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REPTILES

¿Qué son los reptiles?

Los reptiles son animales cuadrúpedos vertebrados, de


sangre fría y piel escamosa, que se originaron hace 318
millones de años. Son una especie ampliamente
diversificada y abundante en el planeta, y alguna vez
fueron la forma de vida predominante, en las eras de los
dinosaurios. Se encuentran emparentados evolutivamente
con los anfibios y las aves.

Los reptiles coexisten hoy en día con el hombre y ocupan


un lugar destacado en su imaginario, llegando incluso a
constituir animales de compañía.

Como reptiles se alude a cuatro grandes conjuntos de


criaturas: tortugas (testudines), lagartos y serpientes
(squamata), aligátores y cocodrilos (crocodylia) y tuátaras
(rhynchocephalia).
Características de los reptiles

Evolución
Son originarios del período Carbonífero superior
(Pensilvánico) a partir de la evolución de los tetrápodos, lo
cual los emparenta con los anfibios. Sin embargo, los
reptiles se diversificaron abundantemente durante el
Mezosoico, dando origen a diversas ramas de dinosaurios,
hoy extintos.

Los reptiles modernos, como hemos dicho, se componen de


tortugas (quelonios), lagartos (iguanas, camaleones,
lagartijas), serpientes (ofidios), anfisbenios, aligátores
(caimanes), gaviales y cocodrilos, y por último tuátaras.

Control térmico
La inmensa diversidad reptiliana tiene en común muchas
características biológicas, siendo la principal el no poder
controlar la temperatura de su cuerpo. Eso significa que
son ectotérmicos, dependen del medio ambiente y de su
propia conducta para mantener el cuerpo en su
temperatura óptima. Por eso es común verlos quietos,
tomando el sol, o escondidos del mismo bajo techo.
Alimentación
La mayoría de los reptiles son carnívoros y tienen un
modelo digestivo simple. Su metabolismo es mucho más
lento que el de los mamíferos, por lo que es frecuente que
tras la ingesta emprendan períodos largos de reposo, y
subsistan durante meses de una comida voluminosa.

En su mayoría son depredadores eficientes, dotados de


ferocidad, dentadura afilada y a menudo glándulas
venenosas o tóxicas que convierten su mordida en un
ataque letal. Esto es muy frecuente en las serpientes y los
dragones de Komodo, por ejemplo, cuyo proceso evolutivo
los ha llevado a modificar glándulas enzimáticas para
convertirlas en un arma.

Los herbívoros, por su parte, emplean rocas y piedras


(gastrolitos) para ayudar a triturar los vegetales, ya que
carecen de un aparato masticatorio ideal. A los reptiles
marinos, además, ese contenido pétreo les sirve como
lastre para la inmersión.

Los reptiles canívoros se alimentan de la carne de otros


animales. Algunos reptiles son carnívoros e insectívoros,
como el varano de sabana que se suele alimentar de
escorpiones, ciempiés y otros grandes artrópodos pero
también complementa su dieta con carne de aves,
mamíferos u otros reptiles cuando tiene la ocasión.
Respiración

A diferencia de los anfibios con piel húmeda, los reptiles


dependen de su capacidad pulmonar para el intercambio de
gases. Algunos están preparados anatómicamente para
respirar por las fosas nasales incluso cuando la boca esté
abierta o comprometida en otras tareas.

Los reptiles marinos, como las tortugas, pueden albergar


enormes cantidades de oxígeno en su interior que, gracias
a su metabolismo lento, les habilita para períodos largos de
inmersión.

Reproducción
Los reptiles son ovíparos, fecundados de manera interna
(dentro de la hembra). Los huevos poseen un cascarón
correoso que al ser expuestos al aire se endurece
paulatinamente, manteniendo el embrión protegido hasta el
momento de su eclosión.

De ellos surgen las crías, ya con la morfología completa del


adulto, y existe poco o ningún tutelaje de parte de sus
mayores, dependiendo de la especie.

Piel
La piel de los reptiles está cubierta de escamas de quitina,
plegadas hacia atrás una sobre otra, lo cual la vuelve
resistente y áspera como un escudo. Esa función defensiva
se refuerza en los casos en que ésta pose también
capacidades miméticas, como en los camaleones, o en la
constitución de una coraza impenetrable, como las
tortugas.

En otros casos, como las serpientes, la piel escamosa forma


parte del aparato de locomoción, y se muda cada cierto
tiempo a través de la pérdida de la epidermis.

Hábitat
Los reptiles favorecen los ecosistemas cálidos, ya que
dependen de ello para mantener su temperatura. Aun así,
pueblan casi todas las latitudes del continente, adaptados a
la vida terrestre, marítima, insular, subterránea o arbórea.
Son frecuentes en muchas especies las migraciones
masivas, a lo largo de kilómetros de recorrido para
proceder al desove o al cortejo. Tal es el caso de las
tortugas marinas.

Amenaza
De las cerca de 9.000 especies de reptiles existentes, se
estima que un 28% esté en peligro de extinción, alrededor
de 1667 especies. Gozan de poca protección en los ámbitos
ecológicos, especialmente sensibles a la contaminación
marina y a la caza masiva, que los persigue como
componentes decorativos o de la medicina tradicional.

Por otro lado, muchos reptiles presentan un aspecto


amenazador que hace más ardua la sensibilización humana
respecto a su estado amenazado, sobre todo en los de
mayor tamaño (cocodrilos) y en las serpientes, cuya
mordedura a menudo venenosa les confiere fama de
animales nocivos.

Clasificación zoológica
Tradicionalmente se consideraba el uso de reptilia como
descriptor de la mayoría de los integrantes del grupo,
incluyendo tres ordenes
evolutivos: Synapsida, Anapsida, Diapsida, de acuerdo a la
construcción de la osamenta craneana.
El uso de la clase reptilia está en declive en los estudios
filogenéticos, al ser un taxón parafilético, es decir, no
incluye a sus descendientes directos. Por eso se prefiere el
uso de sauropsida (que
incluye Anapsida y Diapsida únicamente), con el que se
contemplan los reptiles y las aves.

Los Dinosaurios
Los dinosaurios, reptiles gigantes que aparecieron en la
Tierra hace unos 230 millones de años. Desde la aparición
de sus primeros registros fósiles, han fascinado al hombre
con sus cualidades evidentes e indicios de conducta,
llegando a ocupar un lugar importante en nuestro imaginario
del mundo previo a la existencia del hombre.

Los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años,


debido a razones aún desconocidas pero que motivan
diferentes teorías al respecto, como colisiones meteóricas
o cambios climáticos globales.

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