especies tradic rioplatenses de la Argentina. Hay difusión (y nales populares propias, así como aceptación) masiva de otras especies crecimiento de expresiones relaciona musicales producidas localmente, algunas con el carnaval, y la aparición de un cain| de tradición criolla, -como el estilo- y otrasde de creación de especies bailables vincuh imitación de modelos metropolitanos a la "llamada'' de tamboriles y. al mí: recientes -como el foxtrot-. Y existe una úempo. al modelo suministrado por las* fuerte corriente de creación cuya difusión no questas de "música tropical", especialme es canalizada por la radio y el disco (o es las cubanas. poco vehiculizada a través de esos medios), corriente de creación que irá disminuyendo E! movimiento folciorista de ia década < -pero no desaparecerá- en la segunda mitad 1950 hace posible la eclosión en la déca del siglo, y en la cual se hace difícil, sí no de! 1960 de una fuerte corriente creativ^ imposible, el seguimiento sistemático de interpretativa, que alcanzará hacia fines| personalidades individuales. 1967 y comienzos de 1968 -a pesar dei| indiferencia de los medios de comunicad* Dentro de esia corrienie, sin embargo, un punto de enorme popularidad en deben simarse dos campos creativos de distintos sectores de la población del larguísima tradición, que se mantienen loza- popularidad masiva que intentará sílenC nos hasta hoy -y más aún- continúan por vía de la fuerza el golpe militar de 19 renovando en este fin de siglo sus cultores: -que sólo logrará, en realidad, mediatiz el arte de los payadores, y la "llamada" de Las principalesfigurasprotagónicas de 1 tamboriles, a los que hidmos referencia ya ámbito creativo e interpretativo (precedió LAS MÚSICAS DEL URUGUAY, 103
Héctor Tosar Rubén Olivera
por Amalia de la Vega, Osiris Rodríguez estilística ,se apoya en parte en el Castillos, Aníbal Sampayo. y otros) son Da- antecedente de las propuestas bailables de flfel Vigletti (Montevideo. 1939), el dúo "Los Pedrito Ferreira-, como Eduardo Mateo Glimareños" -Braulio López (Treinta y Tres, (Montevideo, 1940; Montevideo. 1990). o W**), y José Luis Guerra (Treinta y Tres, como Diño (Gastón Ciarlo) (Montevideo, 1943), con el sustancial aporte creativo de 1945). Aparecen también varios grupos fran- «Oor Urna y de Rubén Lena, mayores en camente roqueros, con algunos exponentes «&d que ellos-, y Alfredo Zitarrosa (Monte- creativos de valor. Debe recordarse, por otra ***». 1936; Montevideo, 1989), seguidos de parte, que, en la década del 1960, dos "guras como José Carbajal, "El Sabalera" agrupaciones uruguayas de menor significa- , 1944) y el precoz Héctor Numa ción creativa han obtenido una gran •(Curtiría, Tacuarembó, 1950). respuesta de público, con el apoyo de la industria discográfica de Buenos Aires: Los en caminos distintos, más Iracundos, de Paysandú, y The Shakers, de por la tradición afromonte- 1 Montevideo. y al mismo tiempo por el rock y sus X surgen hacia En la transición hacia el período del golpe S militar (1973), inician su trayectoria, entre C o n ^ ^ J i é n muy significativas pero Rada ^? r r e s i J n a n c ' a Pí>pular,comoRuben otros. Eduardo Darnauchans (Montevideo, ^ (Montevideo, 1943) -cuya opción 1953), Carlos "Pajarito" Canzani (.Fray 104 ALMANAQUE DEL BANCO DE SEGUROS DEL ESTADO
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Washington "Canario" Luna y Jaime Ftoss
Bentos, 1952), Carlos Benavides (Tacua- El retorno a la democracia formal en •
rembó, 1950), Carlos María Fossati significaunanuevatransición,conlagr (Montevideo, 1946), y el dúo tacuarembo- abolición (en 1984) de las prohibidoij ense Los Eduardos, cuyo iniegrame Eduardo Regresan importantes creadores e intér Larbonois (Tacuarembó, 1953) se reagru- tes. Hay una eclosión de nuevos gruj pará más larde con Mario Carrero (Florida, rockeros de perfil "nacional" que se; 1952). Y adquieren relevancia figuras diluyendo hacia 1989- Y la aparición 1 surgidas anteriormente y que, por azar, no nuevos nombres, con un perfil creativo han sido silenciadas, como Washington definido, como Esteban Klís Carrasco (Montevideo, 1941) y Santiago (Monlevideo, 1955), Mariana ingíj Chalar (Carlos Paravís) (Montevideo. 1938). (Montevideo, 1958) y Alberto Luego, un periodo de casi total silencio, lleno (Montevideo, 1962), participando de de prohibiciones íy que los compositores generación que está en este mome cultos conseguirán sortear de otras maneras, tratando de encontrar su identidad hioiór inherentes a su menor potencial de diferenciada, en una convivencia -pa masividad), es cortado por una pujante dójicamente nueva- con figuras de generación que decide decir su palabra, a distintas y sucesivas generaciones que ] pesar de todo. mos enumerado, cuyo perfil, en cada < no permanece -por otra parte- por razc A partir de 1977, un torrente de jóvenes de dinámica histórica y por manes óei músicos irrumpe por doquier en Montevi- procesos individuales, inmutable deo, y en mucho menor medida (dadas las tiempo. Yeso constituye también una bue características de los métodos de represión) señal de salud. en el interior del país. Con el inevitable ries- go de ser injustos -más que en las etapas an- Ojalá este apretado artículo haya log teriores, dada la menor distancia histórica-, dar una imagen de ello. debemos destacar al grupo Los que iban cantando (1977-1987, con discontinuidades) integrado por jorge Bonaldi (Montevideo, 1949), Jorge Lazaron1 (Montevideo, 1950- 1989), Carlos da Silveira (Montevideo, ¡950), • Lo cual no significa de ningún modo un signn ii£ • ••'-•*" Luis Trochón (Montevideo, 19%) y algunos materia cultural -ni aurorara a evduir de las cunMÍ. "-'ílíl .1 otros, por períodos más breves-, a Jaime Roos (Montevideo, 1953), a Leo Maslíah (Montevi- "iJíTiunKrjnnónie detiene expresamente ene" >•"''-. •• de nacimiento de los compositores, a fin dpevii.1, - ;-K deo, 1954), a Rubén Olivera (Montevideo, cnuErs du perspectiva Aun asi, es imposih.i* no P ' t i | C , | 1954), a Femando Cabrera (Montevideo, involuntariamente injusto en la inclusiófi u iwiisirtn Je : 1956) y a Mauricio Ubal (y el grupo Rumbo). numbre Obviamente, pido, en este señuelo, la i k j uor
Entre Dos Mundos - Lo Propio y Lo Universal en La Suite Chilecito N° 1 de David Alfredo Levi - Trabajo Final de Lic. en Música Mención Guitarra - UNLaR. Autora - María Del Pilar Chanampe