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Varanus komodoensis

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Dragón de Komodo

Rango temporal: 3,8 Ma-0 Ma

PreЄ

Pg

N

Plioceno-Holoceno
Estado de conservación

Vulnerable (UICN 3.1)1

Taxonomía

Reino: Animalia

Filo: Chordata

Clase: Sauropsida

Subclase: Diapsida

Orden: Squamata

Suborden: Lacertilia

Infraorden: Platynota

Familia: Varanidae

Género: Varanus

Especie: V. komodoensis
OUWENS, 1912

Distribución
Área de distribución.

[editar datos en Wikidata]

El dragón de Komodo (Varanus komodoensis), también llamado monstruo


de Komodo y varano de Komodo, es una especie de saurópsido de
la familia de los varánidos, endémico de algunas islas de Indonesia central.2 Es
el lagarto de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de dos a
tres metros y un peso de unos 70 kg.3 A consecuencia de su tamaño, son
los superpredadores de los ecosistemas en los que viven.4 A pesar de que
estos lagartos se alimentan principalmente de carroña, también cazan y tienden
emboscadas a sus presas, que incluyen invertebrados, aves y mamíferos.
La primera vez que científicos occidentales estudiaron los dragones de
Komodo fue en 1910. Su excepcional tamaño y su reputación de animal temible
los convierte en uno de los animales más populares de los zoológicos. En
estado salvaje son una especie amenazada; su ámbito de distribución se ha
reducido debido a las actividades humanas y están catalogados
como vulnerables en la Lista Roja de la UICN.1 Están protegidos por la ley
indonesia, y un parque nacional, el Parque Nacional de Komodo, fue fundado
en 1980 para contribuir a su conservación.
La época de apareamiento comienza entre julio y agosto y la puesta
de huevos en septiembre. Depositan aproximadamente veinte huevos en nidos
de megápodos abandonados, y los incuban durante siete u ocho meses, hasta
su eclosión en abril, cuando los insectos son más abundantes. Los jóvenes son
vulnerables, por lo que suelen morar en árboles, a salvo de depredadores y
adultos caníbales. Tardan aproximadamente entre tres y cinco años en
madurar, y pueden vivir hasta unos cincuenta años. Estos lagartos se
encuentran entre los pocos vertebrados con capacidad de reproducción
por partenogénesis, proceso por el que las hembras pueden poner huevos
viables en situaciones de ausencia de machos.5
Los nativos de la isla de Komodo se refieren a este animal como ora, buaya
darat (cocodrilo de tierra) o biawak raksasa (monitor gigante).67

Índice

 1Historia evolutiva

 2Descripción

o 2.1Sentidos

 3Ecología

o 3.1Alimentación

o 3.2Saliva
o 3.3Reproducción

 3.3.1Partenogénesis

 4Historia

o 4.1Descubrimiento por los occidentales

o 4.2Estudios

 5Peligro para los humanos

 6Conservación

o 6.1En cautividad

 7Véase también

 8Referencias

 9Bibliografía

 10Enlaces externos

Historia evolutiva[editar]
Su desarrollo evolutivo comenzó con el género Varanus, que se originó
en Asia hace aproximadamente 40 millones de años y emigró al continente
australiano. Hace aproximadamente 15 millones de años, una colisión entre
Australia y Asia sudoriental permitió que los varánidos se trasladaran a lo que
actualmente es el archipiélago indonesio, extendiendo su distribución hasta el
este de la isla de Timor. Se cree que el dragón de Komodo se distinguió de sus
antepasados australianos hace 4 millones de años. Sin embargo, pruebas de
fósiles recientes en Queensland sugieren que evolucionó en Australia antes de
extenderse a Indonesia.8 La importante bajada del nivel del mar durante
el último período glaciar descubrió extensas zonas de la plataforma continental
que el dragón de Komodo había colonizado, aislándolos en su ámbito actual de
distribución cuando el nivel del mar subió de nuevo. 7

Descripción[editar]
Aunque los machos por lo general son de mayor tamaño, no hay
diferencias morfológicas obvias entre los sexos. Los jóvenes son de color verde
con zonas amarillas y negras y los adultos, con un tono opaco y uniforme, de
color marrón a rojo grisáceo. Sus cuerpos robustos están uniformemente
cubiertos de ásperas escamas.9
Es el lagarto de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de dos a
tres metros y un peso de unos 70 kg.3 En la naturaleza, un adulto mide unos
2,5 m y pesa de media unos 70 kg,3 aunque los especímenes en cautividad a
menudo pesan más. El espécimen salvaje más grande conocido midió
3,13 metros de longitud y pesó 166 kg (incluida la comida sin digerir). 7 A
consecuencia de su tamaño, son los superpredadores de los ecosistemas en
los que viven.4

Los dragones de Komodo poseen una larga y fuerte cola.

Su inusual tamaño se atribuía generalmente al gigantismo insular, ya que no


hay otros animales carnívoros que puedan ocupar el nicho ecológico de las
islas en las que viven.1011 Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que
su gran tamaño se entiende mejor como un vestigio aislado de una antigua
población de grandes varánidos que vivían en Indonesia y Australia, la mayor
parte de los cuales, junto con otra megafauna, fue descastada tras su contacto
con los humanos modernos.12 Se han encontrado en Australia fósiles muy
similares a V. komodoensis de más de 3,8 millones de años de antigüedad, y
su tamaño permaneció estable en Flores, una de las pocas islas indonesias
donde se le puede encontrar en la actualidad, desde que esta isla (junto con
sus vecinas) fueron aisladas por los crecientes niveles del mar hace unos
900 000 años.12
Tiene una cola fuerte y musculosa tan larga como su cuerpo, y
aproximadamente 60 dientes serrados, que se cambian a menudo y que
pueden medir hasta 2,5 centímetros de largo. Su saliva suele estar manchada
de sangre, puesto que los dientes están casi cubiertos de tejido gingival que se
daña de forma natural durante la masticación.13 Esto crea un cultivo ideal para
las virulentas bacterias que viven en su boca.14 Tiene una lengua larga y
amarilla, marcadamente bifurcada.
Sentidos[editar]
No tiene un sentido del oído particularmente agudo, a pesar de sus visibles
conductos auditivos, sólo es capaz de oír sonidos entre 400 y 2000 hercios.715
Es capaz de ver hasta una distancia de 300 metros, pero dado que
sus retinas sólo contienen conos, se cree que tiene una pobre visión nocturna.
Es capaz de percibir el color, pero tiene una pobre discriminación visual de
objetos inmóviles.16
El dragón de Komodo usa su lengua para oler, detectar sabores y percibir estímulos.

Usa su lengua para oler, detectar sabores y percibir estímulos, al igual que


otros muchos reptiles, utilizando el órgano de Jacobson y que le ayuda a
orientarse en la oscuridad.14 Con la ayuda de un viento favorable y su hábito de
balancear a su cabeza de un lado al otro cuando andan, son capaces de
descubrir carroña a distancias de 4 a 9,5 km.1316 Las fosas nasales de estos
animales no son de gran utilidad para percibir olores, dado que carecen
de diafragma.1317 Tan solo cuenta con unas pocas papilas gustativas en la parte
de atrás de la garganta.14 Sus escamas, algunas de las cuales están reforzadas
con hueso, tienen placas sensoriales conectadas con nervios que facilitan su
sentido del tacto. Las escamas alrededor de los oídos, labios, barbilla y planta
de los pies pueden tener tres o más placas sensoriales. 13
Se creía que el dragón de Komodo era sordo como consecuencia de un estudio
que no mostró ninguna agitación en ejemplares salvajes en respuesta a
susurros, voces elevadas o gritos. Este estudio fue cuestionado cuando una
trabajadora del Zoológico de Londres entrenó a un espécimen en cautividad del
parque para salir a alimentarse con el sonido de su voz, aun cuando el animal
no podía verla.18

Ecología[editar]

Vídeo de un ejemplar en la isla de Komodo.

Tomando el sol en el Ragunan Zoo, Yakarta.

Prefiere lugares cálidos y secos y suele vivir en prados abiertos con hierbas
altas y arbustos, sabanas y zonas bajas de bosques tropicales, aunque
también pueden encontrarse en otros hábitats como playas y lechos secos de
los ríos. Los jóvenes son arborícolas y viven en regiones arboladas hasta los
ocho meses de edad.9
Como animal ectotermo, es más activo durante el día, aunque también
manifiesta cierta actividad nocturna. Son fundamentalmente solitarios, y sólo se
reúnen para aparearse y comer. Son capaces de correr a gran velocidad en
breves carreras de hasta 20 km/h, de zambullirse a una profundidad de
4,5 metros, y de escalar árboles con facilidad cuando son jóvenes gracias a sus
fuertes zarpas.3 Son buenos nadadores, y pueden recorrer grandes distancias
a nado para alcanzar islas vecinas.14 Para cazar presas que están fuera de su
alcance, puede ponerse de pie sobre sus patas traseras usando la cola como
apoyo.18 A medida que madura, utiliza sus garras principalmente como arma,
dado que por su gran tamaño se vuelven poco prácticas para escalar. 13
Para refugiarse excavan madrigueras que pueden medir entre uno y tres
metros de ancho con sus potentes patas y zarpas delanteras. 19 Debido a su
gran tamaño y a su costumbre de dormir en estas madrigueras, es capaz de
conservar el calor corporal durante la noche y minimizar el tiempo que tiene
que tomar el sol durante la mañana.20 Caza generalmente por la tarde, pero
permanece a la sombra durante la parte más calurosa del día. 21 Utilizan unos
lugares especiales de reposo, habitualmente situados en cornisas con una
fresca brisa marina, que están marcados con excrementos y limpios de
vegetación y que también sirven como un punto estratégico desde
donde emboscar ciervos.22
Alimentación[editar]
Los dragones de Komodo son carnívoros. Aunque se alimentan
fundamentalmente de carroña,10 también tienden emboscadas a presas vivas
acercándose sigilosamente. Cuando una presa adecuada llega cerca de su
lugar de emboscada, la ataca rápidamente lanzándose sobre el vientre o el
cuello del animal.13 Es capaz de localizar sus presas utilizando su penetrante
sentido del olfato, que puede detectar a un animal muerto o agonizante de una
distancia de hasta 9,5 kilómetros.13 Se han documentado casos de dragones de
Komodo derribando cerdos grandes y ciervos con su fuerte cola.23 Es frecuente
que las presas grandes sean devoradas por varios dragones, o que, si la presa
consigue inicialmente escapar (algunos estudios indican un 30 % de fracasos),
pero queda herida, sea cobrada finalmente por otro u otros dragones. 24

Grupo alimentándose de un jabalí.


Un ejemplar joven fotografiado en la isla de Rinca alimentándose de los restos de un búfalo de agua.

Se alimentan arrancando grandes trozos de carne de sus presas y


tragándoselos enteros mientras sujetan el cadáver con las patas anteriores. En
el caso de presas más pequeñas, de hasta el tamaño de una cabra, sus
mandíbulas con articulaciones desencajables, cráneo flexible y estómago
expandible, les permite tragarse las presas enteras. La copiosa cantidad
de saliva roja que producen contribuye a lubricar la comida, pero a pesar de
ello tragársela continúa siendo un proceso largo (15-20 minutos para tragarse
una cabra). Pueden intentar acelerar el proceso embistiendo el cadáver contra
un árbol para forzarlo a bajar por la garganta, y a veces embisten con tanta
fuerza que llegan a derribar el árbol.22 Para evitar asfixiarse mientras tragan las
presas, respiran utilizando un pequeño conducto situado debajo de la lengua
que está conectado con los pulmones.13 A diferencia de grandes mamíferos
carnívoros, como los leones, que tienden a dejar el 25-30 % de sus presas sin
consumir al rechazar los intestinos, la piel, los huesos o las pezuñas, los
dragones de Komodo comen mucho más eficazmente, desechando sólo
aproximadamente el 12 % de la presa.7
Después de ingerir hasta un 80 % de su peso corporal en una comida,4 se
arrastra hasta un lugar soleado para acelerar la digestión, puesto que la comida
podría llegar a pudrirse y envenenar al dragón si permaneciera demasiado
tiempo sin digerir. Debido a su lento metabolismo, los dragones grandes
pueden sobrevivir con tan sólo doce comidas al año. 13 Al acabar la
digestión, regurgita una masa de cuernos, cabello y dientes conocida como
pelota gástrica, que está cubierta de una mucosidad maloliente. Tras regurgitar
la pelota gástrica, se frota la cara contra el suelo o contra arbustos para
deshacerse de la mucosidad, lo que sugiere que, como en el caso de los
humanos, no les gusta el olor de sus propias excreciones. 13
Pasan el día vagando por sus zonas de residencia, que pueden tener
aproximadamente 1,9 km² de superficie. No defienden estas zonas
como territorios, por lo que pueden superponerse, pero si la comida se
encuentra en un área compartida, el dragón dominante es el primero en comer.
Los machos de mayor tamaño siempre son los primeros en comer, seguidos
por los machos más pequeños y las hembras, y finalmente los ejemplares más
jóvenes que descienden de los árboles para comer una vez que los adultos se
han marchado.9 El macho de mayor tamaño hace valer su dominio y los
machos más pequeños muestran su sumisión por medio del lenguaje corporal y
de silbidos sordos. Los de tamaño similar pueden recurrir a combates entre
ellos, donde los perdedores habitualmente se retiran, aunque se conocen
casos en los que los vencedores los matan y se los comen. 13
Sus excrementos son generalmente blancos, pues su estómago no puede digerir el calcio de los
huesos de los animales que comen.

Su dieta es muy variada, e incluye a otros reptiles (incluidos dragones de


Komodo más
pequeños), aves, roedores, serpientes, peces, cangrejos, caracoles y
mamíferos como cabras, ciervos, jabalíes y hasta búfalos de agua.1724 Los
ejemplares jóvenes se alimentan de insectos, huevos, gecos y pequeños
mamíferos.1017 Se tiene constancia de que en ocasiones han desenterrado
tumbas poco profundas para alimentarse de cadáveres humanos. 18 Esta
costumbre de saquear las tumbas hizo que los habitantes de la isla de Komodo
las trasladaran de los suelos arenosos a otros de tipo arcilloso y que apilen
piedras sobre ellas para evitar estos saqueos.25
Según el fisiólogo evolutivo Jared Diamond, el dragón de Komodo podría haber
evolucionado para alimentarse del extinto elefante enano Stegodon, que en el
pasado vivió en la isla de Flores.26 También se les ha observado asustando
intencionadamente ciervas embarazadas con la intención de que aborten y así
poder comerse los restos del feto, una técnica que también ha sido observada
en grandes predadores de África.26
Dado que carece de diafragma, no puede sorber el agua cuando bebe, ni
puede llevarla a la boca con su fina lengua. Por ello, coge un trago de agua,
levanta la cabeza y deja que el agua baje por la garganta. 13
Saliva[editar]
Walter Auffenberg, herpetólogo de la Universidad de Florida, reseñó que el
dragón de Komodo tenía patógenos sépticos en su saliva, expresamente
las bacterias: Escherichia coli, Staphylococcus sp., Providencia sp., Proteus
mirabilis y P. morganii.27 Auffenberg descubrió que mientras estos patógenos
se encontraban en la boca de los ejemplares salvajes, desaparecían de la de
los animales cautivos, debido a una dieta más limpia. 2728 Esto fue verificado
tomando muestras mucosas de la superficie externa de la encía de la
mandíbula superior de dos individuos recién capturados. 2728 Muestras de saliva
analizadas por investigadores en la Universidad de Texas, encontraron 29 tipos
de bacterias Gram positivas y 28 Gram negativas en las bocas de dragones de
Komodo salvajes, incluida Pasteurella multocida.729 El rápido crecimiento de
estas bacterias fue constatado por el investigador Terry Fredeking:
«Normalmente se necesitan aproximadamente tres días para que una muestra
de P. multocida cubra una placa de Petri; la nuestra necesitó ocho horas.
Estuvimos muy desconcertados por la virulencia de estas cepas.» 30 Este
estudio apoya la observación de que las heridas infligidas por el dragón de
Komodo a menudo están asociadas con sepsis e infecciones subsecuentes en
sus presas.29

Un dragón de Komodo durmiendo. Se pueden ver sus grandes garras curvadas.

A finales de 2005, investigadores de la Universidad de Melbourne especularon


que el varano gigante australiano (Varanus giganteus), otras especies
de varánidos y los agámidos podrían ser algo venenosos. Se pensaba que los
mordiscos infligidos por estos reptiles eran propensos a infectarse debido a las
bacterias de su boca, pero el equipo de investigación afirmó que los efectos
inmediatos de sus mordeduras eran causados por un leve envenenamiento. Se
estudiaron mordeduras en dedos de humanos por parte de un varano
arborícola (Varanus varius), un dragón de Komodo y un varano arborícola
moteado (V. scalaris), y todas causaron un efecto similar: una
rápida inflamación, interrupción localizada de la coagulación de la sangre y un
intenso dolor que alcanzaba hasta el codo; algunos de estos síntomas se
prolongaban durante varias horas.31
En 2009, los mismos investigadores publicaron pruebas adicionales que
demostraban que poseen una mordedura venenosa. Las exploraciones
realizadas mediante imagen por resonancia magnética de un cráneo mostraron
la presencia de dos glándulas de veneno en la mandíbula inferior. Al extraer
una de estas glándulas de la cabeza de un espécimen enfermo terminal en el
Zoo de Singapur, comprobaron que secretó un veneno que contenía
varias proteínas tóxicas diferentes. Entre las funciones conocidas de estas
proteínas se incluyen la inhibición de la coagulación de la sangre, bajada de
la tensión arterial, parálisis muscular e inducción a la hipotermia, lo que
conduciría a una conmoción y pérdida de consciencia en las presas víctimas de
su mordedura.32 Como consecuencia de este descubrimiento, la anterior teoría
que afirmaba que las bacterias eran las responsables de las muertes de sus
víctimas quedó en entredicho.3334
Sin embargo, Kurt Schwenk, un biólogo evolutivo de la Universidad de
Connecticut considera el descubrimiento de estas glándulas intrigante, pero
piensa que la mayor parte de las pruebas sobre el veneno en el estudio son
«sin sentido, irrelevantes, incorrectas o falsamente engañosas». Schwenk
sostiene que, incluso si tuvieran proteínas parecidas a un veneno en su boca,
pueden tener un propósito distinto, y duda que el veneno sea necesario para
explicar el efecto de su mordedura, pues argumenta que la conmoción y la
pérdida de sangre son los factores primarios.3536

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