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\

H,permedia George P. Landow

1,.P. Quéau, Lo virtual


2. G. P. Landow, Hipertexto
Hipertexto
La convergencia de la teoria cútica
contemPoránea Y la tecnología

Bibliotscs Dariel Cosio Yillegas

Inventario 2007

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C$f,UeI0 UB 'il8XIeO

B eca D,aníet Co :'io Qlttt'g ou


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EL C0LEGI0 D[' ftiÉxiüü, A c'
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\n¿iciones PaidÓs
Barcelona-Buenos Aires-México
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Título original: Hipertext. The convergence of contemporary critical the- :

ory and technology i


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Publicado en inglés por The Joh¡s Hopkins University Press I

Traducción de Patrick Ducher



Cubierta de Mario Eskenazi

#d,*,?8
l*x,53 4

Para Sbosbana, Serena Y Moali'

YI

1." edición, 1995

Quedan rigurosemcntc prohibidas, si¡ la autorización cscrita dc los titul¿¡cs dcl «Copyriglrt», bajo las
s¿ocioncs establecidas en las lcyes, la rcproducción totd o parcid de csta obr¡ por cualquier método o
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de dla mcdirntc dquilet o préstemo públicos.

.¡\3;,
@ t992 by The Johns Hopkins University Press, Baltimore y Londres ".i-
t .ii
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i
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y Editorial Paidós, SAICF, ,'th
:

Defensa, 599 - Buenos Aires ,l¡'

{.t

ISBN: 84-4%-0186-6
*
Depósito legal: B. 40.27 4-L995

Impreso en Gráfiques 92,5.A.,


Torrassa, 108 - Sant Adria de Besós (Barcelona)

Impreso en España - Printed in Spain


+
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-t t^ :l :.
Sumario

1:

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n

L1
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Agradecimientos .

1, El hipertexto y la teoría c¡ítica' - -' r)


Ne1son posestructura:
¿Un berrida hipertextual? ¿Un t3
lista?
Definición del hipertexto y su historia como concepto. 1,4

Otras convergencias: intertextualidad, diversidad de


L9

Y el Memex . ' '


26
Vannevar Bush
* )1
Texto virtual, autores virtuales e informática literaria
El mod.lo no lineal de red en la teoría crítica actual'
)7
o confluencia? ' 42
¿Causa o convergencia? ¿Influencia
revolución de Gutenberg 45
Ánalogías con la '
47

5L
2. Reconfigutar eI texto.
5L
Del texto al hipertexto
problemas de ierminol ogia: ¿Qué es el objeto que lee-
mos? ¿Qué es el texto en hiPertexto? ' :
59
6r
Texto verbal Y texto no verbal .
65

TextodisPerso . . - .
72
Transliteración hipertextual de la c-ultura del escriba o
75
el manuscrito electrónico
78
Argumentación, organización y retórica '
79
* tr
Principios y finales en el texto abierto' '
81
{'
tor láit., d.l texto abierto .
86
La categoría del texto, la categoría en el texto
92
El hipeltexto y eI descentrar; Íundamentos filosóficos .

al autor 95
). Reconfigurar
95
Erosión de laPersonalidad

ir.
'4:...,' ,
t0 HIPERTEJCTO

Cómo escribo este libro. r.0l Agradecimientos


Presencia virtual. LL3
Escritura en colaboración, autoría en colaboración Lt6
Ejemplos de escritura en colaboración con Intermedia L24

4. Reconfigutatlanarrativa . l3L
El hipertexto y la concepción aristotélica de trama DL
Principios y finales en la narrativa 140
Afte,rnoon, de MichaelJoyce: la experiencia del lector
como autor . L43 t,.;

i.;
l;,

153
Amenazas y promesas L5)
L57
Recontigurar aI estudiante. 160
Reconfigurar el momento de estuüar . : . 165
Qoisiera agradecer al personal, tanto actual como antiguo,
Reconfilurar las tareas y los métodos de evaluación 168
del Institute for Research in Information and Scholarship (IRIS)
.

Ejemplos de estudio en colaboración con Intermedia . t7)


L84
de la Universidad Brown, y sobre todo a su director y fundador:
Redefinir la materiay los planes de estudio
20L Villiam G. Ship p y a los actuales codirectores: Norman K. M.y-
iQué posibilidades tiene el hipertexto en la enseñanza? rowitz y Marty j. tUi.frel Nicole Yankelovich, coordinadora de
6. La política del hipertexto: ¿Quién controla el texto?. 203 ptoy..io en el IRIS en las fases tempranas de desarrollo y de aPli-
Oraciones hechas realidad, o la política de la resistencia 20) iación de Intermedia, y Paul D. Kahn, coordinador de proyecto
- Lamarginación de la tecnologíay el misterio de la lite' durante Dickens Veb y otros proyectos posteriores de Interme=
ratura. 205 dia, hicieron gala de una gran inventiva, amabilidad y buen hu-
Las políticas de determinadas tecnologías 2LO mor, incluso á 1o. t ro*.t tos de crisis, y Io mismo puede decirse
El hipertexto y la política de la lectura 218 de Julie Launhardt, la asistenta coordinadora de proyecto. Tood
La visión política del hipertexto, o el mensaje del medio 221,
VÁderDoes y Larry Larrivee, ingenieros de las instalaciones del
La política del acceso. »0 IRIS, aseguraron el buen funcionamiento del equipo (bar&ttare y
Acieso al texto y derechos de autor (Copyright) 243
softusare) en circunstancias de continuos cambios.
-
-7. A partir de 1988, cuando el Departamento de Servicios Infor-
Condusión abierta o fin de la ttansmisión 251
máticos de la Universidad Brown asumió la responsabilidad del
Iaboratorio de fntermedia, fue gracias a 7a Tabor de Steve Andra-
de, Chris Chung y Vic Nair que pudimos aplicar Intermedta ala
Índi.. .nalítico. 279 it enseñan z^ y a la investigación. Estoy especialmente agradecido a
mis. ayudantes de investigación, licenciados o no, por su gran en-
r; tuslasmo, y en partivular a Randall Bass, David C. Cody, Kathryn
,,,rStockton, Shoshana M. Landow y Gary §Teissman, así como a
,.:.mis estudiantes de Ia Universidad Brov¡n. El desarrollo de Inter-
,,.media fue parcialmente financiado con aportaciones y contratos
i' de International Business Machines, de Apple Computer y de la
I "..-t .,
L2 HIPERTE}CTO

Annenb erg/Corporation for Public Broadcasting Project, y les 1. El hipertexto y la teoria crítica
agtadezco este apoyo.
Asimismo, expreso mi gratitud a muchos colegas y estudian-
tes que compartieron conmigo sus trabaios: Stuart Moulthrop, El problema de la causalidad. No siempre resulta fácl, deter-
minar lo que provocó determinado cambio dado en una ciencia.
que me prestó su versión en Storyspace de <<Forking Path»> , y J. qué apareció
David Bolter, Robert Coover, Terence Harpold, Paul D. Kahn y ¿Qué hizo posible tal o cual descubrimiento? ¿Por
se concepto nuevo? ¿De dónde surgió esta o aquella teoría? Es-
G"ry Marchionini, que me dejaron ver los borradores o las pri- ms pfeguntas suelen resulrar muy gmbarazosas ya que no hay Print
meras versiones de sus escritos. También quisiera dar las gracias a cipio, t.,odológicos en1os eug fund-amentar el análisis. La difi-
'§üilliam
Crossgrove, Shelia Emerson, §7illiam Keach, Neil Laza- cultad es aún rnayor en el caso de cambios generales que afectan a
rus, J. Hillis Miller, Elli Mylof,iás, Allen Renear, Ellen Rooney, : toda una ciencia. Y más aún crrando se producen diversos cambios
Gregory Ulmer y a los miembros del CHUG, por sus conseios y relacionados enrre sí. Pero la dificultad máxima se da en el caso de
estímulo. las ciencias empíricas: por un lado, el papel de los instrumentos,
También debo mucho al personal de la editorial Johns Hop- técnicas, instituciones, acontecimiéntos, intereses e ideología re-
kins lJniversity Press, y sobre todo a Eric Halpern, eI director de : sulta muy evidente, pero no se sabe cómo funcíona realmente una
edición, que fue lo bastante abierto para entusiasmarse por un articulación de cornposición tan complelay variada.
proyecto que otros directores de edición en otras editoriales en-
lvftcnel- Fouclu¡-r
contraron demasiado'extaño o incluso ininteligible. Anne §íhit- 1
Tbe Ord'er of Tbings
more, mi asistenta de edición, sabe cuánto debo a su tara combi
nación de conocimientos, rigor y escepticismo y quisiera dejar
bien claro 9ü€, si este libro tiene algún tipo de gracia, claridad o
posestructuralista?
precisión, es en gran parte gracias a ella. Jim Johnston y Glen Bu- ¿un Derrida hipertextual? ¿un Nelson
rris, de diseño y producción, tienen el mérito de haberse atrevido
a emprender algo'nuevo de un modo distinto. Cuando los diseñadores de programas informáticos examinan
y, firrdro.rr"r., he de agradecer el apoyo y el estímulo de *i .t- las páginas de Glas o de Of Giammatology (De la gramgtología),
se encuentran con un Derrida ügtal:r;ado e hipertextual;
y, cuan-
posa Ruth y de mis hijos, a quienes dedico este libro., Durante
do los teóricos literarios hoiean Literary Machine-§, se encuentran
años, han escuchado, con entusiasmo y comprensión, mis apasio-
nados alegatos sobre nexos, trama§, lexias, §fleb Views y otros ar- con un Nelbon posestrucruralista o desconstruccionista. Estos en-
tilugios de seguimiento. De todos los agradecimientos que la es- cuentros .h".átes pueden darse porque durante las últimas dé-
critura de este libro ha motivado, éste es el que más me complace cadas han ido .on r.tgiendo dos campos del saber, apafentemen-
expresar. te sin conexión ulgun a: la teoría de la literatur a t¡ el hipertexto
informático. Las d-eclaraciones de los teóricos en literaturl y del
frip.*.rto han'ido convergiendo en un grado no-table. Trabaian-
dá menudo, aunque tto ti.-Pfe, en completo desconocimiento
unos^ de otros, los
i.nt"dores de ambos campos nos dan indica-
ciones que nos goát, en medio de los importantes cambios que
están oCurriendó, hast a el episteme contemPoráneo' Me atrevería
a decir que se está Produciendo un cambio de paradiry" en los
escritos á"Ju.q.res berri d^y de Theodor I'{elso{r, y los de Roland
Barthes y á. Andries van Dam. Supongo que aI menos un nom-
cnfr¡ce L5
I{IPERTE)CTO EL HTPERTEXTo Y 1A TEoRÍA
r4

Dice Barthes: <<En este texto ideal, abundan las redes (réseaux)'i
bre de cadapareja Ie resultará desconocido aI lector. Los que tra-
que actúan entre sí sin que ninguna pueda imponerse "ltj:-TU::l
bajanen el .r*pt de los ordenadores conocerán bien las ideas de estructura de(;
este texto es una galaxia de significantes y no una
Náko¡ y de ,r* Du*; y los que se dedican a la teoría cultural es- vías de acces?llT
tarán ti*U"rtados .ot l"t íd."t de Derri d^ y de Barthes'' Los Gificados; no tiJne principio, p.to sí diversas \
q[e nirrgorr; de ellas^pred, ."1ifi.ttse d-e principal; los-'ódblos
J

/ qtatro, como otros muchos especialistas en hipertexto y teoría cult o.r. *o.rilira se e*ti"nden hasta donde alcance la uista; !-93. Pde-
( t,rr"l, iorurl* que deben abandonarse los actuales sistemas con-
) ..oarr¿esbasadó, .t nociones como centro, margen, ierarquía y li-
este texto absolutamente plural, ñ"t9 su número nunca está limi-
\ "áfi¿ad y sustiruirlos por otras de multilinealidad, nodos, nexos y ;;á;, ," n". está basrdo J' h infínidad del lenguajo>
(cursiva en
i ,.d.r. Cái todos los iarticipantes en este cambio d9 paradigma, t.
I original).'
nr. marca una revolrr.iAt, .t a pensamiento,-consideran la escri-
I el :., r - _*^
i --F---'G"<.
ComoBrrtho,,pffir"""..il'gsgg"ibe.,el..texto-en-f,'ormade
t r." electrónica como una reacción directa a las ventaias e incon- que <<las fronte-
i
venientes del libro impreso. Esta reacción tendrá profundas re-
, "..d;;dñ ".l"-Á,li*pss¡X"i@:,afirma
*i s."r¡áa-riuro n ñEáffi-.rairi"éññá detinidas>>, y2 que se en-
; percusiones en la literatur a, laenseñan za y la política. libros, otros
- Los ngmerosos paralelismos entre el hipertexto y la teoú a ctí- L§ü.],-, " rrii"pado en un sisrema de referencias
a orros
una red de refe-
es un todo dentro de r¡na red"'
. tica presentan *rr.iot puntos de interés, de los cuales el más ' +rni."r*, otras frases: y posestructuralistas,
importante tal vez sea el hecho de que Ia teoría crítica promete te- -";.".#;.? Co,,,o todos los estructuralistas de la literatutd, Y
v Foucault describen el texto, el mundo
, orir^rel hipertexto mientras que éite promete encarnar
y, así, de- §á ffiil;
il;;:í""o a. poder y categoría qu9 implican, en términos que
i ;;Jt"r rráo, asPectos de la te-oría, tobt. todo los relativos a tex-
áa blr"rqxtllxformático'
Itr"lid.d, narrativa y a los papeles o funciones de lector y escritor. ;r"rbi¿" n".d; áfti.rÁ d.^mpo
u.rr¡á+ en los "'
Hpglexto, eipr.qion eerÉ:,"-Jelr{-§elson
Con el Lripertexto, ios teóricis de Ia cútica dispondrán, o dispo- , tipo de textó electrónico, una tecno.
nuevo laboratorio donde poner- a prueba sus ideas,
.ñ".r_Gnta, se f"fi"r. a un
nen ya, d.
"t,
además de las bibliotecas convencionales de textos impresos. <<Con "hiptÍ.tlt6'r' i
modo de edición. Como á1 *ir*o lo expLica:
í Otro punto fundamental es que una experiencia de la lectura en ' ;;;fi"r o a una esuitura no secuencial, a un texto que bifur:3' i
)hipertexto, o con hipertexto, esclarece muchas de las ideas más Í., meior en una pantalla
(sisniticatiás de la táría crítica. Como 1o subrayaJ. David Bolter , gue permite que el lectorconelijaÍ" y q*g ,.popular, se ttat^ de una se-
i

'

lJ".*plicar cómo el hipertexto encarna los conclPto¡ posestmctu- . i.t.ru.tiá-d"l.rr"rdo conectados "".iAn
rulirius de texto abierto: <<Lo que es antinatural en la letra impre-
', rie de bloqrr., de texto enti..;l8ol l."lt: 1".-1"::i
áf;;; para el usuario>>.' El hiptrtexto, término
itinerarios
sa se vuelve natural en el ámbito electrónico, Y muy pronto no lo largo de esta obra, implica un tex-
q,r. ,.gui;;;r utilizando a
haúni falta decirlo, porque podrá mostrarse"'' que Barthes denomina
to comp.r.rá á. fragmentos de t.*to -1o
sí' La ex-
lexias-y 1,rr rr"""t Étectrónicos que los conectan entre hi-
, simpl.emente e- xtiende la noción de texto
Definición del hipertexto y su historia como Goncepto ;;¿" i;[n*rd,ia
, En S/Z,Roland Barthes describe un ideal de textualidad que
: i"r*6 de información. Puesto que el hipertexto, al poder conec-
: tar un p".ui; i. di,*rso verb I a imágenes' -4-11', *-*:*:¿ 1a
coincide exactamente con lo que se conoce como hipertexto elec-
; rónico, un texto compuesto de bloques
de palabras (o de imáge- :Lffi".tri;.:ilrt."re como , árto ft"[m.t verbal,
io .vá¡bal, .expande
i n.s) electrónicamentá unidos en múltiples trayectos, cadenas o
,' recorridos en una textualidad abierta, eternamente inacabad^
y
i,r,
t.¿?., d;:*
noción d.
:;::
t"*tf-Áit ,llade
lE:::::-lf"":-:* qrr.
1o

:;,?::!3,i?::"'
relaciona
no haré la dis-
meramente
Pues' -'
información tanto I I

descrita con términos como nexo, nodo, red, trarna y trayecto, Iete*re ;;r *É¿i" informáti.o
,1.' /

)
I

L6 I{IPERTEXTO BL HrPERfExro Y tA TEoRfA cnÍuce t7

verbal como no verbal. Los nexos electrónicos unen lexias tanto la experiencia de la lectura como la n-aturaLeza de 1o leído. Por
-ffif6A
<<externas>> a una obra, por ejemplo un comentario de ésta por ¿i¿Uó;itl;üó l-6;ré ¡óyó. r! ántó nrtaiá-en un sistema
otro autor, o textos paralelos o comparativos, como internas y así de hipertexto que tuviese nexos con todo el material citado , pas?'
crean un texto que el lector experimenta como no lineal o, mejor ría aior*u, p".t" de un sistema mucho más extenso, en el que Ja
di.t o, como multilineal o muliisecuencial. Si bien los hábitos de totalidad poáría resultar más importante que el documento indi-
¡{L.t:ura convencionales siguen válídos dentro de cada lexia, una ,id,r¿t el artículo se encontraría ánton.es mucho más entrela2ado
{ \r, que se dejan atrás los oscuros límites de cualquier unidad de a[ contexto que su homólogo impreso
Como ,. ,., el.!rrnS$e.X.J.9 difumina las fron!-gtas e.nlre lector y
''

fexto, entran en ügor nuevas reglas y experiencias. tr.


Barthes.
¿,escltor y con ello 1ii"sát, otra calidad del texto ideal de
- El típico artículo académico de humanísticas o de ciencias
\

'filustra perfectamente las nociones subyacentes de hipertexto 1; luz'de 1o, .rirbios actuales en informática, la distinción de

'Barthes
j como texto que se lee secuencialmente. Por ejemplo, en el caso de entre texto de lector y texto de escritor coincide con la
i un artículo sobre Ulises de James Joyce, uno va leyendo primero distinción entre los textos basados en la tecnología de la impren-
í 1o que convencionalmente se conoce como texto principal y se va tay elhipertexto, ya que este último alcanza
\i.. encontrando números o símbolos que indican la presencia de no-
Ias, a ple
\ ¡"r,a páginao al.
pie de págrnao alfinal
tmal de la obra; uno
uno-deja el tex-
de¡a entonces eI el objetivo de la obra literaria (o de la literatura como obra), que
,,'/ro principal para leer dichas notas, gu€ pueden contener una cita .orrrirt. en hacer del lector, no un consumidor sryo-un productor
, V\, de un pasaje deUlises que supuestamente apoya el argumento en del texto. Nuesffa literatura se caracteríza por el despiadado di-
''/ j cuestión, o bien datos sobre. agradecimientos o discrepancias del . vorcio que la institución literaria mantiene entre el productor del
autorcon otros escritores, etc. Las notas tarnbién pueden conte- texto y su usuario, entre el propietario y el cliente. El lector se en-
ner información acerca de otras fuentes, influencias y paralelis- cuentra sumergido ...rrr, .tpicie de ociosídad, es intransitivo' e
irnos con otros textos literarios. En cada caso, el lector puede se- incluso serzor á ,r., de funciánar por sí mismo, en lugar de acce-
;guir la conexión y salirse por completo del primer artículo. Tras ;;;;1"; agia delsignificante, alós placeres de la escritura, se 1o
Ieer la nota, o mirarla y decidir que una lectura completa no pro-
á.i"ráfo .o"o la poble [bertad de acéptar o rechazar eltexto: leer
no es más que un referéndum. Frente al texto de escritor, se en-
cede por el momento, vuelve al texto principal y sigue leyendo pue-
cuentra rr, áorrarurio, su homólogo negativo y reactivo: to que
, hasta encontrar otra nota y volver a dejar el texto principal. Este d té*to á. Iector. Cualquier tei<to de
á" t.r f.ido pero no escritor
i tipo de lectura constituye la experiencia básica y el pqnto de par- lector p,r"d" considerarse texto clásico $/2, 4) '
:tida del hipertexto. Imaginémonos que uno pueda simplemente
-.locar la página donde se encuentra el símbolo de la nota, referen- Comparemos la descripción que hacen los diseñadores de In-
cia o anotación para hacer aparecer instantáneamente el conteni- termedi", ,rro ie los más iu*ruáos sistemas de hipertexto desa-
do de la nota o incluso el texto completo, en este caso Ulises en- .i"U"¿"s hasta la fecha, del lector activo que el hipertexto requie-
tero, aI que alude la nota. Los artículos académicos se sitúan en re y crea:
un campo de relaciones que, en su gran mayoría, perrnanecen
ocultas en el caso de los textos impresos y relativamente difíciles Alavezherramienta Para el escritor y medio patael lector, los
de seguir por encontrarse físicamente lejos de sus referencias. En documentos en hipertexio permiten a los escritores, o a grupos de
cambio, el hipertexto electrónico facilita muchísimo el segui- ' autores, conectaidatos entre sí, crear trayectos en un conjunto
miento de las referencias índividuales así como la navegación por de material afín, anotar textos ya existentes y crear notls que re-
todo el campo de interrelaciones, que también se vuelve muy evi- mitan ranto a datos bibliográficos como al cuerpo del texto en
( d.nt.. Este cambío en la facilidad pmaorientarse en ese contexto cuestí6n... Et lector Pqede pasearse pof esos textos anotados,
referidos y conectados de forma ordenada aunque no secuencial."
{ y "...der a las referencias individuales 1[g_cj1 :l*:41g9-n!e* _tanto
tBonÍe cnÍtlce L9
18 HIPERTEXTO EL I¡IPERTE¡<To Y l¿.

' Para tener una idea de cómo el hipertexto produce un texto de otras funciones del sistema o buscar conexiones nuevas' La """'J
lector de Barthes, examinemos cómo Vd., lector de este libro, lo le- tüdad del hiperrexto, que se manifiesta en múltiples conexiones -rt
ería en una versión en hipertexto. En primer lugar, en vez de ma- entre bloques i"¿i"i¿"i"t d" texto, .t.g. un lector activo' '
nejar un ejemplar impreso, lo estaría leyendo en una pantallade or- Además, un sistema completo a. nrp"rffif; d6¿"cia de
denador. Las pantallas acruales, que no tienen la movilidad y tacto 1o, libro, y á. algunas de las primeras aproximaciones al
hiper- -
de los libros impresos, hacen la lectura un poco más difícil. A las
personas 9u€, como yo, suelen leer tumbadas en la cama o en el mismo entorno tanto .r.rito, .o*o al lector. Así, con simple-
^i
sofá, la pantalla puede parecerles algo menos práctica. Por otro mente entraf en el programa de procesamiento de texto, o editor,
por+:"
lado, la lectura en Intermedia, el sistema de hipertexto con el que como se 1o .orro..l VJ. pod ria tomar notas o incluso rebatir ''
(irabajo, ofrece varias compensaciones importantes. Al I.er üa escriro mi interpreiaciórr. A.rrrqre no podría modificar mi texto,
a mi documen-
TVersión de este libro en Intermedia, Vd. podría, por ejemplo, carr-- sí podría .r.ribi, una contestación y 1u!8o- unirla
(biar el tamaño e incluso el típo de letra parahacer la lectura mucho ;;:Á;i h abráleído este texto de lecior dé dos maneras imposibles
;;" oÁ libro:- prgsro, Vd frqysglgga de su t
!"ar fácil. Aunque no podríi h".", est; cambios de formá p€nfrá' -mis-mo--es-c-ogiila
Lente paraotros lecto^res, sí podría hacerlos cuando quisierá. lectura y, .o*-oiffiáárll" tlr"iá, .r.og.*en aistint^ uryé;tórias
asumir
, Y, más importante aún, como estaría leyendo este hipertexto ;ffiúd.r, la versión hipertextual de este librqel podría
, en una gran pantalla gráfica que muestra dos páginas atavez,ten- fo*6 muy diferentes, uri .o*o sugerir td- vez valor de rutas
e1 el texto
dría la posibilidad de colocar varios textos unos al lado de otros. alternativas y dedicar seguramente rnenos espacio -
Por otro lado, talvez había empe- z
Así, al llegar a la prímera nota del texto principal, al fhal del pa- ;t"rrt^l , fár pasaies citJdos.
saje de S/Z mteriormente citado, activaría eL equivalente hiper- zado. ao*r. ,r'otut a producir respuestas al texto a medida gue
textual de la referencia (tecla, símbolo de referencia) y ello haría
"
lo l.iu, ulguru, de las .id., podrían muy bjen presentarse
en for-
las interpretaciones enun-
aparecer Ia nota final. La nota en hipertexto difiere de varios mo- ma deteito, que apoyen o contradigan
Ü="tza'' ** e'i-t.'.
dos de la nota en un libro impreso. En primer lugar, se relaciona ciadas en mis escritos. I f,;*; , r' i:"*'l ,
¿¡,,t-'-
"'''
-i '-r1iir!
i- ¡;r'.>q'd'r¡' ll,' i.l"¡¡' "¿t'Llr
directamente con el símbolo de referencia en vez de encontrarse "

en trna lista nrimera da al final del texto principal. En segundo


lugar, una vez abierta y superpuesta al texto principal o bien co- Otras convergenc¡as:
locada a un lado, la nota aparece como un documento indepen-, intertextualidad, diversidad de voces y el descentrar
diente, aunque asociado, y tro como una especie de texto subsi-i
diario, secundario y eventualmente parásito.
¡r;¡ll,'lnl

Como Barthes, Foucault y Mikhail Bakhtin,'Jacques


Derrida-
tram-a.@'!11:
La nota en cuestión contiene la información siguiente: <<Ro- ¡¡iliz.aconstantemánte términos colno nexo Qiaison), L
(s'y tissent))r que claman PoI la hipertex-(
land Barthes, S/Z,trad. Richard Miller (Nueva York, Hill y Wang, ied. (réseau) y entretejer
lec- =
L974), págs. 5-6>>.Lalextahipertextual equivalente a esta nota po- *J¿"á¡ ;;r; dif.í.r,.iá. Ea¡ües, qrr. insiste eo e-l ¡extoladeinter- r'
dría incluir la misma información o, con más probabilidad, el pa- ;;;; ,r, rá fi"*ulidaá,D.rrid r"f"*iie aprrt ta textsd,
" i; di;ii".io" entre 1o intemó v 1o
saje citado, un fragrnento más largo o todo el capírulo o incluso el ;*it"t &A;..tfi;.9rga.ryá¡; toda claridad
texto íntegro de la obra de Barthes. Además, este pasaje podría exrerno a un i#á;r¿- Er.. énfasis aparece con
servir a su vez de nexo con otras declaraciones de Barthes al res- ;;d" .tr-, que <<como cualquier otro texto, el de "Platón" no
pecto, con comentarios de estudiantes suyos o con pasajes de De- ;;dí" deiar d. .ri", involucr"do, al menos de manera elvirtual' dinál
rrida o de Foucault acerca del mismo concepto de texto en red. ffi;1ilJ, .o' todos los mundos que componían sistema del
Como lector, tendría Vd. que escoger entre volver a mi exposición,
seguir algrrna de las conexiones sugeridas por los nexos, utiTtzar \:: ,
o. En francés en el original' T'
.,.,
,::,- ,

ii í.,;
-l
20 2l
HIPERTEXTO Er, HIPERTE)ffo Y I-A TEoRfA cnÍnce

iü9T1 grieggr, Ozl)..o' De hecho, lo que Derrida describe aquí


.,r áig^, y, así, uno no se olvida de é1 con los dientes>>;'estos dientes,
Á concide con los actuales sistg.mas de hipárr-exto en los que el l..tá..
^{{actrygrlsqsgpa49-ggglQs§suh¡l&}ier,üavéc;ffi según aclata Ulmer, se refieren a las comillas, corch:tes, parénte-
sisl cuando se cita un texto (colocándolo entre comillas), el efectol
es el mismo que liberarse de un contexto limitativo» (58).
hacer intervenir diccionarios con andisiJ n o.fóiiigiá"" \
i'-f Puede
correctan las palabras aisladas con símiles,
á.r.
derivado, y .órrtrarios. Esta búsqued a a cíegas por parte de Derrida de un medio
Una vez más,lo que Derrida y otros teóricos críticos expresan como per:a subrayar su reconocimiento de cómo opera el texto en un
r'tna reivindicación lingiiística, aparentemente des cabeilada, resulta m.dio impreso fit y al cabo, es un acérrimo defensor de la
)'describir precisamentJ la nueva^dirr,n*i.a de la lecn¡ra y de la escri- -d
escritura frente ala oralidad- ilustra la posición, o tal vez el di-
Jtura en el medio electrónico, más viftual que físico. lema, del pensador que trabaja con letra impresa y percibe sus ca-
Derrida reconoce acertadamente (con antelación, cabría de- rencias pero que no puede, pese a su brillantez' encontrar un
cir) que una nueva forma de texto más ríca, más libre, más fiel a camino fuera de sumentalité."r Según demuestra la-experiencia con
nuestra experiencia potencial, y talvez auna experiencia real aún hipertexto, Detrida tantea hacia ufr nuevo tipo de texto-: 1o des-
desconocida, depende de unidades discretas dJlectura. Como lo ..ib., 1o alaba, pero sólo puede presentarlo en términos de los re-
explica, en 1o- que QregoSy Ulmer considera <da gene rulizaci1n cursos asociadás con un modo particular de escribir, en este caso
fundamental de su obr»>,8 también exíste <<1a posiU"mau¿ de omi- las marcas de punüuación. Como nos lo recuerdan los marxistas,
sión o adición de citas, que pertenece a l" estrircrura de cualquier el pensamientá se deriva de las fuerzas y modos de producción,
marca, oral o escrita, Y gue constituye toda marca escrita, *i., y aunqlue, como veremos; pocos marxistas se enfrentan al más im-
fuera de cualquier horizonte semiolingüstico de comunicación... portante modo de prodücción literaria, el que depende de las
Todo signo, Íingriistico o no, oral o'es.rito, puede ser citado, kcnologías de escritura e impresión.
puesto entre comillas>>. La
$nli.".ión de esta-facultad para ser; De este énfasis de Derridu .t la discontinuidad proüene el
citado, o aPaftado, se manifiesta en el hecho, clave para.l hip.r-i concepto de hipertexto como un extenso montaje,-lo que en-offo
texto, de que, como añade Derrida, ..de este modo, lugar áenominé metatexto ylo que l.{elson llama .<docuverso>>. De
iuede alejarsei
de cualquier contexto dado y engendrar una infinia"¿ d. .ont.*-! h"lho, Derrida emplea la palab ta montaje Para el cine, que ve
tos nuevos de una forma absolutamente ilimitado>.e :

como un rival o *u alternátiva alaletra impresa. Ulmer destaca


Como Barthes, Derrida concibe un texto compuesto de uni- que <<1a pizca o huella proporciona la "lingifistica" Para el encola-
dades discretas de lectura. La concepción de textJ de Derrida se -itu uso que hace Derrida de montaje en
áo/montaie>> (267),y el
relaciona con su <<metodología de la á.r.o*posición>>,
eue podría Speecb and Pbenomena: <<La palabra "montaje" parece más apta
traspasar los límites de ta filosofía. Gregory Útr.r r"Urry", ..El ór- patasugerir que el tipo de reunión aquí expuesto presenta una es-
gano de este episteme filosófico es l, Loáu, h boca qu; muerde, iructurá tejiáu, entreme zclada, como una trama, susceptible de
mastica, cata... el primer paso de la descomposición es el ,rrordis- permitir u ior diferentes hilos de sentido o líneas de fuerza sepa-
co» (57).
legidar que describe el texto .o*t ,ko muy próximo a ,urr. de nuevo o bien establecer nuevas conexiones,,.'o Parullevar
las lexias de-Barthes, explica en Glas que <<el ob¡.to á" obra más lejos aún el teorizar intuitivo de Derrida d91 higertexto, ca-
también es el esdlo, el "morceau">>,o que Ulmer irad,rce "rtupor <<tro- bríaseñalar su reconocimiento de que esa textualidad como mon-
zo, pedazo, fragmento; piezade músicl; tentempié, bocráorr. Este taje anuncia o coloca en'primer plano el proceso de escritura y,
morceau, añade Derrida, <<siempre está suelto, cómó su nombre in- por 1o tanto, techaza una transparencia engañosa.

*1. Los números entre paréntesis indican .:


siempre el número de págína del úl-
timo texto citado. T.
*'. En francés en el originai.
T. (en francés en el original). T.
::,, "1. Mentalidad;
I¡ir 1 .

lxt,:'':,
23
22 HIPERTE)ffO sL lilpetrE)cro Y re rnoníe cnÍrrca

El hipertexto y la intertextualidad Sin embargo, aunque la intertextualidad del hipertexto parezca


á.Uilir.r áiq,ri.. ,.drrccionismo, histórico u otro, de ningún
'1 El hipertexto, sistema fundamentalmente intertextual, presen- Á"4" impide á lor inreresados leer la obra en términos del autor y
ta una capacidad para enfatizar la intertextualidad de la que care- á. U ,ruái.ión. Las experiencias hastala fecha con llyperCard
ce el texto encuadernado en un libro. Como vimos, los artículos )¡ otros sistemas de
hipertexto, sugieren que- el hipertexto no nece-
académicos y los libros ofrecen un ejemplo obvio de hipertexrua- á"ri"*.rrte desvía Ia átención de dichos enfoques. Pero 1o más in-
li-dad explícita en un medio no electrónico. A la inversa, cualquier ttt.t"t re del hipertexto no es que td- vez pueda encarnar ciertas
obra de literatura, corno las que se suelen enseñar en la universi- 1;:1:'
reivindicuciorrei de la crítica "rt*.t,rralista o posestructuralistar'i
sino que proporciona un medio excelente de ponerlas a prueba'
ir.,.'.
dad y que arbiffariamente denominaré <<noble>, para simplificar y ii_'
¡r
'

,lig.rurla discusión, ofrece un ejemplo de hipertexto implícito en


í:; :
un medio no electrónico. Tomemos, una vez más, ell,Jlisás deJoy- i:.'

ce como ejemplo. Si examinamos, pongamos por caso, el pasaje de !;rj.
,:;:..'.
Et hipertexto y la diversidad de voces
Nausica en que Bloom contempla-^ G.rry McDow.ll ." t" pluyu, ,:i.,.
";:

imaginarla experiencia de leer y escribir en esta


lr: :
, s€ lrotá que el texto de Joyce <<aludo> o <<se refiero> (éstos son los A1 intentar
rrr.uu fo*U de texto, convenáría prestar atención a 1o que Mik-
.S',..
términos que solemos emplear) a muchos otros textos, o fenóme- 4;:, '

' .r.o, q,r. p,r.den tratarse como textos: los anuncios y árti."l"r i.
naa; .
.r¿,.
'

f-rrif grkhtin ha escrito acerca de la novela dialogística,


polifónica,
t,';

;;; ";; multiplicidad de voces, eue según é1 <<está construida,ennosí


1

revistas femeninas que impregnan los pensamientos de Gerty, h.- ir'l


chos acerca del Dublín de entonces y de la Iglesia catílicay hasta como el conjüto de una úni., ior.iencia que absorbiese
t.i.:'

j el pasaje de Nausica en la Odisea o cualquierinformacíón ielacio- ii" ' misma como objetos las otras concienbias, sino como un coniun-
io for*^do por ia interacción de varias conciencias, sinque -nin-
t-:,

I nada con otros pasajes de la novela. Una presenración en hiper- l::'

todo en obieto de otra>>-l2 La des-


;¡ texto de la novela .ot..turía este pasaie ,o i¿lo con la clase de ma- i::.
},;ñt.U"', se convi efta del
..," i'" terial mencionado sino también con otras obras de Joyce, con :;"
!:: I¡p.iO" de Bakhtin de la forma literaria polifónica presenta las
,"""16 de Dostoievsky como una ficción hipertextual en la que
'.

i..irr,¡"mentarios, crític*r y rrrriantes r.*r,r"l"* El k;"*.*ro permite


;J ,.

. ):,..

las voces individuales asumen la forma de lexias.


tri'
';..,j'.-,;+"hacer más explícito, aunque no necesariamente intruso, el iraterial ..ti .

, -.-.li
' afín que el lector culto prred" percibir alrededor de la obra. 'i¡
Si bien Derrida ilumina la hipertextualidad desde el punto
d. ürt" del .<ped azo>> o <<bocado¿ Bakhtin lo hace desde el pul-
{:

l;':-i Thars Ygtg* sugiere que la hipertextualidad, <<como análisis


'il; :
i:.
'i..
'

estructural de textos en relación óoñ -üñ iiitéma más amplio de li:..


i.' to de vista d.'ru propia vida y fuerua, su, encarnación o ejempli-
ii1*i¿" J. ,r." ""ri d" ,rrr" opinión, d. una conversaciónper- de
.ir..

prácticas significativas o de usos de signos en la cultur»>, áirri.tt. t

la atención de la túada constituida poi el auror, la obra y la radi- Ro*y." Así, según Bakhtin, <<e11 la novela en sí, Ias "terceras
i ,.,
modo'
,

lción hacia otra formada por el t.*á, el discurro y l" cultora. De i,; .
sonas" ro purJ.ipantes no son repiesentadas de ningún
este modo,la<<intertextualidad sustituye el modelo evolutivo de la .:. .
ñ; hry lrrg", p^rie1las, ni en la composición ni en el sentido más
de hipertextuali-
historia de la literatura por un modelo estructural o sincrónico de ñh" d.L ábr", (Problem.s, L8). Er, términos
importante
i

de este medio de in- l;-.


la literatura como sistema de signos. El efecto más destacado de este J;á, e[o apunra a una calidad t,{
fo-á".ióniel hipertexto no permiie una,únicavoz tiránica. Más
I
cambio estratégico es que libera el texto líterario de los deter-
minismos psicológi.o, sociológico e histórico, abriéndolo a una bien, La vozri.-p." es 1a q,.,1 .-*? d. 1a experiencia combina-
gama aparentemente infinita de relaciones>>.1' Morgan. describe áá.i enfoque del mom.rito, de la lexia que-uno está leyendo-y de
con acierto una implicación fundamental de la intertextualidad de la narrativa en perpetua forrnación según el propio 6ayecto
del hipertexto (y d. los hipermedios): esta aperrura, esra Iibera- 1.., lectura.
l3:
ción para crear y percibir interconexiones se produce realmente. I
i
EL HIPERTEIcTo Y rn tPonfe cÚuc¿' 2'
24 HIPERTEXTO

del hiperrexto ha tenido que ver con la Biblia y la tradición


exe-
El hipertexto Y el descentrar
"- -No sólo las 1exias obran
gética.r5
A medida que el lector se mueve por una red de textos, des- de forma muy parecida a los tipos,
sino que se conüerten también en Aleph borgesiallos,
pulltos en
plaza constantemente el centro, y por 1o tanto el enfoque o prin-
ya Qu!, desde la
cipio organizador de su investigación y experiencia. En otras pa- el espacio qrr. a*ii.rr.r, todos los demás puntos,
ver todo
,labras, el hipertexto proporciona un sistema que puede centrarse o*ilio" dá*i"Áie que cada Lrno propotiiona, se puede muy cerca, a
luna y otra vez y cuyo centro de atención provisional depende del io demás, si bien .ro ii-rltáneamente, en todo caso
qrre dis-
, f lector, gue se convierte así en un verdadero lector activo, en un ,rro o do, sdtos de distancia, sobre todo en los sistemas
Iisentido nuevo de la palabra. Una de las catacterísticas fundamen- Donen de una .ii.l.rrr. funcián de búsqueda de texto'
A diferen-
q-ueverlo iodo
't"Ies del hipertexto es estar compuesto de cuerpos de textos co- il;;ilÑ.pU ¿"Jorge Luis Borges, gño no tiene bodega con
desde un único lrrgár, ii tr*po.o t r*barse en una
Ia
nectados, aunque sin eje primario de organización. En otras pala-
bras, el met?texto o-*gggjg]-qo-. de Cgqgp.rrtos, el ente que se *o.hil, debajo ¿l U cabeia." El documento en hipertexto se
cono.. .6ñáffi;"bi" ó tá"lo .t éi i*po de la ímpreni",gu- vuelve,un AlePh viajero.
de De-
rece de centro. Aunque esta ausencia de centro pueda crear pro- Esta .rpr.id^d tiene una relación obvia con las ideas
de vista
d1'. bÉñáá iéctor y al escritor, también significa que cualquier usua- rrida, que insir,. .r, le.llggsidgd dr.- camb,ia¡ ds punlg§
subraya en <<sffuctu-
'!:,\t' rio del,hipertexio hace de sus intereses propios el eje oigarizador
"' (o centro) de su investigación del momento. El hipertexto se ex- i;;"irando la discu;ión. coino él mismo
;{#;;;-pirt-ir, ,h. Discourse of the Human Sciences>>, el
\ i perimenta como un sistema que se puede descentrar y recentrar
uJ;
proceso o proceái*i.rrro-que llama descentr ar
ha desempeñado
Por ejemplot dice:
, hasta el intinito, en parte porque transforma cualquier documen- Xo-prp.l i*portunte en el cambio intelectual.
<<1a etno 1ogíarOi. p"¿o aparecer
como ciencia cuando se dio un
to que tenga más de un nexo en un centro pasaiero, en un direc- efi conse-
torio con el que orientarse y decidir adónde ir a continuación. descentrar: en el momento en que la cultura europea Y,
conceptos, se dislocó,
La cultura occidental imaginó estas entradas casi mágicas a ;;;;;, h historia de lu *.tufíiica-y desus de considerarse
' rrna realidad en forma de red mucho antes de la aparición de las ,. J.lO'de su locus, se vio obligadá *leiar no implica queaunsí
tecnologías inform áticas. La tipol ogíabíblica, que tan importante misma como i..,r]tora de referencia>r.'7 Derrida
."rrrro i.rt.l..ioJ o ideológico-sea malo ya que-, .oT9 explica
en
papel desempeñó en la cultura inglesa en los siglos )§rr y xD(, corl- he
cebía la historia en forma de tipos y sombras de Cristo y de la pro- respr-resr a
^
un preguntu á. Serge Doubróvsky: ..No dicho
podríamos salir adelante sin centro'
videncia divina.la Así, Moisés, que existe por sí mismo, también ;; rro fruy, ."rriro rri qr.,función, oo un ente; una realidad, sí,
existe como Cristo, quien cumple y complet4 el significado del iár^mí, .i cen6o es una
absolutamente indispensable>> Q7 L) '
profeta. Como lo demuestran innumerables sermones, octavillas r ,En;; fu"ción. Y ésta es
;;;; su
todor lo, sistemas de hipertexto el lector puede escoger
i,

y comentarios del siglo )§rI y de la época victoriana, cualquier princi-


propio centro de investigación y experíencia' Lo que este i
persona, acontecimiento o fenómeno servía de ventana mágica en
l, .o-pleja semiótica de los designios divinos para la salvación ii""ig*fi." "" la prácñcuzaciíio ., qrr. .1 l".tot no queda encerrado
á.rr,rá de ningun, orguni jerarquía.Las experiencias con
del hombre, Al igual que el tipo bíblico, que permite a los acon- una se-
tecimientos y fenómenos significativos participar simultáneamen- Irr.r*.dia ráelro qú. paralos que prefieren organizar Keats
sión por autores y moverse, pongamos por caso,. de
a
te de varias realidades o niveles de realidad, la ¡lexia indiüdual de
aporta irremediablemente un camino en la ..d d. torr.*iones. Tennyson, el sistema puede ,.pr.r..rt1 el iradicional enfoque
Dado gue, en los Estados Unidos, el protestantismo evangélico siempre, ..*tráo en 11 autor, y que-aún resulta útil en muchos as-

preserva y difunde estas tradiciones de exégesis bíblica, no sor- p...ár. Éo, á.ro lado, n;aáa.qUg. a lector atabaiar así, y los que
prende demasiado descubrir que una de las primeras aplicaciones desean irrrr"rt-igat f, ez áei", g.t. talizaciones por peúodo'
"¿i¿
'27
26 HIPERTEXTO EL HIPERTExTo v r,¿. rponÍe cnftrce

ll'amó <<1a
pueden organizar sus sesiones en función de dichos períodos, va- según Bush, el problema principal reside en 1o que
liéndose de los artículos sobre el romanticismo o la época vicro- cuestión de la la r..op"i"ción de la información, y la
ríana como puntos de partida o puntos intermedios, mientras que
"i"..i6">r,
razínprimaria por la que los que frecesitan información no pue-
otros lectores pueden partir de nociones críticas o ideológiáas, J; áontrarla', ,. d.b. a los inadecuados medios de almacenar,
por ejemplo, el femínismo o la novela victoriana. En la práitica, ordenar y etiquetar la información:
los usuarios suelen utiliz ar la mateúa desarrollada en la Úniversi-
dad Bro§/n a modo de sistema centrado en el texto y enfocarse en Nuestra ineptitud para acceder a un dato archivado se debe
Cuando
obras indiüduales, y, si bien empiezan la sesión entrando en el en gran p"*. a ü artifi.i¿i¿"¿ de los sistemas de índices.
alfabética o nu-
sistema en busca de información acerca de un autor dado, tien- ; í;";nan datos de cualquier !ipo, se.ordenan
remon-
méricam;;, y h informaciór, sóló puede ser rec-uperada
den a dedicar más tiempo a las lexias sobre textos específicos y
pasando de un poema a otro (<<Laus Veneris>> de Swinblrne y .rL^ irrdo t,, firi"'ae subclase en subclrte. Só1o puede esil en un si-
tio, a *.iror que se utilice sistemas dobles; hacen fa.lta normas
Belle Dame Sans Mercb> de Keats u obras sobre Ulises de Joyce,
acerca d;i;;d;o qrr. hay gue seguir para localizarla,-pero.las
Tennyson y Soyinka) o de un poema a texros de información : ¡ormas ,oo}.rt"rr. Aiemár, á"tp.rá ¿. encongar un dato,
hay
(<<Laus Venerisn y documentos sobre los caballeros, el resurgi- otro tra-
miento de 1o medieval, el amor cortesano, §7agner, etc.).
'1
;;;;J.del sistem ^paravolverá .tttut luego siguiendo
, yecto (r 1).

como 1o señala Ted Nelson, uno de los discípulos más desta-


obstante;
Vannevar Bush y el Memex cados de Brrsh: <<no hay nada malo en categotizar'.No
tieneni
;;;;"* r^Lr ." puruilro: los sistemas de categorías.só1o
a par-ecer bastante es-
I.os especialistas en hipertexto hacen remontar el concepto a ;-"dtr;tü d cabá d. ,rrror años, empiezan
-tMugto, Aleiandro" tienen
un artículo pionero de Vannevar Bush, en un número de rg+: det ;;id"r:.,tíur referencias del estilo
Atlantic Montbly, sobre la necesidad de máquinas de procesa- ciárto carácter universab> (Literary Macbines, 2/ 49)
por los
miento de información mecánicamente conectadas para ayudar a Frente , ülisi¿ ., v dificultaá de acceso producidas
en la im-
los estudiosos y ejecutivos frente a lo que se estaba convirtiendo actuales medios á. g"riión de la información basados
que se
en una explosión de la informacíón.l8 Estupefacto por la <<cre- presión u otros "r.ñ.irro. físicos, necesitamos un medio
Despué: d'
ciente montaña de investigació»> a la que dábian enfrentarse los \t amolde meior a la manera de tiabaiar d9 la mente. de su épo-
trabajadores en todos los campos, Bush se dio cuenta de que el [r;rrbi;l;" medios de almacenar y clasificar el saber (ttAs tü7e
número de publicaciones ya habia <<crecido mucho más ,tla de .u, grrrh se queja: <<Lamente hománu no funciona asír,
o una
nuestra capacidad de aprovechar realmente la información acu- ü;;ihi"krri, siño por asociación. «Suietando>> un hecho
al dato siguiente, que 1e es
mulada. El conjunto de la experiencia humana está creciendo a ,1Á;",..1u *".i" ,^ttu instantáneamente
un ritmo prodigioso, pero los medios que empleamos para des- ,,r"g*i¿o por uro.ir.ión de ideas, siguiendo alguna intrincada tra-
plazarnos por este laberinto hesta llegar a'l prnto importante del ,ma de .u-iro, conformada por las células del cerebro>> o2).
"'- p;r-;ü[erarnos de los clntinamientos de inadecuados siste-
momento son los mismos que ualizábamos en los tiempos de 1as
tendencia natu-
carabelas>> (17-18). Añadía: <<Puede que hayamillones de grandes -;¡ a. clasificación y permitirnos seguir nuestra índices>>, Bush
*r,
ideas, así como los resúmenes de las experiencias en <iue sá basan, selección por asociación, y no mediante
todo ello archivado en esrructuras d. piedra de u..f,trble arqui- ".¿a
propone un ái;;;rt iro, .l <<Memex>> , c^paz de llevar a cabo,
de
tectura; pero, si el estudioso sólo consigue acceder a uno de ellos una man.r, *ái eficiente y más patecidá a la mente humana,la
tras una semana de investigación diligente, ñuy probablemente *""ip"lu.iórr-á. hechos rául.r y de ficción- Según explica: <Ün
libros'
no podrá mantener sus síntesis al dío> (29). Memex es un dispositivo en el que una persona guarda sus
'S";. '

26
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.i;t . '27
HIPERTEXTO
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pue{en organizar sus sesiones en función de dichos períodos, va- n.


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.s' Según Bush, el problema principal reside en lo que llamó <<1a
liéndose de los artículos sobre el rornanticismo o la época victo- cuestián de la elec.ión>r, la t.1,-rp".ación de la información, y la
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íi
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riana como puntos de partida o puntos intermedios, mientras que razínprimaria por la que los que necesitan información no pue-
.

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offos lectores
.pleden partir dá nociones críticas o ideológicas, den enlontrarli se debe a los inadecuados medios de almacenar,
.

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por eiemplo, el feminismo o la novela victori ana. En la práctica, ordenar y etique tar la información:
los usuarios suelen utiliz ar la mateúa desarrollada en h Úniversi- i
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1:
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dad Bro'u/n a modo de sistema centrado en el texto y enfocarse en i..'
-I:
. Nuestra ineptitud para acceder a un dato archivado se debe
obras indiüduales, y, si bien empiezan la sesión entrando en el en gran parre a ü artifiii¿i¿"¿ de los sistemas de índices. Cuando
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i":

," á-"..nan datos de cualquier tipo, se ordenan alfabética o nu-


't.;
sistema en busca de información acerca de un autor dado, tien- i;¡

den a dedicar más tiempo a las lexias sobre textos específicos y t:; méricamente, y la información sólo puede ser recuperada remon-
tando su pista-de subclase en subclase. Só1o Plede esjy en un si-
!i;;',.

p":."!9" d.Il poema a orro (..Laus Veneris>> de swinbirne y <<La


4..
6: ..

Belle Dame sans Mercb> de Keats u obras sobre [Jlises de joyc., lli'',; tio, a *.rro, que se utilice sistemas dobles; hacen falta normas
Tennyson y soyinka) o de un poema a textos de información
-;.1;
'
,.ér." d.l trry.cto que hay que seguir pata localizarla,-pero-las
1...'
de encontrar un dato, hay
I.r norrnas *ol.rt"rr. Ademár, á"tp.rés
:ilr '
(<<Laus veneris» documentos sobre los caballeros, el resurgi-
-y ill ,' que salir del sistem a paravolver a entrar luego siguiendo otro tra-
miento de 1o medieval, el amor cortesano, §7agn.* .r.f . t;l-:
*.':
:

i yecto (r 1). :

Í::: , :
Como 1o señala Ted Nelson, uno de los discípulos más desta-
iir':
.ii' I
Vannevar Bush y el Memex i;t
t¡.' cados de Bush: <<no hay nada malo en categotizar. No obstante;
I;r'
.8.
ii':; p"i raleza., purujlro: los sistemas de categorías-sólo tienen
.

L.di,"",rr
.

Ios e-specialistas-en hipertexto hacen remontar el concepto a Í!'


vida; al cabá de unos años, empiezan a parecer bastante es-
túpid"t..,, Las referencias del estilo "Magno, Alejandro" tienen
fl "
un artículo pionero de vannevar Bush, en un número de rg+i det r:.:r.

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Atlantic Montbly, sobre la necesidad de máquinas de procesa- i;.
¡¡'.'.,.ciárto carácter universab> (Literary Machines,2/49)' -
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Frente a la rigid ez y dificultad de acceso producidas por los


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miento de información mecánicamente conect-adas para 'ir'i , .

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los estudiosos y ejecutivos frente a lo que se estaba convirtiendo ,:.-:.,


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en una explosión de la información.lt Estupefa$o por la <<cre- :i:

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ciente montaña de investigació»> a la que a.birn ..ri..rrt"rse los l:.''


:l: tt ^molde meior a la manera de trabaiat de la mente. Después de
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trabajadores en todos los campos, Bush se dio cuenta de que el d.r.ribir tÁ medios de almacenar y clasificar el saber de su épo-
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número de publicaciones ya había <<crecido mucho más ita ¿. ca, Bush se queja: <<La mente humana no funciona así,,
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nuestra capacidad de aprovechar realmente la información acu-
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mas de clasificación y permitirnos seguir nuestra tendencia natu-


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carabelas>> (17-18). Añadía: <<Puede que hayamillones d. grurrd.,
ideas, así como los resúmenes de las áxperiáncias en .iu. sábasan, ru1 a <<la selección ú;asociación, Y áo mediante índices>>, Bush
todo ello archivado en esrrucruras d. pi.dra de acef,tabl. .;;;i: pr"p""" un dispor1,i.ro, el <<Memex», capaz de llevar a cabo, de
tectura; pero, si el estudioso sólo consigue acceder rro d..ilos una manera mái eficiente y más parecida a }a mente humana,la
"
tras una semana de investigación diligente, Duy probablemente manipulación de hechos reales y de ficción. Según explica: <<Un
no podrá mantener sus síntesis al üar, (Zg). Memex es un dispositivo en el que una persona guarda sus libros,
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i;: .

:l;
¡ti:.'
fl
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:i
EL HIPERTD(TO Y LC. TEORÍA CNTTCA
29
28 HIPERTD(TO
i:
9-

f'l .

I
archivos y comunicaciones, dotado de mecanismos que permiten f.. de ellos, hay unos espacios paru códigos en blanco Y !F puntero
la consulta con gran rupíáezy flexibilidad. Es un accesorio íntimo ti:
n
p^r^d.rigrrár1os. El,is,rario iólo tiene que tocar una tecla y los dos
F artículos"r. unidos. En cada e,sPacio P?\" códigos
y ampliado de su memoria> O2). Escribiendo antes de los tiem- "r.oentran
. consta el código pertinente del texto asociado. También en el es-
pos del ordenador digital (la idea del Memex le vino por primera de puntos
-,'',,,'
i., ^mediados de los años treinta), Bush concebía su dispositivo ;"_.i| paru.Oáigor, pero sin qu-e se vea, hay una serig
indican, con su
q". r.rárr 1eídoJpor una célula fotoeléctrica; éstos
como una especie de mesa con superficies translúcidas, palancas posición relativa, el número de índice del o6o artículo'
,;
y motores para una búsqueda rápida de archivos en forma de mi- Más adelantá, cada vez que se visione uno de los artículos, el
crofilmes. otro podrá ser recuperado con simplemente ^pretar un botón si-
iril .

' Además de busc ar y recuperar información, el Memex tam- ii'


t,
r

trr"dá debaio del correspondiente código 04)'


bién permitiría al lector <<añadir notas marginales y comentarios, ¡:i.,
É:' ,.

La increíblemente premonitoria descripción que hace Bush


1t":¡ .

valiéndose de un posible tipo de fotogrufía seca; e incluso podría Iii

,:
'fr
".

hacerlo con un sistema de agujas, como en los telégrafos que se de cómo el usuario deiMemex crea y luego sigue trayectos sólo
lrl.

t :.:' :

yen hoy en día en las salas de espera de las estaciones de ferroca- L., :
Iri '
;.' prr.d. equipararse a.su reconocimiento crucial de que estos tra-
rril, igual que si tuviera la págin^ fi.i., delante de éb> (3r. ilil
ii:, I
ti:
yectos mlsmos constituyen una nueva forma de textualidad e in-
De este aspecto crucial del Memex concebido por Bush, dos *"' llrrro de escritura. Como é1 mismo 1o explica: <<Cuando se han
cosas llaman la atención: primero, Bush está convencido de Ia ne- l.:r,
;;; ""*.t"sos artículos para formar .r., t."y.cto-... es exacta-
fuentes
mente como si se hubiesen reunido artículos físicos desde
i!, ,:

¡ cesidad de anotar, duraáte la lectura, los pensamientos transito- Íj, '


i..'
juntos para formar
,i¿\i rios y las reacciones al texto. Con este énfasis, 1o que hace Bush es i.i
'iji
;¡V ¿lrtantes, y se los hubiese encuadernado
.

un Íibro ,r.uoir. Y añade: <<de hecho, va incluso más lejos,la


que
"-l', redefinir el concepto de lectura como un proceso activo que im-, li',

' plica escritura. Y, segundo, Ia referencia al lector perspicazy acti' lj:' ,


(!:-

::1. ui
.

puede estar unido en numerosos trayectos a la vez>>


vo, que puede anotar un texto <<igual que si tuviera la página físi-
i: "ruculo
(3,5) y, así, ctáabloque de texto, imagen u otra información pue-
ca delante de éb>, atestigua la necesidad de concebir un texto más i:,
:'
ii]-
de form ar parte de varios libros'
virtual que físico. Una de la cosas más curiosas acerca de la pro- i,,i'
l:'t Ahora está claro que estos nuevos libros dgl Mgmex son eI
'

posición de Bush es cómo utlhzalas limitaciones de una forma de tr


!:;...

:,.! ' ,rr* tiUro, o ,,, ,r.rJión más del nuerio libro, y, como"ellos,
.:
.

los
Bush
I !;"i"ri;, i. trayectos, o
texto para iáear una tecn olog¡anLleva, y cémo ésta nos lleva, a su i.
uamaq, pueden compartirse. su-
I

giere, una vez ,rrá, .on gran acierio: <<Aparecerán enciclop.{?.


!:..

vez, alJrta concePción totalmente nueva del texto.


Las <<características esenciales del Meme»> no son solamente Erfit.ramenre diferenás, hechas a 1a medida, con una malla
su capacidad para recuperar la información y anotarla, sino tam- compuesta de trayecto, uroáivos, list as pataser introd"tídut
tn
importaqte que los
* bién su sistema de <<índice por asociació»>, que los actuales siste- .ltut.*.x y ampíiudrr» O». Otro "tp".to es
y
ii' ,rr", de hipertexto denomin an flexo, <<cuya idea básica es la capa- lectores-.rtrito..s pueden comPartir conjuntos de documentos
-utihzarlos en otrosingeniáro
camPos.
interesado. en las innovaciones técni-
y automáticamente, otro artículo>> (34). Bush nos hace una des- Brrrh, como
cripción de cómo los lectores crearían <<trayectos infinitos>>'con cas, aporta el eiemplo de un usuario de Memex
esos nexos:
que estu diarupor qué el pequeño arco turco parecía superior. al
Al elaborar un trayecto, el usuario primero le da un nombre, u..o largo irr*r .r, hr "r""i^*,rras de las Cruzadas. En su Me-
luego introduce dicho nombre en su libro de códigos y 1o teclea en mex, dirporrJde docenas de libros y artículos posiblemente perti-
el teclado. Delante de él están los dos artículos que han de unirse nentes. Primero, examina una enciclopedia, encuentra un artículo
proyectados en dos superficies de visionado adyacentes. Debajo interesanr. urrrri.re demasiado esquemático; 1o deja proyectado.
!'tt'

,i¡'.,..
- i,t-
tlTfa
§¡i;,,'
30 HIPERTEXTO
'4":,'-

8.,.. .EL HIPERTEXTO Y Iá' TEORfA CNfrrCE 3l


Í
áj
..
É,,:

A-continuación, en una obra de historia, encuentra otro artículo lr;:


»:..
t', mentos nuevos generan a su vez una clase de;1-eño flexible, hecho
relevante y une ambos. Y así sigue, construyendo un trayecto con E:

a la medida, abierto a las demandas del lector il'posiblemente, vul-


E
&:
muchos artículos. De vez en cuando, inserta un comeniario pro- \:

pio, unido al itinerario principal o bien a un uayecro secund;rio.


t..'
{:"
\:;-:
_

nerable a ellas. También generan la noción de una textualidad


Cuando resulta evidente que las propiedades eiásticas del mate- f:-'
múltiple, ya que, en el mundo del Memex, la palabru texto desig- i
tl ,

rial tenían mucho que ver con el á..o, se desvía por una rama la- .
i;,
ii :'.
na: a) las unidades indiüduales de lectura que tradicionalm."r. ,
8..
teral- que 10 lleva a manuales sobre elasticidad y táblus de consran- constituyen la <<obro>; b) díchas obras enreras; c) conjuntos de do- i

i¡t,
tes fisicas. Añade ury página de análisis propio. De este modo, it' :
cumentos creados con ffayectos; y, quiz á, d) los mismos trayectos
'

sin documentos acompañantes.


-rj...
elabora en medio del laberinto de materii disponible un recorri-
1., :i.
do en función de sus intereses (34-3». r
4':.
rj:,:.
Talvez lo más interesante para alguien que considere Ia rela-
t;i;.: ción de las ideas de Bush con la crítica contemporánea y la teoría
{,1,:
Además, Bush añade gue, a diferencia de los mayectos menta- Éi;,.: cultural es que este ingeniero empezó rechazando algunas de las
l'es, los del Memex del investigador <<no se .rfum"n>>, así gue, 'i--.,
,-t!.'-.-
ptemisas fundamentales de la tecnología de la información que
I..,
cuando al cabo de unos años se reúna con un amigo patat.Étu. 'L.,'.
:it:', han ido dominando (y algunos incluso dirían creando) cada vez
<<de los modos más el pensamiento occidental desde Gutenberg. Además, Bush
9n que la gente se opone a las irrro"rru.iones, aun- t.
que sean de vital interés>> (3j),podrá reproducir los trayecros que tr;:
';:ii,',
deseaba sustituir los métodos esencialmente lineales que habían
creó paru investigar un tema o problema y aplicarlos a otro. di, .
contribuido al triunfo del capitalismo y del industrialismo por
La idea de Memex, a la que Bush dirigióiu atención de forma i't'..
'l;:.
" gue, en esencia, son máquinas poéticas; máquinas que traba-
l:
"lgo
jarun por analogia y asociación, máquinas que capturaran la bri-
intermitente durante treinta años, influyó en Nelson, en Douglas i-i. .1
t:
.

2;,-'
Englebart, en Andries van Dam y en orros pioneros del hiperáx- +i:i, .

,
\la¡tez anárquica de la imaginación humana. Todo ello da la im-
ri
to, induido el glupo del Institut. for R.search in Informution und !:;
presíón de que Bush consíderaba que la cienci a y la poesía obran
Scholarship* (IRIS) de la Universidad Brown, que creó Interme- i., :.
básicamente de la misma manera.
ir
día. En <<As §7e Muy Think>> y <<Memex Revisireá>>, Bush propone ,::;

el concepto de bloques de texto unidos con nexos y trmui¿n in- rrll "
lli.:
,::,.r ..
.

troduce los términos nexos, conexión, trayectos y trama pata des- l:r' :
Texto virtual, autores virtuales e informát¡ca literaria
cribir su nueva_c_oncepción de la textuali iad.n tá d.r.¡f,"ion qrr. I,
iil:,tl
hace Bush del Memex contiene otras concepciones básicas, e in- Los efectos característicos de la informática sobre las discipli-
cluso radicales, de la rextualidad. En prim., i.rgrr, requiere una re- ii.,:.
nas humanísticas se deben al hecho de que la información se al-
macena en forma de códigos electróni.or, en vez de marcas físicas
.-r.,1,:

configuración radical d9 Ia práctica áe h le.t,i'r, y d; la escrirura, i'i"


'
en la gue ambas actividades se acercan entre sí mucho más de lo
i,i:,,'.
(,: :' sobre una superficie física. Desde la invención de la escritura y de
:.i:,l

es posible con el libro impreso. En segundo lugar, a pesar del :.t.'; la imprenta, la tecnología de la información se ha enfocado en el
-que- i{",.
hecho de que concibiera el M.*.* anres-del adráimi.iro de la j:l i.:
problema de g-r94t."y luego pr-o!3g?r, unos rg.g!,s_l_lo§ 1r_9rb_a19g e-stá-
informática digital, Bush intuyó que era necesario algo como la ¡r-.; tiSgl" y- pefmsqg¡le5, Como innumerables aütóres vienén [iócla-
textualidad virtr¡al paralos cambios que propugn aba.É., t"r..r lu- .i:,.: .,

mado desde los inicios de la escritura, estos registros fij.*o*s-con


gar, su reconfiguracíón del texto introduie ties elementos cornple- t,
qq§13:jl.t-r"_e.Igp9 por muy brevemente que sea, ya
"y..gJ-e."spacio,
tamente nuevos: los índices por asociació, (o nexos), los trayectos jr"
:a:.t_. -
que pérmiten a una persona compartir información con otras, en
entre dichos nexos ylos conjuntos o ramas de t.uy..ios. Estás e'e- :,4. .-
:rr; ,'
üstintos lugares y momentos. La imp¡p-nta añade el elemento ab-
;t.
r::. .
1,..
solutamente crucial de las múltiplei copias simultáneas de un
mismo texto; esta multiplicidad, que preserva un rexto disemi-
*. Instituto de Investigación en Información y Humanísticas. T. nando copias individualé§'d¿ ésre, permite a lectores separados
Ere:,
))
;:

fliir:'
32 HIPERTE}ffO ff;:,: EL HIPERTEXTO Y I.A TEORÍA CNÍTICE
+:..
F¡J
Ij'r,.

en el tiempo y el espacio referirse a la misma información.2o Como


[,:
Er' El procesamiento de texto informarizad,o nos proporciona
?.
textos él.ctrónicos en vez de físicos, y este paso- de la
tinta al có-
han demostrado Elizabeth Eisenstein, Marshall Mcluhan, \ü7i- .t
T
:,

lliam M. Ivins, J. David Bo1ter y otros investigadores de la histo- t,


?,
I
,iÑ; lo ..digiárr- iroá,r.. una tecn ología de la información -q*e
ria de los efectos culturales de la imprenta, el ínvento de Guten- ti..
v-

berg produjo en las disciplinas humanísticas lo que hoy en día


Í:
combinarr"i.áui[da¿rtugexibrlid-ad.-..Lggd:11¡;laaccesibili"*i \
\ entendemos por erudición y crítica. Una vez liberados de su tarea
t:,

t-. dad,.per. ,ffiffi;fffi;; ñ";ip'".*ñáÍa;to deque texto


el
I principal, que consistía en preservar la información en forma de
¡it
iil. electróni.o **l¡r.áaigos electrSrri.o., todos los textos
ll
.t: lector-escritor se encuentra en la pantalla son virtuales'
.
Por ana-
1 fragil.s manuscritos que se deterioraban con el uso, los eruditos, i.t'll
virtua-
',, ttabajando ahora con libros, pudieron desarrollar nuevas nocio-
L:..,
1"gi^con la óptica, Ios informáticos hablan
. de <<máquinas
, Ies» creadas io, ,r' sistema operativg qu: dan a
lt:
ei,;,'.'.
los la
lnes de erudición, originalidad y de propiedad intelectual.
tr,.'',.
,usuarios
h-:..-.
Átit. "
sensación deirabaiar en máquinas individuales cuando,
enleali-
Aunque el texto fijo múltiple producido por la tecnología de zá de personas'" Atí
dad, compart"t *á sistema ion
+,"
1.1
qri cientos
la ímprenk ha tenido tremendos efectos sobre las concepciones ,.; . .'
t:- ..
la pa t?'
modernas de literatura, educación e investigación, todavía en-
!::::
4:...
f,i ;;-"iáo, los textos que el lecior y el escritor ven en
para
frenta, como lo enfatizan Bush y Nelson, al investigador con el ijr' U, ¿a'ordenador son versiones creadas específicamente la
en
ellos mientras una versión electrónica primaria permanece
i:.:., ,

problema fundamental de un sistema de recuperación de la infor- [i...


..;,,i *.*ori" d.l ordenador. Se trabaja, por 1o tanto, con una copia
, mación basado en manifestaciones físicas del texto; es decir, el al-
$.t,ó;nica hasta que ambas versior.r r" funden cuando se
u.,'
Ie
i macenamiento de la información en un formato lineal fijo dificul- l:r;'

ii,,l ' , ;i¡;


¿ ;rdenador qrr. <<archive>> 1a versión p,ropia del texto, alma-
-
i;,,1
I ..
I ta su recuperaclon.
Este problema puede expresarse de dos maneras. En primer Ll

, 11, y lu *.*oriu aa ordenador coinciden brevemente, pelo el lec-


i'i: I

ii..:
lugar, que ninguna qdenación d. 1"§fo".qpg*-s"ió.p puede resultar t¡::.. '

conveniente a"todoJE?TiéTá-ñGitárr, y, eri segundo lugar,


¡:: ..
ti1 , tor siempre se encuenffa ante una imagen virtual del texto
aunque ambas ordenaciones, jerárquic y lineal, facilitan la infor-
'4:..
ti,'
:,'r
:,il,i:.. '
:
' ut*u.."á¿" y no ante Ia versión original; de hecho, en términos
mación según *1g* criterio de orden, éste no siempre coincide
'!ti':'
ti:,i'. ..
t'

il;|]^.];*i..r,o de texto, estas dlstinciones no tienen mucho


con las necesidades de sus usuarios individuales. A 1o largo de va- 'l;: '
' sentído-
Como expone Bolter, la <<característica más curioso> de
i;,.1
la
rios siglos, Ios escribanos, eruditos, editores y otros fabricantes de i1:;
': ' ni al
:

es-
libros han inventado una gama de dispositivos para aumentar la i:i:_
1i'
.. escritura .l..t.órrica es qrr. t o es t<directarnente accesible
¡:'.
jr'
:

rapidez de lo que hoy en día llamamos procesamiento y recupera- '.

' aleiao abstrae del texto al escritor y al lec-


'a .-

ción de la información. La cultura del manuscrito presenció pro-


'¡.1 :
i".""f"gir.i..rrónica
gresivamente la invención de las páginas individuales, capítulos,
párrafos y espacio entre palabras. La tecnología del libro se real-
,. .
: i.*to"1g,rro... En el medio eleAró¡rico, se interponen
varias ca-
:,':;,'
t.:"
: p", ¿" J"firii.rda tecnología-entre á1 escritor o el lector yel texto
,-\
.4i zó con la paginación, los índices y las bibliogra{ías, Estos ingenios ::;'
::i-
..

que el lector o
codificado. Hay rantos ,rírr"1., de aplazamientos
'
:i..:.
¡al :,.

,{, han hecho la erudición, si no siempre fácl, o cómod a, al menos,


.

;ia

.r.ri o. oiá". áificultad paraidentifilar el t-elto: ¿es lo que hay en


.

¡1,
-l .

posible.
la memori" d. trabaio o en el disco?>> (WritingSpa'
'i
t'
?

'^ EI procesamiento electrónico de texto representa el cambio ñ;áaren


l- más importante en la tecnología de la información desde el desa- c€,42-$)
rrollo del libro impreso. Conlleva la promesa (o la atTrenaza) de
producir cambios en nuestra cultura, sobre todo en la literatura,
, y-horrorizadg por 1o gl: q".cibe como
la educación, la crítica y la erudición, al menos tan radicales como ;;;.;; uhuuf^rái,udo
los efectos omnipresentes de esta codificación digital,
aunque sus
los producidos por los tipos móviles de Gutenberg.
34 HIPERTEXTO EL HTPERTD(To v ¡-e reoRÍA cÚrrce )5

ejemplos sugieren que a menudo esrá confundido acerca de los lolrespuesta y el modelo y/o; y (2) hacia otros medios no alfanu-
medios que la ernplean. Los punros fuertes y débiles del plantga- méricls (distintos de Ia escritura) como la fotografía,la radio y Ia
miento de Baudrillard aparecen en sus comentarios ,."i., de la televisión. Curiosamente, cuando Baudrillard enfatiza con acierto
digitalización del saber y de la información. Baudrillard percibe el papel de 1o digital en el mundo posmoderno, suele tomar sus
con acierto que el paso de 1o táctil a lo digital representa un acon- eiemplos de áigítalízación de unos medios que se basan en tecno-
tecimiento esencial en el mundo contemporáneo, pero luego se logíai analógicas y no ügitales, sobre todo en la época en que es-
equivoca en cuanto a sus implicaciones, á, mejor &.ho, sót hs .ríb., y las áf.r"rr.ias .ntre las características e implicaciones de
percibe parcialmenre. Según Zl, h &gitñzación implica una opo- son importantes. Mientras que el almacenamiento analó-
sición binaria: <<La digitalización nos rodea. Esto es lo que se d.r- ^-b6
gico de inforÁación sonora y visual requiere un procesamiento
prende de todos los mensajes y signos de nuesrra roii.drd . La iir,."l, la tecnología digital suprime la necesidad de -secuencia al
forma más evidente en que se manifiesta es la prueb a,la pregun- posibilitar el directo á cu"lquier bit particular .de infor-
ta/ contestación, el estímulo/respuesta>> (simulations, 1 1j). Bau- "..iro
mación. Cuando se desea encon6ar determinado pasaje de una
drillard postula esta equivalencia, que equivocadamente conside- sonata de Bach grabada en una cinta, hay que recorrerla secuen-
ra axiomática, en su declaración de que <da verdadera fórmula cialment., ,rt qre los aparatos modernos permiten pas ar tápí-
generadora, La que abarca todas las demás y la gue, de algún damente de uná pieza musical a otra. En cambio, cuando se quiere
modo, es la forma estabilizada del código, es la fórr,nula binariá, h localizar ,rtt putr¡e dado en una grabación digital, se puede acce-
digitab> (L45). Llega a Ia conclusión de que el hecho primario der instantáneamente a dicho pasaie, marcarlo para futuras re-
acerca de lo digital es su relación con <<el control cibernético... la férencias y manipularlo .o*o sería imposible hacerlo con la
nueva configuiación operacional>>, ya que <<la digit alizacíón es su tecnolog íi analógi.*; po. ejemplo, se puede volver a escuchar ins-
principio metafísico (el Dios de Leibnitz) y el ADN, su profero> hntáneamente una pieza sin tener que rebobinar nada.
( 101 ). Al concentr"rrJ en los medios alfanuméricos y al confundir,
Es cierto que la digitalización implica un estado binario, so- según parece, las tecnologías analógica y digital,.Baudrillard gier-
bre todo en los niveles más básicos del código de máquina y en los dj|" oportroidad de ,".oro.er el hecho de qu-e 1o digital también
más elevados de los lenguajes de programación. Perá de áste he- tiene i por.rrcial para ímpedir; bloquear y rodearla condición li-
cho no se puede extrapolar ingenuamente, como hace Baudri- neal y bin"ri", y s,istituirla por la multiplicidad,- por una verdade-
llard, un sisterya entero de pensamiento o episteme. Por supues- ,^ uáí-dad y áctivación del lector y la posibilidad- Pgra é1 de des-
to, Baudrillard puede rener razón en parre; talvezha p.r.ibido viarse .r, ,rriirs redes. Baudrillard ha descrito un hilo principal o
una conexión clave entre el modelo estímulo/respuesta y to digi- constituyente de la realidad contemporánea que, potencialmente,
tal. Sin embargo, el hecho del hipertexto demuirtru *"y cl^ía- entra .. .orflicto con la realidad multilineal e hipertextual.
mente que lo digital no nos confina necesariamente en un mundo Además del hipertexto, varios aspectos de la informática en
lineal ni en uno de oposiciones binarias. las humanidades sá derivan de Ia virtualidad del texto. En primer
A diferencia de Derrida, que enfatiza el papel del libro, de la lugar, la facilidad con que se puede manipular símbolo.s alfanu-
escritura y de las tecnologías de la escritura, Baudrillard nunca *Zri.o, da lugar a un pro..r*iento de texto más sencillo. A su
considera el texto verbal, cuya ausencia se prolonga en toda su ar- ár,l^.orrro&dad del^procesamiento de texto f.aclhta mucho Ia
gumentación, y reconstiruye a su manera 1o que a todas luces no publicación erudita tradicional, es decir, la creación de textos fi-
esperaba. Sugiero que parre de la dificultal t.óri.a de Baudri- á.dignos y, en principio, doctos, a partir,de manuscritos o libros
llard se debe a que pasa por alto los textos verbales digitñzados publlcados, i,rsio .t, iI momento en que la noción misma de tex-
y se desvía demasiado fácilmente, a partir del hecho á. la codi- io aislado, unitario y unilateral tal vez esté cambiando e incluso
ficación digital, en dos direcciorr.rt (1) hacia el rnodelo esrímu- desapareciendo.

i: ., ..
i . -;A-.l:ia
)6 HIPERTE)§O eL Hrpenrnffo Y r¡. tponfe ctÍrrce 37

En segundo lugar, esta misrna facilidad para cortar, copiar y La pfesencia de múltiples trayectos de lectura, que perturba
manipular el texto permite formas diferentes de coru-posición eru- el equilibrio enue lector yiscritor y que crea así el texto de lector
dita, en las que las notas del investigador y la información original d. Éarthes, también crea un texto que existe con una indepen-
existen en una mayor proximidad experimental. Según Michael dencia mucho menor respecto a los comentarios, anaTog¡as y tra-
:. l¡
Fleim, a medida que la texrualidad electrónica vayaliberando la es- dicione's que el texto impreso, Este tipo de demo qatización no
critura de las limitaciones de la tecnol ogtadel papel impreso, <(enor- sólo redrri.la separación ierárquica entre el llamado texto princi-
mes cantidades de informaciín, y más textos todavía, se volverán pal y las anotu.iorr.r, que ahora existen como textos indepen-
aócesibles inmediatamente bajo la superficie electrónica del escri- di"*.r, unidades de leclura o lexias, sino que también difumina
to... Conectando un pequeño ordenador con un teléfono, un profe- las fronteras entre textos individuales. De este modo, la conexión
sional podrá leer "libros" que a su vez se abren sobre un extenso electrónica reconfigUra nuestra experiencia tanto del autor como
riar de bases de datos que sistemizart todo el saber hurnanorr.B La de la propiedad intelectual, y ello promete afectat, a su vez, nues-
facilidad de manejo del texto erudito, que se debe ala capacidad de tfas noclones tanto de autor (y de autoridad) de los textos que
los ordenadores pñaexaminar bases áe dator con gran velocidad, estudiamos como de nosotros mismos como autores.
permite la búsqueda de textos completos, concordancias dinámicas Además, estos cambios se producen en. un entorno electrónico,
e impresás, y otras clases de procesamientos que permiten a los eru- el docuverso nelsoniano, en el que Ia publicación cambia de sentí-
d,itos.en humanidades plantearse nuevos tipos de preguntas. Ade- jo. El hipertexto, mucho más que cualquier otro sistema informá-
más, a medida que uno escribe, <<el texto en progreso se encuentra tico, pro*.t. convertir la publicación en una cuestión de acceso a
conectado y unido a todo el mundo de la informació»> (161). ;g""; red electrónica. Por el momento, los eruditos seguirán de-
En tercer lugar, el texto virtual, cuya apariencia y forma pue- pJrrdi.rrdo del libro, y es de prever que las meioras continuas en au-
den ser modificados según convenga al lector, mmbién tiene el toedición e impr.ríá hsei pro'ooóurán una última floración del
potencial de añadir un elemento completamente nuevo: el nexo texto como o§eto físico. No obstante, estos textos físicos serán
electrónico o ürtual que reconfigura el texto tal y como 1o cono- prád".iaos (o meior dicho, reproducidos) a p^rtir de textos elec-
cemos los que hemos crecido junto a los libros. Es la facultad de irónicos;y, a*.did" que los láctores se vayan acostumbrando a la
\conexión electrónica lo que crea el hipertexto, una textualidad .o*odiáá¿ ¿. los t.xtos electrónicamente conectados, el libro,
icompuesta de bloques y nexos que permiten multiplicar los ma- ahora definido tanto como herramienta del erudito como produc-
yectos de lectura. Como Fleim sostiene, el procesamiento de tex- to acabado suyo, irá perdiendo su papel prepondefante en la inves-
to electrónico ineütablemente produce nexos, y éstos desplazan tigación humanística.
el texto, al lectot y ú escritor hacia otro espacio de escritura:

Las características distintivas de la formr¡lación del pensarnien-


' El modelo no lineal de red en la teorÍa crítica actual
to en el marco psíquico del procesamiento de texto coinciden con
la autom atízactín del manejo de la información y producen una co-
nexión sin precedente entre los textos. Con "conexión" no me re- Las discgsiones y diseños de hipertexto comparten con }a te-
fiero a alguna vaga conexión física como la de libros individuales otla ctítica contemporánea un énfasis en el paradigma o modelo
compartiendo un espacio ffsico en la bibüoteca.Lapalabra "texto' de red. Como mínimo, cuatro significados de red aparecen en las
proüene de la palabra latina para tejído y ha llegado a tener una descripciones y proyectos de sistémas de hipertexto, actuales y fu:
tremenda exactitud de sentido en el caso del procesamiento de tex- t rro".^En ptitá". lrg"r, cuando se transfieren textos impresos al
to. En el meüo elecmónico,la conexión es interactiva, es decir que hipertexto^, toman la formu de bloques, nodos 9 lexias unidos en
los textos pueden ser convocados instantáneamente en un mismo ,n^ r.d de nexos y trayectos. Red, en este sentido, se refiere a una t'i
marco psíquico ( 160- 161 ). especie de equivd"ntá electrónico del texto impreso conectado
38 HIPERTEXTO EL HTPERTEXTo Y tA TEoRfA cnÍtIce 39

electrónicamente. En segundo lugar, cualquier conjunto de le- ámbito necesarias para un hipertexto interinstitucional, a gran es-
xias, tanto si se deben al autor del texto verbal como a un tercero ca\a y a distancia, mat eríalizarán los actuales mundos de la infor-
que haya reunido textos de varios autores, toma la forma de una mación, incluida la literatura. Dicho de otro modo, Para obtener
''i ,!.'
red; en algunos sistemas, se llamattama a cualquier conjunto de información haúfaltatener acceso a algÉn tramo de la red. Para
documentos, cuyos límites cambiantes los convierten, de ulg", publicar en el mundo hipertextual, hará falta tener acceso, aun-
modo, en el equivalente hípertextual de una obra. En tercer lu- que sea de forma limitada, alrna red.
gar, el término red tartbién se refiere a un sisterna electrónico que La analogía, modelo o paradigma de red, esencial en el hiper-
implica ordenadores adicionales así como cables y conexiones fí- texto, aparece en todos los escritos teóricos estructuralistas y po§e§-
sicas que permiten compartir información enre máquinas indivi- tructurdittr.. EI modelo de red y sus componentes rechazan la li-
duales, estaciones de trabajo o terminales de lectura-escritura. 'nealidad en forma y explicación, y ello a rnenudo en aplicaciones
Estas redes pueden tomar la forma de las actuales redes de ámbi- inesperadas. Bastará t¡n solo ejemplo de este pensamiento no lineal.
to local (LAN),* como Ethernet, que conecta conjuntos de má- Aunque los expertos en narrativa casi siempre han subrayado la li-
quinas denuo de una institución o parte de ésta, como departa- nea[áad esencial de la naración, recientemente, los críticos han
mentos o unidades administrativas.'o También hay redes de gran empezado a encontrarla no lineal. Barbara Flerrnstein Smiü, por
ámbito (§üAN)"' qr. conectan distintas instituciones geográfíca- ejemplo, sostiene que <<en virtud de Ia naturaleza misma del discur-
mente muy alejadas. Las primeras versiones de redes de gran ám- so, 1á no [nealidad es más bien la regla y no la excepción en las
bito, tanto nacionales como internacionales, incluyen JANET (en obras naffativasrr.'n Puesto que volveré al tema de la narrativa line-
el Reino Unido), ARPANET (en los EE. UU.), el National Rese- al,y no lineal en un capínrlo posterior, ahora sóIo mencionaré que la
arch and Education Nenvork (NREN) ,o' y BITNET, eue conec- no linealidad se ha vuelto tan importante en el pensamiento crítico
ta universidades y centros de investigación en América del Norte, contemporáneo , tarr de moda, podría decirser Que Ia obsen¡ación
Europa, Israel, Australia, NuevaZelanda y Jap6n." Estas redes, de Smith, tanto si es aceftadacomo si no, resultaba casi inevitable.
que hasta el momento se han utilizado prirrcip"lmente paruel co- Puede aprecíarse la importancia general del pensamiento no li-
rreo electrónico y púa transferir archivos particulares, también neal o antilineal por Ia frecuencia con que Barthes y otros críticos uti-
han servido de infraestructura a boletines de noticias como Hu- lizarr,los vocablos nexo, red, trama y trayecto y por la destacada posi-
manist. Para que estas redes puedan soportar el hipertexto, hacen ción que les dan. Más que cualquier otro teórico contemporáneo,
f.alta equipos más potentes que puedan transferir con mucha ra- Derriáa emplea los términ os flexo, tramA, red, matriz y entretejido en
pidez grandes cantidades de información. relación .ot Iu hipertextualidad; Bakhtin así mismo emplea nexos
i.i-
La cuarta acepción de red, en cuanto a hipertexto, se acerca (Problerns,9,25), conexión (9), interconexión (19) y entretejidn Q2). ,
mucho al sentido que se le da en la teoría cútica. Red, en su sen- Como Barthes, Bakhtin y Derrida, Foucault concibe el texto i
tido más completo, se refiere a la totalidad de los términos para en términos de red y se vale precisamente de este modelo pata
los cuales no hay término y que son representados por otros tér- describir su proyecto, <<el análisis arqueológico del conocimiento
minos hasta que surja a1,go mejor o que u,no de ellos logre abarcar mismo>> .En-Tbe arder of Thingr sostiene que su proyecto impli-
el sentido más amplio y La mayor difusión: <<literatura», <<info- ca rechazatlas <<famosas controversias>> que tienen ocupados a
mundor>, <<docuverso>> y, de hecho, <<cualquier escrito>>, tanto en sus contemporáneos; proclarna que..hay que reconstruir el siste-
sentido alfanumérico como derridano. Las futuras redes de gran ma general de pensamiento cuya red, en su aspecto positivo, hace
posible la interacción de opiniones simultáneas y aparentemente
LAN: Local Area Nenvork. T. iontrrdictorias. Es esta red Ia que define las condiciones que ha-
"1: WAN: §üide Area Nerwo¡k. T. cen posible un problema o una controversia y sostiene la histori-
*2. Red Nacional de Investigación y Educación.
T. cidaá del saber>>.27 ParaFoucault, el orden es, en parte, ..lu ley in-
.W;i'
F:t;i. .

láíj':,
40 HIPERTEXTO EL }IIPERTEffO Y I-A TEORÍA CRÍTICA 4L
#i*'.,
¿¡¿'' : -
_

6i..
',
Fr,"
plemente localizado en 4grt, memoria electrónica ni en "it'gYt
E,:,'
terna, Ia red ocult»> (xx); según é1, una <<red>> es aquel fenómeno .ffi';';:
fr,-r t-'

<<capaz de interconectar>> (127) una amplta gama de taxonomías, E+,,.


E;.',
*i.ioirrterruptor. Para lJs con.xionistas, la representación del
saber," dirtiibuye enre las fuerzas de las conexiones [¡los ne-
,

observaciones, interpretaciones, categorías y normas de observa- Í$1-. j


l*{.i. i-- '
h:1-: -

xos !1, entre unidades» ( L26)


Iir',l
ción a menudo contradictorias. ii..-t .

. La descripción de red que hace Heinz Pagels enTbe Dreams of i-,


rti '
.

C"*o lo demuestra Pagels, la ciencia contemporánea y La teoría


crítica proponen teorías convergentes acerca d9l penlamiento hu-
i.il,
Reason (Los sueños de la razón) sugiere por qué la red seduce tanto Ii:,t ,

áÁ" del pensami.áto basadas en el paradigma de red.


- v ¿.f*rrrdo
.

a los que sospechan de los modelos jerárquicos o lineales. Según é1,


.t:'1
ní:.
tf --
<<una red no tiene "atrillra" ni"abajo". Más bien, es una pluralidad
,l:l'
'l:t
;
' i.rry Eagleton y otror teóricos marxistas, que a menudo recu-
rren ,1 p"r.rI*cn¡ialismo, mmbién se valen del modelo o imagen
il':;-
de conexiones que incrementan las posibles interacciones entre sus
componentes. No hay autoridad central ejecutiva que supervise el T; á. ,"d.r! En carrrbio,los marxistas más ortodoxos, que tienen un in-
sistem»>." Además, como Pagels también explica, la red funciona
f,
t: ;;¿;;..ro.r"l (o un convencimiento sincero) en la narrativa o la
metanarrativa lineal tienden a recurrit a ted y a trama principal-
9'.

en varias ciencias físicas como un poderoso modelo teórico capaz :iÍ1., ,

pa-
mente paracaracter aat laequivocación. Pierre Machery podría
¡rr:
de describir una gama de fenómenos de muy distintas escalas espa- il'.:.

;;;ráro fuera de lugar siguiendo a Barthes, Derri d^y Foucault


l:
ciales y temporales y, así, de ofrecer un programa de investigación.
,:i '

-
al
ti:.,

El modelo de red ha cautivado la imaginación de la gente en cam- ii: :


situar la"s novel^r dentro de una red de relaciones con otros escritos.
§;ñ Machery, <<1a novela¡e sitúa inicialmente en una red de libros
jl,t ,:.

pos tan diversos como la inmunología, la evolución y el cerebro. i:ij


tit'.
:t'
i1..
'i,1,
.

qol srrrtitoy.nia complejid.ad de las relaciones reales de las gue, de


É..ho, estáconstiuidt .i^lq.ri.r mundo?. Sit' embargo, su frase
ít':'
Í si-
Et sistema inmunológico, como el evolutivo, es un poderoso li
los poses-
sistema de reconocimiento de patrones con capacidad pña 1,..
Ír::
'

ñ;r; áeia bien claro gue, , dif.r.r,cia de lamayoya de


panüg-
aprender y rec'ordar. Esta característica del sistema inmunológico tructuralis,r, o posmod.*irtrr, que emplean la red como
t... .

ii.
ha sugerido a varias personas que un modelo informático dinámi- ii''
i;, .¿*";;
ma de una situación abierta y n; restrictiva, percibe la red como
co que simulara el sistema inmunológico también podría apren- i::i: confina y limita: <<Encerrada en Ia totalidad de una recopi-
der y recordar... El sístema evolutivo obra en una escala de tiem- ji..r
novela se
lación, en medio d" ,r, compleio sistema de relaciones, la
'

' po de cientos de miles de años, el inmunológico en cuestión de :ll

::.'
[teralmente alusión,^repetición y continuación de algo que
dírr y el cerebro, en milisegundos. Si descubriésemos cómo el sis- ¿:.
11"
""a".
só1o entonces empieza a parecerse a un mundo
inagotable>>-10
tema inmunológico reconoce y destruye los antígenos, tal vez ello lii

nos podría enseñar cómo las redes nerviosas reconocen y destru-


:i'
'¿..
ii Fredric Jamáson, gue en The Political Unconscious ataca a
y de ..tt1-
yen ideas. Después de todo, tanto el sistema inmunológico como ii .
Althusser pár crear impresiones de <<totalización fácib>
y-explí-
ma ininterrumpida de i.nóm"nos>>, considera, frecuente
':r. .
i.¡; .

el sistema nervioso están constituidos por miles de millones de cé- :'..

lulas altamente especialízadas que se excitan y se inhiben unas a -1.',


:i'i .
.iiu*."te, Ios Lodelos en red como el asiento del error." Por
ejemplo, cuando en Marxism and'Form critica <<e1 prejuicio
otras, y ambos aprenden y tienen memoria (134-85). ':¿ :. an-
dice quq énfasis en el
;i;rÉ."1ativo>> de la tradición liberal, .1su
:i,
.;,:

en
aco-ntecimiento individual a expensas de la red de relaciones
::l

El modelo de red también ha inspirado el movimiento cone-


el medio que tiene el liberalis-
':...

;;;;il¿f;".de esrar inmersori.r [:gl.


.

xionista en inform ática, que recurre a una áipotética arquitectu- i1'.

ra nerviosa para el diseño en red>> de máquinas radicalmente di-


¡l
mo para <<prevenir que la gente a conclusiones, de otro
;i
ferentes. Los conexionistas sugieren que <das conexiones, el 1|,

::'
*oa" inerritables, a rri.r.l pó[tico>>." Aquí, el modelo de red re-
presenta *, .o*pleta y uá..,ruda puesta en contexto, Suprimida
::a

diseño mismo de la red>> aporta <da clave de su funcionamiento y


no algún programa interno como los de los ordenadores>> (L25). pot ulggna escuela de pensamiento que no es la marxista, pero
las sociedades premar-
Los conexionistas también proponen una <<representación del sa- ir. ráo resulta ,r...ruri a para describir
be», en la que el saber está distribuido eru toda la red; y no sim- *irrrr. Jameson repite .rt. putaügma en su capítulo sobre Her-
42 HrpERTExro EL HTPERTExTo Y le rBonfe cnfuce 4)

bert Marcuse, cuando explica que <<el deseo auténtico corre el tado fragmento de un ensayo crítico que contiene a su vez ufla
riesgo de disolverse y de perdersé en la extensa red de seudosatis- cita de oito ensayo, como un portador alberga un parásito>>. Pro-
fabciones que constituyeÁ d sistema de mercador, (100-101). una siguiendo con la analogía microbiológica, Miller pasa a explicar
vez más, el concepto de red proporciona un paradigma solamen. qüe ,.el "ejemplo" es un fragmento parecido a esas minúsculas
te necesario, según parece, para describir las .o*ll.¡idades de partículas de ulgUnu sustancia que se introducen en un diminuto
una sociedad caída. vuelve a hacerlo cuando, en .ipitrlo sobre irbo de ensayo y se investigan con ciertas técnicas de química
Sartre, discute la noción de fetichismo de Marx, "l qrr" p..senra, analítica. Se puede llegar muy lejos, u obtener mucho de un pe-
paraJameson, ciertas <<comodidades y la red "objetiira,, áe lus re- queño fragmento de texto: nos gUía de contexto en contexto, que
laciones que. mantienen entre sí>> como la aparieácia ilusoria que se amplí* h"rtu abarcat, como medios necesarios, toda la familia
enfiIascata <4a realidad de la üda sociab>, que <<se encuentra en el de lenguas indoeuropeas, toda Ia literatura y el pensamiento con-
proceso mismo del trabajo>> (2g6).
..pto"l en estas lenguas y todas las permutaciones de nuestras es-
tiricturas sociales dá economías domésticas, receptoras y dadoras
de regalosrr.'5
¿Gausa o convergenc¡a? ¿lnfluencia o confluencia? A"" así, Miller subraya que el <<Glas de Derrida y los ordena-
dores personales aparecieron más o menos al mismo tiempo. Am-
¿Adónde lleva la relación de la inform ática,y d.l hipertexro bos t.ib aiarr.orrr.i"rrte y deliberadamente para dejar obsoleto el
en particular, con la teoría de literatura de las irlr o .rárro últi- tradicioní modelo de libro Lineal y sustituirlo por el nuevo hiper'
mas décadas? En la conferencia de mayo de 1990 en el Elvetham texto multilineal, que ya se está convirtiendo rápidamente en el
Hall sobre Ia tecnolog¡ay el fururo de lainvest ígaciónhumanís tíca, modo de expresión característico, tanto de la cultura como del es-
J. Hillis Miller sugirió: <<La relación... es rrrriltipl., oo lineal, no tud.io de lai formas culturales. El "triunfo de la teoría" en los
causal, no dialécticay excesivamente determin No enca ia ánlu estudios literarios y su transformación por la revolución digi-tal
^d^. "relación,,rr.r,
mayotia de los paradigmas tradicionales que definen
son dos.aspectos dl un mismo cambio arrollador>> (Litera'ry The-
El mismo Miller aporta un buen ejemplo de esta convergen- ory, L9-n0i. Por supuesto, dicho cambio arrollador tiene muchos
cia entre la teoúa crítica y la tecnología. Arrt.r dé descub¡r eT hi-
componentes, Pero hay un tema que aparece tanto en escrito§ so-
pertexro, hablaba del rexto y del pro..rumiento (interpretativo)
bre ñip.ne*to (y el Memex) como en la teoría cdtica contempo-
de texto de una.mane.u qrrá ..r.,itu, á fam{íar u .rrJqiri.r" q.r.
ránea,* Las limitáciones de la cultura impresa, d. Ia cultura del
hay? leído o tabajado con hipertexto. por ejemplo
,'.Á Firtion libro. Bush y Barthes, Nelson y Derrida, así como todos los teóri-
and Repetition describe cómo se lee una novet" ¿. Hárdy de una ,cos de estos campos, quizásorprendentemente entrelazados, em-
forma que yo calificaría de hipertexrualidad bakhtiniuná, <<Cada piezancon el deseo dá [berarnos de las limitaciones de 1o impre-
pasaje es un nodo, un punto de intersección o de enfoque, en el
,o. Ert. proyecto común requiere que uno reconozca primero eI
que convergen 1ín9as que conducen a muchos offos p"rr¡., de la
enorme poá.t del libro, ya que, sólo cuando hayamos tomado
n9vela y gue, en úldma instancia, los incluye todos>r.'Ningun pa-
concienáa de la manera en que ha formado e informado nuesffas
saje tiene una prioridad particular sobre los demás, en el ientido
vidas, podremos intentar escapar de algunas de sus limitaciones.
,.: i
de ser más importante o de ser el <<origen o el fin dá lo, oros>>.3a
En este contexto, las explicaciones de Claude Lévi-Sffauss | ---

Así mismo, proponer <<un "ejemplo" de estrategia descons-


."1 del pensamienro iletrado ,nib, Sauage Mind (El pensarniento sal-
truccionista de la interpreración)), €n ibu criü, o, o llort (L979),
;i.
uaji) y en sus tratados sobre mitolo gía aparecen, en parte, como
describe bloques de texto dispersos y conectados, il.orrido ,i.ri.rrios de descentrar la cultura del libro, de demostrar los con-
se puede seguir hasta un universo o metatexto gue ""y"crece y au_
finamientos de nuestra cultura literaria saliéndose de ella, por
menta sin cesar. Aplica una estrategia desconstruicionista á ci-
muy superfici"l y brevemente que sea. Al enfatizar medios de co-
'Eil i
Eí'"
E¡':
44 HIPERTE)ffO ,F;,,.r:
b.;.'. -
4'--. EL HIPERTEXTO Y LA TEORfA CNÍNCE 45
li-r;1:

municación electrónicos aulque no informáticos, como la radio, E,:


E::..'

la tglgvjriól y el cine, Baudrillard, Derrida, l.un FranEois Lyo-


1¡;::
it,..: bro, Adorno y Prefacio>>. Lo hace con gustoya gu€, como anunció
en Of Grammatology, <<aunque p,arczca lo contrario, esta muerte
Í:..:..:

tatd, Mcluhan y otros se pronuncian iguahánte en .""rru de la 'l;.. ,,


J

del [trg, anuncia, siiiugar a áudas (y, en cierto senddo, siempiáha I


*r.,:
tt..
, .ti
futura importancia de la tecnologsa dela información b"r"d" .r, ali
I

;"".-a¿o), una muerte del discuiso (de un suPilesto discurso I


:
.\:,, _

¡..
la impresión, coincidiendo , *.rrrdo con los que pi.nrÁ en que
completo)así.otroiñá-ñ-ü¿v-a-rrutasiéssp*l-a-hr$gria-{e--!g5:q-cri-
uno! medios de comunicación análogos con rárid^o, movimiento
e información visual remodel arám ru&crlmenre nuestras expecta- EIa, en la historia como escritura. Lo anuncia con una antelación
tivas de la cultura y naturalezahumanas.
Evarios siglos. Es en esta escala que debemos estimarlo>>. (8)
En una conversación conmigo, Ulmer mencionó que, puesto
Entre los principales críticos y teóricos de la crítica, Derrida
que la unidad de Derrida equivale al nexo, La gramatología
destaca como-el quá mejor adviei. l, importun.iu á.üa tecno- "t..1 ,,
logía de la información autónom", b^rráa en sisremas digiáes
u.,. y la ciencia de conectat y, po. lo tanto, el arte y la cienci-a del "'
hipertexro.sT Uno podría añadir que Derrida también describe la
más que analógicos. Como señala, <<el desamollo de rnétodo"s prác-
diieminación como una descripción del hipertexto: <<Junto con
ticos..d5
leguperación de la información amplía enormemente las una expansión ordenada del concepto de texto, la diseminación
posibilidades d9l
imgnsajg", hasta el punto en que deja de ser la inscribe una ley diferente que rige los efectos del sentido o de la
traslación "escrita" de un lenguaje, lairrnrf...nlia de un signifi-
referencia (}a interioridad de |a "cosa", realidad, objetividad,
.-rdg .9ue, incluso p_ermaneciendo oral, conservaría su inlegri-
esenciüdad, existencia, presencia en general, sensible o inteligi-
dadrr.rl Más q,r. .,.,*lquier otro teórico, Derrida se da cuenta de
ble, etc.), una relación diferente enffe la escritura, en sentido me-
que la informáticay los otros cambios en los medios de comuni-
tafísico de la palabra, y su "exterior" (histórico, político, econó-
cación han desgastado el poder del modelo lineal y del libro como
mico, sexual, etc.)>> (Disserninatiort, 42),
paradigmas afines y culturalmente dominanres. Derrida d..lui",
«El fin de la escritura lineal es en realidad el fin del libro, aunque
sea en forma de libro que las nuevas escritura§, literarias o teóri-
Analogfas con ta revoluc¡Ón de Gutenberg
cas, le dgian encerrar, pdta bien o para mab> (Of Grammatology,
86). Por lo tanro, como lo señalu [il*.r, <dos escritos gramatolá-
Si nos encontramos realmente en un período de fundamenta-
gicos-ejemplifican la lucha para romper la investidura del libro>>
(App lied Grammatology, L31 . les cambios tecnológicos y culturales análogos a la revolución de
Gutenberg, entonces ha llegado el momento de preguntarnos qué
según Derrida, .d, forma del "libro" está pasando por un pe-
podemos áprender del pasado; en particular, qué-podemos ple-
ríodo de agitación general, y, mientas su formu prr".i cada vez
áecir ,..r.á del futuro al comprender Ia <<lógic»> de una tecnolo-
menos natural.,. y su historia, menos transparentel h forma de li-
gía dada o de un conjunto de tecnologías. Según A1vi1 Kernan,
bro por sí sola nopuede zanjar... la cuestión de aquello,
fro..ro, .{u "lógica" de una tecnología, de una idea o de una institución es
de escritura que, al cuestionar en la prácticaesta foimu, há de des-
su tenJencia a conformar, en un limitado número de formas o di-
mantelarlo>. El problema, adery{s,
i.*- reconoce Derrida, es que
<<no se puede tocar>> la forma del Iibro <<sin trastornar ' recciones, todo aquello en que incidenr>." La obra de Kernan y de
todo lo áe- orros como Rogei Chartiei y Eisenstein;.,"que han estudiado las
más>> (Dissemination LI¿ diseminación), 3) en el pensamiento
occi complejas rranslciones desdela cultura del manuscrito hacia la de
dental. A Derrida, siempre deseoso de rocarlo rádo, .1lo ,o le pa-
lu imprlnh, sugiere mes lecciones claras o normas para cualquie-
rece urta razón suficiente para no tocar el libro y su reivindi.u.iór,
ra que presienta similares transiciones-
comienza con la cadena de expresiones que aparecen más o menos
En primer lugar, estas transiciones toman mucho tiempo; en
corno título al principio de Disserninatlon: Hors Livres: fuera de
Iibro, Hors d'Oeuvre: entremés, Extratexto, prelimin* r,i" de li- todo .uio, mucho más tiempo del que los primeros estudios sobre
el paso de la cultura del manuscrito a la de la imprenta podían 11e-
'46. HIPERTE)(TO EL HTPERTD(To v Le rponfa cnÍuce 47

varnos a suPoner. Estudiosos de la tecnología y de la práctica de la co, ceremonial y eclesiástico del libro u otro material impreso y.la.
lectura señalan varios cientos de años de cÁbior y u.Lmodaciones l.ct.rru privada, personal e interio tizadarr?e
graduales, durante los cuales prevalecieron distinias prácticas de la El mismo Kernan insiste en que <<el conocimiento de los prin-
lectura, formas de publicación y concepciones de lu literatura. cipios básicos de la lógícade la imprenta, como la inalterabilidad,
" -:i .i ,
según Kernan, no fue hasta principios del siglo xvrrr que la la multiplicidad y la siste matízación, permite predecir las tenden-
tecnología de la imprenta <<hizo pasar á lor países más ad.Írntu- cias pero no los modos exactos en que iban a manifestarse en la
dos de Europa de una cultura oi^l a otra impresa, reordenando historia de la escritura y en el mundo de las letras. Tanto la idea-
toda Ia sociedad y reestructurando las letrar, *á, que meramente lizacióndel texto literario como su atribución de una esencia esti-
modificándolas>> (9). ¿Cuánto tardaráIa inform átiia,y sobre todo ]ística son desarrollos de posibilidades latentes de la imprenta,
el hipertexto, p^la operar cambios parecidos? Uno i. pr.g.rrr^ pero opino que no habíauna necesidad previa y precisa de que las
cuánto tardará el paso al lenguaje electrónico en volverse omni- i.t.u, fu.t"., vaLoizadas de estas maneras en particularr, (181).
presente en la cultura.Y ¿con qué medios, apaños culturales pro- Kernan también señala <<1a tensión, por no hablar de oposición
visionales y demás intervendrá y creará un iuadro más .or,frrro, manifiesta, ente dos de las fuerzas primarias de la lógica de Ia im-
aunque culturalmente más interesante? "
prenta: la multiplicidad y la inalterabilidaá, d.go-que_podríamos
La segunda norma importante es que el estudio de las rela- áenominar ef..ios "biblioteca" y de "librería de saldos">>(55),
ciones entre tecnología y literatura junto con otros aspectos de las que entran en juego, o prevalecen, sólo en determinadas condi-
humanidades no produce necesariamente una lectJra mecánica Ciorr"r económicas, políticas o tecnológicas.
la cultura, como temían Jameson y otros. Como Kernan deja Latefcera lección o norma que puede derivarse de Ia obra de
- _de
bien claro, la comprensión á. h lógiiade una tecnología no per- Keman y de otros historiadores de las relaciones entre las diver-
mite hacer predicciones, ya que en condiciones dif.r.rites ]a *ir- sas prácii."t de la lectura, las tecnologías de la información y la
ma tecnología puede producir efectos diferentes e incluso contra- crliot", es que las transformaciones tienen contextos e implica-
rios. Así, J. Daüd Bolter y otros historiadores de la escrirura han ciones políticos. Las consideraciones sobre hipertexto, teoría ctí-
señalado gue, al principio, la escritura, gue servía los intereses del tica y litgrltura han de tener en cuenta lo que Jameson llama <<el
clero y de la monalguía al registrar leyes y acontecimientos, pare- reconoctmrento básico de que no hay nada que no sea, además,
cía puramente elitista, e incluso hierática; más rarde, *ádid, social e histórico, y gue, de hecho, "en ultima instancia", todo es
"
que iba progresando hacia abajo en la escala social y económica, político>> . (Political U nconscious, 20) .
empezó parecer democtatizante e incluso anárquica. En gran
I
medida, los libros impresos tuvieron efectos igualmenre dife"ren-
ciados, aunque los factores dem ocratizarttes taidaron mucho me- Predicciones
nos en imponerse a los hieráticos: unos cuantos siglos, talvez dé-
cadas, ¡en lugar de milenios! Si la tecnolog ía dela imprenta cambió radicalmente el mun-
Así mismo, como Marie Elizabeth Ducreux y Roger Chartier do tal y como lo expone Kernan de formatan:r convinceqte, ¿cuá-
han demostrado, tanto el material imprero .o*ó los t"nuscritos les serán los efectoi d. una transición paralela de la ímprenta al
fueron utilizados como instrum.rrtor <<de una aculturación reli- hipertexto informático? Aunque los cambios asociados con el
giosa controlada por la autoridad, pero en ciertas circunstancias puro de la imprenta ala tecnología electrónica td.uez no presen-
ngrmitierorr la resistencia de una fe recha zaday llegaron a ser un ien ningún paralelismo con los asociados al paso del manuscrito a
último y secreto recurso en contra de la convetriórr-forroso>. Los la impret tr, lrt descripciones de los cambios más recientes en la
libros de horas, los contratos matrimoniales y los llamados libros t..t ología del texto alfanumérico pueden sugerirnos campos de
evangélicos encamaban <<una tensión básica Lrtr. los usos públi- investigación.
EL HIPERT¡>mo Y 1A TEoRÍA cnír¡ce 49
48 HIPERTEXTO

Uno de los cambios más importantes se refier e ala tealización vefemos a continuación, también tienen efectos radicale, ,ot"
del poder demo $atlzarnte de la nueva tecnología de Ia informa- nuestra experiencia de escritor, texto y obra, a los que redefine'
ción. Durante el paso de la cultura del manuscrito a la de la letra Tan básicos y radicales son estos efectos qare nos fuerzan a cons-
impresa desapareció <<un sistema más antiguo de cartas refinadas y ;; q;. *rr.hrs de nuestras actitudes e iáeas -4t queridas y fre-
cortesanas, esencialmente oral, aristocrático, autoritario y centra- .tr"or., hacia la literatura no son sino el resultado de determina-
das tecnologías de la información I d. la memoria cultural,
que
do en la corte... al ser sustituido progresivamente por u.R nuevo
e ide-
l'
i sistema literario basado en la imprenta, democrático y centrado en proporcioniron el entorno adecuado paru dichas actitudes
a.
el mercadorr, crryes valores fundamentales <<aunque no estrictamen- .r. Érru tecnologí a,la del libro impreso y sus parientes más cerca-
ioi q"" in.LryE lL página impresa o Te.c*_o graflada,y engendra
I

te determinados por razones técnicas, permanecían indirecta-


mente asociados con las realidades de la imprenta>> (PrintingTecb- cierras no.iorrás de prJpied y unicidad del escritor del texto
LI
^d
i::::
nolog1t,4). Si la hipertextualidad y los sistemas informáticos afines físicamente aislado ir.Ll hipertexto hace insostenibles. En otras
de nuestros su-
llegan a tener efectos tan generuhzaáos, ¿cuáles serán? Nelson, f"l"btut, el hipert"*io an.la en l.a historia muchos del éter de la abs-
:::'
!,1.:, Miller y casi todos que escriben sobre hipertexto consideran que ;;;, -a, dif"t didos, haciéndolos descender
l,: ','r, '
esta tecnología es esencialmente democratizante y gue, por 1o tan- tracción y parecer meras consecuencias de una tecnologia daáa,
:!1: '. '4
to, mantiene algún tipo de existencia liberada y descentralizaáa. arraigaá, un tiemPo y lugar dados' -
f',.,
.r'
i.:, ,
:

Kernan cita numerosos casos específicos de cómo la tecnolo- Ñ h"..r"" posibl.t otot plantearyientos, el hiperrexto tiene
,::,.
gía <<afecta alavida individual y sociab>. Por ejemplo, <<d modifi- mucho .r, .oáún con ulgrrnol de los principales planteamientos
i;.'
de las teorías literaria y sárniol ógica,y tobr" iodo
óon .1 énfasis de
car su rabajo y sus escritos, la ímprenta obli gó a escritor, erudito
de texto
tlt.
v.,
y profesor funciones literarias clásicas- a redefinirse a sí ñ.riidu en el descentiar y con Iu .o...pción de Barthes
:i:
l. :..
.

-las no creara del todo a los críticos, editores, bi-


mismos y, aunque i:. á. l..tor frente al de .r.ritor. De hecho, el hipertexto supone una
y
bliógrafos e historiadores de la literatura; sí aumentó notable- i,: encaúiación casi emb atazosaÍnente literal de ambos conceptos'
ii: -'
y su interesan-
ello, a Su vez, plantea nuevas cuestiones sobre éstos
,;:'
mente su número e importancio>. La tecnología de la imprenta .t":
.':i:,
(o inscripción)'
te combinación de presciencia y relación histórica
'i,,:'
así mismo redefiníí d, público de la literatura al convertirlo .i;,
l:.
t'-.
-:i1..:.
'

de un pequeño grupo de oyentes o lectores de manuscritos... a un 1;.,.: : .

grupo de lectores... que compraban libros para leer en la intimi- i,' ,


;_t' ...r
:i1,

dad de su casa. La imprenta también hizo que la literatura resul- ,;-..,

tata, por prim eta vez, objetivamente real y, por lo tanto, subjeti-
vamente concebible como hecho universal, en grandes bibliotecas
de libros impresos que contenían grandes colecciones de escritos
mundiales.. La imprenta también reordenó la relación de las letras
con otros agentes sociales, por ejemplo, liberando al escritor de la
necesidad de un patrocinador y la consiguiente servidumbre a
la riqueza; desafiando y reduciendo el control de la autoridad
sobre los escritos mediante la censura estatal y promoviendo una
ley sobre propiedad intelecmal que entregaba al autor la propie-
dad de sus propios escritos (PrintingTecbnology,4-5).

Los nexos electrónicos desplazan los límites entre un texto y


otro, entre escritor y lector y entre profesor y estudiante. Como
r 2. Reconfi$urar el texto

Del texto al hiPertexto

Aunque en el funrro leiano, o no tan lejano, todos los textos in-


dividualei estarán conectados electrónicamente formando así meta-
textos y merametatextos de un género sólo parcialmente imaginable
hoy eldí d,y¡han aparecido formas de hipertexto de mucho menor
Existen yui.rntliteraciones al hipertexto de poesía, de fic-
"lcance.
ción y de otras materias originalmente concebidas para la -tecnolo-
gia dál[bro. La forma más sencilla y ti*it"ia de esta transliteración
y luego añra-
f,r.r.*, el texto lineal, con su orden e inalterabilidad,u otros textos,
ha, , modo de apéndices, críticas, variantes.textuales
ráno1ógi.*.rr-t. anteriores o posteriores.'En estos casos' el texto
riginafque conserva so formá andgua, se-convierte en un eie fijo
cual irradian los textos conectados, y ello modifica la experien-
cia del lectot de este original texto en un nuevo contexto.
Se han publicado rácopilacione§ dídácticas de textos clásicos
en hipert.rito basadas .t, ,rt único texto, original'mente creado
parusu difusión impresa, como eje ininterrumpido alrededor del
'.rr"1
se articul*t .o*.ntarios y anotaciones' Paul Delany, de la
Universidad Simon Fraser, por ejemplo, utilizí eL sistema Hyper-
card de Apple para ttr.ru.tibir al hipertexto-y -aTpliar el Joseph
And.reus.r áá Hánry Fielding; en la Universidad Brown, qmplea-
mos de un modo similar el sist.ma Intermedia para presentar his-
2
torias cortas de Kipling y de Lawrence''
i. '-'
|, É''
,,,-.: §.,t.1:,,. .
52 HIPERTEXTO R.ECONFIGURAR EL TD(TO ,)
hipertextual unos materiales originalmente concebidos para la tec- Tu Fu se prestan muy bien avnarecopilación similar en hipertexto.
nología del libro dividiéndolos en lexias discretas, sobre todo cuan- A diferencia de estos dos eiemplos áe rcalízaciones en hiper-
do contienen elementos multilineales que requieren la clase de lec- texto, que respaldan el estudio con nexos electrónicos entre múl-
tura multisecuencial asociada con el hipertexto. Un ejemplo de este tiples textos paralelos, Iru Memoriam, otra recopilacíón, esta \¡ez
tipo de hipertexto ha aparecido en CD Word: Tbe Interictiue Bible en Intermedia, creada en Ia Universidad Brown, se vale de los ne-
L-ibrary,r'que un equipo del Dallas Theological seminary*lha crea- xos electrónicos pataelaborar un mapa de las alusiones y referen-
do con una versión mejo rudade Guide. Esta recopilación hipertex- cias del texto, tanto internas como externas inter e intratex-
tual de la Biblia, destinada más bien al <<estudianre, teólogo, pasror rualidad-5 y, así,las mateúaliza. -su
o lego» que al historiador de la religión, inclu¡re las versiór.i de la EI In Mernoriam de Tennyson, radicalmente experímental,
Bíblia King James, Neur Intemational, New American Standard y ilUstra pertectamente la validez áel comentario de Beniamin: <<1a
Revised Standard , así como textos griegos para el Nuevo Testa- historia del arte presenta épocas críticas en las que cierta forma de
mento yla Biblia de los Setenta. Acompañan este material tres léxi- arte aspira a efectos que sólo podrán ser collseguidos plenamente
cos griegos, dos diccionarios y tres comenrarios de la Biblia.r Con con un cambio de patrón técnico, es decir, con una nueva forma
este sistema, que almacena los textos electrónicos en un rlisso com- artíEticarr.u Otra manifestación de este principio aParece en la Ii-
pacto, el lector de la Biblia puede yuxraponer pasajes de diferentes teratura pictórica victoriana, sobre todo en Tennyson y Ruskin,
versiones y compatat las variantes, examinatlaversión gnegaorigl- que antiiipr., en muchísimos detalles las técnicas del -cine.? Así
nal y acceder a una rápidaayuda en gram áacay vocabulário gri.gór. áo*o la literatura pictórica anticipa un medio futuro (el cine) uti-
otra recopilación similar pero que emplea un sistema de hi- |1ganáo la narrativa paraestructu rur la descripción, In Memoriam ¡
Pertexto más sofisticado es Cbinese Literature (Literarura china) anticipa la hipertextualidad electrónica desafiando precisamente i .

de PauI Kahn, que ofrece diferentes versiones de la poesía de Tu la narratirra yia forma literaria basada en ella. Convencido de que i''r'
Fu (7 L2-77 0) que van desde el texto chino, transcripciones en él la nliiááio" ¿1.g íaca, que inexorablemente conduce
nuestro alfabeto y traducciones literales hasta omou líbros de "mFú;d;
a lector y doliente'del pesar a la consolación, falsifica la experien-
Kenneth Rexroth y offos.o Literatura cbina también incluye abun- cia real, el poeta elaboró un poema compuesto de 13 L fragmentos
dante material secundario que permite la interpretación á. la po- paraexpresar el flujo y reflujo de las emociones Y, en particular, la
esía de Tu Fu. Como CD Word,la recopilación de Kahn p.rmit., manera en que, irracionalmente, Surgen rebrotes de pesar mucho
tanto al principiante como al iniciado, acercarse a un clásico en tiempo después de la supuesta recuperación del doliente.
lengua extraniera através de varias versiones y, como la Biblia hi- La muerte de Henry Hallam en t$3 hizo que Tennyson
pertextual en disco compacto, también ubica el texto primario en cuestionara su fe en la naturaleza, en Dios y en Ia poesía. In Me-
una red de nexos con las diferentes traducciones y las ieferencias. moriam revela que Tennyson, que se había dado cuenta de que
Antes de examinar otras clases de hipertexto, convendúa recal- unas composiciones breves encarnaban mejor las emociones
car las iustificaciones y conclusiones implícitas de esras dos exce- ' transitorias que seguían emb argándolo mucho tiempo después
lentes obras. CD Word ofrece a sus lectóres una presentación tec- de: su pérdida, rech az6 Ia elegía y la narrativa convencionales
nológica de La Biblia parricularmente apropiada porque, en :: porqué ambas presentab an al.lector una versión demasiado uni-
general, el texto se maneja en términos de p"rá¡.r .orto. o, como , ficada, y, pof lo tanto, demasiado simplifi cada, de sentimientos
dirían los escritores en hipertexto, como ri fu.r* de <<alta reso- . como el.pesar y la resignación. Creando una poesía no lineal de
lucióru>. Del mismo modo, al ser más bien concisos, los poemas de fragmentos, Tennyson g¡ía al lector de In Memoriam del pesar y
Ia desesperación a Ia espe tanza y la fe pasando por la duda; pero
*. Biblioteca Bíblica Interactiva. T. con cada paso irrumpen emociones persistentes y opuestas, y
*1. Seminario Teológico de Dallas. T. ,' uno encuentra duda en medio de la fe, y dolor con Ia resolución.
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RECONFIGURAR EL TD(TO 57
56 HIPERTE)ffO ':.:..
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moverse por el poema siguiendo una secuencia lineal pueden ha-
,

L'
En lugar de la :rarna elegíaca de <<Lycidas>>, <<Adonait» y .<Thyr- -4_.:
,

sis>>, In Memoriam ofrece fragmentos entrelazados con docenas


lt:'..;
*, r' cerlo poi medio de los nexos entre las secciones anteriores y
de imágenes y motivos e informados por un igual número de re-
.*1'
a.r' poster^iores; también pueden consultar cualquier palabra en un
: ^diccionario
soludiones, principales y secundarias, de las que la más famosa es
b:,;:'
t^,.|i
electrónicamente conectado o seguir nexos hasta lec-
tufas alternativas, críticas (e incluso una comparación de la sec-
,...: '
la secció n 95, con su representación del encuentro de Tennyson ¡.'

.iá" 7 con la tt9) o discusiones de las relaciones internas del


-: i:1
.l:..).'
con el espíritu de Hallam, experiencia cumbre y maravillosamen- i::

te ambigua y mística. Además, otras secciones como la7 y la L19


iJ
f""*u. Además, la activación de losmaflo nexos señalados al lado de
prlrbtrt como oscuro, casa, puertas, o culpable hace apare-
ola28,la78 yla L04, se remiten unas a otras de diversos modos. :.i;:'

La protohipertextualidad de In Mernoriam atomiza y disper- iiil' i., ,rr^ selección de varios tipor de materiales. La selección de
'i,;.
ma.no genera instantáneamente un menú con todos los nexos aso-
sa al Tennyson hombre. No se 1o percibe en ningún momento, r;;:.

excepto td,vez en el epílogo, que aparece a continuación y fuera i:''


ciados a esta palabra, que incluyen un directorio gráfico de las
principales im,ágenes áe In Memoriam, trÍt comentario crítico so-
;:,

del poema en sí. El verdadero Tennyson, el hombre que existió, ";,,.,

[;" h irrug.n ci-tada y, lo más importante, una lista sistemática de


,.,i:,

con sus creencias y temores, no puede extrapolarse de las sec- ;.rtr't'

ciones individuales del poema, ya que cada una de ellas presen- cada.r.ro á. 1o, ,rsos de la palabia en el poema iunto con la frase
ta a Tennyson sólo en un momento dado. Recorriendo estas sec-
i::'
en que aparece; la elección de cualquiera de los elementos del
*"rr,i prórro., la aparición del documento conectado, de una vi-
",t..

ciones individuales, el lector experimenta una versión


ideabzada de los momentos de pesar o'de restablecimiento de
"lgo sión gán"r"l de la imaginería, de un comentario o del texto com-
Tennyson. Así, In Memoriam cumple la definición de Paul Va- pl.tJd. Ia secció, qrré contiene ese uso concreto áe mano.
lery de la poesía como máquina que reproduce emociones. Tam- Gracias a las capacidades de Intermediapara crear.nexos en I

(o bloque
bién coincide con otra observación que hizo Beniamin en una ambas direccion.r y conecmrlos con cualquier pasaje I

áe texto) de la obrá, el lector puede desplazarse pof el poema


si- \ -:-.
comparación del pintor con el camarógrafo: <<En su trabajo, el i
pintor mantiene una distancí a natural con la realidad mientras guiendo distintos ejes. Aunque latramadelnMemoriam conten- .!
más arnba,material i
que el camarógrafo penetra profundamente en su trama. H"y ;;;;o las oras obrur "r, tip.ttextosucitadas
diferencia principal radica '1
una tremenda diferencia entre las imágenes que obtienen. La del de referenciay lecturas altern-ativas,
pintor es integral,la del camarógrafo consiste de múltiples ftag' .f é*pl.o á" 1o, trayectos de nexos, que permiten org anizar.l i- .-.
""
poema por medio de ,L ,"d de leitmotii y sácciones que se remi- I
1
mentos que se ensamblan según una ley nueva>> («§lork of ArD>, i.
233-234). Aunque refiriéndose a otro medio de expresión, Ben- ten unos a otros.s Aunque estos nexos los hayamos creado mis co-
jamin c^pra parte del sentido en que el hipertexto, comparado laboradores, estudi"rrtá, y Hcenciados, Y Yo, representan una cla-:- tl
con el texto, parece atomizado al mismo tiempo que transmite ,. d. nexos obietivos que también h"Lriu, póaiao establecerse I
una de las principales cualidades del poema no lineal y secuen- con gna completa función de búsqtreda de texto. En este y otlos
/ aspectos, }a versión con Intermedia de In Memoriam representa
de In Memoriam lntenta captar la orga- una forrna adaptable de hipertexto.
/L"trama hipertextual
naaciónno lineal del poema estableciendo nexos entre secciones, Aparte de la adaptación de un texto cuya versión impresa ya
por ejemplo, entre la 7 ylallg,la2yla)9 o los poemas de Naü- lo divide en seccionás análogas a las lexias, uno puede imponer
dad que se evocan unos a otros a lo largo de todo el poema (Fig. sus propias divisiones a una obra, como hace Barthes con <<Saffa-
1). Y, más importante todavía, gracias a las capacidades de Inter- sin." .i SlZ. Un ejemplo obvio de proyectos de este tipo serían
media, el lector puede remontar de sección en sección siguiendo versiones hiperterirrdés de <<Sarrasine>> solo, o incluso de éste en
varias docenas de leitmotiu que forman un hilo en todo el poema. S/Z de Barthes.' O6a versión electrónica que realiza gran parte
Trubajartdo con la sección 7, por ejemplo, los lectores que desean del potencial del hipertexto para las variantes es Fotking Patbs:
58 HrpERTExro RECONFIGURAR EL TEXTO 59

An lruteraction oftg Jo_rge Luis Borges (lgg7),o d. Stuart Problémas de terminolog!ía: ¿Qué es el obieto que leemos?
Moulth_
rop, una adaptación de <iForking pathsr, a. L-
J. B";;;s; funcio_
na bajo storyspace, un sistema ¿! rrip.rtá*ro .r.uil;?rJ.
¿Qué es el texto en hiPertexto?
David
Bolter, Michael Joyce yJolrn B. Smi;h.ro Como las primeras ftases de este capítulo deben de haber su-
, mas Erros ejemplos de adaptació¡ al hipertexto ejemplifican
de transición enrre la iextualidad .trr.r.iona]
for_ gerido, escribir sobre hipertexto en un medio impreso plantea in-
' yia hiperro, áediatamente problemas de terminología muy parecidos a los
tualidad. otra p;";r.xisren ya obras originalmenre concebi- que Barthes, Dérrida y otros se encontfaron al intentar describir
i l?rhipertexro.
9l texto,
i de yu_r^ el Ért"s conecran .1..tü.ri.r*"ie bloque, úrr" t."tualidad ni representada por el carácter físico del libro im-
i o mej_or dicho lexias, unos con otros y con diversos
com_ preso ni limitada poiél. Ya qr. él hipertexto cambia radicalmen-1/
,plementos gráficos como ilustraciones, mapas, organigramas,
es- ie lar experiencias que leer, esuibir y texto suponen, ¿cómo pY.-\
quemas y üsionT generales, algunos de loslqab,
", i ío elisten en el de uno emplear, sin inducir a errores, estos términos tan cargados {
imedio impreso. En el futuro,habúmás
@el$x"r*rdo, poi de las impúcaciones de la imprent a, p^rareferirse al material elec-
la conexión de secciones aisladas de obr^ i"ai"iduales,
aunque la trónico? Todavía seguimos leyend o de acuetdo con la tecnología
noción de obra individual y discreta se está volviendo de la impresión y seguimos orientando hacia la publicación im-
cada vez
- más débit e insostenible en ál *"r.o de esta tecnología informáti- presa toáo lo que escribimos, pero ya emp,i eaan a vislumbrarse las
ca, como ya había ocurrido en el contexto d. g."; pr*. prime.r, -*if.staciones de tip.tt.*trrulidud y a percibir algu-
de Ia
teoría crítica conremporánea. Estas obras inclufen
pl.ri, y fic- nos aspectos de sus posibles porvenires. A.menos que se emplee
ción hipertextuales, i. h, que hablar¿ más adelante, y
el equiva- con sumo cuidado, 1á terminol ogíaestrechamente asociada con la
lente_hipe*extual de las obias críticas y erudii;;;;¿rrr.
tecnología de la imprenta puede inducir ala confusión. Bastarán
una de las _primeras obras en esre nuevo medio, y J.rd. luego dos ejemplos.
la-primera con Intermedia, fue ra de BarryJ. Fishman;
..Th. §7orks Úro d. 1o, problemas con que nos enfrentamos surge a la
of Graham swift:4 Hyp"rrext Thesis>>
ríésil,;ü;,;s doctorar
de la Universidad Brorñ sobre el noveü;;;ú;irá"t.;
hora de dar un nombre al objeto que leemos. El libro, por su-
.-orrr.-p orá- puesto, es aquel obieto con el que leemos el productg -d" la tec-
neo. La tesis de Fishman se compone de sesenta y
dos lexias, de las nología de Ia imprenta. En nuestra cultura,la palabra li_bro puede )
cuales cincuenra y cinco son do^.r*.ntos de ,.*r"
y ;i;;., esque- desifrar tr., muy distintas: eI objeto _.1 sí, 91 texto y la l
"rriidades
Trr o fotografías dígrtñzados. Los cincuenra y.irr.á documentos *rrrif.ttación de una tecnología áaáa. Llamar <<libro electrónico>>
de texto que creó, .ór un tarnaño de media págnahash
tres pági-. a la máquiná con la que leemos el hipertexto induciría a error, ya
nas a un solo espacio, contienen discusio".r
¿JUS r.ir p.i"cipales que está máquina .ot lu que se lee (y se escribe y se llevan a cabo
obras publicadas d¡ svrift, las crític-., qr. recibieron,
correspon_ ótrur operaciones como mandar y recibir correo) no constítuye en
dencia con el novelista y ensayos sobr.',.*"r, técnicas
y ras rera- sí un [Lro, es decir, un texto: no coineide ni con el texto virtual ni
ciones intertextuales en cada uno de sus libror'y..
.i .t";""ro de con su. encarnación física.
su obra. Aunque Fishman creó su recopitación
un conjunto de documentos relativamente autóno*o,
ér, hip.rt.*ro como ( Surgen problemas adicionales ya que el hipetexto iryp_l**-L
no sólo selecciona su recorrido.d. Iec- \
nexos con varias docenas de documentos presentes
estableció
en el ,irt.*r,
J) lector más activo, uno' que)rtunidad de leer como un escritor; es \
- que incluyen desde escritos de profesores i.
tamentos hasta comentarios de Ltro, estudiantes.
ut *.rro, ,i., d.pur_ ffiH'"T1:l?ltT'i:#:[HT.Hil que ree puede asumir ra
/.jf,rnción de urrio, y añadir nexos u otros textos al que está leyen-z
i

I d". Así. el uso del término lector, como hacen algunos sistemas
-. uaminos Divergenres: f )..
informáticos
:--
en sus mensajes al usuario, tampoco
-1 -------i^ -^-^6 ,o^o
parece apro-
^^-^
*L. Las obras de Grahamuna interacción ygún Jorge Luis Borges. T.
"
swift: una resis rri!.rá*r" ar.T. piado.t'
t
6A REcoNFIGURAR EL TP(To 6L
HrpERTExro

Una solución ha sido llamar ese lugar cle dad ürtual electrónica en la cual esto§ términos, Y4 sospechosos, re-
lectura-escritura una
:1?9'-99 9:rge*u¡r,
genrero; lor analogíacon lf estacíón de ffabtajodel in- 5Jr* más problemáticos y confusos todaü a.l)nasolución ha sido'
esta expresión suele referirse a máquinas
reladvamente utilizar teio como u.na ábreviatura anacrónica de los términos
potentes, a menudo conectadas
_en
I.dlt y .o, mucha más poten- entre corchetes en la expresión siguiente: <<Si uno fuviera que trans-
cia de cálculo, memori a y capacidades (El
griifiru"-q".'"1^;rdenador ferir un rexto (obra) [át.gro imlreso], digamos Losf Paradise
personal." sF embargo, y, qr. estaciói
d.e trabajoparece sugerir ioroi¡, perdido) de Miltorr, , *, forma electrónica, podrían e§ta; (eI
que estos objetos sólo existinán en el
lugar d. ;;;í;i";esultarán blecerse nexos entfe pasaies de [1o que eral el texto loriginal]
útiles sólo en ocupaciones remunerrd""r, esta
expresión también ;;; ¿. rrrirron) y .o1, ,rrr,por g trr^ de material externo al
resulta confusa. Aun así, recurriré a ella "*pli,
supuesto, es que,¡uando el texto
i.,0., en cuando, aunque L"á.riii"alrr. Ei problema,
la mis-
sóIo sea poJque parece más cercana-a lo
que el hipertexto requie_ impreso se convi.rt. .t urr t.ito electrónico, deia de poge.er
que cualquiera de los oros términos ,.rg..id; ,rr, .lrs. de textualidad. En las páginas siguientes, la palabra texto
:e
Estos problemas de terminorgeía;p;;n,
ha;; la fecha.
dente, pg.q,r,. los papeles de t.?r"ii .r.ritor
como ya resuha evi_ Eil;*nderse como <<versión-eláctrónica de un texto impreso>>.'
, cambian tanto en la
i tecnología hipe.t."t,.rul que nuestro vocabulario
l*,ry poco qué ofrecer. "orri"rrrl.il" texto no verbal
Texto verbal Y
comoquie-ra qu9 se denomine ese lugar
de lectura-escritura,
no debe concebirse la máquina que .rrro.Lp
leaú parutrabajar (y El problema de la denominación del' <ttexto>> en el medio
divertirse) en hipertexto árrro una máquina
aislada, como el or_ hip.ri.iir"l .orlleva la cuestión implícita de lo gue debe abarcar
denador p"*orul de hoy en día. ilúñ áiifr^ p^1ubru. Esta cuestión, a su Yez,_nos oblíga ? reconocer
de e[o, er «objeto con
que se lee>> debe concebirse como una qrr. .1 hip.*.ra ,..orrfigura el texto de un modo fundamental
enmadañü;; iü:
ca, alhiperdocumento, ya que es el medio parecían indicar a primera vista. A
escritor individuales para ctnectarse y participar
que tienen el lector y el ñ" 1o, .r^.*os electrónicoi n9incluye una ptopotiión de informa-
en .i Á,rrdo de lafuerza, l, hd.;;."i"¿i¿ad
los nexos y docu-.rrio, hipertextuales.
;¿;;; ,r.rl[*ucho mayor gre 1, impránt a;lamisma facilidad,
se plantea offo problema símilar de terminología en comparación, con que pr.á" añadirse este material fomenta su
la palabra tuxtor qre tantas veces h. .Ápl.uJo yu"* respecto a inclusión. Dicho de otro-rrrodo, el hipertexto materializa Ia rei-
.r,, obra.
Más que cualquieiotro término crave d.átu
exposici ón, textoha vindicación de Derrida de una nueva fo.*" de escritura ieroglífi
dejado de cerlirse a una única parabra.al y por 1o
oirtir simurtáneamente ¿" *. p".áu .rritar algunos de los problemas implícit9t,
en dos mundos y de sus
Fry distintos ,'"b"r.i;ig"ifi.rdos contradictorios tanto ineütables, de |o"s sistemus d..tcritura occidentales
y: p^rl emplearlo, debe encontrarse de elementos vi-
el"rnodo d. .itu. ü .orfu_ versiones impr.sas. Derrida reclama la inclusión
sión. cuando intento explicar
3lg"lo^".rf..ros de ra diferen cia, a ,,.rul., en la ácritura como un medio-de escapar-a las limitaciones
menudo me veo obligaáo d^í d.fi"i.i;es nuevas y antiguas de la linealidad. Comentando esta éxigencia de los
postulados de
poco precisas o me descubr ^o uúJtzando
er vieio ,Zrñú" con un D.rridr, G*g;ry Uher explica q,r. ! gramatología.<<se enfren-
sentido en esencia anacrónico. por ejemplo,
**do explico que ta>> a.rrrrro iritánio, durrnt. los cual.i
f,r. suprimido del len-
los sistemas de hipertexto permiten'.orr^".tur a la linealidad.
un pasaje <<en>> el *"i. todo aquello que_ <<se resistía a unaa reducción
<..exto>> con otfos pagajes tanto
<<en>> el <<texto>> como <<fuer»>
de fr"r'"*i.rrdo, esta supiesión equivale la negació" {.1 carácter
é1, me veo enfreniado'precisamente
, * anacronismo de este multidim.rr.iorrrl d.[ p"nsamiénto simbólico originalmente evi-
tipo. La clase de rexro que p.rmite habrrr,;;;;;'á".or...t"-
áL"r. en el "mirogra-ma" (el término es de Leroi-Gourhan) o es-
mente que sea, de interiores y exteriores perten...
, l, imprenta, .ri op no lineal (f,i.togr áfuca o ieroglifica)>> (Applied Grammato-
mientras que aquí estamos consider".dJrra
forma de textuari- logy,8). Derrida, que-reclama una nueva escritura pictogúfica
Wi, ,'t.
'llii:j
62 HIPERTE)(TO
.lü.:, ¡
$ii-".' P.ECONFIGURá,R EL TEXTO 63
'ñ'.:,
t-".-
fi.:'.
t:,.'
como salida al «logocentrismo>>, ha visto su petición en gran par- á!.ii..
¡lr:.:
.
.
rísticos de este program a, CD Vord,basado en una ampliación de
te satisfecha en el hiperrexto. Guide, emplea una ingeniosa combinación de cursores de dife-
BLj.:
Por otra p?rrg, el lripertexro incluye los multimeüos ya que, W:,
ii:1
rentes'formas para indicar el material conectado. Por ejemplo, si
con la misma facilidad, puede conectar enre sí tanto pasajes de f,:,:
rit el cursor se transforma en una flecha horizontal al siruarse encima
de una palabra, quiere decir que hay un botón de referencia,y, al lr:t,
!4.
texto verbal como información no verbal. Además, ya que la in- itj

formátic a digltaliza tanto los símbolos alfanuméricos iomo las ¿¡:'


dr apretar el botón del ratón, aparecerá el texto conectado. El miq- .i í
';
mo procedimiento en la prime ru página, estando el cursor encima f {
51'
imágenes, el hipertexto electrónico puede, en teoría, integrar am- t¡l .

bos. En la práctica, los populares procesadores de texto como de la palabra Biblias, hace aparecer una lista de las abreviaruras de g ?
t?,1:

rij;
í:: =
Microsoft §7ord ofrecen cada vez más a menudo la posibilidad de ii
u,:
!f'
las versiones incluidas de las Escrituras. Luego, d situarse encima i; §
de RS% el cursor se convierte en una crucecita que señala ún §i'
-rl:.
incluir material gráfico en documentos de texto. Los nexos, que .f-'.
[..
il
permiten remitir al lector a u.na imagen desde cualquier punto del tl botón de sustitución. A1 apretar de nuevo el botón del ratón, : *
aparece la mención <<Versión Estándar Revisad»>. Todos estos l'-
?.

texto, hacen aún más fácll, esta integración de información verbal f'

dispositivos gráficos recuerdan al lector que está procesando y


,!1 n+
y visual. 'l.t'
1..

i Además de la cantidad y diversidad crecientes de información :l:,


.,t.'
manipulando una nueva clase de texto, en la que los elementos
r alfabética y no verbal incluida en los documentos, el hipertexto i';
gráticos desempeñan un papel importante.
-i*pr.ru.
; aporta elementos visuales que no existen en una obr, t.
'i; Hry un segundo componente visual importante en los siste-
' Tal vez el más mas de hipertexto que se valen de dispositivos, estáticos o diná-
básico de todos sea el cusBr, una flecha, lir.u o :

;\

cualquier otro elemento gráfico parpáf,eante, que represenra la {i, micos, pate- orientar al lector en su navegación por el hiperes-
presencia del lector-escritor en el texto. EI cursor, que el usuario i¡
',:.:

iit-
.
pacio. HyperCard ofrece un dispositivo estático, como Io es
- desplaza desde el teclado apretando las teclas marcadas con una ,i1,,:.
i|:, iambién la visión general grát{íca de Intermedia, de Ia cual habla-
flecha o con dispositivos como el <<ratón>> o la bola de rastreo, l¡.,'
i:'. remos más adelante, Por otro lado, Storyspace e Intermedia dis-
:.t
ponen de mapas dinámicos de conceptos. Intermedia genefa av-
'
proporciona una entrometida imagen móvil de la presencia del ir,,
1::.

Iector en el texto. Desde esta posición, el lector prr.d. modificar t,' tomáticamente §üeb View, un mapa de conceptos dinámico que
.

i'r,

proporciona información al lector mediante iconos rotulados, cu-


.1-..
el texto: con el ratón, puede situarse el cursor en medio de una :l;.: '
/t.
palabru, por ejemplo, entre la p y la o de por. Apretando un botón :r:. lror docrr-entos .<rodean>> el texto gue se está leyendo. Al iniciar
del ratón, se inserta una bamavertical parpadeárrt.; apretando las i',: -

Ia sesión, el lector elige una trama hipertextual por ejemplo, la


teclas de retroceso o de borrar r. s,.rpiirn" l^ p, al teclear, se van
:,j:t,.

de ln Memoriam o áe§7ole Soyinka o bien otra -de la literarura in-


insertando caracteres en este punto. En un libro, podemos reco- glesa a partir del siglo xvrrr si¡g¿11do el cursor encima del ico-
rrer la págna impresa con el dedo, pero esta intrusión permane- rro .r.ogido y abreil documento- pulsando dos veces seguidas'el
,icerá pat^ siempre aigna al texto. Podemos hacer una marca en la ratón, o bien activa primero el icono y selecciona la opción
{página, pero nuestra intrusión no altera paru nada el texto. <<Abrip> del menú de Irrt.t*"dia. Una vez que ha abierto §7eb
El cursor, que añade la presencia, actividad y movimiento del View, el lector puede colocarlo a un lado de la pantalla (por con-
lector, se compleh, en la mayoría de los actualés sistemas de hi- vención, ala derecha). Ahora el lector puede trabaiat con docu-
pertexto, con un símbolo que indica la existencia de material co- mentos individuales y a su lado el mapa de seguimiento, que se irá
nectado . Pata indicar la presencia de uno o más nexos, Interme- agrualtzando. Cada vez que el lector abre un documento o activa
dia colo ca aJ, principio del pasaje una marca que consiste en un uno previamente abiemo, §üeb View se actualb^y, de este modo,
pequeño rectángulo horizontal con una flecha en su interior. El proporciona información acerca de adónde se puede ir a conti-
HypelCard de Apple soporta una amplia ga',,ade símbolos gráfi- nuación. Al seleccionar cualquier icono de §feb View se abre eI
'
cos (<<botones») Para indicar los nexos unidireccionales caracte- documento representado por dicho icono. Web View también
64 HIPERTEXTO
RECONFIGURAR EL TEXTO 65

presenta un histo úal gráfico del recorrido del lector mediante una bina con archivos de visión general realízados por el autor o con i
disposición vertical de iconos que indica el título de los docu- otras formas de carto grafia intelectual. §7eb View presenta una
mentos abiertos hasta entonces; pequeños iconos adicionales imagen no jerárquica de todos los documentos conectados a la vi- ,fi
muestran si el documento se abrió desde un archivo, siguiendo un sión general (o a cualquier documento activado). En cambio, la
i
nexo, o si fue reactivado desde el escritorio.l'3 visión general presenta una otganízación jerárquica, pero sin re- .

Es el sistema de hipertexto, y no el autor, el que proporciona fl


velar la naturalezay número de documentos asociados a cada señal
,¡1.

,.J
dispositivos como §7eb View. En contrapaftida, los autores en hi- de nexo. Intermedia ofrece dos formas de conseguir esta infor- ' ilriil
:;,
J
pertexto disponen de otros elementos visuales importantes: visio- mación: el §íeb View y un menú que se activa siguiendo los nexos
nes generales o directorios gráficos que ayudan al lector a navegar señalados con un símbolo. Al activat un nexo particular, se oscure- ii.¡t
.-ll

por el metatexto. Estas visiones generales gráficas, que llevan el cen todos los demás nexos unidos a ese bloque del §7eb Vieur. Así,
fl

i{
' apodo genérico de OV," presentan una gran diversidad de aspec- trabajando juntos, los docurnentos individuales y §7eb View
it
ill
ii \l
r:'- - i\l
tos entre los que cabe destacar el mapa de conceptos (véase IN informan constantemente al lector de la información que hay un iil
?il
CUSTODY OV en la fig,2), eu€ informa al lector acerca de los paso más allá del texto actual. Esta combinación de recursos ge- .,
,.:t

l;ll

nexos y de sus contenidos y muestra, además, un camino claro y nerados por el autor y por Intermedia es un buen ejemplo de la r .li
::if

, práctico para acceder a ellos. La visión g-ene-ral organiza con efi-


,i
manera en que los autores de hipertexto emplean retóricamente \ - .:ll

;ciencia un conjunto de ideas complejas alrededor de un fenóme-


,lll

ino dispositivos visuales patac.ompletar el diseño del sistema y traba- I li

central, quepuede ser un ar.rto. (T"nnyson, Derrida), un perío- jar con é1 sinérgicamente.'a i,l

do cronológico (el siglo )§rrr o el posmodernismo), una idea o lit


a!
lli
irl
movimiento (tipología bíblica, desconstrucción). De un modo tí- it
iii

picamente hipertextual, la visión general implica que cualquier . Elementos visuales en el texto impreso
llr
tli

idea que el lector escoia como c€ntro de su investigación existe en ;it


lii
el marco de otros fenómenos, que pueden tener o no con él una Esta descripción de los elementos visuales del hipertexto nos ii
relación causal. recuerda que la imprenta también recurre a más información , $
Otro tipo de visión general de conceptos se vale de flechas visual de tá que nor*ul*.rrte se tiene en cuen ta: ésta no se limi-
1i

lir

que recuerdan los vectores de fuerzas paraindicar las líneas de in-


,tL, como podría'pensarse en u.n principio,'a los ejemplos obvios
fluencias o las relaciones causales. Por ejemplo, en las <<Relaciones como ilustraciones, mapas, esquemas, organigramas y gtáficos."
Líterarias de Dickens>> (Fig. J), se muestran con flechas las rela- Incluso sin más elementos visuales explícitos adicionales el texto
ciones de Dickens con escritores que influyeron en é1, aquellos en - impreso contiene ya una buena cantídad de información visual
quienes él influyó, así como los que compartían influencias mutuas apúte del código alfanumérico.,'
con é1. Este tipo de visión general gráfíca resulta particularmente Los componentes visuales de las tecnologías de la escritura y
útil para presentar de form a claralas relaciones históricas. Imáge- de la imprenta incluyen el espaciado entre palabras, Ia división en
nes de objetos como fotografías de una célula o de la luna pueden párcaf.os, los diversos tipos y tamaños de letras, una compagina-
constituir un tercer tipo de visión general gráfica así como los ma- ción diferente para indicar pasajes citados de otras obras yla asig-
pas y los gráficos técnicos. nación de lugares específicos, a pie de páginao al final de un ca-
, Arnque el §7eb View de Intermedia cumple con éxito su fun- pítulo o del documento, a los materiales de referencia (notas).
, ción de informar al,lector, funciona aún mejor cuando se lo com- A pesar de su considerable presencia en el texto impreso, los
elementos visuales denden a ser dejados de lado por los escritores
o. OV por Overview; <<visión general gráfrca>>e-s la traducción del término téc- contemporáneos cuando consideranla naturaleza del texto en la
nico <<Graphic Overview>>. T. era electrónica. Como cualquier otro cambio, la expansión de la es-
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70 HIPERTEXTO RECONFIGURAR EL TEXTO 7l

tenido la suerte de que mis libros pasaran por las manos de artis-
I critura de un sistema de lenguaje verbal a otro que abarque infor-
i mación no verbal visual en forma de símbolos, ele- tas de primer orden mucho más a menudo que por las de diseña-
imentos -información dores ineptos, no hago estas observaciones en tono de queja, sino
representativos o cualquier otra información, sonido in-
duido- se ha enfrentado a una fuerte oposición, y a menudo la de como una preparación a la averiguación de por qué se les dice a los'
los sectores más inesperados y, en concreto, de los que ya emplean T
escritores que no se tomen molestias por el aspecto üsual de sus
el ordenador pata escribir. F{asta los que abogan por el cambio, A
escritos y de por qué aceptan tan dócilmente esta recomendación.
I
encuentran a veces la experiencia del cambio, y de su defensa, tan I.
!
En parte se debe a que este mandato implica obviamente
.
agotadora en la etapa siguiente que se resisten, aunque ésta resul- cuestiones de categoría y poderi y, en concreto, implica una in- \¿-, ¡ ... -.:

te implícita en los cambios que ellos mismos han propugnado. terpretación específica decir, una construcción social- de
Esta resistencia se manifiesta de forma muy clara en el comen-
-es
los conceptos de escritor y de escritura. Según estos conceptos, el f- -.

-tario muy frecuente de que los escritores no deberían pr.o.úp"t- papel y la función del escritor se limitan a escribft.La escritura, a
-, É-
se por la comp agínaciín o Ia autoedición y que deberían dejar su vez, se concibe exclusivamente como una manera de registrar
estas actividades al editor. Se nos dice que los escritores, acadé- (o crear) ideas mediante el lenguaje. Superficialmente, este enfo- 2 '¿-

micos u otros, no diseñan bien; y aunque 1o hicieran, prosigue la que parece bastante neutro y evidente, y ello ya debería indicar- G.

argumentación, estas actividades son una pérdida de tiempo para nos que se ha establecido hast a tal punto que ha llegado a abarcar
ellos. Esta recomendación, que recientemente se ha ffansformado prerriisas
^ culturales que bien se merecen un examen. J

en mandato, debería inducirnos a preguntar por qué. ¿Y si se nos Este mandato de.<sólo escribio>, basado en la concepción pu-
dijese: <<Tome, vnlápiz. Aunque tenga una goma en la punta, no ramente verbal de la escritura, implica obviamente 1o siguiente: j

la utilice. Los escritores de verdad no la utilizaru>? Como mínimo, primero, gue sólo la información verbal tiene valor, al menos para .,]

;
deberíamos preguntarnos por qué se ha incluido esta capacidad 'á1 escritor escritor y patael lector como lector;'u y, segundo,
"o*o
que la información visual tiene menos valor. El manejo de estos ti:
de hacer algo; y, si practicásemos con ella, nos daríamos cuenta de
que bortai y, dadas la curiosidad y perversidad humanas, que en pos de información despreciados o con menos valor (e incluso,
determinadas circunstancias pueden significar 1o mismo, con ¿se merece el material visual la calificación de <<verdadera infor-.
toda seguridad nos veríamos tántados a ,r1ilizrrla. Así, ¡una c^pa- mació»>?), de algún modo rebaja la categoúa del escritor, y 1o
cidad se convenkía en un placer culpable! hace menos escritor. El tema de Ia categoría vuelve a manifestar-
Cualquiera con un poco de interés por el diseño que haya exa- se al considerar otro motivo del mandato de <<sólo escribi»>, tam-
minado, incluso por casualidad, los productos de las ediciones co- bién unido a las nociones de división del trabajo, de prestigio y de
merciales o universitarias habrá notado la gran cantidad de libros posición. En general, se cree que los autores no deberían preocu-
pésima y deticientemente diseñados. A pesar de la labor ejemplar parse por temas que incumben al impresor. Aunque turbado por
iji

ésta exclusión, acepté esta argumentación hasta enterarme de


- de diseñadores como P. J. Conkwright y Richard Eckersley, mu-, gue, hasta hace relativamente poco (digamos, los años J0),los es-
chas editoriales siguen produciendo libros feos de ver, con márge- I
nes estrechos, letras demasiado pequeñas o bastas patauna distri-
I
I critores sokan aparecer por la imprenta de la Oxford University
bución dada y ningún sentido estético de la página. Se suelen Press,o mientras sus obras se eskban comPaginando, y que se les
invocar las limitaciones económicas como único determinante de permitía dar opiniones y consejos, algo que ahora se nos dice que
la situación, aunque un buen diseño no tiene por qué producir un no es asunto nuestro, que está por debajo de nosotros, etc. El mo-
producto final más costoso, sobre todo en 1a era de la comp aglna- tivo rnás evidente p?ra cbnvencer a los escritores de renunciar a
ción por ordenador. En varios casos de los que tengo constancia, las capacidades que les proporcionan sus herramientas de escri-
los editores encargaron el diseño a principiantes que confesaron
no tener ni formación ni experiencia en diseño gráfico. Al haber
*. Editorial universitaria de Odord. T.
72 HIPERTE)ffO
RECONFIGURAR EL TD(TO 7)

tura también abarcala idea de que éstos no tienen la pericia, ni los


que nos resultan familiares, sino gu€, además, tienen otros efectos '
conocimientos paru producir un buen diseño. Para apoyar esta
áu.ho más generaler, ,rro de los cuales es añadir una especie de
argumentación se esgrimen un sinfín de artículos repletos de ti-
aleatoriedad al texto del lector. Otro es que el escritor, como ve-
pos y tamaños de letra antiestéticos, escritos por estudiantes y
remos, pierde cierto control básico sobre su texto y, más específi-
usuarios principiantes de Macintosh; y lo aceptamos demasiado y los límites. IJn tercero es que el
cament^e, sobre los extremos '

fácilmente sin más infórmación.


texto parece fragmentar o atomizar sus componentes (en lexias o
El hecho de que los principiantes en cualquier campo de acti- bloques de texto), y que estas unidades de lectura asumen una
vidad obtengan resultados de relativamente pobre calidad nunca
vida propia al volversé más autónom as ya que dependen menos---
puede justificar que abandonen dicha actividad. Si así fuera, acen-
de loqu. Iot precede y los sigue en sucesión lineal.
sejaríamos del mismo modo a los estudiantes que abandqnaran in- ?.
r Co-prruf,o .o, ei texto ,AV como existe en la tecnología áe
mediatamente sus esfuerzos en redacción creativa y discursiva, en r
la impr.ritu, el hipertexto emplea diversas combinaciones de ato-
dibujo y filosofía, y en matemáticas y química. Y si no damos este i
t'.
mir^Lión y dispersión. A diferencia de Ia inalterabilidad espacial
consejo es porque creemos que las facultades implicadas en estas
1r.

li
7 d.el texto r.prodrrcido con la tecnología del libro, el texto electró-
actividades son importantes, a diferencia, según parece, de las re- nico ,i.*pr" present a vattantes, ya que ningún estado ni versión
lacionadas con el aspecto visual. Por supuesto, también está el he-
es definitivo; siempre puede ser cambiado. Comparado con el
cho de que Ia enseñanzatíene que ver con nuestro sustento y nues-
texto impreso, la fórmá electrónica parece. relativamente dinámi-
tra categotíaprofesional. La cuestión que se plantea es, pues, ¿por ca, ya que siempre permite la cortección, la actualtzación
y otraq,
qué es menos importante la información visual? El hecho mismo
*oáifi.rciones-similur.r. Incluso sin los nexos, el texto electróni-
d. qo. muchos usuarios investigan con elementos gráficos de tex- co abandona la inalterabilidad característica del texto impreso,
to en sus ordenadores demuestra el placer evidente que obtienen que tantas repercusiones ha tenido en la cultura occidenal. Sin
manejando efectos visuales. A su vez, este placer sugiere que, al
inalterabilidad, no puede haber texto unitario;
prohibir los recursos visuales al escritor, se le prohíbe también una El hiperrexro, due añade un segundo tipo_fundarnental de va-
fuente dE placer al parecer inocente, algo de lo que uno debe pres- riación, &rp.rr" y átomiza aitnmás el texto. Los nexos electróni-
cindir si pretende ser un escritor de verdad o un lector decente. cos permitán a 1o, ,rr.rurios recorrer distintos trayectos de lectura
La rnayoúa de nuestros prejtricios contra la inclusión de iñ- conjunto dado delexias o bloques de texto. Esta prestación
formación visual proviene de la tecnología de la imprenta. Exa- "rr,i.
del hipertlxto, de la que surge su característica e-squiva de la line-
minando la historia de la escritura, se ve en seguida que tiene una alidaá, tiene .i..ror ob.riot á i*pottantes sobre la concepción de
largaconexión con la información üsual, por no hablar del origen l" t.*trrulidad y de las estru.t rrát retóricas. Al explicar su modo
de muchos alfabetos en jeroglÍficos ni de otras formas de escritu-
de proced.r.., S/Z,Barthes declara: «$ f-artir de ahora "estrella-
ra originalmente gráficas. Los manuscritos medievales presentan rerios", el texto, Sepafando, a }a maneia de un pequeño terremo-
.rrr, .ipecie de cámbinación hipertexrual de tamaños de letra, io, lo, bloqrr", de significados de los qu.e l-a lectura sólo percibe la
márgenes, ilustraciones y otros embellecimientos del texto, con la
lir, ,rrp.rfi.ie, imp.I.eptiblemente soldada por el movimiento de
ca[grafía y otras adici<¡nes pictóricas.
trr frrt.s, el flui¿á ¿ir."rso de lanauación yla"naturalidad" del
lenguaje ordinario. El significante mayor será troceado en una se-
rieáe breves fragmentos contiguos, que llamaremos lexias,ya qqe
\exts ütsqeso
',,,,
;...'
'!
-* rxrrüaües dé \..tota» (\]\ . lot r$\I) ttarnática t¡ apasionata
giul,:qu. parezcadesde el punto de vista de la pP¡entt 1'jT:t::1
.

- Los nexos del hipertexto, el control por parte del lecto t y la ,t'I;;;;;;Á;, h... de su método en S/2,-desc¡ibe con preci-
variabilidad no sólo militan contra los modos de argumentación ü;;";ra en que un intento de ír más allá de la imprenta ha-
iffi
74 RECONFIGURAR EL TE}CTO 75
HIPERTE)CTO

ciala hipertextualidad perturba el texto y la experiencia de la lec- Transliteración hiPertextual de la cultura del escriba o-el
tura tal y como los conocemos. El texto o rrrá, exactamente los manuscrito electrónico
}., pasajes de texto: eue se sucedían los unos a los otros en una pro: El hipertexto fragmenta, dispersa o atomiza el texto de dos
gresión lineal ininterrumpida, ahora se fracturan, se desploman,
asumen identidades más individuales, maneras uti.r.r. Primáro, suprimiendo la linealidad de 1o impreso, :,
A1 mismo tiempo que la lexia hipertextual mantiene lazos lib.r^ los pasajes individualás de un único principio ordenador: la o''"'''''
', /
más sueltos, o menos determinantes, con las otras lexias de la Secuencia,y atTtenaz cgn transformar el táxto en un caos. Y, lue-
misma obra (para utilizar una terminología que ahora Lorre el go, dest*y. la noción de texto unitario y permanente. El consi
riesgo de quedar obsoleta), también se la p,r.á. asociar con tex- á.rr, .l t.*to <<entero>> en términos de Sus componentes produce
tos de otros escritores. De hecho, se asocia con cualquier texto la primera forma de fragmentación; eI considerarlo en función de
conectado con ella, y de este modo se disuelven las nociones de ,,r, dif"tentes lecturas y versiones produce la segUnda.
separación intelectual entre textos, del mismo modo que algunos I
La pérdida de la áreencia .rr 1, textualidad unitaria podría
prod,rcir muchos cambios en la cultura occidental, y a menudo
:-B

productos químicos destruyen la membrana celular de un orga- 1


I

con un coste elevado, si los juzgamos según nuestras actitudes ac-


i.

nismo: la desrucción de la membrana destruye la célul a,la mit^.


En cambio, una destrucción análoga de las nociones, aún con- tuales basadas en la irnprent". No todos esos cambios resultarán
-
vencionales, de separación textual quizá pueda destruir ciertas necesariamente costosos o dañinos, sobre todo en el mundo aca-
I
actitudes respecto al texto, pero no necesariarnente destruirá el I
áé*i.o, donde este cambio conceptual nos permitiría corregir
de las distorsiones produciáas por la influencia de la cul-
i:
tl
texto. En todo caso, 1o reconfigwaú, así corrto nuestras expecta, ^1Ñ6
tivas sobre é1. ,""ru de la imprenta. Acostumbrados a las ediciones eruditas es-
Otra consecuencia de los nexos electrónicos es que dispersan tándares de lá, t"*tos canónicos, solemos pasar por alto el hecho
obras original-
' ..elr, texto en otros textos. A medida que las lexiar i¡¿i"i¿uales dg t;. estas versiones impresas del siglo :o< de
van perdiendo su aislamiento físico e intelectual con el estableci- *.*. creadas en una crrlir-rr" del manuscrito son idealizaciones
miento de nexos, el texto se dispersa en ellas. La necesaria con- extrañamente ficticias que producen uha muy específica expe-
textualidad e intertextualidad, eu€ surgen al situar unidades de riencia del texto .Para r*p.i^r, las versiones eruditas impresas de i
lectura en una red de trayectos fácilmente navegables, entretejen Platón, Virgilio o san Agustín proporcionan un texto mucho más \
los textos, incluidos los de otros autores y los de medios no ver- fácLa. **.¡ur; il.rf;;; ilá:rllqri"ra quepodían obtener lot \
bales. Un efecto de este proceso es que debilita, y talvez destru- coetáneos de dichos textos. Ellos se encontraban con textos tan
ye, cualquier sentido de unicidad textual. diferentes de los nuestros que la mera sugerencia de que pudiéra-
Estas nociones no resultan novedosas para la teoría literaria mos compartir la misma éxperiencia de la lectura engaña. Los
contemporánea, pero aquí, como en otros muchos casos, el hi- lectores ¿. t^ época de Platón, Virgilio o san Agrrstín procesaban
Pertexto representa una encarnación incómodamente literal de textos sin espaii"do entre palabras, ni mayúsculas ni puntuación.
Si hubiese l.^ído esras frasei mil quinientos años antes, habrían
te-
un principio que parecía especialmente abstracto y abstruso des-
de el punto de vísta de la imprenta. Puesto que gran parte del nido este asPecto:
atractivo y del encanto de estas ideas teóricas radica en su dificul-
tad o talvez en su preciosidad, esta preséntación más literal pro- ellosseen contrab an contextostandiferentes delosnuesüos quelamerasu-
mete trastorn at a los teóricos, en furt., por supuesto, porque !.r.r.iudequepudiéramos comp artirlamismaexp
erienciadelalecturaen-
trastorna la categoríay las relaciones de poder .nio campo. abantex -
iañalosle.to.ád.Iaépocadeplátónvirgi U oosanagustínproces
iossin.rp aciadoentr.i ayús cul asnipuntua ciónsihubieseleído
^1"b.asnim
estasfrrs.smilquinientos años anteshab ríantenido esteaspecto.
74 RECONFIGURAR EL TEXTO 75
HIPERTE}CTO

cialahipertextualidad perturba el texto y la experiencia de la lec- Transliteración hipertextual de la cultura del escriba o-el
tura tal y como los conocemos. El texto o -á, exactamente los manuscrito electrónico
pasajes de textor eue se sucedían los unos a los otros en una pro:
i,, El hipertexto fragmenta, dispersa o el texto de dos
" gresión lineal ininterrumpida, ahora se fracturan, se desploman, -atomiza
Primáro, suprimiendo la linealidad de 1o impreso,
asumen identidades más individuales. maneras ;:

tiU.r^ los pasajes individualés de un único principio ordenador: Ia o''-'''''


"tirr.r. ',t /
Al mismo tiempo que la lexia hipertextual mantiene lazos
más sueltos, o menos determinantes, con las otras lexias de la Secuenc ía,y arierlazacOn transformar el tá"to en un caos' Y, lue-
misma obra (para luttlízar una terminología que ahora Lorre el go, destt rí" Ia noción de texto unitario y permanente' El consi
riesgo de quedar obsoleta), también se la p,r.á. asociar con tex- á..r. el te*to <<entero>> en términos de sus componentes produce
tos de otros escritores. De hecho, se asocia con cualquier texto
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f" pii*.ra forma de fragmentación; el considerarlo en función de
conectado con ella, y de este modo se disuelven las nociones de :
- - dif.rentes lecturas y versiones
,r^, produce la segunda.
separación intelectual entre textos, del mismo modo que algunos
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I
La pérdida de la áre.ncia .n l, textualidad unitaria podría
productos químicos destruyen la membrana celular de un orga-
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I prod,r.i. muchos cambios en la cultura occidenkl, y a menudo


nismo: la destrucción de la membrana destruye la célul a,lamata. con un coste elevado, si los juzgamos según nuestras actitudes ac-
En cambio, una destrucción aníloga de las nociones, aún con- tuales basadas en la imprentr. No todos esos cambios resultarán
-
vencionales, de separación textual quizá pueda destruir ciertas necesariamente .ortord, o dañinos, sobre todo en el mundo aca-
actitudes respecto al texto, pero no necesariamente destruirá el á¿-i.o, donde este cambio conceptual nos permitiría corregir
texto. En todo caso, 1o reconfi gutatá, así corrro nuestras expecta- de las distorsiones produciáas por Ia influencia de la cul-
tivas sobre é1.
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Otra consecuencia de los nexos electrónicos es que dispersan iarrd"r., de lás textos canónicos, solemos pasar por alto el hecho
' ..el>, texto en otros textos. A medida que las lexiar i¡¿i"i¿uales [ Ñ estas versiones impresas del siglo >oc de obras original-
van perdiendo su aislamiento físico e intelectual con el estableci- *.*. creadas en una crli.rm del manuscrito son idealizaciones
miento de nexos, el texto se dispersa en ellas. La necesaria con- extrañamente ficticias que producen uha muy específica sxPg-
textualidad e intertextualidad, gue surgen al situar unidades de riencia del texto .Para.*p.r^., las versiones eruditas impresas dei
lectura en una red de trayectos fácilmente navegables, entretejen pfriá", Virgilio o san Agustín proporcionan un texto mucho más \
los textos, incluidos los de otros autores y los de medios no ver- fácld. *ur.¡*; d.;.rf;^; il. ;.rllqri.." lrr.podían obtener los !
bales. Un efecto de este proceso es que debílita, y túvez destru- coetáneos de diihos textos. Ellos se encontraban con textos tan
ye, cualquier sentido de unicidad textual. Jf.r.rrres de los nuestros que Ia mera sugerencia de que pudiéra-
Estas nociones no resultan novedosas para la teoría literaria mos comPartir Ia misma éxperiencia de la lectura engaña' Los
contemporánea, pero aquí, como en otros muchos casos, el hi- i..ror", ¿. t, época de Platón, Virgilio o san Agustín procesaban
pertexto representa una encarnación incómodamente literal de textos sin espa"i^do entre palabras, ni mayúsculas ni puntuación'
Si hubiese l"ido estas frasei mil quinientos años antes, habrían
te-
un principio que parecía especialmente abstracto y abstruso des-
de el punto de vísta de la imprenta. Puesto que gran parte del nido este aspecto:
atractivo y del encanto de estas ideas teóricas radica err su dificul-
tad o tal'vez en su preciosidad, esta preséntación más literal pro- ellosseencontrab an contextost andiferentes delo snuestros quelamerasu-
mete trastornat .a los teóricos, en pu.t., por supuesto, porque g.ÁA¿equepudié ramos comp artirlamismaexp erienciadelalecturaen-
trastorna la categoríay las relaciones de poder en su campo. -
iañaloslectoresdelaépocadeplátónvirgi U oosanagustínProcesabantex
iossin.sp aciadoentr.i ayús iul asnip,untuaciónsihubies eleíd o
^l"b.asnim
anteshab ríantenidoesteaspecto.
ertasfr"ismilquinienios años
7 6 HTpERTD(To RECONFIGURAR EL TEXTO 7i
Estos flujos ininterrumpidos de caracteres alfabéticos reque-
Las ediciones eruditas modernas combinan tanto la unicidad
rían una gran habilidad incluso para dominarlos fonéticamente.
como la multiplicidad, pero de modos muy dístintos. Una edición
Ya que el descifrar estos textos ?rrror".ía la lectura en voz alta,
moderna de Platón, Viigilio o san Agustín ernpíeza presuponien-
casi todos los lectores experimentaban I;r;;;;;; sólo como do la existencia de un texto único y unitarío, pero ello se debe a su
agotadoras sesiones de decodificación sino también como
una es- capacidad para diseminar este texto en una gran cantidad de
pecie de acruación en público.
ejemplares idénticos. En cambio, cada manuscrito antiguo o me-
El hecho mismo de que este texto que hubiésemos leído hace
dievál, que enc arnaba sólo una de muchas variantes potenciales
oTl q"it ientos años existía en forma de manuscriro también im-
de .<un texto>>, existía como obieto único. Los investigadores que
plica gre, pa,rallegar a leerlo, habríamos tenido que tener acceso
intentan determinar, no ulgrm texto maestro probablemente míti-
un- obieto raro e incluso único.. . siempre que hlbi¿r.mos sabi-
"- co y seguramente perdido hace mucho, sino la manera en que los
do de su existencia- y hecho un incómoáo, ."ro y a menudo peli-
lectorei individuales se encontraban con Platón, Virgilio o san
groso
Y"j. p^raverlo. Tras tener acceso al manuscrito, tendríimos Agustín en una cultura del manuscrito, necesitan una nueva con-
que habernos acercado a él de una forma muy dif.r.rá de nuestro
ce"pción de texto. De hecho, tenemos que renunciar al concep]o i
actual enfoque desenvuelto hacia el libro iripr.ro. Con toda pro-
babilidad, nos habríamos tomado este .rr.rr.^rrtro .o*o una rara y
d. t.*to unitario y sustituirlo por nociones de texto diEBerso. En'
otras palabras, tenemos que hacer algo que han hecho algunos
privilegiada opgrtunidad, y también nos habríamos acerc ado all
historiadores de arte que trab aian en similares problemas medie-
experiencia de la lectura de este objeto único con un conjunto de
vales: tomar la noción de tipo único encarnado en un-obieto úni-
suplrestos muy distintos de los del erudiro moderno. Cor¡o Fjliza-
co y sustituirla por una noción de conjunto complejo de variantqs.
beth'Ei§enstein ha demostrado, la primera función del estudioso
Poi ejemplo, al intentar determinar los antecedentes temáticos,
en una cultura del manuscrito consistía simplemente en preservar
iconoiógilos y compositivos de las Madonnas de martil de princi'
el texto,-que corría un doble peligro de degradarse con cada lec-
pios del"sigloxrv, dobert Suck ale y otros especialistas en el esdlo
tura: cadavez que se manejaba físicamenre á fragil objeto, su lon-
lort.rurro É"t abandonado las derivaciones lineales y la noción de
gevidad disminuía, y, cadavez que se copiab" .i-"rr,rr"rito para
preservar y transmidr el texto, el escribíente inevitablementi in-
tipo unitario.-En su.lugar, insisten en que los escultores escogían
como punto de partidu r., <<plano maestro>> entre varios conjuntos
troducía alguna desviación textual.
de formas básicás.t' Parece necesario algún tipo de cambio en las
, Así, incluso sin tomar en cuenta la presencia ajena y añ,aüda actitudes básicas hacia las creaciones de la cultura del manuscrito.
de .gmp_^sinación, los índices, las ,.fJr.n.ias, los títjos y o,ro,
|.a La capacidad del hipertexto para conectar todas las_versiones
'i' ar.¡ilugios de Ia tecnología del libro, el encuenrro y posterior lec-
o variantes de un texto particular puede ofrecer un medio de res- f
tura de un manuscrito supory" un conjunto de .rpÉri.ncias muy
tablecer el equilibrio enire la unicidad y la variabilidad de los tex-
distinto del qr¡9 hoy en día damot por sentado
ü¿ d. i*p;;-
tante resulta el hecho de gue, mientias el significad-o mismo de l"s
tos de antes de Ia imprenta. Por supuestó, incl-uso en presentaciones
hipertextuales, tanto las convenciones modernas de la imprenta
ediciones eruditas se debé , su publicacíórfen comparativamenre
grandes cantidades, cada **ri.rito de los texro, á. platón, vir-
.rro el aparuto académico seguirán intentando recre at la _expe-
riencia de hallarse ante esos textos, y nada puede devolver la uni-
gilio y san Agustín existía como objeto único. No se sabe q"¿
cidad ni la consecuente aura del manuscrito único. Sin embatgo,
sió1 particular de los textos de dichos aurores manejab, Él .rr"rr- ";;- el hipertexto brinda Ia posibilidad de presentar el texto como un
tual lector. El presentar la historia y, una relacián de texros
creados en una cultura del man,rscritó en los término" a. i."i"
."*po disperso de variantes y no como una entidad falsamente
unitaria. Lás pantallas de alta resolución y otros avances tecnoló-
unitario propios de la erudición moderna novela y falsifica sus re-
gicos.deberían permitir algún dtalapresentación de todos los ma-
laciones intertextuales.
iuscritos individuales. Una familiarización con los sistemas de hi'
I
,l
7 8 RECONFIGURAR EL TE}CTO 79
HTpERTD(To

i pertexto podría en sí cambiar lo bastante los supuestos acerca de sentido a unos individuos interesados en nítidos marcos que con-
:' 1a textualidad como pataliberar de algunos de sus prejuicios a los tuvieran rodo el saber. Ciertamente,la alÍabetización plantea pro-
investigadores de textos anteriores a la imprenta. blemas de fragmentación, no tan obvios cuando se trata de listas
de palabras pero graves cuando se trata de listas de temas Q6-77).

Las saludables observaciones de McArthur, que nos recuerda


Arglumentación, organ¡zación y retórica
que siempre consideramos naturales las construcciones sociales
áe nuestro mundo, también sugieren que, desde eI punto de vista
La conexión electrónica, que otorga al lector un papel mucho
de los escolásticot, el paso del manuscrito aI libro impreso y lue'
más activo de lo que es posible con el libro, presenra d§rrror efec- go al hipertexto representa una fragmentación cada vez mayor'
tos importantes. Considerados alalszde una literatura vinculada
a la tecnollgía del libro, estos efecros parecen dañinos y peligro-
irli.t t.rt el lector disponga de medios de orden ación, temáticos u¡
sos, como de hecho deben ser para una hegemonía culmral bása-
tr.o, culturalmente áoh.-t.t tes, la fragmentación del documentol
en hipertexto no i*pli.u la cl"s. d" que una fragmenta- I

da, como la nuestra, en una tecnología diierente de la memoria "Itropía


imprenta. Algunas de
cultural. En concreto, la retórica lineal numeratía de <<prirnero, .i¿r, .i*i}", ,rporrdría en el mundo de }a
SuS prestacionás como búsqueda de -texto, nexos automáticos,
segundo y_ tercero>>, tan conveniente pata la impr.rrt^, seguirá
agenres y porenciales filtros conceptualeg, ofrecen la capacidad de
apareciendo dentro de los bloques de textos individuales pero no
podrá 5s¡ u¡iliz ada paru estructurar argumentos en un *"áio q,r. .árrr.*á, Iu, ventajas de la hiperiextualidad mientras protege ?1
lector de los .f.cto, negativos d.} abandono de la linealidad'
anima a recorrer caminos diferentes en vez de seguir uno lin¿al
Este alejamiento de la linealidad puede parec., ,ri cambio clave,
y lo_ es, pero conviene tener presente qr. ,o supone un abandono
.de 1o natural. Principios y finales en el texto abierto
Tom McArthur nos recuerd a: <<La esmucturación de los li-
bros no tiene nada de "natural"; de hecho, es tremend a.,tente an- Los conceptos (y experiencias) de empe zat y telqinar ímpli-
rz-natura! y necesitó nada menos que 4.000 años paraproducirse. can linealidad. ¿Q"é lesiucede en un tipo de textualidad no regi-
El gran logro de los escolásticos, iobre todo pui^ l"s L[t., escri- á; p;ir.ipalmeirü po. la linealidad? Sipr.s.rponemos eug la hi-
lugar de una
banas del mundo, fue estilizar los temas, tramis y formas de los li- f"*""r"¿i¿"¿ preienta secuencias múltiples enuna respuesta a
bros en una forma realmente rigurosa, así como estructuraron áusencia total de linealidad y secuencia, entonces,
también los programas de estudi,o, lur escrituras y el debate>>.rs esta pregunta es que tiene múltiples- principi":_y_f1a19s en lugar
Sus convenciones acerca de Ia estructura de los libros cambiaron d. ,rio át". Basándonos en la obra de Edward §ü. Said sobre orí-
radicalmente con el advenimiento de la imprenta, que fomentó la genes y comienzos, el hipertexto ofsece al menos dos clases dis-
ordenación alfabética, procedimiento qr.,. r,rr." rrit., habíacua- tintas de comienzos. La primera se refiere a la lexia individrr.l, y
I r"g." da aun conjunto de éstas que forman un metatexto. por Cada
jado. ¿Por qué?
vez que una feunión de materiales hipertextuales se erige sí

solu,tien porque ocupa todo un sistema bien Pllque existe, por


' Una razón debe de ser que la gente ya se habíaacostumbrado,
a lo largo de dernasiados siglos, ál material ordenado por temas. muy brerremente que sea, dentro de un marco, el lector tiene que
Este material se parecía muchísimo a la organizaciói <<normab> .-p.r". a leer en algún punto, y, par? é1, este punto es un co-
del trabaio escrito ... La alfabetización también debía de resulta¡ miánro. Refiriéndosü loimpr.so, Said dice que <<el principio 4" i
ofensiva parlla visión global escolástica de las cosas. Debió de pa- una obra es, prácticamente hablando, }a entrada principal a 1o i

recer una ordenación peñersa, incoherente y hasta desprovirt" d" que ofrecerr.tf Pero ¿qué ocurre cuando una obra Presenta mu- :
80 HrpERTExro RECONFIGURAR EL TEXTO 81

: chas entradas «principalesrr, de hech o, tarLtas como nexos hay,a nes>> (Literary Macbines,2/6t, 48). Aquí, como en otras muchas
i entre pasajes mediante los cuales se puede llegar a las
lexias inái- ocasiones, la concepción de textualidad de Bakhtin anticipa el hi-
viduales (que, desde nuestro punto de vista, -se con'rierten en el pertexto . CarylEmerson, sll ffaductor y editor, explica que <<para
equivalente de una obra)? Saiá nos ayu da a rerponder al afirmar
Bakhtin, "el todo" no es una entidad acabada; siempre es una re-
que <<se designa "un principio" para indicar, cjarificar o definir f
] lación... Así, el todo nunca puede acabarse y apartarse; cuando se
un momento, lugar o acto posteriores.Enresu.men, la designación t:

i
i
rcaLruaun todo, es en ürtud de una definició¡ya abierta al cam-
, de un comienzo suele implicar también ra designr.i¿r, d.e una in- r bio>> (Prob lems, >oorrx).
: tención
consecutiva> (5). por lo tanto, ! en il;;¿;;;os ,Ce Said, I
i
i. El hipertexto difumina los límites del metatexto, y no se le pue--r
incluso un texto atomizado pued. ;;Árir de comienzo siempre [,
lj
den aplicar las nociones convencionales de conclusión y de pro-
que el ,":

l"gT del nexo, o punto * prrrida, asuma la función de pri- I


ducto acabado; su novedad misma dificulta su definición y des-
mer eslabón de una cadena o de primer paso en un trayecto. s.- It

l cripción con la antigua terminología, ya que se deriva de distintas


gun Said: <<vemos que el principii es er punto inicial (en el tiem- I
I, tecnologías de la enseñ anza y de la información y conlleva implica-
po, espacio o acción) de una consecu.iór, o proceso que I
tiene l;
'íi ciones ocultas inadecuadas parael hipenexto. Particularmente ina-
duración y sentid o. El comienzo, entonces, es il pr;me, pog en la I
plicables resultan las nociones afínes de conclusión y de producto;
produccióru intencional de significados» (5). ..
acabado. Como lo reconoce Derrida,una forma de textualidad qqe
La definición casi hiperrextual de said sugiere que <<en re- .
va más allá de la imprenta <<nos obliga a extender... la noción do-
podemor ,r.i el comienzo como al "prrrto en que, en
¡

trospectiva,
minante de Ítexto" para que <<deje de ser una recopilación acabaáa
I

- *i<-' I
i"':, una obra dV!g-, 9l esc{íro,r-s-e.§s-marca de todas lis otras obrur; ,, I
f de escritos, un contenido encerrado en un libro o entre sus márge-
comienzo estábiléódiñmédiátamenre relaciones con obras y" .*ir-
nes y se vuelva una red diferencial, un tejido de huellas que eterna-
tentes, relaciones bien de continuidad bien de antagorír*o, o
inente se refieren a algo distinto, a otras huellas diferenciales>>.'0
, una mezcla de ambasr, (j ). Lamateria hipertextual, que por definición es abierta, expan-
Así como el hipertexto dificulta la determinación del princi-
sible e incompleta, replantea estas nociones. Si se pasa al formato
"""j, pio de un texto porque, por un 1ado,
cambia nuestra concepcíón hipertextual una obra convencionalmente considerada completa,
de texto por otro, porqrr. permite al lector empezar .n michos
-y, por ejemplo, Ulises, ésta se vuelve en el acto <<incomplet»>. Las
puntos distintos, también cambia el significado ie final. Lo, 1".-
conexiones electrónicas, 9ue enfatizan el establecimiento de ne-
tores no sólo pueden escoger varios prrrrtor donde terminar, sino
xos, expanden instantáneamente un texto al proporcionar gran-
que pueden además seguir ampliandt el texro, extenderlo, d.j"r-
des cantidades de puntos de amarre donde atar otros textos . La
lo más largo de como .ru .rrurdo emp ezaton a leer. como Ted
inalterabilidad y aislamiento físico de la tecnología del libro, que
Nelson, uno de los iniciadores del hipenexro, dice: <<No hay rilii-
permiten la estandaización y una relatívafactJidad de reproduc-
- Ta. g.alafua, No puede haber una uliima versión, un ultim" ñ;
.t 1.

tI ción, a la fuerza cienanestas posibilidades. El hipertexto las abre.


samiento. Siempre hay una nueva visión, una nuev a idea,^rm
t
nueva interpretición .Y laliteratura, que pretendemos inforrnati-
zat, es un sistema parqpreservar la cóntinuidad frente a este he-
t
cho... Recuerdela.analogía entre el texto y el agua. El
I
:
Los limites del texto abierto :

á;y.
libremente, el hielo, ,ro.-Lo, documenro, qr.?luyen, "g"; los docu- El hipertexto redefine no sólo los comienzos y los finales deí
mentos vivos en la red están siempre sometiáos a uso y conexión
texto, sino también sus límites, sus bordes, por así decir. El hi-
constaDt€s, Y estos nexos nuevos constantemente se vuelven inter-
pertexto nos brinda un medio de escapat de 1o que Gérard Ge-
activos y accesibles. Cualquier ejemplar suelto que alguien con- nette llama <<una especie de idolatría, no menos seria y hoy en día
serva está congelado, muerto, carece de acceso a nuevas conexio-
incluso más peligros»> que la idealización del autor, es decir <<el

I
82 HIPERTEXTO RECONFIGUNAN EL TEXTO 83

fetichismo de la obra, concebida como objeto cemado, completo


y absoluto>>.21 A] put"t del texto físico al viitual, de la imprenta al
Así, el hipertexto crea un texto abierto, con límites abiertos,
I- un texto que no puede mantener fuera a otros textos y gue, por lo ¡¡ -
,/r!. hipertexto, los límites se desvanecen desvanecimiánto que tanto, encarna el texto de Derrida en el que se difuminan áodos ¡|L-I
tanto se esfue rua Detrida en conseguir-el en sus publicaciones im- los límites que forman el borde movedizo de lo que solía llamarse
Presas- I no se puede seguir dependiendo de concepciones o su- texto, de lo que antes creíamos que el mundo poáí^ identificar, es
puestos de dentro o fuera. Corno 1o explica Derridá, ..mantener
decir, los supuestos comienzo y final de una obra, la unidad de
fuera 1o externo... es el gesto inauguraláe la "lógica'i en sí, o del
una recopilación, el título, los márgenes, las firmas, el dominio
"sentido" común, siempre que concuerde con la identidad de lo
de las referencias fuera del marco, etc.>>. El hipertexto sufre 1o
que esi ser lo que es, lo externo está fuera y lo interno, dentro. El
que Derrida describe como <<un desbordamiento (débordeme.nt) que I
l.\ i. escribir debe volver a sér lo que nunca hubiese debido dejar de ser:
-i ''i
I

,:'---.- ' i borra todos esos límites y diüsiones>> («Living O»>, 83).
i.
lrn accesorio, un accidente, un exceso>> (Dz'ssemination, l2g). Stn En los sistemas de hipertexto, los nexos dentro y fuera de
linealidad ni fronteras claras entre lo de dentro y lo de fuera, en-
un texto conexiones intra y extratextuales entre elementos del
tre la ausencia y la presencia y entre uno y los demás, cambiará la -las incluidas)- se vuelven equivalentes, acercando í
filosofía. Recurriendo a un rexto de Platón como ejemplo, Derri-
texto (imágenes
así los textos entre ellos y difumin anáo'.rr lí-ites. Consideremos i
d-a, gue úabaja en el mundo de la imprent ufirmá.oi p..rcien-
^, de nuevá .. su si- los nexos hipertexruales en e1 caso de Milton: sus diversas des-
cia <<que la cadena textual que debemos colocar
cripciones de sí mismo como profeta o poera inspirado en Paradi-
tio ya no es simplemente interna al vocabulario de Platón. Pero al
se Lost y sus citas del Génesis J:15 aportan ejemplos obvios. En
ir más allá de las fronteras de ese vocabulario, no nos interesa tan-
cambio, las relaciones extra e intertextuales se ilustran con nexos
to romper ciertos límites, con motivos o sin ellos, como replante-
entre un pasaje particular en el que Milton menciona la profe 9ía y
ar el derecho _de situar.dichas fronteras, En una palabra, no cree-
sus otros escritos, en versos o en prosa, que recalcan puntos simi-
mos que exista, con rigor, un texto platónico, cerrado sobre sí
lares u obviamente relevantes, así como textos bíblicos, comenta-
mismo, completo con un interior y un exterioD> (1j0).
rios de todas las épocas, declaraciones poéticas de otros autores
Derrida va más lejos aún y, con una afornrnada mezcla de pa- 'semejantes
o contiarias y comentarios eipecializados. Del mismo
ciencia y,humor, explica que al descubrir que los textos no tienln,
modo, las citas de Milton del texto bíblico en que un hombre es
en realidad, ni interior ni exterior, no selor reduce a una masa
amorfa: <<No se trata de considerar que [el texto] hace aguas por
mordido por una serpiente cuando le aplastaba la cabeza con el
talón, conectan evidentemente con el pasaje bíblico y sus inter-
I:.dr: partes y puede hundirse caóticámente en la borrorigenera- pretaciones tradicionales y también con otras alusiones literarias
lidad de su contenido, sino de ser capazde desen marañarlás fuer-
zas de atracción ocultas que conectan una palabra presente en el
y comentarios especializados sobre todos estos temas. Los nexos
hipertextuales simplemente aceleran el proceso usual de estable-
texto de Platón con otra, ausente de éste, si.mp.. q,r.,rro reco-
cer relaciones y aportan un medio gráfico para estas transaccio-
n9 z.c:f g9.-r9s
11 L I !, ru dentelle¡rte, l as arti cula giones >> ( 1 3 0 ) . I nes, si es que se puede utilizar la palabra <<simplemente>> para re-
otro iigno de la toma de conciencia, por parre de Derrida, de
las limitaciones y restricciones de las actltudls contemporáneas, i: ferirse a un procedimiento tan radicalmente transformador.
q*" surgeu. en asociación con el libro impreso, La rapidez con que podemos movernos entre pasajes y pun-
i ' pertextual de la textualidad y del significado; es su enfoque hi-
r.,r-. tos en unos conjuntos de textos cambia tanto nuestra manera de
enfoq,r. qrrá sigue leer como de escribir, del mismo modo que la tremend a rupidez y
dudando de la existencia de <<un principio fundamá"tj o toáü-
zadoo>, puesto que reconoce que ..el "exterior" clásico del siste-
capacidad de calculo de los grandes ordenadores cambiaron va-
ma no puede asumir yala forma de una especie de extratexto ca- rios campos científicos al permitir investigaciones que antes re-
paz de detener la concatenación de la .r.ritor"» (5). querían demasiado tiempo o riesgos. Uno de estos cambios pro-
viene del hecho de que los nexos permiten al lector moverse corr
84 HIPERTE)MO I RECONFIGURAR EL TEXTO 85
I
la misma facilidad entre puntos dentro y fuera de un texto. Una I Al aislar un pensamiento en una superficie escrita, indepen-
livez que uno puede *orr-.rr. con la
misma facilidad entre, por dientemente de cualquier interlocutor, y al hacer la decl"t"iiór,
ejemplo, el principio de Paradise Lost y un pasaje del Libro !2, 't oral más autónoma e'indiferente . .o^lirier ataque, la escritura
1l
¡(
miles de línear ..már allár>, y entre está principio y cierro texto :
presenta el habla y el pensamiento como desprendídos de todo 1o
francés anterior o un modemo coment"rio entonces, en *' demás, como algo independiente, completo. La imprenta también
"rudito,
un sentido importante, la individualidad de los textos, que la cul. ubica el habla y el pensamiento en una superficie separada de
tura de la imprenta creó, cambia radicalmente y, talrr.i, d., apa- todo lo demás, pero va rnás iláy sugierela áutosuficiencia (132).
i t¡"c.. Se pod ría argamentar gue, de hecho, todo io qrr. esta cone-
' Yahemos observado la forma en que el hipertexto sugiere in-
xión hipertextual hace es encarnar la forma en que uno :

experimenta d.e hecho el texto durante la lecrura; pero, incluso tegración en lugar de autosuficiencia. Otro posible resultado del
así, el acto de leer se ha acercado muchísimo, de algun modo, a hipertexto tal vez pueda resultar desconceftante. Como Org des-
una encarnación electrónica del texto y por ello su naturalezaha taca,los libros, a diferencia de sus autores, no pueden ser puestos
Lsmpezado a cambiar. en entredicho.
Estas observaciones sobre hipertexto sugieren que los ordena-
, dores nos acercan todavía más a una cultura en la que ciertos as- El autor podría ser puesto en enuedicho si se pudiese llegar
hasta é1, pero no se lo puede alcanzar en ningún líbro. No hay for-
:r :pectos tienen más en común con una cultura de tradición oral de 1o
v ma directa de refutar uñ texto. Incluso después de una total y de-
lqrr. incluso rlü7alterJ. Orrg está dispuesro a admitir. En orality
and I]
vastadora refutación, sigue diciendo exactamente lo mismo que
Literaqt que los ordenadores nos han llevado a lo que llama f A
antes. Esta es una de las razones por la cual la frase <do dice el Ii-
^fir:Íl,u
un <<estadio oral secundario>> que tiene <<parecidos chocantes>> con t
bro>> equivale popularmente a <<es cierto>>. Es también una taz6n
el estadio oral primario, anterior a la escritura, <<en su mística de la por la cual ha habido quemas de libros. Un texto que afirme algo
participación, su cuidado del sentimiento comunal, su concentra- que todo el mundo sabe que es falso seguirá proclamando la fal-
ción en el momento presente e incluso su uso de fórmulasrr." sedad mienmas exista (79).
No obstante, a pesar de que Org descubre paralelismos inte-
resantes entre una cultura del ordenador y otra puramente oral,
insiste equivocadamente en que: <<El proceso secuencial y espacial l hipertexto sitúa el texto en un campo de otros textos, ¿podrá una
de la palabra, iniciado por la escrítura y elevado a un nuevo orden de obra individual cualquiera, a la que otra se haya referido, seguir
I
intensidad por la imprenta, se ve aún más intensificado por el hablando con la mism a fuerua? Podemos imaginarnos presenta-
ordenador, que lleva al máximo el compromiso de la palabia con i¡ ciones hipertextuales de libros (o equivalentes) en las que el lec.-
el espacio y el movimiento local (electrónico) y optim.izalalinea- tor podrá disponer de todas las críticas y comentarios sob rc 7a'
lidad analítica, haciéndola virtualmenre instantáne»> (116). De t
t
it

obra, que entonces pasará a existir como parte de un complejo


hecho, los sistemas de hipertexto, que ubican todos los textos en I diálogo en vez de ser la encarnación de una voz que habla conti-
una tram, dg relaciones, producen un efecto muy distinto, ya que
permiten la lectura y el pensamiento no secuenciales. I úadas de otros bloques, destruye el aislamiento físico del texto, i.'.,.
Uno de los efectos principales de esta lectura no secuencial, el así como las actitudes que suscita.Al permitir tanto las anotacio- 1 :

'i', debilitamiento de los lí-it.r áel texto, puqde concebirse o como la I nes a un texto individual como su conexíón con otros textos, po- L
todos ,:
o
, corrección del aislamiento artificial de un texto respecro a siblemente contradictorios, destruye r.rna de las caracterirti.r, ,. "''''
sus contextos o como la violación de tura de las principales catac- más básícas del texto impreso: su separación y su unicidad de voz. -,
,

terística¡ del libro. S:g"t O.g, la escritura y l, impr.riO" produ- ! Siempre que se ubica un texto dentro de uná red de textos, s. lo "'
cen el efecto de una declaración oral discreta e indlpendieits obliga a existir como parte de un complejo diálogo. Los nexos del
r

I
" (' l' -.f
¿r-r"? Ír'' ,r'"''t' , -i"'':
t''1-\*i'1 ''"., i-¡^..;'
g6 ,--_i,' ir,,n,(*'"1',1',
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-,..'
='r'7 . t-, HIPERTE)CTO RECONFIGURAR EL TEXTO 87
.l -i- ..1 -'i

hipertexto, que tienden a afectar las funciones de autor y de lec- su mayor parte en idiomas vernáculos, vulgarizaron aún más las
tor, también modífican los límites del texto individual. letras ampliando su ámbito desde un puñado de textos venera-
Los nexos electrónicos cambian radicalmente la experiencia bles escritos en idiomas antiguos y sólo comprensibles para una
del texto al cambiar su relación espacial y temporal con otros tex- elite hasta un cuerpo de escritos contemporáneos en idioma local
tos. Leyendo una versión hipertextual de Great Expectations Ét
i.: que podían comprender todos los que sabían lee»> (L53-154). ¿Se
(Grand,es esperanza.s), de Dickens, o de Wastekn¿ (La tierra baldta) verán así profanadas las versiones electrónicas de la Biblia corno
de Eliot, por ejemplo, uno puede seguir nexos hasta textos prece- CD'Vord, gue en esencia parecen demo cratízarla? Podría ocurrir
dentes, lecturas altemativas, críticas, etc. Segufu un nexo elecüóni- de dos mutét"t. Primero, al proporcionar a cualquier lector algu-
co hasta r,rra imagen, digamos, de un desierto o de un yermo en un nos procedimientos propios de los investigadores, la Biblia elec-
poema de Tennyson, Browning Syrrburne no toma más tiempo trónica podría desmitificar un texto que reviste un poder de talis-
9
que seguir rrn nexo entre un pasaje al principio del poema y otro al mán para una gran parte de su público
final. Por lo tanto, el lector percibe los textos fuera dd, Vasteland En segundo lugar aunque más fundamental todavía, está eI
y el pasaje en la obra como equidistantes del pasaje inicial. Por ello, hecho mismo de que esta Biblia hipertextual, al fomentarla pre-
el hipertexto difumina la distinción entre 1o que está <<dentro>> y 1o sencia de múItiples versiones, socava potencialmenrc 7a fe en la
que está <<fuera>> de un texto. También hace que todos los textos posibilidad de un texto único y unitario. Desde luego, e1 prece-
conectados con un bloque de texto colaboren con dicho texto. dente victoriano de la pérdida de fe en la doctrina de la inspira-
ción verbal de las escrituras parece sugerir que el hipertexto po-
dría tener un efecto paralelo (Landow, Victorian Types, 54-56).
La categoria del texto, la categoria en el texto En la Inglaterra victoriana, el abandono gen erñzado de la creen-
cia de que todas y cada una de las palabras {e la Biblia, incluso en
Alvin Kernan afirma que la <<teoría general de Benjamin, se- su traducción inglesa, estaban divinamente inspiradas se debió a
gún la cual las numerosas reproducciones desmitificaron el arte una gran variedad de causas, incluyendo la influencia del criticis-
en sí, explica precisamente lo que pasó en el siglo xyrrr, cuando la mo alemán, los enfoques racionales británicos independientes
imprenta, con su lógica de multiplicidad, despojó de su aura a los como los del obispo Colenso, y los descubrimientos en geología,
clásicos del antiguo orden literario>> (Printing Technologlt, L52); filología y (más tarde) biología.'Por ejemplo, el descubrimiento
es muy probable que el hipertexto extenderá aún más el proceso :
de que los hebreos no tenían un idioma único, como hasta enton-
de desmitificación. Kernan defiende de forma convincente que en .
ces presumían muchos creyentes, sobre todo evangélicos, debili-
los tiempos de Pope <<una inundación de libros, tanto en su ver- tílafe en gran parte porque los creyentes tomaron conciencia de
tiente de obras diferentes como de múltiples ejemplares de un una multiplicidad donde hasta entonces habían supuesto la unici-
mismo texto, amenazí con oscurecer los pocos clásicos, tanto an- dad. EI descubrimiento de múltiples inanuscritos de las Escritu-
tiguos como modernos, idealizados en las letras culhs, y con de- ras tuvo muchos efectos paralelos. El hipertexto, que enfatizala
bilitar su aura con la edición de ejemplares impresos de aquéllos>> multiplicidad, podría provocar crisis pareóidas en las creencias.
(Lfi). Cualquier meüo de información que fomente la rápida di- Aunque Ia principal fuerza moúiz dela página impresa sea r¡.n
seminación de los textos y un fácil acceso a ellos desmitifi cará empuje lineal que cautiva al lector y lo obliga a seguir.leyendo
cadavez más los textos individuales. Pero el hipertexto presenta como si tuviese que leerlo todo, se han desarrollado formas espe-
otro efecto potencial para la desmitificación: haciendo perrnea- ciabzadas de texto que utilizan códigos secundarios para presen-
bles las fronteras del texto (ahora considerado como lexia indivi- tar una información difícil o imposible de incluir en un texto li-
dual), se suprime parte de su independencia y unicidad. neal. Las notas, finales o a pie de página, que constituyen una de
Keman añade además: <<Como los libros impresos estaban'en
:.!' .1
REcoNFrcuRAR EL Tnxro 89 'i

88 HIPERTE)ffO

hes también manipula las relaciones políticas del texto de una


nal, requieren algún tipo de código, como un núr'nero superíndi- manera muy intereiante. Por eiemplo, el procedimiento comple-
ce o enrre paréntesis, para indicar al lector que deje de leer 10 que to o la.orrioo.ción áeS/Z sirve de comentario al problema de la
convencionalmente se denomina texto principal o cuerpo del tex- jerarquí a y alas relaciones políticas entre las partes del texto eru- '
ro, y que pase a leer un fragmento de texto añadido o periférico dito estándar. A modo de juego, Barthes crea su propia versión de
motivado por el pasaie del texto principal. un complejo sistema de notas a pie de página. Como Derrida en
Tanto en la edición académica como en la prosa erudita, estas Glas,.r." úna obra o metatexto que el lécior acostumbrado a leer
divisiones del texto se rigen de acuerdo con jerarquías de catego- libros encuentra corrosivamente diferente o que considera, en
ríay poder. La letra más pequeña, en la que aparecen las notas fi- contadas ocasiones, como un comentario ingeniosamente pode- ,
y a pie de págin a, así como su ubicación fuera del centro de roso sobre la forma en que los libros operan, es decir, la forma en ,

"alár
atención normal del lector, dejan bien claro que estos escritos son que obligan al lector a ver relaciones entre diferentes secciones_y, .

subsiüarios, dependientes, menos importantes. En la edición por lo tanto, a respaldar ciertas asociaciones de palabras dotadas
^ca' .

démica, estos y otros códigos tipográficos deian bien claro que á. pod.r en cierto formato y no en otro.
los esfuerzos del investigador, Pot muy extensos y costosos que -En y valor por aparecer
otras palabras, Barthes habla de las notas a pie de página
hayan resultado, son obviamente menos importantes que los es- y S/Z resulta-ser una crítica de las relaciones de poder entre las -',
critos publicados, ya que éstos aparecen en el texto principal. En distintur partes del texto. En una nota final o a pie de página, r-e-
el discurso erudito y crítico que emplea la anotación, estas con- cordémoilo, lu porción de texto convencionalmente conocida
venciones también establecen la importancia del argumento do- como texto priniipal reviste , Par^ el autor y el lector, un valor su-
minante respecto a las fuentes del autor, sus partidarios y adver- perior orulq,riera de sus partes complementarias que incluyen
, sarios, e incluso la obra de ticción o poética objeto de la crítica. "
irorr., prefació, dedicatorias, etc., y que suelen adoptar la forma
! i.\ , En hipertexto las anotaciones se experimentan de una forma de dispositivos diseñados para facilitar la recuperación de la in-
muy distinta. En primer lugar, 1os nexos electrónicos destruyen formación. Estos dispositivos, que suelen derivarse directamente
.r, J acto la oposición binaria simple entre texto y notas en la que de la tecnología de ú imprenta, sólo pueden oPerar en textos fi-
se basan las rél"ciones de categoría propias del libro impreso. Al jos, repetibles y físicamente aislados. Presentan grandes ventai§ y
seguii un nexo, el lector puede encontrarse con otro pasaje del p.i-ii.n distintos modos de lectura: por eiemplo, n9 hace f.alta
mismo texto o con otro al que alude. El nexo también puede con- iub.. de mernoria dónde se encuentra un pasaie determinado'
ducir a otras obras del mismo autor o a una gama de críticas, va- cuando se dispone de recursos como títulos de capítulo, índices
riantes textuales, etc. La asignación al texto y a'las notas de lo que de contenidos y alfabéticos. Por lo tanto, el sistema de referencias
Tom \lolfe llama distintos <<niveles de categoría>> (statuspberes) tiene muchísimo valor como medio de orientar allector en su re-
se vuelve muy difícil, y estas jerarquías del texto tienden a desmo- corrido y de ayudarlo a recuperar inform aci6¡.
ronarse rápidamente. p.ró dlo ii.ne cosres qu¿, como la mayoría de los que pleg el
Los ná*os hipertextuales colocan el texto actual en el centro lector, se han convertido en parte de nuestra experiencia de la lec-
de un universo textual y, de este modo, crean un nuevo tipo de je- tura hasta el punto que ya ni reparamos en ellos. Nos los enseña
rarquía, en la que el poder del centro domina la infinita periferia. Barthes. Como casi iodos los teóricos de la crítica de finales del
Peró como en el hipertexto este centro es siempre pasajero, vir- siglo >or, sobresale viendo lo ínvisible, insuflándolo con esPeran-
tual y cambiante dicho de otro modo, aparece con la mera zit deque el condensado iluminaúlas sombras de aquello en que
-o,
Iectura de un pasaje en partisul¿¡- nunca titaniza los otros as- los demás, durante mucho tiempo, no repararon y que creyeron
pectos
- de Ia red como ocume con el texto impreso que no existía. iQué implica una nota a pie de página? ¿Y cómo
Perfectamente consciente de que las obligaciones pokticas de lá manipula o eüta Barthes? Unida al aislamiento físico de cada
un texto hacen que el lector lea de un determinado modo, Bart-
90 HIPERTEXTO RECONFIGURAR EL TE)(TO 9t

texto, la división entre texro principal y nota a pie de página esta- y comparativamente inferior respecto a mis palabras, que, al fin y
blece la importanciaprimari,
_¿a t!"rá princijd ,"rÉ;" ; al cabo, aparecen en el llamado texto principal. ¿Qué pasaúa si el
textos, incluso cuando una reflexión dll t"mi ,.r.1" "rr*
en el artículo se escribiese en hipertexto? Suponiendo que se esté tra-
acto_que dicha relación, de hecho, no^rirr^
puede existir. bajando en un entorno hipertextual completamente desarrollado ,
Tómese un artículo erudito del tipá qr. nosorros, profesores,
se empezaría activando Ia novela deJoyce y abriendo, en un lado
todos escribimos. Deseamos escribii un artícrlo ,obr. ,lgur,
de la pantalla del monitor, el o los pasajes en cuestión. A cond-
pecto de la sección de Nausica del [Jlises deJoyce, un rexro que "r- nuacién, se reda ctaríael comentario pero, llegado al punto en que
incluso según la más burda medición cuanri átií^pur... má, im-
normalmente se citaría aJoyce, se procedería de un modo tohl-
portante, más poderoso gue una nota nuestr" qrrÁ identifique el
mente distinto. Se crearía u.n nexo electrónico entre el texto pro-
origen de una expresión de G.rry McDowell ., L" revisra i.*.- pio y uno o más pasajes del texto de Joyce. Al mismo tiempo, se
nina de la
fpo.r. La novela de Jáyce exisre, y siempre existirán en podrían conectar pasajes del texto propio con otros aspectos de
más ejemplares que nuestro artículo y, por..llo, p,itli- ese mismo texto, con escritos de terceros o incluso con textos
^li^n ^""
co y una reputación más ext_ensos... aunque reconor.o q,rá éstas propios anteriores. FIan ocurrido varias cosas, cosas que no co-
son nociones problemáticas basadas en ciértas ideologíasino
obs- ir.tpot den a lo que esperábamos. En primer lugar, los nexos en- f "
tante, la mayoría de nosotros, o así lo espero, accede a"ellus ya que
tre los pasajes de Joyce y mi comentario hacen que se establezca
son los valores según los cuales trabajr*or. Al menos de for*,
una relación muy distinta y mucho más tenue con el llamado tex-
ostensible. Incluso los desconstruccionistas privilegian el texto,,la.
to original de la que se daría en el mundo de los textos físicamen- :.i ü
gran obra.
te aislados. En segundo lugar, tan pronto como uno ata más de un 3,*
Sin embargo, una vez que se ha empezado a escribir el artícu-
bloque de texto o lexia a un mismo amarre (o nodo, marca de
lo, las convenCíones de la imprent a rapidamente cuestionan estos
nexo), se destruye cualquier posibilidad de jerarquía bipartita en- i
§uPuestos ya qu€ cualquier elemento del texto principal resulta tre la nota y el texto principal. En el hipertexto, el texto principal ,ri
claramente más importánte que cualquier.l.*.rio frr.iu de é1. El
es aquel que se está leyendo en este momento. Se da, pues, una
texto físicamente aislado y définido .r muy ari..r",;;;;, ;-;
doble revalorización: con la disolución de esta jerarquía, cual-
9"g explaya, oculta obvias conexion.s dá agradecifi.*"r y cali- quier texto conectado adquiere una importancia que td'vez nun-
ficaciones. cuando se introduce a otros .s.ritor., .r-*n textó,
ca hubiese alcanzado de otro modo.
suelen aparecer como sombras atenuad as y a menudo distorsio-
Según Bakhtin, el artículo erudito, que cita o contiene decla-
nadas de sí mismos. Ello en parre es neces irio yague, después
Je raciones hechas por terceros, <<a veces para refutar, otras para
todo, uno no puede reproducir en su artículo tá4" a i.xt" o libro
confirmar o añadir>> es un ejemplo de relación dialogística enüe
de otro autor. Parte dé esta atenuación proviene de una inexacti-
discursos directamente significantes dentro de los límites de un
tud,-negligencia o descarada mal" f. poiparre del autor. De todos
único contexto... Ello no supone un choque entre dos autorida-
modos, dicha atenuación formu p".á di mensaje de l, impr.ni,
des sem ánticas definitivas, sino uno objetivado (tramado) entre
y supone una implicación que no puede eludirse, o en todá
.uro, dos posiciones representadas y totalmente subordinadas a la au-
no desde el advenimiento del hipJrtexro, el cual,'al projor.ionar
toridad superior y ultima del autor. En estas circunstancias, el
un modo alternativo de textua[áad, pone al descubi"rá diferen-
contexto de lógica única no se' desmorona ni se debilita>> (Pro'
cias que ya dejan de ser ineütables olnvisibles.
blems,188). Intentando eludir las exigencias, la lógica, de la eru-
AI escribir para la_imprenta, cuando indico el número de pá- dición impresa, el mismo Ba}ütin adopta un enfoque de Ia cita-
gjna dg * pasaje de Joyce que cito o menciono, e incluso si in-
:, ción de otros autores más característicos del hipertexto o de la
cfuyo dicho pasaje en mi texto o en una nota, éste pasa urorni,
':rtecnglogía posterior al libro que del libro lolpl:to.. De acuerdo
claramente "
menos en mi artículo- una posicién subsidiaria
i;,1 con -Emerson, su editor y traductor, cuando Bakhtin
-¿l cita a otros
92 HIPERTEXTO RECONFIGURAR EL TEXTO 9)

críticos, <<1o hace a conciencia, y deja que su voz se oiga plena- el hipertexto prospera en la marginalidad, como el sabio. Desde
mente. Compren-de que e_l ma¡co siempie sigue .n pod.-, dll qrr" esta marginalidad esencíal., a la que acota con un uso certero y
lo elabora y que Ia posibilidad de citar-" t."áro, pri- agresivo de los pronombres púa énfrentar sus intereses y opi-
vilegio ofensivo. Así, las noras a pie de página de "Jrru"r,
Bakhtin"" rara- il. rriorr.r con los del lector, define su posición discursiva o punto
*.rrj. siryeg paralimitar el debaie d.sacreáitando a orro, o bien i de üsta.
confiriéndole una autoridád exclusiva. Pueden identific ar, ex- I El hipertexto insiste en que 1o marginal tiene mucho que ofre - '

pandir o ilustrar, pero nunca atribuyen rango al cuerpo del táxto, cer y no sólo porque redefine el centro al no entregar la centrali-
y, así, su naturaleza es más próxima a la dé un glosario marginj dad a ninguna lexia, que sólo la ocupa mientras está a la vista del
que no ala de una nota de una autoridad>> (rcocyrr). lector. En hipertexto, el centro, así como la bellezay la relevancia, .
l'Derrida también menciona las relaciones de se encuentran en Ia mente del que contempla. Como los quincs -' ; -'
categoúa que re-
.:.:..r, y fragmenran los textos, pero, a diferencia aá nurtÉes, se minutos de fama del hombre moderno de Andy §7arhol, en hi-
dedica más a las oposiciorr", .ritre prefacio y texro principal y pertexto el centro sólo existe como objeto de evanescencia- Corño
otros textos. Reconociendo la categoría que corresponde a lrs di- cabe esperar de un medio de comunicación que cambia nuestras
ferentes parte-s de un texto, Derrida .*á*irru lu *rn.ra en que relaciones con Ia información, los pensamientos y nosoffos mis-
cada una de ellas se asocia con el poder o la categoría. Al discutir mos de una forma tan drástica, la evanescencia de este centro (en
la introducción de la Lógica de Hágel,lpo, .¡.-pio, Derrida seña- migración perpetua) es más una premisa que un motivo de queja
la que el prefacio debe distinguirsá del a inirod)cción. según He-
<< o de burla. Es simplemente la condición según la cual, o en la
gel, no tienen ni la misma funcion ni la misma dignidad (bissemi- cual, pensamos,..oTrrlicamos o registramos pensamientos y ex-
nation, L7). La nueva, o verdadera, textualidadáe Derrida (que preslones en el dominio hipertextual.
q" h. dejado de equip arar a la hipeftexrualidad) represenra <<una Esta disolución hipertextual del centro, que hace que este
tipología completamente nueva en la que se d.rranecen los lími- medio resulte en potencia tan democrático, también 1o convierte
tes del prefacio y del texro "principal"i, (jg). : en un modelo de sociedad de convefsaciones en la que ninguna
conversación, ninguna disciplina o doctrina domine o fundamen-
te las otras. Es un ejemplo de lo que Richard Rorty denomina ..fi-
El hipertexto y el descentrar; fundamentos fitosóficos Iosofía edificante>>, cuyo objeto consiste en <(mantener la conver-
sación en movimiento en lugar de buscar una verdad obietiv»>.
Se tiende a pensar en el texto desde la posición de la lexia que Es una forma de filosofía
se considera. Acostumbrados leer páginas impresas en pup"l,
1
tendémos a concebir el texro desde il p,rrrto d" ürt, d.l j..to. que sólo cobra sentido cuando protesta contra los intentos para
que-experimenta dicha páginao pasaje, y esta parte del texto asu- terminar la conversación con proposiciones de alcance universal,
me posición central. Sin emburgo, á rrip..texto vuelve muy recurriendo a la hipóstasis de un privilegiado conjunto de des-
-la cripciones. El peligro que pretende prevenir el discurso edifican'-
problem ático dicho supuesto de p*i.iór, c.ntral. En carnbio, et
te es que una terminología dada, una particular forma de verse a
texto conectado, la nota, existe como el otro.texto y lleva a una
sí mismo lleve a pensar erróneamente que, a partir de entonces,
concepción (y vivencia) del texto como otro.
cualquier discurso puede o debe ser norrnal. El estancamiento re-
En hipertexto, la nota, comentario o apéndice puede ser sultante de la cultura supondría, para los filósofos edificantes, la
,
. cualquier texro conecrado y por ello la posición de .ualqui., l"- deshumatización de los seres humanos (Philosophy,377).
xia en un hipertexto se parec e ala det sábio en la época riictoria-
na. como el sabio, digamos carlyle, Thoreau o Ruskin, la lexia El hipertexto, que tiene incorporado un prejuicio con tta la
está fuera, descentrada y, adernás, desafía. Dicho de ot.o modo, hipóstasis y probablemente también contra las descripciones pri-
r'I
94 HIPERTEXTO
1

I
vilegiadas, encarna el enfoque filosófico que prec onizaRorty. Las
experiencias básicas de rexto, de inforrnación y de controi, que 3, Reconfigurar al autor
4esplazan los límites del poder del auto. h*.i. ál l..ror, .I^borrn
estos modelos suqlmTte posmodernos y antijerárquicos de in- I
t.

formación, rexro, filoso fía i sociedad


II
4,

Erosión de la personalidad

El hipertexto, como la teoríacrítica contemp oránea,reconfigu-


ra al autor de var-ias manefas evidentes. Primero, la
-reescribe-
figura del escritor en hipertexto se acerca ala del lector, aunque no
se funda completamente con ella; las funciones del escritor y de1
lector se enffelazan más estrechamente que en cualquier otro rng-
mento. Esta transformación y casi fusión áe los p^p.l.t es el último
paso de la convergencia entre dos actividades antes muy diferencia-
das. Aunque hoy en día se presuma que todos los qrre saben leer
también saben escribir, no siempre ha sido el caso, y los historiado-
res de Ia lecura señalan que durante varios milenios mucha gente
que sabía leer no podía siquiera escribir su nombre. Hoy en día,
iuando consideramos la lecturaylaescritura, séguramente las con-
cebimos como procesos en serie o procedimientos realizados de
forma intermitente por una misma persona: primero se lee, luego se
escribe y se vuelve a leer. El hipertexto, que crea un lector activo y
)"- i\.:

hasta entrometido; contribuye ala consumación de esta convergen- i ¡'l


:'

i'i
cia entre ambas actiüdades; pero, al hacerlo, invade las prerrogati- .r.i;i qr
.!s.
'. "j
vas del escritqr, quitándole algunas para otorgárselas al lector.
'!:!
',:1r,.

'ii
j:
t; .i

.
I:. Una señal clata de esta transferencia de competencias se ma-
. ' 'rj
i',
e1-
t'
nifiesta en las posibilidades, para el usuario, de escoger su propio
i'j

!:.
¡:
camino por el metatexto, de anotar textos escritos por otros y dq
i. :.
i:.i
ir.:.
.a'
crear nexos entre documentos propios o ajenos. El hipertexto no
i"
i:
permite que se modifique un texto producido por un tercero aun-
t:
b

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